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LAS CLASES SOCIALES Y EL DERECHO Iv La idea del derecho cumple con lo justo cuando se proyecta como la ga- santia de las libertades fundamentales del hombre y en el respeto a la propie- ddad individual, a la industria y al comercio lberados, y al contrato libremente formado y con valor de ley. El orden burgués es justo, en tanto concibe los derechos individuales del hombre como derechos inalienables frente al Estado, Timitaciones absolutas a la accién de los gobernantes, derechos pablicos subje- tivos que imponen al Estado un no hacer, y como funclén tinea, vigor su bre ejercicio, EE deterioro de los conceptos de justicia y libertad conduce al sistema capitalista a la negacién real de los derechos de libertad y produce opresién, desigualdad y egoismo en todos los dadenes de la convivencia humana, la nega- cidn real de la justicl, la injasticia social, separa a los hombres y a los grupos, agudiza las diferencias entre las clases sociales y necesariamente las lleva a la lucha, Es ley fundamental de la historia la lucha de clases, y en el caso del capitalisme, como sistema de produccibn, le es congénita En un hermoso libro, Les classes bourgeoises et lavenement de la demo- cratic, 1815-1914 (Ed, Albin Michel, Paris, 1968, pigs, 11 y_sigs.). Felix Pointel establece, en torno a la cuestién, una serie de cuestionamientos perfec- tamente claros: la nocia de clase se encventra ligada a la imagen que el hom- bre se forma de la sociedad. El criterio puede ser econsmico, socio-econdmico, pslcologico, juridico 0 politico. Desde luego, existe una escala de riquezas y de poderes comunes a todos los grupos que forman parte de una sociedad deter- minada; y en todo caso, son los ingresos, el lugar que se ocupa en la produc- cién, y la (detentacién 9 no de) propiedad de tales medios, los elementos obje- tuvos que permiten definir a una clase social; aun evando también deben tomarse 6 Los Denecstos Sociatss pst. Punto Mexicano 6 fen cuenta elementos subjetivos, como Ia voluntad de pertenceer a una clase determinada, el estilo de vida, etcétera. ‘Cada gtupo social, es un hecho, participa de wna similtud de educactén, de un género de vida y de fortima, EV concepto de clase implica siempre la jerar- aqui, [a idea de mutualidad, fos mismos fines en la vida, las mismas maneras. Tos mismos prejuicios: la conciencia de ocupar un lugar anslogo en la sociedad: el hecho de formar parte de un grupo social no organizado: pero, partcine de luna misma concepcisn del mundo y de la vide, de la influencia social y de fa consideracién debida a Ia riqueza. Las clases sociales tienen, ademas, base juridica y econémica. Comprenden al individuo y a la familia, y desde luego, no se puede negar su existencia, pese al principio de la igualdad politica y civil que aceptan la gran mayoria de las “BI probleme de las clases ¢8 mis complejo actualmente. La antigiedad conotié clases de caricter politico; los patricior y fos plebeyos, los seiores ¥ los vasallos; por otea parte, las diferencias jutidicas entre el esclavo, et siervo y el hombre libre. En wna sociedad fundaca sobre la libertad y {2 jgualdad, estos dos aepectos ceden el paso al aspecto econémico, con fos maestros y compafteros, burgueses y trabajadores, sin que en ambos casos existan limites precisas 0 fronteras infeanqucables” (F, Pontell, op. cit. pigina 13). Mare distingue las clases sociales en funcién de la distribucién del in- reso y parte del hecho de que el trabajador es explotado en virtud de la plus- valia, que indebidamente se apropia el explotador, sin pagar ninguna suma por ella, Para Marx, slo existen, en realidad, dos clases: el proletariado y la burguesia. Las clases medias estén en via de proletarizacién y, en realidad, se confunden con las clases trabajadoras por la similitud de intereses y de posi- clones frente al fendmeno de la produccién y de la distribucién En ese manual de accidn del socialismo que es el Manifiesto Comunista, se nos oftece una breve y precisa historia del desenvolvimiento y conformacton de la lucha a muerte de las dos clases sociales: burguesa y proletaria. "La evoluciba del proletariado pasa por distintas fases. La lucha contra la burguesia comienza con su existencia, Al principio son obreros sislados guienes llevan el combate contra burgueses aislados que los explotan di- rectamente; luego, son los obreros de toda una fabrica, por fin todos los de una industria, No dirigen sus ataques slo contra las condiciones burguesas de produe- cidn, sino también contea los mismos instrumentos de esa produccida: des- truyen las mercaderias de Io competencia extranjera, maltratan las méqui- corm 66 Enmque Atyanez pei Casriito nas, incendiaa las usinas, tratan de volver a la situaciéa del obrero de la Edad Media. En esta fase los obrerot componen una masa dispersa y fraccionada por la competencia, ., Pero el desarrollo de la industria en- sanche la ola del proletariador apsieta a masas més fumerosas, crece st fuerza y se da cuenta de ello... Los obreros comienzan a coaligarse con- tra la burguesia; se redinen para la defensa de su salario: hasta fundan asociaciones para asegurar la subsistencia en caso de revuelta... Sucede dde cuando en cuando que el obrero consigue la victoria, No es sino por corto tiempo. El verdadero resultado de estas luchas no es el éxito imme dliato, sino la unién cada vez mas estrecha de los obteros”. Y continga el Manifesto indicandonos cémo a través de Ia informacién y las comunicaciones, las luchas locales tienen que convertirse en lucha de cla- ses, y esta, a Su vez, en lucha politica, V. I. Lenin, en su Monografia sobre Carlos Mars, y particularmente en su trabajo El Estado g la Revolucién (V, 1 Lenin, Obras Escogidas. Ed. Progreso, Moseé, 1960, tomos I y Il, pags. 34 'y 35, y 299 y sigs.), afirma que son iceconcilibles la lucha de clases y el estado: precisamente, éste ha de desaparecez, para conclult con la lucha, Ea tanto eto no ocurra, es indispensable la organizacién y Ia preparacién revolu- cionaria de les cases proletarias, Sélo con ello, puede aleanzarse el poder politic, la emancipacin dbrera y la supresién de toda forma de estado, ‘Con mayor precision, Franz Mehring, el biggrafo por excelencia de Marx, al decir de Mario de la Cueva (La idea del Estado, Ea. UNAM, México, 1975, pigina 356), escribe este significative parrafo: Ja Idea capital del materialismo histérico, el pensamiento cardinal de que fa produccién econémica y Ia estructuraclén social de cada época de Ja historia, consecuencia necesaria de aquélla. consituye la base sobre la ‘que se erige la historia politica ¢ intelectual de ese periodo: que, por lo tanto, toda la historia de la humanidad es una historia de la lucha de cla- ses, de luchas entre clases explotadoras y explotadas, dominadoras y do- riradas, pero esta lucha ha llegado por fin a una fase en que Ia clase explotada y oprimida, el proletariado, no puede ya emanciparse de la clase {que To explota y opzine, la burguesta, sin emancipar al mismo tiempo para siempre y por entero, a la sociedad explotadora y opresora.” La lucha de clases, en resumen, es un efecto inevitable del derecho indi. vidual absoluto de propiedad que divide a los hombres en propietarios de la iqueza y desposcidos, por lo que la lucha del proleariado siempee ha de estar dirigida a la supresin de la propiedad privade. causa real de la divisién socal La idea de propiedad, derecho absoluto, definitorio de la separacion de clases, es ta afirmacion del progreso burgués ¥, ahora, del desarrollo imperial. Los Deurcios Sociuss pet Puesto Msxicaxo or Es evidente que aquella busquesiasevolucionaria del siglo xvit transforma st ‘usverso utilizando Ia propiedad y el égimen de libertades: tiene Ia audacia J ls capacidad necesariae para crear un mundo nuevo de satistactores y de Tecnologia; exo es indudable, Sin embargo, a accién progresiva no se realiza fen todas partes y con el mismo alcance, Hay burguesias que Hlegan tarde alas Ibertades y al sentido sevoluctonario original; or tanto, son medrosas, egos: fa, sin imaginacia, sobre todo, deshonestasconsigo mismas, con la conse- casi mia de sn fines, de so rasin de Sr, que ea formaciony amar Tacion de capitalesy riquezas para promover ala sociedad, al pas, a la nacién Hoy diferencias entre la accion burguess en Europa y en Estados Unidos con la ocomida en América Latina, Entre esta stina luce, preponderantemente, la alta y mediana burguesa mexicana, que, con la excepci6n qulza de Monterrey, solo aprovecha el sistema liberal, indebidamente generoso, para un egoista y antsolidaro enriquecimieno. “Ya Maciano Otero, desde el siglo pasado, en su Ensayo sobre el verdadero estado de la cuestion social y politica que se agita en la Repiblica Mesicana (Buitorial Instituto de la Juventad Mexicana, México, 1964, pags. 56 y sig.). en los apartados flativos al estado de la propiedad en Ia constitcion de un pais y a la organizacién de la clases proletaras, expica que quienes busca fas insutuciones y la leyes de un pais como ingeniosas combinaciones de ni mesos, ignoran que esa consttucin existe toda entera en la organizacién de ln propiedad. Es esta, principio generador y de comin inflencia en los fend- senos sociales, Contituye ef origen del feudalismo, del despotism, de la ar tocraciay tambien de fa democracia burguesa con su separacién de cases La propiedad de las fincas résticas. de la industria, del comercio y de ta rineria define a los capitalists del pas. frente a la clase baja reducida a la ruldad con el sal reeurso de su tabajo mercenaria, precsados ademas a rec- bie un selario miserable tata por la imperfeccién de su trabajo como por el atraso de los ramos a que servian: en el campo 0 en la ciudad, los protearios (guardan similar condicisn. NNo escapa al anlisis de Otero, la singular conformacién de nuestro es trectura econémica colonial qu, salvo el caso de la minerla, con sus altemati- vvas de prosperidad y decadencia.ningin otto renglén: industia manufactu- tera 0 Comercio, sujetos al monopolio de Ia metrepol, consituyen incentive para los capitalistas del pats, Con singular franqueza, el notable jaisiense hace notar las enormes diferencias que las relaciones de propiedad y trabajo tienen en el norte de Américe, en donde una comunidad solidaria aplica su trabajo. personal en beneficio del desarrollo general: "...y de abt vino esa poblacion profundamente democritca que se ha presentado desputs al mundo fatero como la realizacion mAs asombrose de la igualdad social”. Y agrega ‘No fue asi en la América espafola, Sus conquistadores eran aventureros 68 Ennraur Atvanez pet Casnitio que buscaban ef oro y los peligros: y tan luego como consumaron su obra Guisiecon hacet los grandes sefiores ... y les fue preciso buscar quiénes Tes trabajasen, con todas las desventajas que apetecian. Al principio ex bien sabldo que los restos de la poblacién conquistada se repartieron en encomiendas que fueron destinadas a los mas duros y crueles trabajos, ‘en un estado de miserable servidumbre, hasta que la disminucién de Ia poblacién -.. y el espirtu religioso, obligaron a los conquistadores a traer algunos esclavos, que reunidos con los anteriores y con los espatioles han formado esa poblacién abyecta que forma los cuatro quintos de la total dea Republica...” (op. cit, pags. 57 y 58). Don José Maria Luis Mora en México y sus Revoluciones (Ed, Portia Hermanos, México, 1965), se reflere singularmente a la formacin de las clases privilegiadas en los principins de la vida independiente'y destaca los obstaculos para el desarrollo econémico significades, particularmente, por el clero y pot el sistema de la propiedad. Relata Mora, en Un estudio sobre el reconocimiento, lasficacisn y consolidacian le la Deuda Piblica (Obras sueltas de José Maria Luis Mora, ciudadano mexicano, Ed, Porria, México, 1963, pigs. 82 y sigs.), ‘como para impedir que Lorenzo de Zavala tuviera éxito en sus acciones codi- cosas, “hombre poco delicado en todas lineas, pero muy especialmente et ma- teria de dinero”, el Presidente Gémez Farias examina personalmente Ia situa- con de la deuds, y en una sesién efectuada el 14 de noviembre de 1933, en la Direccién de Instruccién Pablica, llega a importantes conclusiones que Mora resume en catorce puntos: las cuatro primeras elativas a la consolidacien de Ja deuda interna y externa y sus réditos, y la imposibilidad de que las rentas ordinarias del erario puedan satisfacerlas, Las causas se resumen en las con- clusiones quinta a octava, y se describe, con gran claridad, la intolerable situa- cién de la politica econémica en el pais: Ia bancarzota de la propiedad terri- torial estancada fundamentalmente por el monopalio y la accién del clero; Ia industria minera en quicbra y ya muchas de ella en manos de capital extran- jeto; la industria manufacturera reducida a poco menos que nada y, ademas, ssufte ya toda suerte de gravimenes; el comercio poco conocido y desnivelado por el contrabando, “cual en ninguna otra parte del mundo”, Las medidas correctivas se contienen en las conclusiones nueve a catorce, pero se hace singular énfasis en la necesidad de concluir con las clases injustamente privi- legiadas que perjudican a las clases populares y al pais en general. La preocu- pacién fundamental es la situacién del clero: "10.