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16/7/2015 Alternativas organizacionales indígenas en Méxxico

Revista Digital Universitaria ISSN: 1607 ­ 6079 | Publicación mensual 1 de septiembre de 2014 vol.15, No.9

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La complejidad de la estructura social de México, así como en gran parte de Latinoamérica, está determinada
principalmente por su conformación multicultural. Esta complejidad yace en la intersección de la influencia
occidental globalizada y un apego a las raíces autóctonas. 

La descoordinación y, en ocasiones, imposición de modelos políticos y económicos discutidos y empleados a
nivel global sobre las tradiciones locales, como son los significados indígenas con respecto a la tenencia de la
tierra, la identidad y otros usos y costumbres, han impulsado procesos de deterioro medioambiental, RDU EN CONACYT
sobreexplotación de la tierra, escasez de alimentos, imposibilidad de acceso a servicios básicos de salud,
Índice de Revistas Mexicanas de
higiene y educación, recurrente violación de los derechos humanos, así como entornos crecientemente violentos Divulgación Científica y Tecnológica
en las comunidades originarias latinoamericanas. 

Como respuesta a estas consecuencias, muchos grupos indígenas se han organizado en manifestaciones de
resistencia sociopolítica de muy diversa índole y muy variadas dimensiones. En no pocas ocasiones han
logrado procesos cada vez más profundos de autonomía política, económica y social, reestructurando en cierta
medida su propio tejido comunitario. A través de su activismo estos movimientos trabajan hacia la recuperación
de su historicidad indígena planteando soluciones alternativas al sistema imperante y echando a andar
proyectos verdaderamente novedosos. Muestran, así, una capacidad de propuesta y creatividad relevante y
significativa en momentos en los que parece que la falta de opciones a nivel macro político y macro económico
crece hasta el punto de la desesperanza. 
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La respuesta indígena presentada en este volumen, al menos en primera instancia, no parecería del todo
novedosa en tanto que retorna a la acción colectiva como punto de partida para establecer trayectorias
reestructuradoras de un orden social, político económico y cultural, si no perdido, sí al menos severamente
amenazado por los macropoyectos de construcción de los estados nacionales. No se plantea en estos trabajos
un regreso al pasado comunitario en un mundo fragmentado y poco comunicado. Por el contrario, lo que se
resalta en esta colección, es la capacidad de adaptación y la sensibilidad por parte de los pueblos originarios en
nuestro continente para entender un mundo bajo fuertes presiones y en transformación profunda,
particularmente, las alternativas organizacionales que han emprendido para mitigar o revertir estos procesos. 

Para discutir esta temática, la Revista Digital Universitaria convocó a estudiantes, académicos y activistas a
presentar sus proyectos relacionados con la temática "Alternativas organizacionales indígenas en México". El
proyecto reúne propuestas originales de investigación que buscan generar un diálogo entre los autores y el
público lector. Mediante el aprovechamiento de la plataforma digital, la publicación tiene como meta principal
promover un espacio de análisis, debate y reflexión que presente nuevos planteamientos y alternativas de
discusión sobre los temas expuestos, tanto para la gente experimentada en la rama de estudio, como para

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1 de septiembre de 2014 | Vol. 15 | Núm. 9 | ISSN 1607 - 6079

ARTÍCULO

APUNTES SOBRE LAS CONDICIONES


HISTÓRICAS DEL DESARROLLO DE LAS
ORGANIZACIONES DE LOS PUEBLOS
ORIGINARIOS

Lidia Blásquez Martínez

Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación - UNAM


Departamento de Acervos Digitales
“Apuntes sobre las condiciones históricas del desarrollo de las organizaciones
de los pueblos originarios”, Lidia Blásquez Martínez
1 de septiembre de 2014 | Vol. 15 | Núm. 9 | ISSN 1607 - 6079
http://www.revista.unam.mx/vol.15/num9/art65/

APUNTES SOBRE LAS CONDICIONES HISTÓRICAS DEL


DESARROLLO DE LAS ORGANIZACIONES DE LOS PUEBLOS
ORIGINARIOS
Resumen
A través de un breve recorrido sobre algunas rebeliones y luchas que han protagonizado
los pueblos originarios desde el periodo Colonial, se reflexiona sobre algunas de sus de-
mandas recurrentes y las formas de acción social que se han articulado en relación con


ciertos temas, como la defensa de las tierras, los recursos naturales y el ejercicio de la
ciudadanía.

Palabras clave: Pueblos originarios, desarrollo,


México, indígenas, rebeliones.
Tanto la defensa de
sus tierras, recursos naturales Notes on the historical conditions of
y sitios sagrados como el development organizations of indig-
acceso a una ciudadanía plena enous peoples
desde su diferencia han sido
procesos sociales de largo
aliento.
“ Abstract
Through a brief tour of some rebellions and struggles
that have shaped the native peoples from the Colo-
nial period reflects on some of his recurring demands
and forms of social action that have been articulated
in relation to certain issues such as the defense of the
land, natural resources and the exercise of citizen-
ship.

Keywords: native peoples, development, México, indigenous, rebellions.

Departamento de Acervos Digitales. Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación – UNAM 2
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons
“Apuntes sobre las condiciones históricas del desarrollo de las organizaciones
de los pueblos originarios”, Lidia Blásquez Martínez
1 de septiembre de 2014 | Vol. 15 | Núm. 9 | ISSN 1607 - 6079
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APUNTES SOBRE LAS CONDICIONES HISTÓRICAS DEL


DESARROLLO DE LAS ORGANIZACIONES DE LOS PUEBLOS
ORIGINARIOS

Introducción

E
n México, a pesar de los importantes movimientos sociales que han protagonizado
los pueblos originarios, pocos han sido los investigadores que se han interesado en
dar cuenta de las particularidades de los liderazgos que surgen en el seno de estas
comunidades (REINA, 1980; HERNÁNDEZ, 1997; GUTIÉRREZ, 2001).
La construcción de la identidad de los pueblos originarios ha tenido que lidiar
con la estigmatización que ha ejercido sistemáticamente la sociedad mestiza y sus ins-
tituciones que construyeron el acceso a la ciudadanía plena, a partir de la idea de crisol
cultural. La indianidad se asociaba entonces con la pobreza económica, la marginación,
la opresión y la inferioridad. Es por esto, que en este artículo elegimos utilizar el término
pueblos originarios que pone énfasis en la historia socio-espacial de estos grupos.
Este trabajo se compone de dos partes. La primera es un breve recorrido histó-
rico sobre las formas que han adquirido los movimientos de los pueblos originarios. En
la segunda, se abordará cómo algunos líderes e intelectuales orgánicos han motivado en
las comunidades procesos organizativos que han favorecido la contra-estigmatización y
el empoderamiento que, a su vez, ha producido formas organizativas originales.

De rebeliones y revoluciones: la recomposición de territorios y for-


mas de organización de los pueblos originarios
Como ya ha sido ampliamente estudiado por renombrados científicos sociales, la ruptura
establecida por la Conquista y la transformación impuesta por la colonización cambió
brutalmente las estructuras: social, económico-productiva y territorial de los pueblos
originarios en México. Pero este no fue un proceso al que los pueblos accedieron impasi-
blemente (BARTOLOMÉ, 1997; LOCKHART, 1992; GRUNZINSNKI, 1993; GUTIÉRREZ, 2001;
REINA, 2000).
Innumerables rebeliones y revueltas se suscitaron desde el siglo XVII, que tuvie-
ron como característica su espontaneidad y la ausencia de líderes identificables a los ojos
de las autoridades peninsulares y criollas. Las formas horizontales de organización de es-
tos movimientos y el papel protagónico de las mujeres parecían incompresibles para los
españoles que tenían una jerarquía rígida donde sólo participaban los hombres (REINA,
2004).
El eje central de las luchas de los pueblos originarios, que ha surcado los siglos,
ha sido la posesión de las tierras y el acceso a los recursos naturales. Estas luchas no
sólo se caracterizaron por protestas y levantamientos, pues existen amplios registros
en donde las comunidades iniciaban procesos legales, reconociendo la autoridad de la
administración colonial para resolver conflictos de linderos y de derechos. Pero tal fue
la amplitud que tomaron la espoliación de tierras a los pueblos originarios y la presión a

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sus sistemas productivos, que no es azaroso que las dos luchas armadas que marcaron el
México independiente y revolucionario estallaran por la cuestión agraria (REINA, 2004:
88 y 93).
Durante el siglo XIX, estas luchas fueron motivadas principalmente por la Refor-
ma Liberal de 1855-1857 que transformó las tierras comunales en propiedad privada.
Este periodo marca también el inicio de su acaparamiento por compañías internaciona-
les y hacendados que instalaban plantaciones comerciales de tabaco, henequén y caña
de azúcar, entre otros productos (PÉREZ Castañeda, en prensa) (REINA, 1980). Como dice
Pérez Castañeda, esta primera etapa de amortización, que acabó supeditando las tierras
y los recursos naturales de los pueblos originarios a una agricultura industrial, se saldó
con la Revolución (PÉREZ Castañeda, en prensa). Inició entonces un periodo de distri-
bución de núcleos agrarios y algunos pueblos originarios lograron recuperar sus tierras
comunales y beneficiarse de tierras ejidales. Sin embargo, una vez más el gobierno revo-
lucionario decidió ignorarlos como sujetos de derecho y tratar, a través de la política de
Estado de asimilarlos a la cultura mestiza. Asimismo, las tierras repartidas siempre eran
de mediana o baja calidad, enclavadas y difícilmente explotables. Aún así, los pueblos
originarios continuaron en su resistencia y ya entrado el siglo XX empezaron a surgir im-
portantes liderazgos de intelectuales orgánicos.

Figura 1. Las mujeres han


formado parte indispensable
en el proceso de los movi-
mientos indígenas. Imagen:
Iván Alarcón

Tal vez la sublevación más importante y prolongada de la época fue aquella de


los pueblos yaquis liderada por Cajeme, Juan Banderas y Tetabiate, pero este movimien-
to formaba parte de una dinámica regional más amplia protagonizada por los ópatas,
pimas, pápagos, mayos, seris y apaches; todos participantes de alzamientos en Sonora en
pos de conservar su territorio. La brutal reacción del gobierno porfiriano fue establecer
una política sistemática de exterminio y deportación al sur del país (HERNÁNDEZ, 1997).

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Esta rebelión es también un ejemplo paradigmático de cómo los liderazgos in-


dígenas no sólo se transformaban en su relación con la sociedad mestiza, también de su
capacidad de transformar los juegos de poder y contrapoder al interior de las propias
comunidades. Los pueblos originarios a través de las revueltas no buscaban necesaria-
mente derrocar al gobierno, ellos combinaban diversas estrategias: choque, negocia-
ción, adaptación, pactos y alianzas que permitían mantener un equilibrio tanto al interior
como al exterior; ambas dimensiones entendidas como un mosaico de actores indígenas
y mestizos que cooperaban o competían para conseguir que sus intereses fueran respe-
tados.
El historiador Héctor Cuauhtémoc Hernández Silva muestra que muchos de los lí-
deres insurrectos tenían su contraparte negociadora con el gobierno nacional. Por ejem-
plo, Juan Banderas líder rebelde a favor de la confrontación, no era el único dirigente
yaqui. En paralelo, Juan María Jusacamea decidió adaptarse y optó por una estrategia
negociadora con las autoridades, además de cohesionar a los diferentes actores de los
pueblos yaquis. Después de la muerte de Banderas tanto autoridades indígenas como
estatales nombraron a Jusacamea capitán general de la nación Yaqui.
Es verdad que desde una perspectiva lineal y polarizadora este hecho puede ser
interpretado como la cooptación de líderes por el poder hegemónico, pero desde una
perspectiva de análisis fino, el autor nos demuestra que los pueblos originarios siempre
han sido dinámicos y han buscado estrategias políticas para defender sus posiciones e in-
tereses tanto al interior (facciones) como al exterior (Estado). Como lo analiza Hernández
Silva siempre ha habido quienes apoyan el orden corporativo y quienes quieren romper
con éste para encontrar alternativas más equitativas de poder (1997: 196-198). Desde
la perspectiva de la teoría del liderazgo podemos pensar que la relación líder-seguidor
se transformó con la muerte de Banderas y Jusacamea representó para los yaquis una
continuidad en su lucha, actualizando las estrategias que permitirían conseguir las metas
colectivas. En este sentido, Jusacamea consiguió adherir más seguidores a su grupo y
fortaleció el lazo de confianza establecido anteriormente con sus seguidores originales
(DANSEREAU et al, 2013).

Poder y bien común


Como ya hemos señalado líneas arriba, desde la llamada Conquista, los pueblos origina-
rios han vivido una situación de subordinación, en un principio con respecto a criollos y
mestizos, y después de la Revolución con los mestizos, quienes además realizaban una
apología solamente del pasado indio para sostener la identidad nacional, negando los
derechos de los pueblos originarios del presente.
Esta dominación si bien se ha mantenido a lo largo de los siglos, tomó varias for-
mas de acuerdo a los diferentes proyectos políticos que la enarbolaban. De ahí derivaron
modalidades bastante insidiosas para las comunidades, como es el caciquismo en donde
a partir de relaciones clientelistas se cooptaba la acción social, se fortalecía la explota-
ción y se acrecentaba la indefensión de los pueblos originarios (BARTOLOMÉ, 1997).
Al principio de la época colonial, algunas comunidades con importantes principa-
les como el señorío de Tlaxcala pudieron mantener su gobierno interno con ciertas mo-
dificaciones establecidas y con la supervisión de las autoridades españolas. Algunos jefes

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“indios” continuaron gobernando a su gente a nivel local pero eventualmente perdieron


incluso este estatus limitado. Por tanto, en teoría, la Corona permitía a los “indios” tener
autoridades locales y los españoles debían únicamente gobernar los sectores generales
y provinciales. Pero la realidad era que incluso los gobiernos “indígenas” locales fueron
muchas veces suprimidos y sus autoridades desorganizadas. Por ejemplo, el virrey Men-
doza nombró a gobernadores y a alcaldes para los pueblos nativos poco después de que
asumiera el poder, inhabilitando a las autoridades “indígenas” de ejercer el autogobierno
(PRESCOTT, 1934).
Poco a poco, los gobernantes españoles impusieron su sistema político, que no
reconoció la organización de los pueblos originarios. Así, a lo largo de los tres siglos si-
guientes, el liderazgo de los pueblos originarios fue mermado. Cuando poco después de
la Revolución se dieron las condiciones para que se reconociera la propiedad comunal
y se formaran los ejidos. Los líderes locales –que habían trascendido como autoridades
tradicionales–, pudieron recuperar su estatus, aunque debido a la falta de reconocimien-
to constitucional como sujetos de derecho su capacidad de influencia en las decisiones
no era patente.
Desde entonces la dominación impuesta a los pueblos ha tomado otros rasgos,
tal como la enajenación de tierras y la cooptación. Así, el gobierno federal creó algunas
organizaciones que incluían a representantes y líderes de las comunidades. En 1975, el
Estado organizó el Primer Congreso de Pueblos Indígenas para tratar de institucionalizar
un canal para las demandas étnicas, a través de las mismas estrategias corporativistas. Se
fundaron entonces los “Consejos Supremos Indios” con influencia oficial estatal y fueron
adheridos a la Confederación Nacional Campesina, dependiente del Partido Revolucio-
nario Institucional (PRI). A la par, se desarrollaba la institucionalización del indigenismo
en México (BARTOLOMÉ, 1997).
Dichas estructuras eran artificios estatales que trataban de contener los proce-
sos organizativos e ideológicos que reformulaban la autoimagen de los pueblos origina-
rios y que propiciaban el empoderamiento, todo esto, producto del pensamiento indíge-
na independiente. Esta corriente ideológica que nace en la segunda mitad de la década
del setenta fue desarrollada por intelectuales provenientes de los pueblos originarios
formados en el ámbito académico que criticaban las políticas gubernamentales de asi-
milación e integración (GUTIÉRREZ Chong, 2001: 155). Estos intelectuales reprochaban
[1] El sistema de cargos ha
que las estructuras jerárquicas impuestas negaran las formas de liderazgo tradicionales
quedado configurado como son los sistemas de cargos que habían persistido a lo largo de los siglos gracias al
en función de los santos
patronos, pero constitu-
rol social, cultural, ético y simbólico que cumplen en las comunidades1 . Los intelectuales
ye una reminiscencia de los pueblos ponían especial énfasis en que estas configuraciones organizativas permi-
de un sistema más
complejo de cargos de tían consolidar el compromiso con el orden socioecosistémico, con valores colectivos, las
gobiernos locales. tareas y los roles diferenciados.

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Figura 2. El Área Natural


Protegida de Wirikuta, entre
otras, ha sido un espacio
codiciado por empresas tras-
nacionales y motivo de largas
luchas de sus habitantes
originales quienes preservan
sus lugares sagrados en un
espacio que conjuga belleza,
riqueza natural y un pasado
milenario. Imagen: Colectivo
Ecologista Jalisco

Esta dominación histórica y sistemática ha dejado huellas profundas en el seno


de las comunidades. Muchos individuos asumen su indianidad como una forma de ciuda-
danía ineficiente y buscan despojarse de ella, esperando tener derechos plenos al con-
vertirse en mestizos. El estigma para ellos ha prevalecido en la memoria y en su historia
personal. En el otro extremo del espectro, se ha dado una transformación simbólica que
ha permitido construir un contraestigma que revalora la autoimagen de forma positiva y
que tiene prospectiva para llevar a cabo nuevos proyectos colectivos con el fin de supe-
rar la situación de subordinación.
Durante la segunda mitad del siglo XX, los investigadores sociales pensaban que
la “cuestión étnica” se resolvería únicamente sobre bases económicas y estructurales. La
realidad demostró en 1994 que los pueblos originarios buscan que sus propios proyectos
lingüísticos, territoriales, culturales, políticos, sociales y de memoria sean reconocidos y
adoptados por el Estado (BARTOLOMÉ, 1997).

El reconocimiento de derechos como motor de la organización


Si hacemos un análisis más fino de los procesos sociales que dinamizan a los pueblos
originarios, nos damos cuenta que las luchas han sido permanentes desde la Conquista.
Tanto la defensa de sus tierras, recursos naturales y sitios sagrados como el acceso a
una ciudadanía plena desde su diferencia han sido procesos sociales de largo aliento. Si
bien, muchas veces en el discurso se refieren a la costumbre, a los lazos comunitarios y
a su especificidad étnica, su función comunicativa es hacia las personas fuera del grupo
para poner énfasis en que sus derechos fueron adquiridos mucho antes de que existieran
las reglas del Estado mexicano. Además se interpelan diversos acuerdos internacionales
como el Convenio 169 de la OIT, recordándole al Estado mexicano que pueden allegarse

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de recursos legales extranacionales para defender sus derechos. Por lo tanto, podemos
decir que la lógica histórica siempre guía la concreción de metas (MUMFORD et al, 2008).
Si trazamos un conflicto de un pueblo originario podemos ver que hay varios
líderes involucrados, algunos con una formación académica o técnica que pueden fun-
gir como brokers o expertos. Por otra parte también observamos que se consulta a los
ancianos, miembros de la comunidad que están ungidos por las normas tradicionales y
a quiénes se les respeta por su buen juicio y defensa del bien común. En este sentido, la
organización mantiene el registro histórico de las soluciones y resultados obtenidos en
cada situación específica, conformando una memoria colectiva. Los líderes que aparecen
en la escena pública son contingentes pues pueden cambiar de una situación a otra y en
donde el grupo, los acomide por su expertise o capacidad de traducción de sus valores
comunitarios a aquellos del proyecto nacional. Esta transformación de las metas y ob-
jetivos se da a lo largo del tiempo para renovar las estrategias y adaptarlas a la realidad
actual.

Acción social y ciudadanía plena


Las organizaciones de los pueblos originarios tienen como centro a la comunidad y bus-
can tener una influencia en primer lugar local para fortalecer su acción colectiva a partir
de la resolución de problemas concretos que inciden en el cotidiano del grupo social,
luego pueden ir irradiando su influencia a otras causas o hermanarse con las problemáti-
cas que viven otros pueblos originarios. En este punto, se vinculan con organizaciones de
la sociedad civil nacionales e internacionales que pueden apoyar su causa y fortalecerla
en términos de comunicación o recolección de recursos para proyectos comunitarios. Se
trata de construir respuestas efectivas a las demandas colectivas.
Los líderes de los pueblos originarios no solamente actúan en el ámbito político,
también buscan incidir en el productivo, económico y social. Por ejemplo, al adherir a Or-
ganizaciones de la Sociedad Civil (OSC) y a su vez, a Agencias de Desarrollo Local pueden
generar oportunidades para abrir mercados justos para los productos regionales, espa-
cios de venta propios o registro de marcas para garantizar los derechos de propiedad
intelectual y de revalorización cultural.
Otra temática importante es la promoción de los derechos inherentes de los
pueblos. Este aspecto es relevante ya que la desposesión de sus territorios y explotación
de los recursos naturales, va más allá del espacio comunitario. La disputa por los recursos
es un asunto en la agenda de los líderes regionales. A partir de la reforma del artículo
27 de la Constitución Política de México, en 1992, se intensificó la desposesión de los
recursos naturales, los recursos genéticos y el conocimiento tradicional asociado de los
pueblos originarios en un proceso que podría ser llamado nueva etapa de acaparamiento
de la tierra (PÉREZ CASTAÑEDA, 2002).
Otro aspecto es la sensibilización y la promoción de acuerdos con autoridades
locales y nacionales. Mucha de la información que se genera a nivel nacional e interna-
cional, sobre asuntos que incumben a los pueblos originarios es difundida por las organi-
zaciones, siendo un nodo comunicativo que articula los ámbitos comunitario, nacional e
internacional. Los líderes indígenas regionales también pueden promover temas de salud
y gestión de proyectos ante instancias estatales y federales, fundaciones y agrupaciones

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humanitarias. Lo que los hace brokers sociales, es decir, mediadores para hacer fluir los
recursos estratégicos entre actores (materiales, simbólicos y de información) (NATAL y
BLÁSQUEZ, 2012). Por ejemplo, la gestión que hacen los líderes para colocar sus produc-
tos con un buen precio y en canales alternativos de comercialización como los mercados
de comercio justo.
En cuanto a derechos de propiedad intelectual se refiere, algunas organizaciones
buscan proteger colectivamente tanto los componentes tangibles como los intangibles
de su patrimonio cultural, dando respuesta a los nuevos retos que impone la incesante
tendencia de privatizar la gestión de los bienes comunes. Así se articula la defensa del co-
nocimiento botánico, medicinal y de plantas domésticas. También se valoriza la artesanía
y el conjunto de prácticas vinculadas a la cosmovisión de los pueblos originarios.

A modo de conclusión
Como podemos observar, todas las acciones pueden resumirse a la defensa de los dere-
chos humanos y las organizaciones de los pueblos originarios han hecho un intenso tra-
bajo para que los instrumentos nacionales e internacionales funcionen para ir conquis-
tando el ejercicio de una ciudadanía plena. También buscan la representación política
para perseguir en el ámbito nacional el respeto de los derechos humanos y aun más, la
autonomía de los pueblos, el reconocimiento de sus territorios y los derechos colectivos.
Asimismo, se promueven proyectos de desarrollo integrado de los pueblos y comunida-
des. Más aún, en este espacio se promueve también la formación de recursos humanos.
Algunas organizaciones incluso le dan seguimiento a las políticas públicas que se impul-
san desde el aparato gubernamental. Así las organizaciones de los pueblos originarios
han logrado que ciertos temas entren en las agendas legislativas, desde cuestiones del
presupuesto hasta de problemáticas de tierras y territorios. Además, en este nivel, se ha
impulsado a líderes de los pueblos originarios como candidatos a ocupar una curul en el
Congreso de la Unión.

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“Apuntes sobre las condiciones históricas del desarrollo de las organizaciones
de los pueblos originarios”, Lidia Blásquez Martínez
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ARTÍCULO

LA DEFENSA DE LA VIDA: UNA MIRADA


ACADÉMICA A LA LUCHA ZAPATISTA

Luis Emilio Riva Palacio de Icaza


y Anaid Campos Nájera

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“La defensa de la vida: una mirada académica a la lucha zapatista”, Luis
Emilio Riva Palacio de Icaza y Anaid Campos Nájera
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LA DEFENSA DE LA VIDA: UNA MIRADA ACADÉMICA A LA


LUCHA ZAPATISTA
Resumen
Frente al sistema capitalista, que ha logrado desplegar su lógica e imponer la forma de
sus relaciones sociales en prácticamente el mundo entero, se articula uno alternativo
cuyas características sólo pueden ser definidas a partir de la defensa de la vida y una éti-
ca de la supervivencia de la humanidad. Este sistema se percibe con claridad en la lucha
zapatista, en la que se ha ido expresando por medio de la resistencia y la construcción de


un mundo nuevo.

Palabras clave: sistema capitalista, sistema anti-


capitalista, zapatismo, crisis sistémica, defensa de la
vida.
La vida en el contexto
de una guerra se elige
erigiéndola, anteponiéndola DEFENSE OF LIFE: AN ACADEMIC
a la muerte, construyendo y LOOK AT THE ZAPATISTA MOVEMENT
reproduciendo aquello que le
atañe a la humanidad y a la
naturaleza.
“ Abstract
Against the capitalist system that managed to deploy
and enforce its logical form of social relations in prac-
tically the entire world, an alternative system whose
characteristics can only be defined from the defense
of life and survival ethics articulates of mankind. This
system is seen clearly in the Zapatista struggle that
has been expressed through resistance and the building of a new world.

Keywords: capitalist system, anticapitalist system, zapatismo, systemic depression, de-


fense of life.

