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¿Habrá otra generación dorada?

Todo comenzó con la idea de la formación de una “Liga Nacional de Basquetbol” en el año 1984. La
iniciativa fue encabezada por los entrenadores José Cavallero, León Najnudel, Horacio Seguí y el
periodista Osvaldo Orcasitas. Esta liga reemplazaría al “Campeonato Argentino de Clubes” y el deporte
pasaría a ser más federal dándole posibilidades a jugadores del interior a competir en un máximo nivel.
En ese momento el basquetbol tenía un lugar en la sociedad del interior del país con mucha más
trascendencia que en Capital Federal y las grandes ciudades del futbol. Las ciudades y provincias con más
repercusión en el básquet eran Bahía Blanca, Córdoba, Santa fe y Entre Ríos, las cuales en la actualidad
siguen siendo referentes del básquet.
La nueva liga produjo un cambio muy importante en el desarrollo del deporte, permitiendo la
incorporación de muchos talentos jóvenes en los clubes de todo el país y dinamizando la competencia, lo
que posibilitó la exportación de jugadores, primero a las ligas europeas y después el ingreso a la NBA.
Este desarrollo se vio reflejado a inicios de la década del 90 cuando los jugadores de la Generación
Dorada comenzaron los primeros pasos en los clubes argentinos, para unos años después pasar a las ligas
de Europa y finalmente terminar jugando en la NBA. “Una de las variables que hace que el jugador
crezca, es el nivel de competencia donde se mueve” relataba Rubén Magnano en el documental “El
Camino del Oro”.
Cuando se habla del desarrollo de los jóvenes se ve que una de las mayores desventajas que tenía el
jugador argentino, es que en aquel momento nadie hacia pesas y apenas los jugadores profesionales
empezaban a mejorar su físico. Algo muy diferente a lo que ocurre hoy en día.
Otra desventaja era la altura a la cual muchos jugadores la trataban de afrontar con un mito que consistía
en colgarse por 15 o 20 minutos de una barra luego de cada entrenamiento y al parecer resulto por que
muchos jugadores de la generación dorada obtuvieron estaturas estándares al mundo del básquet. “Este
tipo salta el doble que yo, corre el doble de rápido que yo, tira mucho más lejos que yo, es más fuerte,
pesa 50 kilos más y mide 7 centímetros más que yo. No tengo ninguna posibilidad de jugar contra él”
contaba Luis Scola en “El Camino del Oro” sobre su experiencia con los jugadores NBA.
Pero un apartado que tenía esta generación dorada era que muchos jugadores surgieron de los clubes de
barrio, algo que se lo puede comparar con los potreros en el fútbol. Y esto era una ventaja para los
jugadores a la hora de formar un equipo, ya que todos tenían algo en común. La vida del chico que
practicaba deporte en el barrio era ir al colegio a la mañana y luego a la tarde juntarse con sus amigos del
club a jugar el deporte que tanto amaban.
Para los jugadores de la generación dorada Michael Jordan fue un jugador muy influyente en ellos, ya que
muchos de sus movimientos en la cancha lo practicaban muchos de los jóvenes y provocando una
creatividad de juego diferente a los demás.
Por otra parte, Guillermo Vecchio, fue el entrenador que en la categoría Sub 16 incentivo a muchos de los
jugadores de la generación dorada a que podían ser campeones de muchos torneos, títulos, medallas, etc, y
que también podrían formar parte de la NBA. El tipo de entrenamiento que él daba eran muy intensos, se
basaban en dos entrenamientos, uno a la mañana y otro a la tarde, cada entrenamiento duraba 6 horas.
“Creo una mentalidad diferente a un montón de chicos jóvenes” dijo Luis Scola en el documental “El
Camino del Oro”.
