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Seminario de biología

Los virus son los agentes infecciosos más pequeños de la naturaleza, se definen como
patógenos intracelulares obligados, que necesitan unirse a moléculas receptoras específicas en
la superficie de las células blanco para su entrada con el fin de iniciar la infección.

Los virus se clasifican según la arquitectura de su cápside en: virus helicoidales, poliédricos,
envueltos y complejos. Así mismo para clasificar los virus según las propiedades del genoma,
fue creada la clasificación de Baltimore, un sistema basado en el tipo de molécula de ácido
nucleico que posea el virus (ADN o ARN, cadena mayor o menor), realizada gracias a técnicas
de secuenciación genómica en etapas tempranas de identificación viral, en vista de que las
características virales cambian con rapidez.

El aspecto esencial de su biología es que carecen de ciertas propiedades de otros reinos de la


vida; no tienen una vida autónoma, ni son capaces de transformar los alimentos a través del
metabolismo o de reproducirse. Es decir, necesitan otras células, desde bacterias hasta
arqueas y eucariotas, en las que entran por diferentes métodos: por eso se les llama parásitos
obligatorios.

En los últimos tiempos se han identificado muchos virus hasta entonces desconocidos. Si bien
algunos no parecen afectar a seres humanos o animales, habitualmente la identificación de un
virus nuevo–o virus emergente– ha sido consecuencia de la aparición de determinada
enfermedad. Sin embargo, no todas las enfermedades virales emergentes son nuevas, pues
algunas han afectado de modo considerable a la sociedad a lo largo de la historia, pero sólo en
épocas recientes el avance científico permitió asociar una dolencia con su virus

Algunas aparecieron hace siglos, fueron en parte controladas y han vuelto a emerger; estas
últimas –entre las que se cuentan la fiebre amarilla, el dengue y la influenza y el COVID-19 en
este año.

Medidas preventivas contra los virus

 Trate de evitar el contacto cercano con personas enfermas.


 Mientras esté enfermo, limite el contacto con otras personas tanto como sea posible
para evitar contagiarlas.
 Lávese las manos con agua y jabón frecuentemente. Si no hay agua y jabón, use un
limpiador de manos a base de alcohol.
 Evite tocarse los ojos, la nariz o la boca. Los gérmenes se diseminan de esta manera.
 Limpie y desinfecte las superficies y los objetos que puedan estar contaminados con
gérmenes como los de la influenza.

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