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LA DEFENSA DE LA VIDA: UNA MIRADA ACADÉMICA A LA


LUCHA ZAPATISTA

Introducción
¿Escucharon? Es el sonido de su mundo derrumbándose. Es el del nuestro resurgiendo.
El día que fue el día, era noche. Y noche será el día que será el día.
SCI Marcos, 21 de diciembre de 2013

L
a dicotomía constante entre el desarrollo del sistema capitalista y los sistemas al-
ternativos de organización de las relaciones sociales se encuentra actualmente en la
cúspide de sus contradicciones, y esto se refleja en los distintos sentidos que en la
práctica cada uno da a la muerte y a la vida.
Los sistemas, el capitalista y el anticapitalista —cuya mejor representación es,
desde nuestra mirada, el zapatismo— se reproducen y se expanden para prolongar su
duración. El primero, como paradigma dominante, y el segundo como una propuesta que
[1] Para mayor información nace de la práctica cotidiana y colectiva.
consultar: La Unión de
Científicos Comprome- Sin embargo, más allá del intento de cada uno de ellos por prolongar su existen-
tidos con la Sociedad,
The National Climate
cia, hay un elemento que no se puede perder de vista: por el momento, únicamente en el
Assessment, Intergover- sistema capitalista que existe el riesgo de un ecocidio a escala mundial — riesgo compro-
nmental Panel on Clima-
te Change, The National
bado por algunas disciplinas científicas1 — que amenaza su vida y a la propia humanidad.
Climate Assessment. En Sobre este tema, Pablo González Casanova (2004) dice:
este mismo sentido se
puede leer un estudio
en el que se advierte, “El sistema” está consciente a veces de la desigualdad entre lo que ofrece y
mediante un modelado
matemático, sobre lo que hace, como está consciente, de que en el futuro vendrá una ruptura
un inevitable colapso
civilizatorio si continua-
sistémica, que no podrá impedir si siguen aplicando, como está decidido a
mos con la explotación hacerlo, todas y cada una de las políticas que aplica y cuyos “efectos latera-
insostenible: Motes-
harrei, et al. “Human
les” llevan a la destrucción de la humanidad y de la naturaleza.
and Nature Dynamics
(HANDY): Modeling
Inequality and Use of No se trata sólo de una típica crisis cíclica del capitalismo, que tampoco se en-
Resources in the Collap- cuentra en una nueva etapa de su despliegue2, facilitada por la revolución tecnoinformá-
se or Sustainability of
Societies”. tica y la globalización (CECEÑA y BARREDA, 1995), sino que ese despliegue ha alcanzado
[2] Entendemos el desplie- niveles inimaginados. El sistema está en una crisis sistémica y va a desaparecer.
gue capitalista como Sin duda, la urgencia de crear un nuevo sistema que organice y procure la vida
aquel movimiento
por medio del cual también responde a la crisis civilizatoria que se está padeciendo. “De lo que estamos
se amplía e impone
el sistema capitalista
hablando obviamente es del fin de nuestro sistema-mundo y de su sustitución por algo
sobre cada espacio fundamentalmente diferente. Y es intrínsecamente imposible predecir cuál será el re-
y ámbito de la vida;
como se modifican los
sultado” (WALLERSTEIN, 2004). Por esto, la creación de otro sistema debe tener la capa-
espacios y las relaciones cidad de eliminar cada riesgo que amenaza a la humanidad. Es evidente que el intento
sociales en el proceso
de subsunción y coloni- por controlar o aplazar la muerte inevitable del sistema capitalista ha provocado nuevos
zación capitalista. Esta peligros para la humanidad.
idea integra de manera
compleja distintas es- Una de las características del sistema capitalista, que lo hace parecer menos des-
calas y velocidades del
proceso dialéctico de
tructivo, es que se muestra casi siempre como su contrario; como aquello que niega pero
globalización-coloniza- tiene la capacidad de convertir en apariencia: la democracia y la libertad, son ejemplos
ción y resistencias.
de ello. El capitalismo es movido básicamente por el ciclo de la producción pero, en ge-

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neral no suele provocar vida sino muerte.


A todo galope. Imagen:
Comrade_S

Como productor de mercancías, el ser humano en el capitalismo consume vida y


produce objetos (que muchas veces ni siquiera son útiles, pues sus valores radican más
en el cambio y el culto que en el uso). Es cierto, se producen alimentos, pero la forma
en que se distribuyen privilegia la ganancia y no la reproducción de la humanidad. Y el
trabajador en el capitalismo no es siquiera un productor directo, sino que la lógica y la
organización del gran ciclo de producción lo convierten en apéndice de las máquinas y
de la maquinaria del consumo de los productos que él fabrica en colectivo pero que no
le pertenecen, es decir, que tiene que intercambiar por su fuerza de trabajo, siempre en
circunstancias de desigualdad.
En este sistema las relaciones sociales se cosifican; la vida y las subjetividades se
consumen en función de la producción de objetos, de objetividades, de productos iner-
tes cargados de valores que se atribuyen a esa relación social que Karl Marx llamó capital
y que se expresa como acumulación de objetos materiales y simbólicos. Cada ámbito de
la vida social y humana es absorbido por esta lógica petrificadora.

El trabajo se objetiva, y el objeto se elabora. Y lo que en el trabajador era


dinamismo, se presenta ahora en el producto como quietud, en la forma del
ser. El obrero es el tejedor y el producto el tejido (MARX, 2007).

Es en este sentido que el Estado se amplía (GRAMSCI, 1986) sobre los distintos
ámbitos de lo social, tomando diversas formas y en escalas variadas pero siempre en
respuesta de la lógica de la objetivación, de la mercantilización y la refuncionalización de
todo lo humano, es decir, de su muerte. El capital determina los valores y los elementos

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que constituyen el espacio, definiendo así las formas que toma, las funciones que cumple
y las condiciones que impone a la existencia humana y de la naturaleza. Asimismo, com-
prime el tiempo y modifica los ciclos naturales en beneficio de su propia valorización y
acumulación en cada vez menos manos.
La guerra es la consecuencia y la herramienta más siniestra de la lógica de objeti-
vación y, por lo tanto de la deshumanización de toda relación social tocada por ella. Sólo
durante el siglo XX murieron en algunas de las guerras más brutales decenas de millones
de personas, fueron heridas otras tantas decenas de personas, cientos de poblaciones
bombardeadas y vaciadas. Se gastaron miles de millones de dólares en armamento. Sólo
en lo que va del siglo, EUA ha gastado un promedio de 1500 millones de dólares (PERLO-
FREEMAN y SOLMIRANO, 2014).
Los conflictos más grandes

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Otras consecuencias humanitarias de la guerra son el desplazamiento de personas, el


suicidio de aquellos que logran librarlas con vida, la esclavitud, el comercio con personas,
especialmente la trata de mujeres y niños; el despojo, la fragmentación social, el miedo,
el odio racial y los nacionalismos exacerbados; la colonización y el enriquecimiento de
unos cuantos, ya no localizados en los países imperialistas y semi imperialistas sino tam-
bién en los países más pobres, muchas veces enlazados por medio de redes criminales
transnacionales.

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Suicidios

Esclavitud

Es cierto, antes del capitalismo ya existían las guerras, la competencia y los crimi-
nales que se beneficiaban de la explotación del trabajo humano. Sin embargo, el sistema
capitalista se ha especializado en contaminar con su lógica de objetivación, mercantiliza-
ción y expansión infinita —como un cáncer— todos los ámbitos de la vida social y todos
los espacios del planeta. La explotación descarada por medio de la esclavitud, por ejem-
plo, ha sido negada formalmente pero se legalizó mediante la organización del trabajo y

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las leyes creadas ad hoc, cuando no se practica impunemente en talleres clandestinos,


mediante el llamado “trabajo a domicilio” o en fábricas maquiladoras, instaladas casi
siempre en países pobres. De esta forma, el capitalismo ha logrado intervenir o influir en
la vida de todo ser humano, sea éste consiente o no de los dispositivos implementados
para dominarlo.
El problema es qué territorios se conquistan y reorganizan y quién es el ene-
migo. Puesto que el enemigo anterior ha desaparecido, nosotros decimos
que ahora el enemigo es la humanidad. La Cuarta Guerra Mundial está des-
truyendo a la humanidad en la medida en que la globalización es una uni-
versalización del mercado, y todo lo humano que se oponga a la lógica del
mercado es un enemigo y debe ser destruido. En este sentido todos somos
el enemigo a vencer: indígenas, no indígenas, observadores de los derechos
humanos, maestros, intelectuales, artistas. Cualquiera que se crea libre y no
lo está (MARCOS, 1999).

La guerra encubierta contra la humanidad, provocada por el círculo de la pro-


ducción y, por lo tanto, de dominación, explotación y despojo, también llamada guerra
de cuarta generación, no se desarrolla, hoy día, por medio de poderosos Estados y sus
fuerzas armadas enfrentadas en un campo de batalla definido, se trata de una estrategia
maquinada globalmente, con distintas escalas, y jugada en varios sistemas. En cada uno
de ellos —económico, político, social, en lo local, mundial y global— es imprescindible el
exterminio de cualquier rasgo de humanidad para favorecer el avance del capitalista. En
la ciencia, por ejemplo, se demanda objetividad y se rechaza al sujeto, principalmente a
los sujetos colectivos; la investigación se atiene al paradigma, así sea que se aleje de la
realidad (MARCOS, 2007).
La red de organismos financieros, los nuevos centros de acumulación, los esta-
dos, las corporaciones y las elites transnacionales que articulan el sistema capitalista, son
los encargados de velar y reproducir esta lógica de guerra y muerte en todos los ámbitos
de la existencia. Son, de hecho, una representación fiel de la cosificación de la vida so-
cial a la que tiende el sistema. Esto es congruente con la reiterada constatación de que
el Estado actúa sistemáticamente en defensa del capital, ya sea como agente directo o
cómplice del despojo, la represión, la explotación y el desprecio.
En el capitalismo, la guerra encubierta contra la humanidad se expresa en políti-
cas que están definiendo qué producimos, qué consumimos, qué escuchamos, qué mira-
mos, qué aprendemos, qué derechos tenemos, con qué nos identificamos, qué espacios,
físicos y virtuales, ocupamos y de qué manera. Es decir, qué se distribuye y cómo, inclui-
dos los flujos de mercancías, trabajo y capital. Cada una de ellas tiene consecuencias
distintas, que van desde la eliminación de derechos fundamentales para cualquier sujeto
o colectivo hasta los genocidios, que en Latinoamérica se pueden identificar fácilmente
con los casos de etnocidio, que muchas veces resultan del desplazamiento forzado de
comunidades en cuyos territorios se encuentran minas o algún otro recurso natural codi-
ciado por las corporaciones.
Por ejemplo, la globalización del capital se explica y se justifica como necesaria
para el desarrollo de las regiones más pobres en el mundo. Erróneamente se asegura:

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La globalización ha ayudado a reducir la pobreza en gran número de países


en desarrollo, pero debe orientarse mejor, de manera que ayude a los países
más pobres y marginados del mundo a mejorar el nivel de vida de sus ciu-
dadanos […] Ello presenta especial significado tras los acontecimientos del
11 de septiembre y de la desaceleración económica mundial que, según las
previsiones, afectará con especial rigor a los pobres (WORLD BANK, 2001).

La globalización del capital (su despliegue) también se maquilla como una etapa
más del sistema, en la que la crisis financiera y económica sirven como resorte para la
reestructuración para la expansión y por tanto para la sobrevivencia del capitalismo. Esta
ficción difundida desde la ciencia que sirve al dinero bien se puede desmentir con los
datos siguientes:
En el mundo hay 7 mil millones de habitantes, de ellos, casi el 30 por ciento
padece hambre, cuando a escala global se genera alimento para 12 mil millones de per-
sonas. A esto hay que añadir que solamente se utiliza una tercera parte de las tierras
cultivables. Además, 8 millones de niños mueren cada año en el planeta por problemas
relacionados con la pobreza, y cada tres segundos fallece un menor por desnutrición y
falta de agua potable (KLIKSBERG, 2014).


Sobrevivencia. Imagen: Karla
Nney Medrano

La lógica de las metáforas permite esbozar algunas conjeturas. Incluso en el


supuesto de que el acuerdo entre potencias nucleares se cumpliera y de que
se cambiaran los modelos de consumo al tiempo que se perfeccionaran los
sistemas de ahorro de energía y de disminución de desechos no reciclables,

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el crecimiento de la población tendría que ser detenido mediante el ma-


crocontrol de la natalidad, con nuevas fuentes de morbilidad y mortalidad
a estimular —como el sida—, y con otras más hipócritas como el hambre y
la insalubridad, o con otras más cínicas como el bombardeo de poblaciones
enteras desde Sudán hasta Afganistán y Palestina, en que se impone la lógi-
ca de los campos de concentración nazis o los “goulags” stalinistas, con una
diferencia no desdeñable: que sus autores pretenden seguir luchando por
una “sociedad abierta”, por “un mundo libre”, por un “régimen democrá-
tico” y por una “humanidad” en que prevalezcan los “derechos humanos”
para bien de las minorías sobrevivientes (GONZÁLEZ, 2004).

La idea de desarrollo, y con ella la de sustentabilidad, son herederas del deci-


monónico progreso y del Estado absoluto hegeliano, así como el caso de la segunda,
contemporánea de la posmoderna utopía de un fin de la Historia. Si esta civilización
pretende conservar el crecimiento y el desarrollo (despliegue al infinito) del ciclo de la
producción, la sustentabilidad sólo puede ser para unos pocos, y el exterminio es lo que
se ofrece a los demás, sin contar con que la lógica más recurrente de este despliegue en
los últimos años es la que los zapatistas sintetizan como método de la lógica de la Cuarta
Guerra Mundial: destruir/despoblar y reconstruir/reordenar el territorio conquistado.

El sistema de la vida
¡Ah la muerte! Como si no fuera evidente que a los de arriba los libera
de toda corresponsabilidad, más allá de la oración fúnebre, el homenaje
gris, la estatua estéril, el museo controlador. ¿A nosotros? Bueno, pues a
nosotros la muerte nos compromete por lo que tiene de vida. Así que aquí
estamos, burlando a la muerte en la realidad (MARCOS, 2014).

La construcción de un mundo en el que quepan muchos mundos —así como enuncian los
zapatistas el proyecto al que conduce su proceso de organización y que en estos años si-
gue fortaleciendo su autonomía y su desarrollo autosostenible— se entiende, desde una
mirada académica (auto)crítica, como una consecuencia lógica y directa de la defensa de
la vida en todas sus dimensiones; como un principio fundamental de su lucha.
No se quiere sugerir aquí que el zapatismo ha seguido este mismo razonamien-
to, ni se pretende explicar cuál es la lógica de su pensamiento; es decir, de sus pensa-
mientos, pues debe enunciarse en plural. No queremos suplantar su propia palabra pero
podemos tratar de elaborar un marco comparativo que permita, de alguna manera, en-
tender un poco más ampliamente cuando los zapatistas hablan de defender la vida.
Recientemente, el anuncio de la muerte del Subcomandante Insurgente Marcos,
junto con el desentierro de Galeano –maestro zapatista asesinado por paramilitares en
el Caracol de la Realidad– redefine extraordinariamente en lo teórico y en lo práctico
el significado de transición generacional y de transición de clase que las comunidades
zapatistas evidenciaron con la desaparición de Marcos –su vocero mestizo encapuchado-
quien muere para que sean escuchadas–, ya sin él como intermediario, las comunidades;
ellas que siempre han sido el elemento fundamental de la autonomía zapatista que tanto

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nos sorprende.
Fenómenos y conceptos se han redefinido y recontextualizado a raíz del levan-
tamiento zapatista de 1994. Conceptos como libertad, democracia y justicia no pueden
estudiarse sin esa vivacidad que los zapatistas fueron construyendo en lo concreto, en un
Otro sistema de organización que prioriza la vida. La mirada crítica en las ciencias socia-
les es otra desde el quiebre histórico de 1994. Ahora mismo seguimos maravillándonos
con las nuevas lecciones del zapatismo, que, haciendo uso de la dialéctica práctica, orga-
niza, desaparece y genera nuevas contradicciones que siguen siendo superadas, porque
el zapatismo no pretende ser nunca un proyecto acabado.
Es en este sentido que podemos hacer la distinción y comparación entre lo que
acontece en el sistema capitalista, que reproduce la inmovilidad y muerte de todo lo que
toca, y un sistema alternativo anticapitalista, como el zapatista, que dedica su lucha a la
creación de una verdadera organización de la vida para la sobrevivencia de sus pueblos y
que invita a la humanidad a luchar por la vida desde una lógica de la vida; es decir, desde
la pluralidad, la diversidad y el movimiento.

Y en lugar de dedicarnos a formar guerrilleros, soldados y escuadrones, pre-


paramos promotores de educación, de salud, y se fueron levantando las ba-
ses de la autonomía que hoy
maravilla al mundo... (MAR-
COS, 2014).
Madre Zapatista. Imagen:
Shannon Una cuestión primordial
es que el zapatismo No negocia la
vida, sus muertos y sus vivos son el
motor de lucha. Así, el tiempo y el
espacio, la geografía y el calenda-
rio, son dimensiones también vi-
vas. Esto es un contraste tremendo
cuando tratamos con los problemas
de corrupción y cooptación en el
sistema capitalista. Por eso, no es
casualidad que los zapatistas sean
constantemente acosados por gru-
pos paramilitares y en general por
todos los medios al alcance del Es-
tado.
Existen otras guerras que
el capitalismo no libra por medio
de ejércitos ordinarios sino de or-
ganizaciones corporativas y grupos
paramilitares, en este caso, orga-
nizados y financiados por los tres
principales partidos políticos del
país, o las que el Estado disfraza de

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“programas sociales” o de “legítima” represión policial; sin mencionar la violencia y el


crimen tolerados o fomentados por el capital, el Estado y sus diversos aparatos, siempre
con el apoyo de los medios de comunicación (o mejor dicho de publicidad) masiva3.
En todos los casos, se trate de la llamada “guerra fría”, la violencia encubierta o
el paramilitarismo, lo que libra hoy el capital es una guerra contra la humanidad. Los za-
patistas así lo han entendido4. Es la lógica misma de este sistema de muerte, que genera
y promueve la muerte.
La defensa de la vida y de la humanidad no puede reducirse a estrategias de con-
trol o normatividades o reformas del Estado sino a soluciones radicales, construcciones
de mundos distintos desde la lógica de la vida y no de la muerte; de lo diverso y no de lo
único; desde la práctica y el movimiento y no desde la institucionalización y cosificación
del pensamiento.
Es por esto que desechamos la apuesta idealista de una (imposible) vuelta al lla-
mado estado de bienestar y consideramos que los Derechos Humanos, como herramien-
ta para la defensa de la vida, se han vuelto insuficientes para responder a esta necesidad.
En esencia, la idea liberal de estos derechos defiende la propiedad privada del individuo
y no la vida en su forma colectiva, como debería ser preservada para la sobrevivencia de
la humanidad, pues no sólo necesitamos respirar y comer; de igual forma necesitamos
de un tiempo y un espacio en los que convivan en armonía nuevos sistemas, en los que
se detenga la cosificación que ya mencionamos.
Cuál puede ser la ética de la construcción de un sistema de la vida si no la que
apuesta todo a defenderla y a actuar siempre en función de esta construcción a futuro
en el marco mismo del respeto de la vida, de lo diverso, incluso al librar una guerra.
No debe olvidarse que el zapatista es un moviemiento que tiene una organiza-
ción armada como uno de sus pilares (el otro es el de las comunidades y su organización
y gobierno, un tejido político de ida y vuelta entre las llamadas Juntas de Buen Gobierno
y las estructuras locales y regionales comunitarias) y que, además, existe en medio de
una guerra de contrainsurgencia y como respuesta a más de 500 años de una guerra de
conquista y destrucción.
A pesar de que el gobierno mexicano hace lo imposible por negar algo tan evi-
dente, para nosotros no se trata tanto de demostrar que en las tierras indias del sureste
mexicano hay una guerra, sino de entender el porqué de la continuación de esta guerra.
Esta guerra, que inició el primero de enero de 1994, debió haber terminado cuando se
[3] Utilizamos la idea de
medios de publicidad
firmaron los primeros Acuerdos de San Andrés y el proceso de diálogo aparecía ya de-
tomando este último finitivamente encarrilado hacia la paz. Que la guerra continúe, pese a que pudo haber
del sociólogo Pierre
Bourdieu, para quien
terminado de una forma digna y ejemplar, tiene sus razones.
las ideas se ponen en Si en el plano político el actuar zapatista responde al principio ético de no hege-
juego… Ver, de forma
que estos medios serían monizar ni imponerse sobre otros sujetos sociales, en el militar busca anular el terreno
más un espacio de de la realización de la guerra “y las posibilidades de los contrincantes (nosotros inclui-
difusión de las ideas y
los valores dominantes dos)” (MARCOS, 2011). Es decir que, como ellos mismos lo han dicho, entre negociar o
que de comunicación
propiamente hablando.
combatir eligen vivir. Pero esta es una opción que sólo existe cuando se mira el problema
en colectivo, pues si bien el programa del capital para los excluidos es el del genocidio, en
[4] Véanse por ejemplo los
diversos textos en los apariencia éste ocurre como pléyade de muertes individuales, y casi nunca se compren-
que hablan de la Cuarta
Guerra Mundial.
de como lo que es.
La vida en el contexto de una guerra se elige erigiéndola, anteponiéndola a la

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“La defensa de la vida: una mirada académica a la lucha zapatista”, Luis
Emilio Riva Palacio de Icaza y Anaid Campos Nájera
1 de septiembre de 2014 | Vol. 15 | Núm. 9 | ISSN 1607 - 6079
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muerte, construyendo y reproduciendo aquello que le atañe vida, a la humanidad y a la


naturaleza. Fueron la tierra, los animales y las herramientas para trabajar, es decir, los
medios de producción (y reproducción de la vida) el primer objetivo militar del zapatismo
—primero tomaron las tierras y las hicieron producir— pero en su andar no subordinan
la lucha por lo simbólico y lo cultural a la mejora de las condiciones materiales de exis-
tencia: los dos ámbitos caminan en paralelo. Un ejemplo de ello es la organización de la
“Escuelita zapatista”, en la que, contrario a la tendencia dominante, recibieron en tres
etapas a más de cinco mil personas de todo el mundo, a las cuales alojaron y alimenta-
ron, y con las que compartieron su cotidianidad y la forma en que entienden la vida en
libertad.

Sobrevivencia. Imagen: Karla


Nney Medrano

Algunos datos que ejemplifican la organización del zapatismo


Escuelita Zapatista “La libertad según los zapatistas” (MARCOS,
2013).
Gastos del primer nivel en Agosto de 2013 para 1281 alumnos:

• Materiales (4 libros de texto y 2 Dvd) para 1281 alumnos: $100,000.00 (cien mil pe-
sos m/n).
• Transporte y alimentación para 1281 alumnos: $ 339,778.27 (trescientos treinta y
nueve mil setecientos setenta y ocho pesos con veintisiete centavos), repartidos de
la siguiente forma:

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• Transporte de 200 guardianes al CIDECI, donde impartieron el curso, y de regreso: $


40,000.00 (cuarenta mil pesos).
• Total de gasto de las comunidades zapatistas para el curso de primer nivel en agosto
del 2013 para 1281 alumnos: $ 479, 778.27 (cuatrocientos setenta y nueve mil sete-
cientos setenta y ocho pesos con veintisiete centavos).
• Donaciones $ 409,955.00 (cuatrocientos nueve mil novecientos cincuenta y cinco
pesos m/n).
• En promedio, a cada alumno se le apoyó con $54.51 (cincuenta y cuatro pesos con
cincuenta y un centavos m/n)

En 2014, los miembros de las 300 mayores fortunas del mundo ganaron 524 mil
millones de dólares. Se calcula que percibieron individualmente mil 746 millones de dó-
lares en promedio, mientras que los pobres apenas juntaron 456 dólares anuales. 300
millones de jóvenes están desocupados y sin posibilidad de formarse académicamente.
Los que han tenido la suerte de terminar la educación superior compiten por un lugar en
un posgrado, muchas veces más como una especie de trabajo temporal que por un inte-
rés académico o porque este esfuerzo les ofrezca más oportunidades, pues saben que
al final, a pesar de su cualificación, la mayoría seguirá siendo rechazada por el mercado
laboral.
Es decir, que mientras en el mundo capitalista la norma es la privatización, eli-
tización y hasta la banalización de la educación (y de todo lo demás, por supuesto), en
el zapatismo los proyectos de educación en cada uno de los Caracoles (junto con los de
salud, alimentación y otros) van afianzando la autonomía de las comunidades, al grado
de poder ofrecer esta otra forma de educación, política y humana, la Escuelita, a ya más
de 5 mil personas de todo el mundo. La apuesta zapatista no parece ser la de resolver las
necesidades de trabajo, techo, alimentación, cultura o salud a cada persona del mundo,
sino la de que ellas mismas vayan construyéndolas, con sus modos y en sus propias con-
diciones.
El eje de la iniciativa de la Escuelita es la libertad que, junto con la democracia,
la justicia y al menos otras diez demandas más, forma parte del proyecto general del
zapatismo y se enseña a los condiscípulos5 en la práctica y como espejo de su propias
condiciones de existencia. Todo esto dentro de una lógica de la vida, la diversidad y el
respeto por la humanidad y la naturaleza.

En pocas palabras
[5] ¿En alusión a una
educación “de ida y Por mucho tiempo la filosofía se encargó de pensar la idea de autoconsevación de la
vuelta” o en la que el
maestro es al mismo humanidad, principalmente en términos de racionalidad y frente a su propia producción,
tiempo discípulo? Sobre
este tema véase el libro
tanto material como cultural, y frente a su creciente capacidad autodestructiva. Mien-
de Jacques Ranciere. tras esta capacidad alcanzaba grados inimaginables (¡cuántas veces se puede destruir la
El maestro ignorante:
cinco lecciones sobre Tierra con el armamento moderno!), la modernidad se encargó de privilegiar las ideas
la emancipación inter- de escasez y competencia, del progreso histórico, el desarrollo y el crecimiento de las
cultural. Buenos Aires:
Libros del Zorzal, 2007. sociedades (de las fuerzas productivas), y asoció el fin de la Historia con una cumbre de
la producción objetiva, tanto de aquellos objetos necesarios para la reproducción mate-

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rial de las personas como de la cultura como de los objetos suntuarios, y en especial con
la reproducción de la sociedad de consumo. El neoliberalismo llevó estas tendencias al
extremo de la mercantilización y la capacidad de control y violencia.
Si lo vivo se define como aquello que es diverso, dinámico, colectivo, subjetivo,
cíclico… lo muerto será siempre su contrario. Y es por ello que, si se observa con deteni-
miento y más allá de las apariencias, no cuesta trabajo mirar en la lógica capitalista una
tendencia constante hacia la muerte. Extraer de este razonamiento una conclusión polí-
tica sería la tarea consecuente con la defensa de la vida. Algo así es lo que, desde nuestra
perspectiva, han hecho los zapatistas.

Casa en Comunidad Zapatis-


ta. Imagen: Darío Ribelo

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Bibliografía
[1] CECEÑA, Ana Esther y Andrés Barreda Marín. “La producción estratégica como
sustento de la hegemonía mundial. Aproximación metodológica”, en CECEÑA,
Ana Esther y Andrés Barreda Marón (coord.), Producción Estratégica y Hegemonía
Mundial, México/España: Siglo XXI Editores, 1995, pp. 15-51.

[2] CHOMSKY, Noam. “Aniversarios de la ‘nohistoria’”. Revista Rebelión, 10 de febrero,


2012 [en línea]: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144461.

[3] EFE. “Japón esclavizó a unos 40000 chinos en la Segunda Guerra Mundial”.
Emol, 8 de enero, 2002 [en línea]: http://www.emol.com/noticias/
internacional/2002/01/08/75607/japon-esclavizo-a-unos-40000-chinos-en-la-
segunda-guerra-mundial.html .

[4] GELMAN, Juan. “Robotizando la guerra”, Revista Rebelión, 10 de febrero, 2012 [en
línea]: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144429.

[5] GONZÁLEZ CASANOVA, Pablo. Las nuevas ciencias y las humanidades. México/
España: Editorial Complutense/Instituto de Investigaciones Sociales-UNAM/
Anthropos, 2004.

[6] GRAMSCI. Cuadernos de la cárcel, vols. 1-5. México: Editorial Era, 1986.

[7] HILLMAN, James. El terrible amor por la guerra. México: Sexto Piso, 2010.

[8] Intergovernmental Panel on Climate Change IPCC: http://www.ipcc.ch.

[9] KLIKSBERG, Bernardo. “Política social y sociedad civil: retos para alcanzar la equidad
y la justicia social”. Conferencia inaugural del Congreso Política social y sociedad civil:
retos para alcanzar la equidad y la justicia social. En la Escuela Nacional de Trabajo
Social de la Universidad Nacional Autónoma de México. http://www.jornada.unam.
mx/2014/05/02/sociedad/040n1soc.

[10] LACINA, Bethany, y Nils Petter Gleditsch. “Monitoring Trends in Global Combat: A
New Dataset of Battle Deaths”, European Journal of Population-Revue Européenne
de Démographie, Vol. 21, No. 2/3 (junio, 2005): 154. The Demography of Conflict and
Violence/La démographie du conflit et de la violence. Tomado del sitio electrónico
Jstor. [en línea]: http://www.jstor.org.pbidi.unam.mx:8080/stable/pdfplus/20164300.
pdf .

