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Era una fría noche de Marzo, noche serena y calma

En el centro de una ciudad arremetida y lujuriosa

Mientras débil y cansado se encontraba, en un triste sillón reposaba

Aquel infeliz hombre, soberbio y arrogante

Con una botella de trago a medio tomar

Y un gato negro ojos de cristal sentado sobre su regazo,

Dormía cálidamente mientras cansado el viejo se encontraba.

Cabeceando, casi delirante

Oyese de súbito el ruido sincronizado de la tv,

Como si alguien estuviese sumergido dentro de aquel aparato,

Atendió medio atolondrado,

Aquella noticia que tanto esperaba oír

Un virus llegando sin más,

A terminar la calma de una ciudad movida y sin par.

Pasan las horas, los días y las semanas

Aquel virus inocente y vivaz

Arremetió con rapidez sobre la población

Llenando de miedo y egoísmo absurdo

Supermercados sin suministros latentes

Tapabocas e implementos escaseaban,

Y el crujir, desolado, escalofriante

De las calles llenaban de fantásticos pavores

Jamás antes sentidos.

Y ahora aquí, observando sentado

Analizando el infinito silencio

Y la quietud perturbadora

De aquellas calles antes tenues y coloridas


El hombre está.

Ahora, el mortal sujeto sin ánimo

Ya titubeante esperaba felizmente,

La hora de su descenso,

El virus terminó arrancándole parte de su vida

Vida llena de lujos exagerados, bellas damas y licor.

Aunque sereno, sale despavorido de aquella

Mansión, dorada y sin gracia

Las nubes con tonos grises y desoladores

Forman gotas que caen

Sobre el miserable, mientras se daba paso

A la ciudad desierta.

Solitario estaba, caminando paso a paso

Por aquellas calles antes transitadas

Cuando de un santiamén la muerte yacía allí

Cuerpos grotescos posaban en cada andén

Unos que otros con sueños arrebatados

Y con tan locura de sobrevivir a un virus

Que arrebato la vida de la humanidad.

Ahora, surgen ante él visiones

Que no desvanecerán jamás,

Pensamientos subjetivos de su vida pasada,

De cuan feliz era

Antes de la destrucción; ahora

Posado alrededor de todos los cuerpos escalofriantes


Cae sin más.

Un suspiro sobresalió de su cuerpo débil

Mientras la lluvia acaparaba la tenue y sombría tarde

Su alma se encontraba sola, Cautiva

Ya yace muerto como todos allí.

El virus culmino con la única plaga existente

Demonios devoradores, consumidores y maltratadores

El mundo ha de brillar otra vez.

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