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Las Bovedas Tabicadas en Alemania La Lar PDF
Las Bovedas Tabicadas en Alemania La Lar PDF
Santiago Huerta
La historia de la construcción es la historia de las mi- de 1940. Este viaje termina, para el presente artículo,
graciones. Los inventos y descubrimientos ocurren en Alemania, más concretamente en la ciudad de
muy raramente. Históricamente la difusión de las in- Munich, donde la bóveda tabicada migró desde Italia
venciones implicó viajes o migraciones entre varios y España, siendo empleada tanto en la restauración
países. Además, la fertilización cruzada de diferentes como en la obra nueva por la compañía constructora
culturas dio paso a mejoras y, eventualmente, a nue- Gebruder Rank entre 1945 y 1970. La migración de
vos inventos. Esto es particularmente cierto cuando la bóveda tabicada se extiende, pues, a lo largo de
la invención no consiste en un solo artefacto sino en ocho siglos y, al menos, dos continentes.
un complejo conjunto de procedimientos. Este es el
caso de la construcción.
Este breve artículo describe la migración de una PRINCIPIOS DE LA BÓVEDA TABICADA
invención, la bóveda tabicada, desde su origen, en al-
gún lugar de la cuenca mediterránea, quizá en Anda- Las bóvedas tabicadas consisten, típicamente, sen-
lucía hacia el siglo XII, y su posterior difusión por tando los ladrillos de plano sobre el intradós ideal de
toda España en los siglos XVI y XVII. En el XVIII la bóveda. En general constan de dos hojas, si bien
su uso se extendió también a Francia e Italia, y tam- algunas veces se hacen de una solo hoja doblada con
bién se conoce algún ejemplo en Sudamérica. En el ladrillos de plano formando nervios. La primera hoja
decenio de 1880 la bóveda tabicada llegó a América se construye sin cimbras («en el aire») empleando un
del Norte gracias a la inventiva, la pasión y la deter- andamio mínimo para sostener a los albañiles y algu-
minación de un hombre: Rafael Guastavino. La nas guías auxiliares para controlar la forma (planti-
Compañía Guastavino construyó miles de bóvedas llas o camones y cintreles). El mortero es de yeso
en Estados Unidos hasta la 2ª Guerra Mundial. Preci- que fragua muy rápidamente y permite ir colocando
samente en ese decenio de 1940, la bóveda tabicada los ladrillos hasta que formen arcos autoportantes.
experimentó un renacimiento en Europa debido a la Los ladrillos deben estar cocidos. A continuación, se
escasez de materiales (hierro y cemento) durante la construye la segunda hoja (o los nervios) sobre la
guerra y la posguerra. En particular, fue utilizada am- primera matando juntas. La primera hoja actúa como
pliamente en España, después de la Guerra Civil de una cimbra para la segunda y el mortero ahora no ne-
1936–1939, en la reconstrucción de las regiones de- cesita ser yeso. Tradicionalmente, era mortero de cal
vastadas y en la restauración de edificios bombardea- y desde el último cuarto del siglo XIX, mortero de
dos. En una escala mucho más pequeña también se cemento. Si la segunda capa está colocada con mor-
utilizaron bóvedas tabicadas en Francia en el decenio tero de yeso (o un mortero de cemento de fraguado
rápido), los albañiles pueden trabajar por encima, so- de ladrillos, y de esta manera se va formando un ca-
portados por la propia bóveda. Las bóvedas tabicadas ñón de bóveda. El mortero empleado era barro de ar-
son muy delgadas, típicamente de dos hojas de ladri- cilla o betún. La técnica es muy adecuada para cons-
llos con unos 100 mm de espesor total. Son muy li- truir bóvedas de cañón, pero también se desarrolló
geras y su construcción, que no precisa cimbras, es una variante del método que permitió construir bóve-
rápida y económica. das sobre salas rectangulares. Las primeras bóvedas
sirvieron de techo a tumbas y eran de pequeño tama-
ño (luces entre 1m y 1,5 m). En el segundo milenio
PRIMERAS BÓVEDAS SIN CIMBRA a. C. emergen del subsuelo y se empiezan a usar para
edificaciones o puertas de murallas con luces que tri-
El posible origen de la invención de la bóveda tabi- plicaban o cuadriplicaban las primeras (unos 4 m en
cada siempre ha suscitado interés. En lo que sigue se los graneros del Ramesseum). Estas técnicas migra-
apunta una conjetura donde la bóveda tabicada queda ron y se difundieron por Asia Menor y la cuenca me-
inscrita dentro de la tradición, mucho más antigua, diterránea hasta el comienzo de nuestra era. Los ro-
de la construcción de bóvedas sin cimbra. manos las aplicaron aplicando las hojas verticales
(según Lancaster (2015) el primer ejemplo romano
fechado es de ca. 140 d. C., en un acueducto en Ate-
Bóvedas construidas por hojas nas). Los sasánidas las emplearon en la construcción
de grandes cúpulas y bóvedas (por ejemplo, la gran
La construcción de bóvedas sin cimbra fue inventada bóveda del palacio de Ctesifonte de 25 m de luz).