—Que este fondo existia (el necesario para cubrir la deuda) y con- sistia en los bienes del clero, cuya ocupacién era posible, politica, justa, ceficaz para el intento, benéfica a la riqueza pablica y al blenestar de la Los Denecttos Sociates pei Puzaio Mexicano oo La evoluciin de las clases sociales mexicanas conserva, a lo largo éel siglo xtx, el mismo matiz de profundas diferencias fincadas, fundamentalmente, en la educacién y en la participacién politica, como consecuencia de las razas y la propiedad. Don Andrés Molina Enriquez, en su conocida obra Los grandes problemas nacionales (Cap, sobre Estudios de nuestea poblacién. .. primera edicion, México, 1908), estudia, con todo cuidado y abundancia de datos (en razén de la época) la formacin de las clases durante el largo periodo del porfiiato, Sobre 1a mezcla iaiial de indios y ladinos, de espatioles de origen ¥ de criollos, se agregan los nuevos extranjeros y los nuevos crillos; estos ‘ltimos ya plenamente integrados en la nacionalidad mexicana. Los estratos sociales formados mantienen la influencia decisiva del elemento propiedad. ya rno tan sélo territorial, sito también la Hamada industrial, En la formacion de clases altas y bajas la propiedad priva sobre la raza, es la clave de la divislén. De esta manera, Molina Enriquez considera cinco clases bajas trabajadoras, de las cuales tres son indigenas, todas ellas soportan el peso colosal de doce clases superiores o privilegiadas: “si entre ellas y las privlegiadas hubiera clases medias propiamente dichas que contribuyeran a soportar el peso de las privilegiadas el equi brio seria posible... Clases medias no existiin hasta que ocurra la di sion de las haciendas. .. nuestro cuerpo social, es un cuerpo despropor- cionado... esta en peligro de caer... En efecto, as clases bajas dia por dia empeotan de condicién, y en la ultima, en la de los indigenas jorna- eros, Ia dispersién ha comenzado ya, La leceién de nuestra historia indica que no necesatiamente y siempre, la separacién entre cicos y pobres, pattonos y trabajadores, propietatios y labrie- 90s, es razén suficente en sf misma para despertar en los itimos la idea de ue forman una clase explotada. La teoria de las clases sociales, esquematizada por los sociélogos marxistas,suele dirgir su atencién demasiado exclusivamente a Ia exposicion de los intereses econdmicos, olvidando con esto que la misma conciencla de ios intereses econémicos de clase se funda en suptcstor floss. ficos ¥ sociol6gicos gue tienen sus raices en la historia de la divisién de clases como ordenacién de estamentos. Este fendmeno es particularmente exacto en México y no es todavia superado, Las clases campesina y trabajadora mexica- nas Feconocen un origen marcadamente feudal: el conquistador impone el tras bajo subordinado como una carga natural que debe gravitar sobre fos hombros de un pueblo vencido; el hacendado ya independiente hace mis oprobiosa. la subordinacién sobre el peén supuestamente libre; tanto el minero como después el fabricante incipiente transfieren la misma selacién de sojuzgamiento al tra- bajo industrial; pero la injusticia econémica, por demés siempre palpable, se relega como problema politico porque usos sociales, eevados a ia categoria de 70 Eymque ALvanez pet Castitio dogmas, oblgan a pensar, hasta hace corto Uempo, que los Beneicos tienen al limite que les sefala el haber nacido en una clase social determinada. Los Campesines y los tabsjadores mexicanos, durante la épaca colonial y bien co- sida la Independencia, estan educados en Ia consideracién de e508 usos como sacrosantos y no sleaten la injusticia; toman conciencia de su situacién muy posteormente, ea un breve periodo de tiempo, y entonces, escatan y crean fos principios morales, jurdleos y politicos que les habian sido simplemente ‘cultados © negades. El Congreso de 1917 entiende acertadamente, en un mo- mento critico de nuestra historia, el valor de esos princpios y la justiia que anima a lag foersas actvas y eficaces determinantes de su incorporaci6n ex fl texto consituional. Justamente preocupa a los socislogos mexicanos, la formacién y explica- cid dela idea de las clases socsies en México, entre otros (Arturo Gonzalez Cosio, Clases meatus y movildad social en México, Ed. Extemporineos, Mé- sco, 1976; Nathan L. Whetten, EI surginiento de una clase media en Mexico: [Angel Palesm Vich, Factores histcicos dela clase media en México: Rodolfo Stavengahem, Clases, colonalismo y acataracién, estudiosincluidos en el Hbzo Las clases sociales en México, Ed, Nuestro Tiempo, México, 1976, y Pablo Gonssle: Casanova, en la misma obra, Enajenacion y Concienca de Clases en México). Son partcslarmente importantes las obsevaciones del ex Rector de la Universidad Nacional Auténoma de México, Gonzilez Casanova, quien examina el fenémeno de cases mexicano, ala luz de lo que, abora, podemos lamar la teoria clésia de las clases sociales, las ideas de Carlos Marx y del marxismo, aplicadas a nuestro pais, fundamentalmente, en el aspecto de a Gonzales Casanova parte de Ia afiemacién, por lo demas verdadera, de aque nos hemos apartado dei modelo clasico sobre la concienca de clase y la acciin politica de clase. El marxismo parte de dos concepts diferentes: “el fenémeno de las cases en si basado en la explotacién de unos grupos por otros, yy cl que se refiere a las clases para si, basado en el fenémeno de Ia toma Se" concienea de esa situacién.... De acuerdo con la acertada definlcn de Lenin el fendmeno se describe asf: “Las clases son grupos de personas, uno de os cuales se apropia del trabajo de los dems, segi el lugar que ocupa en tun sistema econdmico definido." El segundo concepto se refiere ala concleneia de clase (conciecia de ser explotado), y a la accién politica de clase que txige la identidad de intereses en una comunidad, en wna asociaci6n nacional, fen tna orgonizacién politica. Akora bien, en el subcapitalismo mexicano no fe dan estas hipotesis no existe “una clase tabajadora que tenga concencia de clase que transforme sus intereses cbjetivas (de clase) en intereses de los aque sea consciente y los lleve 2 Ix accion organizada...” Los factores son miiples; sin embsego, fa realidad consate en la “enajenacion” de la clase obrem al Estado, Es mis, la cultura, a ideologia y la retérca marzstas no Los Denzcutos SociaLss pet. PUEBLO Mexicano n pertenecen alas clases trabjadoras, cotresponden a la cultura politica bucgue- S mcrcana alas oxganizaciones gubetmaestales, lon parison y sndcetee aus lis uson con el fn dino de controlar ala dlateebrea, La lacks de clases existe en la Uaginacin dels intelectual ydiigentea dela clase axel pode ge en general, pertenece alos exsatosmcon pofesonles de be ecblocoe, Mesico contempla una sola alternative: las seformas substanalee y soole, cionaris de redstebucén def poder Ia riquesa y soilizaion de slgones sscoces dela economia para comterer asi un stone necaptlsta pice bien, detener ls reformas, no tender lag demands populates 9 aeetesog 8 cualuier sistema tladvamente parecido a los sudamericanos, as depen: dient ¥ ater, Ls estructura yo division de las ses sociales en las sciedadesglobates contemporaneas, las luchas de inereses que cbvianente se an ene ele, Ia dsinicion de aus derechos de clase lon nuevos derechos solles~, unos fer fectomente confornados y atios en proceso o en mera prompecva, pastor de nn conceptuelizacion actual de Tas clases socials, ms aes precise em Jas teorat iniciles (narxista, por ejemplo) yal mismo tiempo mds Hex f= dec, ads reat, dada la conons res de Io sata del [A ms de cen fos de distancia, fa tevin marita de ls clases ea posildades ya! mime tienpo,iasfkienementeeaboredo come para desswens de ela seas concn, jens las formula corse gue conntrifen el pensamiento de Macx al papel jugado por las clases en pros uccin. Sin emborgo, no es certo que Mart ignore el elemento sibjetve sa ta consitucan de ls clases sociales, ni sutsya In opinion Ta concen, In cvaleacsn, por stuociones exclusveente objets J existences ndepem. dienes del Guerer clecivooIndvival, Macx calocs sl lado de ia produc. ‘én, la conclenca de clases: al lado de lo econdmico, lo mental y 1o dels. so; exist, fialments, In consideractin dela dase como "suet hetéico™ Ereador del parent de i sociedad Es indudable que Mace mantene Inquebrantable el pencplo fundamental de que las furzasproductivas y Int reacones de predacionconsityen, en todo tipo de sociedad In base que determing in esters, a iin fo cle ses, ln ideologia y la culties, Pero este pesupcet, come, sbuolite racds ponerse en dada porgue ests fandado en un determinado tpo de ects Social glabal (el cptalomo iberl) yo sve en sy totaldad, pees oto po de sociedades (como la democracia social o inclusive la democracia-cristiciana) . El eminente profesor de a Facultad de Cincas'y Lens Huwanas de Pais precursor de In datrina dels derechos scales, Qearges Gesitch, pone ea tla de juco tos postilads de In den manna Tas sane sacle, Ios Conceptos “prodacctn y fuesasprodactioas”, el pope en i constcton ie Ise clases sociales dela llamada “toma de concen; la sigicacon Ta sa n Enrique Atvarez per Casr1o Ideologia en sus relaciones con la conciencia de clase y las fuerzas product vvas; la “mision histdrica de una clase” —el proletatiado— como responsable del porvenir de la sociedad y de la humanidad; el mimero de clases sociales ¥y su diferenciacién, Y en su importantisima obra Teoria dle las Clases Sociales (Bdicusa, Madrid, 1971}, hace un anilisis acabado de] pensamiento marxista ¥ loge, evidentemente, conclusiones positives desprendidas del pensamiento ‘universal, no dogmatizado de Marx. TEs cierto, como dice Gurvitch, y la transeripcién del parrafo es impos- tergable, que: ‘La funcién de las clases sociales como fuerzas productivas y como suje- tos de lz historia, su papel en la produccién, la circulacién y la disteibu- cin de los bienes econémicos. sus relaciones con sus propias organizaclo- nes y con su estructura, ast como con la de la sociedad global, la posibilidad gue les es inherente de extenderse mas allé de las fronteras de las nacio- nes, son miltiples fendmenos cargados de movimientos dialécticos y com prendidos en una variabilidad empirica infinita. Se corte el peligeo de edognatizar» estas relaciones; Juncjones, papeles, tensiones, antagonistios, movimientos. imprevisibles, estabilizéndolos, ideSndolos, sublimandoles. transformandolos en panaceas y en teodiceas. Para combatic toda tenden- cia de este géneto es indispensable un esfuerzo de hiperempirismo dialec- tico, Voy a tratar de emprenderlo, demostrando que la importancia capital de ing clases sociales —de las que no se podria predecit 0 deteeminar a priori ni ef nimero, ni fos caracteres, ni las relaciones zespectivas, ni et papel histérico efectivo— esti en funcién de los tipos pacticulares de es- fructuras sociales globales y a veces incluso de coyuntueas especificas.” Las clases soctales deben entenderse y sjustarse a las circunstancias en el tiempo de una sociedad determinada; salvo en Ia aplicaci6n del principio funda- mental, el concepto y la divisign de las clases sociales no es absoluto ni iden- tico, sino selativa y diferenciado. En el bien conocido pitrafo del Manifiesto Comanista (Carlos Mex y Federico Engels: Obras Escopidas, tomo I, Ealito- sial Progreso, Mosc, ag. 21) se describe Ia historia de toda sociedad como la historia de Ia lucha de clases; Marx se refiere a las Iuchas de la antigiedad: hhombres libres, estlavos, siervos, barones, patricios, plebeyos. ete; pero, mas bien. los define como "castas”, “agrupaciones afines", “categorias sociales", y conclaye, sin mas, en que la burguesia moderna es una clase sustitutiva de las viejas clases opresoras, Con ello sencllamente demuestra que la clase pro- Tetarin existe desde la antigiedad, pero que, a partir del Manifiesto, se trata de consttuirla, mediante el concepto de “toma de conciencia", por el cual la clase que ya existe virtualmente deviene en wn grupo organizado, La clase social se constituye en forma defintiva solamente cuando, en funcién de un mismo pa~ 'y Los Derscuios Sociates pit Purato Mexicano 2 pel en la produccién y de unos intereses econdmicas comunes, interviene Ia soli- daridad de clase, cuyo funcionamiento supone la toma de conciencia de clase que, a su vez, no puede obtenerse mis que por medio de la ideologia de clase y coneluir en Ia formactén de un partido politico cuyo destino es tomar el poder. "El poder politico, nos dice el Manifesto, es el poder organizado de tana clase social para la opresign