“La teoría de la dependencia se basa en el modelo centro-periferia, que establece
que la pobreza de ciertos países (los periféricos) se debe a una posición histórica de desventaja frente a los países más poderosos (los del centro), de forma que los segundos se enriquecían a expensas de los primeros.
La CEPAL y la teoría de la dependencia
Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, Naciones Unidas creó una serie de comisiones económicas con el fin de impulsar el crecimiento y desarrollo de los países menos desarrollados. Una de ellas fue la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), creada en 1948. La CEPAL, situada en Santiago de Chile, empezó realizando estrategias siguiendo la teoría clásica de desarrollo. Sin embargo, algunos economistas y sociólogos miembros empezaron a notar como América Latina tenía circunstancias socio- económicas que dificultaban su desarrollo. Fue en 1949 cuando el argentino Raúl Prebisch (miembro de la CEPAL) y el alemán Hans Singer publicaron dos documentos que dieron lugar a lo que se llamaría la teoría de la dependencia. En ellos, sus autores empezaron observando la existencia de países centrales y periféricos, donde los primeros reciben materias primas (bienes primarios) de los segundos con el fin de producir bienes secundarios. Esta situación, dicen, favorece a los países del centro, que se llevan mayores beneficios; y desfavorece a los de la periferia, que son quienes tienen unos retornos mucho menores y unas peores condiciones comerciales (Cypher & Dietz, 2009). La propia CEPAL hizo de sede de la teoría, ya que contaba con los intelectuales latinoamericanos más reconocidos de la época. Los más importantes del proyecto además de Prebisch fueron los brasileños Theotonio Dos Santos, Ruy Mauro Marini y Celso Furtado, y el alemán André Gunder Frank.
Premisas básicas de la teoría
En su forma más extrema, la teoría de la dependencia tiene unas marcadas raíces marxistas. Ve el mundo desde la perspectiva de la globalización como una forma de explotación de ciertos países sobre otros, ricos contra pobres. Además, defiende una mirada hacia “dentro” para lograr el desarrollo: una mayor actuación del Estado en la economía, mayores barreras al comercio y la nacionalización de las industrias clave. Las premisas en las que se basa la teoría de la dependencia son las siguientes (Blomström & Ente, 1990): 1. Existe una desigualdad en las relaciones de poder, lo que resulta determinante en el deterioro de las condiciones comerciales y en consiguiente mantenimiento del estado de dependencia de los países periféricos. 2. Las naciones periféricas proveen a las naciones centrales de materias primas, mano de obra barata y a cambio reciben tecnología obsoleta. Los países centrales necesitan este sistema para poder mantener el nivel de desarrollo y bienestar del que disfrutan. 3. Los países centrales están interesados en perpetuar el estado de dependencia, no sólo por motivos económicos, sino también políticos, mediáticos, educativos, culturales, deportivos y cualquier otro ámbito relacionado con el desarrollo. 4. Los países centrales están dispuestos a suprimir cualquier intento de los países periféricos de cambiar este sistema, ya sea mediante sanciones económicas o mediante la fuerza.”1