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La devoción a San Miguel en los conventos

de Clarisas. Desde los grandes retablos


hasta las recónditas salas de labor

Pablo Jesús LORITE CRUZ


Úbeda (Jaén)

Si nos enfrentamos a una determinada orden religiosa, bien sea de clausura


o simplemente mantenga una regla menos severa, siempre vamos a encontrar
una serie de canonizados a los que la determinada orden, bien por fundación
o por historia van a tener una especial devoción. Es evidente que una orden
se consagra como más importante cuando en sus filas han conseguido uno o varios
santos, pensemos en los Agustinos con San Agustín, los Trinitarios Descalzos
con San Juan Bautista de la Concepción, los Servitas con San Alejo, los Cartujos
con San Bruno o los Carmelitas Descalzos o Descalzas con Santa Teresa de Jesús,
San Juan de la Cruz o Santa Teresita del Niño Jesús entre otros. Incluso llegamos
a nuestros días cuando incluimos por ejemplo santos actuales de las prelaturas
pontificias como puede ser San José María en el Opus Dei u otros que están en
proceso de beatificación como el cardenal Ángel Herrera Oria1 por la Asociación
Católica de Propagandistas.

Normalmente estas devociones se van a mantener tanto en las órdenes


masculinas como en las femeninas, pues no dejan de ser un icono de la orden, lo
que va a permitir una gramática en la elección iconográfica de los santos muy
especial que en la mayoría de las ocasiones nos van a indicar concretamente
el lugar en donde nos encontramos, desde los espacios que se pueden considerar
públicos, para la asamblea católica como puede ser el caso de los grandes retablos
mayores marcando el presbiterio en donde se ha de celebrar la Eucaristía hasta
los lugares más rigurosos de las clausuras como puede ser el caso de las salas de

1
Arzobispo de Málaga desde 1947 hasta 1966 y cardenal de Roma.
450 PABLO JESÚS LORITE CRUZ

labor, lugar estricto donde cada religiosa en el corazón del convento trabaja unas
determinadas horas al día en diversos menesteres afines a la vida contemplativa
mientras que estas imágenes (afines sobre todo al siglo XVIII) les permiten
una devoción reflexiva más intimista en su tiempo privado.

Nosotros vamos a centrarnos en los conventos femeninos de la orden segunda


de San Francisco, es decir de Clarisas y concretamente en la presencia de la
figura de San Miguel Archiserafín en ellos. Salvo algunas referencias vamos
a exponer los ejemplos existentes en la diócesis de Baeza-Jaén, aunque son ideas
extrapolables a cualquier otra diócesis del mundo donde existan conventos
de esta orden.

Es creencia muy asentada que sería San Miguel quien daría al mismo San
Francisco de Asís la forma de serafín a sus estigmas2. Más adelante detallaremos
la categoría y complementariedad que existe entre el general celeste de los
ejércitos de Dios y el santo de Asís.

Es muy normal, sobre todo en grabados a partir del siglo XV que encontremos
una iconografía donde San Francisco aparece arrodillado con las manos
extendidas y el pecho abierto en el corazón recibiendo los estigmas que vienen
del cielo en forma de Cristo crucificado con seis alas, representación de los
serafines3. Recordemos que sobre estos se encuentran los siete (ocho contando
con Lucifer) archiserafines, entre los cuales el más importante es San Miguel.

Entrando en la vida de San Francisco, se le compara con San Miguel. Se


cuenta que el santo peregrinó en aquella Edad Media tanto a Santiago de
Compostela como al Monte Gárgano, lugar donde según la tradición se
apareció el archiserafín celeste sobre una piedra el 8 de mayo y pidió se le
dedicara un templo el 29 de septiembre (Aparitio y Dedicatio, las dos fiestas
medievales dedicadas al arcángel de serafines). Y casi consiguió que se creara
un peregrinaje de los fieles hacia su propia persona.