de otra clase.” “El Estado burgues es el or- ganismo protector de la sociedad capltalista." En la Sagrada Familia (Obras escogidas. ya citadas), Marx conviene con Prowsthom, en qu’ “BL proletarindo en tanto que tal esté forzado a trabajar por su propia supresin y, por consiguitnte, por la supresién de la propiedad privada, es decir, por la supresién de la condicién que hace de él un proletari. Dentro de la concepcién dualista de las clases sociales, la anterior afie- rmacién lleva al marxismo a concebir como hipstesis indispensable, la tesis de Ia desapacicitn de las clases y, consecuentemente, del Estado. ‘Sin embargo, para Marx no deja de constituie un verdadero problema Ia cexplicacin de la exlstencia cbjetiva de la pluralidad de clases y subclases que se ve precisado a distinguir y, para ello, no se funds ni en la amplitud de la fortuna, ni en la de la renta: El vulgar sentido comin confunde fa distincién de las clases con lo que abuita el billeero.., La medida del billetero es una diferencia puramente cualitativa por la cual siempre se puede lanzar a un individuo coatra otro de su misma clase... Es may posible que individuos particulares no se determinen siempre por la clase a que pertenecen: pero incluso este hecho fe tan poco decisivo en la lucha de clases como lo fue para la Revolucién Francesa el paso de algunos nobles al Tercer Estado, .. Todas las clases reposan sobre unas condiviones econémicas independientes de sv voluntad ¥ cstin situadas por estas condiciones en la opasicién mis hostil En la Ideologia alemana (Obra filoséfica, vol. VI), segiin cita de Gurvitch ex Teoria de las Clases Sociales. pag. 34 y sigs. se describe cémo Marx con- cluye en que, en Ia realidad, una clase que es la proletatia, tiene que soportar todas las cargat de la sociedad sin reportar ventajz, por fo que esta relegada ala oposicion mis neta que otras clases sociales. En las mismas clases domi- nantes y también en las dominadag se establece la division entre trabajo espi- ritual y material, pues se requieren siempre “pensadores” de las mismas clases: finalmente, Marx hace ver la oposicign y la lucha de clases en las relaciones existentes entre las ciudades que concentran Ia poblaciéa, les instrumentas de Ia produccion, el capital, las diversiones y el campo que muestra pretiszmente el fenémeno contearo, el aislamiento y Ie separacion: “La supresién de la opo- n Enmque Auvarez pet Casritto sicin entre la ciudad y el campo es una de las primeras condiciones del comt- nism” ([deologia alerana, pigs. 202 y 203). “En el caso de los proletarios, su propia condicién de vida, el trabajo y, por consiguiente todas las condiciones de existencia de la sociedad actual se convierten en algo accidental sobre Jo que los proletarios individuales fo tienen control y sobre la que ninguna organizacién social puede darles tampoco control. Se encventran, pues, en oposicén directa con la forma por la cual los individos en la sociedad se han otorgado hasta el momento ‘una expresion general: el Estado, y deben, pues, derrocar al Estado para hacer teiunfar su personalidad.” Ahora bien, los proletarios requieren unirse voluntariamente para obtener las condiciones de su libre desarrollo: pero la unidad slo puede ser producto de una larga evolucin, en la que la toma de conciencia de sus derechos es deci- siva para lograr la ideologia de clase. vértice de la unién proletaria. Mary se refiere en distintas de sus obras al problema de la ideologia: en El Capital, en Ia Miseria de la Filosofia, en sus Obras de Juventud, en fin, Ia preocupacién nunca escapa de st pensamiento, Nos limitamos a la conside- zaciéa del concepto en la daiea obra concreta de Marx en que en el titulo apa- rece el tizmio “clase”: “Las Luchas de Clases en Francia” (1848-1850), y en Ja que al analizar las distntas clases que integran la sociedad francesa de la época, precisa la intervenciéa de la ideologia en la lucha de clases: ‘Sobre las diferentes formas de propiedad, sobre las condiciones de exis tencia social se levanta toda una superestructura de impresiones, de ilusio- nes, de formas de pensar y de concepciones fllossficas particulares. La clase entera las crea y las conformia sobre la base de estas condiciones ‘materiales y de las relaciones sociales correspondientes, Bl individuo que las eecibe por la tradicién o por la educacisn, puede imaginarse que cons- fituyen las verdaderas razones determinantes y el punto de partida de su actividad” (pag. 31). La idecogia aparece como una “superestructura ideotigica”: puede sex tuna repreventacion falsa que los hombres se hacen de ellos mismos. Doctrinas dogmiticas que justfican situaciones sociales particulares y que se caracterizan como ideologias. Sin embargo, la ideologia significa tanto una docttina como ‘una produccién mental directa pero err6nea, caso de la religion (siempre reco- nocida como ideologia), por lo que no puede ser més falsa: “es opio del pueblo”, o como un sistema de ideas verdaderas, caso del marxismo, en tanto Ideologia del proletariado, Marx coloca entre las “superesteucturas ideolégicas todas las obras culturales en tanto que tales: derecho, moral, estética, filosofia Los Deneciios Sociatts ost Pussto Mexicano % ¥y clencia; todas las doctrinas y tomas de posicién sociales y politica, todos los ‘productos mentales, todos los estados y actos fisicos que caracterizan la con- Giencia de clase o la conciencia individual. Excluye solamente, junto con las ciencias exactas a la economia politica, Todo ello porque en la sociedad futura, a desaparicin de clases conduce ieremediablemente @ una situacién en que todo el conacimiento cientifico y fllossfico se encuentra liberado de sus rela ciones con los cuadros sociales. La ideologia no debe contaminarse por st vinculacién con las obras, ni con las conciencias alienadas, ‘Ahora bien, as ilusiones colectivas © mistficaciones pueden vincularse a la “conciencia de clase” de manera consciente o semiconsciente (propaganda). ‘Sin embargo, son las interpretaciones de las situaciones sociales reales a partir de las evaluaciones politicas, morales, religiosas 0 filoséficas, las que implica tuna toma de posicién y 20 una ilusién; lo mismo ocurre con las doctrinas so- ciales y politicas, las obras “objetivas” de la “conciencia real” colectiva © individual, en tanto que tengan relacién funcional con una clase. En fin, som Jos signos y simbolos de una clase social, sus complejos, angustias y aspira- ciones; los mitos y las utopias; ideas y valores, En todo este laberinto de signi- Ficaciones, Marx resuelve que la ideologia proletaria es incomparable a todas las demés, pues esta llamada a transformar el mundo y a poner fin a la exis tencia de clases y, por consigulente, a las mismas ideologias. La ideologia pro- Ietaria es un conocimiento liberado de sus eelaciones con los cuadros sociales iy desemboca en la verdad completa, total, absoluta, que se afirma por encima de todas las ideologias. No es el caso para auestro propésito estudiar en detalle las insuficiencias yy los errores de la doctrina de Marx acerca de las clases sociales, sobre todo, bi se pretenden extrapolar a las sociedades actuales. Nos interesa subrayar que el concepto de “clase” para Marx no es algo rigido, puesto que a pesar de establecer la dualidad final de dos clases, 0 al menos de dos bloques de clases, conductores necesarios a la explosin final, a la sociedad sin clases, siempre, fen todo anilisis concreto, sea histérico 0 econémico, Marx llega a ta comprox bbacion de una multiplicided de clases en todo tipo de sociedades, con un solo determinismo sociolégico que redne el de la sociedad global y el parcial de las diferentes clases, Sin embargo, esta unificacién sumaria, en ef verdadero marxismo, admite siempre la posiblidad de hacer un lamamiento al esfuerz0. la voluntad, a la accién y, por decielo todo, al derecho y a la libertad humana colectivizada en clases e individuos para lograr la buena marcha de la sociedad. En sintesis, Marx reconoce [a existencla de un “auténtico derecho de clase”. como tal, y ofrece, por primera vez en la historia de las ideas, la posi Bilidad de fa existencia de los “derechos de las clases” —los “derechos soci les", que, en los sistemas no marxistas, se desarrollan como correctivos (no suficientes?) de la injusticia social derivada del reconocimiento de la propiedad y del industrialismo. i 16 Exwaur Atvaeez ost Casri.to Relata Gurvitch, en Ia introduccién de su Teoria de las clases sociales. tantas veces mencionada, que en el afan de disminuir Ia importancia de los descubrimientos de Marx, y en vez de aproveckatlos, un grupo de sociélogos. principalmente de los Estados Unidos, pretende constitutles como un mero ato hist6rico que pueda tomarse como base para las encuestas contempora- nneas sobre la evolucién de las clases sociales, Este conceptuacién, esencial- mente nominalista e individualista, sustituye completamente las clases socia~ les por el concept de estratficacion social, que puede coincidir con el de clase, pero que designa un fenémeno totalmente diferente”. Cooley da esta defini cién: “Llamamos clate a todo grupo mis 0 menos consistente, aparte de la familia, que se afiema en la sociedad que le rodea'” (Social Process, 1918). Warnes y Lundt (The Status System of a Modern Community, 1942) como la mayor parte de los sociélogos norteamericanos, reducen las clases sociales, de mayor a menor. 'Th, Geiger va mas lejos: para legar a un concepto de clase social que sea verdaderamente objetivo, no es necesario tomar en con- sideracién mas que la edad, al sexo, la profesién, la fortuna, el habitat y 1a eeducacién; la conciencia de clase no es mas que la conciencia que, cada pet sona, tomada por separado, tenga de su posiciéa social; por tanto, la ceoria de las clases transformadas en categorias sociales o estratos, se aproximan ¥ colaboran, En certa foma, esta concepcién de la escuela individualista norte- americana puede ser imputable a los errores de la sociologia durkeimiana, pues Durkheim no tiene otro suefo que el de las profesiones organizadas © Integradas en el estado: es decir, un corporativismo que le émpide ver el pro- blema de las clases sociales. ‘Otea parte importante de los socislogos contemporaneos, principalmente franceses, exagera, en cierta medida, el elemento subjeivo en la constitucién, de las clases y quiere entender el grupo particular y expecifico que es la clase social como un todo ixreductible a sus miembros ¥ como un fenémeno soc total, aunque parcial, con sus propios modelos técnicos y culturales, simbolos, obras e ideas, que forman, en cada grupo, una conciencia colectiva opuesta a ‘otras conciencias colecivas, La posieiin de cada clase en la sociedad global Implica la relacion entre Ia conciencia que esta clase tenga de si misma y la conciencia que tengan de ella Ias oteas clases: ademés de que las evaluaciones, Tas opiniones y las ideas, conducea, inevitablemente, explicar las clases so- ciales en funcién de premisas floséfices, subjetivistas y espisitualistas; y es ‘obvio gue no pueden olvidarse los crterios econémicos, lo que obliga, de todas manera @ aceptar considcraciones mas realistas, Finalmente, en cuanto a Marx, nos explica Gurvitch, parece claro que sv concepeién de las clases en El Capital es tan poco simplista como en sus obras sociolégico-Alosbficas © historicas “En efecto, el andlisis propiamente econémico y, por lo tanto, mis abje- ‘Los Denucitos Sociates DEL Pussto Mexicano 7 tivista revela Ja existencia de una pluralidad de clases, virtuales evando ‘menos, en el interior del régimen capitalista, asi como de la intervencién de la conciencia de clase y de la ideclogia, algunas veces en concurrencia con el papel de las clases en la produccién: finalmente, sefala con mis nitidez que (en no importa cual otro texto) la existencia de las clasts, ¥ de st antagonismo, no se afirman con una conviccién real justifieada por hhechos cientificamente establecidos hasta la apariciSn de la manufactura capitalist y, sobre todo, del maquinismo industrial” (pag, 71). Es decisivo para nosotros, en el sistema democritico-social mexicano, in- ‘sistir en el hecho de a existencia innegable de una pluralidad de clases y ‘grupos sociales, no derivados necesariamente del factor de Ia produccién, y, 4 los cuales, les asisten indudables derechos que hacer valer, en tanto clases Y¥ grupos, frente a la sociedad y el estado: son derechos sociales de clase. No es posible reduecir el derecho social y, mucho menos, los derechos sociales, al derecho de una clase, al derecho del trabajo, como en sus inicos, y al dere- cho de los campesinos, producto de nuestra revoluclén social La sociedad, segin su idea econémica, es la sociedad pura de relaciones de mercado entre sujetos econémicos iguales y libres. El pathos de =u pen- ssamiento de libertad aparece basado en el etios de la autodeterminacién y autorresponsabilidad que a cada persona debe