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EL SISTEMA CIRCULATORIO COMO SISTEMA DE

TUBOS
Este artículo se publica con la intención de compartir una recopilación estudiantil que
necesariamente está sujeta a correcciones ortográficas, gramaticales, de forma  y de
contenido.  Por este motivo debe considerarse como material en proceso de elaboración,
aún no terminado.

EL SISTEMA CIRCULATORIO COMO SISTEMA DE TUBOS

El aparato circulatorio puede constituir uno de los ejemplos más claros y más asombrosos
de sistemas de flujo por tuberías que se puede encontrar ya sea hecho por la naturaleza o
por el hombre.

Cada una de sus partes representa un objeto que ya ha sido estudiado por la mecánica de
fluidos y por la hidráulica, a lo largo de la historia; tales objetos son bombas, válvulas,
tuberías de diámetros constantes, cambios de diámetros en tuberías, la viscosidad en el
fluido, la presión en una tubería, la velocidad del flujo, el caudal y el volumen total.

Se pretende dar una breve descripción de dicho aparato, enfocándolo desde la mecánica
de fluidos y la hidráulica para ayudar a afianzar ciertos conceptos que tal vez se pueden
comprender con mayor claridad cuando se tiene un ejemplo tan presente y tan real como
es, en este caso, el aparato circulatorio.

EL SISTEMA

El sistema circulatorio constituye un circuito continuo, en el que el volumen impulsado por


el corazón es el mismo volumen que debe circular por cada una de las subdivisiones de la
circulación.Puede dividirse en dos partes principales que son el sistema de circulación
general y el de circulación pulmonar.

En el sistema de circulación pulmonar, el corazón lleva la sangre pobre en oxígeno a los


pulmones, donde puede deshacerse de las toxinas que tenía y disolver nuevo oxígeno
para distribuírlo después al cuerpo; en esta circulación pulmonar también se encuentra el
recorrido que hace la sangre rica en oxígeno de vuelta al corazón. El sistema de
circulación general consiste en distribuir la sangre rica en oxígeno haciendo un recorrido
por todo el cuerpo y llegando finalmente, pobre en oxígeno, de nuevo al corazón.
La sangre fluye casi sin resistencia en todos los grandes vasos de la circulación, pero no
en arteriolas y capilares. Para que la sangre pueda atravesar los pequeños vasos en que
se presenta resistencia, el corazón manda sangre a las arterias a presión elevada (hasta
aproximadamente 120 torr).

LAS BOMBAS Y LAS VÁLVULAS DEL CORAZÓN

El corazón es el músculo que permite que se de la circulación de la sangre a lo largo de


todo el sistema, ya que se compone de unas bombas que se encargan de impulsar la
sangre hacia las arterias. Está formado en escencia por dos bombas que trabajan
simultáneamente, una a cada lado del corazón. La bomba que está en el lado derecho
recibe sangre pobre en oxígeno que viene de hacer un recorrido por todo el cuerpo, y se
encarga de impulsarla hacia los pulmones. La bomba del lado izquierdo del corazón recibe
sangre rica en oxígeno proveniente de los pulmones y la distribuye por impulsión al resto
del cuerpo. Cada lado del corazón se compone de una aurícula que recibe sangre venosa,
y un ventrículo que impulsa la sangre a lo largo de las arterias.

El ciclo cardiaco tiene dos fases que son diástole y sístole. Durante la diástole, el músculo
se relaja permitiendo la entrada de la sangre a las aurículas que al llenarse presentan altas
presiones; tales presiones obligan a las válvulas tricúspide y mitral a abrirse, permitiendo
así el paso de la sangre a los ventrículos que los llena totalmente debido a una contracción
total que se da en las aurículas. Durante la sístole, las válvulas tricúspide y mitral se
cierran, los ventrículos llenos se contraen y obligan la apertura de las válvulas aórtica y
pulmonar para permitir la salida de la sangre al resto del cuerpo. Finalmente el corazón se
relaja, cierra las válvulas aórtica y pulmonar, y comienza una nueva diástole.
EL FLUIDO

La sangre es el fluido fundamental del aparato circulatorio. Circula por las venas y las
arterias del cuerpo humano y ese movimiento de circulación se debe a la actividad
coordinada del corazón, los pulmones y las paredes de los vasos sanguíneos.