en algún lugar de Oriente (Egipto, Mesopotamia o el Los bizantinos explotaron todas las posibilidades del
Cáucaso) ca. 2000 d. C., unos 1.500 años después de sistema (Choisy 1883).
la invención del arco o cúpula (Baitimova 2008, Bes- El sistema fue empleado en la construcción islámi-
enval 1984, El-Naggar 1999). Estas bóvedas se cons- ca desde sus inicios (Cejka 1978) y los árabes trajeron
truyeron disponiendo ladrillos, no con juntas radiales la técnica a España donde se conocen varios ejemplos
como en un arco de dovelas típico, que necesita una en la construcción hispano-musulmana. No hay un es-
cimbra, sino disponiendo los ladrillos de plano según tudio sobre su difusión en la península. En el siglo
un plano inclinado, casi vertical. En primer lugar se XIII se empleaban para construir los plementos de
construye un muro y luego los ladrillos de tierra o bóvedas de crucería, por ejemplo en la iglesia-castillo
adobes se van pegando a él hasta completar un arco. de Calatrava la Nueva, Fig. 2 (a). A partir de 1500
Este arco actúa como cimbra para la siguiente serie hay numerosos ejemplos de su empleo en la construc-
Figura 1
Bóvedas sin cimbra. (a) Por hojas (Jackson 1920) b) de tubos (Storz 1994)
Figura 2
Plementos de ladrillo construidos por hojas. (a) Calatrava la Nueva, s. XIII (Araguas 2003); (b) Colegio de San Pelayo, Sa-
lamanca s. XVI (Casaseca 1988); (c) plementerías de ladrillo sin cimbra (Lassaulx 1829)
ción sin cimbra de las plementerías de las bóvedas invención de la bóveda tabicada: por primera vez se
tardo-góticas de Castilla (Marías 1991). Cuando se ha aprovecharon plenamente las propiedades excepcio-
picado el enlucido el aparejo típico es muy visible, nales del mortero de yeso en combinación con piezas
Fig. 2 (b). Según Sánchez Leal (2000) hay también cerámicas. Esta técnica ha sido investigada en pro-
ejemplos desde esa fecha en Extremadura. El mismo fundidad por Storz (1994) quien incluso ha recons-
autor piensa que las bóvedas de hojas debieron migrar truido algunas bóvedas, fabricando los tubos cerámi-
también a América en el siglo XVI (de hecho la técni- cos a partir de los originales. La disposición de tubos
ca pasó finalmente a la arquitectura vernácula en al- huecos siguen los mismos patrones típicos de las bó-
gunas zonas de México y ha sido recientemente recu- vedas por hojas mesopotámicas, siguiendo la cons-
perada por algunos arquitectos, mereciendo mención trucción de arcos sucesivos hasta que la bóveda está
Alfonso Ramírez Ponce). La técnica se difundió tam- cerrada, Figura 1 (b). Las bóvedas de tubos huecos se
bién por Europa central. Fue empleada en el gótico de utilizaron extensamente en el norte de la África ro-
ladrillo del norte de Alemania (Ungewitter 1890) y mana, en particular en Túnez (Storz 1994; Lancaster
redescubierta por Lassaulx (1829), Figura 2 (c), véase 2015). En época romana eran la cimbra permanente
Wendland (2008). Los métodos de cerrar las bóvedas para la bóveda de hormigón. Desde el norte de Áfri-
con esta técnica se tradujeron más tarde a las bóvedas ca se extienden por toda Europa y Bizancio (Choisy
tabicadas. En el norte de África la técnica se mantuvo 1883, y referencias en Wilson 1992). Más tarde se
en la construcción tradicional algunas zonas. Fue re- emplearon para bóvedas de iglesias con techumbre
cuperada en los años 1940 por el arquitecto egipcio de madera, la bóveda está entonces formada por va-
Hassan Fathy que popularizó su empleo para cons- rias capas de tubos huecos tomados con yeso (por
trucciones nuevas. ejemplo, el Baptisterio Neoniano, s. V, y San Vital de
Rávena, s. VI).
