Está en la página 1de 2

Las moscas ya tienen su

propio "árbol de la vida"

Un equipo internacional de investigadores


ha trazado el mapa más completo de la historia evolutiva de las moscas, proporcionando un
marco idóneo para estudios comparativos de estos ubicuos insectos. Lo llaman la "tabla
periódica de las moscas".

La investigación, publicada en la revista Proceedings of the National Academy of


Sciences (PNAS), tapa importantes huecos de los 260 millones de años de historia de
los dípteros, término de origen griego que significa "dos alas" y que engobla a moscas,
mosquitos y tábanos, entre otros insectos. La información obtenida a partir de este "retrato de
familia" podría tener repercusiones importantes sobre la salud humana y el medio ambiente,
ya que existen moscas que actúan como vectores de enfermedades mortales como la malaria,
moscas plaga y moscas controladoras de plagas en agricultura, moscas polinizadoras como las
que polinizan las flores de cacao, etc. Además, como explica Brian Wiegmann, profesor de la
Universidad Estatal del Norte de Carolina (EE UU) y responsable del estudio, "las moscas tienen
una larga historia de éxito evolutivo en todo tipo de ambientes". "Por ejemplo, hay larvas de
mosca que viven en el petróleo, en aguas termales, en las branquias de los cangrejos y dentro
de colmenas de abejas", enumera.

152.000 especies de moscas


Usando la recopilación de datos más completa reunida hasta ahora sobre la genética y la
anatomía de las moscas, los investigadores han descubierto que las especies más antiguas aún
vivas son seres de largas patas y grandes alas que crecen en aguas de montaña que fluyen a
gran velocidad. Eso indica que "la historia de las moscas empezó en ambientes húmedos",
apunta Wiegmann.  Por otra parte, el estudio revela que las moscas se diversificaron
fundamentalmente en tres grandes episodios, hace 220, 180 y 65 millones de años. Y muestra
la cantidad de veces que sus estilos de vida cambiaron: por ejemplo, hay 12 episodios en la
historia de las moscas en los que empezaron a alimentarse de sangre, y 18 ocasiones en las
que, irónicamente, perdieron sus alas.
Además, a raíz de la investigación los científicos han descubierto que los parientes más
próximos de Drosophila, la mosca de la fruta en la que se basan muchos descubrimientos
científicos clave, son dos parásitos poco comunes: el llamado piojo de las abejas (Braula
coeca), una mosca sin alas que parasita a la abeja reina, e insectos del género Cryptochetidae,
moscas usadas como pesticidas biológicos.

En todo el planeta hay 152.000 especies conocidas de moscas y "hacen tantas cosas diferentes


que hasta ahora era un difícil rompecabezas para los científicos", añade Wiegmann, que
espera que el nuevo árbol de la vida de estos insectos siga deparando interesantes sorpresas.

También podría gustarte