Se afirma que San Francisco adquirirá el rango de archiserafín por presentar


la misma humildad que San Miguel, alcanzando el trono vacante que dejó

2
NIEREMBERG, J. E., Obras filosóficas del.... Sevilla 1686, t. III, f. 205.
3
Los serafines como los principales ángeles que siempre se encuentran adorando a Dios
(primer coro de la primera jerarquía) tienen la peculiaridad de representarse con seis alas, con
dos de ellas vuelan indicando que son ángeles, con otras dos se tapan los pies para no tocar el
suelo sagrado del trono de Dios (al igual que le ocurre a Moisés que se descalza delante de la
zarza ardiendo por orden del Altísimo) y con las terceras se tapan la cara, ya que su
extraordinaria belleza sólo puede ser vista por Dios.
LA DEVOCIÓN A SAN MIGUEL EN LOS CONVENTOS DE CLARISAS… 451

Lucifer4. En principio, esta conclusión nos puede parecer un tanto exagerada,


pero las representaciones tanto en el siglo XVII como en el XVIII aclaran
que estaba bastante asimilada, al menos en los sectores más cultos. Prueba de
ello es, por ejemplo, el retablo de ánimas existente en la catedral de Jerez de
la Frontera el santo franciscano aparece en el purgatorio con seis alas, como
si se tratara de un serafín. En cierto modo es una reestructuración del famoso
tema de los estigmas anteriormente, por el cual se afirmaba que los estigmas de
San Francisco tenían forma de serafín.

En resumen, la devoción del santo por San Miguel lo convirtió a lo largo


de la historia en un serafín propio, independientemente de que esta idea es
defendida dentro de las ramas de las órdenes franciscanas, no en otras que
presentan otras preocupaciones teológicas (pensemos por ejemplo cómo las
dominicas tienen una tendencia a representar los desposorios de Santa Catalina
de Siena -llamativo ejemplo tenemos en la sala capitular del convento de
Madre de Dios de las Cadenas o palacio Vázquez de Molina de Úbeda-5 o para
los cistercienses la lactación de San Bernardo, tema muy famoso por ser uno
de los principales lienzos que realizara Bartolomé Esteban Murillo). Incluso
representaciones de relatos hagiográficos que expresan peculiaridades muy
especiales de una determinada orden, pensemos simplemente en el milagro de San
Hugo y San Bruno donde la carne se convierte en ceniza indicando que dentro de
la regla de los cartujos no se podía comer carne, famoso ejemplo pintado por
Francisco de Zurbarán y conservado en el museo de Bellas Artes de Sevilla.

Volviendo a los franciscanos, muchos episodios de la vida de San Francisco


revelan esta devoción por el general celeste. Conocida es una antífona que rezaba
en todas las horas del breviario -y fuera de éste-, que nombra tanto a la Virgen
como a San Miguel: Madre de nuestro Santísimo Señor Jesucristo, esposa del
Espíritu Santo, ruega por nosotros, junto con el arcángel San Miguel y todas
las virtudes del cielo (...)6.

Insiste en este tema Tomás de Celano en el capítulo 149 de la vida segunda:


“Tenía en muchísima veneración y amor a los ángeles, que están con nosotros

4
MONTES BARDO, J., Arte y espiritualidad franciscana en la Nueva España. Siglo
XVI. Iconología en la provincia del Santo Evangelio. Universidad de Jaén, Jaén 2001, p. 155.
5
ALMANSA MORENO, J.M., Pintura mural del Renacimiento en el Reino de Jaén.
Instituto de Estudios Giennenses. Jaén 2008. En esta obra el autor corrige su equivocación al
aludir anteriormente a que dicho fresco representaba a Santa Teresa de Jesús. ALMANSA
MORENO, J. M., “Las pinturas murales del Palacio Vázquez de Molina de Úbeda”, en
Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén), 186 (2003) 74.
6
AAVV, San Francisco de Asís. Escritos, biografías, documentos de la época. Oraciones
de San Francisco. BAC, Madrid 1995, p. 32.
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en la lucha y van con nosotros entre las sombras de la muerte7: Decía que a
tales compañeros había que venerarlos en todo lugar; que había que invocar,
cuando menos, a los que son nuestros custodios. Enseñaba a no ofender la
vista de ellos y a no osar hacer en su presencia lo que no se haría delante de
los hombres8. Y porque en el coro se salmodia en presencia de los ángeles,
quería que todos cuantos hermanos pudieran se reunieran en el coro y
salmodiaran allí con devoción9. Respecto a San Miguel, que tiene el encargo
de conducir las almas a Dios, decía muchas veces que hay que venerarlo aún
más. Y así, en honor de San Miguel ayunaba devotísimamente la cuaresma que
media entre la fiesta de la Asunción y la de aquél. Solía decir: Cada uno debería
de ofrecer alguna alabanza o alguna ofrenda especial a Dios en honor de tan
gran príncipe10.