de plano para reducir la madera del encofrado para el forman parte del imperio romano, la idea construir
hormigón, Fig. 3 (a). Pero Choisy también arguyó bóvedas sin cimbra por arcos sucesivos, se pudo
que este dispositivo no sólo podría producir un enco- combinar con el empleo del yeso (bóvedas tubo hue-
frado sino que también podría actuar como una ar- co) en vez de mortero de cal, aprovechando su rapi-
madura verdadera, soportando todo el peso del hor- dez de fraguado y su gran adherencia, para sentar
migón antes de su fraguado, siempre que los riñones con rapidez los ladrillos de plano (armaduras roma-
de la bóveda se hubieran macizado hasta cierta altu- nas de bipedales). La fusión de estas tres ideas hubie-
ra, Fig. 3 (b). En su Histoire de l’architecture (1899) ra dado lugar a una técnica de abovedar completa-
va un paso más allá y explica el posible proceso de mente nueva, la bóveda tabicada.
construcción de estas armaduras de grandes ladrillos La España romana ocupada por los árabes parece
sin cimbra, Fig. 3 (c). De hecho, durante su estancia un lugar ideal para este cruce de ideas. En cualquier
en Italia Choisy dice haber visto la construcción de caso, el descubrimiento del arquitecto y arqueólogo
bóvedas tabicadas ( «volte alla volterrana» o «volte a español Antonio Almagro en 2000 de los restos de
foglio»). La hipótesis de Choisy fue aceptada por al- una escalera de bóveda tabicada en una casa islámica
gunos escritores posteriores sobre el origen de la bó- del siglo XII en Siyasa (Murcia) tiene una importan-
veda tabicada (quizá el primero fue Domenech cia extraordinaria (Almagro 2001 ), Fig. 4. Por otra
1886). Sin embargo, Lancaster niega esta posibilidad
señalando que no se han encontrado rastros de mor-
tero en los bordes de los bipedales, que hay rastros
para el soporte de la cimbra y que, en cualquier caso,
el peso del bipedales (25 kg) habría sido excesivo
para la fuerza adherente del mortero.
Figura 3
(a) Ladrillos de plano para formar el encofrado; (b) Armadura estable con riñones macizados (Choisy 1873); c) construc-
ción sin cimbra (Choisy, 1899)
parte las técnicas de construcción de bóvedas en la tabicada para cualquier tipo de bóveda, incluyendo
arquitectura islámica están todavía por estudiar en las bóvedas de escalera. Esta es una prueba definitiva
profundidad; sólo existen estudios aislados, de gran de la amplia utilización de bóvedas tabicadas en Cas-
valor, pero que no permiten formarse una idea glo- tilla hacia 1600. La bóveda tabicada se siguió em-
bal. Hace falta un «choisy» que dedique trabajo e in- pleando en una gran parte de España en los siglos
teligencia para ordenar el asombroso patrimonio abo- XVIII y XIX. En la segunda mitad del siglo XIX se
vedado islámico. empezó emplear en Cataluña en edificios fabriles. Es
Este hallazgo de Almagro pone la bóveda tabicada posible que hubiera ejemplos también en otras zonas
en un lugar que ha visto la fertilización cruzada de de la península.