Juan Ignacio Sánchez, Emanuel Ginóbili, Alejandro Montecchia, Fabricio Oberto, Lucas Victoriano,
Gabriel Fernández, Hugo Sconochini, Luis Scola, Leonardo Gutiérrez, Andrés Nocioni, Leandro
Palladino, Rubén Wolkowyski, Walter Herrmann, Carlos Delfino, Román González, Pablo Prigioni,
Antonio Porta, Paolo Quinteros, Juan Pedro Gutiérrez, Federico Kammerichs, Martín Leiva y Hernán
Jasen fueron los jugadores que formaron parte de la generación dorada. Algo que se destaca de estos
jugadores es que además de conseguir logros con la selección argentina, también consiguieron logros en
sus respectivos clubes.
La Generación Dorada tuvo tres entrenadores que marcaron su rumbo: Rubén Pablo Magnano (2001-
2004), Sergio Santos “Oveja” Hernández (2005-2010) y Julio César Lamas (2011-2014), todos y cada
cual con su impronta les toco dirigir a lo mejor del Básquet argentino, siendo los artificies de todos los
logros de esto grandes jugadores, que solo por una cuestión del paso del tiempo deben dejar de ser la
Generación Dorada.
El inicio de logros en la selección argentina lo marcó aquella medalla de bronce obtenida en el Mundial
Sub-22 de Australia 1997. Aquel equipo tenía como entrenador a Julio Lamas.
En julio de 2001, la Selección Argentina comenzaría su camino al FIBA Américas de ese año con la
participación previa en el Campeonato Sudamericano que se desarrolló en Valdivia, Chile. Con muchos de
los jugadores que luego disputarían el máximo torneo continental, la selección dirigida por Rubén
Magnano se preparaba para cortar una serie de 14 años sin lograr un título sudamericano de mayores. Así,
se impuso en todos los partidos que jugó y ganó la final 76 a 69 contra Brasil. De esta manera, los
albicelestes llegaron entonados al Campeonato FIBA Américas que se disputaba en Neuquén. Este torneo
fue ganado de punta a punta por Argentina, y así, la Selección comenzaba a formar una base de grandes
jugadores que ganarían campeonatos y medallas en la mayoría de los grandes torneos de la FIBA, y que
duraría más de una década y media.
La Generación Dorada se dio a conocer al mundo en el mundial de Básquet de 2002 que se jugó en EE
UU, país donde se compite al máximo nivel internacional en este deporte. Además de obtener la medalla
de Plata, al perder en tiempo extra contra Yugoslavia, los chicos de la Generación Dorada, fue el equipo
que le ganó por primera vez al Dream Team, nombre que lleva el seleccionado de Básquet de EE UU, por
estar conformado con los mejores jugadores del mundo. Los otros títulos obtenidos en los Campeonatos
del Mundo fueron el 4° puesto en Japón 2006 y el 5º puesto en Turquía 2010.

La máxima consagración llegaría dos años después en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, donde la
Generación Dorada obtendría la Medalla de Oro. Hasta ese momento EE UU monopolizaba la obtención
de la medalla de oro en Básquet, salvo en 1972 y 1988 donde la obtuvo la URSS y en 1980 donde no
participó EE UU y que la logró Yugoslavia.
En las Olimpiadas de Pekín 2008 obtuvo la medalla de Bronce y el 4º puesto en Londres 2012,
consolidando su condición de candidato en todas las competencias.
Este grupo obtuvo además a nivel internacional la Medalla de Oro en Nanjing 2008 y la de Medalla de
Bronce en Belgrado 2004 por la Copa de campeones de la FIBA. A nivel americano logro las Medallas de
Oro Neuquén 2001 y Mar del Plata 2011; las Medallas de Plata San Juan de Puerto Rico 2003, Santo
Domingo 2005 y Las Vegas 2007 y las Medallas de Bronce San Juan de Puerto Rico 2009 y Caracas 2013
en los Campeonatos FIBA Américas.

Por último, en los Juegos Suramericanos obtuvo la Medalla de Oro 2010 y en los Torneos Sudamericanos
de Básquetbol alcanzó las Medallas de Oro en 2001, 2004, 2008 y 2012; las Medalla de Plata en 2003,
2010 y 2014 y la Medalla de Bronce 2006.