[11] MARCOS, Subcomandante Insurgente. “Entre la luz y la sombra”, Enlace Zapatista


(mayo del 2014). Discurso pronunciado en el caracol La Realidad, 24 de mayo de
2014, [en línea]: http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2014/05/25/entre-la-luz-y-la-
sombra/ .

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[12] ------“Apuntes sobre las guerras (Carta primera a Don Luis Villoro Toranzo)”, Revista
Rebeldía, núm, 76, marzo de 2011.

[13] ------“Malas y no tan Malas noticias”, Enlace Zapatista, 3 de noviembre, 2013,


[en línea]: http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2013/11/03/malas-y-no-tan-malas-
noticias/

[14] ------“Ni el centro ni la periferia. I. Arriba, pensar el blanco. La geografía y


el calendario de la teoría”, Enlace Zapatista, 13 de diciembre, 2007. Discurso
presentado en el Coloquio Aubry. Diciembre 2007. [en línea]: http://enlacezapatista.
ezln.org.mx/2007/12/13/conferencia-del-dia-13-de-diciembre-a-las-900-am/

[15] ------“¿Cuáles son las características fundamentales de la IV Guerra Mundial?”


Revista Rebeldía No. 4, febrero, 2003. Tomado del Centro de Documentación sobre
el Zapatismo. Plática impartida por el subcomandante Marcos ante la Comisión Civil
Internacional de Observación de los Derechos Humanos en la Realidad, Chiapas, el
20 de noviembre de 1999. [en línea]: http://www.cedoz.org/expo/pdf/La%20IV%20
Guerra%20Mundial.pdf

[16] MARRERO, Pilar. “Suicidios militares van en aumento”. ImpreMedia, 27 de enero,


2011 [en línea]: http://www.impre.com/noticias/2011/1/27/suicidios-de-militares-
van-en--235900-3.html

[17] MARX, Karl. El Capital, t. I. 1. Madrid: Akal, 2007.

[18] MOTESHARREI, Safa, Jorge Rivas y Eugenia Kalnay. “Human and Nature Dynamics
(HANDY): Modeling Inequality and Use of Resources in the Collapse or Sustainability
of Societies”. Department of Atmospheric & Oceanic Science, marzo, 2014: 1-27.
Tomado del sitio electrónico de la Universidad de Maryland. [en línea]: http://www.
atmos.umd.edu/~ekalnay/pubs/2014-03-18-handy1-paper-draft-safa-motesharrei-
rivas-kalnay.pdf

[19] The National Climate Assessmen: http://nca2014.globalchange.gov

[20] Organización Mundial de la Salud (OMS). “Prevención del suicidio (SUPRE)”. En


Organización Mundial de la Salud, agosto, 2012 [en línea]: http://www.who.int/
mental_health/prevention/suicide/suicideprevent/es/

[21] PORTANTIERO, Juan Carlos. Los usos de Gramsci. México: Editorial Folios, 1981.

[22] RANCIERE, Jacques. El maestro ignorante: cinco lecciones sobre la emancipación


intercultural. Buenos Aires: Libros del Zorzal, 2007.

[23] Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad: http://www.uccs.mx

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[24] VALENZUELA, Javier. “Esclavos de las empresas japonesas”. El País, 16


de septiembre, 1999 [en línea]: http://elpais.com/diario/1999/09/16/
ultima/937432801_850215.html

[25] Walk Free Fundation. “Índice mundial de esclavitud 2013”, Walk Free
Fundation, 3013. Tomado del sitio electrónico de Amazon. [en línea]: http://
s3-ap-southeast-2.amazonaws.com/gsiwpassets/wp-content/uploads/2013/10/
GlobalSlaveryIndex_2013_Download_WEB_Spanish.pdf

[26] WALLERSTEIN, Immanuel. Capitalismo histórico y movimientos antisistémicos. Un


análisis de sistemas-mundo. Madrid: Ediciones Akal, 2004.

[27] WERNER, Klaus, y Hans Weiss. “El libro negro de las marcas. El lado oscuro de las
empresas globales”. Pedagogizando, 2003: 11: Buenos Aires, Argentina: Editorial
Sudamericana [en línea]: http://educarteoax.com/pedagogizando/descargas/otros/
el_libro_negro.pdf

[28] World Bank. “La globalización debe de beneficiar a los pobres, afirma nuevo
estudio. El Banco Mundial propone un plan de acción en siete puntos”. World
Bank, 5 de diciembre, 2001 [en línea]: http://siteresources.worldbank.org/NEWS/
PressRelease/20142150/pr120501-es.pdf

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ARTÍCULO

COMUNALIZAR LOS MEDIOS: LA PALABRA


DE NUESTRAS COMUNIDADES

Edgardo L. García

Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación - UNAM


Departamento de Acervos Digitales
“Comunalizar los medios: la palabra de nuestras comunidades”,
Edgardo L. García
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COMUNALIZAR LOS MEDIOS: LA PALABRA DE NUESTRAS


COMUNIDADES
Resumen
El 11 de junio del 2013 se publicaron las reformas y adiciones a las disposiciones de los
artículos constitucionales en materia de telecomunicaciones. En estos momentos, en el
debate nacional se discuten los ajustes a las leyes secundarias de dicha reforma y la
aprobación de la nueva Ley de Radiodifusión y Telecomunicaciones. Desde Oaxaca, un
grupo de organizaciones, comunidades y comunicadores indígenas han lanzado la Pro-


puesta sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas a los Medios de Comunicación para
ser incluida en la nueva legislación. En este contexto nos preguntamos, ¿qué podemos
hacer los comunicadores indígenas? ¿Cómo revertir
la situación a la que nos someten los medios comer-
ciales? ¿Cómo resistir creando algo nuevo? Propone-
Comunalizar significa mos otro camino posible, el de la comunalización de
los medios, es decir, sembrar medios libres en cada
sembrar medios libres, desde
nuestros propios espacios, en
cada barrio, colonia o pueblo.
“ barrio, colonia o pueblo desde la horizontalidad, el
trabajo colectivo, el intercambio, la reciprocidad y la
resistencia cotidiana.

Palabras clave: comunalizar, medios libres, re-


giones mediáticas.

COMMUNALIZE THE MEDIA: THE WORD OF OUR COMMUNI-


TIES
Abstract
On June 11, 2013 the amendments and additions to the provisions of the constitutional ar-
ticles on telecommunications were published. At present, the national debate adjustments
to the secondary laws of the reform and the adoption of the new Law on Broadcasting
and Telecommunications are being discussed. From Oaxaca, a group of organizations,
communities, and indigenous communicators have launched the proposal on the Rights
of Indigenous Peoples to the Media to be included in the new legislation. In this context
we ask ourselves: what can we, indigenous communicators, do? How to reverse the situa-
tion to which we subjected the commercial media? How can we resist creating something
new? What is hope and where to find the alternatives? We propose another possible way:
the communalization of media, i.e., free media planted in each neighborhood, district or
town based on horizontality, collective work, sharing, reciprocity and everyday resistance
people.

Keywords: communalize, free media, media networks.

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COMUNALIZAR LOS MEDIOS: LA PALABRA DE NUESTRAS


COMUNIDADES

Introducción

E
n el principio era el silencio, hasta que llegaron nuestros abuelos e hicieron nacer
la palabra, junto con el maíz y la vida comunitaria. Pero luego volvió el silencio, y
no fue voluntario sino a la fuerza, misma que los conquistadores ejercieron sobre
nuestros abuelos para hacer callar sus voces e imponer la suya. A sangre y fuego trataron
de silenciar nuestras voces y así mero creyeron que lo habían logrado, pero nuestros
abuelos eran muy listos y abusados y no permitieron que sus voces se olvidaran o se per-
dieran. Así fue como empezó la lucha por no silenciar nuestra palabra y ahí se mantuvo
por más de 500 años la violencia que de distintos modos ha tratado de silenciarnos.
Los medios de comunicación comerciales se imponen sobre nosotros. Hace va-
rias generaciones que la televisión “educa” a nuestros hijos. El duopolio televisivo dicta
órdenes a los gobiernos de todos los niveles. De los diez hombres más ricos de México,
cinco se encuentran en las mesas directivas de las televisoras, mientras la gran mayo-
ría, campesinos e indígenas, no figura en los medios comerciales. En la radiodifusión y
las telecomunicaciones, la ética brilla por su ausencia y existe una carencia absoluta de
contenidos. Estamos sometidos al
régimen de la “telebasura”.
Diversas voces se han ma-
nifestado históricamente en nues-
Movimiento #YoSoy132.
tro país para abrir una grieta en
este sector y ampliar el panorama.
Recientemente el movimiento #Yo-
Soy132 desenmascaró la compli-
cidad de los medios comerciales,
denunciando su papel como ins-
trumento de dominación nacional
y herramienta al servicio del poder
político. Actualmente, las voces que
exigen una información veraz y crí-
tica resuenan de nuevo en nuestro
país. El 11 de junio del 2013, como
resultado de la actuación de diver-
sos grupos y organizaciones, se pu-
blicaron las reformas y adiciones
a las disposiciones de los artículos
constitucionales en materia de te-
lecomunicaciones. En estos mo-
mentos, en el debate nacional se
discuten los ajustes a las leyes se-

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cundarias de dicha reforma y la aprobación de la nueva Ley de Radiodifusión y Telecomu-


nicaciones.
Desde Oaxaca, un grupo de organizaciones, comunidades y comunicadores indí-
genas han lanzado la Propuesta sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas a los Medios
de Comunicación para ser incluida en la nueva legislación. En este contexto nos pregun-
tamos, ¿qué podemos hacer los comunicadores indígenas? ¿Cómo revertir la situación a
la que nos someten los medios comerciales? ¿Cómo resistir creando algo nuevo? ¿Cuál es
la esperanza y por dónde encontramos las alternativas?

La reforma constitucional en telecomunicaciones
Con las reformas en telecomunicaciones parecía abrirse una oportunidad única para que
los pueblos indígenas de nuestro país pudieran adquirir, operar y administrar sus propios
medios de comunicación, gracias a las concesiones sociales que, conforme a dicha refor-
ma, incluyen las concesiones comunitarias e indígenas1. El reconocimiento constitucional
de la radio comunitaria e indígena permitiría salir de ese terreno pantanoso de la “ilegali-
dad” a numerosas experiencias de comunicación indígena impulsadas por comunidades
y organizaciones civiles, dejando en el pasado el clima de persecución en el que han
operado durante los últimos años. Las radios comunitarias viven diariamente un clima de
hostigamiento y represión dirigido desde el Estado Mexicano. Un ejemplo es el caso de
Teresa Bautista Merino y Felicitas Martínez Sánchez, de 24 y 20 años respectivamente,
locutoras de la radio comunitaria “La Voz que rompe el silencio” del municipio autónomo
de San Juan Copala, Oaxaca, quienes fueron emboscadas y asesinadas el 7 de abril de
2008. Desde entonces, la radio y sus voces fueron apagadas. Su delito: romper el miedo
e informar en lengua triqui la situación de violencia que se vivía en la zona2.
A pesar de la situación en la que operan las radios comunitarias e indígenas, las
concesiones otorgadas por la reforma son destruidas por las disposiciones de las leyes
[1] Propuesta sobre los secundarias impulsadas por el poder legislativo. En palabras de Virgilio Caballero,
Derechos de los Pueblos
Indígenas a los Medios
de Comunicación. ...estamos ante un hecho que raya en lo grotesco, que convierte a la Cámara
Disponible en: http://
educa.org. de Diputados y de Senadores en un conjunto de muñequetes, de peleles,
[2] Para mayor informa-
se reformó la Constitución de una manera autoritaria, fuera de las cámaras
ción sobre el caso de diputados, en el grupúsculo que está manejando el país, que le llaman
ver: Blanche Petrich,
“Balas impunes silencia el Pacto por México, en donde se hizo de la Constitución un picadillo, se le
la voz triqui” en La impuso eso al Congreso y ellos con absoluta falta de ética política y de con-
Jornada, edición digital,
21 de abril de 2008, ciencia aprobaron estas reformas y ahora le están pidiendo totalmente lo
disponible en: http://
www.jornada.unam.
contrario: las leyes secundarias que están pretendiendo aprobar no tienen
mx/2008/04/21/index. casi nada que ver con lo que le impusieron al Congreso y a la Constitución
php?section=politica&a
rticle=048n1pol
de la República el año pasado3.
[3] Entrevista a Virgilio Ca-
ballero para el progra- Uno de los impulsos de la reforma fue atacar el duopolio televisivo a través de la creación
ma radiofónico Chiapas
Expediente Nacional.
de un organismo autónomo, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFETEL). Sin em-
Disponible en: http:// bargo, “el IFETEL se formó de acuerdo con los intereses de las empresas, nombrando a
bocadepolen.org
gente de las mismas quienes serán los encargados, de acuerdo con la reforma, de aplicar

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las leyes, concesiones y vigilar el cumplimiento de esta posesión del 50%; por lo pronto,
la Reforma ya es un fiasco”4.
En resumen, será una lucha pasar de las palabras a los hechos y evitar que la le-
gislación se convierta en letra muerta. Observamos los primeros pasos de los de “arriba”
para evitar que sean realidad estas nuevas prerrogativas. Nos encontramos una vez más
ante la estrategia de que todo cambie, para que todo siga igual.

Radio con experiencia.


Imagen: santibon

La propuesta de las organizaciones oaxaqueñas


En Oaxaca, en los últimos años, hemos sembrado y cosechado una cantidad importante
de experiencias y conocimientos en el ámbito de la comunicación comunitaria e indí-
gena. A raíz de las reformas en telecomunicaciones, el Consejo Consultivo de Pueblos
indígenas y Afromexicano del Estado de Oaxaca, el grupo de trabajo de comunicadores
comunitarios e indígenas del Estado de Oaxaca, así como representantes de diversos
municipios, organizaciones civiles y especialistas en la materia, han lanzado la Propuesta
sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas a los Medios de Comunicación para ser in-
cluida en la nueva Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión.
Dicha propuesta plantea la pertinencia de la comunicación comunitaria e indí-
gena de la siguiente manera: “Considerando esta naturaleza de los medios comunitarios
e indígenas de radiodifusión y telecomunicación, existentes en México; y la histórica ne-
gación de lo indígena y lo comunitario en lo que somos como Nación, estamos ante una
invaluable oportunidad para hacer que las leyes correspondan a la realidad y sirvan a
[4] Entrevista a Virgilio Ca- todas y todos los mexicanos del siglo XXI”. La propuesta denuncia también la ignorancia
ballero para el progra- total de las grandes empresas de medios ante la realidad comunitaria y la contraponen a
ma radiofónico Chiapas
Expediente Nacional. la propuesta de los medios comunitarios diciendo: “los medios comunitarios e indígenas
Disponible en: http:// buscamos el progreso de las personas, comunidades y regiones, a partir del reconoci-
bocadepolen.org
miento profundo de lo que somos como pueblos, el intercambio con los otros, y el res-

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peto del pacto federal”. De ahí que una de las exigencias centrales de esta propuesta es
que la distribución y dinámica del espectro radioeléctrico refleje la diversidad existente
en nuestro país.

Comunidades indígenas.
Imagen: Photo RNW.org

La Propuesta sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas a los Medios de Comunicación
propone lo siguiente:

• Un régimen especifico para el otorgamiento de las concesiones indígenas, que re-


conozca sus mecanismos de representación y ejercicio de la autoridad, así como sus
instituciones normativas.
• Un derecho preferente de los pueblos indígenas para la asignación de frecuencias en
sus territorios y una adecuada planeación del espectro que asegure disponibilidad de
frecuencias en zonas con población indígena.
• Que los medios con concesiones sociales indígenas puedan realizar todas las activi-
dades que les permitan contar con ingresos que garanticen su sostenibilidad, con la
obligación de transparentar el ejercicio de los recursos obtenidos.
• Integrar a miembros nominados por los pueblos y comunidades indígenas en el Con-
sejo Consultivo del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFETEL).
• Establecer un canal nacional de televisión y una emisora nacional de radio, ambos
dedicados a la programación indígena.
• Que se desarrolle la obligación de los concesionarios de radiodifusión (comercial,
público y social) de incorporar programación indígena en sus emisiones, en un por-
centaje equivalente a la población indígena en su área de cobertura, respetando

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Edgardo L. García
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la diversidad cultural y la no-discriminación, reflejando las expresiones y formas de


vida, y contribuyendo a la defensa de sus derechos, lengua y la revitalización de sus
valores comunitarios.
• La publicidad y mensajes oficiales transmitidos donde haya población indígena debe-
rán asegurar su pertinencia cultural y traducción a la lengua que ahí se hable.
• Implementar un sistema de adquisición y catalogación de producciones indígenas y
establecer un fondo para impulsar la investigación y el desarrollo de la radiodifusión
y telecomunicaciones en zonas rurales e indígenas.

En torno a esta propuesta, el pasado 17 de mayo se conformó el Frente por la


Comunicación Democrática capítulo Oaxaca (FCD), integrado por organizaciones civiles
oaxaqueñas y la Asociación Mexicana del Derecho a la Información (AMEDI). Su propó-
sito: “exigir al Congreso de la Unión que se respeten las reformas constitucionales en la
materia de telecomunicaciones y radiodifusión; se garanticen derechos fundamentales
como la libertad de expresión, la libertad de información, y el derecho a la privacidad;
y se responda a las necesidades de la población y no a intereses económicos, de grupos
empresariales, o partidistas”5.
En la Universidad de la Tierra en Oaxaca se ha reflexionado sobre las reformas en
telecomunicaciones propuestas por el ejecutivo federal y también se ha analizado la pro-
puesta de las organizaciones civiles oaxaqueñas. Se aprecia en todo lo que valen estos
esfuerzos y se reconoce la importancia de defender ante la opinión pública la apertura y
desconcentración en el modelo de medios comercial, la designación de la comunicación
como servicio público, así como la exigencia de garantías para el ejercicio periodístico
y la libre expresión en nuestro país. Sin embargo, es necesario ir más allá, pues ambas
propuestas mantienen la mirada hacia arriba. No podemos conformarnos con exigir al
Estado y a los monopolios la transformación del sistema nacional de medios a través de
“la construcción de un andamiaje institucional”. Ya se ha recorrido ese camino en el pa-
sado, muchas veces, y sabemos en dónde termina.
Ante el hundimiento y la crisis de los medios comerciales de comunicación, de-
clarados indestructibles, la propuesta de la comunalización de los medios constituye una
respuesta desde abajo. Comunalizar significa sembrar medios libres, desde nuestros pro-
pios espacios, en cada barrio, colonia o pueblo. Somos la generación que no puede seguir
esperando, por eso llamamos a tomar y crear medios libres en nuestros propios territo-
rios y gestionarlos colectivamente, comunalizarlos.

La comunalización de los medios


[5] “Se conforma en Desde los medios libres y radios comunitarias oaxaqueñas consideramos que es median-
Oaxaca el Frente por
la Comunicación De- te el fortalecimiento de nuestras propias formas y medios de difusión, en nuestras co-
mocrática”, disponible munidades y espacios, como se puede hacer frente al sistema de manipulación mediática
en: http://pagina3.mx/
dehoshumanos/15163- que se ejerce sobre la sociedad mexicana y, al mismo tiempo, construir, desde abajo y
se-conforma-en-
oaxaca-el-frente-por-
con la gente, nuestros propios medios de información verdaderamente libres. Frente a la
la-comunicacion-demo- imposición, autonomía. Comunalicemos los medios de información a nuestro alcance y
cratica.html
labremos otros, creando redes cuya divisa sea el trabajo compartido.

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Cabina de radio maíz. Ima-


gen: Edgardo L. García

La comunalización de los medios se inspira en los valores y principios del modo de vida
de nuestros pueblos oaxaqueños y en el camino de resistencia que recorren desde hace
más de 500 años. Se habla de comunalizar como un hacer de todos y para todos, como
la construcción de un nosotros, la apropiación y valorización de lo propio, como un ac-
tuar basado en la horizontalidad, el trabajo colectivo, el intercambio, la reciprocidad y la
resistencia cotidiana.
Comunalizar implicar tomar los medios en nuestras manos, creándolos desde
abajo. En 2006 el movimiento social oaxaqueño ocupó las radios comerciales y el canal
local de televisión, pero llegó el momento de la embestida y cuando creía que había
ganado resultó que una vez más trataron de silenciarlo mediante la fuerza y la violencia.
Las radios tomadas por los oaxaqueños fueron balaceadas en varias ocasiones, el canal
local de televisión fue recuperado por la policía, las radios, que por un momento fueron
del movimiento, trasmitían días después la canción de moda, como si nada hubiera pa-
sado, como si nadie hubiera hablado antes, como si su palabra fuera el olvido. Entonces
se dieron cuenta que había fallado algo y, volvimos hacia ellos mismos, descubrieron que
no era ahí donde eran fuertes, que esas radios ya tenían dueño: el poder y la violencia.
Replegados por la fuerza, se dieron cuenta de que no habían podido quitarles las radios
comunitarias ni los medios libres sembrados por nosotros, porque esos sí eran nuestros.
Abrimos los ojos y vimos que no podían silenciar nuestra palabra.
Con estas reflexiones se volteó a ver a las comunidades y aprender de ellas, y
es de ese ejercicio se deriva esta propuesta. A continuación se describen los elementos
básicos de la comunalización de los medios, el otro camino que busca construir desde
abajo los otros medios, aquellos verdaderamente nuestros y realmente libres:

• La base de los medios y los medios de base (territorio). Uno de los puntos centrales
de la comunalización de los medios es el territorio. En las comunidades indígenas

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la tierra es madre y punto de partida del ser comunal, del nosotros. En los medios
comunales la relación es similar: el territorio es donde estamos parados, nuestro
piso (el barrio, la colonia, el pueblo). En este espacio están las personas que hacen
posibles los medios, las que lo siembran, a quienes se dirige, a quienes debemos es-
cuchar. Cuando las personas de a pie toman los medios en sus manos se produce una
transformación radical, una revolución creativa. Sin la gente, los medios son simples
herramientas vacías y sin sentido. Cuando se parte desde el territorio se rompe la
abstracción y homogeneización a la que nos someten los medios masivos de comuni-
cación, para quienes no contamos como personas o comunidades sino como puntos
en una escala de rating. Radio Maíz, en la comunidad serrana de San Juan Tabaá,
es un ejemplo de territorialización de la radio, transmite en lengua zapoteca a una
docena de comunidades, sus contenidos se basan principalmente en el maíz, la vida
campesina y las fiestas patronales de los pueblos6.
• Ante la masividad, territorialidad. Comunalizar los medios implica dejar de preten-
der que vamos a informar de todo a todos, que sabemos lo que México quiere es-
cuchar, ver o leer. No somos terminales en una computadora, somos personas y co-
munidades con problemas concretos. Proponemos medios libres que rompan con la
lógica de la masividad interac-
Encuentro de pueblos indíge- tuando con un núcleo pequeño
nas. Imagen: boerries nehe de personas o comunidades con
las que puedan tener relación,
a las que puedan conocer, con
las que compartan e intercam-
bien. Una radio comunitaria en
cada barrio, colonia o pueblo
resolvería nuestros problemas
de difusión de la información.
Regiones mediáticas o redes
de medios libres resolverían
problemas de localismo o ais-
lamiento, porque un medio en
Oaxaca podrá recuperar conte-
nidos o conocer las problemáti-
cas de otro medio en Tijuana o
California, por ejemplo.
• Comunalizar los medios nos
lleva a pensar que no hay me-
dios libres sin resistencia y lu-
cha. Comunalizar es aprender
a escuchar las resistencias
[6] Para conocer más sobre cotidianas. Los medios deben
Radio Maíz ver su pá-
gina: http://radiomaiz. ser herramientas de difusión y
net/ propagación de las luchas de
base. Nuestra organización se

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potencializa cuando los medios están a nuestro alcance y son realmente nuestros.
Un ejemplo es el de la Radio Stiidxi Charis o La Voz de Charis, que en la comunidad
binnizá de Gui’Xhi’Ro´-Álvaro Obregón da voz a la resistencia popular contra el mega-
proyecto eólico en la Barra Santa Teresa en el Istmo de Tehuantepec7.
• Comunalizar los medios implica una revaloración de lo propio impulsando la recu-
peración de las lenguas maternas o idiomas originarios, la música tradicional de los
pueblos, el lenguaje de las comunidades y sus modos propios de expresarse. Un
ejemplo muy claro de un medio comunal que ha trabajado intensamente en la recu-
peración de lo propio es Estéreo Comunal, en la Sierra Norte de Oaxaca. Para ellos,
los contenidos de sus programas reflejan dos aspectos centrales: revaloración de lo
propio y resistencia cultural. Aclaran que: “lo primero significa el reconocimiento
de lo que tenemos, de lo que somos, pensamos y soñamos; entender la realidad que
vivimos. Lo segundo es lo que aspiramos; esto tiene relación con el desarrollo, con la
falta de fuentes de empleo, con el abandono en la agricultura, con políticas genera-
les que dañan de manera cotidiana a nuestras comunidades; porque como siempre
hemos sostenido: a mayor sofisticación de los mecanismos de imposición, mayor
sofisticación de nuestros mecanismos de resistencia”8. Estéreo Comunal transmite
en zapoteco y español. En la música da vital importancia al talento local, retomando
canciones de compositores de la región como el disco “Así es mi pueblo” grabado
en 1982 por el grupo Trova Serrana que suena en la radio para complacencia de las
cuarenta comunidades a las que llega su señal9.
• La revalorización amerita investigación por parte de los medios comunales, por un
lado de lo propio y por el otro de lo ajeno: “…si el problema es que todos quieren
vivir en una ciudad, se puede hablar de los beneficios de habitar una comunidad. Si el
problema es que todo se quiere imponer, debe revisarse cómo diseñar la resistencia.
Siempre atendiendo el tema de que se trate, porque la imposición la recibimos de
[7] Para conocer más sobre muchas maneras, desde del comercio hasta del amor”10.
la resistencia del pueblo
binnizá de Gui´Xhi´Ro´- • Ante la verticalidad, horizontalidad (asamblea). Si los medios comerciales y masivos
Álvaro Obregón ver el
blog: http://tierrayterri-
de comunicación están al servicio del poder político es porque desde su concepción
torio.wordpress.com misma son aparatos verticales, centralizados y burocráticos. Los medios comunales
[8] Reseña de Estéreo o comunalizados practican la horizontalidad desde la operación misma. En los pue-
Comunal, disponible
en: http://jaimemarti-
blos originarios hemos practicado por siglos la toma de decisiones en asambleas,
nezluna.blogspot.mx/p/ órgano máximo de autoridad pues es la voz de todos. La asamblea (forma horizontal
estereo-comunal.html
de organización) y el territorio (lugar concreto físico y espiritual) definen a un medio
[9] Sobre la historia de Trova
Serrana y su música
comunal.
ver: http://jaimemarti- • Medios de todos y para todos (trabajo). La programación, estructuración y opera-
nezluna.blogspot.mx/p/
trova-serrana-musica-
ción de los medios de “comunicación” no sólo está en manos de un duopolio que
y-audios.html concentra el 88% de las concesiones. Se encuentra, también, en manos de profesio-
[10] Jaime Martínez Luna, nales que hacen de los medios un trabajo de “expertos”, de “técnicos”, por lo que,
Decolonización a
través la radio, texto
para acceder a ellos, la gente común debe seguir los pasos que estos expertos dicten
preparado para el taller o, en la mayoría de los casos, “dejar las cosas en sus manos”. Estos profesionales mo-
“Comunalidad y Radio”
del Diplomado de nopolizan el acceso a los medios, ellos son los “calificados” para operar y controlar
Radio de la Unitierra de los medios, diseñar los objetivos y construir las misiones y visiones. La gente común,
Oaxaca (5 y 6 de mayo
del 2012). entonces, debe someterse a sus fórmulas, las cuales, aunque a veces tienen buenas
intenciones, en el fondo reproducen las lógicas dominantes de la exclusividad y de

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la profesionalización. Es por eso que comunalizar los medios consiste en desprofe-


sionalizarlos, convertir a cada ciudadano en un periodista y a cada periodista en un
ciudadano, hacer del ejercicio de los medios un actuar cotidiano, común, accesible,
de todos y para todos, un ejercicio gozoso de gente libre. No serían expertos quienes
sembrarían los medios libres sino nosotros, desde nuestras comunidades y espacios.
Cualquier grupo, colectivo, comunidad, barrio o colonia podría hacerlo, desde una
radio hasta una televisora o una revista.

