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Nombre: Julián Urrego Velásquez código:1202118

Grupo: Mul_A.

¿Quién es él?

Todo comenzó el día que vi por primera vez la luz del sol, desperté de un sueño que
parecía eterno, consciente de la vida que ahora llenaba mi ser, mis únicas palabras fueron
unos tenues aullidos apenas oíbles, a mi lado estaban los miembros de lo que aparentaba
ser una manada, y justo encima de mí estaba quien me había concebido la vida; Sentí
una calurosa y acogedora sensación de parte de ella, me invitaba a comer de su vientre,
intenté acercarme pero no tenia la fuerza suficiente para caminar, conseguí llegar
después de un rato y cansado por el esfuerzo realizado, lo único que quería era comer de
su vientre.

Al día siguiente desperté al lado de otros 6 cachorros, todo apuntaba a que eran mis
hermanos, al ver que no estaba mi madre cerca intenté llamarla aullando repetidamente,
no tardó mucho hasta que ella apareció, aparentemente estaba cuidando la entrada de la
cueva, se acostó y me dio de comer hasta quedarme dormido, así pasaron muchos días
hasta que ya era capaz de caminar y correr por mí mismo.

Me crie en un bosque frio rodeado de muchas montañas, en mi infancia me la pasaba


jugando y durmiendo con mis hermanos, durante mi adolescencia aprendí a cazar para
llevar comida a la casa, comíamos por lo general gallinas, conejos, ciervos, cerdos y otros
animales que encontrábamos en el bosque, admiraba a cada uno de los miembros
mayores de la manada, los respetaba mucho y quería ser como ellos.

Un día estaba en una caza con mis hermanos y demás miembros de la manada,
buscábamos comida para cenar en el lugar habitual de caza, al ver que no
encontrábamos nada decidí aventurarme un poco mas en el bosque, no tenía ningún
problema en hacerlo ya que anteriormente había explorado la zona, fue cuando entonces
lo vi a él, un animal que caminaba sobre sus dos patas traseras y en sus manos llevaba
una cosa hecha de ramas y piedras, sorprendido me escondí detrás de un arbusto y seguí
observándolo. Estaba cortando arboles con la cosa que llevaba en las manos,
golpeándola contra la corteza, quedé impactado por la fuerza que tenia ese animal, ni el
miembro mas fuerte de la manada podría cortar un árbol de esa manera, de pronto él se
acercó al arbusto donde estaba escondido, mi cuerpo no reaccionó y simplemente quedé
paralizado, me vio a los ojos y se agachó sobre sus patas, sacó de una cosa que traía en
su espalda unos huesos y los acercó a mi cara, al ver que no parecía hostil comí el hueso
y me acerqué a él, con su mano tocó mi cabeza y la acarició, me sentí bien y quería que
siguiera haciéndolo, sin embargo él se paró y se fue, yo decidí seguirlo hasta su hogar.
Cuando llegamos, parecía una cueva construida de arboles y piedras, era muy grande y
tenía muchísimas cosas que nunca había visto, él se acostó a dormir y tapó la cueva con
un pedazo grande de árbol que se abría y se cerraba, en ese momento no pensaba en
volver con la manada, solo quería pasar más tiempo con esa criatura desconocida que me
alimentó.

Al día siguiente él se despertó, me dio de comer y se fue de la cueva, me dejó dentro;


unas horas después regresó con piedras y otras cosas que se parecían pero eran de
diferente color, salimos a cazar y volvimos antes del anochecer, seguimos haciendo lo
mismo durante meses, hasta que llegó un punto en el que lo trataba como un miembro de
la manada; Una noche salimos de la cueva, cosa que no era habitual y nos encontramos
con unos animales que se parecían al él, pero ellos no eran inteligentes y solo lo seguían
despacio, parecía que querían hacerle daño, olían a podrido y su cuerpo estaba dañado,
él simplemente los ignoraba y corría más rápido para que no le alcanzaran, también nos
encontramos a unos animales que estaban hechos de solo huesos y caminaban en dos
patas, ellos llevaban consigo palos y cuerdas que lanzaban cosas filosas, volvimos a la
casa poco después con unos materiales que el necesitaba.

El día siguiente él construyó una gran cosa negra y encendió fuego dentro, de pronto su
interior se tornó de color morado, se escucharon gritos saliendo de esa cosa, él entró y
desapareció como si nunca hubiese existido, ni siquiera podía percibir su olor, ya no
estaba en este mundo; Me senté a esperar su regreso pero parecía que en verdad había
desaparecido, preocupado entré en la cosa negra para buscarlo, fue cuando lo vi, estaba
luchando contra animales que parecían cerdos pero caminaban en dos patas, me acerqué
a defenderlo abalanzándome sobre los cerdos y mordiéndolos, pero no me percaté que
estaba en un lugar muy alto, resbalé en la orilla y caí de un lugar muy alto, ya no podía
sentir gran parte de mi cuerpo, pero estaba contento de haberlo defendido, él se acercó y
tembloroso me abrazó, sentí frio, pero a la vez un caluroso gracias y un adiós.

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