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En Esto Llegó Fidel Se Acabó La Diversión
En Esto Llegó Fidel Se Acabó La Diversión
RADIO Y TELEVISIÓN
Desde la aparición de las estaciones de radio en 1922, no han parado de
proliferar, más de 160 en 1958. Proporcionalmente Cuba cuenta con más
aparatos y diales que Nueva York, siendo los más animados de todo el
continente y, quizás, los más agresivos comercialmente. La programación
musical es parte esencial, destacan los programas de música bailable, los
dedicados a la canción, el tango y las radionovelas. Yo amo un canalla, Mala
semilla o El derecho de nacer son algunas de las favoritas. En los bailables
radiados actúan artistas muy célebres como Barbarito Díez, Isolina Carrillo,
Rita Montaner, Celia Cruz, Merceditas Valdés, Joseíto Fernández, Pío
Leyva o Cascarita. El programa por excelencia es La corte suprema del arte,
en la radio nacional CMQ, donde consiguen arrancar Elena Burke, Olga
Guillot, Rosita Fornés, Tito Gómez o la mencionada Celia Cruz. En Cadena
Oriental debuta Benny Moré, que luego pasa a RHC Cadena Azul, Radio
Progreso y dirige la orquesta CMQ en el programa Fiesta a las nueve con su
Banda Gigante. La Mil Diez y Unión Radio también presentan a los artistas más
populares. Las orquestas tienen un papel destacado. Muchas actúan gratis a
cambio de publicidad para sus conciertos. Las mismas son contratadas para
los más variados eventos, y cuanto más público atraigan, más contratos
consiguen. La popularidad en la radio es un medio esencial para ello. Entre las
orquestas más conocidas están las de Antonio María Romeu, Armando
Valdespí, Maravillas del Siglo, la Elegante con Paulina Álvarez, Maravillas
de Arcaño, Melodías del 40, Los Caciques, Típica Moderna o la América.
De ésta forma parte el violinista Enrique Jorrín, que realiza una innovación
sobre el danzón clásico en 1951, dando vida al cha-cha-chá para entusiasmo
de bailadores que improvisan nuevos pasos que arrebatan a los cubanos,
logrando ensombrecer a Pérez Prado, que había conseguido vender más de
4,5 millones de “mambos” en dos años.
CABARETS Y CASINOS
Junto a los grandes espacios conviven otros más populares. Palermo Club,
Alloy, Pensylvania, Sierra, La Campana, Night and Day, Las Vegas, Panchin,
Rumba Palace, Bolero Bar, Topeka, La Rue 19, Habana Madrid Night Club,
Habana 1900, La Red o el Ali Bar son algunos de ellos. Este último es el lugar
de moda. No es de extrañar, en él actúa Benny Moré, uno de los más grandes
artistas de la música cubana y universal. Como sus desplantes suelen estar a
la orden de la noche, el elenco lo completan artistas como Fernando Álvarez,
Celeste Mendoza, Reinaldo Hierrezuelo, que en los noventa triunfó con Vieja
Trova Santiaguera, Orlando Vallejo y otros que garantizan la calidad y nivel
del club. Las noches se prolongan durante horas y la última cita suele ser en
los locales de la Playa de Marianao, que nada tienen que ver con los cabarets y
casinos mencionados, como el Kiosko Casanova, El Niche, La Choricera, El
Ranchito, La Taberna de Pedro, Los Tres Hermanos o El Chori, donde alcanza
gran popularidad con los timbales Silvano Chueg Hechavarria, alias El Chori,
que compite musicalmente con Marcelino Teherán. Lugares donde encontrar
a Marlon Brando ejerciendo de timbalero, a Agustín Lara, Imperio
Argentina, Gary Cooper, Toña la Negra, Ernesto Hemingway, María Félix,
Josephine Baker o Errol Flinn, huyendo de los decadentes espacios donde
se dan cita la burguesía, aristocracia y mafias capitalinas. Según el actual
director de Casa de América, Miguel Barroso, experto en la vida cultural de la
ciudad, existen en 1958 casi 1.200 bares o locales nocturnos musicales, 250
clubes sociales con actividad musical, 50 orquestas que trabajan
habitualmente, 100 tiendas de discos y 150 lugares donde adquirir
instrumentos musicales. Con el triunfo revolucionario, el Sherezade, santuario
del filin, Atelier, El Gato Tuerto e Imágenes pasan a ser los lugares de moda.
NOCHEVIEJA DE 1958
En las primeras horas de 1959 Batista huye en dos DC4 a Santo Domingo.
Cienfuegos y Guevara están en las puertas de la capital. Los norteamericanos
y sus amigos intentan huir del país. Castro espera hasta el día 8 para entrar
triunfante con todos los honores, y la población, entusiasta, acoge con
exaltación las primeras medidas revolucionarias. Dos meses más tarde se
produce el cierre de los grandes casinos y cabarets, con importantes
movilizaciones reclamando la apertura. Algunos fueron abiertos, hoy todavía
continúan funcionando, aunque hubo un cierre obligado de la mayoría en 1968.
Rubén Caravaca
http://rubencaravaca.blogspot.com