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Con la llegada de las nuevas tecnologías, la educación superior necesita repensar sus bases para
poder avanzar, transformarse y evolucionar. ¿Cuáles son las carreras del futuro?¿Cuáles son las
áreas de formación que el país requiere?
Cuáles son los trabajos del futuro Las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial cambiarán
de manera contundente el mercado laboral.
Con el nuevo año llegan nuevas tendencias laborales que pueden afectar no solo la manera de
trabajar, sino también las posibilidades que ofrecen las carreras universitarias y las habilidades
que se requieren en los estudiantes. Dentro de cinco años, por ejemplo, más de un tercio de las
habilidades (35%) que se consideran importantes en la fuerza de trabajo actual habrán cambiado.
Para 2020, la cuarta revolución industrial habrá traído robótica avanzada, inteligencia artificial y
aprendizaje automático. Estos desarrollos no solo transformarán la forma en que vivimos, sino
también la manera en la que trabajamos; por lo que algunos puestos laborales desaparecerán,
otros crecerán y tareas que ni siquiera existen hoy se convertirán en algo común. Lo que es seguro
es que la fuerza de trabajo futura deberá alinear sus habilidades para seguir vigente.
Potenciar habilidades
La creatividad se convertirá en una de las tres habilidades más importantes que necesitarán los
trabajadores. Con la avalancha de las nuevas tecnologías y las nuevas formas de trabajo, los
empleados tendrán que innovar en su forma de pensar si quieren beneficiarse de estos cambios.
La capacidad de negociación y la flexibilidad ocupan un lugar destacado en la lista de habilidades
para 2018; pero esto cambiará a partir de 2020, pues comenzarán a descender de los 10 primeros
puestos a medida que las máquinas, utilizando grandes cantidades de información, comiencen a
realizar tareas por nosotros.
Natalia Jaramillo, directora de educación para Microsoft Colombia, asegura que “las tendencias en
tecnología, las nuevas condiciones de la población –como el aumento en la longevidad–, y las
transformaciones en los hábitos de trabajo en las organizaciones están transformando la demanda
de habilidades. En este sentido, esta crecerá en carreras como matemáticas, ingeniería,
computación, investigación científica, liderazgo y entrenamiento dada la transformación del sector
productivo”. Jaramillo también afirma que las profesiones relacionadas con las Ciencias Humanas
crecerán en demanda dado los cambios poblacionales y sociales. Transversal a todo tipo de
disciplinas, algunas habilidades como resolución de problemas seguirán vigentes, y otras, como la
inteligencia emocional y la flexibilidad cognitiva, tomarán más importancia en los próximos años.
¿Qué estudiar?
Para nadie es un secreto que el éxito en el mundo laboral depende, en gran medida, de la carrera
que se estudió en la universidad. Con la llegada de las nuevas tecnologías, la educación superior
enfrentará retos pero también verá grandes oportunidades, lo que hace necesario repensar la
manera como ofrece sus servicios. Las competencias tecnológicas tendrán que ser puestas en
práctica de la mano de las Ciencias Humanas. Asimismo, habrá un aumento en la demanda de
medicina, matemáticas, cuidado de las personas, liderazgo, y educación.
Interrupción en la industria
No cabe duda de que el cambio en las profesiones del futuro dependerá mucho de la industria. Los
medios de comunicación y el entretenimiento, por ejemplo, ya han experimentado una gran
cantidad de transformaciones en los últimos años. Ahora, la educación, especialmente las
universidades y sus programas de pregrado, deberán reinventarse y cambiar los paradigmas
pedagógicos para superar los desafíos venideros.
Natalia Jaramillo afirma que, así como el sector transporte (Uber) y el hotelero (Airbnb), el sector
educación está en un proceso de cambio, pasando de un modelo de valor basado en la reputación
de la universidad hacia uno centrado en el desempeño y el valor agregado que se les pueda dar a
los estudiantes. “Más allá de crear un modelo de educación específico, las universidades deben
comenzar a entender al estudiante y su proceso académico para poder asegurar logros de
aprendizaje”, agrega.
Asimismo, deberán apostarle a la formación integral de sus alumnos, a fortalecer los principios
éticos y la sensibilidad social. “La formación universitaria no se limita únicamente a los contenidos
de las materias, los cuales son muy importantes, sino también genera hábitos de estudio,
capacidad de trabajo, de análisis, pensamiento crítico, habilidades de trabajo en grupos
multidisciplinarios, de manejo de presión, entre otras. Esta formación, unida a la capacidad de
aprender de manera autónoma, adaptarse e innovar, logrará que los futuros profesionales
afronten de la mejor manera los retos que les imponen los cambios en la era de la economía
digital”, puntualiza Valérie Gauthier.
La educación está en medio de una transformación y es claro que el cambio no dará espera, es por
eso que los educadores y líderes empresariales deben ser proactivos en capacitar a los más
jóvenes, para que todos puedan beneficiarse de la transición hacia la llamada “cuarta revolución
industrial”.
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