Está en la página 1de 6

EL PERSEGUIDOR LA RUPTURA DEL HOMBRE SISTEMATICO

Queni Anyerson Puerres Ch.

Mayerli Deraso

Producción de textos 2

Universidad de Nariño

Pasto

12 de Diciembre 2019

1
EL PERSEGUIDOR LA RUPTURA DEL HOMBRE CANÓNICO SISTEMÁTICO Y
CONSERVADOR

Por Queni A. Puerres

En el siguiente trabajo se pretende mostrar mediante el relato “El perseguidor” de Julio

Cortázar la ruptura de los cánones lo moral y sistemático y llevar al lector a cuestionarse la

forma de vida que lleva esto mediante los simbolismos que el autor utiliza en el relato con la

figura de Johnny Carter, Bruno V. y la música Jazz. Julio Cortázar debió haber encontrado

aquello en la figura del gran Charlie Parquer y en la música jazz, encontrando esa ruptura de lo

hermético sistemático y exacto, por un lado, con el libertinaje de Charlie su trágica vida, su

drogadicción y por otra la trascendencia casi celestial que tiene la música y en especial el jazz

siendo un género que plasma de la mejor manera la ruptura entre la real y lo irreal.

“El perseguidor” es un relato del escritor argentino Julio Cortázar escrito hacia 1959 tras la

muerte del saxofonista Charlie Parquer creador del Be- Bop. Considerado como su segundo

mejor trabajo después de Rayuela, el perseguidor un relato que se encuentra dentro de la

colección Las armas secretas publicados en 1969 donde se relatan los últimos días del virtuoso

saxofonista de jazz Johnny Carter que se encuentra sumido en la pobreza la locura y la

drogadicción, su mejor amigo Bruno V. quien escribe la biografía de Johnny, empezara a

cuestionarse si los delirios de su ídolo y amigo esconden un mensaje, en el que Johnny busca la

manera de escapar de la realidad del mundo mediante el jazz y Bruno comprenderá que era lo

que este buscaba, llevando al lector a cuestionarse estas mismas preguntas y generando esa

incertidumbre de perseguir un ideal de vida casi platónico.

2
Para desarrollar el anterior planteamiento, es impórtate decir que Julio Cortázar se vale de

simbolismos a lo largo de todo el relato donde pone a sus personajes a cuestionamientos

metafísicos utilizando a ellos mismos como símbolos Johnny Carter y Bruno V que hacen que el

lector se identifique mejor con los personajes, así como la utilización de la música Jazz como

medio de explicar su tesis principal.

Para empezar Johnny Carter representa el quiebre de lo pre establecido y simboliza la libertad

lo experimental el inconformismo, Cortázar quería mostrar en el al hombre casi mesiánico esto

mediante su música, pero a la vez incapaz de ser lo suficientemente sensato de lo que en realidad

persigue hasta haciendo caer en cuenta al lector de ser un ser burdo, pero aquí aparecerá Bruno

quien representa la inteligencia y la cordura que dará respuesta a lo que Carter busca:

lo que quería explicarme a mí mismo es que la distancia que va de Johnny a nosotros no

tiene explicación no se funda en diferencias explicables…Dan ganas de decir enseguida

que Johnny es como un ángel entre los hombres, hasta que una elemental honradez obliga a

tragarse la frase y a reconocer que Johnny es un hombre entre los ángeles una realidad

entre las irrealidades que somos todos nosotros (Cortázar 2001 p. 148).

Por otro lado, el conformismo se representará mediante el diario vivir de Bruno y será

Johnny en su afán por buscar su punto máximo en su perfección hacia la música lo que hará a

Bruno cuestionarse sobre si su libro habla de la verdad o solo busca satisfacer a un público

simplista que solo se fijan en lo superficial, así Cortázar pretende explicar al lector que el

conformismo nos hace personas superfluas que buscan la sencillez para una satisfacción

momentánea y que nos convierte en una suerte de rebaño que no puede ver más allá de la pared.

3
no tocar la segunda edición del libro, seguir presentando a Johnny como lo que era en el

fondo: un pobre diablo de inteligencia apenas mediocre, dotado como tanto musico, tanto

ajedrecista y tanto poeta del don de crear cosas estupendas sin tener la menor conciencia de

las dimensiones de su obra. Todo me inducia a conversar tal cual ese retrato de Johnny; no

era cosa de crearse complicaciones con un público que quiere mucho jazz, pero nada de

análisis musicales o psicológicos, nada que no sea la satisfacción momentánea y bien

recortada…nada de razones profundas (Cortázar 2001, p. 181).