La comunalización de los me-


dios puede practicarse tanto en el
campo como en la ciudad. Radio
Radio maíz. Imagen: Edgardo
L. García Tlayuda es un proyecto radiofóni-
co que nace en la ciudad de Oaxaca
en el 2013 como un espacio de en-
cuentro de distintas voces, que se
enmarca en la vida de los pueblos
y se basa en la propuesta ya descri-
ta11. Surge como una radio en línea
que se integra por compañeros de
distintos espacios y lugares del mo-
vimiento social oaxaqueño y busca
informar, difundir, alegrar, construir
y compartir, pero sobre todo, con-
tagiar el espíritu de hacer los me-
dios y sembrarlos libres. Radio Tla-
yuda cuenta con una asamblea de
la radio que constituye el espacio
principal de discusión, intercambio,
reflexión y solución de problemas.
Para su operatividad se creó un
equipo operador que toma decisio-
nes en corto, que se nombra en la
asamblea y consiste en cargos rotativos. Ejemplos como éste son una muestra clara de
que sí es posible sembrar medios libres en nuestros territorios y romper así con la lógica
capitalista de los medios de paga.
Es preciso mencionar que la comunalización no es sinónimo de aislamiento o lo-
calismo sino de la creación de redes de intercambio entre medios libres. Para ello propo-
nemos la formación de regiones mediáticas o redes de medios, desde las que podamos,
[11] Para conocer más sobre junto con las comunidades y organizaciones de base, ampliar nuestra autonomía. Estas
el proyecto de Radio regiones de medios consistirían en la construcción de una red para compartir saberes y
Tlayuda ver: http://ra-
diotlayuda.wordpress. problemáticas. En el caso de las cuestiones técnicas o capacitación, por ejemplo, quienes
com/2013/11/13/de-
tasajo-o-de-quesillo-
saben de diseño, contenido, guiones, electrónica, locución, edición de audio y video,
radio-tlayuda-arranca/ pueden traducir sus conocimientos a un lenguaje común y compartirlo con otros sobre
prácticas concretas en talleres concertados mediante una interacción entre medios.

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Las regiones mediáticas o redes de medios partirían de lo local, de sus proble-


mas y resistencias. Para esto, se propone la integración de asambleas de medios locales
donde se reúnan y discutan las problemáticas específicas de sus espacios y contextos. El
segundo nivel sería el regional, en el que los medios cercanos se enlacen e interactúen
entre sí definiendo campos de acción más amplios.
A manera de conclusión se puede decir que la propuesta de la comunalización
de los medios no intenta socavar los esfuerzos de las organizaciones civiles oaxaqueñas.
Abre, simplemente, otro camino posible. No se trata de un modelo, ni busca serlo. Es,
simplemente, una experiencia que compartimos para despertar la imaginación y hacer la
pregunta: ¿ustedes cómo le van hacer?
No se busca predicar ninguna fórmula o convencer a nadie, sino compartir desde
nuestra palabra sencilla la experiencia que se vive y respira en tierras oaxaqueñas. La co-
munalización no es algo nuevo, nuestras comunidades lo vienen practicando desde hace
muchos años y de ellas aprendimos.
La propuesta de la comunalización de los medios plantea una lucha distinta, una
que haremos desde nuestro terreno, donde somos fuertes, con nuestros hermanos y
hermanas: desde nuestras radios, desde nuestros medios, compartiendo entre nosotros.
Esto nos da la convicción de que en ese territorio podremos participar tanto en el des-
mantelamiento sin violencia del capitalismo, como en la siembra de la semilla de esa
otra sociedad con la que soñamos y que ya está entre nosotros. No odies los medios,
siémbralos libres.

Bibliografía
[1] Entrevista a Virgilio Caballero para el programa radiofónico Chiapas Expediente
Nacional. “La reforma en telecomunicaciones ‘Una reforma entreguista’ Virgilio
Caballero” [En línea]: http://bocadepolen.org/web/?p=1872.

[2] MARTÍNEZ LUNA, Jaime. “Decolonización a través la radio”, texto preparado para el
taller “Comunalidad y Radio” del Diplomado de Radio de la Unitierra de Oaxaca (5 y
6 de mayo del 2012).

[3] Noticiasnet, “Se conforma en Oaxaca el Frente por la Comunicación


Democrática” [En línea]: http://www.noticiasnet.mx/portal/oaxaca/general/
organizaciones/211024-se-conforma-oaxaca-frente-comunicacion-democratica.

[4] PETRICH, Blanche. “Balas impunes silencian la voz triqui” La Jornada, edición digital,
21 de abril de 2008 [En línea]: http://www.jornada.unam.mx/2008/04/21/index.php?
section=politica&article=048n1pol.

[5] “Propuesta sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas a los Medios
de Comunicación”. [En línea]: http://media.wix.com/ugd/68af39_
cc2ae9b50d96426cbbaa844c0b9c87ae.pdf.

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ARTÍCULO

LA POLICÍA COMUNITARIA DE GUERRERO:


UN SISTEMA ALTERNATIVO DE
SEGURIDAD Y JUSTICIA

Raúl Romero Gallardo

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“La Policía Comunitaria de Guerrero: un sistema alternativo de seguridad y
justicia”, Raúl Romero Gallardo
1 de septiembre de 2014 | Vol. 15 | Núm. 9 | ISSN 1607 - 6079
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LA POLICÍA COMUNITARIA DE GUERRERO:


UN SISTEMA ALTERNATIVO DE SEGURIDAD Y JUSTICIA
Resumen
En un contexto de violencias, inseguridad e impunidad, los pueblos de la Costa Chica
y Montaña de Guerrero se dieron a la tarea de construir un modelo alternativo de se-
guridad y justicia. Este proceso derivó en la construcción del Sistema Comunitario de
Seguridad, Impartición de Justicia y Reeducación, un sistema intercultural en el que casi
todas las decisiones se toman en asambleas. Dicho modelo es también la construcción


de un proceso autonómico, en el que los pueblos crean aparatos de seguridad y justicia
de acuerdo con sus usos y costumbres, pero con es-
tricto apego a los derechos humanos.

Palabras clave: violencia, seguridad, justicia, poli-


cía comunitaria, pueblos indígenas, autonomía.
Los pueblos que construyen
procesos autonómicos, THE COMMUNITY POLICE IN GUER-
han encontrado siempre RERO: AN ALTERNATIVE SYSTEM OF
el respaldo jurídico que
requieren en el derecho
internacional.
“ SECURITY AND JUSTICE
Abstract
In a context of multiple types of violence, insecuri-
ty and impunity, the people of Costa Chica and the
Montaña de Guerrero set to the task of building an
alternative security and justice system. This process
derived in the creation of the Communitary System of
Security, Justice Impartment and Reeducation (Sistema Comunitario de Seguridad, Impar-
tición de Justicia y Reeducación), an intercultural structure in which almost all decisions
are taken in assemblies. The referred model serves at the same time as the conformation
of an autonomic process, in which the people build security and justice mechanisms in
accordance to their customs and traditions yet always with strict commitment to human
rights.

Keywords: violence, security, justice, communitary police, indigenous people, autonomy.

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justicia”, Raúl Romero Gallardo
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LA POLICÍA COMUNITARIA DE GUERRERO:


UN SISTEMA ALTERNATIVO DE SEGURIDAD Y JUSTICIA

Antecedentes

E
l sociólogo noruego Johan Galtung (2004) diseñó el triángulo de la violencia para sin-
tetizar, analizar y relacionar las violencias en tres grandes tipos: 1) violencia cultural,
2) violencia estructural y 3) violencia directa.

Gráfico 1. Fuente: Johan


Galtung

Como se muestra en el gráfico 1, tanto la violencia cultural como la violencia


estructural están en el plano de lo “invisible”, mientras que la violencia directa es el
resultado y el mecanismo de la reproducción y afianzamiento de las dos anteriores. Con
este planteamiento, Galtung también contribuye a derribar el supuesto de que “la violen-
cia es propia a la naturaleza humana”, y más bien atribuye a factores sociales, políticos,
económicos y/o culturales el origen de la violencia “visible”.
Ahora bien, tanto la violencia cultural como la estructural requieren de media-
ciones institucionales. Algunas concreciones de esta mediación son la pobreza y la mar-
ginación. Estas formas de violencia coexisten desde hace mucho tiempo en el estado de
Guerrero.Veamos algunos datos.
Para 2010, la población total de dicho estado era de 3,388,768 personas, de las
cuales 19.58% no contaba con drenaje ni servicio sanitario. Igualmente, el 16.82% de la
población mayor de 15 años era analfabeta, el 50.18% de las viviendas registraban ha-
cinamiento y el 54.94% de la población ocupada ganaba menos de dos salarios mínimos
(CONAPO, 2013) . Si observamos otros indicadores de marginación, veremos que la po-
blación guerrerense es de las más afectadas en el país.
Los indicadores de pobreza no modifican mucho el panorama. El Consejo Nacio-
nal de Evaluación de la Política de Desarrollo Social informó en 2012 que México cuenta
con más de 64.8 millones de personas pobres y en extrema pobreza, y que los tres esta-
dos con mayor población en estas condiciones son Chiapas, Guerrero y Puebla (CONE-
VAL, 2013).
Además, hay que destacar que el 15% de la población guerrerense es indígena
(nahuas, amuzgos, tlapanecos y mixtecos) y que también cuentan con un importante sec-
tor de población afrodescendiente. Estos pueblos, al igual que muchos otros que existen

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en el país, han sido también vícti-


mas del racismo y la discriminación,
CRAC PC, Guerro. Imagen
formas concretas de la violencia
IMPAR AV cultural.
En síntesis, para los pueblos
que habitan en el estado de Gue-
rrero, las violencias son cotidianas
y muy antiguas; la explotación y la
opresión, principales característi-
cas de la violencia estructural y la
violencia cultural, respectivamente,
han marcado a la población guerre-
[1] Es de destacar el rense. Este fenómeno, asociado con una larga tradición de resistencia, ha provocado que
protagonismo de los
pueblos indígenas y del
los pueblos se organicen para demandar justicia social y mejores condiciones de vida, en
magisterio en estos pro- ocasiones llegando a optar por la vía armada. Ejemplos sobran para ilustrar esta idea,
cesos. CASTELLANOS,
L. (2008).
entre las más estudiadas están las resistencias encabezadas por Lucio Cabañas Barrien-
[2] Tres sucesos que visibi-
tos con el Partido de los Pobres y la de Genaro Vázquez Rojas con la Asociación Cívica
lizan esta crisis son: 1) Guerrerense1.
la aparición pública del
EZLN en Chiapas, 2) el
El contexto de violencias, sumado al descrédito institucional como consecuencia
asesinato de Luis Donal- de la gran crisis política y económica que sacudió al país en 19942, provocó que los pue-
do Colosio, candidato
presidencial del PRI y 3) blos tlapanecos, mixtecos, nahuas, amuzgos y mestizos de la Costa Chica y de la Montaña
la crisis económica de guerrerenses se dieran a la tarea de conformar una Policía Comunitaria3, con la intención
diciembre de 1994.
de contrarrestar la inseguridad, la corrupción y la impunidad. En su sitio electrónico, la
[3] Para un panorama más
completo del contexto organización expresa lo siguiente:
en que nace la CRAC-PC
ver: GASPARELLO, Gio-
vana. (2009) pp.61-78. De 1992 a 1995 se vivió la más despiadada ola de violencia pues los asaltos
[4] Coordinadora Regional eran perpetrados casi a diario, las mujeres y las niñas eran violadas delante
de Autoridades de sus padres y esposos, y los asaltantes frecuentemente llegaban al asesi-
Comunitarias-Policía
Comunitaria. Quiénes nato de las personas que se le resistían. Al ver la negligencia de las autorida-
somos. des y la ineficiencia del sistema jurídico que se resistía a investigar y tras el
[5] El 28 de junio de 1995, pago de “mordidas” rápidamente dejaba libres a los delincuentes, en 1993
agentes de la policía
dispararon contra un y 1994 los afectados de este problema de inseguridad y violación de sus de-
grupo de manifestantes
de la Organización Cam-
rechos fundamentales, apoyados por las organizaciones sociales y la Iglesia
pesina de la Sierra del local, empezaron a convocar a reuniones para discutir el asunto...4
Sur cuando que se diri-
gían a un mitin político.
El saldo: 17 campesinos El surgimiento de la Policía Comunitaria vino acompañado de otra serie de su-
asesinados.
cesos que también son ejemplo de las violencias en la región: la Masacre de Aguas Blan-
[6] El Ejército Popular
Revolucionario se ha
cas5 en 1995 y la aparición pública del Ejército Popular Revolucionario (EPR) en 1996.
declarado públicamen- Vale destacar que el EPR dijo tener presencia en varios estados de la República, pero
te heredero de la Unión
del Pueblo, del Partido concentraba su capacidad operativa y de movilización en Guerrero6. Como respuesta, el
Revolucionario Obrero gobierno mexicano puso en marcha una guerra abierta y encubierta contra los pueblos
Clandestino Unión del
Pueblo y del Partido de organizados y los grupos armados; una ofensiva militar muy parecida a la guerra sucia
los Pobres, organizacio-
nes formadas y con gran
acontecida en México durante la década de los setenta. La expresión más brutal de esta
peso en el estado de fase de la guerra sucedió el 7 de junio de 1998, en el episodio conocido como la Masacre
Guerrero.
de “El Charco” (CAMACHO, 2013).

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Este fenómeno provocó una agudización de la violencia y la impunidad en la


región, motivo por el cual los pueblos de la Montaña y Costa Chica se vieron en la nece-
sidad de sofisticar y madurar aceleradamente su proceso organizativo. En 1998 la Policía
Comunitaria dio origen al Sistema Comunitario de Seguridad, Impartición de Justicia y
Reeducación, en el que se estructuró la Coordinadora Regional de Autoridades Comuni-
tarias – Policía Comunitaria (CRAC-PC). Esta transformación evidenció un avance crucial:
al mismo tiempo que se afianzó la red de cooperación entre comunidades y pueblos con
distintas tradiciones, cosmovisiones y lenguas; se logró establecer un sistema común de
autoprotección y de ejercicio de la justicia. La organización pasó de ser una Policía Comu-
nitaria a convertirse en un complejo Sistema de Seguridad y Justicia.
Uno de los puntos nodales de la crítica de los pueblos haciía las instituciones de
seguridad y justicia del Estado, eran precisamente los referentes a la corrupción e im-
punidad. Con el nuevo sistema de seguridad y justicia basado en asambleas, los pueblos
garantizaron un ejercicio mínimo de transparencia, hecho que eliminó, al menos durante
los primeros años, la corrupción.
Uno de los principales distintivos de este proceso es la ruptura con el sistema
[7] Cfr. Organización Inter-
nacional del Trabajo. oficial de seguridad, pues a partir de esta transformación, los pueblos dejan de entregar
Convenio No. 169. So- a los detenidos al Ministerio Público e implementan un sistema de reeducación como
bre pueblos indígenas o
tribales en países inde- mecanismo de reinserción social de la persona que infringe las normas. Entre la sanción
pendientes. Algunos de moral, el trabajo comunitario y la participación comunitaria, es como se gestiona la justi-
los principios de dicho
convenio son: identifi- cia. Bajo los principios de investigar, conciliar, reeducar y la no discriminación se constru-
cación, no discrimina-
ción y reconocimiento
ye una justicia eficiente y acorde a la necesidad de los pueblos.
de la cultura y otras El proceso organizativo que emprendieron los pueblos de la Costa Chica y Mon-
características espe-
cíficas, garantizar la taña de Guerrero no estuvo exento de críticas. Entre los círculos de juristas, intelectuales
consulta y participación y políticos más cercanos al régimen, se ha señalado que la Policía Comunitaria se en-
y el derecho a decidir
las prioridades para el cuentra en la ilegalidad, pues “usurpa funciones” exclusivas del Estado, argumentos que
desarrollo a los pueblos siempre priorizan el carácter monopólico del uso de las armas y de la “violencia legítima”
indígenas y tribales.
por parte del Estado. A pesar de ello, los pueblos que construyen procesos autonómicos,
[8] Cfr. Organización de
las Naciones Unidas. han encontrado siempre el respaldo jurídico que requieren en el derecho internacional,
Declaración de las principalmente en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo7, más re-
Naciones Unidas sobre
los Derechos de los cientemente, en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos
Pueblos Indígenas. Esta
declaración consta de
Indígenas8.
46 artículos que van Este modelo alternativo de seguridad y justicia permite que las comunidades
desde el derecho a la
no discriminación, a la sean sujetos protagónicos en ambos aspectos. Es en la Asamblea Comunitaria donde se
autodeterminación, la nombran a los policías comunitarios y al comisario municipal. En casos de delitos meno-
autonomía, autogobier-
no, uso y disfrute de sus res, esta instancia dicta la sanción (casi siempre sentencia trabajo comunitario) a quien
territorios, entre otros. infringió las normas. Por su parte, la Asamblea Regional es la máxima instancia de toma
[9] Cfr.Tomado de Sánchez de decisiones. Ahí también se nombra a los coordinadores y se decide la sanción a quie-
Fuentes, Yolotli. El
Sistema de Seguridad, nes cometieron delitos mayores. Otras instancias como la Coordinadora Regional de Au-
Justicia y Reeducación toridades Comunitarias, el Comité Ejecutivo de la Policía Comunitaria y los Consejeros
Comunitaria del Estado
de Guerrero como siste- están sometidas a la Asamblea Regional.
ma de justicia paralelo
al Estado. 2008.
Organigrama del Sistema de Seguridad y Justicia Comunitaria de la Costa Chica y
Montaña de Guerrero9:

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Fuente: Reglamento Interno


del Sistema Comunitario de
Seguridad, Justicia y Reedu-
cación 2007.

La Policía Comunitaria
Actualmente, la Policía Comunitaria, como mejor se le conoce a este sistema, tiene pre-
sencia en 12 municipios: San Luís Acatlán, Marquelia, Malinaltepec, Iliatenco, Metlato-
noc, Atlamajalcingo del Monte, Cochoapa el Grande, Copanatoyac, Xalpatlahuac, Tlapa
de Comonfort, Xochistlahuaca y Acatepec. En total participan 77 comunidades y cuenta
con más de 877 policías. Según datos de la propia organización y aceptados por el Go-
bierno del estado, durante los primero 10 años de su existencia el índice de delincuencia
bajó hasta en un 95% en la región (ROJAS, 2005).
Los pueblos que se organizan alrededor de la Policía Comunitaria han logrado
darse a sí mismos un sistema de justicia de acuerdo con sus usos y costumbres, con res-
peto a los derechos humanos y al debido proceso. Mediante el Reglamento Interno, la
Policía Comunitaria logró sistematizar las prácticas de justicia de los pueblos, al tiempo
que agrega elementos del derecho occidental. Al respecto, Giovana Gasparello (2009)
escribe lo siguiente:

La impartición de justicia se basa en el Reglamento Interno que deriva de


un esfuerzo de sistematización de las formas indígenas de resolución de
conflictos. Estas formas se integran con elementos del derecho positivo in-
terpretados de manera original, dando vida a un verdadero sistema jurídico
autónomo. El alcance de la jurisdicción de la CRAC es amplio, ya que sancio-
na también delitos mayores, como violación, homicidio y tráfico de drogas.

El proyecto que impulsa la Policía Comunitaria responde a una vieja exigencia


de los pueblos originarios: la del reconocimiento de sus usos y costumbres. En el plano
de lo jurídico, esto implicaría el reconocimiento de su autonomía, entendida ésta como
“un proceso de resistencia mediante el cual, las etnias o pueblos soterrados, negados u
olvidados fortalecen o recuperan su identidad a través de la reivindicación de su cultura,
derechos y estructuras político-administrativas” (LÓPEZ, 2010).

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El sistema alternativo de seguridad y justicia que construyen los pueblos de la


montaña y Costa Chica de Guerrero puede ser definido como un proceso autonómico, es
decir, como una experiencia que por factores internos o externos10, no ha logrado cons-
truir una autonomía integral (autogobierno). En el México contemporáneo podemos en-
contrar distintos procesos autonómicos que apuntan al ámbito educativo, algunos otros
que se enfocan en áreas de medicina y salud, y también hay experiencias que se concen-
tran en medios de comunicación.

Territorio Comunitario,
CRAC PC, Guerrero. Imagen:
IMPAR AV

Ahora bien, la exigencia de autonomía supone la necesidad de un sujeto socio-


político que construya espacios de resistencia al sistema dominante. Frente a un aparato
de seguridad y justicia en México que demuestra grandes deficiencias, los pueblos indí-
genas construyeron un modelo se seguridad y justicia alternativo que hasta el momento
satisface sus necesidades. El planteamiento no queda ahí, pues los pueblos indígenas
oponen la comunidad, frente a la exaltación del individuo, característica del modelo ca-
pitalista. El hecho no es menor, pues el concepto de comunidad trae consigo mismo una
población con historia común en un espacio territorial, una población con un “sistema
comunitario de procuración y administración de justicia” (DÍAZ apud CARLSEN,1999).
La construcción de un modelo autónomo de seguridad y justicia, sin embargo,
[10] LÓPEZ Y RIVAS también no implica independencia o descoordinación con los aparatos oficiales encargados de
señala que algunas de
estas situaciones son dichas tareas. Así lo describe Gasparello (2009):
“dependencia económi- En varias reuniones las autoridades autónomas y las oficiales establecieron con-
ca o política del pueblo
indígena hacia los me- venios informales. Uno de ellos es que, en caso de que la CRAC sancione a una persona,
canismos del mercado o informe a la agencia del Ministerio Público, para evitar la duplicación de funciones, bajo
los aparatos estatales”,
el caciquismo y el el principio de que ninguna persona puede ser juzgada dos veces por los mismos hechos.
paramilitarismo. LÓPEZ
Y RIVAS, G. (2010).
En los últimos años la Policía Comunitaria ha cobrado gran relevancia mediática,
sobre todo a raíz de la crisis de seguridad y justicia que se desató como consecuencia de

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la “guerra contra el narcotráfico” declarada por Felipe Calderón en 2006. Ante el clima
de inseguridad e impunidad11 grupos sociales de diferentes zonas del país han querido
replicar la experiencia de la Policía Comunitaria, sin embargo, la mayoría de los intentos
se han limitado a conformar “grupos de autodefensas” que ante la falta de programas,
han quedado expuestos a la cooptación por parte de gobiernos o grupos del crimen or-
ganizado.
El Sistema Comunitario de Seguridad, Impartición de Justicia y Reeducación es
tan sólo una experiencia más de las muchas que los pueblos construyen en todo el país.
Ahí están en Cherán, Michoacán; en los Caracoles Zapatistas y las Juntas de Buen Go-
[10] El 98% de los delitos
que se cometen bierno en Chiapas, en las Universidades de la Tierra en Oaxaca, Chiapas y Puebla, o en
en México quedan
impunes. Ver: Centro
la propia Ciudad de México con el Frente Popular Francisco Villa. Estas organizaciones,
de Investigación para el diferentes entre sí pero que guardan grandes similitudes, nos hacen preguntar si son los
Desarrollo A. C. (2009)
Índice de Incidencia caminos de las autonomías –así, en plural- una forma paradigmática de nuestros tiempos
Delictiva y Violencia hacía la construcción de sociedades alternativas. Estemos atentos, el tiempo y los pue-
2009.
blos nos darán las respuestas.

Bibliografía
[1] CAMACHO, Zósimo. (2013) “Jacobo Silva: El Charco, error y masacre” [Consulta: 29
de mayo de 2014]. En Contralínea, 13 de mayo. Disponible en: http://contralinea.
info/archivo-revista/index.php/2013/05/03/jacobo-silva-el-charco-error-masacre/

[2] Centro de Investigación para el Desarrollo A. C. (2009) Índice de Incidencia Delictiva


y Violencia 2009. México. Disponible en: http://www.cidac.org/esp/uploads/1/__
ndice_de_Incidencia_Delictiva_y_Violencia_2009_PDF.pdf.

[3] Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social. (2013) Medición


de la pobreza en México y en las Entidades Federativas 2012. Resumen ejecutivo
(2013), [en línea] México, 29 de julio. Disponible en: http://goo.gl/AZr9vw.

[4] Consejo Nacional de Población. Índice Absoluto de Marginación 2000-2010, (2013)


[Consulta: 4 de septiembre de 2014] México: CONAPO. Disponible en: http://www.
conapo.gob.mx/es/CONAPO/Indice_Absoluto_de_Marginacion_2000_2010

[5] DÍAZ, F. “Comunidad y comunudalidad” (documento inédito) citado por Laura


Carlsen, “Autonomía indígena y usos y costumbres: la innovación de la tradición”
[en línea]. En Revista Chiapas No. 7, 1999. Disponible en: http://www.ezln.org/
revistachiapas/No7/ch7carlsen.html.

[6] GALTUNG, Johan. “Violencia, guerra y su impacto. Sobre los efectos visibles e
invisibles de la violencia” [Consulta: 4 de septiembre de 2014]. En Polylog. Foro para
filosofía intercultural. Disponible en: http://them.polylog.org/5/fgj-es.htm.

[7] GASPARELLO, Giovana. (2009) “Policía Comunitaria de Guerrero, investigación y la

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autonomía” [en línea]. En Política y Cultura, Otoño, núm. 32, pp. 61-78. Disponible
en: http://www.scielo.org.mx/pdf/polcul/n32/n32a4.pdf.

[8] LÓPEZ Y RIVAS, G. (2010) “Tesis en torno a la autonomía de los pueblos indios” [en
línea]. En Rebelión, 25 de mayo. Disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.
php?id=106782 .

[9] ROJAS, Rosa. (2005) “Reducen hasta 95% la delincuencia en seis municipios de
Guerrero” [en línea]. En La Jornada, 27 de septiembre. Disponible en: http://www.
jornada.unam.mx/2005/09/27/index.php?section=politica&article=021n1pol.