La misma idea es recopilada por San Buenaventura en La leyenda mayor,


donde de manera breve específica: Pero profesaba un especial devoción y
amor al bienaventurado Miguel Arcángel, por ser el encargado de presentar las
almas a Dios. Impulsábale a ello el ferviente celo que sentía por la salvación de
cuantos han de salvarse11. Podemos ver que una de las principales funciones de
San Miguel que preocupan a San Francisco es la de psicopompo en su intención
personal de la salvación de todas las almas, algo que queda evidentemente claro en
su estricta regla mendicante y aún más acrecentado en las clausuras femeninas.

A todo esto debemos añadir que dentro de la biografía de San Francisco


existen una serie de milagros en los que aparece como exorcista, siendo
considerado, por tanto, como vencedor del demonio. Concretamente, Tomás
de Celano (biógrafo de San Francisco) expone tres casos en los capítulos
XXV y XXVI: en uno un hermano de su orden sufría unos ataques que hoy día
corresponderían a la epilepsia y el santo lo bendice y cura; en otro exorciza a
una mujer perteneciente al obispado de Narni, al ser hospedado por el marido en
su casa, y en otro (el famoso milagro de Cittá di Castello) también exorciza a una
dama poseída que gritaba en la capilla en la que se encontraba delante del
Santísimo Sacramento12, (curioso este último milagro, pues si recordamos las

7
Se refiere a los ángeles custodios, pertenecientes al tercer coro de la tercera jerarquía.
8
Los ángeles como seres de fuego lo ven todo, por lo tanto cualquier acto impuro se
realiza en su presencia.
9
Cuando en los coros se cantan las horas, es creencia que los ángeles están presentes y
son ellos los que de coro en coro pasando por las diversas jerarquías elevan las oraciones de
los mortales a Dios.
10
AAVV, San Francisco de Asís. Escritos, biografías, documentos de la época. Vida
segunda compuesta por Tomás de Celano. BAC, Madrid 1995, p. 343.
11
AAVV., San Francisco de Asís. Escritos, biografías, documentos de la época. Leyenda
mayor de San Buenaventura. BAC, Madrid 1995, p. 437.
12
O. c. nota 10, pp. 182, 183 y 184.
LA DEVOCIÓN A SAN MIGUEL EN LOS CONVENTOS DE CLARISAS… 453

Clarisas tienen como escudo identificativo el viril y San Miguel es también el


custodio del Santísimo como aparece representado por ejemplo en el trasparente
de la catedral de Toledo de Narciso Tomé13 o en la custodia de Baeza realizada
por Gaspar Núñez de Castro en el siglo XVIII dirigiendo en el cielo -cuerpo
superior de la custodia- el sacrificio eucarístico del cuerpo central donde se
encuentra el viril rodeado por los doce apóstoles)14. Son simples ejemplos de
la defensa y protección del bien materializada en la figura de San Miguel frente
al mal, independientemente de la época en la que nombremos un determinado
objeto artístico, queda claro que desde la Edad Media cuando en los pies de
Miguel se figura al demonio vencido comienza a fraguarse y los franciscanos
la tendrán muy en cuenta.

Tras la muerte de San Francisco, la primera aparición de su alma se produce


en el santuario de San Miguel del monte Gárgano, concretamente al obispo
de Asís, anunciándole que había llegado la hora de que dejara el mundo y se
fuera al cielo.15 El Gárgano en la Edad Media era uno de los principales lugares
de peregrinación, en muchos inventarios de reliquias (tan comunes en la Edad
Moderna) nos aparecen fragmentos de la piedra del Monte Gárgano sobre la
que se posó el general celeste o incluso plumas de éste.