Ahora queda plantear la gran pregunta, ¿Habrá otra generación dorada? Esa es la pregunta que se hacen
muchas personas que forman parte del mundo del básquet. Por ello es que en el año 2015, la Asociación
de Clubes (AdC) y la Asociación de Jugadores de Argentina (AdJ), crearon una liga juvenil conocida
como “Liga de Desarrollo”, el objetivo de esta liga es que jugadores de 15 a 23 años que formen parte de
equipos que integren “La Liga” (nombre que atribuye la liga nacional de basquetbol argentino) tengan un
incentivo al progreso, en especial aquellos chicos que forman parte de los planteles profesionales pero no
tienen muchos minutos de juegos en la primera división. Y al crear esta liga se logra hacer un aporte a la
competición, a los jugadores y también a la selección argentina.
La Liga de Desarrollo actualmente está integrada por 20 equipos, los mismos equipos que integran la liga
nacional. Esta liga está dividida en dos conferencias de 10 equipos en cada una, los grupos están
integradas por equipos del norte y del sur del país. Los planteles están conformados por 15 jugadores con
23 años de edad como máximo. El certamen comienza a principios de diciembre y finaliza a mediados de
marzo, esta fecha esta estipulada así para que los jugadores que participen de la competencia no estén
ocupados con las clases que tienen durante el año.
Al finalizar la temporada, los cuatro mejores equipos de la zona norte y la zona sur participan de una
eliminatoria llamada “Super 8”, y luego los ganadores de respectivas llaves, participan del “Super 4” para
definir al campeón del certamen. Sus respectivos campeones son Bahía Basket (2015, 2016, 2017) y
Quimsa (2018).
Por otra parte, este proceso de formar jugadores para que la selección argentina tenga un muy buen nivel
basquetbolistico. Esta acompañado de un proyecto conocido como “Plan Altura”. Es uno de los
principales estandartes del trabajo asociado entre la Confederación Argentina de Básquetbol (CABB) y la
Secretaría de Deporte de la Nación que se realiza año tras año en las instalaciones del CENARD y el
interior del país con diversas etapas de trabajo.
Este plan apunta a la búsqueda de hombres y mujeres con una talla superior a la media normal, y en el
perfeccionamiento de la tarea que se debe realizar con ellos en todos sus ciclos. En el mismo se realizan
pruebas de velocidad, agilidad, coordinación y salto. Además, reciben un instructivo de nutrición,
psicología, preparación física, kinesiología y vendaje.
Los jóvenes seleccionados en este Plan pasan a formar parte de los entrenamientos y concentraciones de
las selecciones nacionales de base, las cuales también realizan giras internacionales.
El “Plan Altura” es una de las ideas más eficiente que a propuesto la CABB gracias a que su gran alcance
produce que muchos jóvenes que no practiquen el deporte y tengan muy buena altura les permita conocer
el mundo del básquet. Esto un punto a favor para el seleccionado argentino porque gracias al desarrollo
basquetbolistico, físico y mental que se consiga en los jugadores aumenta las posibilidades de tener más y
mejores atletas.
Entre las ideas de la formación de la “Liga de Desarrollo” y del “Plan Altura” surgió un estudio
protagonizado por Ezequiel Lavayen, cabeza del área de Preparación Física de la Confederación
Argentina, en el que compara el desarrollo físico de los jugadores locales con jugadores estadounidense y
de europa. A raíz de esta comparación Ezequiel manifiesta que es muy importante el desarrollo físico en
los deportistas para poder competir al alto rendimiento y demostró que, si al trabajo físico se lo dividiera
en tres niveles, Argentina sería tercer mundista.
Lavayen expresa que se han mejorado las medidas que toma la Confederación Argentina de Básquet y
considera que hay tres objetivos importantes para confrontar esta desventaja: la planificación (relación
competencia/desarrollo), la institucionalización de la figura del preparador físico y la
infraestructura.