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ARTÍCULO

LA ORGANIZACIÓN CAMPESINA INDÍGENA


FRENTE AL LIBRE MERCADO. EL CASO DE
LOS PEQUEÑOS PRODUCTORES DE CAFÉ
EN MÉXICO

Silvia Nuria Jurado Celis

Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación - UNAM


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“La organización campesina indígena frente al libre mercado. El caso de los
pequeños productores de café en México”, Silvia Nuria Jurado Celis
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LA ORGANIZACIÓN CAMPESINA INDÍGENA FRENTE AL LIBRE


MERCADO. EL CASO DE LOS PEQUEÑOS PRODUCTORES DE
CAFÉ EN MÉXICO
Resumen
Las alternativas organizacionales en México han pasado por una historia compleja. Atien-
den diferentes problemas y demandas que reflejan las coyunturas sociales a las que nos
enfrentamos, por lo que no existe una forma única de organización social en nuestro


país. En muchas ocasiones se entrecruzan y dan lugar a particularidades, es decir, hay
elementos comunes que resultan transversales al conjunto, tal es el caso de las deman-
das indígenas cuando se traslapan, por ejemplo, con
el componente campesino . En un gran número de
casos ambos sectores se encuentran en el mismo
plano, como sucede con los pequeños productores
de café en México, quienes se desenvuelven entre
Los pueblos que construyen sus actividades locales y su relación con el mercado
procesos autonómicos, internacional en el que se vende su café.
La producción del café se concentra en los esta-
han encontrado siempre dos del sur del país, principalmente Veracruz, Oaxaca
el respaldo jurídico que
requieren en el derecho
internacional.
“ y Chiapas, donde está también la mayor parte de cul-
turas indígenas. Así, la problemática de los pequeños
productores de café se empalma en gran medida con
los asuntos y las prácticas culturales propias.
La cadena comercial del café es compleja pues
requiere varios pasos en su procesamiento, que invo-
lucran a la familia campesina, la industria y el aspec-
to comercial. Los procesos pueden estar en manos
de grandes empresas transnacionales o estar dividi-
dos entre los pequeños productores y algunos procesadores medianos. Sin embargo, son
las etapas industrial y comercial en las que se localiza el valor agregado. Esto, aunado a su
alta valoración en países en los que no se produce el café, convierten al café en un cultivo
sumamente propenso a la especulación que deriva en una gran inestabilidad de precios
especialmente para los productores, ya que dicho precio es regulado en Bolsa de Valores
y quienes lo controlan son principalmente aquellos que dominan las etapas industrial y
comercial.
Los pequeños caficultores mexicanos afrontan la problemática referida a su si-
tuación como campesinos e indígenas y al mismo tiempo la de su quehacer como caficul-
tores. Es ante este contexto que se ha construido una gran diversidad de estrategias, de
las cuales, el comercio justo es una de las más innovadoras que parte de la organización
social.

Palabras clave: campesinos, indígenas, café, comercio justo.

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THE COMMUNITY POLICE IN GUERRERO: AN ALTERNATIVE


SYSTEM OF SECURITY AND JUSTICE
Abstract
The organizational alternatives in Mexico have a very complex history, they attend sever-
al problems and demands, which allow us to see the social problems we have and face.
Many times their demands go together and give them a particular performance, they
have commonalities of interests, and some of them are transversal to the group. That
happens for example when farmer and indigenous demands are spliced. We know both
sectors have particular ways to work and particular demands. In most of the cases they
are in the same place. This happens with small coffee producers in México, who live be-
tween their daily production and local consumption and the relationship with internation-
al market where the coffee is sold.
Most of the coffee is cultivated in the south states en México, especially in Ve-
racruz, Oaxaca and Chiapas, where the most of indigenous culture of our country are
located. That’s why the small coffee producer’s practices are mixed most of the times with
indigenous problems. In this sense the coffee supply chain is very complex because of the
several processes are necessary to be enjoyed, the first part is worked by farmer family,
subsequently the industrial step is coming an finally the trade aspect, this can be property
of big companies or divided between farmer families and medium traders, but the value
added is in the industrial and trade part.
This, in addition to its high value in the places where it can´t be produced becomes
it an easy product to the speculation, which becomes a big prices instability, especially for
the farmers.
Thereby, Mexican small producers should face in one way their problems because
of indigenous and farmer condition and, at the same time, all their problems as coffee
producers. And that’s the context where we can watch they have made a lot of strategies
where Fair Trade is one of the more innovative starting with social organization.

Keywords: farmers, indigenous, coffee, fair trade.

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LA ORGANIZACIÓN CAMPESINA INDÍGENA FRENTE AL LIBRE


MERCADO. EL CASO DE LOS PEQUEÑOS PRODUCTORES DE
CAFÉ EN MÉXICO

Las demandas de las organizaciones campesinas en México


(tierra, apropiación del ciclo productivo, sustentabilidad)

L
as organizaciones campesinas en nuestro país no son un tema nuevo. Han existido
con diversos propósitos siempre orientados a intentar dar respuesta por varias vías a
las demandas sociales de este sector.
Se dice que el llamado movimiento campesino ha pasado por varias etapas, des-
de un agrarismo propio de la etapa revolucionaria en el cual la demanda principal era la
posesión de tierra, pasando posteriormente a la institucionalización del mismo. Arman-
do Bartra afirma que: “El agrarismo –vuelto ley desde 1917– se hace gobierno en 1920.”
(BARTRA, 2012) Y continúa con: “En esta perspectiva historiográfica el movimiento cam-
pesino se esfuma desde la tercera década del siglo” (Ibidem).
No obstante, a partir de los años cuarenta las demandas campesinas comen-
zaron a enfocarse más en la apropiación del proceso productivo, es decir, más allá de
la propiedad de la tierra y su usufructo. La importancia comienza a orientarse al tener
acceso a los excedentes derivados del valor agregado que se genera en los procesos pos-
teriores a la cosecha, como es el caso del cultivo del café.
A lo largo de esos años la organización campesina ya era una de las figuras cen-
trales y también un mecanismo gubernamental regulador del descontento social en ese
sector. Si bien las demandas indígenas aún no eran lo suficientemente claras, sí había una
presencia constante de ese componente en la organización campesina.
Finalmente, al llegar la década de los setenta, las demandas campesinas se cen-
traron específicamente en dicha apropiación del proceso productivo, y es precisamente
en este contexto en el que se inscriben las organizaciones de los pequeños productores
de café en México, quienes logran conformar un tipo de asociación bastante particular
que les ha permitido hacer frente al contexto específico que enfrentan.

El caso del café y el comercio justo


El cultivo de café tiene una dinámica específica, como ya se ha mencionado en el aparta-
do anterior. Es necesario un proceso dividido en dos partes para que este producto pue-
da ser consumido. La primera fase es la que se conoce como beneficio húmedo y consiste
en la etapa que va desde la cosecha hasta la obtención del grano seco con cascarilla, co-
nocido como pergamino. En el caso de los pequeños productores de café este proceso se
encuentra en manos de la familia campesina. La segunda fase es la que se conoce como
beneficio seco y abarca del cambio de la semilla en pergamino a lo que se conoce como
café oro o verde, es decir, el que ya está listo para ser tostado y posteriormente molido
para ser consumido.

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Imagen: Colombia Travel

[1] Con este término hago


Este segundo paso implica un proceso industrial que es uno de los primeros es-
referencia a todos labones de la cadena comercial del aromático en el que se da un alto índice de interme-
aquellos agricultores
familiares. Los peque- diación. De tal manera que el proceso industrial y la comercialización son etapas que se
ños productores de café presentan como críticas para los pequeños productores1.
son pobres, mayorita-
riamente indígenas, y Los cultivadores campesinos de café se encuentran concentrados principalmen-
trabajan huertas muy
pequeñas, de entre
te en los estados de Puebla, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, mismos que comparten algunas
media a tres hectáreas, características, como el hecho de tener una importante presencia de pueblos indígenas
que combinan con
cultivos alimentarios de
en su territorio. Aunado a ello, la dinámica social campesina se conjuga y empalma2 dan-
autoconsumo. Sin em- do como resultado una mezcla de culturas que se manifiesta en el lenguaje, el vestir y
bargo, al mismo tiempo
son exportadores y por las costumbres locales, pero que, además, convive con la dinámica productiva cafetale-
lo tanto globalizados. Se ra. Otro punto que comparten es la historia de inestabilidad constante en lo que a los
trata de una aparente
contradicción en la precios del café se refiere, ya que por las características de procesamiento del cultivo y
que, en realidad, radica
su fuerza (JURADO y
la alta valoración en el mercado internacional se trata de un producto altamente espe-
BARTRA, 2012). culativo. Por ejemplo, el precio es fijado de acuerdo con los cálculos de cosecha de los
[2] Esta dinámica campesina grandes productores a nivel mundial (cálculos de oferta y demanda). Sin embargo, basta
hace referencia a valo-
res como la reciproci-
una noticia de algún problema de producción para que los precios puedan “inflarse”
dad, solidaridad, toma generando las llamadas burbujas especulativas, aunque más adelante caigan estrepito-
de decisiones colectiva
como es el caso de la
samente3.
elección de represen- El café es, por lo tanto, un producto muy adecuado para la colocación en los lla-
tantes en asambleas,
la práctica de asumir mados mercados a futuro dependiendo de la oferta que presenten los diferentes países,
cargos y servicios comu- pero también para la manipulación de precios.
nitarios, entre otros.
Así, los pequeños caficultores comparten una historia de vaivenes e inestabili-
[3] Cómo la caída del 20% en
tan sólo una semana en dad especialmente en lo que se refiere a su relación con el mercado internacional. A nivel
el ciclo 2013 – 2014. internacional, entre los años cincuenta y setenta existieron una serie de acuerdos entre
los países productores, los cuales regulaban principalmente la oferta y le ponía una serie

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de condiciones a la comercialización. Esto corresponde a la etapa previa a la inserción de


nuestro país en el llamado modelo neoliberal.
Esta transición tuvo sus implicaciones para los pequeños caficultores mexicanos.
Pasar de un contexto en el que existían instituciones de protección al sector (como es el
caso del Instituto Mexicano del Café o Inmecafé) a uno en el que se encuentran práctica-
mente solos frente a los competidores internacionales repercutió de manera muy clara
en los precios y la estabilidad de acopio para los campesinos. Es decir, anteriormente el
Inmecafé era la instancia encargada de proporcionar asistencia técnica, acopiar y comer-
cializar el aromático. Alrededor de
1989 el instituto fue desmantelado,
momento en el que los productores
Imagen: Grupo Emaús F.S.
se quedaron sin esos canales para
darle salida a su producto, de tal
manera que quienes ocuparon ese
espacio fueron principalmente las
grandes transnacionales mediante
una compleja red de acaparadores
locales.
Ante este contexto, la or-
ganización campesina fue precisa-
mente una estrategia para no morir
en el intento de seguir comercia-
lizando café. Cabe aclarar que la
mayor parte de los pequeños pro-
ductores formaron antecedentes
organizativos a través del Inmecafé
que los había constituido en las lla-
madas UEPC (Unidades Estatales de
Producción y Comercialización), de
tal forma que si bien anteriormente
la organización campesina permea-
da por una fuerte intervención es-
tatal era la que había logrado consolidar la cadena comercial del café, ante el panorama
neoliberal la salida fue la organización campesina autónoma.
Existen ejemplos sumamente importantes que han aportado los pequeños pro-
ductores del sur de México. Tal es el caso de la propuesta del Comercio Justo (CJ), la cual
nace precisamente ante el contexto de mercado neoliberal que implica relaciones socia-
les de desigualdad que han afectado gravemente a los pequeños productores de café
que son quienes conforman una parte importante de la oferta de este producto a nivel
nacional.
El CJ nace en el sur de México en las montañas del Istmo de Tehuantepec, en el
estado de Oaxaca con una organización campesina emblemática que es la Unión de Co-
munidades Indígenas de la Región del Istmo (UCIRI). Ahí se gesta una iniciativa que inten-
ta cambiar las reglas del mercado internacional, poniendo en el centro de la discusión al

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“La organización campesina indígena frente al libre mercado. El caso de los
pequeños productores de café en México”, Silvia Nuria Jurado Celis
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sujeto social, así como todo lo que implica para los campesinos caficultores la producción
o generación de la oferta, agregando, además del costo medioambiental y social, todo
esto como elementos que deben ser considerados al momento de fijar los precios.
Nace así un nicho de mercado que ha permitido a estos pequeños productores
de café mantenerse en el mercado internacional bajo sus propias reglas y no pasar por la
especulación en la Bolsa de Valores. No obstante los avances notables de dicha iniciativa,
se han presentado retos importantes conforme ha avanzado su consolidación.

Organizaciones indígenas frente al libre mercado


La UCIRI se conforma legalmente en 1983. A partir de ahí se sumaron a la iniciativa de CJ
una serie de organizaciones de pequeños caficultores localizadas en diferentes estados.
Es posible citar por ejemplo a ISMAM (Indígenas de la Sierra Madre de Motozintla) y la
Unión Majomut, ambas de Chiapas; la CEPCO (Coordinadora Estatal de Productores de
Café de Oaxaca), MICHIZA (Mixe, Chinanteco, Zapoteco) del estado de Oaxaca, junto con
la UCIRI, Tosepan Titataniske en Puebla. Todas ellas, organizaciones campesinas, indíge-
nas de pequeños productores de café, son quienes están presenten en este momento en
ese nicho de mercado y se localizan en los llamados cafés especiales que ya no pasan por
la cotización en la Bolsa de Valores.

Organizaciones indígenas.
Imagen: Oriana Eliçabe

Frans Van der Hoff definió cuatro componentes que conforman el comercio justo:

1. El principio económico básico del Mercado Justo es el cálculo integral de los costos
de la producción tomando en serio que es el campesino el que realiza la producción.
El campesino tiene que usar su tiempo de trabajo, su energía… Pero también tiene

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una familia que mantener… Todos estos costos se tienen que integrar en el precio
del producto.
2. El Comercio Justo es una producción sustentable desde un punto de vista social.
Este segundo componente se refiere a la integración social del costo real de la pro-
ducción. El campesino es parte de una comunidad donde tiene obligaciones… Todas
estas obligaciones tienen un costo y deben tomarse en cuenta en el precio.
3. El Comercio Justo es una producción sostenible desde un punto de vista ecológico.
Este tercer componente se refiere a la incorporación de los gastos medioambienta-
les de la producción.
4. Un cuarto elemento del Mercado Justo es la relación, lo más directa posible, del pro-
ductor con el consumidor (VAN DER HOFF, 2005).

Efectivamente existe una diferencia importante en precios para los campesinos,


ya que “a fines de la década de 1980 cuando los acaparadores locales pagaban $10.00
por el kilo de café pergamino, la UCIRI, vendiendo a compradores solidarios a través del
comercio justo, lo podía pagar a más de $20.00.” (JURADO y BARTRA, 2012).
En otras palabras, el comercio justo sí ha permitido el acceso a un mejor precio
de café para los pequeños caficultores, por lo que logró consolidarse como estrategia
campesina para ir labrando un camino en el mercado internacional.
El CJ ofrece así un precio mínimo, considerado, justo y fijado a partir del cálculo de los
costos de producción. Se ha implementado además un sistema de certificación que per-
mite distinguir a los productos de CJ en todo el mundo, esto a través de la Fair Trade
Labeling Organization (FLO), que es la institución implementada para dirigir y organizar
la asignación del sello de CJ.
Actualmente FLO, a través de su sistema de certificación, incluye a 1.3 millones
de campesinos y trabajadores en setenta países. Así mismo, cuenta con un total de 1149
organizaciones de pequeños productores en todo el mundo, de las cuales el 51% se en-
cuentran localizadas en América Latina, y el resto en África y Asia (Informe anual FLO,
2013). El sistema FLO ofrece, además, un incentivo económico conocido como prima
de CJ, que debe ser empleado por las organizaciones de pequeños productores para
proyectos de mejora social. Cuenta asimismo con una serie de estándares que permiten
clarificar qué es lo que significa implementar un sistema de CJ, los cuales se evalúan
anualmente en auditorías.
Si bien es evidente que la estrategia de CJ iniciada principalmente por los peque-
ños caficultores ha ido consolidándose y avanzando, es importante rescatar que actual-
mente el panorama ha cambiado una vez más y los retos son un tanto distintos en este
contexto de mercado neoliberal.
Es importante destacar que el CJ ha sido primordialmente un espacio de orga-
nizaciones indígenas. En el caso de México, el 90% de las organizaciones de pequeños
productores de café que comercializan a través del CJ vía FLO son indígenas que han
reivindicado en su mayor parte no sólo la parte económica sino el aspecto social de las
mismas, además de que, como se ha mencionado anteriormente, representan más de la
mitad de los proyectos certificados por FLO.
El CJ, de la mano de sus instituciones, ha sido una vía para entrar en el espacio
del mercado internacional. Es gracias a este medio que se logró resolver el problema de

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“La organización campesina indígena frente al libre mercado. El caso de los
pequeños productores de café en México”, Silvia Nuria Jurado Celis
1 de septiembre de 2014 | Vol. 15 | Núm. 9 | ISSN 1607 - 6079
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la comercialización del aromático dando nuevamente la certeza que se había perdido al


desaparecer las instituciones estatales.
En ese sentido, las organizaciones campesino-indígenas han labrado un camino
importante en el mercado internacional para la comercialización del café. Actualmen-
te, el café de estos pequeños productores se vende en diferentes países de Europa, así
como en Estados Unidos, Canadá y Japón. En otras palabras, a través del CJ los pequeños
caficultores indígenas organizados lograron hacerle algunas grietas al mercado interna-
cional para lograr posicionarse en un espacio que anteriormente pertenecía únicamente
a las grandes transnacionales.
Lo anterior es digno de reconocimiento. No obstante, también hay que destacar
que el volumen colocado en el mercado justo no asciende a más del 5% del volumen to-
tal del café comercializado a nivel internacional. Sin embargo, este pequeño porcentaje
representa, en la mayoría de los casos, la garantía de poder transmitir saberes y prácticas
sociales tradicionales, en otras palabras, la reproducción social de la familia campesina.
En ese sentido y más allá del aspecto exclusivamente económico, las organiza-
ciones de pequeños caficultores indígenas han conjugado algunos otros elementos, dos
de ellos sumamente importantes: la identidad y el relevo generacional.
En el caso de la identidad se tiene por parte de las organizaciones indígenas una
serie de estrategias que les permiten mantenerse vigentes. Por una parte, todas compar-
ten la característica de cultivar el café en un sistema conocido como bajo sombra, que en
realidad es una huerta diversificada al estilo de la milpa. Esto permite que el principio de
la diversificación como parte del ser campesino se mantenga y se refleje en las huertas.

Organizaciones indígenas.
Imagen: Oriana Eliçabe

Es posible observar lo anterior en prácticamente todas las organizaciones de


caficultores que participan en el mercado justo. Existen incluso algunas prácticas que
pueden considerarse “de renovación”, como es el caso del Festival Campesino que la
UCIRI lleva a cabo cada tres años y que consiste en un encuentro de sus miembros para

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el relevo en su dirigencia, fiesta del café campesino que permite que mixes, mixtecos,
zapotecos, chatinos, chontales, no indígenas y quien guste agregarse, se renueve para
reconocerse como parte de la organización.
En el caso del relevo generacional las estrategias son un tanto mas amplias. Exis-
ten ejemplos como el de la Tosepan Titataniske en Puebla, organización conformada por
caficultores nahuas y totonacos en la que la diversificación de actividades ha sido el me-
canismo para que los jóvenes campesinos permanezcan en sus lugares de origen pero
además participen del quehacer organizativo. Por una parte, han implementado un pro-
yecto de turismo alternativo con la construcción de cabañas bajo ecotecnias, donde los
jóvenes hijos de socios están participando activamente bajo la figura de guías de turistas,
administración del comedor y el hotel y demás áreas que abarca el proyecto, sin perder
de vista que son sus padres los dueños de dicho espacio.
Cabe destacar en este caso particular que la Tosepan es una de las pocas organi-
zaciones que tiene una directiva que podría considerarse joven, de tal suerte que estos
grupos organizados están llevando acciones no sólo en el terreno internacional sino tam-
bién en lo local.
Lo anterior no ha impedido que se presenten también crisis. Toda estrategia o
iniciativa tiene también sus propios límites, los cuales se presentan también en los ámbi-
tos local e internacional.
A nivel del sistema de CJ, el hecho de ser una iniciativa consolidada ha llevado a
que haya cada vez más actores involucrados, incluyendo recientemente a algunas trans-
nacionales. Existe una discusión importante referente a qué tanto es posible aceptar la
intervención de dichas empresas sin favorecer esos intereses.
Para las organizaciones
campesinas de América Latina este
es un punto que no debe ser trans-
Recolectando Café. Imagen:
Darío Ribelo gredido, ya que se corre el riesgo de
desvirtuar el propósito del CJ (por
ejemplo al favorecer o flexibilizar
las normas de CJ en beneficio de los
intereses particulares de dichas em-
presas) y de las instituciones que lo
apoyan como FLO. Así que, de ma-
nera alternativa, se han agrupado
en el bloque llamado Coordinadora
Latinoamericana y de Caribe de Pe-
queños Productores de Comercio Justo (CLAC), red que incluye a organizaciones con-
formadas exclusivamente por pequeños productores y que aglutina principalmente a
grupos de caficultores y cultivadores de miel. Se ha pugnado a través de esta figura por
mantener condiciones de equidad en el seno de FLO, en un afán de que el CJ continúe
siendo una alternativa viable de comercialización para las organizaciones campesino-
indígenas.
A nivel local existe asimismo una serie de retos importantes, pues si bien al prin-
cipio de la iniciativa de CJ hubo oposición en ciertos sectores, actualmente funciona tam-
bién como un regulador de los precios locales, ya que los intermediarios cercanos han

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tenido que emparejar su oferta de precios. Esto ha impactado incluso en aquellos pro-
ductores que no pertenecen a estas organizaciones, y ha provocado que haya quienes
consideran que el CJ ya no es una opción atractiva porque finalmente no hay diferencia
en cuanto a los precios.
Actualmente, a más de treinta años de iniciado el camino hacia un comercio
más justo, las organizaciones de pequeños productores se encuentran en una coyuntura
importante incidiendo tanto en lo global como en lo local e intentando retomar en ese
camino el modo de vida campesino y la cosmovisión indígena.

Reflexiones finales
El comercio internacional es un espacio en el que los caficultores han logrado ingresar
gracias a la estrategia organizada. La conformación de grupos en los que se empalma la
condición campesina e indígena ha permitido un variopinto interesante de campesinos
haciendo presencia en el mercado internacional, pero también luchando desde los espa-
cios locales.
Sin embargo, es importante comentar que además de los retos que ya se han co-
mentado en apartados anteriores existen otros que se desenvuelven en un plano distinto
–lo referido a la problemática local mas allá de la comercialización del café–. Un ejemplo
muy claro es el caso de los megaproyectos que se pretenden instalar en algunas de las
regiones donde están asentadas también estas organizaciones. El suceso más reciente se
dio en la sierra norte de Puebla, donde integrantes de la Tosepan Titataniske sostuvieron
diferencias importantes como parte de la representación que se opone a la construcción
de una hidroeléctrica. Es este un ejemplo de que el contexto para las organizaciones
campesino-indígenas es sumamente complejo y en este caso va mas allá de uno de sus
principales objetivos, que es la comercialización de sus productos y la retención del ex-
cedente.
Es necesario trabajar a la par, ya que los problemas son múltiples. En el caso del
CJ el panorama es también convulso, y muy probablemente de renovación. Asimismo, a
nivel local, es urgente atender el relevo generacional en el campo y uno de los principa-
les retos es lograr que el campo sea una opción atractiva para estos jóvenes y que el ser
campesino no signifique muerte ni desesperanza.
No hay que olvidar que estas organizaciones han sido capaces de abrirse paso en
el mercado internacional, donde se encuentran haciendo presencia a través de sus pro-
ductos miles de familias campesinas e indígenas que nos siguen diciendo a gritos que la
historia de nuestro país no puede ser escrita sin ellos y que nos demuestran que el modo
de vida campesino deviene también en estrategia política y económica y sobre todo en el
afán de llevar una vida digna donde podamos jalar parejo aun con nuestras particulares
diferencias.

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Bibliografía
[1] BARTRA, Armando. Los nuevos herederos de Zapata. Campesinos en movimiento
1920 – 2012. D.F.: Circo Maya, CNPA, PRD, Secretaría de Trabajadores del Campo
Desarrollo Rural y Pueblos Indios, 2012.

[2] Fair Trade Organization International. Informe anual 2012 – 2013. FLO. [en línea]:
http://www.fairtrade.net/fileadmin/user_upload/content/2009/resources/2012-13_
AnnualReport_FairtradeIntl_web.pdf.

[3] JURADO, Silvia. Bartra Armando. “Cómo sobrevivir al mercado sin dejar de ser
campesino”. Veredas. Revista del pensamiento sociológico. 2012, año 13, número
especial, segundo semestre. D.F.: Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología,
Universidad Autónoma Metropolitana, pp. 182 – 191.

[4] VANDERHOFF, Francisco. Excluidos hoy, protagonistas mañana. México: Mario


Bladimir Monroy, 2005.

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ARTÍCULO

WWW. SICETNO.ORG UNA BASE DE DATOS


PARA ESTUDIAR LA CULTURA POLÍTICA
INDÍGENA Y LA CONFLICTIVIDAD ÉTNICA
EN LAS AMÉRICAS

Natividad Gutiérrez Chong

Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación - UNAM


Departamento de Acervos Digitales
“www. sicetno.org Una base de datos para estudiar la cultura política indíge-
na y la conflictividad étnica en las Américas”, Natividad Gutiérrez Chong
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WWW. SICETNO.ORG UNA BASE DE DATOS PARA ESTUDIAR


LA CULTURA POLÍTICA INDÍGENA Y LA CONFLICTIVIDAD ÉT-
NICA EN LAS AMÉRICAS
Resumen
Tomando en consideración la abundancia de organizaciones, perfiles ideológicos, formas
de liderazgo, tipos de demandas, capacidad de formar alianzas, es fundamental construir
herramientas que contribuyan al estudio de los pueblos indígenas y el Estado. Así, surge


el Sistema de Consulta de Organizaciones Políticas y Conflictos Étnicos en las Américas
www.sicetno.org para contribuir a subsanar la profunda y enorme desinformación que
prevalece sobre las formas de participación política
de los pueblos indígenas. Otra razón, que motivo su
construcción es la de generar estudios confiables so-
bre la cultura política indígena, desterrando o des-
mintiendo algunos mitos que han confundido la for-
Esfundamental construir ma de hacer política de los pueblos indígenas.
herramientas que contribuyan
al estudio de los pueblos
indígenas y el Estado.
“ Palabras clave: Palabras clave: sicetno pueblos indí-
genas, indígenas, movimientos indígenas, base de
datos, cultura política indígena.

Palabras clave: sicetno, pueblos indígenas, mo-


vimientos indígenas, base de datos, cultura política
indígena.

THE COMMUNITY POLICE IN GUER-


RERO: AN ALTERNATIVE SYSTEM OF SECURITY AND JUSTICE
Abstract
The purpose of this article is to show to a wider public the digital platform SICETNO (Siste-
ma de Consulta de Organizaciones Indígenas y Conflictos Étnicos en las Américas) www.
sicetno. org. This platform includes two online data bases: Ethnic Conflicts and nation-
alisms in the Americas (CETNA) and Political Indigenous Organizations of Latin America
(ORGINDAL). CETNA includes 83 conflicts in three regions of the American Continent; most
of these conflicts are related to projects of extraction of natural resources and the emer-
gent political activism. ORGINDAL stores 168 political organizations founded by indige-
nous organizations of Mexico, Ecuador, Bolivia and Chile showing their projects regarding
inclusive democracy and pluri national or multicultural state formation. This platform is
access free. Both data bases of qualitative data are research results of several research

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projects on indigenous political culture and ethnic conflict carried out at the Institute of
Social Research, National University of Mexico. Some of objectives of SICETNO are: to
develop a system of digital archive that hosts updated information on indigenous political
culture and ethnic conflict. To store models and proposals of autonomy and free determi-
nation which have being put forwarded by political organizations of Mexico, Ecuador, Bo-
livia and Chile. The platform is a tool of research which allows studying the contemporary
ethno politics of indigenous peoples taking place in the nation-state.