Todas estas cuestiones son la causa de que San Miguel esté presente junto
a la Virgen de Guadalupe en México. Pero, desde la alta Edad Media existe esta
advocación mariana junto a San Miguel. Los milagros ocurridos a San Gregorio
Magno16 y la llegada de la guadalupana a la península Ibérica crean una nueva
devoción en los mismos lugares en los que existía culto a San Miguel (entendamos
que por muchos avatares que se escaparían a la temática de estas líneas, la
Virgen de Guadalupe del santuario extremeño se supone ser la misma imagen
que el Papa Santo llevaba en sus manos en la epidemia de peste bubónica que
arrasaba Roma y a la cual rezó invocando al cielo a la llegada de su procesión de
rogativas al mausoleo de Adriano17 a las orillas del Tíber y en este momento
San Miguel por orden de la Virgen aparece sobre la tumba que pasaría a llamarse
castillo del Santo Ángel y la peste queda finalizada).

En América van a ser muchas las misiones que se consagrarán bajo la


advocación de San Miguel -al igual que bajo los otros dos archiserafines bíblicos-.
Del mismo modo, muchos frailes recibirán el nombre de San Miguel en ese

13
CHUECA GOITIA, F., “Narciso Tomé, una incógnita del Barroco Español”, en Goya
(Madrid), 49 (1962) 16.
14
JULIÁ, J., “Baeza, la custodia de la catedral”. Don Lope de Sosa, 1916, p. 237.
15
O. c. nota 11, p. 471.
16
Sumo Pontífice Romano desde el 590 al 604.
17
Publio Elio Adriano, emperador de Roma desde el 117 al 138.
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bautizo especial en el que los religiosos se cambian el nombre al ingresar en


una determinada orden religiosa18.

Llegados a este punto, vamos a indicar algunos ejemplos llamativos de la


presencia del arcángel de serafines en conventos de clausura ubicados en la
diócesis de Baeza-Jaén.

El primero al que queremos prestar nuestra atención es la de Mínimas de


Jesús y María en la ciudad de Andújar, convento en la actualidad activo, pero
devastado tras la contienda civil de 1936 y quizás uno de los más importantes
por ser el primero de Mínimas de San Francisco de Paula creado en el mundo
(en 1501) por intercesión de Pedro de Lucena y Olit (conde de Lucena) ante
el mismo santo.

Hay que tener en cuenta que los Mínimos no son exactamente franciscanos,
pues a pesar de que San Francisco de Paula vistió por voto de sus padres el
hábito de esta orden y habitó en un convento junto a ellos, su orden es diferente,
ahora bien la influencia en la misma de los Franciscanos es innegable.

Volviendo al convento de Jesús María, presentaba uno de los retablos


más ricos de la ciudad de Andújar donde en la calle del evangelio, en el ático se
representaba a San Miguel. Prueba de la riqueza de la clausura, es que sólo en el
año 1836 perderá por la desamortización 5745 olivos, dos casas rústicas y dos
molinos aceiteros; en 1837 son desamortizadas 5111 olivas que le pertenecían19.

Basamos la existencia de esta imagen en una fotografía de época, que muestra


el retablo mayor de dicho convento. Obra barroca totalmente desaparecida, que a
simple vista presentaba un interesante programa iconográfico, desarrollado en dos
pisos y tres calles. A simple vista, en el centro aparece el sagrario custodiado a los
lados por dos imágenes pequeñas, que no nos atrevemos a identificar (suponemos
que se trata del Sagrado Corazón de Jesús y la Virgen María, puesto que el convento
se denominaba de Jesús María). En la hornacina de la derecha claramente se
observa un San Francisco de Paula (fundador de los Mínimos), mientras que
a la izquierda aparece un obispo, que podríamos identificar como San Eufrasio
(patrón de la ciudad y de la diócesis de Baeza-Jaén). En el ático, una representación
en la zona central del Calvario; en la hornacina de la izquierda una imagen

18
Para consultar algunos de estos nombres, así como el lugar en donde se encontraban
algunas misiones dedicadas al arcángel remitimos a la siguiente obra bibliográfica: ABAD
PÉREZ, A., Los franciscanos en América. Colecciones Mapfre 1492, Madrid 1992.
19
GAY ARMENTEROS, J. C., Desamortización de algunos bienes de religiosos en la
provincia de Jaén (1836-1837). Cámara oficial de comercio e industria de la provincia de
Jaén, s.f., pp. 23 y 80.
LA DEVOCIÓN A SAN MIGUEL EN LOS CONVENTOS DE CLARISAS… 455

de San Juan Bautista (claramente identificable por la piel de camello, el estandarte


y el borrego). En la hornacina derecha como indicábamos un San Miguel.

