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mM. LOS HILOS SOCIALES DEL PODER Juan Villarreal 9st esl ube See 77 sve et lee 6te 6te ore ca Iz uw hiss vit ue tor 10z * tees ugPoruowBey PT" + VUCMid Id SOCVCTANOD S07 “AL 100@ s9wOFOEPUOD SEY “Z * soar If *f ‘WadOd Tad VIOGLVULSa V1 OT Ree ee opeMTAOHE eT > Sa[wID08 sasejo Se "E “+ © sosupp se] op pEpMNCL "z +++ Tep08 uglowiniiguos up, "| VV ZIMAONW C¥QgI00S V1 ceo ei eparoos e1°% "oueduiga 1a “1 ‘NOIOONGOWLNI IT ey SOLGNI UW az ‘V, CONCLUSIONES . 1.Los de abajo . 2. Reproduccién de los empleados . 3. Las visperas .... 2. 6c REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS - 261 + 261 . 265 . an 273 283 I. INTRODUCCION 1, ELTEMPANO La redacci6n de este trabajo fue hecha en Jos meses poste: ores a las elecciones nacionales de 1983 en la Argentina, por Jo que buena parte de las reflexiones que se vierten tienen su puto de arranque en las perplejidades que esa coyuntura politica plantea. Los resultados electorales novedosos pue- den ser vistos como la punta del témpano que se asoma a la superficie, ocultando mis de lo que muestra. La derrota electoral del peronismo, ciertas condiciones de juego politico, es inédita en el marco de la tiltimas décadas. Una estructura de las clientelas politicas que reconocia una his- toria de casi cuarenta afios de existencia, se alteré radical- mente, De ahi se derivan las-preguntas iniciales: La mutacin electorat resulta de fendmenos coyunturales tales como las tacticas desarrolladas en la campafia por los distintos.can- resultad: gn, pueden haber incidido tg estructura ‘ocurridos en la poca del ultimo gobier-. no militar? Estas y ofras preguntas guiaron la investigacisn. Frecuentemente, las mutaciones en las relaciones de fuerzas politicas se entrelazan con cambios en la estructura fuerzas politicas * .prousjod anb earnonpoxd uororayssenip apqeiapsuco Bun £ -guoaa As -298 so] sp odureo Je Uo ‘fosaz03ut op orUEHEUCWORY Jo sopreyeidosd so] ap wuspyur upipeorriense ej eqroyiseut anb + | ATES op tofotayTexIUG wseDsa kun EqLBN{LOD eNb pepepos leup “Souvorrouseouryey souojruoy se ep awed soxeur 2] ap owioo Jew sopeziersisnpur spu seasreyideo sasyed sot 2p jemionaso qed fop equfere os anb ‘wo3sA ns ap SABIE seopfod wzieny op souororjes ap oBen{ Jep owioa ouRUee ro oomusgttogs ofonesep op seoris}JouIeD sepeumMusD3eD ap owe) o1anpoud ‘pepatoos ¥] ap uoTaamMyonuNsa url "Og ACT TRBIOMION H oqUT 10 BaIBTO1ajay OULD TTB Ie fod anb yupoos emionsise wun siopod op sepeoos 1d BUN Ue EqRIUESE os ‘EL Byorp onb Joya S61 ¥ soKaysod wurIaBIY ¥ ap Ejuona sep & wadngiu0d 5 song “esosapod aueturoRuuOD ome ef ap erred 10d yensuas © opeateday dont a] oWoD seUIE[ A oad 8 opbjade my as ‘S129 | ap PEPIT | seoyece eae syemyjno ‘oomwouooe ‘oonysod souquip soy Uo ‘59101005 So] 9p voruguie#ey sjopur ey Jod epempaisod & sesow Se] op PEPHiquuseqofu vj 10d epezuoSmasd eor}jod sisiio bun op BIOUOLINODE kf WoO UEGLIMOULA a8 “eIVAIES SOT SP pon exam uo A e989850] op Bpopp Ul Uo PUNIUABLY BL (quasoid anb sozejndod souotoezmtaou: se] ap SeOutAE SOT ‘ “upiaous as onb [a 23908 Q "seoqU 16d spaqonsew: sey uananus 95 aonb To o1qos Ou “TeIquuo ap ge as onb Ist sq “oaqsosRaz oseo03d [aD ‘A sooyisfod so1010% Sop 19 ‘eworsoe |e oTudLIO a8 UpToDaNp ese 9p uofoeuaysns "9p SeTeIOOS 6 ‘ueieye sepeurpzoqns soso se} op ‘WofoezqTenpmarpul ‘uorbztouafosarely “u Teywouiles) 2] 0 solstajdord sopues8 soy op SOUR ua OTL! *ouade sapod jap uoronsttaati0® e] owico soequit anb sx co WACO TAC STTVIOOS SOME SOT al “woyorquasasdas ap soursyir-ysu So} 6 saenptarpts seb > g -onpuoo Se] ‘PapaDOF Py azgUID? » woraptiay anb eINpEP VY -:8f 9p teuoteoe Jep seie0n) sexo isis 9p sopsod soU2.ey s}rogep ol ‘uoponngap A ssuopuedesap ‘Sovsiiin Bp ran a6 ns ofop anb walsendex eorysfod