Está en la página 1de 24

INSTITUTO POLITECNICO NACIONAL

ESCUELA SUPEROR DE INGENIERIA Y ARQUITECTURA


TICOMAN
“CIENCIAS DE LA TIERRA”
Materia: Geología del Petróleo.
.Unidad: 2
Grupo: 1PM4
Prof. Aguilera Hernández Enrique.
Fecha: 10/11/2015
Alumno: Beltran Azuara Oldai

CICLO DEL CARBONO


El ciclo del carbono es un ciclo biogeoquímico por el cual el carbono se
intercambia entre la biosfera, la litosfera, la hidrosfera y la atmósfera de la Tierra.
Los conocimientos sobre esta circulación de carbono posibilitan apreciar
la intervención humana en el clima y sus efectos sobre el cambio climático. 

El carbono (C) es el cuarto elemento más abundante en el Universo, después del


hidrógeno, el helio y el oxígeno (O). Es el pilar de la vida que conocemos. Existen
básicamente dos formas de carbono: orgánica (presente en los organismos vivos y
muertos, y en los descompuestos) y otra inorgánica, presente en las rocas.

En el planeta Tierra, el carbono circula a través de los océanos, de la atmósfera y de


la superficie y el interior terrestre, en un gran ciclo biogeoquímico. Este ciclo puede
ser dividido en dos: el ciclo lento o geológico y el ciclo rápido o biológico.
CICLO GEOLOGICO DEL CARBONO
El ciclo geológico del carbono, que opera a una escala de millones de años, está
integrado en la propia estructura del planeta y se puso en marcha hace
aproximadamente 4,55 miles de millones de años, cuando se formó el Sistema
Solar y la Tierra. Su origen fueron los planetesimales (pequeños cuerpos que se
habían formado a partir de la nebulosa solar) y los meteoritos portadores de
carbono que chocaron con la Tierra.

Más del 99% del carbono terrestre está contenido en la litosfera, siendo la mayoría
carbono inorgánico, almacenado en rocas sedimentarias como las rocas calizas. El
carbono orgánico contenido en la litosfera está almacenado en depósitos de
combustibles fósiles.

En una escala geológica, existe un ciclo entre la corteza terrestre (litosfera), los
océanos (hidrosfera) y la atmósfera. El dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera,
combinado con el agua, forma el ácido carbónico, el cual reacciona lentamente con
el calcio y con el magnesio de la corteza terrestre, formando carbonatos. A través de
los procesos de erosión (lluvia, viento), estos carbonatos son arrastrados a los
océanos, donde se acumulan en su lecho en capas, o son asimilados por organismos
marinos que, eventualmente, después de muertos, también se depositan en el
fondo del mar. Estos sedimentos se van acumulando a lo largo de miles de años,
formando rocas calizas.

El ciclo continúa cuando


las rocas sedimentarias
del lecho marino son
arrastradas hacia el manto
de la Tierra por un
proceso de subducción
(proceso por el cuál una
placa tectónica desciende
por debajo de otra). Así,
las rocas sedimentarias
están sometidas a grandes
presiones y temperaturas
debajo de la superficie de
la Tierra, derritiéndose y
reaccionando con otros
minerales, liberando CO2.
El CO2 es devuelto a la
atmósfera a través de las
erupciones volcánicas y
otro tipo de actividades volcánicas, completándose así el ciclo. Los balances entre
los diversos procesos del ciclo del carbono geológico han controlado la
concentración de CO2 presente en la atmósfera a lo largo de millones de años. Los
más antiguos sedimentos geológicos, datados en épocas anteriores al desarrollo de
la vida en la Tierra, apuntan concentraciones de CO2 atmosférico cien veces
superiores a las actuales, proporcionando un fuerte efecto invernadero. Por otro
lado, las mediciones de los núcleos de hielo retirados de la Antártida y Groenlandia,
permiten estimar que durante la última era glaciar las concentraciones de CO2 eran
aproximadamente la mitad que en la actualidad (en 2005 de 379,1 ppmv de CO2).

Para el carbono orgánico, cuyo origen es la materia orgánica no totalmente


descompuesta en ausencia de oxígeno, que dio origen a la hulla, el petróleo y el gas
natural, cualquier cambio significativo entre los diversos depósitos afecta también
a una escala geológica. Esto fue así hasta hace unos 200 años, con el inicio de la
Revolución Industrial y la explotación y utilización (combustión) a gran escala de
los combustibles fósiles, que empezó a liberar a la atmósfera el carbono de estos
depósitos en forma de CO2. 

