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LA INDIGENTE DE HARVARD

Las memorias de una mujer que pasó de dormir en la


calle a ser una estudiante modelo en esta prestigiosa
universidad se han convertido en un fenómeno editorial.
Liz Murray, de 30 años, tiene un trabajo estable, vive en
un bonito apartamento en Nueva York y su nevera
siempre está llena. Sin embargo, su vida no siempre fue
así. Durante su adolescencia tuvo que dormir en
estaciones de metro y comer desperdicios. Todas esas
experiencias están incluidas en su primer libro,
Breaking night: a memoir of forgiveness, survival, and
my journey from homeless to Harvard, un recuento de
sus años en las calles del Bronx, luego de que sus papás
se volvieron adictos a la heroína y contrajeron el virus del sida. Su testimonio es un
ejemplo para millones de personas en el mundo, y la publicación se ubicó en la
lista de best sellers del diario The New York Times apenas una semana después de
salir al mercado.
Su historia es tan conmovedora que en 2003 inspiró una película para televisión
nominada a tres premios Emmy. Liz recuerda que antes, cuando caminaba por la
calle, la gente la miraba con asco y cambiaba de acera. Ahora se le acercan a
pedirle autógrafos y consejos. Oprah Winfrey, la reina de la televisión gringa, le
entregó un premio por su labor. Y hoy dicta conferencias en todo el mundo al lado
de personalidades como el Dalái Lama, Tony Blair y Mijail Gorbachov. Uno de los
episodios más impactantes que suele contar a los asistentes a sus charlas es que,
con su hermana Lisa, para calmar el hambre solían comer cubos de hielo, crema
dental y hasta humectante labial con sabor a cereza.
Pero hay detalles aún más escalofriantes. Las sábanas, sillas y paredes de su casa
estaban manchadas de sangre porque sus papás se inyectaban heroína a toda hora
y en cualquier lugar. En una ocasión su mamá le robó la plata que le habían
regalado de cumpleaños, y, en otra, vendió el televisor y un pavo de acción de
gracias para comprar droga. Aunque su papá también era adicto, había alcanzado
a cursar unos semestres en la universidad. Era un lector voraz de la revista The
New Yorker y nunca devolvía los libros que alquilaba en las bibliotecas públicas.
Además, se sabía todas las respuestas del famoso concurso de televisión
¡Jeopardy!, y en sus momentos de lucidez les enseñaba a leer a sus hijas.
Liz sacaba muy buenas notas en el colegio, pero casi no iba a clase porque los
niños le decían "piojosa". Podía pasar varias semanas sin bañarse y sus papás ni
siquiera se daban cuenta. A pesar de su descuido, no les guarda rencor. "Ambos
tenían una adicción muy seria, pero no eran malos. Aunque cometieron errores, yo
siempre supe que, de no ser por su enfermedad, habrían sido mejores padres", dijo
a SEMANA. Por eso, cuando a los 15 años se enteró de que su mamá tenía sida, se
dedicó a cuidarla día y noche. Poco después de su muerte, su papá, también
infectado, dejó de pagar el arriendo y se fue a vivir a un hogar de paso donde
NOTA: Cualquier documento impreso diferente del original, y cualquier archivo electrónico que se encuentren fuera del campus virtual Trilce serán
considerados como COPIA NO CONTROLADA.
falleció en 2006. Fue entonces cuando Liz y Lisa quedaron abandonadas. Su
hermana solía quedarse en la casa de sus amigos, mientras que ella dormía en
estaciones del metro y en las bancas de los parques.
Durante cuatro años Liz se mantuvo a punta de limosnas y se hizo amiga de otros
jóvenes desamparados como ella. "Yo sabía que tenía que cambiar mi vida.
Acababa de cumplir 16 y estaba siguiendo los mismos pasos de mi mamá cuando
tenía mi edad. Ella también se había quedado sin hogar y había abandonado la
escuela. Su muerte me impactó profundamente y me di cuenta de que debía
romper ese ciclo de pobreza".
La joven decidió entonces validar el bachillerato. En 1999 ganó una de las becas
que anualmente entrega The New York Times para estudiar en Harvard, y se
inclinó por la Psicología. Al poco tiempo la llamaron para que hablara de su
experiencia frente a un grupo de estudiantes en una escuela; el primer día solo
asistieron ocho, luego llegaron 30 y la siguiente semana ya eran 200. Después de
una década, hoy a muchos todavía les parece difícil creer que, con todo ese
historial a cuestas, Liz no terminara convertida en una delincuente.

RESPONDEMOS

1) ¿Cuáles son aquellas problemáticas que tuvo que afrontar Liz Murray
durante su vida escolar y académica?
2) ¿Cómo Liz supero estas problemáticas?
3) ¿Podría decirse que hoy Liz es una persona de éxito?
4) ¿Te identificas con alguno de los problemas que vivió Liz?, ¿Por qué?
5) ¿Consideras que tienes algún problema que está afectando tu desempeño
académico?, Comenta.

NOTA: Cualquier documento impreso diferente del original, y cualquier archivo electrónico que se encuentren fuera del campus virtual Trilce serán
considerados como COPIA NO CONTROLADA.

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