Tiene un olor característco y una densidad relativa que oscila entre 1,056 y 1,066. En un
adulto sano la cantidad de sangre en el cuerpo es una onceava parte del peso corporal, de
4,5 a 6 litros. Es un líquido viscoso que se compone de células (glóbulos) y plasma. Más
del 99% de las células son glóbulos rojos lo que significa que los glóbulos blancos casi no
tienen ningún papel en las características físicas de la sangre.

HEMATOCRITO:

Es el porcentaje de la sangre constituido por células y en un hombre normal en promedio


es de 42, en tanto que en una mujer tiene un valor promedio de 38. El valor del
hematocrito en la sangre se determina centrifugándola en un tubo calibrado que permite la
lectura directa del porcentaje de células. El hematocrito tiene un efecto directo sobre la
viscosidad de la sangre el que se explica a continuación.

La sangre es varias veces más viscosa que el agua y eso dificulta más su paso por los
vasos pequeños; a mayor proporción de células en la sangre (hematocrito), mayor la
fricción entre capas sucesivas de sangre y es esta fricción la que rige la viscosidad. Por lo
tanto, cuando aumenta el hematocrito, aumenta la viscosidad de la sangre. La viscosidad
de la sangre completa para un hematocrito normal es aproximadamente 3 veces la
viscosidad del agua, pero cuando el hematocrito aumenta hasta 60 ó 70, la viscosidad de
la sangre puede llegar a ser 10 veces la del agua y su circulación por los vasos se podrá
retrasar considerablemente.

Otro factor que afecta la viscosidad de la sangre es la concentración y los tipos de proteína
que hay en el plasma, pero estos efectos tienen mucha menor importancia que la que tiene
el hematocrito. La viscosidad del plasma sanguíneo es 1,5 veces la del agua.

EL FLUJO DE LA SANGRE EN EL SISTEMA


El flujo a través de un vaso sanguíneo depende de dos factores:

1.      La diferencia de presión entre los dos extremos del vaso que es la fuerza que empuja
la sangre por el mismo.

2.      La dificultad de la circulación a través del vaso que se conoce como  resistencia


vascular.

El flujo a través del vaso se puede calcular por medio de la ley de Ohm, que indica que el
flujo sanguíneo es directamente proporcional a la diferencia de presión e inversamente
proporcional a la resistencia (Q=DP/R). Por lo tanto, para determinar el flujo sanguíneo no
es importante conocer el valor total de las presiones, pero es fundamental conocer la
diferencia entre éstas que será la encargada de inducir el flujo de aquel lugar en donde
hay más presión a donde hay menos presión.

El flujo de sangre se refiere al volumen de sangre que pasa por un punto determinado de
la circulación durante un tiempo fijo. Se expresa en unidades de volumen sobre unidades
de tiempo (caudal). El flujo sanguíneo global en la circulación de un adulto en reposo es de
unos 5000 ml/minuto y éste es el denominado gasto cardiaco porque constituye el volumen
de sangre impulsado por cada ventrículo en la unidad de tiempo.

Para medir el flujo sanguíneo existen varios dispositivos ya sean mecánicos o


electromagnéticos, y entre ellos se encuentran el medidor electromagnético de flujo y el
medidor de flujo ultrasónico Doppler. Ambos medidores son capaces de registrar cambios
pulsátiles demasiado rápidos del flujo, al igual que registran el flujo constante.

FLUJO LAMINAR Y TURBULENTO, Y EL PERFIL PARABÓLICO DE VELOCIDADES

En ciertos casos la sangre fluye a un ritmo constante a través de un vaso liso, largo en
corrientes continuas, manteniéndose cada capa de sangre a una distancia constante de la
pared del vaso presentándose entonces lo que se conoce en la mecánica de fluidos como
flujo laminar. Al tener flujo laminar, se presenta también el efecto de que las capas más
cercanas a las paredes de los vasos, tendrán velocidades de flujo casi nulas debido al
efecto de la viscosidad, mientras que las capas de sangre más alejadas de las paredes
alcanzarán una velocidad mayor que el resto de las capas. Lo anterior origina un perfil
parabólico de velocidades cuando se presenta un flujo laminar.

Cuando la rapidez del flujo sanguíneo es muy intensa, cuando pasa una obstrucción de un
vaso, cuando hace un giro brusco, o cuando pasa por encima de una superficie más
rugosa, el flujo puede volverse turbulento, formando generalmente remolinos
denominados corrientes parásitas o de remolino. Cuando se producen corrientes de
remolino, la sangre circula contra una resistencia mucho mayor que la que existe cuando
la corriente es lineal porque los remolinos aumentan enormemente la fricción dentro del
vaso.