CICLO BIOLOGICO DEL CARBONO


El ciclo biológico del carbono es relativamente rápido: se estima que la
renovación del carbono atmosférico ocurre cada 20 años. En ausencia de la
influencia antropogénica (causada por el hombre), en el ciclo biológico existen tres
depósitos o “stocks”: terrestre (20000 Gt), atmósfera (750 Gt) y océanos (40000
Gt). Este ciclo desempeña un papel importante en los flujos de carbono entre los
diversos depósitos, a través de los procesos de fotosíntesis y respiración. Mediante
la fotosíntesis, las plantas absorben la energía solar y el CO2 de la atmósfera,
produciendo oxígeno e hidratos de carbono (azúcares como la glucosa), que sirven
de base para el crecimiento de las plantas. Los animales y las plantas utilizan
los carbohidratos en el proceso de respiración, usando la energía contenida en los
carbohidratos y emitiendo CO2.

Junto con la descomposición orgánica (forma de respiración de las bacterias y


hongos), la respiración devuelve el carbono, biológicamente fijado en los
reservorios terrestres (los tejidos de biota, el permafrost del suelo y la turba), a la
atmósfera.

Las ecuaciones químicas que rigen estos dos procesos son:

Fotosíntesis: 6CO2 + 6H2 + energía (luz solar) -> C6H12O6 + 6O2

Respiración: C6H12O6 (materia orgánica) +


6O2 -> 6CO2 + 6H2 + energía

Es posible verificar que el mayor cambio entre


el depósito terrestre y el atmosférico resulta de
los procesos de fotosíntesis y respiración. Los días de primavera y verano, las
plantas absorben luz solar y CO2 de la atmósfera y, paralelamente, los animales,
plantas y microbios, a través de la respiración, devuelven el CO2. Cuando la
temperatura o la humedad es mucho más baja, por ejemplo en invierno o en los
desiertos, la fotosíntesis y la respiración se reduce o cesa, así como el flujo de
carbono entre la superficie
terrestre y la atmósfera.

Debido a la declinación de la
Tierra y a la desigual
distribución de la vegetación en
los hemisferios, existe una
flotación a lo largo del año que
es visible en los diversos gráficos
de variación de concentración
anual del CO2, como por
ejemplo en la curva de Keeling.
En 1958, el científico Charles
David Keeling (oceanógrafo del
Scripps Institute of Oceanography), puso en marcha una serie de experiencias en el
monte Mauna Loa, Hawái, que le permitieron medir, con bastante precisión, la
concentración de CO2 en la atmósfera.

A pesar de que el reservorio atmosférico de carbono es el menor de los tres (con


cerca de 750 Gt de carbono), este depósito determina la concentración de CO2 en la
atmósfera, cuya concentración puede influenciar el clima terrestre. Además, los
flujos anuales entre la reserva atmosférica y las otras dos reservas (océanos y
terrestre) son muy sensibles a los cambios.

Los océanos representan el mayor depósito de los tres, cincuenta veces mayor que
la reversa atmosférica. Existen traspasos entre estos dos depósitos a través de
procesos químicos que establecen un equilibrio entre las capas superficiales de los
océanos y las concentraciones en el aire superficial. La cantidad de CO2 que el
océano absorbe depende de la temperatura del mismo y de la concentración ya
presente. Temperaturas bajas de la superficie del océano potencian una mayor
absorción del CO2 atmosférico, mientras que temperaturas más cálidas pueden
causar la emisión de CO2.

Los flujos, sin interferencias antropogénicas, son aproximadamente equivalentes,


con una lenta variación a escala geológica. La vida en los océanos consume grandes
cantidades de CO2, pero el ciclo entre la fotosíntesis y la respiración se desarrolla
mucho más rápidamente. El fitoplancton es consumido por el zooplancton en sólo
algunos días, y sólo pequeñas cantidades de carbono son acumuladas en el fondo
del mar, cuando las conchas del zooplancton, compuestas de carbonato de calcio, se
depositan en el fondo tras su muerte. Después de un largo periodo de tiempo, este
efecto representa una significativa remoción de carbono de la atmósfera.

Otro proceso intermedio del ciclo biológico que provoca remoción de carbono de la
atmósfera, ocurre cuando la fotosíntesis excede la respiración y, lentamente, la
materia orgánica forma depósitos de sedimentos que, en ausencia de oxígeno y a lo
largo de millones de años, se transforman en combustibles fósiles.

