De partida, la misma definición comienza señalando que se
restringe a objetos del Sistema Solar. Sin embargo, ese no es el único problema. Los planetas extrasolares, por la distancia a la que se encuentran, no se pueden observar directamente con la misma claridad que observamos los planetas del Sistema Solar. Si bien existen diversos métodos para detectarlos, e incluso planetas de tamaños similares al de Júpiter si han podido ser observados directamente, la mayoría son descubiertos mediante el método de los tránsitos, es decir, se estudian las variaciones del flujo de luz de una estrella para determinar si tiene planetas orbitando a su alrededor. Otros métodos importantes corresponden al método de la velocidad radial, en el cual se mide la velocidad con la que se mueve una estrella para ver si está afectada por la presencia de planetas (un planeta generaría variaciones en la velocidad de su estrella), o el método de lentes gravitacionales, donde la presencia de planetas afecta la forma en que la luz de una estrella llega hasta nuestros telescopios.