Queda claro como las mínimas en esta ocasión priman al general celeste
en el retablo de uno de sus principales conventos, como indicábamos el primero
existente de la rama femenina de esta orden.

Siguiendo a Palomino León, esta capilla fue levantada en el último tercio


del siglo XVI; con forma de torre al exterior desarrollaba un mirador que fue
destruido en la guerra del treinta y seis. Era patronato de Luis de Valenzuela;
prueba de ello es el pleito que tuvo su hijo Rodrigo (regidor del ayuntamiento)
con otro patrón conjunto llamado Pedro de Carvajal, que pretendía enterrar en
dicho lugar a Francisco de Olid. Rodrigo de Valenzuela dirá que su padre hizo
aquella capilla 34 años antes20.

Retablo del convento de Jesús y María21

20
PALOMINO LEÓN, J. A., Ermitas, capillas y oratorios de Andújar y su término.
Instituto de Estudios Giennenses, Jaén 2003, p. 194. El autor toma esta noticia del Archivo
Catedral de Jaén, Sala XIII, sección pueblos, caja 10, 1605.
21
Ibídem, p. 196.
456 PABLO JESÚS LORITE CRUZ

Un convento que se comporta de una forma muy similar en su retablo es


quizás uno de los más antiguos de la diócesis, el Real Convento de Santa
Clara de Úbeda que se supone fundado unos años después a la conquista de
la ciudad el ocho de mayo de 1234, festividad de la Aparitio22. Habitado por la
comunidad clarisa desde ese momento hasta la actualidad en el centro neurálgico
de la ciudad medieval, mientras que los frailes franciscanos que habían abandonado
el convento tras la desamortización se habían instalado extramuros, en la conocida
como puerta de San Francisco, junto a lo que hoy se conoce como jardines
de la Cava. Se trata de un convento unido a la historia más profunda de la ciudad,
de hecho en el mismo existen incluso unas habitaciones llamadas “palacio real”
por haber residido en ellas Isabel la Católica antes de dirigirse a conquistar
Granada (en la actualidad un simple trastero).

En un retablo muy similar al de Andújar, posiblemente realizado por la


misma gubia (ya que presenta una gramática casi incuestionable) se ubicaba
San Miguel en el mismo lugar. Conocemos este hecho gracias a una buena
fotografía fechada en 1910, que se conserva en el Museo de Bellas Artes de
Granada, con tal claridad que no resulta excesivamente complicado analizar
la imagen, que forma parte de un rico programa iconográfico, inmerso en
este retablo barroco acoplado a la obra gótica del presbiterio separado en un
ábside del resto de un templo muy pequeño de tres naves y tan solo dos tramos,
ya que el tercero está ocupado por la sillería coral de la clausura y por tanto
la celosía separa este tramo del templo, ya que al ser un convento de estricta
clausura aún en la actualidad las religiosas reciben la comunión por un pequeño
vano de doble cierre.

Se trata de un retablo fechado en 1760, realizado por Agustín Jurado23.


Destacaremos la presencia de las virtudes teologales, la presidencia de Santa
Clara y la presencia de San Francisco de Asís y San Blas. En los laterales del
ático aparece a la derecha la representación de Santiago Zebedeo, vestido de
peregrino con el bastón y la calabaza. Lógicamente, su representación aquí es
como patrón de España, al igual que a la izquierda San Miguel está representado
como patrón de la ciudad de Úbeda. Mayor razón de peso es la devoción de
los franciscanos hacia este general celeste en una ciudad en donde desde
1234 se le venía venerando como demuestra el primer sello conservado de la