Los incendios (naturales) son un otro elemento del ciclo rápido que añaden CO2 a
la atmósfera al consumir la biomasa y materia orgánica, y al provocar la muerte de
plantas que acaban por descomponerse y formar también CO2. 
CUENCAS DE CARBONO
En las cuencas carboníferas las capas de carbón están intercaladas con otras capas
de rocas sedimentarias como areniscas, arcillas, conglomerados y, en algunos
casos, rocas metamórficas como esquistos y pizarras. Esto se debe a la forma y el
lugar donde se genera el carbón.6
Si por ejemplo un gran bosque está situado cerca del litoral y el mar invade la costa,
el bosque queda progresivamente sumergido por descenso del continente o por una
transgresión marina y los restos vegetales se acumulan en la plataforma litoral. Si
continúa el descenso del continente o la invasión del mar, el bosque queda
totalmente inundado. Las zonas emergidas cercanas comienzan a erosionarse y los
productos resultantes, arenas y arcillas, cubren los restos de los vegetales que se
van transformando en carbón. Si se retira el mar, puede desarrollarse un nuevo
bosque y comenzar otra vez el ciclo.
En las cuencas hulleras se conservan tanto en el carbón como en las rocas
intercaladas restos y marcas de vegetales terrestres que pertenecen a especies
actualmente desaparecidas. El tamaño de las plantas y la exuberancia de la
vegetación permiten deducir que el clima en el que se originó el carbón era
probablemente clima tropical.
Condiciones geomorfológicos y tectónicas
En función de estas condiciones, aparecen dos tipos de cuencas sedimentarias:
Cuencas parálicas: se encuentran en ambientes sedimentarios de transición,
generalmente extensas marismas costeras. El hundimiento de la cuenca se debe a
movimientos epirogénicos (hundimientos de la corteza continental). Se produce
una trasgresión como consecuencia de este hundimiento. Los restos vegetales son
cubiertos por materiales detríticos que arrastran los ríos. Los movimientos
tectónicos producen una trasgresión y el recubrimiento de los materiales por el
mar.
Cuencas límnicas: de menor tamaño que las parálicas. Son de ambiente
sedimentario continental: cuencas cerradas denominadas endorreicas (pantanos,
lagunas, lagos, etc.) Los movimientos tectónicos no producen el hundimiento de la
cuenca. El recubrimiento de agua de los materiales se debe a cambios climáticos. El
material detrítico que recubre los restos vegetales proviene de la meteorización de
los relieves circundantes.
Estos dos tipos de cuencas sedimentarias originan dos formas distintas de
encontrar al carbón:
En las cuencas parálicas: se forman estratos de carbón de gran extensión lateral,
pero de pequeño espesor (poca potencia). Los estratos se encuentran siempre entre
otros estratos de rocas detríticas en una secuencia regular que se denomina
ciclotema (secuencia de estratos que se reproduce rítmicamente)
En las cuencas límnicas: los estratos de carbón presentan mayor potencia y
menor extensión lateral que las parálicas. No constituyen un ciclotema, sino que
aparecen formando lentejones.
Reservas mundiales
Los 948 billones de toneladas de reservas de carbón son equivalentes a 4,196 BBEP
(billones de barriles equivalentes de petróleo).8
British Petroleum, en su informe de 2007, calculaba que a finales de 2006 habían
por 147 años de reservas, basadas en reservas "probadas". La siguiente tabla
muestra solo las reservas probadas, las cuales son calculadas en los programas de
exploración de las diferentes empresas mineras. Particularmente, algunas zonas
inexploradas están continuamente agrandando el volumen de reservas.
Proyecciones especulativas predicen que el pico del carbón global de producción se
producirá alrededor de 2025, a un 30 % por encima de la producción actual,
dependiendo en la tasa de producción futura.9
De todas las energías fósiles, el carbón es la que está más dispersada por todo el
mundo y es producido por alrededor de 100 países. Las reservas más
importantes se encuentran en Estados
Unidos, Rusia, China, Australia e India.
Producción mundial
La siguiente tabla muestra la producción anual de carbón por país de 2003 a 2011.
DENSIDAD ENERGETICA DEL CARBONO
En física, la densidad de energía representa la cantidad de energía acumulada en
un sistema dado o en una región del espacio, por unidad de volumen en un punto.
El concepto de unidad de energía se utiliza abundantemente en relatividad
general y en cosmología, pues interviene implícitamente en las ecuaciones que
determinan el campo gravitacional (las ecuaciones de Einstein), y está igualmente
presente en la mecánica y en el campo del electromagnetismo.
La energía para uso humano debe capturarse desde las fuentes de energía
genuinas y transferirse minimizando el coste y las pérdidas hasta los lugares en los
que se le va a dar el uso final.
Este proceso de captura y de transporte usa lo que se conoce como “vectores”, que
son materiales y sustancias capaces de almacenar energía de forma recuperable,
con pocas pérdidas y con una densidad energética que las haga usables en la
práctica.
Cada uno de los vectores, como son la electricidad (que entenderemos como
diferencia de potencial entre dos conductores eléctricos), los combustibles
refinados, el gas extraído de pozo, el hidrógeno…etc. introduce además sus propias
limitaciones físicas, que condicionan los usos para los que son adecuados.
Uno de los principales es la densidad energética, que es la cantidad de energía
acumulada en un vector energético por unidad de volumen o de masa (según el
contexto).
En general, son preferibles las fuentes de energía y los vectores de mayor densidad,
ya que muchos usos finales requieren la concentración de dicha energía, y
concentrar la energía de un vector requiere el consumo de una parte de dicha
energía en el proceso.
El gasto energético del transporte y almacenamiento en condiciones adecuadas es
función directa de la masa y el volumen, y de nuevo aparece la densidad energética
como uno de los principales factores limitantes.
Por ejemplo, el gas natural descomprimido a la salida de pozo no es utilizable
directamente en las aplicaciones humanas, sino que debe ser licuado a una
milésima parte de su volumen normal, en un proceso de concentración que
consume una parte significativa de la energía que contiene, para poder ser
transportado y utilizado eficientemente.
El siguiente cuadro da una idea gráfica de las intensidades energéticas de varios
vectores enérgicos:
 