corsespostder respecco @ si mis- ma y @ su propiedad, “Su primer supuesto es, pues. la libertad y 1a igualdad Juridicas de las personas”, segin afirmacion de Hermann Heller en su Teoria del Estado (Ed. Fondo de Cultura Economica, México, 1971, sexta ed.. pags. 125 y sigs.). y agrega que la ideologia, o sea, Ia conexiéa de la sociedad eco- snémica capitalista surge como consecuencia de los contratos libremente for- smados entre individuos soberanos; por lo que, en una economia de cambio es natural la destruccién en circulos humanos cada vez més amplios; en esta idea de libre juego de fuerzas, la sociedad real es una sociedad de clases ‘caya unién se mantione mediante el predominio de una de ellas. Estos factores siempre han exstido en la historia, pero donde aparecen claros es en la es- tryctura, de dominacién de clase, enter las partes en el conteato de trabajo industia. La clase, en si misma, no agpica a ser una parte de un todo ordenado y uunido en funciéa de un destino, sino gue anhela set toda, Gracias a esta con- ciencia de clase, intencional, la sociedad se convierte en un concepto politico ¥ la clase en un factor decisvo de la realidad politica y social “BI eriterio que informa de Ia conciencia de clase, es litertad e igualdad, © sea, la primitiva base de legitimacién de la sociedad civil, cuya realidad haa ido a encontrarse en insoluble contradiccién, Si es absolutamente exac- to que Ia clase sélo llega a ejercer accién social cuando adquiere con- 6 Enmque Atvansz nex Castitio ciencn de clase, lo que importa entonces conocer el contento de ex Conciencia y con ello a ceecelin del querer de clase. Puts, supuesa In selon de ent queret como conformadora del fare, en tly silo en dl tadiea In ley del moviniento dela historia, Exte contenido de voluntad no puede deriarse inicamente de la rlaiones de produciin econo Imicotenies, por mucha ae pueda ser st importancia para ef conoc miento de la accion y expanain de aqulla dca. precsavente ea nue tra epoca” (Hels, op cr pig. 132). Tedo surge en Ia actividad de los hombres, en las ideas de los hombres: las teorias filosoficas, hist6ricas, econémicas, la cultura en general, Es la his toria del esptitu aplicada a las nuevas situaciones sociales reales y fa conti auidad de esa historia, lo que, de modo cabal, nos ensefia el fondo de la evor lucién total del espiritu occidental, de Cristo a Hegel y a Marx y Engels. Ese todo tiene un fundamento real, no es una mera abstraccién. un 0 una ‘1z6n absoluta, es el hombre vivient, la sociedad ceal, quienes ocupan el lugar del Bspirits hegeliano. Heller entiende la secuencia existente entre el pensa- aniento de Hegel, Feuerbach y Marx para brindar una gama de posibilidades razonables de explicacién y ansliste de los problemas politicos de la sociedad, sin establecer previamente compromisos previos con alguna doctrina unilateral ue asi los exija. Hegel pasa por sex el inventor del método dialéctico (Eduardo Vasques, Dialéctica y Derecho de Hegel, Monte Avila ed., Caracas, 1977, pig. 51) "No es aventurado decir que en Hegel la dialéctica 20 es un método. La dialéctica es el proceso mismo de It realidad, No es un método de pensamiento sino que Ie estructura misma de la realidad es dialéctica, es decir, contiene un elemento negativo o negador de lo dado. Hegel se limi- ta.a describir el proceso dialéctica que ha tenido que recorrer la realidad, gue ha tenido que efectuar la historia, para llegar a ser lo que ella es”. Todo este proceso se realiza en funcién de una finalidad que para Hegel cs la finalidad del espivitu, La abstraccién pura conduce a la raz6n pura, y a convertir al hombre en un set abstracto, En La Sagrada Familia (Ed, Grijalbo, México, 1959, pags. 159 y sigs.). Marx pone de relieve que la historia en si no hace nada. no poste riqueza, ai libra luchas, el que hace todo esto, el que posee y lucha, es mas bien ol horn- bre, el hombre real, viviente: no es, digamos, Ia historia quien utiliza al hombre como medio para laborar sus fines —como si se tratara de una per- sona aparte—, pues la historia no es sino la actividad del hombre que persigue sus objetivos. Feuerbach descubre el misterlo de la especulacién hegeliana al colocar al hombre en el lugar de la autoconciencta infinita, Los Derscstos Sociatss ps PuBsto Mexicano 7» En la aplicacién de la dialéctica, Hegel considera sélo el proceso de evo- lucion del espirits, El espiritu se constituye como una totalidad. Claramente explica Eduardo Vasquez (op. cit. pag, 55) “La totalidad objetiva es Ia raztn misma que se ha plasmado en la reo- lidad, pero se plasma de tal manera que se fragmenta en maliples deter- ‘minaciones, cada una de las cuales pretende erigitse en un sector separado de los ottos, auténomo ¢ independiente. Cuando va a estudiar la realidad cl hombre tiene ante si esas fragmentaciones de la realidad, esos momen- fos en que Ia totalidad se ha escindido, Entonces es cuando nace la filo- sofia como necesidad de vincular esos elementos separados con la totalidad. La ceconsteuccién de la totalidad es obra de la raz6a, la cual aspira a ‘aleanzar lo absoluto y lo absoluto es el todo”. x recostucon deta toaldad objeionexige parti de elementos abse teat, fintasy lintados: te de lo abstreto a fo eonceto,eneniénoxe por conereto ta totlidad objets. Marx apovecha est categora de tlled concen yla seep como metodo de conocmienor secede lo she, trata fo conreto: pero, debe tenet un fandamento soca! dado qe ca una sociedad capitis, slo puede ser raja genera’y deo enen al "trabajo asslariade™ La naesidad de contr con at funciona eva 2 Marx a concn que si bien es cero que desde el punto de vst dl con, imiento hay que ir de lp abstracto lo concrete, en cambio, desde panto de vita de fs genesis ode Informacion de le traldad, i sbtacto so esp Sve produce sla ttaidad concst, sino que snglemente ls supore cone vo condiciin de posbidad. Marx distingve los dos sopctos que Hegel confondes €! proceso de conccimiento' el proceso constutve dela realilod que hace Consist en el taba yen la economia, EI valor de os descubrinientes de Hegel y de la extn y adecuaciones de Marx us lsaminto ala realidad ep icucnonable El protse dale, to como méiodo de conocimiento y constitucén dela raided, en ur ath. fis formal y materia y In conseraion de a realidad seca como totaled cbjstivay conereta,permiten bier ls rij ceca ntarlesy humana ucts plore ebeectiny devatl, ndamenads en sed social y en I exitecia misma del hombre qve por eseacla debe ser gna en Ja libertad y en la igualdad, - ae El conten dco de Is sociedad de clases es el punto de parda de ln clenciasacioigcaformada en el siglo x8. y nosso para Mansy Ea gels, sno para todos lo grandes socslogos dela “para y para todon aquellos 5 quienes la contadcein entre Uiertad!« igusldad en vendo material 9 eh Sento formal sigue sindo el problema delve ere derecho y eons, jnsticta 9 sepenidad, estado y sociedad. El problema no se encarta eats, 80 Enngur Arvaaez ost Casto mentee la economia, ni en las relaciones juridica, ni en las formas de estado, tEmpece en la llamads evolucion del espirits humana, sino que més blen se tnrtza en las relacions sintriales de lo vida que lana Heller. en la “totale dfad eta exstencia rea” de la sociedad humane. Nosotros tenemos que define, dentro de ete marco, la verdad de nstra sociedad, de sus Injusicias y de’ sus afanes pare locelzar una slucion en nuestra realidad social como tn todo, cunlquiera que sea el papel que se atri- bye al factor econdmnico y el grado de efectvidad social que se conceda al cpirity humano. Es en nveste feafdad social en donde debemos fundat nves- trae derechos individuals, sociales y hemanos, y patiendo de ellos, es como Aebenos comprender y confornar el estado real de In sociedad actual. Con to muy bien afta Helle: In ceduceion de esa realidad (Ia muesta) 2 Ineramente econdmico debe ser rechazada, ai mis ni menor que cslquier otro de los crlterige unatersles, naturalists, idesbstas 0 jriico-formales. La tr- vial objecién de que el conjnto de Te sociedad, como de toda realidad, slo puede ser pactadn pr el pensamiento divdiendolaen contenidos parcils,des- Conoce Is inportania metédiea que tiene, jsiomente en nests tiempos tina acentusci dela ealidad soil como ttalidad (op it. pigs. 137 y 138). Es necesario, para conc, sefalar ls caracteres de lan clases y grupos sociales con el propésito de diferencaros y Bij su ubieaciba en el univero real del hombre y lo sociedad de micsro momento 1X mi mods de ver, entre los socclogos contemporincos, es Georges Gur- vitch a quien podemos acudit por la precsin y senclles de sus conceptos Concretamente, porque desaca'y expla la idea que més nos interesaz @ un Indo y ss quiere por encima, de la eviatencia necetaria e9 Jar cases sociales, de ls Conciencia de clase In enlgia de clase. ademas del aspecto econémico indispensable en fay estructuras globales industilizadas, exten. grupos de hecho en los que sus miembros petiipan, sin que haya sido explctrsene , Ademais, recentemente, na f Conferencia Internacional de Servicos socisis, fot aprovada a seguinte definigoa: O servico social compreende todo e cualquer esfosco gue teaha por objetivo minorar os sofrimentos orundos da miséra, e reconfuzie tanto © individuo, como a familia, na medida do possivel, as normas de exis- tencia do meio em que habita” (op. cit, p§g. 207). Conclusiones semejantes a las de Cesarino Je.. establece el eminente tra- tadiata boliviano Roberto Pécez Paton. (Ver Derecho del Trabajo en Bolivia, Ed. UNAM, Mésico, 1974, El Derecho Latino-Americano de! Trabajo, pi- ginas 102-110.) El maesizo y politico venezolano, Rafael Caldera (Derecho del Trabajo, Ed, Ateneo, Buenos Aires. 1969, pigs. 63 a 70), analiza y apoya la nueva cortiente del derecho social, su estructura y caracteristcas. propias, sociolé- gicas y juridicas: y distingue, euidadosamente, el problema de la denominacion del derecho del trabajo en sf mismo, del de la existencia de un derecho social (corriente social) que, en su concepto, comprende al derecho del trabajo: “Tal multiplcidad de efectos, en mi entender, dicime por la negativa la cuestion de si debe usarse Je expresiéa Derecho Social como denominacién de ua cuerpo cierto de disposiciones y principios juridicas, Ee preferible ‘mantenerlo en su fecunda acepeién de corriente vigotizadora de todo el Derecho, En este sentido también, el Derecho Social comprende al Derecho del Trabsjo como su creacién mas peculiar y valiosa. La necesidad de regular el trabajo ha sido, a su vez, Ia motivacién primordial en el des- arrollo de la corriente del Derecho Social. No es de extrafiar, por consi- guiente, la propensién a confundir ambos términos. Pero la denominaciéa ‘Derecho Social», por demasiado amplis, no debe téenicamente usarse ‘como equivalente 2 Ja disciplina jutidica nonmativa de hechos y relaciones faborales, que constituye el objeto central de esta obra” (op. cit. pag. 70). La ciencia y la técnica del derecho mexicano del trabajo se encuentran en deuda permanente con el emérito maestro Mario de la Cueva, Los funda- rentos filos6ficos y sociales de los nuevos derechos, creados en México por la vision del constituyente de 1917 en la luminosa declaracion de los derechos sociales incorpotada en la Carta Magna, requieren necesariamente de una constante renovaciéns pero, ésta, a su vez, aécesita una base sélida, una meto- dizacién cientlies y una ideologia politica siempre en avance, Mario de la ‘Cueva proporciona la sistematizacién orgénica de la ciencia del trabajo mexi- ano, y también introduce, en el momento preciso, el conocimiente de los sri? 98 Enniaue Atvarez om, Casritio principios y las doctrinas fundamentales del derecho social comparado. No es s6lo la practica constante, sino el pensamiento, el esprit, lo que en eseacia pezmite la evolucién y la proyecci6n de las insttuciones juridicas En un andlisis completo y preciso que tiene como objetivo definir una nueva idea del derecho del trabajo, Mario de la Cueva (EI nuevo derecho ‘mexicano del trabajo, op. cit. cap. VIII), establece las causas que fundan la unidad derecho-del-teabajo-derecho social y, desde luego, siguiendo en ello las ideas de Radbruch y el pensamiento eminentemente ético-social de Georges Ripert y el econémico-social de Georges Levasseur, plantea la autonomia y las caracteristcasidel nuevo derecho social, a cuyo impulso se ha modificado cl orden: juridico facional que comprende. ademas de los derechos piblico y privado, el defecho social cuyas ramas fundamentales son: el derecho econ6~ rico y los derechos del trabajo y de la seguridad social, permaneciendo abierta a posbilidad de conformar otras amas. Para Mario de Ia Cueva, desde un punto de vista juridico-social, en la democracia occidental es vilida Ia conclusién de Karl Schmidt en cuanto a gue, la demacracia, tiene como constantes absolutas las ideas de la soberania del pueblo y de la representacién politica, como principios politicos