Keywords: sicetno, ethnic conflicts

WWW. SICETNO.ORG UNA BASE DE DATOS PARA ESTUDIAR


LA CULTURA POLÍTICA INDÍGENA Y LA CONFLICTIVIDAD ÉT-
NICA EN LAS AMÉRICAS

Antecedentes

E
l déficit de la democracia en México se expresa con más contundencia en la falta
de acceso que tienen los pueblos indígenas al estado, por lo tanto, hay carencia
de garantías a los derechos civiles y sociales de esta ciudadanía diferenciada. Los
pueblos indígenas han carecido de participación en la organización del poder del estado-
nación contemporáneo, en el espacio donde se toman las decisiones con respecto a la
distribución de los bienes, menos aún en el control y en la administración de sus recur-
sos. Todos los pueblos indígenas tienen en común la pobreza estructural. Pero también
experimentan una exclusión social en términos amplios. Es decir, una falta de prestigio
cultural, y un sinnúmero de restricciones que les impide participar en la vida local y na-
cional. En consecuencia, experimentan una profunda exclusión social, política y cultural,
una verdadera privación de oportunidades para su bienestar y desarrollo. El desarrollo
como condición para la modernización del Estado-nación ha sido muy desigual, dado que
los pueblos indígenas no se han beneficiado del bienestar social, son marginales aunque
sus tierras y recursos naturales son, por lo general, bienes de gran valor

Por cultura política entendemos que son los valores, concepciones y actitudes que se
orientan hacia el ámbito específicamente político, es decir, el conjunto de elementos
que configuran la percepción subjetiva que tiene una población respecto del poder (J.
PESCHARD, en línea http://www.ife.org.mx/documentos/DECEYEC/la_cultura_politica_
democratica.htm). Y tal definición posibilita entender que la población indígena desarro-
lla diferentes niveles y tipos de organización mediante las cuales procesa sus creencias,
imágenes y percepciones sobre su entorno político y de qué manera éstas influyen tanto
en la construcción de las instituciones y organizaciones políticas de una sociedad como
en el mantenimiento de las mismas y los procesos de cambio.

Sobre la forma de hacer política de las sociedades indígenas hay un gran desconocimien-

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to, lo que da lugar a que subsistan algunas ideas muy extendidas sobre la cultura política
indígena, que no son empíricamente verificables. Por ejemplo, hay por lo menos dos
formas de apreciar la cultura política indígena a través de la noción muy conocida de
“movimiento indígena”. Por un lado, está la corriente de tratar al “movimiento indígena”
como uno solo, una gran corriente aglutinadora y con un liderazgo que comparte deman-
das, aun superando las numerosas fronteras estatales y regionales, las barreras étnicas
y lingüísticas que dividen a los mismos pueblos indígenas. Desde los años 80 existen
organizaciones indígenas de éste tipo que buscan articular las diferentes formas de orga-
nización local para contrarrestar la dispersión y conjuntar esfuerzos. Un ejemplo ha sido
la Asamblea Nacional Indígena Plural por la Autonomía A.C. ANIPA. Fundada en 1995 y
presuntamente disuelta hacia el 2008 siendo su último dirigente la amuzga de Guerrero,
Martha Sánchez Néstor.

Por otro lado, se configura una heterogeneidad de movilizaciones o acciones colectivas


de diferente impacto, que no obedece a líneas generales organizativas, de liderazgo ni
ideológicas. Otra generalización es asociar la capacidad política de las organizaciones
indígenas a la movilización del EZLN, como solía asegurarse. La cultura política indígena
en el conjunto de los estados de la federación, se desenvuelve muy al margen del neo
zapatismo chiapaneco o del uso de la violencia como amenaza.

Tomando en consideración la abundancia de organizaciones, perfiles ideológicos, formas


de liderazgo, tipos de demandas y capacidad de formar alianzas, es fundamental cons-
truir herramientas que contribuyan al estudio de los pueblos indígenas y el Estado. Así,
surge el Sistema de Consulta de Organizaciones Políticas y Conflictos Étnicos en las Amé-
ricas www.sicetno.org para contribuir a subsanar la profunda y enorme desinformación
que prevalece sobre las formas de participación política de los pueblos indígenas. Otra
razón, que motivó la construcción del sitio fue la de generar estudios confiables sobre la
cultura política indígena, desterrando o desmintiendo algunos mitos que han confundido
el ejercicio político de los pueblos indígenas.

El hecho de que la representación política de los pueblos originarios sea muy incipiente
no significa que haya pasividad o indiferencia hacia la políticahacia el ejercicio democrá-
tico ni hacia los daños y amenazas que con frecuencia enfrentan. Las sociedades indíge-
nas tienen su propia historia de movilización, de lucha y de protesta, por lo que están
lejos de ser pasivas, indiferentes o apáticas, sin embargo el control autoritario hacia es-
tos grupos se expresa con más contundencia. Además están mayoritariamente privadas
o limitadas de un recurso esencial para el funcionamiento de la democracia: el acceso a
la información y el control de sus medios de comunicación. Un caso muy frecuente entre
las organizaciones de indígenas es su gran vulnerabilidad ante las estructuras corporati-
vistas impuestas por las élites políticas para movilizarlas o desmovilizarlas, principalmen-
te, mediante la cooptación de líderes, la violencia y la represión.

Este artículo tiene como fin dar a conocer la plataforma digital SICETNO que está inte-
grada por dos bases de datos en línea: Conflictos étnicos y nacionalismos en las Américas
(CETNA) y Organizaciones políticas indígenas de América Latina (ORGINDAL). Ambas ba-

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ses de datos cualitativos son insumos de varias investigaciones sobre la cultura política
indígena y la conflictividad étnica, realizadas en el Instituto de Investigaciones Sociales
de la Universidad Nacional Autónoma de México, bajo la coordinación de la doctora Na-
tividad Gutiérrez Chong, y recibieron financiamiento de la Delegación de la Comisión Eu-
ropea en México, del Programa PAPPIT- DGAPA UNAM y del Consejo Nacional de Ciencia
y Tecnología (SEP-CONACYT 128183). Con estos financiamientos ha sido posible llevar a
cabo un extenso trabajo de campo que incluyó a México, Bolivia, Ecuador y Chile y tam-
bién permitió desarrollar la parte tecnológica de esta investigación cualitativa.

Con el desarrollo de esta amplia investigación se ha logrado formar un equipo de jóve-


nes investigadores, entre ellos, la doctora Juana Martínez Reséndiz y la maestra Francy
Sará, que se han especializado en etnicidad y nacionalismo, y además han incursionado
innovadoramente en la aplicación de las tecnologías de la información al desarrollo de
la investigación cualitativa. Para realizar las distintas actividades de SICETNO tuvimos en
cuenta los siguientes objetivos:

1. Crear y desarrollar un sistema de consulta digital con información actualizada de las


organizaciones de los pueblos indígenas y de los conflictos étnicos que ocurren en las
Américas.

2. Ofrecer una plataforma digital en la que se incluyen las propuestas y modelos de au-
tonomía y libre determinación que han diseñado y ejecutan algunos pueblos indios de
México, Ecuador, Bolivia y Chile.

3. Construir y desarrollar una plataforma digital que pueda ser accesible a las organi-
zaciones indígenas cuando la técnica de negociación política, tal como el cabildeo o el
consenso, sean requeridos en asuntos de interés jurídico indígena.

4. Crear una plataforma que posibilite la actualización y retroalimentación de la informa-


ción sobre acción colectiva y conflictividad indígenas, y que sirva para ampliar su difusión
dentro y fuera del país, aprovechando las posibilidades que ofrece la globalización digital
de la Internet.

5. Ampliar y fortalecer la capacidad política de los pueblos indígenas. La plataforma digi-


tal permitirá el acceso de las minorías étnicas a la representación política, al contar con
medios de intercomunicación y actualización de información. La representatividad políti-
ca de minorías se ha convertido en un indicador para evaluar la calidad de la democracia
en los sistemas políticos contemporáneos.

6. Contribuir al desarrollo de la cultura política de los pueblos indígenas por medio de


la tecnología que hará posible un acercamiento entre las organizaciones indígenas y el
gobierno, con el fin de conocer el diseño y la ejecución del marco jurídico mexicano y su
vinculación con las demandas de los pueblos indígenas. El funcionamiento de la plata-
forma digital permitirá fortalecer las iniciativas de los pueblos originarios en materia de
consultas públicas.

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CETNA: La conflictividad étnica de las Américas


El enfoque de ésta base de datos, es demostrar la alta conflictividad étnica que afecta
intereses indígenas y que se manifiesta en la trasgresión, el riesgo y el daño que enfren-
tan los pueblos originarios de América Latina. Hasta hoy, la base identifica 83 conflictos
en 19 estados-nación de las Américas; conflictos relacionados con la utilización de re-
cursos naturales, extracción de recursos renovables y no-renovables y daños al medio
ambiente. Son conflictos contextualizados en la capacidad del activismo indígena que
logra denunciar y dar visibilidad a daños y amenazas a sus territorios y recursos natura-
les. Se trata de múltiples demandas que buscan su inclusión en el estado del siglo XXI,
esto implica que sean tomados en cuenta como actores políticos y sean consultados en
las agendas de desarrollo.

La lista de los daños ocasionados es larga: utilización de agroquímicos, fumigaciones tó-


xicas, contaminación de vías pluviales, por extracción de petróleo y gas, plantaciones
agroindustriales, acaparamiento de tierras (land grabbing), exposición de desechos tó-
xicos y residuos metalúrgicos a cielo abierto; además la, construcción de carreteras, de
presas hidroeléctricas o desarrollos inmobiliarios y centros turístico completan la lista de
las afectaciones hacia las comunidades indígenas. Las organizaciones han denunciado la
aparición de enfermedades en la piel y respiratorias, así como desplazamientos forzados
y la criminalización de la protesta.

IConflicto en Puerto Vega Te-


teye; los campesinos solicitan
la derogatoria de la licencia
ambiental 0551 y exigen la no
fumigación. Imagen: Agencia
Prensa Rural 10 años

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La investigación nos permitió identificar cinco ejes analíticos para facilitar la búsqueda de
información y destacar los conflictos más frecuentes y recurrentes:

1. Territorio, recursos naturales y desplazamiento


2. Empresas nacionales y trasnacionales
3. Demandas y reconocimiento de derechos indígenas en las democracias actuales.
4. Conflictos interétnicos
5. Medio ambiente.

Durante la investigación y diseño de CETNA comprendimos que era insuficiente detec-


tar y registrar un conflicto, de ahí que una aportación del equipo de investigación haya
sido el esfuerzo por analizar la dinámica del conflicto a partir de su gestación, su madu-
ración y la participación de varios actores en las distintas facetas de la confrontación.
Los resultados de ésta investigación dan cuenta de una extensa información empírica y
documental que, debido a su magnitud y complejidad, está analizada en dos volúmenes
(GUTIÉRREZ Chong (coordinadora), 2013).

En las últimas décadas del siglo pasado y, enfáticamente, en lo que va de éste, es visible
una conciencia y un activismo político expresada en organizaciones indígenas locales,
nacionales e internacionales que ha denunciado que el tipo de desarrollo vinculado a los
planes económicos de los gobiernos nacionales ha implicado distintos tipos de violencia
y graves atentados a los derechos humanos. Y sobre algunos aspectos de éste vasto tema
se ocupa ORGINDAL.

ORGINDAL: las organizaciones indígenas y la cultura política


En ORGINDAL tuvimos el propósito de averiguar hasta donde fue posible, cuál sería el en-
tendimiento que las organizaciones tienen de uno de los derechos más controvertidos y
menos entendidos en el contexto del multiculturalismo constitucional (COTT, 2005) que
se ha expandido por toda América Latina: el derecho a la libre determinación y la auto-
nomía. En México, por ejemplo, hay una ley en materia de derechos y cultura indígenas
pero carece de legitimación social, por lo tanto, es una iniciativa de ley que permanece
en el estancamiento y, por consiguiente, atrasa el diseño de una política pública con
miras a construir autonomías territoriales, como ocurre en todas las partes del mundo
donde se han construido autonomías como formas de coexistencia étnica.

Hemos investigado 168 organizaciones fundadas por indígenas en México, Bolivia, Ecua-
dor y Chile. La gran mayoría de las organizaciones, el 61%, o sea 79 organizaciones, no
ignoran este derecho, más bien, hay varias formas de interpretarlo y de llevarlo a cabo
como se muestra en los datos de esta base. En el continente americano hasta ahora, nin-
gún estado-nación ha instaurado una política de autonomía para pueblos indígenas, que
sea operativa y que esté en manos de administradores y profesionales.

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IConflicto en Puerto Vega Te-


teye; los campesinos solicitan
la derogatoria de la licencia
ambiental 0551 y exigen la no
fumigación. Imagen: Agencia
Prensa Rural 10 años

En el contexto político de América Latina han surgido y siguen surgiendo numerosas


organizaciones, pero frecuentemente estas no logran tener capacidad de hacer alianzas,
constituirse en organizaciones de amplia representatividad regional o nacional, o bien
transformarse en partidos políticos con identidad étnica. Una de nuestras metas en la
construcción de ORGINDAL ha sido reunir y estructurar información que nos permita
dar respuesta a algunas de las interrogantes antes señaladas. En el transcurso del 2014
podremos mostrar resultados publicados acerca de los hallazgos con respecto a las for-
mas de hacer política de los indígenas organizados, ya que el equipo de investigación se
encuentra redactando el manuscrito “La cultura política de las organizaciones indígenas
de Ecuador, Bolivia, Chile y México”.

Conclusión
Los indígenas frente al desarrollo y a la democracia intercultural.

Cada vez se reduce más el territorio, se vuelve más conflictiva la extracción de recursos
naturales, no hay expectativa alguna de movilidad social para incrementar el empleo
indígena, y las ciudades son muy hostiles a los indígenas migrantes. Tan sólo en la ciudad
de México, se calcula que hay entre 3,000 y 30,000 indígenas dedicados al comercio
ambulante, al trabajo doméstico, la industria de la construcción e incluso la mendicidad.
Existe aún 29% de indígenas que habitan el medio rural. Además hay conciencia de la
gran responsabilidad de conservar de los recursos naturales y el medio ambiente. Por
esto, los indígenas organizados enfatizan en la importancia del desarrollo sustentable
de los recursos naturales, la capacitación y la asistencia técnica, lo cual los ha llevado a
tomar la filosofía del “buen vivir” y del desarrollo sin daños al medio ambiente, a las per-

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na y la conflictividad étnica en las Américas”, Natividad Gutiérrez Chong
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sonas o a los seres vivos; el desarrollo sin violencia y sin amenazas, es ahora la bandera
ideológica de muchos de sus proyectos organizativos y de defensa.

América Latina experimenta un resurgimiento étnico sin precedente. Por un lado, existe
un marco jurídico de reconocimiento constitucional a los grupos diferenciados expresa-
dos en el derecho a la autonomía y la libre determinación. Por otro lado, ha ido creciendo
un activismo y una capacidad de autodefensa y resistencia frente a los daños al medio
ambiente y a su territorio, así como a la criminalización de la protesta derivada de su
capacidad de defensa frente a la prohibición de realizar actividades económicas tradicio-
nales, como la pesca del pueblo Cucapà en el rio Colorado, o la defensa de territorios de
los Mapuche en Chile.

A lo largo del continente se ha ido creando un extenso rechazo a los megaproyectos


vinculados con la globalización y el capital trasnacional. Parte central de este rechazo es
la experiencia de que las actividades económicas son insensibles a las necesidades e in-
tereses indígenas, también, se percibe como una intromisión en la soberanía nacional de
los estados. Se realizan obras sin existir una consulta previa; los indígenas han expresado
en numerosas ocasiones no contar con información suficiente ni adecuada acerca de los
proyectos de desarrollo que derivan en la privatización de tierras y recursos naturales.
Es rechazar un desarrollo y urbanización que los excluye o seguir contribuyendo al de-
sarrollo para el beneficio de otros. El conflicto étnico actual se define porque los grupos
étnicos dentro del estado, aún cuando han sido reconocidos constitucionalmente, siguen
siendo saqueados en su fuente principal de vida. Es una respuesta que expresa su recha-
zo a seguir siendo empujados al ecocidio, al etnocidio, al exterminio y al desplazamiento
forzado.

Vista de la página www.


sicetno.org en el mapa se
identifican las organizacio-
nes indígenas a lo largo del
contienente americano.

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Una de las utilidades que reporta esta base de datos, es la investigación que reciente-
mente realizamos para el Centro de Estudios para el Desarrollo de la Democracia del
Instituto Federal Electoral. Partimos de ésta base para profundizar y actualizar la acción
política de las organizaciones políticas de indígenas con mayor visibilidad en el terreno. A
fin de conocer, por un lado, los valores y prácticas que ejercen en sus gestiones organiza-
tivas y con respecto a las de las instituciones formales y, con esos insumos, contribuir a
la construcción de una democracia intercultural. Partimos de la hipótesis de que las or-
ganizaciones indígenas mexicanas muestran una creciente desconfianza en el Instituto
Federal Electoral y en los procesos electorales debido a que su falta de visibilidad los
convierte en minorías sin representación política. Los valores y prácticas de la democra-
cia, según los entrevistados, resultó ser una fuente indispensable para evaluar posibles
definiciones de la democracia y obtener una apreciación si dichos valores y prácticas son
o no afines entre las organizaciones y el IFE. Se obtuvieron datos por separado sobre
definiciones y prácticas de los valores asociados a la democracia compartidos tanto por
las organizaciones como por el IFE. Con ésta información subjetiva se puede obtener un
panorama de cómo los indígenas organizados políticamente perciben la democracia y
ello resulta ser un insumo de gran utilidad para construir la interculturalidad.

Bibliografía
COTT, Dona Lee van, Indigenous Peoples and Latin American Security, Honolulu: Univer-
sity Press of the Pacific, (2005).

GUTIÉRREZ Chong Natividad (coordinadora), Etnicidad y conflicto en las Américas, Terri-


torios y reconocimiento constitucional, Volumen I, Instituto de Investigaciones Sociales,
UNAM, México, y Etnicidad y conflicto en las Américas, Violencia y Activismo político,
Volumen II, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM, México, (2013).

PESCHARD Jaqueline, La cultura política democrática en: http://www.ife.org.mx/docu-


mentos/DECEYEC/la_cultura_politica_democratica.htm (Consultado 29/04/2014)

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ARTÍCULO

AUTONOMÍA POLÍTICO-ORGANIZACIONAL
RURAL Y SOLIDARIDAD GLOBAL. LA UCIRI
Y EL COMERCIO JUSTO EN MÉXICO

Carlos Chávez Becker

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“Autonomía político-organizacional rural y solidaridad global. La UCIRI y el
Comercio Justo en México”, Carlos Chávez Becker
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AUTONOMÍA POLÍTICO-ORGANIZACIONAL RURAL Y


SOLIDARIDAD GLOBAL. LA UCIRI Y EL COMERCIO JUSTO EN
MÉXICO
Resumen
El presente artículo tiene como finalidad mostrar las posibilidades que ha abierto la soli-
daridad global para romper la cadena de dependencia y control autoritario que se ejerció
y continúa siendo ejercida sobre miles de organizaciones de productores en el medio


rural mexicano. El supuesto que se busca analizar es que la posibilidad de construcción
de proyectos autogestivos y autónomos impulsados por organizaciones rurales que lo-
graron, hasta cierto punto, romper con el dominio
clientelar y corporativista por parte del Estado-par-
tido (Partido Revolucionario Institucional - PRI) en
...el establecimiento de México, puede ser potenciada con la construcción de
alianzas en el ámbito global. En particular, esta rela-
una relación de corte civil ción causal se discute a la luz del caso de la Unión de
con los diferentes órdenes Comunidades Indígenas de la Región del Istmo (UCI-
RI), una organización que agrupa a productores de
de gobierno posibilita, café de diferentes etnias indígenas en la Sierra Juárez
hasta cierto punto, una
gradual autonomización de
organizaciones rurales.
“ en el estado de Oaxaca y que a través de su vínculo
con el movimiento-mercado del comercio justo, lo-
gró desprenderse y alejarse de las redes corporativas
del PRI. La conclusión es que, efectivamente, estas
redes de solidaridad global que reúnen comunida-
des epistémicas estructuralmente diferenciadas,
contribuyeron de manera muy significativa en la po-
tenciación del amplio margen de autonomía político-
organizacional con las cuales hasta la fecha cuenta la
UCIRI. Por ello, esta es una vía, hasta cierta medida, alentadora para pensar alternativas
de autonomización en las organizaciones rurales mexicanas.

Palabras clave: UCIRI, autonomía, organizaciones rurales, solidaridad global, comercio


justo, corporativismo.

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POLITICAL-ORGANIZATIONAL RURAL AUTONOMY AND


GLOBAL SOLIDARITY. UCIRI AND FAIRTRADE IN MEXICO
Abstract
This paper’s objective is to show the possibilities that global solidarity have in order to
break up the chains of dependence and authoritarian control that has been imposed over
thousands of producers’ organizations in the rural sector in Mexico. The main hypoth-
esis to be analysed in this article is that the possibility to put in motion self governed
and autonomous productive projects leaded by rural organizations in Mexico, that could
leave behind the corporative and clientelistic control from PRI (Partido Revolucionario
Institucional), could be materialized and strengthen by building global solidary alliances.
In particular, this causal relationship is discussed under the light shed by the case of UCIRI,
which is an organization that join together indigenous coffee producers in Sierra Juarez
in Oaxaca State and that, through its participation in the Fairtrade market-movement,
could put itself far from the corporatist network of PRI. The main conclusion in this article
is that the networks of global solidarity, that gather very different epistemic communities,
contributed effectively enhancing the perimeter of political-organizational autonomy that
UCIRI had and still have. Therefore, this is one way to think alternatives to reach autono-
my in Mexican rural organizations, especially useful when many other projects and efforts
have failed consistently.

Keywords: UCIRI, autonomy, rural organizations, global solidarity, Fairtrade, corporat-


ism.

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AUTONOMÍA POLÍTICO-ORGANIZACIONAL RURAL Y


SOLIDARIDAD GLOBAL. LA UCIRI Y EL COMERCIO JUSTO EN
MÉXICO

Introducción

¿
Cómo romper la larga y pesada tradición, patrimonialista-corporativa y clientelar,
de control autoritario en las organizaciones en el medio rural mexicano hoy en día?
Esta es una de las preguntas que durante décadas, numerosos investigadores y ana-
listas del medio rural se han propuesto responder. Es, por decirlo muy directamente, uno
de los temas privilegiados en la discusión de la acción colectiva rural en nuestro país.
En esta discusión, se han planteado y analizado posibles respuestas desde muy
diversas alternativas y desde variadas perspectivas. Se ha planteado, por ejemplo y des-
de una lógica ciertamente emancipadora y autogestiva, que este proceso puede ocurrir
como consecuencia de la implementación de exitosos procesos productivos autosusten-
tables. Desde otra óptica, neo institucional, se ha visto que el establecimiento de una re-
lación de corte civil con los diferentes órdenes de gobierno posibilita, hasta cierto punto,
una gradual autonomización de organizaciones rurales, usualmente dependientes de los
intercambios que se llevan a cabo con partidos políticos y funcionarios gubernamentales
mediatizados por éstos. También se ha explicado que el trabajo coordinado entre dife-
rentes organizaciones, es decir, la construcción de esfuerzos asociativos de segundo y
tercer nivel, puede ser un factor que potencialmente contribuye en procesos autonómi-
cos en las organizaciones del medio rural mexicano.
Lo cierto es que ninguna de estas explicaciones causales ha resuelto de forma
cabal la discusión que se plantea. Por ello, es necesario y conveniente continuar por la
ruta de la exploración de casos que permitan conocer y analizar experiencias en las que
sea posible encontrar nuevos mecanismos que redunden paulatinamente en el resque-
brajamiento de las redes de control social típicas del régimen autoritario encabezado
por el binomio PRI-Gobierno. Es verdad que, como en todo fenómeno político y social, la
construcción de una respuesta más precisa requiere un análisis multifactorial en el que
se contemplen y tomen en cuenta aspectos diversos. Esto nos lleva a la construcción de
una lógica causal más compleja, pero probablemente más comprensiva.
La idea, tomando en cuenta lo anterior, es explicar brevemente la experiencia de
la Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo (UCIRI en lo sucesivo) en su
búsqueda por establecer formas autonómicas de organización colectiva indígena en su
zona de influencia. Nos interesa observar los mecanismos que han permitido a la orga-
nización, hasta cierto punto y a lo largo de sus más de treinta años de existencia, mante-
nerse como una alternativa organizacional autónoma para miles de productores de café
en decenas de comunidades de la Sierra Juárez en el Estado de Oaxaca en México.
La hipótesis central es que la UCIRI ha logrado consolidarse como una organiza-
ción con un elevado grado de autonomía. Esto se debe, en muy buena medida, a que lo-
gró establecer una red de solidaridad global amplia y compleja que le permitió allegarse
recursos con los que pudo romper lazos de dependencia y control político que han sido

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muy efectivos con otras organizaciones de la región y, en general, han sido un mecanis-
mo muy efectivo de dominio sobre lo social organizado rural.
Para estructurar esta presentación, este trabajo se divide en cuatro partes. En la
primera se discute muy brevemente la naturaleza de las relaciones corporativas y clien-
telares montadas por el régimen priista durante el siglo XX. En el segundo apartado se
hace una breve narración sobre la manera como se creó la UCIRI, sus principales supues-
tos organizacionales y situación actual. En el tercer apartado se explica la forma como la
organización se vinculó y contribuyó en la construcción del llamado Comercio Justo (CJ
en adelante), una amplia red de solidaridad global con productores pobres de países en
desarrollo. Finalmente, a manera de conclusión, se hace una análisis de las perspectivas
y potencialidad de este tipo de relaciones transnacionales como una forma de romper la
dependencia clientelar y corporativa de numerosas organizaciones rurales mexicanas.

Imagen: Grupo Emaús F.S.

El corporativismo y el clientelismo rural mexicano


En México, durante el periodo autoritario hegemonizado por el sistema conformado por
el PRI y el gobierno encabezado por el presidente de la república, se buscó de manera
general y sistemática controlar, maniatar y subsumir la actividad organizada de la socie-
dad. Regularmente, las organizaciones y asociaciones existentes, compartían una serie
de características generales1:
[1] Esta lista es de autoría
propia pero realizada
con base en MACKINLAY
• Liderazgos fuertes y continuamente vitalicios.
y Otero (2006), CARTON • Estructuras autoritarias y verticales de gobierno.
de Grammont (2008) y
CARTON de Grammont • Control y dominio a través de prácticas burocrático-administrativas.
y Mackinlay (2006). • Elites organizacionales separadas y muy alejadas de las bases.
• Mecanismos poco claros para la toma de decisiones y la elección de dirigentes.

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• Control por parte de la dirigencia de los procesos de elecciones de las propias


dirigencias.
• Pocos o nulos espacios y oportunidades para la deliberación.
• Inexistentes o deficientes mecanismos de transparencia y rendición de cuentas.
• Cooptación y violencia como mecanismos de control de las disidencias internas.