En general, los combustibles, especialmente los de bajo peso molecular, tienen


densidades energéticas muy superiores (casi en dos órdenes de magnitud, es decir,
una proporción de 100 a 1) a las de los dispositivos de almacenamiento eléctrico,
entre los cuales los más eficientes en términos de energía almacenada por unidad
de masa, siguen siendo las baterías de ión-litio.
Esto explica, por ejemplo, el elevado peso y la baja autonomía relativa de un
vehículo eléctrico frente a un motor convencional de combustible derivado del
petróleo o del gas natural.
Se trata de una limitación difícilmente salvable, a no ser que aparezcan nuevas
tecnologías de almacenamiento de energía eléctrica mucho más eficientes y con
una densidad energética de 10 a 100 veces mayor.
Los mejores acumuladores eléctricos apenas llegan a 1/100 de la energía
acumulada en un peso equivalente de combustibles refinados del petróleo, y las
más habituales (las de plomo y las de níquel), apenas alcanzan un 3/1000.
Auto-
Duración
Energía/ Tensión por Tiempo descarga
Tipo (número de
peso elemento (V) de carga por mes (%
recargas)
del total)
11700
Diésel
Wh/Kg
Gas 10800
Natural Wh/m3
30-40
Plomo 2V 1000 8-16h 5 %
Wh/kg
30-55
Ni-Fe 1,2 V + de 10 000 4-8h 10 %
Wh/kg
Ni-Cd 48-80 1,25 V 500 10-14h * 30%
Wh/kg
60-120
Ni-Mh 1,25 V 1000 2h-4h * 20 %
Wh/kg
110-160
Li-ion 3,16 V 4000 2h-4h 25 %
Wh/kg
100-130
Li-Po 3,7 V 5000 1h-1,5h 10%
Wh/kg