Sobre el primer objetivo, Ezequiel señaló: “Hay que avanzar en la planificación a partir de la relación de
la competencia y el desarrollo, donde existe un rango óptimo en el cual se puede competir entre 45 y 70
juegos al año. Esto abre la posibilidad de, en el resto de esos días, tener en chicos de entre los 13 y 15 años
al menos dos a tres estímulos por semana de trabajo de fuerza específica para el desarrollo de la
hipertrofia estructural. De los 16 a 17 años que sean entre tres y cuatro estímulos de trabajo y ya introducir
una hipertrofia de carácter funcional. Además, empezar a introducir también los entrenamientos de
potencia a través de la velocidad de ejecución de movimientos. Y el tercer nivel, entre los 18 y 19 años,
que ya puedan entrenar cuatro estímulos semanales de fuerza específica”.
En el segundo objetivo explicó que “Es importante articular el conocimiento del Método CABB con la
institucionalización de la figura del preparador físico. Poco a poco desarrollar un proyecto deportivo en la
estructura federativa, tratar de que la mayor cantidad de clubes puedan tener la figura de un preparador
físico especializado en formación entre los 13 y 19 años para de esta manera poder difundir el lineamiento
del Método CABB. Es una deuda pendiente para generarle al jugador las mejores condiciones para su
desarrollo”.
Por último, contó que “Es necesario para el desarrollo de la fuerza estructural tener un gimnasio o la
infraestructura básica para el desarrollo de la fuerza. Es cierto que si el club no dispone de esa
infraestructura se puede solucionar con medios alternativos, ya que el chico puede ir de manera particular
a un gimnasio, por ejemplo. Pero este es un punto importante que se puede realizar incluso con una
infraestructura básica y que mantiene relación con el punto dos, con la institucionalización de la figura del
preparador físico en los clubes, ya que éste es quien debe realizar un seguimiento del plan del jugador”.
Por otra parte, a la hora de hablar de jugadores que integraran las siguientes generaciones, no se puede
empezar por otro lado que no sea los tres jugadores más jóvenes que integran la selección mayor. Ellos
son Máximo Fjellerup, Juan Pablo Vaulet y Lautaro Berra.
Máximo Fjellerup, nació el 25 de noviembre de 1997 en la ciudad de Tres Arroyos, Buenos Aires.
Actualmente juega en Bahía Basket (equipo semillero de grandes jugadores) en el cual se desarrolla en la
posición de escolta con su 1.98 metro de altura. Principalmente se destaca por su gran capacidad explosiva
y recursos a la hora de convertir hacia el canasto. Un punto a mejorar es su ineficacia en el tiro de tres
puntos. Su gran evolución en la Liga de Desarrollo esta reflejado en los 25 minutos que permanece en
cancha con el equipo profesional. Algo importante de este jugador a tener en cuenta es que esta en vista de
muchos ojeadores de la NBA ya que se rumoreo que puede ingresar en el draft 2018.
Juan Pablo Vaulet, nació en Córdoba, Córdoba el 22 de marzo de 1996. El alero de 2 metros formado en
Hindú y luego reclutado por Bahía Basket fue drafteado por Brooklyn Nets (equipo de la NBA) en el
puesto 39 en el año 2015. Su gran capacidad atlética y su lectura de juego refleja que es un jugador con
mucho potencial en la ofensiva y un rol importante en la defensa.
Lautaro Berra, el pivote de Obras Baket, proveniente de Firmat, Santa fe, ha tenido un progreso muy
interesante en el último tiempo y con sus 2,08 de estatura, es uno de los mejores prospectos de internos
que tiene el país. Más allá de tener muchas cuestiones lógicas para seguir puliendo, Berra posee varias
virtudes que lo posicionan muy bien parado de cara al futuro: su estatura, buena fortaleza física, toque y
técnica, además de una personalidad muy madura para sus 20 años de edad (9 de enero de 1998).

Un agregado es Leonardo Lema, quien va a participar de los entrenamientos previos a las eliminatorias del
mundial de básquet 2019; Es un alero cordobés de 2,01que nació el 20 de junio de 1998 . El jugador de
Atenas que está haciendo la transición completa al perímetro, luego de jugar parte de su carrera juvenil
como ala pivote, incluyendo su participación en el último Mundial U19, donde se destapó promediando
10,7 puntos y 7,9 rebotes. El pampeano es sumamente explosivo y con mucha intensidad defensiva,
mientras que todavía debe ganar consistencia con su tiro a pie firme y, sobre todo, mejorar su manejo de
balón. Mirando a futuro, probablemente es uno de los jugadores que tenga el techo más alto a nivel juego.