Con estos mecanismos en funcionamiento, prácticamente cualquier esfuerzo de


acción colectiva que, incluso de manera discreta, planteara mantenerse por fuera del
perímetro del control priísta, era vista con recelo y preocupación por el establishment.
En este sentido, mucho se ha discutido sobre el papel que han jugado las grandes
organizaciones gremiales como la Confederación de Trabajadores de México, La Confe-
deración Nacional Campesina y la Confederación Nacional de Organizaciones Populares
en la construcción y preservación de este sistema. No es necesario abundar en ello. Lo
que sí resulta conveniente, es apuntar que desde una estructura jerárquica y diferencia-
[2] El INMECAFE fue la enti- da por niveles, la estrategia de control corporativo y clientelar extendía sus tentáculos a
dad pública creada para
promover y mejorar cada rincón del país y a cada sector de la economía o la política.
la práctica del cultivo
cafetalero en México.
Para el caso que nos ocupa, hay que decir que una buena cantidad de organiza-
Fue instalado en 1958 y ciones de productores de café fue incorporada al régimen a través del Instituto Mexicano
desmantelado en 1993.
del Café (INMECAFE)2. Según algunos (JAFFEE, 2007; ARANDA y Morales, 2002; FRIDELL,
[3] En efecto, para principios
de los ochenta, el orga-
2007; LEWIS, 2005), este organismo, aunque fue inicialmente concebido para apoyar a
nismo había creado, ini- los pequeños productores de café con asesoría técnica y la provisión de algunos insumos
cialmente para facilitar
la entrega de los apoyos como fertilizantes, a partir de la década de los setenta tomó un papel central en el sector
gubernamentales, 2,671 para promover su desarrollo. Su apoyo fue clave para miles de productores que, de otra
organizaciones que
aglutinaban a más de manera, quedaban a expensas de los “coyotes” locales. Sin embargo, en términos políti-
120 mil productores cos, el INMECAFE se convirtió en una de las herramientas privilegiadas para cooptar a los
de café, dos terceras
partes de los producto- productores de café, pues a través de las llamadas Unidades Económicas de Producción
res de café de la época
(LEWIS 2005: 16).
y Comercialización (UEPC), los organizó a nivel comunitario para luego afiliarlos, casi en
automático, a la CNC del PRI3.

Comparativo de precios del


café (Centavos de USD por
libra) Fuente: Elaboración
propia con base en Jaffee
(2007), ICO (2009), y Van-
derHoff (2005)

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En particular, en la Sierra Juárez de Oaxaca y, concretamente, en el área en la


que UCIRI se extendería años después, a finales de los sesenta y durante la década de los
setenta, operaban dos organizaciones que peleaban la hegemonía en la comercialización
del café: la UEPC, relacionada directamente con el INMECAFE y, por ende, con el gobier-
no federal, y la Unión de Pequeños Productores de Café (UPPC), afiliada directamente
a la CNC del PRI. Ambas organizaciones, si bien en un inicio se crearon para mejorar las
condiciones de comercialización del café, en poco tiempo quedaron bajo el control de los
caciques locales, pertenecientes al PRI (COBO y Bartra, 2007). Con esto se puede apreciar
con claridad el gran alcance de las redes corporativas del PRI en aquellos años.
Con todo, el sistema corporativo-clientelar, tal como operó durante buena parte
del siglo XX, presentó signos de agotamiento en las últimas décadas del viejo milenio. Al
menos dos factores explican su debilitamiento. Por un lado, dicho control se erosionó
fuertemente cuando se acortaron los recursos estatales como consecuencia de la im-
plementación del programa de ajuste estructural en México, emprendido a partir de la
década de los ochenta, lo cual provocó que los controles autoritarios se endurecieran,
al menos por un tiempo. Por el otro, la persistente lucha de grupos y organizaciones que
se resistieron a caer en manos del control priísta. Una lucha, por cierto, llena de eventos
violentos contra organizaciones sociales, sindicatos y movimientos que resintieron con
toda dureza la represión estatal y la inflexibilidad del régimen autoritario.
Para algunos autores, el proceso de transformación del régimen corporativo y
clientelar hacia un escenario más pluralista en el campo mexicano, está lejos de haber
concluido debido a que se han generado nuevos mecanismos de control y coerción por
parte del régimen o los partidos políticos (o se han sofisticado los antiguos) y también
porque permanece la dependencia de innumerables organizaciones campesinas hacia
los recursos que dichos actores les pueden aportar. Se trata, en buena medida, de un
nuevo escenario en el que las organizaciones campesinas se convierten en aparatos de
recolección de fondos públicos (generalmente de los programas focalizados en el apoyo
a la producción o el abatimiento de la pobreza, entre otros), tendencia que ha lleva-
do a algunos a hablar de un periodo “neocorporativo” (CARTON de Grammont, 2008)
o “semi-clientelista” (FRIDELL, 2007). Sin embargo, y por eso nos parece importante el
trabajo de la UCIRI y otras organizaciones vinculadas con el movimiento del CJ, algunas
agrupaciones han alcanzado un mayor nivel de autonomía al encontrar fuentes de finan-
ciamiento y apoyo fuera del país con organizaciones solidarias.

UCIRI, nacimiento de una esperanza


La UCIRI fue creada en el año de 1983 en la comunidad de Guevea de Humboldt en la Sie-
rra Juárez del Estado de Oaxaca en México. Es el resultado organizativo de una reflexión
que algunos productores llevaron a cabo sobre las circunstancias económicas y sociales
que prevalecían en la región, por iniciativa de una Misión de la Diócesis de Tehuantepec
enviada por el Obispo Arturo Lona durante los años de 1981 y 1982. En la misión, el papel
del sacerdote Frans VanderHoff fue muy importante, tal como el seguimiento que dio a
la organización, ya que incluso se quedó a vivir en la zona y así lo hace hasta la actualidad.
En dichas reuniones, los productores de café se dieron cuenta de que el principal pro-

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blema que enfrentaban, debido a que era origen y causa de otros numerosos rezagos y
carencias, era el bajo precio que recibían por el café que cultivaban en la zona. Se cons-
tató después que el café que se produce en la región es de buena calidad, de la clase
arábica, por lo que la razón que explicaba los bajos precios del aromático no era un tema
relacionado con la calidad. En realidad, como parte de las redes de control político y de
dominio autoritario, se dejó crecer en la Sierra Juárez una extensa red de intermediarios,
especuladores y acaparadores, que bajo el nombre genérico de “coyotes”, controlaban
la comercialización del grano al amparo de los caciques locales.
Los coyotes disfrutaban de plena libertad para hacer sus negocios, con los cua-
les sacaban márgenes de utilidad muy amplios. Con el comercio del café, el negocio era
redondo: pagaban precios irrisorios a los productores locales y lo vendían a muy buen
precio en los centros de distribución que se encontraban en los conglomerados urbanos
cercanos donde era muy difícil llegar a los productores.
De acuerdo con VanderHoff (2005), a principios de los ochenta, cuando se cayó
el precio internacional del café, éste se podía intercambiar por otros productos como
frijol, maíz, abarrotes varios, entre otros. El primero se intercambiaba a razón de un kilo-
gramo por veinte kilogramos de café.

Imagen: Nelo Mijangos.

En otros trabajos (CHÁVEZ y Natal, 2008) hemos documentado otros negocios


con los cuales los coyotes expoliaban a los habitantes de la zona: la venta de produc-
tos de primera necesidad, la usura, los servicios financieros y el transporte, entre otros.
Todos eran oportunidades para hacer rentables negocios a costa de los productores de
café, sus familias y otros habitantes de la zona.
Es importante señalar que la UCIRI se formó, desarrolló, consolidó y opera fun-
damentalmente en poblaciones muy pequeñas, ubicadas en regiones montañosas, con
una elevada proporción de población indígena y un alto o muy alto grado de margina-

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ción, mortalidad infantil y analfabetismo, así como un muy bajo nivel de ingreso y de
desarrollo humano, donde la actividad primordial es el sector primario4, la tenencia de
la tierra es casi por completo propiedad comunal y son regidas por el sistema de usos y
costumbres.
Esta composición sociodemográfica, aunada a diferencias étnicas notables, ha-
cía pensar como una meta muy complicada la generación de esfuerzos autónomos de
acción colectiva que permitieran a los productores de café y sus familias organizarse
para defender sus propios intereses y para mejorar sus condiciones de vida.
Sin embargo, treinta años después de haberse formado la UCIRI, el panorama no
sólo para sus socios, sino para grupos más extensos de las poblaciones en donde ésta
tiene presencia, ha cambiado notablemente.
Por un lado, la UCIRI, junto con otras organizaciones de cafetaleros que se forma-
ron posteriormente con su apoyo, definen el precio del café en la zona. Esto ya no queda
en manos de los coyotes como ocurría todavía hasta la década de los noventa. Si bien los
vaivenes del liberalizado mercado internacional del café afectan de manera importante
su precio, con el trabajo de estas organizaciones y sus aliados globales, el precio en la
zona mejoró. Pero más aún, por primera vez en décadas, los productores reciben pagos
por adelantado para iniciar la temporada, con lo que se puede planear y hacer estimados
de producción y ganancias (CHÁVEZ y Natal, 2012). Este es un cambio estructural que
transformó, hasta cierta medida, pesadas inercias económicas y sociales en la zona.
Hoy, la UCIRI cuenta con cerca de 2 mil 500 socios productores de café, pro-
venientes de unas seis etnias, y tiene presencia en casi cincuenta comunidades en la
Sierra Juárez en un perímetro muy amplio. La organización comercializa en mercados
internacionales más de mil toneladas de café y otros productos, como el maracuyá. Pero
además ha echado a andar una política de apoyo social muy importante a través de la
provisión de servicios, hasta hace poco inexistentes en la región o acaparados por los co-
yotes, una red de tiendas de abasto de productos básicos a precios justos, una fábrica de
ropa, una caja de ahorro que ofrece servicios financieros, clínicas de salud y una empresa
propia de transporte, entre muchos otros.
Hoy por hoy, la UCIRI es probablemente una de las organizaciones autónomas
campesinas más reconocidas a nivel nacional. Ha ganado una enorme presencia regional,
pero además es valorada positivamente en otros estados e, incluso, en otros países, por
la ayuda que ha brindado a organizaciones de productores que se plantean la construc-
ción de proyectos autogestivos autónomos como el que encabeza en la Sierra Juárez.

La UCIRI y el CJ
En un contexto tan adverso definido por la liberalización y caída de los precios del café,
por la retirada del Estado como garante y promotor del desarrollo de la producción cafe-
talera, por el “vacío de autoridad” (CHÁVEZ y Del Conde, 2014), por la pobreza, margina-
[4] Los datos desagregados ción y aislamiento de sus socios, por la falta de oportunidades, por la violencia y falta de
por municipio y locali-
dad (nivel comunitario) acción de los diversos órdenes de gobierno, por la histórica fragmentación comunitaria
se pueden consultar en
(CHÁVEZ, 2011).
prevaleciente en la zona, ¿cómo se alcanzaron tantos y tan importantes logros en un
lapso de tiempo relativamente corto?

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En el análisis de este caso, aunque hay otros factores, se debe rastrear la res-
puesta en la incorporación de la UCIRI en el CJ. Dos aspectos resultan relevantes para
nuestro análisis en este respecto.
En primer lugar, es relevante explicar que fue a través de las transacciones ca-
fetaleras en el CJ, como se logró mejorar los ingresos de los socios, pero además le per-
mitió a la organización tener recursos propios para operar y para poner en marcha los
diversos y numerosos proyectos que se mencionaron en el apartado anterior (VANDER-
HOFF, 2005).
De manera muy sintética, el CJ es un mercado alternativo que tiene como objeti-
vo contribuir a mejorar las condiciones de vida de productores primarios y trabajadores
del campo en los países en desarrollo. Se plantea como una opción de participación en
el mercado bajo condiciones de menor desigualdad económica y social, y su motor prin-
cipal es la solidaridad global entre comunidades epistémicas muy diferentes. Es un siste-
ma creado por pequeños productores en países en desarrollo y consumidores solidarios
en países desarrollados, con la finalidad de que los productores reciban un precio que
tenga relación directa con sus costos de producción y los consumidores puedan obtener
productos saludables y de buena calidad. Su supuesto primordial es que a través de la
disminución de los intermediarios que participan en las cadenas de comercialización de
sus productos es posible pagar un mejor precio a los productores primarios (ARDITI y
Chávez, 2006). El CJ es una propuesta que no sólo apuesta por el aumento en el ingreso
económico de los pequeños productores sino, además, pugna por el desarrollo social
al interior de las mismas organizaciones y de las comunidades donde ellos viven. El CJ,
desde que se puso en marcha a finales de la década de los ochenta, ha tenido un cre-
cimiento espectacular. Hoy en día, a través del también llamado mercado alternativo,
1,149 organizaciones de productores de países en desarrollo venden sus mercancías en
125 países. Esto implica que cerca de 1.3 millones de productores y sus familias se ven
beneficiados de las transacciones justas. Durante 2012 las ventas de productos dentro
del CJ llegaron a los 500 mil millones de euros, récord histórico, aunque una porción muy
pequeña del valor del comercio mundial (FLO 2014). Hoy, el CJ es una vasta y nutrida red
de organizaciones de muy distintos tipos que tiene presencia en prácticamente todo el
mundo (ARDITI y Chávez, 2006).
La UCIRI es parte importante de este esfuerzo de solidaridad global. En efecto,
la organización se incorporó al CJ prácticamente desde su creación. En realidad, el haber
contado desde su formación con el apoyo de Frans VanderHoff fue muy importante, ya
que este sacerdote, junto con su colaborador Nico Roozen, planeó y puso en marcha las
primeras transacciones justas a finales de los años ochenta. Estos primeros acuerdos,
hechos con tostadores y distribuidores solidarios en Holanda, derivaron en la creación
del primer sello del CJ, el label Max Haavelar, que después fue replicado en cerca de una
treintena de países en el mundo.
Este es el otro aspecto relevante de la participación de la UCIRI en el CJ. Por un
lado, la UCIRI y sus socios fueron beneficiarios del CJ, lo que les permitió recibir recursos
que tanto en el nivel individual como en el nivel organizacional y comunitario les permi-
tió romper la necesidad de recursos sólo disponibles, al menos en un inicio, a través de
las redes corporativas y clientelares del PRI. Pero por el otro, al ser algunos de sus miem-
bros los primeros arquitectos de las relaciones comerciales justas, la UCIRI sirvió como

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patrón de medida, como un modelo organizacional (JAFFEE, 2007; FRIDELL, 2007; SIMP-
SON y Rapone, 2000) a seguir que después fue empleado y replicado en otros regiones y
países como parte de los acuerdos del CJ (ARANDA y Morales, 2002). En efecto, la Unión
es a la vez causa y efecto de dicho movimiento, debido a que, en una parte, es pionera
en la venta de los productos agrícolas a través de transacciones consideradas justas a
consumidores solidarios en países desarrollados y, en otra, se sujeta a las normativas que
el propio movimiento exige y que construyó junto a las organizaciones que lo conforman.
En la actualidad, la UCIRI vende importantes cuotas de producción de sus socios
en el mercado del CJ a organizaciones y compradores solidarios en diversos países del
mundo, que a continuación enlistamos:
Prácticamente la Unión no
vende café de sus socios a los com-
pradores y coyotes locales. Hace
Fuente: UCIRI (s/f: 4) y mucho que dejó de hacerlo. Igual-
VanderHoff (2002: 9 y 10).
*Empresa de la cuál UCIRI mente, no depende de subsidios y
posee un 15% de las acciones
apoyos gubernamentales que, de
por sí, casi desaparecieron cuando
se llevaron a cabo las medidas de
ajuste estructural neoliberal en los
ochenta.

Conclusiones
La experiencia de la UCIRI consti-
tuye una buena oportunidad para
discutir una alternativa poco ex-
plorada para romper las cadenas
de dependencia basadas en las re-
laciones clientelares y corporativas
propias del régimen priista durante
el siglo XX en México.
Esta vía, poco usual, se va-
lió de un recurso escasamente ex-
plotado en los momentos en que la
organización fue creada: la solida-
ridad global. Con fronteras todavía
muy cerradas, al menos en compa-
ración a lo que ocurre hoy en día y
sin acceso a los medios de comunicación existentes hoy en la actualidad, este camino era
improbable.
Por eso es doblemente interesante este caso. Las dudas razonables existentes
sobre la sostenibilidad de este proyecto se han ido disipando paulatinamente. Son ya
casi veinticinco años en los que la organización ha establecido y practicado el proceso, a
través del CJ, de exportaciones que le dotan anualmente de recursos para mantenerse
como una organización viable y que otorga a sus socios un pago justo por su café.

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Por supuesto, quedan otras dudas por resolver. Particularmente, el tema de la


dependencia, neo-colonialismo llamado por algunos, podría haberse trasladado de las
redes corporativas del PRI-gobierno a las redes globales del CJ. Al menos, trabajar con
reglamentos y normatividad que se cumple, la celebración de contratos públicos y otra
serie de figuras que dan formalidad y ciertos grados de transparencia a los procesos, son
sin duda mejores procedimientos para los productores de café de la Sierra Juárez de Oa-
xaca, al menos con referencia a como ocurrían las cosas durante el régimen autoritario.

Bibliografía
[1] ARANDA, Josefina y Morales, Carmen, “Poverty Alleviation through Participation
in Fair Trade Coffee: The Case of CEPCO”, Universidad de Colorado, 2002, 24 pp.
Disponible en http://www.colostate.edu/Depts/Sociology/FairTradeResearchGroup,
consultado en noviembre de 2009.

[2] ARANDA, Josefina y Morales, Carmen, “Evaluación de los beneficios actuales y el


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justo de café en la Coordinadora Estatal de Productores de Café de Oaxaca”, 2002,
en http://www.colostate.edu/Depts/Sociology/FairTradeResearchGroup/doc/
cepcoreportfinal.pdf, consultado en enero de 2008.

[3] ARDITI, Benjamín y Chávez, Carlos, “Del comercio libre al comercio justo. Los nuevos
defensores de la igualdad en las relaciones norte-sur”, Revista Sistema, 2006, No.
195, pp. 53-82.

[4] CARTON de Grammont, H., “Fortalezas y debilidades de la organización campesina


en el contexto de la transición política”, Revista El Cotidiano, enero-febrero año/vol.
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[5] CARTON de Grammont, H. y Mackinlay, H., “Las organizaciones sociales campesinas


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Mexicana de Sociología núm. 4, México, Instituto de Investigaciones Sociales UNAM,
2006, pp. 693-729.

[6] CHÁVEZ Becker, Carlos, Tensiones entre la legitimidad y la democracia. El caso de la


Unión de Comunidades Indígenas de la Región del Istmo (UCIRI), Tesis para obtener el
grado de Maestría, UNAM, impresión del autor, 2011.

[7] CHÁVEZ Becker y Del Conde, Ana, “Indigenous Organizational Alternatives in


Mexico in the presence of an authority vacuum. Contemporary rural mechanisms
to eradicate illegal traffickers”, wroking paper present at Latin American Studies
Association (LASA), Chicago May 27-30, 2014, 29 pp.

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[8] CHÁVEZ Becker, Carlos y Natal, Alejandro, “Fair Trade in Mexico: New opportunities
for local and political development”, en Vibeke Andersson & Steen Fryba Christensen
(eds.), New Latin American Development Strategies in a Changing International
Economic and Political Context. Development Research Series, Occasional Papers no.
7, Development and International Relations, Institute for History, International and
Social Studies, Universidad de Aalborg, 2008, pp. 74-98.

[9] CHÁVEZ Becker, Carlos y Natal, Alejandro, “Desarrollo regional y acción de base: El
caso de una organización indígena de productores de café en Oaxaca”, Economía,
Sociedad y Territorio, vol. 40, 2012, pp. 597-618.

[10] COBO, Rosario y Bartra, Armando, Puerta del Viento. Cerro de las Flores, Área
comunitaria protegida, México, Instituto Maya, 2007, 164 pp.

[11] FLO, Unlocking the Power. Annual Report, Fairtrade International, pp. 19.
Disponible en http://www.fairtrade.net/fileadmin/user_upload/content/2009/
resources/2012-13_AnnualReport_FairtradeIntl_web.pdf, consultado en Junio de
2014.

[12] FRIDELL, Gavin, Fair Trade Coffee. The prospects and Pitfalls of Market-Driven Social
Justice, Toronto: University of Toronto Press, 2007, pp. 347.

[13] ICO, “ICO Composite Indicator Price. Annual and Monthly Averages, 1980 to 1989”,
en http://dev.ico.org/historical/1980-89/PDF/HIST-PRICES80-89.pdf, consultado en
noviembre de 2009.

[14] ICO, “ICO Indicator Prices. Annual and Monthly Averages, 1998 to 2009”, en http://
www.ico.org/prices/p2.htm, consultado en enero de 2010.

[15] JAFFEE, Daniel, Brewing Justice. Fair Trade Coffee, Sustainability, and Survival, Los
Angeles: University of California Press, 2007, pp. 331.

[16] LEWIS, Jessa, “Strategies for Survival: Migration and Fair Trade Organic Coffee
Production in Oaxaca, Mexico”, Working Paper 118, Junio, San Diego California:
University of California, 2005, pp. 81.

[17] MACKINLEY, H. y Otero, G., “Corporativismo estatal y organizaciones campesinas:


hacia nuevos arreglos institucionales”, en Gerado Otero (Coord.), México en
transición: globalismo neoliberal, Estado y sociedad civil, México: UAZ-Simon Fraser
University-Porrúa-Cámara.

[18] SIMPSON, Charles y Rapone Anita, “Community Development From the


Ground Up: Social-Justice Coffee”, en Human Ecology Review, Vol. 7, No. 1, 2000
pp. 46-57. Disponible en: http://www.humanecologyreview.org/pastissues/

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her71/71simpsonrapone.pdf, consultado en diciembre de 2007.

[19] UCIRI (sin/fecha), Una autopresentación, en http://www.demexicoalmundo.com.


mx/exporganicos/Ponencias/ExportacionOrganicosUCIRI.doc, página consultada en
diciembre de 2007.

[20] VANDERHOFF, Frans, “Poverty Alleviation through Participation in Fair Trade Coffee
Networks: The Case of UCIRI, Oaxaca, Mexico”, (2002), en http://www.colostate.edu/
Depts/Sociology/FairTradeResearchGroup/doc/pov.pdf, consultado en diciembre de
2007.

[21] -----, Excluidos hoy, protagonistas mañana, México: UCIRI, 2005, pp. 166.

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ARTÍCULO

BUENAS PRÁCTICAS PARA LA GESTIÓN DE


REDES

Erika Hernández Valverde

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BUENAS PRÁCTICAS PARA LA GESTIÓN DE REDES


Resumen
Las buenas prácticas pueden ser un respaldo sólido para las organizaciones que desean
mejorar sus servicios de TI (tecnología de la información). Lo mejor es elegir una metodo-
logía o estándar que sea accesible para todos. Una de las ventajas de estas metodologías
de acceso libre es que se pueden aplicar a diversos entornos y situaciones de la vida real.
Los conocimientos propios de la organización son otra fuente de buenas prácticas, aun-
que estos conocimientos presentan la desventaja de que pueden estar adaptados al con-


texto y a las necesidades de una organización concreta.
Los administradores de las redes, por otra parte, se deben preparar para ampliar
los conocimientos sobre cómo serán las infraestruc-
turas de las redes corporativas y públicas durante los
próximos años y qué habilidades necesitarán los pro-
fesionales de TI para construir y mantenerlas y sobre
todo como gestionarlas de manera que se entregue
Las buenas prácticas pueden en mayor medida valor al cliente. Es por esto que la
ser un respaldo sólido para adopción de buenas prácticas es un tema que debe
ser considerado por estos profesionales.
las organizaciones que desean La introducción de una metodología nueva de
mejorar sus servicios de TI
(tecnología de la información). “ trabajo (la que sea) es un gran cambio para las orga-
nizaciones. La cultura organizacional y la gestión de
cambios han demostrado ser elementos básicos para
un buen diseño organizacional.
Palabras clave: buena práctica, gestión del servi-
cio de TI, gestión de redes, proceso, ITIL®

BEST PRACTICES FOR MANAGING


NETWORKS
Abstract
Best Practices can be a solid backup for every organization who wants to improve their
IT services. The best is to choose a standard or methodology. One of the advantages
of these free access methodologies is that they can be applied to different backgrounds
and situations in life. Knowledge in organizations is another good source of Best Practic-
es, although this knowledge might have the disadvantage of having a concrete context
and needs of a specific organization. The network administrators must be prepared to
strengthen their knowledge regarding the future infrastructures in enterprise and public
networks and the skills required to build and provide maintenance, but also to manage
them in order to give best value to the customer. The adoption of best practices is a topic
that must be considered by IT professionals. The introduction of a new methodology is a
great change for organizations. Organizational Culture and change management have
shown be basic elements for a good organizational design.
Keywords: farmers, indigenous, coffee, fair trade.

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Buenas prácticas para la gestión de redes

Introducción

L
a tecnología avanza, entre la proliferación de dispositivos, soluciones de convergen-
cia, la banda ancha, y una gran cantidad de aplicaciones nuevas. Es por esto que, los
sistemas de redes se han vuelto más complejos, con mucha más especialización, y
las redes han cambiado significativamente. Como profesionales de las redes debemos
prepararnos para estos cambios y enfrentar lo que involucra formas óptimas de admi-
nistrarlas.
Lo más recomendable es que una organización busque cerrar brechas en las ca-
pacidades mediante la adopción de buenas prácticas para la gestión de servicios de TI
(tecnologías de la información) en todos los niveles los que se participa para entregar el
servicio al cliente. Es necesario contar con herramientas y procesos de gestión de red
para controlar posibles fallas o degradaciones en los servicios de red que soportan los
servicios de TI.
Para esto, es importante contar con bases generales sobre la gestión de redes
y la importancia que ésta tiene en la actualidad. Se debe incluir una visión global de los
distintos elementos de red involucrados en la prestación del servicio y el alcance que se
tiene con su gestión.
La adopción de buenas prácticas puede ayudar a una organización a desarrollar
o mejorar las capacidades necesarias en la entrega de servicios. Una “buena práctica” es
la integración y aplicación de marcos de referencia, métodos y estándares. Para adoptar
una buena práctica es necesario considerar las fuentes, habilitadores, escenarios e impul-
sores involucrados.

Figura 1: Buenas prácticas

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¿Qué es un Servicio?
Antes de adentrarnos en el tema, es importante dar una definición de servicio. Una de las
metodologías existentes actualmente nos proporciona la siguiente definición:

“Un servicio es un medio para entregar valor a los clientes facilitándoles un re-
sultado deseado sin la necesidad de que estos asuman los costes y riesgos específicos
asociados”1

En otras palabras, el objetivo de un servicio es satisfacer una necesidad sin asu-


mir directamente las capacidades y recursos necesarios para ello. Los resultados del
cliente se logran mediante la ejecución de tareas, pero están limitados por la presencia
de ciertas restricciones.

Servicio ≠ Tecnología

No hay que confundir el servicio con la tecnología, que es el conjunto de co-


nocimientos técnicos, que permiten diseñar y crear bienes y servicios que facilitan la
adaptación al entorno y satisfacer tanto las necesidades esenciales como los deseos de
las personas. Con lo anterior tenemos que mediante la tecnología se diseñan y crean
[1] Libros de Information
servicios, por medio de los cuales se logran resultados.
Technology Infrastruc-
ture Library (ITIL®) de
la OGC.
Por ejemplo, cuando se brinda el servicio de Internet el cliente no recibe sólo el
servicio como tal, ni bytes (en el caso de archivos que transfiere o aplicaciones que usa).
Lo que obtiene es un acceso a Internet disponible las 24 horas y los 365 días del año, con
las características de disponibilidad, seguridad y de más bondades con sentido y signifi-
cado para él.

Gestión de servicios de TI
La gestión de servicios es lo que permite a un proveedor de servicios:

• Conocer los servicios que proporciona para garantizar que estos realmente faciliten
los resultados que sus clientes quieren lograr.
• Entender el significado de valor de los servicios para sus clientes.
• Comprender y gestionar todos los costos y riesgos asociados con dichos servicios.

El principal objetivo de la gestión de servicios de TI es garantizar que estos servicios estén


alineados con las necesidades del negocio, es decir, del cliente primordial.