diferentes culturas: visigoda, romana y bizantina, is- En el Rosellón francés también se encuentran bó-
lámica y cristiana y establece su origen dos siglos an- vedas tabicadas desde el siglo XV; probablemente la
tes. Hasta ahora los ejemplos más antiguos se en- técnica se transmitió desde Cataluña. En la primera
cuentran en Valencia en la segunda mitad del siglo mitad del siglo XVIII la construcción tabicada des-
XIV, y es allí donde este arte de la bóveda se cita ex- pertó el interés de los arquitectos franceses. En la
plícitamente en un documento (Araguas 2003). El in- Académie Royal d’Architecture sus ventajas se discu-
terés reciente de varios investigadores en el tema, sin tieron en varias sesiones en el decenio de 1740 (Ban-
duda arrojará en un futuro próximo nuevos hallazgos nister 1968). El conde d’Espie, en 1754 publicó un li-
(Zaragozá et al. 2012). bro sobre bóvedas tabicadas haciendo hincapié en su
resistencia al fuego, su ligereza y economía, Fig. 5
(a). Además, según Espie, estas bóvedas eran monolí-
LA BÓVEDA TABICADA EN LOS SIGLOS XVI AL XIX ticas y no ejercían ningún empuje. (Esta última pro-
piedad es falsa, las bóvedas tabicadas empujan como
Las bóvedas tabicadas se utilizan con frecuencia en cualquier bóveda de fábrica (Huerta 2003).) Esta
España desde el siglo XVI, pero se desconoce su di- combinación de ventajas, unas ciertas y otras iluso-
fusión real. Los estudios actuales se limitan a zonas rias, llamó inmediatamente la atención de constructo-
geográficas o edificios concretos, principalmente en res y arquitectos, y el libro tuvo gran difusión con tra-
Cataluña, Valencia y Extremadura. De hecho, es un ducciones al inglés, alemán y español. Las
tema difícil que requiere una investigación laboriosa: observaciones y teorías de Espie se incorporaron al
todas las bóvedas de ladrillo fueron enlucidas y con famoso Cours d’architecture de Blondel y Patte
frecuencia la única manera de conocer la verdadera (1777), Fig. 5 (b), y fueron recogidas también en el
su naturaleza es inspeccionar su trasdós. tratado de Rondelet (1802), sin duda el tratado de
El tratado de arquitectura de Fray Lorenzo de San construcción más influyente del siglo. Por influencia
Nicolás, Madrid, 1639), explica con detalle la técnica de Rondelet, varios tratados del siglo XIX, en Francia
Figura 5
(a) Techo tabicado (Espie 1754); (b) Construcción de una bóveda tabicada (Blondel / Patte 1777); (c) Bóveda de cañón con
lunetos (Fornés 1841)
y Alemania, mencionan las bóvedas tabicadas. En Es- patentes). Dos años más tarde, en 1887, comenzó una
paña, los tratados académicos siguen a los franceses. serie de ensayos de resistencia; los resultados fueron
Una excepción notable es el tratado del arquitecto va- publicados y se convirtieron en la referencia para su
lenciano Manuel Fornés y Gurrea (1841), Fig. 5 (c). trabajo posterior. En 1889 fundó su empresa, «Guas-
En Italia, la bóveda tabicada debió tener bastante tavino Fireproof Construction Company». Ese mis-
difusión en los siglos XVII al XIX, pero no existen mo año comenzó su colaboración con McKim, Mead
estudios concretos. En la segunda mitad del siglo y White para la construcción de las bóvedas de la Bi-
XIX aparece descrita en algunos manuales de arqui- blioteca Pública de Boston. Esta obra estableció su
tectura (véase, por ejemplo, Cavalieri San-Bertolo reputación como gran constructor de bóvedas. En
1831). Algunos arquitectos o ingenieros extranjeros años sucesivos siguió realizando ensayos de carga y
describen la técnica. Se ha citado ya a Choisy; el ale- de resistencia al fuego. Pronunció varias conferen-
mán Wild (1856) escribió un artículo que describe cias y, finalmente, publicó un libro Essay on the The-
con detalle su construcción en Toscana. ory and History of Cohesive Construction (1892),
con el que consiguió el respeto académico. La activi-
dad de Guastavino nunca se relajó hasta su muerte en
RAFAEL GUASTAVINO Y LA MIGRACIÓN DE LA BÓVEDA 1908. Afortunadamente, desde mediados de la déca-
TABICADA HACIA AMÉRICA DEL NORTE da de 1890 contó con la extraordinaria ayuda de su
hijo, también llamado Rafael (1872–1950), que se
La migración de técnicas de construcción rara vez se convirtió también en un maestro de las bóvedas tabi-
asocia con una sola persona. Este es, sin embargo, el cadas. Tras la muerte de Guastavino padre, Rafael
caso de Rafael Guastavino, que dedicó su vida a la hijo mantuvo la empresa funcionando al mismo nivel
difusión y perfeccionamiento de la técnica tabicada de actividad hasta su retiro en 1943 (la Compañía
(la monografía más completa, Ochsendorf 2012). continuó hasta su cierre en 1962, año en el que Co-
Nacido en Valencia en 1842, se trasladó en 1861 a llins rescató su archivo).
