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¿QUÉ RELACIÓN PODRÍA TENER JESÚS EL MESÍAS Y LA

CRISTOLOGÍA EN EL CONTEXTO DE PANDEMIA MUNDIAL?

Antes de abordar el tema de la relación entre Cristo y la


pandemia, me gustaría considerar tres cosas: La naturaleza de los
virus en general, la naturaleza de la humanidad y la naturaleza de
Dios.

La enorme cantidad de virus “buenos” es impresionante. Los


virus no son organismos vivos. Son simples fragmentos
minúsculos de material genético que se comportan como
parásitos. Aunque son diminutos y parecen insignificantes, los
virus realmente tienen un papel global fundamental en el reciclaje
de los nutrientes a través de cadenas alimenticias. Apenas
estamos comenzando a apreciar el alcance de su impacto positivo
para nuestra supervivencia. Así que los virus son principalmente
beneficiosos, y tan solo una pequeña parte de ellos es dañina para
los seres humanos, como es el caso del Covid-19, este forma parte
de una gran familia de coronavirus que son responsables del
resfriado común, la gripe, la neumonía y otras enfermedades
respiratorias. Este virus aparentemente se ha convertido en el
enemigo número uno de la humanidad en el día de hoy.

Cuando Dios creó a los seres humanos para que vivieran en Su


creación, los dotó con la maravillosa capacidad de tomar
decisiones, la cual los convirtió en seres morales. Debido a esto,
existía la posibilidad de que hubiera fracaso moral si se usaba mal
esa libertad. Y eso sucedió exactamente, Génesis 3 nos dice que
la desobediencia trajo como consecuencia el pecado y la muerte.
Dejándoles en un estado que pone la voluntad de la criatura contra
la de su Creador, dejando a Dios de lado y poniéndose él en medio,
en busca de sus propios intereses egoístas y su propia
interpretación de la vida. Esto es algo que ya todos aquí sabemos;
que somos débiles, que vivimos en un mundo caído, donde existen
grandes injusticias, impiedades, es un mundo corrompido por
causa del pecado. El Covid-19 nos recuerda nuestra vulnerabilidad,
y nuestra mortalidad, ambas son fáciles de olvidar.
En cuanto a la naturaleza de Dios, podemos afirmar lo que dice
la Biblia, Dios es amor (1Jn 4:8), y podemos mostrar evidencias
convincentes de ese amor. Alguien dijo que la cruz fue el púlpito
donde Cristo predico su amor. El cristianismo afirma que el
hombre llamado Jesucristo es el Dios encarnado; en otras
palabras, El Creador se hizo hombre. Él no se mantuvo lejos del
dolor y el sufrimiento humano, sino que Él mismo lo experimentó.
La solución al problema del pecado y a la muerte se encuentran en
la cruz y la resurrección de Jesús. Un cristiano no es alguien que
es inmune al dolor o al sufrimiento, sino que es alguien que ha
confiado en Jesucristo para la salvación de su alma, por medio de
la fe y que Él mismo sostendrá esa fe hasta el final, pase lo que
pase y venga lo que venga. El Señor tiene el control. El
coronavirus (se llama así porque tiene forma de corona) nos lleva
a mirar a ese Dios al que quizá muchos han ignorado, al que llevó
una corona de espinas y sufrió la muerte de cruz para que atreves
de conocerlo a él tengamos vida eterna (Jn 17:4).

Mucha gente que tiene buenos sentimientos hacia Jesús, piensa


que lo que sucedió en la cruz fue lo último que Él hizo por
nosotros. Si así fuera, no estaríamos ahora mismo vivos y sin
esperanza, Él esta en el cielo sentado en su trono, gobernando de
las estrellas y galaxias hasta los virus mas minúsculos y pequeños
como el Covid-19. Nada pasa a menos que él lo permita para su
gloria, sus propósitos y nuestro bien. Este virus que atenta contra
la vida de millones de personas, lo consideramos un mal. Quizá si
sea un mal, pero un mal necesario; porque a logrado que millones
de personas se reconcilien con Dios por medio de Jesucristo, que
muchos cristianos aprendamos a depender más del Señor y que el
cristianismo crezca como nunca antes en la historia. Por ello
Cristo sigue obrando para salvación y lo seguirá haciendo hasta
que regrese por nosotros. Maranatha.

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