22
LORITE CRUZ, P. J., Iconografía de San Miguel en la diócesis de Baeza-Jaén. Tesis
Doctoral, Universidad de Jaén, 2010, sin publicar, pp. 181-201.
23
LATORRE BONACHERA, J. L., Úbeda, Patrimonio de la Humanidad. Ayer y Hoy.
Catálogo de la Exposición fotográfica del Museo Arqueológico de Úbeda celebrada en el
Hospital de Santiago desde el 5 de diciembre de 2006 al 7 de enero de 2007. Consejería de
cultura de la Junta de Andalucía, Úbeda 2006, p. 74.
LA DEVOCIÓN A SAN MIGUEL EN LOS CONVENTOS DE CLARISAS… 457

ciudad y datado en el año 130024. Es evidente que la presencia franciscana


que comienza en el siglo XIII y que lleva a tener cuatro conventos activos en
el siglo XVII más uno de mínimos acrecentó de manera muy fuerte la
devoción a San Miguel junto a otras muchas circunstancias que se producían
en la ciudad (zona fronteriza, capitulación el día de la Aparitio, lugar
productor de vino, presencia de fueros y sínodos que marcaban el santo ideal
para el núcleo…).

Esta fuerte presencia franciscana demuestra que en la ciudad de Úbeda,


núcleo que perfectamente al igual que Baeza se puede definir como ciudad
conventual25 y curiosamente en ella predominaba la orden franciscana y en
segundo lugar la dominica. El que Úbeda se convierta en una ciudad carmelita y
que llegue con gran fuerza hasta la actualidad no reside en los comienzos de
la conquista de la primera ciudad de fundación musulmana en Andalucía,
sino de la virtuosa suerte de la muerte de San Juan de la Cruz en el siglo
XVII en un convento por aquel momento de reciente fundación tras el convento
dominico de San Andrés que desde un principio no fue bien recibido por las
demás órdenes, pero que por el óbito del fututo doctor de la iglesia se
convirtió en uno de los principales conventos de carmelitas descalzos hasta
la actualidad en España.

Retomando nuestro convento de Santa Clara, en resumen podemos observar


que San Miguel aparece aquí como patrón de la ciudad en el convento de
religiosas más importante que hay en ella. De hecho, aún quedándonos la duda de
que la otra imagen en vez de ser Santiago fuese San Roque (no identificamos el
perro) y estuviera representado como abogado de la peste, lo lógico es que en el
otro lado estuviera el arcángel San Rafael. Por tanto, por la existencia de los
otros santos, totalmente afines a la orden, San Miguel está representado como
patrón de la ciudad, no cabe duda.

Son muy pocas las imágenes que existen en el convento junto a ésta por
la terrible devastación que sufrió, aún así permanece muy mal restaurado en
el coro alto un lienzo descontextualizado del general celeste, lo que indica
que debieron de existir muchas más imágenes en el mismo del archiestratega
celeste que no han podido ser documentadas.

24
Archivo Histórico Municipal de Úbeda, Carta de hermanamiento entre la ciudad y
caballeros fechada el siete de marzo de 1300. Carpeta 3130 Ref. 4566.
25
GARCÍA TORRALBO. M.C. Baeza Conventual. Universidad de Jaén, Baeza, 1998,
pp. 16-17.
458 PABLO JESÚS LORITE CRUZ

Retablo de Santa Clara26

Si tenemos en cuenta el pequeño tamaño del templo y que en la actualidad en


el mismo se conservan en los testeros laterales del presbiterio lienzos que se
intentan atribuir a Sebastián Martínez Domedel, un lienzo de una Purísima
que se ha querido ver como perteneciente a la escuela de Alonso Cano y cuadros
tan curiosos como la estirpe divina de Cristo o una dolorosa en lienzo del
siglo XVIII, en realidad nos encontrábamos ante un espacio verdaderamente
con un horror al vacío indescriptible que ha llegado muy deteriorado a nuestros
días y donde la imagen de San Miguel evidentemente tenía un lugar primordial.

Centremos ahora nuestra atención en otro convento importante y habitado


como es el de Santa Clara de Jaén. También conservaba (en la actualidad no
existe) un importante retablo construido para dicha institución por parte de
Sebastián de Solís y ensamblado por Salvador de Madrigal. El estudio más
afinado sobre este retablo fue realizado por la doctora María Soledad Lázaro
Damas, en quien nos basemos directamente para informar sobre esta obra.

