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Bourdieu

La formación de habilidades y destrezas y la transmisión de conocimientos no


pueden ser ajenas a la ideología en tanto que deben formar a los sujetos para
que ocupen el lugar que les corresponde en la división de trabajo. Y ello debe
efectuarse con su consentimiento. Así, pues, las formas de producción y
distribución del conocimiento en la sociedad, está ligada a esta función
legitimadora del sistema de clases y la ideología es una de sus herramientas
principales.

Pierre Bourdieu puso énfasis en el proceso de dominación cultural por el cual


los sujetos participan activamente en el proceso de su dominación. Las
instituciones reproducen las relaciones de poder mediante la producción y
distribución de la cultura dominante, utilizando mecanismos de violencia
simbólica. Así la cultura se convierte en intermediaria de los intereses de clase
y los sujetos, legitimando determinados conocimientos y modos de
relacionarse, ocupando posiciones de dominación en el ámbito social.
El modelo reproductivista pone el énfasis en los procesos reproductivos
interesado en desentrañar los mecanismos que el sistema capitalista utiliza
para conservarse como modo de producción.

Las teorías reproductivistas han señalado a la escuela como institución


involucrada con la reproducción social y cultural de un sistema injusto.

Función reproductora de la educación:


Para los teóricos reproductivistas, la escuela cumple un papel importante en la
legitimación del capital cultural dominante y forman la mano de obra necesaria
para la reproducción de las fuerzas de trabajo. El sistema educativo cumple
una función económica al reproducir la división social del trabajo a través de
ofertas educativas diferenciadas (relación de correspondencia entre sistema
escolar y el productivo). Para ellos la función principal de la escuela es la
reproducción de la conciencia dominante y la integración de los jóvenes al
mundo del trabajo.
Bourdieu señala el involucramiento del sistema escolar en la reproducción del
capital cultural dominante. Las clases sociales producen su propio capital

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cultural, producto de las condiciones objetivas de producción y creando
esquemas de pensamiento y acción, esta matriz es puesta a prueba en la
escuela, que se organiza a partir de un capital cultural dominante que no todos
poseen, consagrando así las diferencias sociales.

La reproducción cultural:

Bourdieu recurre a 2 categorías para explicar la reproducción: campo y


habitus, que posibilitan la relación entre el sistema social y el sujeto, 2
dimensiones (objetiva y subjetiva) que suelen ir escindidos, quiso encontrar una
teoría que vinculara ambos niveles.
El campo corresponde al plano objetivo, es el espacio social donde los sujetos
luchan para obtener una posición.
Un campo puede definirse como una red o configuración de relaciones
objetivas entre posiciones.
No todos los campos poseen las mismas reglas
Para realizar el análisis de un campo, el autor, propone delimitar el estudio en
tres momentos:
1- analizar la posición del campo elegido con relación al campo del poder.
2- Efectuar un análisis de las posiciones ocupadas por los agentes o
instituciones que compiten en el interior de este campo. Debemos
reconocer cuál es la estructura de las relaciones que existen entre los
que participan en este campo.
3- Requiere del estudio del habitus de los agentes, las habilidades
destrezas, competencias que configuran la base de las estrategias de
los sujetos usan en su lucha en el campo.

El análisis del campo nos permite entender el sentido del juego establecido que
lleva a actuar a los actores en cada situación mediante estrategias más o
menos exitosas en la medida que cada sujeto interpreta adecuadamente la
lógica del campo. El concepto de estrategias, es también interesante porque
estas muestran cuál es el interés del sujeto en el juego y si bien las estrategias
son producciones individuales, que tienen por meta incrementar la posición del
sujeto en el campo, los actores son entendidos aquí como sujetos que no

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depende exclusivamente de la estructura objetiva, sino que incorpora la
imaginación, la creatividad, inclusive la invención en la búsqueda de un mejor
posicionamiento.

El habitus es el conjunto de recursos y procedimientos de que dispone cada


actor para desempeñarse en ese campo y corresponde al plano subjetivo en
tanto se trata de la interiorización de lo objetivo.
En él encontramos la génesis de nuestras conductas, aquí tiene un rol
fundamental la herencia familiar. Se conforma de destrezas y habilidades, que
se inscriben en el cuerpo y es difícil de ocultar. El cuerpo nos denuncia. La
herencia familiar y las experiencias de socialización que conforman el habitus
primario, pueden ser confirmadas por la socialización secundaria (referida
sobre todo a la escolaridad, pero también a la socialización que ejercen todas
las instituciones sociales). El componente objetivo del habitus es el capital
cultural.
En el campo educativo podemos incorporar un elemento más que describe las
maneras a través de las cuales la socialización secundaria induce a la
incorporación del capital cultural dominante: la violencia simbólica. Todo poder
de violencia simbólica que logra imponer significaciones como legítimas
disimulando las relaciones de fuerza en que se funda su propia fuerza, añade
su fuerza propiamente simbólica a esas relaciones.
No se ejerce bajo formas identificables fácilmente. Los alumnos que poseen las
herramientas de apropiación de esa cultura institucional tendrán éxito, los que
no, fracasaran como producto de carencias personales.
Las corrientes reproductivistas caracterizan al sistema escolar como un sistema
propio del aparato del estado, cuya función ha sido preservar e inculcar la
cultura dominante.
Sostienen que las escuelas son reproductoras del orden social en varios
sentidos:
1. económico, proporciona conocimientos y habilidades para que cada
clase social ocupe su lugar determinado en la división social del trabajo.
2. cultural, distribuye y legitima los valores, normas, costumbres, moral y
conocimientos de la cultura dominante.