El hidrógeno, en teoría, presenta una densidad energética muy interesante, pero


esta afirmación es sólo una media verdad, ya que obvia el hecho que aún no se
conocen formas seguras y eficientes de almacenar dicho hidrógeno con una
densidad energética suficientemente alta, que permita su uso en las aplicaciones a
las que se pretende destinarlo.
Se descarta prácticamente el almacenamiento duradero en tanques o depósitos, por
la peligrosidad de su manejo, la fatiga y envejecimiento a la que el hidrógeno
somete los materiales (el hidrógeno elemental es muy reactivo y forma aleaciones
quebradizas y frágiles con casi todos los metales, debilitando las estructuras), y
la imposibilidad de contener las lentas y persistentes fugas a través de las paredes
(el hidrógeno es la molécula más pequeña con diferencia, y se difunde con mucha
facilidad a través de los poros y las grietas de casi todos los materiales).
Quedan por explorar las posibilidades del almacenamiento de hidrógeno por
adsorción sobre materiales de muy elevada porosidad (por ejemplo, nanotubos de
carbono), o la formación reversible de hidruros metálicos, sistemas que en la
actualidad no consiguen superar, en las mejores condiciones de laboratorio, el 5-
10% de peso en hidrógeno y tienen, por tanto, una densidad energética superior a
la de las baterías de ión-litio, pero aún muy por debajo de la de los combustibles
fósiles.
Los hidrocarburos y el carbón, en este sentido, siguen siendo los reyes por su gran
densidad energética y la gran versatilidad de sus aplicaciones. La maquinaria
pesada es, hoy en día, impensable sin estas sustancias. Sus cualidades hacen intuir
que, en el futuro, quizá sigan siendo vectores energéticos muy usados, aunque su
origen ya no sean los pozos petrolíferos o gasísticos, sino que provengan de
procesos de síntesis (como el proceso Sabatier) a partir de la energía procedente de
otras fuentes.

DENSIDAD ENERGETICA DEL PETROLEO


Aquí podemos ver a lo que equivale una milla cubica de petróleo. Es útil para darse
cuenta delo difícil que es substituir esta substancian “mágica” por otras fuentes de
energía.

CUENCAS PETROLIFERAS
Las Cuencas Petroleras son aquellas zonas de hundimiento de la corteza terrestre
que anteriormente eran lechos marinos o mares pocos profundos que fueron
cubiertos por grandes capas de tierra o sedimentos a lo largo de millones de años
bajo las que se formó el petróleo y en México existen varias de estas cuencas con
mejores o peores condiciones para producir petróleo.
Se conocen con el nombre de cuencas petrolíferas las zonas de hundimiento –
lechos de antiguos lagos y mares- que han sido geológicamente favorables a la
formación y acumulación de hidrocarburos; en ellas se han encontrado, y se sigue
hoy día hallando, grandes yacimientos de éste ansiado recurso energético. En
México el subsuelo no presenta un único gran depósito o bolsón lleno de petróleo,
sino que los yacimientos se encuentran agrupados en siete cuencas principales, que
a su vez se hallan divididas en subcuencas.

Faja petrolífera del Orinoco: Tiene una extensión este-oeste de unos 600
kilómetros, desde Tucupita hasta Calabozo (estado Guárico), bordeando el río
Orinoco. Su anchura promedio es de 40 kilómetros y su extensión aproximada es
de 32.000 kilómetros. Esta Faja está dividida en cuatro campos, que son, de este a
oeste: Carabobo, Ayacucho, Junín y Boyacá. Se sitúa al sur de la cuenca Oriental,
entre la ribera norte del río Orinoco y el sur de los estados Monagas, Anzoátegui y
Delta Amacuro. La faja del Orinoco es una de las mayores reservas de crudos
pesados en todo el mundo, pues acumula unos 700.000 millones de barriles de
petróleo. El petróleo de esta faja es extremadamente viscoso. Contiene Azufre,
níquel y cantidades apreciables de vanadio. El tipo de crudo contenido en la faja, al
poseer características bien particulares, ha servido de base para el desarrollo de
una nueva fuente energética conocida con el nombre de Orimulsión.