26
O. c. nota 23, p. 75.
LA DEVOCIÓN A SAN MIGUEL EN LOS CONVENTOS DE CLARISAS… 459

Esta investigadora nos especifica que el citado retablo es realizado por


ambos escultores por orden de la abadesa, estipulándose el mismo en 1100
ducados y fechándose el encargo en 1582, especificando que las esculturas
serían realizadas por Sebastián de Solís a un tamaño de 1´35 metros. Se trataba
de un complejo retablo escultórico formado con imágenes e historias, que se
encontraba rematado por Dios Padre, escenas de Cristo (la principal un Calvario)
y de la Virgen. El interés nuestro recae en el banco, por ser el lugar en donde
aparece la imagen del archiserafín acompañando a otras tres escenas; dos
referentes a Cristo muestran su propio sacrificio mediante la Última Cena y
el Descendimiento, alusión al verdadero sentido de la Eucaristía. Del mismo
modo la presencia de San Miguel y Santa Isabel de Hungría27, desde nuestro
punto de vista, son ejemplos de Humildad y Caridad respectivamente, afines
a la búsqueda de la felicidad mediante los votos de pobreza y clausura que
llevan a cabo las clarisas, es evidente que nada en un retablo y menos en esta
época estaba colocado al azar.

¿Y en las salas de labor?, ¿cómo decíamos al principio existen estas imágenes?


Así es, en el siglo XVIII se crean unas pequeñas obras del general celeste
muy ricas y preciosistas para ser instaladas en estos lugares. Bien es cierto que
hoy se ubican muchas descontextualizadas de su lugar de origen, por ejemplo en
el palacio Rubín de Ceballos28 de Baeza, en la actualidad propiedad de la
Prelatura Pontificia del Opus Dei en la sala de confesiones (a la entrada de la
capilla) existe una que se supone provenía de un convento de Clarisas de la ciudad
de Córdoba29. Ciertamente se encuentra descontextualizada de su lugar de
origen, pero al mismo tiempo responde a la devoción que la prelatura le profesa
al archiserafín, pero esto sería otro tema a tratar, aunque nos llevaría a otra
devoción femenina, pues en este palacio se encuentra la fundación Aliatar
que no deja de ser una casa de numerarias del Opus Dei.

De todas las imágenes que responden a esta iconografía de pequeño tamaño,


una de las más desconocidas que existen en la provincia, por encontrarse aún
en un lugar recóndito (una verdadera sala de labor) de una de las clausuras
franciscanas más estrictas, la del convento de la Concepción Franciscana de
Jaén (popularmente conocido como el de las Bernardas, aunque en la actualidad
es habitado por clarisas).

27
LÁZARO DAMAS, Mª S., “El desaparecido retablo manierista de santa Clara de Jaén y
sus autores”, en Senda de los huertos. Revista cultural de la provincia de Jaén. Asociación
Amigos de San Antón, n º 27 (1986) 116.
28
Recibe este nombre en honor a la familia de Agustín Rubín de Ceballos, obispo de
Baeza-Jaén desde 1780 a 1794.
29
Documentación oral de varios miembros habitantes del lugar.
460 PABLO JESÚS LORITE CRUZ

La imagen responde a un acabado preciosista, con una peana que práctica-


mente indica que se encontraba ubicado, en su lugar original. Presenta una
visión frontal, en la que conecta con el fiel, mostrando en su mano diestra la
espada flamígera en alto, mientras que con la siniestra extendida sostiene la
cadena con la que mantiene preso al diablo. Su dulzura, más que un gesto de
advertencia hacia los hombres, transmite al observador una sensación tranquili-
zadora, demostrando que él tiene al maligno so las penas celestes.

Presenta un dinamismo más relajado, donde existe una mayor preocupación


por mostrar la riqueza, frente a las complejas torsiones comunes del siglo XVIII.
Como atributo curioso, podemos destacar la desproporcionada corona real de
plata, indicando su gobierno sobre los ángeles. Icono no muy común, pero afín a
este momento, en el que se está desarrollando la orfebrería de manera muy latente.

A pesar del pequeño tamaño, tendríamos que destacar el preciosismo de


toda la talla, incluso, podemos distinguir una leve sonrisa en el arcángel, frente
al gesto de impasibilidad que muestra hacia Satanás. Respecto al demonio, no
presenta una postura excesivamente normal, pues aparte de protegerse con el
brazo diestro, se agarra a su propio cuerno, mostrando a escondidas un rostro. Es
una especie de engendro de amplia frente, mirada directa y boca desagradable.
Habría que resaltar que la forma del maligno y del fuego hacen que la imagen
del archiserafín celeste quede resaltada, puesto que, si dividiéramos la altura del
conjunto en cuatro partes, la primera la ocuparía la zona infernal, la segunda el
cuerpo del arcángel hasta la cintura, la tercera desde los hombros a la cabeza
y la cuarta, de manera artificial, estaría compuesta por la corona y la espada.