funda- rentales y ias ideas de los derechos humanos y de le separacién de poderes, como principios juridicos, El tercero de estos principios, ls derechos hiumanos, ss compone de dos elementos: los derechos del hombre 0 derechos individuales ¥y los derechos sociales, que tienen indudables puntos de unién y. diferencias. La declaracién mexicana de los derechos individuales en la Constitucion de 1917, otorga a nvestro sistema politico, como propésito esencial,alcanzar la igualdad y la libertad materiales del hombre. No incurre, por consecuencia, cen el engaio de la burguesia liberal que eleva a la categoria de los derechos absolutos del hombre los principios del sistema econémico del capitalismo. Ese caricter sélo lo tienen las libertades fundamentales de conciencia, de pensa- miento, de ensefanza, y las inherentes a la persona humana, como la de tta- bajo, las procesales y las de trinsito. El Articulo 27 nos da el sello mis sig- nificativo al suprimir Ja propiedad privada como un derecho absoluto y suje- tarla a las modalidades que dicte el interés piblico y el beneficio social, y en al Asticulo 28, al facultar al estado pata intervenir en la economia, con io que se abendona el fatidico régimen del dejar hacer-dejar pasar. Los derechos sociales han de garantizar la efectividad real de los indivi- duales, y Mario de la Cueva los define como: Tos que se proponen entregar la tierra a quien le trabaja y asegurar a los hhombres que vierten su energia de trabajo a la economia, la salud y la vida y un ingreso, en el presente y en el futuro, que haga posible un vivir conforme con la naturaleza, la libertad y la dignidad humanas” (op. cit, pagina 80). Los Danecuos Sociauss pe Punto Mexicaxo oy Es evidente que el concepto vertido no limita los derechos sociales, tam- poco el derecho social, al campo del trabajo subordinado y pecnite, en conse- fvencla, comprender todos aguellos dereshos socisles que van proyectindose Y consoidandose en funcién’de clase, De esta manera, en nvestto pais, la Unién de los derechos individuals y de los. derechos. sociales tene, ademss de sna base histéico-politca indudable, la posblidad de contemplar al hom- bre real que entrega su energia de trabajo @ la economia, como unidad, sin que pueda desdoblaise su personalidad por el hecho de considerarlo individal- mente o como parte del todo social. Esta es, en Ja idea de Mario de la Cusva, In afirmacién mexicana de un prop6sio: [a unin del derecho a la libertad con el derecho al benestar materat en que el hombre deje de ser una cosa sujeta a explotacisn de fos demés y se elcve sobre las fuerzas econsmicas y las ponga a a servicio. En general la doctria juidea sobre los derechos socioles observa la tendencia redvct la proyeccién de los nuevos estatutos al esquema del dere- cho del trabajo y de la seguridad social, Inflye, desde luego, una cveation de origen y de interés inmediato: pero también un problenia de objetivo, y e2 indudable que el derecho se orients. principalmente, por el animo de “norma: lizar", antes que nads, en reglas generale impositivas lag stuaciones sociales ¥ econémicas dadas. Ocurre un fenémeno inverso en el andisissociolégico de fos derechos sociales, puesto que al colocar como objeto fundamental de estu- dio la realidad social Ia estructura misma de ns clases sociales, los scislogos tienen mayor facldad para proyectar la necesidad de la transposcién furdica de situaciones socisles emergentes; ademés, permiten poner de relieve ls dife- renclacién conceptual entre estas situacones y las de cardcter econémico, 10 due. sin duda, remoza y proyecta el pensainiento orginal de Radbrach y la corrente progresista de De la Cueva. No es posible en el presente y paca el futuro “jurdicisar” de manera absotata todos loz problemas que confronts el derecho: Creo que en el momento actual, la realidad socal nos demuestra que no existe ya la posibiidad del derecho social del porveie, como expresién de Jn unidad entre el derecho econbmico y el derecho del trabajo, Cada ver mas se confirma la exstencia y autonomia clentlica de un derecho econémico tota- Hzador de la regulacién de las sitaciones econémicas en general, frente a un derecho socal de clases y hombres, también aut6nomo y completo que sja las relaciones sociales entre hombres-grupos-lasessoviedad global: y del que, el derecho del trabsjo y la seguridad social s6lo son pastes importantes y de origen, Entce los hallazgos ms importantes de las ciencas sociles en este siglo, se encuentran: la colectivizacién o socializacin del derecho que apunta y sis: tematiza Leén Duguit la desjuridiciacion del derecho en general, iden ite ia también por el genio de Dugut: por iltimo, la fnterpenetracién, poe lo demas siempre existent, entre derecho, economia y sociologia. No cabe la 100 Ewaique Awvarez pet Castiiio menor duda de gue estos prinpios modifican profundamente, en mayor © tmenor escala, Is concencia la sabiduria de los jaristescontemporineos, salvo in de algunas cuentas cocrenes, cada ver menos, que conservan Ia crcencia las tradciones mas cigurots o en el formaliano del derecho, a "cuestién social” del siglo 20% nos proporciona el especticulo cruel de las desigualdades de las injstcas socials, a la vez, nos hace ver natu- roles ls teorias,prncpios y scciones de erganizacion de las clases desvalidas pata alcansar, pr In uni, el valor de las foerzas clectivas capaces de ifllt fn ln politica del estado y oriemtarla ene sentido de In defensa de sus inte- as teorias peicolgicas y econémicas inflayen en la formacion de uni concincia politic sobre lot problemas de antagoniomo y desajustes de las diversas claes sociales, Refirendome alas primers, no puedo dejar de sste- ner que es Georges Gurvitch quien abre el camino hacia le estructura del nuevo derecho socal, mediante la concepciin rocolgica total dsl derecho, que a bien puede tener falls, es una demostracion extsordinacia de ingeio,crea- tividad y posbilidades, En Lidge du Droit Social (Ed. Sitey, Pars, 1932), Gurvtch sefala, certadamente, que integrar el derecho social con base en fs mera consideracén dela cveston social y en la situacion de Ine clases ables, Snsioeas de(protecion legal por parte del estado, es tanto como aceptar que Gl dsrecho socal no tene ningin contenido jurdico preciso y no oftece sino tina aglomeracon de estructuras diversas, petenecentes a maltipes dsiplinas del derecho, Tampoco es el derecho social una especie de derecho notoral yorque no es un ideal sino tna realidad juridea, no se concbe como un prin- Cipio moral de exits del derecho postvo. Por itn, critica Gurvitch, In in- ferpretcién weimariann del derecho social como un dominio en donde el derecho pablco y el privado se entrecisan y entran en sintesis pace formar tun nuevo trmino infermedio entre las dos especies, una tercera especie de derecho con une estructura formal y la oposicion material, independientes una de a otra, entre el derecho pico y el privado, El derecho en general se divide ent derecho de coordinaién, reerido @ los acon contactslesy en el que se trata de cordinarinteresesr derecho de subordinaign, el que se mpone a la voluntad de los indviduos para some terlos al orden del estado; por iino, derecho social, formado en cl seno de Ins sgrupaciones humanae, cs un derecho de integraciin porque a fnalidad consste en lograr la uaign de loe miembros de toda agrupaciéa socal me- diamte a expreion de voluntades, sin necesidad de orgenizaciin o de cove clon: "un poder socal que obra sobre los individuos: pero no como exterior 8 ellos, sino como faerse interna ceada por ellos mismos”. En su etapa pria- fia, e derecho social precede a la organizacon del grapo 0 comunidad sto ‘cuando accede a la etapa organizada es coando puede diigrse a sujetos jar dicos espectcor ~peronas colectvas complejar~, diferentes a los sujetos y Los Densctios Sociates pet PuEsto Mexicano 101 individuales y a las personas morales. El derecho social, en tanto integraciéa cobjetiva de una totaldad, es la manifestacién mas pura de lo social porque ex tun movimiento continuo de partcipacién interpenetrante de lo miltiple en Jo uno y de lo uno en lo multiple, correlacion irreductible del todo y de sus partes que se engendran reciprocamente. De abt una de las aportaciones valio- fs del pensamiento de Gurvitch: ‘Es necesario comprender que el derecho no es un orden puramente nega tivo y limitativo que mo hace sino defender, Es necesario darse cuenta de que ese derecho es también un orden de colaboracién positive, de s0s- tén, de ayuda, de conformidad. Es necesatio habituarse a ver en el derecho tun orden de paz, de unién, de trabajo en comin, de servicio social, del propio modo que un orden de guerra, de separacisn disyuntive, de repa- racién” (op. cit. pag. 19) El desarrollo de este pensamiento pone de relieve una conclusién sencilla yy clerta que sostengo desde siempre: el derecho social, particularmente en sus amas del trabajo y de la seguridad social, si bien teaduce 0 teaspone situa- clones de la realidad econémica y socal, a la vez significa un instrumento adecuade, a disposicisn del estado, para influir, coordinar, dicigie 0 modificat esa realidad. El derecho social, siguiendo a Gurviteh, cobra su fuerza obligatoria de la autoridad directa del todo sobre las partes y tiene como materia exclusiva de reglamentacion la vida interna del grupo, sin extenderse més alld del propio grupo por él integrado, Por ello, las relaciones que instituye el derecho social son diferentes a los de cualquier otro derecho y consisten en la partcipacién directa de los miembros en el todo institwido (grupo-clase-cociedad) y en Ia relacién entre los propios miembros, Las relaciones juridicas fundadas sobre ‘l derecho social, se manifiestan de una manera exterior en el poder social gue el todo ejerce sobre sus miembros, Finalmente, los sujetos del derecho Social son personas colestivas complejas “El orden del derecho individual y el orden del derecho social se dici- igen a sujetos de estructura completamente diferente. Los del primero son Individaos o personas morales concebidas como unidades simples, En cam bio, fos sujetos cel orden del derecho social jamés representan unidades simples, sino sistemas complejos” (op. cit, pig. 25) Otra idea importante que sostiene Gurvitch, en contradiccién abierta con Leon Duguit, ¢s la distinién tradicional entre el derecho objetivo: “es decir. el conjunto de insttaciones y de reglas que forman el orden juridico”, y el derecho subjetivo, o sea, “el conjunto de competencias que extas reglas atribu- 102 Enmaus Atvanez oe. Castitio yen a los eujetos 0 los cuales se dirigen”. Bl derecho social, como cualquier otro dominio del derecho, tiene un lado subjetivo: “Del mismo modo que ef derecho individual, ef derecho social no puede ‘ser concebide sin que su orden objetivo atribuya a lor sujetos a los cuales se dirige derechos sociales subjetivos. Aun en las comunidades inorgani- zadas se atribuye, necesariamente, una cierta cantidad de derechos subje- tivos a sus miembros: derecho de participacién en la comunidad, derecho de adhesion a ella, derecho de transito libce, etc...." (op. cit. pag. 47). En cambio para Duguit, la nocién del derecho subjetivo se refiere a una concepcion metafisica y pucamente individualista de la sociedad y del derecho objetivo: es decir, del derecho imponiendose como regla de conducta a los indi- vviduos ya la colectividad personificada, al estado. Esta concepcién fundada cen Ia naturaleza libre del hombre y en el contrato social es completamente artificial y es un producto histérico superado, Las sociedades contemporineas elaboran un nuevo sistema substitutivo que descansa en una concepcién exclu- sivamente realista: Ia nocién de funcién social que elimina, poco a poco, 1a concepcién metafisica del derecho subjetivo: TEL hombre no tiene derechos: la colectividad tampoco. Pero todo indi- viduo tiene en la sociedad una cierta funcién que cumpli, una clerta tarea que ejecutar. Y ese es precisamente el fundamento de Ia regla de dere- ‘cho que se impone a todos, grandes y pequeios, gobernantes y goberna- dos” (Len Duguit, Las transformaciones generales de Derecho Privado desde el Cédigo de Napoleén, F, Beltrin, Madrid, 1920, pag. 40). La sodializacién del derecho y el functonalismo, de las ideas quizh mas critieadas de Duguit, originan una concepci6n de orden realista y socialista, que transforma profundamente las ideas juridicas anteriores, entre ellas, [a del derecho individvalista de propiedad: “Bn cuanto a la propiedad, no es ya en el derecho modemo el derecho intangible, absoluto, que ef hombre que posee rigueza tiene sobre ella Filo ety ello debe ser, la condicin indispensable de Ia prosperidad y la grandeza de las socledades y las docteinas colectivas son una vuelta 4 la barbarie. Pero la propiedad no es un derecho, es wna funcién social. El proletariado, es decir, el poseedor de ana riqueza tiene. por el hecho de poseer una rigueza, una