CUENCAS SEDIMENTARIAS
Las cuencas sedimentarias, actualmente, son áreas de relieve plano que antes
estuvieron cubiertas por mares poco profundos, las cuales tienen su origen como
resultado del levantamiento de las grandes montañas, como resultado
de procesos orogénicos, las cuales durante sus levantamientos son responsables del
desprendimiento de sedimentos que se van depositando en las zonas más bajas o
de hundimientos de la corteza terrestre a manera de capas que en año geológicos
como resultado de la descomposición de organismos en los pequeños lagos, al
morir se van combinando con el carbono y el hidrogeno, el cual queda atrapado por
las capas de rocas sedimentarias que se van depositando continuamente en donde
se produce la formación del petróleo. En México este proceso de acumulación y
sedimentación, que duró mucho tiempo, nos indica que la formación del petróleo
es muy lenta y que sólo es posible localizarlo en formaciones geológicas que van
desde el Cámbrico hasta el Plioceno. Lo cual quiere decir que el petróleo más
reciente tiene por lo menos diez millones de años, lo cual nos permite afirmar que
el petróleo está asociado a rocas de tipo sedimentario y que por, lo tanto, su
localización se da en cuencas sedimentarias.
CUENCAS PETROLERAS DEL MUNDO
 El hallazgo de Repsol y Petrobras en la cuenca atlántica de Santos, Brasil, podría
ser el tercer mayor depósito del mundo, según el director de la Agencia Nacional
del Petróleo de Brasil, Haroldo Lima. La producción de crudo, y en menor medida
gas, ha sido estimada en 33.000 millones de barriles, un descubrimiento que
catapultaría al país suramericano entre los mayores productores del mundo.
Hasta ahora, las mayores concentraciones de hidrocarburos se habían encontrado
en Oriente Medio. El mayor yacimiento petrolífero del mundo es el de Ghawar,
Arabia Saudí, cuya producción total está calculada en una horquilla que abarca de
75.000 a 83.000 millones de barriles. Descubierto en 1945, este depósito muestra
sin embargo síntomas de agotamiento, pues su nivel de producción se reduce entre
un 2% y un 8% cada año, según recoge el banco inversor
estadounidense Simmons&Company International, entidad especializada en
el mercado energético.
El segundo yacimiento en la lista es el de Burgan, en Kuwait. Posee entre 66.000 y
72.000 millones de barriles, aunque su explotación también ha provocado que se
encuentre en declive. Su descubrimiento data de 1938.
El siguiente en discordia, con el de Santos al margen, podría ser el de Cantarell,
en México. El problema de este campo de pequeños yacimientos reside en que
cuenta con al menos 18.000 millones de barriles de petróleo recuperables, aunque
hay otros 35.000 millones de barriles que difícilmente pueden ser extraidos por su
disposición geológica. Fue descubierto en 1976.
El tercero es el de la costa de Bolivar, en Venezuela, donde están almacenados
hasta 32.000 millones de barriles. A este le sigue el de Safaniya-Khafji, situado
en Arabia Saudí, con 30.000 millones de barriles.
El quinto es el depósito Rumailia, en Irak, con unos 20.000 millones de barriles.
El de Rumailia sur fue encontrado en 1953, mientras que el depósito del norte fue
hallado en 1958.
En sexta posición se encuentra, según el estudio, el de Tengiz, en Kazajistan. La
producción total de éste depósito descubierto en 1979 aún no es segura, afirma
Simmons&Company International, pues su número de barriles podría aumentar y
situarse entre los 15.000 y 26.000 millones.
El siguiente en la clasificación es el de Ahwaz, Irán. Como otros yacimientos de
Oriente Medio, éste muestra signos de agotamiento. Explorado desde 1958, se
calcula que posee 17.000 millones de barriles.
El octavo es el depósito iraquí de Kirkuk. Hallado en 1927, su número de barriles
está en torno a los 16.000 millones, misma cifra que el noveno, el iraní de Marun
(1963).

Juntos a estos dos, el noveno puesto también pertenece al mayor yacimiento chino
de hidrocarburos, el situado en Daqing. También suma unos 16.000 millones de
barriles, pero los datos de Simmons&Company International apuntan a que el
depósito empieza a vislumbrar su fin.

El décimo puesto pertenece al iraní de Gachsaran, descubierto en 1937 y con


15.000 millones de barriles según los cálculos del estudio.
CUENCAS PETROLERAS DE MEXICO
En México se han podido identificar 16 cuencas sedimentarias con potencial
petrolero: Sabinas, Burgos, Tampico, Misantla, Veracruz, del Sureste,
Sierra Madre Oriental, Golfo de México Profundo, Sierra de Chiapas,
California, Golfo de California y Chihuhua.

 Las principales cuencas por su producción acumulada y reservas


remanentes de aceite son las de Tampico-Misantla y las denominadas
Cuencas del Sureste.
 Las cuencas de Sabinas, Burgos y Veracruz son primordialmente
gasíferas, destacando por su volumetría la de Burgos.
 Actualmente, la cuenca con menor conocimiento es la del Golfo de
México Profundo.

1. Cuenca Sabinas
Es una importante cuenca gasífera que se extiende bajo el estado de Coahuila. El
espesor estratigráfico cronológicamente abarca desde el Jurásico superior hasta el
Cretácico Superior.