Para fines de este texto tomaremos como referencia el concepto que ITIL® da para la
gestión de servicios de TI2:

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Figura 2: Gestión de Servi-


cios de TI

Gestión de redes con ayuda de buenas prácticas

Con la optimización de las redes y sistemas el personal de operaciones puede dedicar


menos tiempo al control diario de la infraestructura y más a proveer servicios alineados
con las prioridades del negocio.

Para esto, es necesario implementar soluciones que permitan la monitorización


y gestión del estado y disponibilidad de la red. Los componentes de gestión de red tam-
bién recogen y analizan gran cantidad de información sobre las operaciones de red. Con
esto, se reduce la complejidad de la gestión y el uso de elementos de red mediante dife-
rentes opciones automáticas para su propia gestión. Así se pueden obtener altos niveles
de automatización que liberan al personal del departamento de TI de labores repetitivas
de configuración y mantenimiento.

Una gestión basada en “roles” permite obtener visibilidad con la información


pertinente a cada usuario, obteniendo una rápida comprensión de las complejidades de
la infraestructura y su relación con los procesos de negocio. Por ejemplo, hablando de

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una fase que es la gestión de operación del servicio se pueden tener: gestor de inciden-
tes, gestor de problemas, gestor de cambios y gestor de conocimiento.

Un administrador de red se encarga no sólo de monitorear la conexión de Inter-


net de una organización y las redes internas que ésta posea, sino también de gestionar la
infraestructura de telecomunicaciones. Dentro de esta labor se incluye el proporcionar
un grupo de personas expertas a los clientes para que sigan procesos estandarizados y
utilicen una determinada cantidad de herramientas especializadas.

En algunos casos, el administrador de redes también está a cargo de los servido-


res, su mantenimiento tanto en hardware como en software, la continuidad de servicios,
así como el desarrollo de nuevos servicios, entre otras funciones.

Un marco de buenas prácticas puede apoyar a los involucrados en la gestión


de redes, quienes pueden elegir entre varios que existen como referencia. Por ejem-
plo, TMN (Telecommunications Management Network), un modelo definido en la serie
M.3000 de la ITU-T, que divide la administración de redes en 5 áreas funcionales;o eTOM
(enhanced Telecomunication Operations Map), un marco referencial de procesos para la
industria de las telecomunicaciones. El que recomendamos en este texto es ITIL® (Infor-
mation Technology Infrastructure Library), un conjunto de buenas prácticas destinadas a
mejorar la gestión y provisión de servicios TI, más específicamente la fase de gestión de
la operación y que resumiremos de la siguiente manera:

La operación del servicio es, sin duda, la más crítica entre todas, pues es en la que
se percibe el valor real. La percepción que los usuarios tengan de la calidad de los servi-
cios prestados depende en última instancia de una correcta organización y coordinación
de todos los agentes involucrados.

Objetivos de la operación del servicio:

• Se deberán proveer y administrar procesos bien diseñados para las operaciones dia-
rias de los servicios de TI.
• Monitorear el rendimiento, evaluar métricas y recopilar datos para soportar las acti-
vidades de mejora y administración del servicio.
• Cumplir el Acuerdo de Nivel de Servicio (Service Level Agreement, SLA), y los Acuer-
dos de Nivel de Operación (Operational Level Agreement, OLA), así como los objeti-
vos de los contratos tanto con los proveedores como con los usuarios.
• Se deberán coordinar e implementar todos los procesos, actividades y funciones
necesarias para la prestación de los servicios acordados con los niveles de calidad
aprobados.
• Se dará soporte a todos los usuarios del servicio.
• Se gestionará la infraestructura tecnológica necesaria para la prestación del servicio.

Uno de los aspectos esenciales en la operación del servicio es la búsqueda de un equili-

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brio entre estabilidad y capacidad de respuesta.

• Para un buen monitoreo, se deben tener sistemas de control efectivos tales como:
• Herramientas de monitoreo activo. Se comprueban los elementos uno a uno para
verificar su estado y disponibilidad.
• Herramientas de monitoreo pasivo. Detectan y correlacionan alertas operacionales
generadas por los propios elementos.
Procesos que se recomienda
implementar tomados de
ITIL®

• Gestión de eventos: detección y gestión de sucesos que son significativos para la


gestión de infraestructura de TI.
• Gestión de incidentes: coordinación de recursos para restaurar servicios de TI a su
operación normal lo más pronto posible minimizando el impacto a la operación del
negocio.
• Gestión de problemas: manejo del ciclo de vida de los problemas reduciendo el im-
pacto sobre el negocio.
• Gestión de peticiones: atención a los diferentes tipos de solicitudes que son hechas
al área de TI por parte de los usuarios.
• Gestión de accesos: otorga a los usuarios autorizados, el derecho de usar un servicio
previniendo accesos no autorizados.

Funciones:

• Mesa de servicio: manejar un único punto de contacto a través de la mesa de sser-


vicios.
• Gestión de operaciones: propone como una unidad responsable del mantenimiento
y la gestión continua de la infraestructura de la organización TI. Se enfocará especial-
mente en asegurar que los servicios cumplan los niveles acordados.
• Gestión técnica: aporta las habilidades técnicas y los recursos necesarios para dar
soporte a la operación del servicio. Identifica el conocimiento y experiencia necesa-

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rios para prestar servicios y gestionar la infraestructura TI.


• Gestión de aplicaciones: responsable de la gestión del ciclo de vida de las aplicacio-
nes TI.

Luego de seguir los procesos mencionados, de los cuales no todos pertenecen a la meto-
dología de ITIL®, cabe mencionar que quien gestiona la red debe entregar una variedad
de informes a sus clientes, entre los cuales tenemos:

Resultados en informes de:

• Fallas.
• Disponibilidad.
• Tráfico por cada aplicación y protocolos usados.
• Estado de red (actual e histórico).
• Estado de los enlaces de respaldo.
• Utilización de enlaces.
• Utilización de memoria y procesos de componentes.
• Estos informes deberían ser automatizados en la medida de lo posible para hacer la
gestión de redes más ágil.

Es muy importante considerar los Acuerdos de Nivel de Operación como parte de la


adopción de buenas prácticas. Se deben tener estos acuerdos entre áreas técnicas y no
técnicas, tales como finanzas, administración, logística o proyectos, entre otros. En di-
chos acuerdos se han de especificar temas como tipos de servicio a entregar, tiempo de
recuperación del servicio en caso de fallo, tiempo de solución de incidentes o problemas
(en caso de haberlos), costo por servicios entregados y tabla de escalación, entre otros.
Dichos acuerdos deben ser aceptados por estas áreas, firmados y comunicados.

Como otra buena práctica se recomienda iniciar con el diseño y construcción


de una base de datos de conocimientos (si es que no la tiene ya), en la que se almacene
todo lo relacionado con el servicio prestado (componentes, software, personas). Con
esta base de datos se inicia el proceso. Se sugiere que posteriormente se implemente el
proceso de incidentes. Esta decisión dependerá de las necesidades de cada organización.

Finalmente, el objetivo es alinear continuamente los servicios de TI con los re-


querimientos de negocio, al identificar e implementar oportunidades de mejora para
soportar los procesos de negocio.

Factores críticos de éxito a considerar:

• Siempre considerar personas, procesos y tecnología.


• Generar conocimiento de las mejores prácticas en el personal.
• Contar con el apoyo directivo.
• Definir una visión, estrategia y un plan.
• Establecer un plan de comunicación.

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• Modelar la mejor práctica de acuerdo con su contexto.


• Diseñar primero el proceso, para después adecuar la herramienta.
Conclusiones
Los tiempos actuales nos exigen continuos cambios que deben tener un solo objetivo en
el campo de la gestión de servicios TI, particularmente, en la gestión de redes: ofrecer
mejores servicios adaptados a las cambiantes necesidades de los usuarios y todo ello
mediante procesos internos optimizados que permitan incrementar la satisfacción del
usuario.

Este objetivo de mejora sólo se puede alcanzar mediante el continuo monitoreo


y medición de todas las actividades y procesos involucrados en la prestación de los ser-
vicios de TI.

Los resultados se verán reflejados en Planes de mejora del servicio que incorpo-
ren toda la información necesaria para:

• Mejorar la calidad de los servicios prestados.


• Incorporar nuevos servicios que se adapten mejor a los requisitos de los clientes y el
mercado.
• Mejorar y hacer más eficientes los procesos internos de la organización TI.

Los conocimientos propietarios están personalizados para el contexto local y las necesi-
dades específicas del negocio y están integrados profundamente en las organizaciones.
Estos se encuentran con frecuencia a través de conocimiento tácitos, que están deficien-
temente documentados, son difíciles de adoptar, reproducir o transferir, por lo cual debe
trabajarse en ello.

En pequeñas organizaciones suele ser conveniente combinar algunos procesos


para simplificar el proceso de control. La coordinación entre procesos es un factor crítico
para el éxito y esta unificación puede resultar beneficiosa en aquellos casos en los que el
volumen de la infraestructura no justifique la total separación de estos procesos.

Algunas ventajas que brinda la gestión de servicios de TI para la organización


son:

• Mayor control sobre la infraestructura y los servicios, de tal forma que los cambios
sean gestionados con mayor facilidad.
• Estructura sólida y consistente de procesos.
• Se fomenta un cambio de cultura respecto a la prestación de servicios dando pauta
a la introducción de otros sistemas de gestión orientados a la calidad.

Iniciar la adopción de buenas prácticas (no importa que metodología elija) en una or-
ganización no es sencillo, pues puede haber escepticismo.Lo primero es romper con él

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“Buenas prácticas para la gestión de redes”, Erika Hernández Valverde
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y demostrar que el uso de estas buenas prácticas mejorará en la calidad del servicio
ofrecido. Es muy importante identificar la cultura organizacional y niveles de madurez de
la misma, ya que el factor humano es el más crítico al momento de la implementación y
sobre todo adopción de algún sistema de gestión.

Bibliografía

[1] CLEMM Alexander, Network Design Essentials. Boston, Ed. AP Professional, 1994.

[2] CLEMM Alexander, Network Management Fundamentals. Cisco Press, 2007.

[3] Econocom Osiatis, Curso ITIL® V3 [en línea]: http://itilv3.osiatis.e itSM Foundation
Solutions, ITIL Foundations V3, manual, version 3.

[4] Office of Government Commerce (OGC Reino Unido), ITIL®, libros, version 2011.

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ARTÍCULO

¿QUÉ DIFERENCIA HAY ENTRE LA


PROBABILIDAD Y LA ESTADÍSTICA?

José Luis Ángel Rodríguez Silva

Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación - UNAM


Departamento de Acervos Digitales
“¿Qué diferencia hay entre la probabilidad y la estadística?”,
José Luis Ángel Rodríguez Silva
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¿QUÉ DIFERENCIA HAY ENTRE LA PROBABILIDAD Y LA


ESTADÍSTICA?
Resumen
En este artículo se detalla la distinción que existe entre la probabilidad y la estadística,
y porqué es importante precisar la distinción entre ellas. Además de un contexto con-
ceptual en el cual se especifican la definición, objeto y método de ambas disciplinas, se
ofrece un par de ejemplos que ayudan a clarificar la diferencia que existe entre estas
dos áreas. Con lo anterior, se aporta a la comunidad académica interesada en disipar


la confusión constante que hay entre la probabilidad y la estadística y así minimizar la
posibilidad de cometer errores operativos en la aplicación de ambas ramas de estudio.

Palabras clave: matemáticas, estadística, método


de estudio, objeto de estudio, probabilidad.
A la estadística le es
indispensable el aparato
probablístico para poder
expresar sus ideas y
“ WHAT IS THE DIFFERENCE BETWEEN
PROBABILITY AND STATISTICS?
Abstract
resultados.
In this article it is detailed the distinction between
probability and statistics, and it is depicted the im-
portance of such distinction. Besides, in a contextual sense, it is specified the definition,
object and method of both disciplines and it is provided some examples to clarify their
difference. It is intended to contribute to the interested academic community to dispel
this constant confusion between probability and statistics to minimize the possibility to
perform operative mistakes in the application of both study branches.

Keywords: matematics, statistics, study method, study object, probability, study purpose.

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¿QUÉ DIFERENCIA HAY ENTRE LA PROBABILIDAD Y LA


ESTADÍSTICA?

Introducción

E
n las aplicaciones científicas y tecnológicas de la actualidad se ha vuelto indispensa-
ble la utilización, en alguna medida, de la probabilidad y la estadística, motivo por
el cual estas dos ramas de conocimiento ocupan un lugar relevante en la formación
académica a nivel superior. Existen numerosos ejemplos que ilustran esta afirmación.
Diariamente, en diversos noticiarios, se da la numeralia más importante con res-
pecto al comportamiento de diversos indicadores macroeconómicos, como la tasa de
inflación, el desempleo, la cotización peso-dólar, el índice de confianza del consumidor,
entre muchos otros. Un conocimiento básico de estadística para conocer e interpretar
dichos datos resulta indispensable, por ejemplo, en el desarrollo de alguna gráfica que
nos indique el comportamiento de un determinado indicador a lo largo de algún interva-
lo de tiempo que sea de nuestro interés.
En cuanto a fenómenos meteorológicos, para muchos, es de gran interés cono-
cer la probabilidad de lluvía durante
un día en específico o en un periodo
de una semana. Las implicaciones
prácticas son evidentes puesto que
así podemos tomar las previsiones
que sean necesarias. Para entender
Imagen: Daniel Cristán tal información, es necesario cono-
cer, aunque sea mínimamente, al-
gunos elementos de probabilidad.
Finalmente, en ciertos tra-
bajos como los que realiza el Insti-
tuto Nacional de Estadística y Geo-
grafía (INEGI) en México, como los
estudios de población, se tienen
resultados que implican compro-
bar ciertas conjeturas (hipótesis)
o establecer el valor estimado de
ciertas características de nuestro
interés, lo que puede llevar a desa-
rrollar los así llamados “intervalos
de confianza”. Todo esto implica un
conocimiento mixto tanto de pro-
babilidad y estadística para poder
tener una interpretación correcta y
explotar mejor tales resultados.

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Confusiones entre probabilidad y estadística


Existen, sin embargo, confusiones acerca de la diferencia, similitud y nexo entre la pro-
babilidad y la estadística, y con mucha frecuencia se piensan como conceptos sinónimos
o equivalentes. Este asunto no es de menor importancia y adquiere una gran relevancia
cuando esto se traduce en potenciales errores conceptuales y operativos, ya que si no
conocemos cual es el nicho y la gama de aplicación de cada una de estas áreas se pueden
cometer importantes errores al respecto.
Un ejemplo es el siguiente: supongamos que se llevará a cabo un ejercicio de
acopio de información, mediante un proceso de aplicación de encuestas a una muestra
de estudiantes de la UNAM con la finalidad de conocer su punto de vista acerca de la
implementación de una nueva política académica, por ejemplo, subir el estándar aca-
démico de una nota mínima aprobatoria de 7 a 8. El proceso del diseño de muestreo es
una tarea en estricto sentido probabilística, y dependiendo del esquema que se propon-
ga (muestreo aleatorio simple, muestreo estratificado, muestreo por conglomerados,
muestreo en varias etapas, etc.), será como se acopie la información, lo cual impacta a la
calidad misma de los datos.
Ahora bien, la disposición resumida de los resultados de la encuesta, dados en
tablas, gráficas, u otros formatos, es de naturaleza eminentemente estadística. Si el ana-
lista, estudiante o el panel de encargados de dicho estudio no tuvieran un marco concep-
tual claro acerca de estas diferencias, podría por ejemplo, cometerse el error de tratar
de aplicar herramientas de naturaleza estadística en el proceso de diseño de muestras
(cuando todavía no es el tiempo para ello) o tratar de aplicar resultados de la probabi-
lidad en pasos que ya no la requieran, y que incluso hasta entorpecerían el resultado
integral del estudio.

Imagen: Kpta Estrategia


Educativa (2014)

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Las preguntas clave que contestamos en este estudio son: ¿cuál es la verdadera
distinción entre una y otra disciplina, dónde comienzan, en qué punto terminan y cómo
se relacionan? El objetivo es contribuir con la comunidad académica a disipar las confu-
siones frecuentes que hay en la utilización de estos dos términos.

Conceptos clave
La probabilidad es una rama de las matemáticas, cuyo objeto de estudio son variables
aleatorias (que son valores que dependen básicamente del azar o de la posibilidad de
que puedan o no ocurrir), que busca establecer las características y propiedades ma-
temáticas (definiciones, teoremas y consecuencias) de tales variables. Su método es de
tipo deductivo, esto es, partiendo de ciertas definiciones y propiedades básicas estable-
cidas de antemano, conocidas como axiomas, se van deduciendo las propiedades de los
objetos de interés, y cuyos resultados se establecern como teoremas, que son propo-
siciones ciertas o verdaderas que pueden y deben ser demostradas. En este sentido, la
probabilidad es afín a otras ramas de las matemáticas tales como el álgebra, el análisis
matemático, la geometría o la topología.
Por su parte la estadística es otra rama de las matemáticas cuyo objeto de es-
tudio son los datos, es decir valores o atributos que tienen los objetos del estudio de
nuestro interés, por ejemplo: personas, máquinas o números de una acción financiera,
siendo su propósito describir la estructura de los datos, mediante el desarrollo de núme-
ros resumen, tales como promedios o varianzas, así como mediante el establecimiento
de cierto tipo de gráficas, como histogramas o diagramas de pastel, que son materia de
estudio de la estadística descriptiva, y realizar inferencias, es decir generalizaciones, so-
bre alguna variable de interés de una muestra hacia la población analizada. Por ejemplo,
si tomamos una muestra de estudiantes de la UNAM para conocer el ingreso promedio
de todos los alumnos, en este caso se lleva a cabo un estudio de estadística inferencial.

Imagen: Jorge Franganillo

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El método de la estadística se basa en el proceso científico, el cual es básicamente in-


ductivo, que va hasta cierto punto en el orden opuesto al deductivo; este método parte
de un proceso de de observación, generación de hipótesis, experimentación y potencial-
mente el pronóstico sobre el comportamiento del fenómeno bajo interés (una finalidad
adicional podría ser el establecimiento de leyes o incluso de teorías, de validez general
en amplios campos de aplicación).
De este modo, una distinción clave entre la probabilidad y la estadística es que
la primera usa el método deductivo, mientras que la segunda es un campo de estudio
fáctico y experimental, y se basa en un proceso inductivo, el cual debe de contrastarse
en todo caso con la experiencia o la experimentación.
Para discutir con mayor precisión estas ideas, se considerará la definición del
matemático ruso Andréi Nikoláyevich Kolmogórov la cual es aceptada actualmente por
la mayoría de los expertos en el ramo. Kolmogórov definió un espacio de probabilidad
recurriendo a tres conceptos: a) el conjunto de todos los posibles resultados de un expe-
rimento o “espacio muestral” (un ejemplo puede ser el conjunto de todos los mexicanos,
ya sea que residan en México o en el extranjero); b) el conjunto de todos los posibles
combinaciones de objetos tomados del espacio muestral y sobre los cuales tenemos
cierto interés (recurriendo al ejemplo de los mexicanos, aquí podríamos estar intere-
sados en saber, por ejemplo, cuantas mujeres mexicanas hay en total); c) finalmente,
el establecer que tan probable o factible es que resulte una determinada combinación
de elementos en la población, de este modo, según datos del INEGI, al 12 de julio del
2010 había 112’336,538 habitantes, de los cuales 57’481,307 eran mujeres, por lo que
la probabilidad de elegir una mujer de entre todos los mexicanos era, en ese momento,
de 57’481,307 entre 112’336,538 que es aproximadamente igual a 0.5117, o lo que es lo
mismo, había en ese momento una proporción mujer-hombre de casi un 51.17%, (INEGI,
2011).

Ejemplos para clarificar la distinción entre la probabilidad y la esta-


dística
En los estudios de probabilidad se conocen cada uno de los elementos de la definición
de Kolmogórov y lo que básicamente se pretende es obtener y probar las propiedades
de diversos objetos probabilísticos mediante la particularización de cada uno de los ele-
mentos.
Considérese, por ejemplo, una población en la cual cada uno de los elementos
tiene asignado un número, el 1 o el 0, que corresponde a un “éxito” o a un “fracaso”,
respectivamente, detallando aún más esta ejemplificación, supóngase que la población
es un millón de tornillos producidos en alguna fábrica, cada uno de los cuales tendría un
1 si pasa las pruebas de calidad –un éxito– y un 0 en caso contrario –un fracaso–). En este
caso, las combinaciones posibles que nos podrían interesar sería la colección de todos
los posibles subconjuntos de tornillos que podamos formar (cuyo número es igual a el
cual es gigantesco, y dicho sea de paso, mucho mayor a todos los átomos que hay en el
universo, que algunos estiman que es del orden de 1080 a 10100). A su vez, la medida de
que tan factible puede ser alguna combinación específica que nos interese, por ejemplo,

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que existan 100 tornillos en el lote completo, se podrá determinar tal probabilidad. Así,
observemos que en un estudio probabilístico todo es conocido: el espacio muestral, las
combinaciones de interés que pueden hacerse sobre los elementos de la población, y la
medida de probabilidad o factibilidad que asignamos a cada combinación de elementos
que sea de nuestro interés.
Por otro lado, en los estudios de estadística, se consideran conocidos o dados
sólo los dos primeros elementos, la población y las combinaciones de elementos de dicha
población, pero no así la medida de probabilidad o factibilidad de las combinaciones de
interés, y tal probabilidad es precisamente la “incógnita” a resolver en los análisis esta-
dísticos. Es decir al no conocer de antemano la forma en que se distribuyen las probabi-
lidades en algún estudio que involucre el azar, el objetivo de la estadística es caracterizar
tales propiedades mediante procesos de observación y de ahí derivar conclusiones que
sean, en principio, razonables y de utilidad. Por ejemplo, si consideramos la información
de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) es posible conocer con toda precisión las empre-
sas que cotizan en dicha institución (osea se conoce la población), y a su vez, se pueden
establecer todos las combinaciones o subconjuntos que pudieran ser de nuestro interés,
todas las empresas que cotizan en el sector de la construcción, por citar alguno. Sin em-
bargo, de antemano no es posible conocer sin incertidumbre la forma en que pudieran
comportarse los datos de una determinada empresa y en todo caso lo podremos saber
hasta que se de el cierre de la bolsa al día de hoy.
El problema estadístico de organizar la información e inferir acerca del compor-
tamiento de naturaleza propiamente estadística, mientras que el estimar la posibilidad
de que ocurra un alza o una baja es un problema de la teoría de probabilidades.
Es por lo anterior que hemos afirmado que en los estudios de probabilidad se
procede de un método deductivo (del “todo” se deducen propiedades de asignaciones
específicas), mientras que en la estadística se aplica un procedimiento inductivo (de he-
chos particulares, se pretenden establecer las propiedades del “todo”).

Imagen: German Tenorio

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Conviene ofrecer un ejemplo adicional para aclarar más aún esta situación. Con-
sidérese que en una población tuvieramos el interés de analizar el sexo de los hijos en
un conjunto de mujeres (dicho sexo, para fines de nuestro ejemplo, lo supondremos des-
conocido). Observamos que en esta ejemplificación se conoce el espacio muestral que
consta de todas las combinaciones hombres-mujeres que sumen igual que el conjunto de
mujeres (suponiendo, por simplicidad aunque sin pérdida de generalidad, que todos los
niños nacen y no hay nacimiento de varios hijos en una sola mujer). A su vez, la colección
de todas las combinaciones o sobconjuntos de interés lo podemos conocer (por ejemplo,
si hay cinco mujeres, podría ser de nuestro interés la combinación de que todos los naci-
mientos resulten en mujeres, o bien, que sean 3 mujeres y dos varones).
En este punto se tendría que tomar la siguiente decisión, dependiendo del obje-
tivo del investigador: si se supone que la proporción hombre-mujer es conocida (ya sea
por los registros administrativos, por consideraciones de simetría, como una proporción
del tipo 50-50, por el valor prevaleciente a nivel nacional, estatal o municipal que podría
obtenerse de los estudios censales del INEGI), en este caso las preguntas serían neta-
mente probabilísticas, por ejemplo: ¿cuál es la probabilidad de que todos los nacimientos
resulten mujeres?, o ¿cuál es la probabilidad de que el 80% de los niños resulten varones?
Por otro lado, si la finalidad fuera conocer en función de los próximos nacimien-
tos la proporción hombre-mujer en esta población (debido a que no se tenga acceso a
los registros municipales, a que se considere que los resultados censales del INEGI aquí
no podrían ser aplicables por algún motivo demográfico o bien simplemente se quiere
contrastar o verificar alguna cierta conjetura al respecto), entonces las preguntas serían
de naturaleza estadística. Por ejemplo, si la proporción hombre-mujer en esta muestra
es de 48-52, esta evidencia llevaría a preguntarse si realmente una proporción simétrica
de 50-50 es razonable o no en esta localidad.

Conclusiones
Con estos ejemplos lo que busca enfatizarse es: que las propiedades probabilísticas re-
sultan estar presentes cuando se supone un conocimiento de la medida de probabili-
dad, de las combinaciones de elementos que nos interesan tomados de una población,
mientras que las características estadísticas resultan cuando no puede suponerse como
razonable un conocimiento completo de dicha medida de probabilidad. Adicionalmente,
según su metodología, la probabilidad y la estadística difieren puesto que la primera
deriva sus conclusiones y hallazgos tomando en consideración básicamente un método
deductivo y axiomático, mientras que la segunda precisa de un contraste empírico para
establecer, finalmente, la veracidad de sus conclusiones.
A la estadística, cuyo objeto de estudio son los datos, le es indispensable el apa-
rato probabilístico para poder expresar sus ideas y resultados, y de manera más precisa,
para encontrar cotas a los errores de los experimentos o procesos de observación que
resultan en ciencia o casi en cualquier actividad humana. Lo contrario es también verda-
dero, puesto que los problemas estadísticos impulsan el desarrollo teórico de la proba-
bilidad, creando así un círculo virtuoso, aunque la distinción, como se ha puntualizado
en este documento, debe ser clarificada. Un hecho importante es que no podemos ni
debemos separar ambas disciplinas, pues una se nutre de la otra, aunque también debe-

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mos reconocer las diferencias que hay entre tales disciplinas para evitar confusiones que
pudieran llevarnos a un mal entendimiento o errores que deriven en efectos nocivos a
nuestros análisis.

Bibliografía
[1] BEN-ZVI, D. y Garfield, J. (Eds.) (2005). The challenge of Developing Statistical
Literacy, Reasoning and Thinking. Estados Unidos de América: Kluwer Academic
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[2] BOX, G., Hunter, W. y Hunter, J. (1978). Statistics for Experimenters. An Introduction
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prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/censos/poblacion/2010/princi_
result/cpv2010_principales_resultadosI.pdf.

[7] INEGI: Instituto Nacional de Estadística y Geografía. (2014). Logotipo del Censo de
Población y Vivienda en su edición del año de 2010. Recuperado de http://www.
inegi.org.mx/est/contenidos/proyectos/ccpv/cpv2010/Default.aspx.

[8] Kpta Estrategia Educativa (2014). Fotografía de alumnos de la UNAM. Recuperado de


http://kpta.mx/wp-content/uploads/2014/05/alumnos-unam.jpg.

[9] KOLMOGOROV, A. y Fomin, S. (1975). Elementos de la Teoría de Funciones y del


Análisis Funcional. Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas: Ed. MIR.

[10] MOORE, D. (1997). New Pedagogy and New Content: The Case of Statistics.
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[11] MOORE, D. (1998). Statistics among the liberal arts. Journal of the American
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