Barcelona para estudiar maestro de obras. Allí quedó El aspecto convencional de las cúpulas y bóvedas
fascinado con las posibilidades de la bóveda tabicada históricas construidas por los Guastavino ocultó so-
en la arquitectura, y realizó numerosas obras con bó- luciones extraordinariamente ingeniosas de equili-
vedas tabicadas en Barcelona, algunas de gran im- brio (dibujos constructivos en Huerta 2001 y, sobre
portancia como la fábrica de Batlló (1869–1875). todo, Ochsendorf 2012). Esta combinación de fábri-
Emigró a América en 1881, donde esperaba encon- ca y hierro es quizá la contribución, el «invento»,
trar un ambiente más propicio para proyectar y cons- más original de Guastavino al arte de la construc-
truir arquitectura con bóvedas tabicadas. En aquella ción. Sus reflexiones sobre este tema están conteni-
época la mayoría de las bóvedas de los edificios das principalmente en su tercer libro publicado
americanos eran falsas, camones de listones enyesa- en1904. La fábrica debe trabajar a compresión y el
dos colgados de las armaduras de cubierta. Guastavi- hierro es necesario para resistir los empujes de ar-
no se enfrentó a una tarea formidable, pues debía cos y bóvedas. Además, la fábrica protege el hierro
convencer a los arquitectos e ingenieros y a las auto- del fuego o de la oxidación. Guastavino considera-
ridades locales de la viabilidad de sus bóvedas tabi- ba el hierro como un material auxiliar. El elemento
cadas. Consciente de ello, desplegó desde su llegada principal es la fábrica que transmite el significado
una actividad frenética. W. Blodgett, su contable, lo estético, y consideraba que esta unión de fábrica
describió así: «Contrariamente a la impresión general (tabicada) y hierro constituía un avance fundamen-
del carácter español, era una persona extraordinaria- tal en el desarrollo de la arquitectura y el camino
mente alerta y activa, tanto física como mentalmente. para su desarrollo futuro. Una de las estructuras
De hecho, nunca conocí a un hombre más inteligente más interesantes proyectadas por Guastavino, que
y vivo en toda mi experiencia. Era un trabajador in- muestra el ingenio y la originalidad en la combina-
cansable del día a la noche, y exigía lo mismo a sus ción de bóvedas tabicadas y elementos de hierro
colaboradores» (The Brickbuilder 1908). forjado, se esconde detrás de lo que parece ser un
En 1885 presentó sus primeras patentes de bóve- castillo neo-medieval, los establos de la residencia
das tabicadas (la empresa llegó a presentar casi 30 de Howard Gould en Sands Point, Fig. 6.
Figura 6
Establos en Castlegould, Sands Point: (a) Sección longitudinal (Archivo Guastavino, Avery Library); (b) vista del exterior
(New York Architect 1907); (c), (d) vistas interiores (Brickbuilder 1903, 1904)
Francia
Figura 8
Construcción de bóvedas en el Museo de América en Madrid ca. 1945. a) Bóveda de cañón; (b) y (c) bóveda de arco cruza-
do islámico (Moya 1947)
Alemania
Figura 10
Chambre d’Apprentisage, Aubressy. Museo de albañilería. (a) Perspectiva (Abraham 1942); (b) vista interior (Bassegoda
1952)
inquiriendo la cuantía del hierro englobado en su la empresa Rank y su relación Sattler. En lo que si-
masa, han encajado la lección, y los hermanos Rank gue me limitaré sólo a algunos aspectos técnicos.
