Está en la página 1de 4

Luisa Salcedo

Santiago Barrera
Andrés Córdoba
Trabajo Social Familia I

Cuento

En la vereda la Hoya del Municipio de Santander llega una mujer al Centro de Salud que

presenta múltiples traumatismos y hematomas en su cuerpo, algunos visibles como en su

cara y en sus piernas; manifestando que se cayó bajando una loma de camino al pueblo. El

medico al revisarla se percata de que estos no son producidos por una caída, sino

ocasionados por otros factores externos.

El médico le envía un informe a la Trabajadora Social del Centro de Salud porque puede

ser un posible caso de violencia y que proceda a tomar las acciones correspondientes. La

Trabajadora Social se acerca a hablar con Griselda para hacerle algunas preguntas generales

y poder llegar más a fondo sobre los motivos de su llegada al Centro Medico y establecer

una causa real de sus lesiones. Griselda incide en decir que fue un accidente, ocultando los

verdaderos hechos.

La Trabajadora Social decide enviar el informe a la Comisaria de Familia del Pueblo para

que puedan llevar un sistema de seguimiento, ya que no es nada creíble el “accidente”; días

después la comisaria asigna a una Trabajador Social para que realice las respectivas visitas

en el hogar, y así determinar la complejidad de la violencia causada. Días después la

Trabajadora Social llega sin aviso a la casa de Griselda para hacer el respectivo

seguimiento.
Griselda vivía en una posada vieja y aislada del pueblo, en una trocha desquebrajada. Al

momento que Griselda ve llegar a la trabajadora social, se asusta y le dice que todo está

bien que no necesita ayuda; la trabajadora social empieza a dialogar con ella y ganándose la

confianza Griselda la deja entrar a su hogar.

Desde el momento en que comienzan a hablar Griselda le hace saber a la Trabajadora

Social que desde su infancia le ha tocado sufrir abusos y humillaciones, ya que la mayoría

de tiempo mientras vivió con sus padres era responsable de labores donde tenía que ser la

sirvienta de sus hermanos mayores , su padre la golpeaba y su madre solo le enseñaba a

cocinar y a obedecer a su padre y hermanos. Creció siendo una mujer responsable, pero a su

vez con un miedo semejante de un padre que la maltrataba y el ejemplo de una madre

hegemónica.

Griselda le sigue contando a la trabajadora social que cansada de tantos abusos a los 21

años decide irse a vivir con Joaquín, un hombre que conoció a través de una amiga, ya que

pensaba que al salirse de su casa su vida iba a mejorar, pero lamentablemente fue todo lo

contrario. Griselda con lágrimas en los ojos comienza a contarle a la trabajadora social su

amarga experiencia que ha tenido que vivir día tras día durante casi 15 años: “A las pocas

semanas de relación salto la primera alarma: estaba todo el día pendiente de mí y me

insistía para que me quedara con él todo el fin de semana; después, fue más grave me

obligaba a tener relaciones sexuales y se ponía furioso si yo no accedía; y después de esto

llegaron los insultos y golpes que día a día se volvían peores”.

A lo largo de la relación Griselda sufrió múltiples violencias -verbal, psicológica,

económica, sexual- hasta llegar a pensar que se merecía lo que le estaba pasando, siguiendo
con su relato, Griselda le comenta a la trabajadora social, que en un momento ella tomo la

decisión de separarse de él y hacer su vida sola, pero días después se enteró que estaba en

embarazó y eso la detuvo, ya que ella no tenía con que salir adelante, y pensaba que de

pronto Joaquín al enterarse de esa noticia iba a cambiar sus comportamientos pero fue todo

lo contrario, llegaron más humillaciones, maltratos y abusos.

El maltrato continuó tras el parto y se extendió al recién nacido. "Se enojaba y le gritaba

pendejo de mierda". A los 20 días Joaquín los expulsó de la casa, pero tras varios meses de

separación regresó con él, tras sus reiterados pedidos de perdón y promesas de que iba a

cambiar e iban a vivir mejor como una familia unida. "No sé por qué volví, ya no sentía

nada por él, pero pensaba que yo no me iba a poder hacer cargo de mi hijo, y que

tendríamos que pasar muchas necesidades”. Al volver a esta casa todo siguió igual, llegaba

borracho y se desquitaba con mi hijo y conmigo, hasta que decidí no dejármele más y fue

cuando me mando al centro de salud con todos esos golpes- termina relatando Griselda.

La trabajadora social al terminar de escuchar a Griselda, le da la opción de ir a denunciarlo

a la comisaria de familia, y le hace saber que ella no va a estar sola, que allí le acompañaran

en todo ese proceso y le da ánimos para que abandone a Joaquín y pueda rehacer su vida

con su hijo. Griselda accede a ir a denunciarlo.

Tiempo después la trabajadora social se encuentra a Griselda y con alegría en su rostro y su

hijo en brazos le cuenta a la trabajadora social que en la comisaria le brindaron mucha

ayuda, ya que le asignaron psicólogo para ella y su hijo, no la dejaron sola en el proceso y

pudieron hacer que por fin Joaquín se alejará de ella y su hijo. Griselda comenta
emocionada que ahora se siente liberada, que está trabajando para sacar adelante a su hijo,

y que sus familiares han sido de gran ayuda.

Griselda finalmente se encuentra en paz con su hijo, pagando una habitación donde ya

puede estar feliz y disfrutar el tiempo con su hijo, sin abusos y maltratos.

También podría gustarte