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3. ideológico, inculca la concepción del mundo dominante tomando justo el
orden establecido y presentándolo como el único posible.
4. político, como forma parte del aparato estatal produce y justifica los
imperativos económicos e ideológicos que subyacen al poder político del
estado e inculca la no politización de las prácticas escolares en una
transmisión neutra del conocimiento científico.

Entonces este sistema educativo no solo reproduce diferencias de clase sino


también formas colonizadas y dependientes de un sistema al introducir
valores, ideas, lenguajes extraños a la cultura e imponerlos como deseables.

El autor introduce el concepto de habitus:


“…sistemas de disposiciones(modos de actuación, de pensamientos)
duraderas y transferibles, no varían, el sujeto las conserva y las transfiere a
cada nueva situación, estructuras estructuradas predispuestas para
funcionar como estructuras estructurante, relación de imbricación entre las
estructuras sociales y la subjetividad de los agentes, estos habitus implican
disposiciones ya estructuradas que a la vez estructuran nuevas acciones, hay
posibilidad de creación de reglas en el habitus, como principios generadores
y organizadores de prácticas, “principios” que hacen q actuemos
coherentemente dentro de un habitus; sin suponer la búsqueda consiente de
fines, sin que la gente se lo haya planteado voluntariamente, “reguladas y
regulares” sin ser producto de la obediencia a reglas, se despliegan
siempre de la misma manera, aun cuando el agente no sigue conscientemente
normas de actuación.”

En un campo hay historia y luchas, es un espacio social que carece de sentido


sin sujetos. A su vez el habitus, es un concepto vacío si no es puesto en acción
en un campo.
Bourdieu intenta explicar “la reproducción”, pensamos en la práctica docente
como ejemplo, rutinización, repetición de comportamientos.
Lo que hace que los sujetos se comporten de ese modo regular es el hecho de
que porten un “habitus” que es funcional a un “campo”. Actuamos orientados
por un “sentido práctico” adquirido en cada espacio social, que nos sirve para

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actuar socialmente. La práctica no es reflexiva. Esta organiza los
pensamientos, acciones mediante principios generadores ligados entre si y
que constituyen un todo; estos conforman el habitus.

Se trata de eso que demanda el lugar social en el que se actúa, con sus reglas
de juego históricamente construidas. No hay un solo modo de ser maestro,
pero se ha interiorizado un modo de serlo que es dominante.
Ese que posee un dominio práctico es capaz de poner en marcha el acto,
disposición q sabrá rehacer tantas veces como la situación lo pida.
Para Bourdieu lo que producen los habitus son los condicionamientos
asociados a una clase particular de condiciones de existencia.
Producto de la historia, el habitus produce prácticas individuales y colectivas,
asegura la presencia activa de las experiencias pasadas que tienden a
garantizar su constancia a través del tiempo.
Se concede un peso importante a las primeras experiencias; actuamos como
seguramente vimos actuar. Las estructuras de una clase de condiciones de
existencia, atreves de sus manifestaciones producen las estructuras del
habitus q están en el principio de las percepciones de toda experiencia
posterior.
Esto vuelve a las prácticas estables y aparentemente autónomas del presente;
el habitus es la presencia activa del pasado de que es producto. El pasado,
capital acumulado, asegura la permanencia en al cambio.
Por lo que las practicas no pueden ser comprendidas desde las condiciones
presentes, ni tampoco de las pasadas que han producido el habitus, es posible
explicarlas si se relacionan ambas.
El habitus, como sentido práctico, realiza la reactivación del sentido
objetivado en las instituciones, lo que permite apropiárselas, mantenerlas
activas, pero imponiéndoles transformaciones que son contrapartida y
condición de la reactivación.
El habitus, matriz desde y por medio de la cual, el sujeto define sus “objetos”,
otorga sentido a aquello que las condiciones del campo le ofrecen. Estas
construcciones pasan a conformar “la realidad”, “los objetos” que allí se
encuentran.

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Se aprende tempranamente, a jugar el juego de ser docentes en la vivencia
como alumno. Es posible, de la misma manera, comprender lo caduco de
ciertas prácticas, explicándolas como reactivación del pasado, respondiendo a
las condiciones objetivas que le dieron origen, y ya no se encuentran en las
condiciones presentes.

“La trampa de la razón pedagógica consiste precisamente en que arrebata


lo esencial, aparentando que exige lo insignificante, como el respeto a las
formas y que constituyen la manifestación visible y la sumisión al orden
establecido, o las concesiones a la cortesía que encierran siempre
concesiones políticas”.

“Mediante un análisis reflexivo de los condicionante de las prácticas, el


agente social puede trabajar para modificar sus percepciones y
representaciones, y elaborar estrategias diferentes de acción”.
Este proceso introduce en la evolución del concepto de habitus la posibilidad
de explicitación y de cierto control reflexivo del agente sobre su propia acción.

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