prodigan en Munich la bóveda catalana, aunque lu- Carl Sattler (1877–1966 ) nació en Florencia y es-
chando denodadamente con la dificultad de los tama- tudió arquitectura en Dresde (una completa mono-
ños y la inexperiencia del personal». La edición de grafía sobre su vida y obra en Scherer 2007). Entre
1956 incluía la foto reproducida en la Fig. 11. 1898 y 1906 trabajó en Florencia donde proyectó al-
¿Quién era el tal Rank? El verano de 2001, en una gunas villas. Durante la construcción de una de ellas
estancia en Munich, encontré un librito Hundert conoció un maestro albañil que le introdujo en la
Jahre Rank, publicado por Max Rank en 1962. En él construcción de bóvedas tabicadas («volte leggere»
se hacía referencia al empleo de las bóvedas tabica- en Toscana). Sus diarios muestran la profunda impre-
das y se incluía una foto impresionante a toda página sión que esta técnica le produjo. A partir de 1906 se
de una bóveda histórica reconstruida (Fig. 12). No estableció en Munich, pero mantuvo su interés, con-
encontré nada más. Pasaron los años y, perdida ya la tinuó haciendo viajes a Italia y empleó las bóvedas
esperanza de encontrar un rastro, mi amigo Dirk tabicadas en algunos de sus proyectos italianos,
Bühler, conservador en el Deutsches Nuseum, con como en la Villa Apuana de Florencia (1913).
quien había compartido mi interés en las bóvedas de Nombrado director de la Kunstgewerbeschule (Es-
Rank, me envió por correo en 2012 un ejemplar re- cuela de Artes Aplicadas) en 1926, fue obligado a di-
cién impreso del libro 150 Jahre Rank, publicado por mitir en 1933 por el origen no-ario de su mujer y en
Paul Basiner (Basiner 2012), último miembro en ac-
tivo de la familia Rank. En él, por fin, encontré un
capítulo completo sobre la construcción de bóvedas
tabicadas por la empresa Rank. Herr Basiner permi-
tió escanear la información pertinente del archivo y,
finalmente, pronuncié una conferencia en el Deuts-
ches Museum en 2015 (Huerta 2015). En las presen-
tes Actas Dirk Bühler publica una reseña detallada de
Figura 11 Figura 12
Construcción de bóvedas tabicadas en el Landeszentralbank Reconstrucción de la bóveda de la Agustiner Kirche (hoy
de Munich (Bassegoda 1956; original tomado del Archivo Jagdmuseum) en Munich, 1961 (Rank 1962; foto del autor)
Basiner) Carl Sattler
1939 fue jubilado forzosamente. A pesar de no perte- nes, dado el enorme aumento del precio del acero por
necer al partido Nazi, pudo seguir trabajando ocasio- la situación económica. Elogia su gran delgadez, su
nalmente y usando algunas instalaciones de la Escue- resistencia y su economía y rapidez de ejecución
la. Hacia 1935 escribe un corto ensayo sobre las dado que se construyen sin cimbra, empleando senci-
ventajas de las bóvedas tabicadas (transcrito en Sche- llas guías. Señala, además, que se pueden construir
rer 2007). En él, comienza lamentando la práctica todo tipo de bóvedas: de cañón, en rincón de claus-
desaparición de las bóvedas en la arquitectura, pues, tro, cúpulas, escaleras). También analiza los proble-
dice, «el arte de la construcción de bóvedas es la mas que supondría importar la técnica: la necesidad
cumbre de la construcción de fábrica» y considera de educar a los albañiles alemanes y de adaptar la
que la carestía del acero servirá para revivir la cons- normativa de construcción. Finalmente, explica cuál
trucción de bóvedas. Sattler expone las ventajas que sería el proceso de construcción de una casa de pisos
supondría aplicar esta técnica en nuevas construccio- con este tipo de bóvedas.
Figura 13
(a) Bóveda de prueba en Italia 1940; (b) Detalles constructivos (Sattler 1941); (c) Trasdosado con bovedillas sobre muretes
(Satltler 1948)
Figura 15
Reconstrucción de la bóveda de la Reiche Kapelle, 1957 (Archivo Basiner). (a) Bóveda tabicada; (b) estado actual; (c) pla-
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