2. Cuencas de Burgos
Junto con la Cuenca de Veracruz ha aportado el 5 por ciento de la producción
acumulada. Las principales cuencas productoras de gas no asociado corresponden
a Burgos y Veracruz, destacando por su volumetría la de Burgos. Comprende gran
parte del noreste, dentro de territorios norteños de Tamaulipas, Nuevo León y
Coahuila.
Actualmente, la producción de gas seco en esta zona cubre una superficie de más de
29 mil kilómetros cuadrados y se obtienen más de mil millones de pies cúbicos
diarios. Esta producción representa el 80 por ciento del total de gas no asociado y
casi una cuarta parte de la producción total de gas en México. La Cuenca de Burgos,
en efecto, constituye la reserva de gas no asociado al petróleo más importante del
país.

Burgos tiene la misma potencialidad productiva que tiene el sur de Texas; sin
embargo, se ha obtenido en los últimos 60 años sólo un diez por ciento de lo
producido en el lado norteamericano.

3. Cuenca de Tampico-Misantla
Es otra principal cuenca después de las cuencas del Sureste por su producción
acumulada y reservas remanentes de petróleo. Es la más antigua en producción en
México. Actualmente, se encuentra en etapa de reactivación con la puesta en
marcha del proyecto Aceite Terciario del Golfo (Chicontepec).
4. Cuenca de Veracruz
La Cuenca Terciaria de Veracruz es de gran importancia económico-petrolera
debido a las dimensiones y potencia de su columna sedimentaria, historia de
producción de más de 50 años y sus perspectivas en cuanto a gas seco.

5. Cuencas del Sureste


La mayor producción de hidrocarburos se ha obtenido a partir de las Cuencas del
Sureste. El incremento en la producción en las Cuencas del Sureste obedece
principalmente a los megos descubrimientos en la sonda de Campeche y en el área
Chiapas-Tabasco. Comprende además de los estados mencionados, el estado de
Veracruz.

Está conformada por las cuencas: Salina del Istmo, Reforma-Comalcalco,


Macuspana, Litoral de Tabasco y Sonda de Campeche.

6. Cuenca del Golfo de México Profundo


Más del 50% de los recursos potenciales del país se encuentran en aguas profundas.
Las estimaciones prospectivas se ubican en cerca de 30 mil millones de barriles de
crudo equivalente.
La porción profunda de la Cuenca del Golfo de México se ubica en tirantes de agua
superiores a 500 metros, cubriendo una superficie aproximada de
575,000 kilómetros cuadrados. Con base en la información hasta ahora adquirida,
se han identificado 9 provincias geológicas: Delta del Rio Bravo, Franja de Sla
Alóctona, Cinturón Plegado Perdido, Franja Distensiva, Cordilleras Mexicanas,
Salina del Golfo Profundo, Escarpe de Campeche, Cañón de Veracruz y Planicia
Abisal, distribuidas en 3 proyectos exploratorios: Golfo de México B, Golfo
de México Sur y Área Perdido.
TIPOS DE CUENCAS
 Cuencas marginales
Formadas en los márgenes de los continentes, generalmente frente a las
desembocaduras de ríos de importancia. Ej.: Delta del Nilo.
Cuencas sedimentarias de antepaís
Formadas junto a orógenos compresivos debido a la flexión de la litosfera terrestre
bajo el peso de las rocas apiladas durante la colisión tectónica. Ej.: Cuenca
del Ganges, junto al Himalaya.

 Cuencas extensivas
Formadas en zonas donde la corteza terrestre ha sido extendida y adelgazada.
Ej.: Graben del Rin.

 Cuencas de pull-apart
Formadas en zonas de desgarre tectónico (strike-slip) en las que dos placas
tectónicas se desplazan sin producir extensión ni compresión, es decir,
paralelamente a la zona de falla que las separa. La cuenca se forma entonces en la
región donde dicha falla de rumbo cambia su dirección.
Ej.: Mar Muerto.

 Cuencas carbonatadas
Formadas por acumulación de carbonato cálcico biótico.
Ej.: Cuenca del mar Caribe.

 Cuencas de intraplaca
Formadas en el interior de los continentes en ausencia de deformación tectónica
por fallas, generalmente a consecuencia de la subsidencia o hundimiento del
terreno por fenómenos como la topografía dinámica (relacionada al flujo en el
manto terrestre). Un ejemplo es la cuenca del lago Chad.

También podría gustarte