Existen muchos más conventos de clarisas en la diócesis de Baeza Jaén,


el de Alcaudete o los dos de Baeza (San Antonio y Santa Catalina) son ejemplos
importantes donde a la actualidad no han llegado imágenes de San Miguel, si
bien es cierto que aunque no tengamos documentación de las mismas no quiere
decir que no existieran. Por ejemplo el de Santa Catalina está situado junto al
lugar donde se supone que se ubicó la parroquia de San Miguel (fugaz templo
colegial baezano tras la declaración en ruinas de la colegiata de Santa María del
Alcázar)30, pero al mismo tiempo incluso se supone que hay momentos en
los cuales el culto del convento se pudo servir en la parroquia.

30
MARTÍNEZ ROJAS, F. J., “El traslado de la colegiata de Baeza en los fondos
archivísticos vaticanos. El breve apostólico de Benedicto XIV (1747) y otras fuentes
documentales”, en Lucidario, nº 3 (2007) 106.
LA DEVOCIÓN A SAN MIGUEL EN LOS CONVENTOS DE CLARISAS… 461

San Miguel31.

Podemos afirmar que el asentamiento de los franciscanos en Baeza fue


tan fuerte como en Úbeda y Jaén. Comenzando por el convento de Santa
Clara, que se encontraba situado en la calle General Marchesis, se desconoce
su fundación, que se pierde en el tiempo; da lugar al actual convento de San
Antonio. De éste podemos decir que ya en el año 1479 existía bajo la orden
masculina; pasaría a ser de las monjas, cuando éstos se unan al de San
Francisco a partir de la ordenanza de 1517 (no existe en él ninguna imagen
del general celeste, bien es cierto que la contienda de 1936 fue bastante
cruel con este edificio). También señalamos que una serie de monjas saldrían
temporalmente en el siglo XVI de este convento para ir a fundar el de San
Cristóbal de la Laguna32 (recordemos que en la ciudad metropolitana tinerfeña
San Miguel ostenta el título de patrón).

31
Imagen propiedad del IAPH.
32
ALMANSA TALLANTE, R., “Los monasterios de Santa Clara en la provincia de Jaén
(III)”, en Senda de los Huertos. Revista cultural de la provincia de Jaén. Asociación amigos
de San Antón. Jaén, nº 34 (1994) 35.
462 PABLO JESÚS LORITE CRUZ

El edificio abandonado de Santa Clara no quedaría mucho tiempo en aquellas


condiciones y se llevaría en 1550 otra fundación de clarisas con la misma
regla que las de San Antonio por parte de Gonzalo Messía y su esposa Elvira
Bravo de Zayas, quien tenía la intención de instalar a las concepcionistas en
Baeza (esta orden nunca llegó a realizar ningún tipo de fundación dentro de
las cuatro grandes ciudades del Santo Reino). El intento es fallido, pues al
pedirle a las religiosas del convento de san Antonio que se volvieran a éste
abrazando otra regla, éstas se negaron y finalmente se decide que sea de clarisas.
En 1561, solucionados todos los problemas, las monjas se instalan, existiendo ya
dos conventos de claras en la ciudad33, aún ambos en funcionamiento.

Bien es cierto que otras órdenes religiosas femeninas pueden tener imágenes
de San Miguel en sus templos y clausuras, no es una imagen vetada a las clarisas,
ahora bien, la presencia que muestran los conventos de las diversas ramas
franciscanas es mucho mayor lo que permite concluir que una simple imagen
de San Miguel en un convento de la orden segunda de San Francisco demuestra
parte de la devoción e historia de esta determinada orden, algo extrapolable
en otros santos o pasajes hagiográficos a cualquier orden religiosa más o menos
flexiva en sus reglas.

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33
O. c., nota 32, p. 43.
LA DEVOCIÓN A SAN MIGUEL EN LOS CONVENTOS DE CLARISAS… 463

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