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Esta parte es esencial para liderar una nación ya que se menciona que si no es
capaz de gobernar su propia casa no tendrá la capacidad de gobernar a otros , el
lograr este equilibrio conlleva a un estado de satisfacción , donde no se busca la
completa solución de los problemas pero se ayuda a dar una solución a los
mismo, el buen gobierno del estado se conoce como la policía , para otros
grandes filósofos como Rousseau entiende que la economía es el sabio gobernó
de la casa para el bien común de toda la familia, entonces como tal gobernar un
estado es poner la economía en acción es ponerla así mismo a nivel del estado
procurando así el beneficio común y no propio.
Perriére también señala que otras de las cosas que se debe encargar el estado
de conocer es el hombre, sus relaciones sus riquezas , su forma de subsistencia,
sus costumbres, sus hábitos , su manera de actuar y pensar todo esto conlleva a
que el estado permute en los asuntos de la sociedad para su beneficio, Pufendorf
también aclara que la autoridad no debe tener nada por ventajoso para sí
mismo, si no lo es también para el estado, el gobierno es una ,manera recta de
disponer las cosas para conducirlas no a la forma del bien común sino a un fin
propio. Todo esto deja claro que una forma de gobierno no es precisamente
ejercer el poder para que otros obedezcan de inmediato, sino que es importante
demostrar el poder y la autoridad mediante el buen ejercicio de nuestras funciones
buscando el compromiso y la entrega total.
Clase del 8 de marzo de 1978
¿En qué medida quien ejerce el poder soberano debe encargarse ahora de
nuevas tareas específicas que son las del gobierno de los hombres? ¿Qué
racionalidad debe apelar el gobierno para gobernar? ¿Cuál debe ser la razón
gubernamental?
Santo tomas nunca dijo que el soberano no solo era un soberano que solo debía
reinar y que la tarea de gobernar no estaba entre sus responsabilidades. Al
contrario, siempre dijo que el rey debía gobernar, pero creo que lo importante es
que ese gobierno del monarca, según santo tomas no tiene especificidad con
respecto al ejercicio de la soberanía. Ser soberano y gobernar no tiene división, el
soberano en cuanto gobierna, no hace otra cosa que reproducir cierto modelo, es
simplemente el gobierno de dios sobre la tierra. La excelencia del arte según santo
tomas está en la medida en que imite la naturaleza. Ahora bien, la naturaleza es
regida por Dios, pues dios la creo y no deja de gobernarla todos los días. El arte
del rey será excelente cuando imite la naturaleza y sea el fundador del estado o la
ciudad y se encargue de gobernar todos los días, si ciudad provincia o estado.
Esta es la primera analogía, continua diciendo que en la naturaleza todo funciona
por una fuerza directriz, que mantiene los sentidos unidos por ejemplo el
estómago se iría por un lado las piernas por otro …..ocurre lo mismo en un reino,
si cada individuo se preocupa por su propio bien, descuidaría el bien común, es
menester del rey ser esa fuerza vital o directriz que incline hacia el bien común las
tendencias egoístas de cada uno “ es necesaria una dirección encargada de regir
y gobernar, Segunda analogía.
La tercera analogía trata de, la función del rey no es diferente de la función del
pastor con respecto a su grey o del padre de familia con respecto a los suyos, el
soberano debe y puede gobernar.es porque forma parte de ese gran continuo que
va de Dios al padre de familia pasando por la naturaleza y los pastores un
gobierno con Dios.
Al reflexionar sobre la secta de los políticos, no sé qué debo decir de ella, que
debo callar o con que nombre llamarla. ¿La designare como un politeísmo? Si, sin
duda, porque el político respeta todo y cualquier cosa por la sola razón política.
¿La llamare ateísmo? Sería justo hacerlo, porque el político tiene un respeto
fingido, solo determinado por la razón del estado; cambia de color y de piel y es
más capaz de transformaciones que proteo. ¿La denominare siempre la secta de
los políticos; Michel Foucault [estado latría? Sería el hombre más atinado. Si en su
diferencia general el político respeta algo, lo hace para conciliar a los hombres con
no sé qué divinidad, dios o diosa, que los griegos antiguos invocaban con el
nombre de ciudad, los romanos con el nombre de imperio, y la gente de hoy con la
designación de estado. Tal es la única divinidad de los políticos, tal el nombre más
justo para designarlos.
El estado sería absurdo, desde luego, decir que el conjunto de las instituciones
que llamamos estado se remonta a los años 1580 y 1650 no tendría sentido decir
que el estado nace por entonces, los ejércitos ya existen, el sistema fiscal, la
justicia lo importante es el momento en que esa cosa que es el estado comienza a
incorporarse y se incorpora efectivamente a la práctica meditada de los hombres,
tendríamos que decir que el estado no es en la historia una especie de monstruo
frio que no dejo de crecer y desarrollarse como un organismo amenazante y
colocado por encima de una sociedad civil, o, más simplemente una sociedad
gubernamentalizada, introdujo a partir del siglo XVI algo, ese algo a la vez frágil y
obsesionante que se llama estado, pero el estado es solo una peripecia del
gobierno y este no es un instrumento de aquel. O, en todo caso el estado es una
peripecia de la gubernamentabilidad.
Nos hablan también de las sediciones y sus causas, la causa material siendo esta
el nivel de pobreza al punto de ser rechazada esta desigualdad social diciendo
Bacon, "las rebeliones procedentes del estómago son las peores de todas” y para
poder combatir con ella debemos erradicar la holgazanería, la pereza, la
mendicidad, disminuir la tasa de interés y los malos pensamientos. La causa
ocasional toma por tardío una serie de elementos, en su momento, de poca
relevancia ya cuando le ven se causa un descontento y llegan a unirse los medios
para conseguir dichos elementos de interés. Pero una de las sediciones más
peligrosas es cuando el pueblo y los grandes se unen. También Maquiavelo
reconocía esta gran sedición, ya que estaba bajo amenaza de ser destituido
poniendo también en cuestión la adquisición del principado. Ya que decía él se
debía evitar el descontento del pueblo y de los grandes