Para determinar si un flujo sanguíneo es laminar o turbulento es posible utlizar el número


de Reynolds (ver artículo "El número de Reynolds") que determina la tendencia a ser
turbulento que tiene un flujo. En la aorta proximal y en la arteria pulmonar, el número de
Reynolds puede elevarse hasta niveles altos, como de varios miles, durante la fase rápida
de vaciamiento de los ventrículos; esto provoca intensa turbulencia en la parte proximal de
las arterias aorta y pulmonar, donde hay muchas condiciones adecuadas para la
turbulencia:

1.      Gran velocidad de la corriente.

2.      Indole pulsátil de flujo.


3.      Brusco cambio del diámetro del vaso.

Sin embargo, en los vasos pequeños el número de Reynolds casi nunca llega a ser
suficientemente elevado para provocar turbulencia.

LA PRESIÓN

La presión sanguínea representa la fuerza ejercida por la sangre contra cualquier área de
la pared vascular, se mide generalmente en torr (milímetros de mercurio) porque se ha
utilizado el manómetro diferencial. Sin embargo, el mercurio tiene tanta inercia que no
puede elevarse y bajar rápidamente. Por este motivo, el manómetro de mercurio, aunque
excelente para registrar presiones constantes, no puede responder a cambios de presión
que ocurran con rapidez mayor de aproximadamente un ciclo cada dos o tres segundos.
Se utilizan entonces artefactos más especializados cuando se va a medir la presión
sanguínea, como son los transductores electrónicos de presión utilizados generalmente
para convertir la presión en signos electrónicos y registrarla con un dispositivo de alta
velocidad.

UNIONES ENTRE TUBERÍAS

La aorta al salir del corazón se empieza a dividir en una serie de ramas principales que a
su vez se ramifican en otras más pequeñas para lograr llegar a todas las partes del
organismo mediante una complicada red de múltiples derivaciones. Las arterias menores
se dividen en una fina red de capilares que son vasos aún más pequeños y tienen paredes
muy delgadas. Así la sangre entra en contacto con con los líquidos y tejdos del organismo.
Después de permitir a la sangre interactuar con las diversas células, los capilares se
empiezan a unir para formar venas pequeñas que a su vez se unen para formar venas
mayores cada vez, hasta que finalmente se reúnen en la vena cava superior e inferior que
llega al corazón.

Este sistema de ramificaciones y uniones se puede interpretar como un sistema de tubos


en paralelo que es uno de los objetos de estudio de la hidráulica.

DIÁMETROS VARIABLES
El diámetro de los vasos sanguíneos, a diferencia de lo que ocurre en tubos metálicos o de
vidrio, aumenta al elevarse la presión interna porque tales vasos son distensibles.

La distensiblidad vascular se expresa normalmente como el aumento fraccionario de


volumen por cada torr que se eleva la presión. Anatómicamente, las paredes de las
arterias son mucho más resistentes que las de las venas,por lo tanto, las venas son en
promedio unas seis a diez veces más distensibles que las arterias. 

Tal vez las únicas tuberías capaces de modificar su diámetro de acuerdo a la presión, son
las que conforman el aparato circulatorio y son tal vez el único elemento de dicho sistema
que el hombre no ha implementado en los sistemas que construye.

La mecánica de fluidos y la hidráulica son ciencias indispensables para el hombre que


aplican en la mayoría de los campos, incluso en la medicina como se mostró
anteriormente, permitiendo al hombre comprender, analizar y en ciertos casos predecir el
comportamiento de ciertos sistemas como es en este caso el aparato circulatorio.

Diversas aplicaciones de estas ciencias se ven a diario, en muchos lugares y situaciones,


y a partir de todas esas aplicaciones pueden ser estudiadas para asociarse de una manera
más directa y dinámica a los términos y a las situaciones típicas que se presentan en el
estudio de los fluidos.

Ana Isabel Herrera R.

BIBLIOGRAFÍA:

§         Guyton, Arthur C. "Tratado de fisiología médica". Séptima edición. Ed McGraw Hill.


1989.

§         Shames, Irving H. "La mecánica de los fluidos".  Primera edición. Ed McGraw Hill.


1967.

§         "Encarta 98". Enciclopedia multimedia. Microsoft. 1998. 

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