fancisn social que cumplit: mientras cumple esta imisisn, sus actos de propetario estan legalmente protegidos” (op. cit. pagina 37) Gurvitch; por su parte, acepta Ia idea de la funcién soclal: pero pretende Los Dereciios SociALss pet. Pursio Mexicano: 103 ‘mantener el concepto del derecho dentro del marco de su muy especial con- Cepcién sociolégico-juridica. Al lado de un derecho social puro e indepen- diente, que es aquel integrado por los miembros de un todo (sociedad). sin recurrie a Ia coaccién incondicionada (del estado): vg. el derecho intersacio- ral; existe un derecho social puro, pero sometido a la tutela del derecho esta- tal, que comprende todos aquellos casos en que Ia legislacién del estado invo- Iucea normas pertenecientes al propio derecho social puro y auténomo, o bien cuando el estado legisla independiente sobre las misma: cuestiones que son ‘objeto del derecho social para evitar los posibles abusos derivados de su auto- nomia, Un ejemplo es el de la propiedad colectiva en que se trata “,.de una amalgama de derecho social y de derecho individual que se produce, no obstante, no en provecho del derecho individual sometiendo €l derecho social, como en las asociaciones de dominaci6n, sino en provecho del derecho social, restringiendo el derecho individual de propiedad y elevandolo a la altura de una funcion social” (op. cit, pig. 64) Las teorias sociolégicas y politicas sobre el derecho influyen en la for- smacion de una conciencia social en cuanto a los problemas de desajuste y ant gonismo entre las diversas clases que componen la sociedad y sobre la manera de resolverlos mediante la aplicacién de un derecho socal. Sin embargo, este propésito no elimina las objeciones de que han sido objeto en el sentido de {ue no tienen ningin contenida jusidico preciso y a6lo significan la aglome- sacién de normas diferentes y pertenecientes a diversas disciplinas del dere- cho, Inclusive es insuficiente la idea de Gurviteh, pues sl tenemos que cons derar derecho social cualquier ordensmiento que tiende a integrar a los indi- viduos en un todo, encontramos que disposiciones con esos efectos se contic- nen en todas las ramas del derecho. Un concepto auténomo del derecho social no puede derivarse tnicamente de que tal desecho tenga como finalidad poli- tica resolver la cuestién social 0 realizar ta justicia social; tampoco porque su objeto sociolégico son la integracién de los grupos sociales: ambos elementos son necesarios. pero no suficientes para definir el nuevo derecho social En el afio de 1953, el eminente jurista y soci6logo mexicano Lucio Men- dita y Naes publica, por primera ver, un estudio especifico sobre El Derecho Social (Ed. Portia, México, 2a. ed., 1967), en que después de distinguir pun- tualmente los aspectos politicos y soclolégicos que informan el derecho social, nos oftece un estupendo andlisis juridico de la problematica que presenta este nuevo derecho y una visién profunda de sus indudables proyecciones en el ‘orden juridico nacional, En efecto, asienta el maestro Mendieta, el derecho cs un producto social, es un fenémeno de la existencia coleciva; pero como disciplina cientifica es una rama auténoma del conocimiento. En el derecho social existe un aspecto sociolégico que eae dentro de la esfera de la sociolo- 104 Enrique Atvanez pet Casto aia y otto aspecto juridico que costesponde exclusivamente al campo del dere tho. sin que se trate de desconocer la interdependencia entre sociologia y derecho, También es necesario distingultlo del derecho del trabajo, si se en tiende que este ditimo, desde un punto de vista objetive, es un conjunto de rnormas 0 reglas para regular el régimen juridico social del trabajo, y desde el punto de vista subjetivo, consste en las facultades adquiridas conforme a di- Chas reglas y normas; puesto que el derecho social no se concreta a las Ieyes del trabajo, sino que comprende disposiciones que extienden su radio de accién Dproyectandolo en un sentido protector de las clases desvalidas en general Para formular un concepto juidico del derecho social es indispensable: detetminar cusles son las leyes que pretenden configurarlo: buscar en ellas un fondo comén que justfique su unidad substancial; probar la diferencia de sus principios con los de otras amas conocidas del derecho: y poner de relieve Sus fundosientos axiolégicos y econémicos. En general, todos los autores, ex- plica el propio Mendieta, eatin de acuerdo en que al derecho social le corres- ponden, hasta ahora, entre ottas, las leyes del trabajo, de la asistencia, las Agraria, las de segusos sociales: las de economia dirigida en diversos aspec- tos, y las que simplemente zegulan la intervencion del estado en materia €co- nomica. A estas agrega el maestr> Mendieta, con toda propiedad, las refe- ridas a la legislacién cultural. [Las materias apuntadas tienen como denominador comtin en cada uno de ls aspectos sefaladas lo siguiente: no se refieren a individuos, sino en cuanto 4 integrantes de grupos 0 clases sociales; tlenen un marcado cavicter tutelar: ‘son de indole econdmica fundamentalmente, salvo las culturales que tiene como base el progreso moral: y pretenden establecer sistemas para transformar la contradiccisn de intereses de las clases sociales en una colaboracién pacifica y fen una convivencia justa, En conseevencia, aun cuando el contenido del dere cho social sea heterogéneo, su abjeto establecido entre los varios aspectos de tse contenido guatda unidad esencial, No es un derecho especial, ests surgiendo como una nueva division o paste del derecho formada por varios derechos e- peciales: “Un derecho nuevo se establece, o pot In originaidad de sus disposicio- nes gue regulan situaciones enteramente desconocidas antes (derecho ‘aéreo por ejemplo), o cuando ingentes necesidades sociales van dando, fen torno de ciertas situaciones juridicas, diferente sentido a las normas Que las regulan y las van enriqueciendo con otras disposiciones y con otras {eas hasta formar un cuerpo dectrinario y legal auténomo dotado de energia propia, de peculiares principios que lo configuran como algo dis- tinto de sus fuentes originacias” (op. cit, pigs. 56 y 57). En un sentido sociologico y jutidico a la ver puede hablarse del derecho Los Denecos Sociaues pet Purwio Mexicano 105 social cvno un derecho de toda sociedad a mantenerse auténoma: a desarro- llarse vitalmente por el unico medio posible: la conservacién, la seguridad y el bienestar de sus miembros. “Ese derecho lo ejerce la sociedad frente al estado ereando un conjunto de facultades (derecho subjetivo), consagrado en ordena- mientos legales producto de la misma sociedad, pero avalorados con la sancisn del estado (derecho objetivo).” El derecho social no es una concesién graciosa dei estado, es un derecho de le sociedad frente al estado o un derecho de clases sociales frente a otras clases @ grupos y el estado, Lucio Mendieta y Netez apunta In siguiente efinicion: 'El derecho social es el conjunto de leyes y disposiciones auténomas que festablecen y desarrollan diferentes principios y procedimientos protecto- res en favor de las personas, grupos y sectores de la sociedad integrados por individuos econémicamente debiles, para lograr su convivencia con las ‘otras clases sociales dentzo de un orden justo” (op. cit, pag. 59). Queda claro que cada uno de Jos cuerpos de leyes integrantes de la nueva disciplina tienen su objeto propio, distinto de los otros ordenamientos del mismo derecho, sus prineipios y técnicas, si bien con el mismo propésito: evitar las Injusticias inkerentes a las diferencias econémicas de clase. LA IDEA DEL DERECHO SOCIAL vi remot legado al punto de sintesis sbre las caacteristics y Toe objtos del derecho soc en else juriico mexican. ea ocean de i tllenin fosfca al tena. defo alenacibn, La profenitied el penvamiete Regeln significa, «lave, difleliad para ofe- aan icaclon sabre los dos temas gue Intersa destacar: propiedad Y labo como derechos indvidales foalinables, Sse ttegel (Btosofia del derecho, pg. 30), el derecho ex algo sagre- do en nua icamente porque el derecho cs 1a enistencia del concepto ab- ee aeniiberted consent de simisno, “El derecho es la Uibertad hecka soit matralenda en le exitenci empirica y a0 desarell propio se cee sane aprocera diletico gue le ceracterza como un concept con realidad retin de To eoncenca humana” El derecho se fondamenta en Ia per saee ee eada en seno dela soctdad y no existe como derecho natal an tira estado de naturaeza, El derecho so existe em une sociedad aan ae conn pute ver propietara, Hegel coloca la propiedad prvad Se ee edeactara onoliica, como 1m componente esencial dsl hombre. Bre So sbvamente general para todos Tos hombres, permite despres- rae meee erlanon que em el penaaiento de Hepel, la inca igundad po- Seco, Sesdad dln peesonlidad abstract, pues en la realidad, ls hom Bee BMS desguales por ateraleza, sno porgue la sociedad fomenta eee ts Gengelded natralen foncion de as aptitudes, de la fortuna see a altos intlectal y moc y de la necesaia divin del teabajo tet eeginen burguts de produc, ee eticatin ete le propiedad y ol “concepto de ls personaliad tee to ee en detrina aide Hegelian de a aienacin. La dest= 16 Los Denscuos Sociatts px Pursto Mexicano 107 cién de la propiedad significa Ia destruccién de Ia individualidad bbre, de Ia libertad: pero la persona juridica puede deshaceese de la posesion externa enunciando a ella, abandonsndola o bien cediéndola. En este sentido, la pro- piedad es externa a la persona; lo que no puede la persona es enajenar o poner bajo el dominio de otto a su propia persona ni renunciar a ella: “Por tanto, son inalienables aquellos bienes © mas bien aquellas deter- rminaciones sustanciles, cuyo derecho es imprescriptible, que constituyen ni persona mis propia y la esencia general de mi autoconciencia, como mi personalidad en general, la libertad de mi voluntad universal, mi mora- lidad cbjetiva, mi religion” (Filosofia del derecho, parrafo 66). Es ciesto que ef hombre puede caer bajo la dominacién de un poder ajeno 1y quedar convertide en un objeto externa, como por ejemplo: [a esclavitud. la propiedad corporal, la incapacided de see propietario o de disponer libremente de la propiedad. En estos casos, la persona esti alienada porque no se posee 4a si misma, sino que es poseida, o porque leves negado su derecho a disponer de la propiedad. El advenimiento de la propiedad prioada, como derecho de la persona, constituye, para Hegel, la supresisn de la allenacié Hegel acepta la “propiedad”. su transmisién o enajenacién como expresién de los poderes del propietatio y la distingue de otro tipo especial de “contratos de cambio” en virtud de los cuales una persona cede a otra mediante un pago su capacidad productiva o sus servicios, Son dos resultados distintos los que resultan de la transferencia de Ia propiedad de cosas externas y los conse- ccuentes a la cesion de servicios personales, remunerados y limitados en el tiempo y forma. En un resumen impecable, Manuel Alonso Olea en su libro Alienacién Historia de una palabra (Instituto de Estudios Politicos, Madzid, 1974, pagi ras 65 y 66), explica el concepto del trabajo enajenado: "Yendo al contenido textual de los pasajes de Hegel que se han ido ci- tando, «yo puedo enajenar mi propiedad, las cosas que integran mi patel- ‘monio, pero son inalienables (Uinversiusserlich) «por esencia> —por e30 son también imprescriptibles, precisa Hegel— caquellos bienes 0, mejor dicho, aquellos caracteres sustantivos que constituyen mi propia persona- lidad», entre los cuales esta y emi religign»); una hipotética enaje- nacién de este tipo no seria tal en sentido juridico, porque constitucia un acto de disposicién sobre lo que es indisponible, un ejemplo de lo cual seria la cenajenacién de todo un tiempo cristalizaido en la totalidad dle mi trabajos, en virtud de la cual, efectivamente, econvectria en propiedad de ‘otro la sustancia de mi ser... mi personalidads, pseudoenajenacion ju 108 Bvmque Atvanez pet Casio dica de Ia que, segin se dijo, eson ejemplos Ia esclavitud y la servidun- bre», insitciones Viejas y superadas, anacrénicas cuando mens. sobre todo la primera, propia de ela tansicign del hombre desde el estado de naturaleza a una vondiién genuinamente tica> y que. por tanto, repug- nan a esta, coracterstica de la cul es, por tanto, la imposbilided de que pueda contrataresobre a fotalidad de wt personay” (Hegel, Filosofia det Derecho, pitratos 65-67 y 36 a 57). En cambio, si es posible enajenar a otto las habilidades y aptitudes, ce- diendolas por un periodo limitado de tiempo, porque las habilidades y aptitudes estin en relacin externa con la universalidad y totalidad del ser bumano, Esta cesién es vilida si se limita en el tiempo y en la forma ~dependencia—, pues de otra manera, el vendedor se vende a si mismo, es una cosa puesta a dis- posicién del comprador. De todo y en la investigacién, y lo que es