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Caos 2020
Caos 2020
La actividad turística ha caído bruscamente hasta casi ser nula. Más de una tercera parte de la
humanidad está en confinamiento, el trafico aéreo se ha reducido un 90%, los atractivos
turísticos están cerrados, al igual que hoteles y restaurantes de medio mundo.
Una verdadera catástrofe para un sector que gestionaba más de 1.500 millones de turistas al
año, tenía unos crecimientos muy por encima de la economía global, suponía más del 10% del
PIB mundial y daba trabajo a más de 300 millones de personas.
Es sorprendente que hace unos meses si preguntabas a muchos destinos sobre el mayor reto
del sector turístico, te habrían dicho que era la masificación turística…
Todo el mundo está hablando de cuándo se volverá a la normalidad. Bueno, el hecho es que
será una “nueva” normalidad y no será cuestión de meses, sino más de un año. Estos procesos
tampoco serán iguales en unos destinos y otros.
El gran problema para el crecimiento del sector turístico será la incertidumbre y no se recuperará
del todo hasta que no haya un tratamiento eficaz o se descubra una vacuna que inmunice ante el
COVID-19.
Probablemente esta pandemia creará un cambio psicológico y durante el primer año muchos
turistas preferirán viajar a destinos cercanos en su propio país, o bien a países donde la
pandemia no haya sido demasiado intensa (si es que hay algún país así dentro de unos
meses…).
Fase de recuperación
Lo cierto es que la recuperación de los destinos dependerá de muchos factores. El levantamiento
de restricciones de movimiento, el incremento de la actividad aérea y la percepción de los
turistas sobre diferentes destinos, según la incidencia que haya tenido la pandemia en ellos.
Según Deloitte, la recuperación del sector turístico será gradual y no alcanzará una situación de
normalidad hasta entrado el 2021. Según sus estimaciones:
Antes de la crisis sanitaria la parte de la renta que se dedicaba a viajes y hoteles era del 9%
sobre el total. Lo que resta del año, ese porcentaje caerá casi un 95%, pero en 2021 ese
porcentaje subirá al 7% (un 12% menos que antes de la crisis).
La recuperación del turismo será en dos fases. Primero el turismo nacional de cercanía (donde
no hay que usar medios de transporte masivo) y más tarde el internacional. Hay mucha gente
que tendrá miedo a meterse en un avión 10 horas para viajar a un destino lejano y exótico.
Estás pueden ser algunas de las pautas de comportamiento de los consumidores cuando
termine la crisis:
Los usuarios darán todavía mayor importancia al valor precio, debido a la disminución de
renta disponible.
Cambiará la forma en la que nos saludamos. Pasará bastante tiempo antes de darnos la
mano o besar en la mejilla a gente que no conocemos o que no son de nuestro círculo más
cercano.
Aumentará de forma constante el consumo online.
Aumentarán los lazos intergeneracionales.
Se impondrá cierta distancia social en lugares públicos. Se habla de que incluso habrá
que definir medidas de distanciamiento en las playas.
Por otro parte, las personas que viajen, cambiarán sus patrones de comportamiento:
Los turistas serán más exigentes con los proveedores turísticos en temas de higiene y de
sostenibilidad.
Algunas personas evitarán viajar si tienen gripe o un catarro, por la atención que despertará en
otros turistas que viajen con ellos.
Habrá una mayor demanda de medidas de higiene (tanto en instalaciones como en empleados).
Los viajeros estarán más preocupados por la seguridad sanitaria, tanto de las instalaciones,
como de la alimentación.
Los turistas prestaremos más atención a cosas como los filtros de aire que usan las aerolíneas.
La calidad del aire será un elemento de marketing.
Termino aquí el primer artículo que he preparado sobre la recuperación del sector turístico tras la
pandemia causada por el COVID-19.