El jazz talvez sea el más importante de los simbolismos en el relato de Cortázar, un género

musical que se caracteriza por sus movimientos sincopados que se oponen a la exactitud de la

música clásica europea, pero que a pesar de ser tan revolucionaria y hasta de cierta forma ilógica

ala tradicionalismo de la armonía musical supone la expresión de la más pura libertad siendo esta

una música que incita al instrumentista a improvisar en este ámbito más que buscar la exactitud

se busca olvidarse y apartarse de la realidad del mundo físico y llevándonos a un plano

trascendental ese es el poder de la música.

Si a veces la puerta ha empezado a abrirse…Bruno, toda mi vida he buscado en mi música

que esa puerta se abriera al fin…Miles toco algo tan hermoso que casi me tira de la silla, y

entonces me largue, cerré los ojos, volaba…..Me oía como si desde un sitio lejanísimo pero

dentro de mí mismo, al lado de mi mismo alguien estuviera de pie……..era la seguridad, el

encuentro, como en algunos sueños ¿no te parece?, cuando todo está resuelto…….y sobre

todo sin tiempo….y yo sabía que era mentira, que eso ocurría porque estaba perdido en la

música (Cortázar, 2001, p.p. 176-177).

Por otra parte el jazz representa en si la misma locura en la que estaba sumido Carter y a la

vez la única forma en la que Bruno podía ver su locura como lo más bello, esta disfunción de

4
lógica del jazz se encuentra en su estructura armónica donde los sonidos exóticos en cada uno de

sus acordes y escalas representan de igual manera la locura de Johnny sus excentricidades sus

divagaciones pero que a la vez se vuelve en un significado común en un lenguaje tan universal

como la música por esta razón Cortázar realizo este paralelo entre jazz y literatura. Según Pablo

Montoya escritor colombiano en su ensayo El perseguidor de Julio Cortázar afirma:

El relato inicia, se desarrolla y concluye bajo este cotejo. La obra está contada por un

representante del redil. Es Bruno quien crea, a lo largo del texto, el plano organizador. Al

narrar, Bruno actúa, como en el jazz, al modo de los acordes modelos que establecen el

campo armónico. Bruno regula el discurso literario. Bruno moraliza sobre la marihuana, el

alcohol y los deseos sexuales de Carter. Bruno moldea el tiempo de la narración. Un

tiempo que en él es sinónimo de estabilidad. Pero del cual es un súbdito al mencionarlo con

frecuencia (Montoya, 2013, párraf. 6).

Bruno es en verdad quien lleva las riendas de la historia y representa al lector, la conciencia

que Cortázar busca generar mediante las propias indagaciones de Bruno hacia las ideas

abstractas que Carter no puede explicar así mismo, bruno representa la verdad, Handelsman

(2015) afirma que:

mientras en Johnny encontramos el ideal inalcanzable, encontramos en bruno al intelectual

practico que solamente se resigna a lo imposible del ideal deseado, sino que nos produce

cierta cantidad de ardor por recordarnos de nuestra propia falta de convicción ante el

desafío de romper definitivamente con las estructuras socioeconómicas y culturales que

imposibilitan ese ideal dolorosamente elusivo. No será una mera casualidad que, a lo largo

de todo el cuento Bruno se fustigue verbalmente a sí mismo (p.p.109-128).

5
En conclusión la narración de Cortázar ínsita al lector a reflexionar acerca de su entorno socio

cultural de su forma de vida y le propone cuestionamientos que buscan la ruptura de los

convencionalismos buscando que vea en sus personajes el vivo reflejo de su realidad, también

destaca que Cortázar amante del jazz realizo un homenaje al gran Charlie Parker “Bird” creador

del Be-Bop y su obra muestra un gran genio en la combinación de la literatura con el jazz,

además de la utilización de este género como un símbolo que denota ese mismo ritmo sincopado,

exótico, improvisado y lleno de emotividad tan cercanas al jazz, sin lugar a duda una de sus

mejores obras. Por lo tanto, se puede decir que “El perseguidor” es un relato que permite romper

con los cánones socioculturales morales y sistemáticos.

Referencias Bibliografías

Cortázar, J. (2001). El perseguidor en las armas secretas. Madrid, España: Santillana.

Handelsman, M. (2013), Situando a Charlie “Bird” ante Julio Cortázar y Juan Montoya una

lectura de pertenencias. Revista crítica literaria latinoamericana Año XLI, (81), 109-128.

Recuperado de: https://as.tufts.edu/romancestudies/rcll/pdfs/81/109-128-Handelsman.pdf.

Montoya, P. (2013). El perseguidor de Julio Cortázar en pablomontoya.net. Recuperado de:

https://www.pablomontoya.net/el-perseguidor-de-julio-cortazar/.

También podría gustarte