mks teascen- dente en el proceso mismo de la legislacién, Bl proceso evolutivo de los dere- chos social y econémico es via que demuestra la factibilidad y adn la facilidad del cambio, que permite conservar la sustancia juridica trascendente, las gran- des propésitos, y desplazar, con la premuea requerida, los obsticulos legalistas cuyo valor es telative y circunstancial Si bien es cierto que cada sociedad produce su derecho, no es posible, en todo caso, afirma Gerard Farjat (Droit Economique, ya cit. pig. 400) olvidar Ia posibilidad de una desaparicion del derecho, o de su contraccién. Sin em- bargo, antes de tomar una posicién, e¢ indispensable no limitar el derecho al Herecho formal, al derecho reconocido. El dogmatismo juridico concluye en la negativa a toda evolucisn, y mas aiin, a toda revolucién de las estracturas fundamentales de 1a sociedad. La prictica jutidica enclausteada necesaria- mente en el marco formal del derecho positive permite calificar de dogmaticos a los juristas que se limitan a la aplicacion silogistica y se rehusan @ comparar fos fchos sociales con el derecho y, sobre todo, se niegan a reconocer otras realidades mas alla de la realidad juridica del derecho formal La evolucisn general del derecho, la aceptacion indispensable del derecho social y'del derecho econémico, nos exige apartarnos del simple andlisis ju dico formal, Es indispensable el anélisis sustancial 9 material del contenido de las normas juridieas para comprobar constantemente si ese contenido tiene coherencla con los hechos de la realidad social. Esta labor es particularmente importante en el trabajo legislative y judicial. Constatar la categoria formal de la norma con la sustencia de su contenido para eliminar las contradicciones yy, en todo caro, cortegislas otorgando categoria Juridica formal a los hechos de la realidad. Las dificultades que tiene este trabajo continuo y siempre renovado, implican abrir el proceso formal del derecho y es indispensable admitir la existencia de otto tipo de fuentes formales consensuales, entre grti- pos sociales 0 pecsonas, como es el caso de los contratos colecivos, contratos tipo y otras especies que permien establecer condiciones generales obligato- ras, El-derecho es wna transposicisn jaridica de situaciones sociales y eco- émicas, es necesario encontrar nuevas vias jucidicas para que se expeesen [ormalmente los hechos que las fundan, sin limitar exageradamente los sujetos Tacultados; pero, siemore dentro del sistema previsto por el orden juridico prablico del estado, El derecho ex mis grande que las fuentes formales del derecho. Es un dato incontrastable que las telaciones sociales y las eelaciones eco- nomicas siempre preceden o estan latentes en la accion legislativa formal del estado, El dezecho del trabajo, cuna del derecho social, no es creacién del e3- tado ni de la accién sindical; antes de “formalizarse existen ya las relaciones sociales de injusticia que provocan su establecimiento: el derecho de Ia copro- Los Derecitos Sociates ps1, Puzaio Mexicano ur pledad tnnabilasa aparece primero como una conformacién de relaiones so- | Gales yr esondmicae ‘adapentabls en fa sociedad moderna, Sia eaberge, ee secesaro aceptar que n0 Se puede hablar de una nueva tama del derecho sino Cuando la naduracién y le coherencia de ls telacones que pretende rele coetcivamente son recocidas, El derecho exist cuando Ins flaconea soca. Tes son susceptbles de un procediiento juice; una rama del derecho, en el aspecto clentifca, existe cuando esas telaclones socaes son susceptbes de tm procesamlento jurdico copectico. La decadencia, para algunos, ola nueva visin, para otros, de lat fuentes formales del derecho rest, actualmente, de dos fendmgnos’ objets cet, tos: el reconecimiento de la enstnca de fuentes concurentes gue gobesnas la actividad soil y econdmica del estado que no emenan del poder pica, come es el caso Upkn de los conratoscoectivs y los aeverden de careter fconémico ene particulates en los cuales se previenen normas paiva con faricter general y rlatva permanencia, Y el recnociniento de las caracte- ristleas fundamentals uel Uerecho econbaico y del derecho sdmictative éstatales que exgen el eecimento constante del poder dacrcknal dele ad. finistracon y constcien» la ley, el poder leilatvo, al conealy slvaguar. din de los pincipios fundamentaies el orden jurdico consttcloel. No es posble ignorar que ea ene tipo de nuewas fuentes se aiende al contenido | mesial de las norms sobre proceso formal desu incorporacign al orden pstivo Ta "“desjuidczaién” © antijuiidad del derecho tene como teautado des ciestiones decisivas en la traneformacion de los procsosforael matesal dl derecho contemporanco. Es inobjctable, por una pare, gue no puede som tenersevaldamente el wonopolio formal del poder pblico en la ereacon recreacin exclusiva de as normas jurdiasy, portato, desde este pent de ‘sta, en los procesosinstrumentles ee plerde el predominio absolute Gl dese tho estabecdo por el estado Uber. Por otta pate, es necesaro reconccer Que el contenido material de las norms jucidicas tampoco resulta dele aceon Iedominante dl derecho y, poe consccuencia, él monepoto absoluto de los Poderes del estado, Es indispensable reconocer que el contenido material de Tas normas juries es un producto de ln ntrpenctacin exstente entre los ethos sociales, los datos econbmcosy lo fines jrdicos, "Mas grave tendenia envenena al derecho en la primera mitad de este {slo y sepoasisa en a coniente "foalita” sinbollzada por Kelwen Reda ‘ido el derecho abjetvo a un conjuno de normas ebligatoras elaboradas por los hombres con base en los hechos tciles y ecendmicos, el derecho debe limtase a procesatas para inponeslar coctivamente poesio que son seta. Juvdios {ajenor al derecho) lee teglas, ls prntpin oe valores, las ideas del derecho y de la justia, EI derecho tiene por ebjeio esncal iponer et Jn sociedad un sdginen determinado de “ordenat 48 Enaiue Auvarez pet Castito “EI conjunto sistemstico de reglas juridicas obligatorias que el Derecho aporta a Ia sociedad constituye solo el medio para que se alcance un determinado orden social. El Derecho, por consiguiente, es puramente instrumental y, por si mismo, no se integra con ni comprende los fines o las ideas sustanciales que inspiran Ia ordenacién que esti encargado de sostener bajo amenaza de coaccién”, (Novoa Monreal, op. cit. pags. 80 y 81). Corresponde a Ia politica, como ciencia y prictica del gobierno, sefslar ls ideas dectices yon lctn Sl den Jot, El dre slo oper como apoyo fornal de erst ideas y n0 le toen desde sobre tse Ak fas normas que la politica, la economia a soilogia Te piden eaborr- El derecho es un Instumento formal relation” por alls’ al servo de sirectvssfenayen el derecho no exten prncpion de fondo preetableios, Se linia ala apheacén exclusiva de los citron prctics,formeles y vase Bles que se le smponen, Nadie puede poner en dada que el als endo formal const uno de ton caravtreseopecficos del sistema jac: ero, em el derecho, reslta también indispensable ef anise de los hechos on Funct de categrias Jr Citas truce, como por ejemplo, a generalitd, ln seguridad, la justi, in equidad, Coan In cena y Ia price del dereco se eaceran en la aplicacgn formal del derecho pestva, le juslas se dogaatisan posto qve ‘blo reconocen como tealidadyla realidad juria del derecho formal. se legan a comparar los hechos con el derecho. Una insuficenla de ete po Sélo puede ser producto de una cara dformacion profesional que deja libre {icamino a a imposcia de cateio tecnicos absolitos y 8 deformaciones Folitcaspelgrosts pot los eagos, sempre presentes, de la azbluaredad en usenia de a cosataion de lou echos con ef derecho, El derecho del taba iiaimentey ss tarde la conolidacién del det- recho scily del derecho economic exigen fa formacion de en espe jr ico naeo. Bos derechos son derechos de exstencia, no solamente de ipo tess condacen an fealom fac que, en certosatpecto, nos hace pena, 1 veces, sino es prefer despojarse dl bagje de conocntentos dl jurita totscto para comprenderoe. El andi del derecho en su contenido latins Substancal 0 mate, te manifesta ia con ia en Ia atidad “epalaia™ Ae Tos poder pblicos pevadoe. Para const el derecho social resulta indapensable el conocimieno de los hechoey dat polio, economicos sons en forma permanente ps to que su cbservatn y ened condconan la formason yapllscion de las ‘ils jurians tomenos simplemente lor cesos de las noraias devas de in conteatacion cslectiva entre sindiatos y empresas o sobre el conta finan- lero del estado, Las tlaconesjurileas a formadas, como tantas ras, Los Derscnos Sociauss pi. Puzsto Mexicano 119 crean situaciones de hecho que "hacen" el contenido mismo del derecho: el derecho material 0 substancial: independientemente de gue, en cualquier mo- mento, tales sitvaciones puedan realizarse como derecho formal y establecer, en el sistema juridico, una nueva categoria de normas, El derecho social reconoce para el derecho en general Ia necesidad inelu- ible de otorgar prioridad al andlisis material de los hechos sobre el de las situaciones meramente formales. De otra manera, los hechos sociales deter- minan la creacién de normas juridicas, primero, en funcign de los criterios del derecho material y, segundo, en Ia aplicacién de los procesos del derecho formal. Convenir en la prioridad del anilisis material, significa confrontar la realidad social sin apriorismos juridicas s6lo respetando los principios irre- ductibles del derecho. No hay ninguna duda de que este fenémeno es en rit cho producto de la “desjuridicizacién” del derecho, Esto es, el derecho haja de los altares de la humanidad para mezclarse con los hombres. El problema no es solamente te6rico sino también practico y desde este punto de vista se revela como una cuestién fundamentalmente de seguridad juridica, Si ésta la buscamos en la actualidad dentro del esquema mas 0 me- nos rigido del derecho positive, infinidad de situaciones quedarian al descu- bierto y sin ninguna proteccién; es indispensable el anslisis y la determina- cién prioritaria del derecho material para recuperar, en toda su plenitud, 1a seguridad juriica, virtud decisiva del derecho. Ese es el caso, por ejemplo, del valor juridico de las circulares que resuelven sobre la marcha situaciones jurdicas urgentes ¢ ineludibles, y dan seguridad, que de otra manera, senci- llamente no existiria, al menos oportunamente. Para un furista dogmético es obvio que las cireulares no tienen el cardcter de fuente de derecho segiin los citerios formales. Sin embargo, es absolutamente cierto que en este tipo de documentos se geneca derecho material cuya vigencia efective, independiente- mente de su incorporaci6n al sistema del derecho positivo, En resumen, los fines mismos del derecho social y el econémico han venido a justificer la existencia, en mulitud de easos, de normas juridicas vigentes, a pesar o sobre el proceso formal juriico, EI mismo fenémeno ocurre desde el punto de vista teérico, Es indispen- sable definic los elementos irreductibles y esenciales del derecho social y del ‘econémico principalmente, en funcion de la necesidad de encuadrar en el orden jutidico general las realidades sociales y econémicas en toda su complejidad. Esta necesidad es manifesta si se piensa que es fundamental colocar al hom- bre, en toda su dignidad, por encima y como rector de tales realidades, no podemos permitic que las mismas se impongan y esclavicen al hombee. Sélo el derecho es capaz de imponer la conducta debida, De ahi pues la neccsidad de econocer que el derecho es mas grande que las fuentes formeles del dececho 4y. consecuentemente, que el derecho no puede constrefise a la actividad for ‘molmente legislativa del estado, porque al derecho es también mas amplio que 120 Enmaur Atvanez ps. Casritio las normas positivas del derecho y. en todo caso, el estado se encuentra obli- ‘gada a sancionarlo, Es evidente, ademas, que las relaciones sociales en ge- neral, y las relaciones de las clases sociales, internas y externas, en particular, consttiyen la génesis del derecho, Inclusive la mayor parte de las veces, tales relaciones contienen en si mismas su propio proceso de reglamentacién. El derecho positive se formaliza cuando las zelaciones sociales adguieren cohe- rencia, objetvidad, generalidad conciencia ideolégica. Volvemos a mencio- nar al derecho del trabajo, cuna del derecho social, que aparece con inde- ppendencia de Ja intervencién del estado y de la accién sindical, Las relaciones sociales de hecho se imponen a las autoridades y a los factores de la pro- duccidn, La realidad social produce derecho material y formal; pero, las normas asi conformadas tienen necesariamente que ajustarse a les principios genera Tes del derecho y al orden juridico establecido, Resulta inconcebible que tales normas fueran retroactivas, singularizadas, contrarias los derechos inalie- ables de libertad, de seguridad y