También es conocido el caso de Francisco Caffaro quizá el mejor proyecto actual de la cantera nacional.
Caffaro el oriundo de la ciudad de Trébol, Santa Fe, quien ya ha alcanzado los 2,14 de estatura, es una
máquina de progresar y cada vez que se lo observa jugando con la camiseta argentina algún torneo
internacional, parece haber agregado algo nuevo a su juego. Como todo pivote joven, obviamente tiene
mucho por mejorar, pero sus herramientas son poco usuales para nuestro básquet, no solo por su altura,
sino también por su capacidad atlética, buen físico y hasta un interesante lanzamiento de 3 o 4 metros.
El chico que nació el 19 de mayo del 2000, se comprometió verbalmente con la Universidad de Virginia
para seguir su desarrollo deportivo en el básquet. Francisco está actualmente en la academia global de la
NBA en Australia.

Otro de los proyectos que tiene la 2000 es Leandro Bolmaro, un escolta que supera los 2 metros y que
también posee una capacidad atlética sensacional. A diferencia de Caffaro, su explosión en escena llegó
hace menos tiempo, pero fue igual de explosiva: actualmente ya ve minutos en la Liga Nacional con Bahía
Basket, participó del reciente Basketball Without Borders de la NBA en Los Angeles y es seguido de
cerca por los diferentes reclutadores extranjeros. Lo interesante de Bolmaro no pasa solamente por lo
físico, sino que a eso le agrega muchas condiciones técnicas, que lo vuelven un talento especial: puede
subir la bola como base, crear por su cuenta y tiene muy buena mano para el lanzamiento perimetral. Hoy,
es realmente difícil encontrar huecos en su juego, más allá del desarrollo lógico que precisa en todos los
aspectos. Para aclarar, Leandro nació en la ciudad de Las Varillas, Córdoba el 11 de septiembre del 2000.

Hablando de perimetrales que tienen roce en el exterior, entre ellos se encuentra Francisco Farabello,
quien nació el 1 de noviembre del 2000 en la ciudad Cañada de Gómez, Santa Fe, es un base que más allá
de no tener un desequilibrio anotador tan determinante, se trata de un organizador de juego clásico, con
muchos recursos e inteligencia para conducir una ofensiva. Además, tiene buenas condiciones físicas
(1,90), velocidad y es quizá, el mejor defensor de toda la cantera nacional. Farabello tiene una madurez en
su juego notable desde que tenía 15 años y sin el techo de los Bolmaro o Caffaro, tiene un presente
magnífico.
Concluyendo y volviendo con la pregunta principal, ¿Habrá otra generación dorada? Es difícil pero no
imposible. ¿Por qué difícil? lo principal es que Argentina es un país centrado en el futbol; lo segundo es la
cantidad de habitantes comparada con Estados Unidos que un país potencia en el básquet, eso afecta en la
elección respecto a la calidad y altura en los jugadores.
¿Por qué no imposible? Por el simple hecho de que la generación dorada marcó una etapa evolutiva para
el básquet argentino. Actualmente muchas instituciones asociadas con el básquet están aplicando políticas
de desarrollo juvenil muy parecidas a Estados Unidos y países de Europa, pero recién se empieza este
proceso de crecimiento. Que Argentina llegue a ser un país dominante en el básquet se puede decir que
falta mucho tiempo.
Sin embargo, algo muy destacable es comparar el desarrollo que tuvieron los jugadores de la generación
dorada, con las jóvenes promesas del básquet argentino. Muchos deportistas en la época de los 80 no
tenían una preparación física como hoy. Ningún atleta hacia pesas hasta que llegara a ser profesional. En
cambio, actualmente muchos jugadores empiezan a condicionarse físicamente a partir de los 15 años.
A la hora de hablar de nivel basquetbolistico sea mejorado mucho en los jóvenes, todo gracias a la
formación de la Liga de desarrollo, el Plan Altura y las ligas federadas.

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