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Desde la Real Federación Española de Tiro con Arco (RFETA) lamentamos profundamente
la situación creada con motivo de la decisión de nuestra Comisión Técnica con relación a
la composición de los equipos nacionales para la temporada 2019-2020, pero la RFETA
está en la obligación de velar por los intereses de todos nuestros deportistas.
Por ello, la RFETA no puede sino refrendar dicha decisión.
El proceso de inscripción al sistema de selección para formar parte del equipo nacional
de arco recurvo en las competiciones internacionales de la temporada internacional 2020
se abrió el 10 de junio de 2019, cerrándose el 15 de septiembre con 31 inscritos.
En los criterios de dicho sistema, además de describir el desarrollo detallado del
clasificatorio, se indicaban las pruebas de referencia en las que participaría el equipo:
El primer clasificado tras el proceso selectivo asistiría a Los Juegos Olímpicos, los tres
primeros clasificados asistirían al Campeonato de Europa, mientras que los cuatro
primeros clasificados participarían en las Copas del Mundo, incluida la de Berlín, donde
estaba previsto se celebrara el preolímpico en el que se ponían en juego las últimas plazas
por equipos disponibles, principal objetivo de nuestra federación para esta
temporada.
Cabe recordar que la plaza en juego para los Juegos Olímpicos de Tokio la obtuvo Pablo
Acha con la medalla de bronce que cosechaba el 27 de junio de 2019 en los Juegos
Europeos de Minsk. Sin embargo, dicha plaza no es nominal, sino que pertenece a la
RFETA, como ya se había indicado en los criterios del sistema de selección referido con
anterioridad.
Siendo así, es la RFETA quien establece los criterios para determinar quién ocupa dicha
plaza. Para nuestra federación, el principal objetivo es conformar el equipo más fuerte
posible, porque nuestras mayores opciones de triunfo creemos residen en las
competiciones por equipos. Esa línea de actuación es la que mueve a nuestra Comisión
Técnica, además de velar porque los arqueros que ocupen las plazas olímpicas
sean los que mejor estado de forma demuestren en el año en que se disputan
los Juegos Olímpicos.
De no ser así, para nosotros sería mucho más fácil, por ejemplo, otorgar la plaza al
deportista que mejor ranking internacional ocupara, que en 2020 es Pablo Acha.
Con cinco meses por delante, y con carácter previo a la celebración de los Juegos, Miguel
Alvariño, a quien se le asigna inicialmente la plaza, de acuerdo al sistema de selección de
la temporada 2019-2020, se compromete por escrito a cumplir una serie de requisitos
para garantizar esa plaza, incluyendo la participación en una serie de concentraciones y
competiciones, junto a todo el equipo nacional, citas que desgraciadamente no se han
podido desarrollar debido a la crisis mundial provocada por el COVID-19.
Esta última decisión, que a la postre es la que motiva toda esta situación, se toma
atendiendo a dos motivos principales:
Si, como se comenta pudiera suceder, los Juegos Olímpicos, por motivo de la
pandemia, no se celebran en 2021 y se aplazaran a 2022, por ejemplo, el criterio
de la RFETA siempre será el mismo: poner en juego la o las plazas que ostentara
la federación en el sistema de selección del año que corresponda.
b) Por una cuestión meramente deportiva.
No hay que olvidar que no sólo se trata de la desilusión de Miguel Alvariño, por no tener
la certeza de ser quien nos represente en los Juegos Olímpicos, sino que siete
deportistas más han visto truncadas sus ilusiones y sus posibilidades de obtener de
manera directa su plaza en el torneo preolímpico de Berlín, donde estaban en juego seis
plazas por equipos para Tokio. A pesar de los esfuerzos realizados por la RFETA para
conseguir los objetivos esta temporada, todos tendremos que volver a dar lo mejor
de sí para volver a ser protagonistas el año que viene.
En ningún caso se ha tomado la decisión por cuestionar su rendimiento, que está fuera
de toda duda, tanto por su trayectoria deportiva como por su extraordinaria actuación en
el proceso de selección del equipo nacional de la temporada 2019-2020, ni por cuestiones
personales de ninguna índole, como se ha venido manifestando.
Antes de hacer pública ninguna decisión, este tema se puso en conocimiento, tanto a
nuestro técnico del Consejo Superior de Deportes, como al Comité Olímpico Español,
quienes entendieron la propuesta de la Comisión Técnica.
Además, tras el anuncio del aplazamiento de los Juegos Olímpicos, las federaciones que
forman parte de la federación internacional fuimos convocadas a una reunión para tratar
cuestiones relacionadas con dicha situación y, en la misma, conscientes de que había
algunas federaciones que habían terminado sus procesos clasificatorios, se nos pidió que,
tanto si manteníamos las designaciones como si se volvían a poner en juego las plazas,
informáramos a los deportistas cuanto antes, que es lo que se ha hecho.
Nuestra decisión no atenta contra los principios deportivos básicos, ni contra los designios
del Comité Olímpico Internacional, ni contra las directrices del Comité Olímpico Español
como se ha dicho. Cuando en los comunicados emitidos por estos organismos se dice que
los atletas clasificados para Tokio mantienen su plaza en 2021, se hace referencia a las
plazas conseguidas de manera individual, asignadas nominalmente a un deportista.
Si un saltador de longitud o un nadador consigue la marca mínima exigida, obviamente
no puede ser otro el que ocupe su plaza. Si un deportista consigue su plaza por una
asignación realizada por ranking internacional, si no va él no va otro deportista de su
mismo país, sino el siguiente deportista clasificado en ese ranking. Cuando un equipo se
clasifica para los Juegos Olímpicos, el entrenador es el que elige los deportistas que
asistirán semanas antes de viajar… y como éstos, otros muchos ejemplos.
En nuestro caso, la plaza, conseguida por Pablo Acha, es “propiedad” de la RFETA, que
de manera inicial la atribuyó a Miguel Alvariño en febrero de 2020 para unos Juegos
Olímpicos que estaba previsto se celebraban en el mes de julio de ese año. Ahora que
están previstos para el verano de 2021, la federación está en su derecho de creer que lo
más conveniente para sus intereses es que dicha plaza se ponga en juego en un nuevo
proceso de selección que determine quiénes son los deportistas que puedan garantizar el
mejor rendimiento del equipo nacional.
Además, reseñar que la RFETA en ningún momento confirmó el listado definitivo, a través
del cual se indica la relación final de participantes en los Juegos Olímpicos, al Comité
Olímpico Español, sino que el 6 de marzo remitimos a este organismo los datos y
fotografías de nuestro listado provisional, formado por 10 deportistas (cinco hombres y
cinco mujeres) y tres técnicos.
Por último, lamentamos, y queremos pedir disculpas de manera pública por ello, no
habernos puesto en contacto de manera directa con Miguel Alvariño con carácter previo,
o inmediatamente después del comunicado. Contábamos con hacerlo a lo largo de la
semana para tratar de manera conjunta esta situación, pero al final los hechos se han
precipitado de un modo que no esperábamos.
Confiamos que esta situación se solucione del modo más favorable posible para todas las
partes implicadas, porque unidos somos más fuertes y porque nuestro deporte merece
que hablemos de él por sus muchas bondades y por las proezas de nuestros deportistas.