de justicia individual, Tampoco pueden en tun sistema politica que pretende afianzar la democracia social, contradecir la justia social y la equidad econdamica, Las normas del derecho social adquieren el cardcter de leyes positivas rio por una concesién graciosa del estado, ai en funcién de favorecer a los econémicamente débiles o a los oprimidos socialmente, sino por la aplicacién indispensable de la democracia y de la libertad, que les permite cobrar obje- tividad. ‘Considerar el derecho social como un simple conjunto de leyes protectoras de las clases desprotegidas, es el defecto, nos dice Gurviteh (La Declaration ddes Proits Sociaus, ya cit, pag. 74). “en muchas sedicentes declaraciones de Derecho Social, que no hacen sino formular programas de fa accién del Estado y no hablan sino de sus deberes y de derechos, no atribuyendo a Jos Interesados, grupos e indi vidyos, ningun derecho social propio, ninguna autonomla juridica, ninguna capacidad siquiera de reivindiear y de controlar, ninguna garantia de su libertad positiva y de su papel activo, ninguna facultad de gobernarse ellos mismos y de defender efectivamente sus derechos”, Es claro que el derecho social no se cumple si el estado no protege. por medio de disposiciones legales y de procedimientos adecuados, a las clases sociales desvalidas, y en este sentido, es justo lo que observa Mendieta y Ni- fez (El Derecho Social, ya cit. pig. 38) “Bl que el Derecho Social sea un cuerpo de leyes protectoras de los eco- némicamente debiles, no significa que éstos carezcan de derechos, Las 1% Los Dearcitos Sociaues pet. Pugsio Mexicano 121 garantias individuales que constan en todas las Constituciones de los pai- ses de cultura moderna, son también protectoras del individuo ante el poder del Estado y, sin embargo, aquél posee la facultad (derecho sub- jetivo) de hacerlas valer en su provecho cuando se presente el caso, Lo mismo puede decirse del Derecho del Trabajo, Todo derecho objetivo, como el propio Gurvitch lo reconoce, implica un derecho subjetiva”. ‘Sin embargo, esta idea de Mendieta y Niiez corresponde al concepto tradicional del derecho subjetive que confia ampliamente la formacién y el ccumplimiento de los preceptos a los sujetos de los intereses a tutelar. Es cierto que en la larga y lenta evolucion de la clencig juridica, el cancepto del dere- cho subjetivo precede al del derecho objetivo; pero, actualmente se destaca cl derecho objetivo sobre el subjetivo que, como cualquier otro poder o cual- quiera otra relacién juridica, es una funcién o una proyeccién de aqutl. Tan es asi, que en una reaccién exagerada, la llamada teoria pura del derecho niega la existencia del derecho subjetivo para fortalecer el derecho objetivo, en que l primero se resuelve. Esta misma observacién procede en cuanto al pensa- miento de Leéa Duguit que disuelve el derecho subjetivo en el objetivo como productos ambos de la solidariad social. Pese a lo anterior, Ia diferencia entre uno y otro resulta evidente si se estima que ambos corresponden a dis- tintas aplicaciones de la realidad jutidica, El extraordinario jurista que es Fraacisco Carnelutti, en su obra Teoria General del Derecho (Ed. Revista de Derecho Privado, Madrid, 1955, pig. 200), expresa De este modo, para evitar un exceso ha terminado la ciencia por caer en otto, y sobre todo, no se ha dado cventa del método: en efecto, tanto el objetivo como el subjetiva no son otra cosa que dos esquemas de la rea- lidad, la cual tanto en uno como en el otro estd en abstracto 0 simplifi- cada: pero no puede negarse que los dos aspectos son diversos, en cuanto ‘gue son el producto de una diversa revelacién, y precisamente el derecho ssubjetivo resulta del analisis del derecho objetivo como una de las rela- ciones en que el concepto de éste se descompone. No es el caso de profundizar en esta larga discusién, sino que aceptando la diferencia, y aplicados los conceptos al derecho social, por una parte, existe tun conjunto de normas de cardcter objetivo que rigen, como ya hemos dicho, la organizacion de las clases y grupos sociales frente a la economis y la plani- ficacién de sus relaciones para la promocién defensa de sus derechos colecti- vos ¢ individuales. Y por otra, los derechos sociales subjetivos que resultan de las relaciones en que el concepts del derecho objetivo se descompone; esto es, la promocién y la defensa de los derechos de las clases y de los gru- pos sociales, y la planificacién de sus actividades, 12 Ennique Atvasez pet Casto Los derechos subjetivos sociales de cardcter individual, en tanto potes- tades o posibilidades de mandar para tutela de un interés propio, correspon- den, indudablemente, a las personas como miembros de una clase 0 grupo social, quiénes estin facultados para disponer de aguéllos en la tutela de sus intereses particulares, Baste considerar como referencia obvia, la defensa del salario en el derecho del trabajo que pueden y deben hacer valer las clases trabajadoras, los sindicatos de los trabajadores y cada uno de los trabaja- ores en lo individual. Es la confluencia de los derechos sociales subjetivos colectivos y los individuals. El concepto del derecho subjetivo nace y crece en el campo del derecho privado y, en la medida en quyla elaboracién juridico-social progresa, inevi- tablemente se transfiere al derecho pablico por la simple razén de que el estado resulta titular de derechos privados. En estas condiciones, se hace indispen- sable precisar el aleance y las caracteristicas de las diferencias entre los nve- vos derechos subjetivos pablicos y los privados, y en este sentido nos dice Carnelutti (Teoria General del Derecho, op. cit, pig. 208): Si el carécter piblico 0 privado del derecho no se funda sobre el sujeto ri sobre el objeto, debers buscarse el fundamento de esa distincin en la naturaleza de la misma relacién, y precisamente en la ligazén entre la forma y la sustancia, es decir, entre el poder y el interés tutelado (con el ejercicio del poder), en la que ya se ha establecido la diferencia en- tre el derecho subjetivo y Ia potestad. En esta hipétesis, entre el mando atribiido al sujeto particular del interés tutelado y la posbilidad de la tutela de ese interés por un tercero que es el estado, se encuentra una posibilidad intermedia de la atribucion de ese poder tutelar no al interesado al al no interesado, sino a uno entce varios interesa- dos: esto es, a una pluralidad, Por eso concluye Carnelutti (op. cit. pigs. 208-209) que: Un requisito necesario del derecho piblico subjetivo es, por tanto, el caricter colectivo de uno al menos de los intereses en conflicto, que cl mandato tiende a resolver y componet: asi, pues, si tanto uno como ‘otro de los intereses en conflicto son individuales, esta excluido el dere- cho piblico subjetivo. Pero aunque éste es un requisito necesarlo, no es suficiente. Es preciso que la tutela del interés colectivo sea confiada al jicio de alguno de los interesados como tal, 0 sea exclusivamente por su calidad de tal, + El interés colectivo llega a tener tal amplitud ¢ importancia como para poder ser colocado entre los intereses pablicos, y en consecuencia, siguiendo AI propio Carnelutt (pgs. 209-210). Los Denectios Sociates net. Puzsto Mextcaxo 123 “EI genus que debe contraponerse al derecho subjetivo privado no tanto 5 el derecho subjetivo publico cuanto el derecho subjetivo colectivo; de este modo podria dibujarse mas correctamente la antitesis entre dere- cho subjetivo individual y derecho colectivo. Precisamente, en una cocrec- ta teoria del ordenamiento juridico de la sociedad, los derechos de los socios se distinguen en derechos individuales y derechos colectivas, con Ja advertencia de que aquellos que solemos lamar derechos individuales no deberian estar colocados siempre en la primera de las dos categorias. El derecho subjetive paiblico es una subespecie del derecho subjetivo co- lective”. Histovicamente 1a idea sobre el derecho colective, en sus dos formas: derecho objetivo y derecho subjetivo, aparece en la integracién del derecho social y de los derechos sociales, concretamente, en el campo del derecho del trabajo. En el desenvolvimiento de la libertad de coaliciin y del derecho sin- ical, el factor permanente Io constituye la proteccién de los intereses colecti- vos profesionales de los trabajadores: de abi la importancia de precisar para respetar, este concepto tan genérico del interés colectivo, Francesco Santoro-Passarell, en un libro espléadido, Nociones del De- recho del Trabajo (Diana, Artes Grificas, Madrid, 1963, pags: 19 a 32), define, con gran claridad, el concepto del interés colectivo en Ia forma si- ‘guiente: “Interés colectivo es el interés de una pluralidad de personas hacia un bien apto para satisfacer una necesidad comin, No es la suma de inte- reses individuales, sino su combinacién, y es indivisible, en el sentido de que viene satisfecho no ya por varios bienes aptos para satisfacer ne~ cesidades individuales, sino por ua Gnico bien apto para satisfacer 1a necesidad de la colectividad. El interés colective que no sea un interés general de toda la colectividad organizada, atin siendo un interés di tinto del interés individual, es por sf un interés privador no es todavia un interés pablico”. Quiere esto decie, que los sindicatos de trabajadores 0 de patrones se constituyen para la tutela de intereses profesionales colectivos, los cuales, en lag interrelaciones particulares de estos sectores regulan intereses colectivos, ‘cuya consecucién no puede lograrse por los individuos sepacedamente, sino sélo conjuntamente por todos; sin embargo, estos intereses colectivos que po- demos llamar coneretos, no afectan en forma general toda la colectividad ‘organizada; y en consecuencia, ain slendo ya intereses de clase, no tienen la ccaracteristica de ser intereses pablicos. Existe, entonces, la posibilidad de hacer una doble distinci6n de gran Iimportancia juridica y politica. En primer término, en el caso mismo de las et Ewmque Auvagez pet Casriio asoclaciones profesionsles de trabajadores, es perfectamente valido sostener ‘el predominio de ciertas libertades fundamentales del individe sobre el grupo forganisado porque si la esencia de la asociacién profesional es el individuo, aguélla no puede pasar sobre los derechos fundamentales de la persona hu- mana. El hombre debe ser libre frente a la asociacién profesional, tanto para adheritse como para separarse de la misma, y no puede tal asociaciOn impo- rer a la persona criterios y conductas politcas, religiosas, 0 en cualquier otra forma transgredir sus libertades civice-politicas. En el estado actual de nues- tra democracia politica no podemos admitir 1a dictadura sindical; pero, las Abertades individuales no pueden significar Ia anarguia de las asociaciones, al Ia ausencia de relaciones sociales. Los grupos sindicales actian en repre- sentacion y defensa de los intereses generales, colecivos e individuales: en suma, la organizacién interna de las asociaciones profesionales tiene que set tuna forma de la democracia gue, por un lado, reconoce una esfera de dere- cchos inalienables de sus miembros y. por el otto, impone la unidad en defensa de los derechos y de los intereses comunes. ‘Sin embargo, es posible concebir como una tesis politica, la imposicién de las asociaciones ‘profesionales sobre los individuos; este es el caso del sindi- calismo comunista o de la actitud de la Confederacién General del Trabajo de Francia y, en general, de las tendencias socialistas que requieren planifi- car centralmente la sociedad y la economia, Se llega inclusive a identificar la die y In sbedenciaincoditonal haa grpo, con una verdader d ciplina castrense, En su Derecho Mexicano del Trabajo, Matio de la Cueva nas define, acertadamente la cuestion: "Creemos que en este problema hay mucha exageracién y una confusion entre tendencias politicas y conclusiones de derecho positive: las co- rrientes sindicales radicales, las que buscan la transformacién total del forden juridica existent, las que pagnen por Ja lucha de los obreros orga- nizados contra el capital y el Estado, sostendran péobablemente, Ia su- premacia del grupo sobre los individues: y es porque, lo que importa a estas tendencias es el fin y ao los hombres En segundo término, el interés colectivo lo debemos referic a te colec- tividad organizada; esto es, 2 las clases sociales, de tal manera que, sigulendo la idea de Santoro Passarell, el interés colectivo, por la generalidad de clase adquiere el cardcter de interés piblico La formacin, la estructura, la funcl6n y la misién histérica de las clases sociales; las relaciones de las clases sociales con la produccion y las fuerza productivas; a significacign de la ideologia en las relaciones de clase y, fun- damentalmente, su existencia real innegable en el contexto social, nos lleva a Los Derscuios Sociates 8 Pussto Mexicano 125

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