so op souranxe spur S02 -oadsv So] Uoo oyuaTUNE|EpUEOU [> O14 “sHoNpoud B soFquiTD soj 9p pepmawsod op seuo!puod sv eves anb ,epesexe euiai,, ap valsaides vopyfjod eun se[jousesep oureseogu ony ‘-so[utoos suziony op oqunfirco un ap ieuorsoe jap oansalgo. ‘opeymnsas— sopod ap wiBayesise tise eyueyape seAayy Ereg “Yiasa_REpa1006 | op SRARINIFISUOS SELIG So] sOMOR TAS v * -8ioos seianpuco sey TezyTenpia| pure ‘suuxoyeqns sosep> soy © reNIRUTEY] e‘uproeurwop wf ap saseq se] s909feUOy v aMUEL “ley [RI008 uoVEmonuyseer ap ossooud ost un ,ofnpord,| qo soy op ene s 109 ouaUt O 1oKEu wih) soqopIe9 ns ue “URE spww ‘A osuiastion ap JopEULIO} OUioD upiquIE) ous ‘oAssaxdaz 0j Uo ofUaUNRos oraze OU —feII0S odtend Jo pos UOIESaA ‘ap equowioy pusdeput * -zxqu anb souo}eysoyrreU Sest use= feoreyagp sopod “Ip and osmoap supod opniues aise wig SEWTOioopy TATENTTS ‘seoTaljod SSpEPHUTH syj ap upjonyysuoo e] A par pepajoos W] Bp SosO}Oe SO] ap oWaUIEYOTULOD fo “uojoryUasaxdoz op. 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[ePOS ugpoEUIIOS | ‘Bf op soqusuodwioo X opesy jap opewuexque fo anue ‘pep 90s Bf A sepod [a axua xoUsU cuo3 ua ofoIMp uN ape -2lj ag ‘oppuay wa aquaurealyejar woOLesap 06 anb sojeyos sodaul soj ap upiovinSyuioo ej ue Souoiozl03fe woo ‘PDOs ‘IWeRUyTHA NVAL zoz a JUAN VILLARREAL Brosmites SOCIALES DEL PODER 205 salarial dnstriae El considerable predominio de los asalariados entre los tra- yes, en el plano de las clases subalternas. bajadores y de los obreros entre los asalarialos, expresabal "Val es el perfil societal que subyacia a la crisis politiéa"” el. micleo de una hhomogeneidad bisica, La articulacién pol argentina previa a Ja dictadura militar, a8 Tage ascendente tica en el peronismo complementaba fe imag y, al mismo setae moviizaciones-aopulases, a ln ingobernebildad de tiempo, reproduefa la condiciones homogencizantes, on on tag masas, Tales fueron los términos del problema que en- procico dindmico de formacién de clases sociales concietas, Rentaron las fuerzas sociales que aglutiné el gobierno mili Producto del idesartollo.econémica, pero también de deter- tar. Los conflictos irreconciliables entre estratos0 fracciones mminada historia politic. Ciertas fragmentaciones que a4s- pd Bs ds prpitrig 5 Migsan el mundo del trabajo como las califiaciones. 10S | expresaban en tézminos de “nacionalismo! trabajos coneretos, niveles de salasios y diferonelaciones | _mo”, sus contiadecones politica, hablaban de una fragmer sectoriaes, estaban present’s cOn fuerza centrifuga Pero \ tacign por arriba que no alcanzaba a resolverse en hegemnonfa la heterogeneidad clisica de América Latina que distingue sino que s2 expresaba en situaciones de empate, exclusi6 a los trabajadores entre obreros ¥ campesinos, asalariados \yafrentamiento. Enfrentamientos en los que terciaba la pre- y no asalariados, estables y marginales, no pesaba fuerteme- Joie ntmgacante, pietigrando ia posiblidad de una alter- FEAT el perfil estructural de los sectores no propietorios |. — pativa propia (2 la que favorecian més las condiciones exter de ia Argentina. | nas que la autoconciencia), de unas clases subordinadas Estas condiciones esiructuroles estaban en proceso de | cuya capacidad de movilizacién se potenciaba por el peso cambio cuando hizo su aparioién la dictadura. Las fuerzas | dominante de los obteros industriales y Jomogeneidad sociales y los factores que impulsaban e] acentuamiento de in dependencia, el achicamiento de la sociedad, la fragmmen \ tn las condiciones de trabajo, de ingresos, de vida comuni- tsee tie Tos sectores populares, 3 habfan,manifestado Jatinoamericant ‘aria \ 8 Propietarios medivs orientados al mercado interno frente anteriormente generando un proceso de “lat figados a la exportacién, i Ke zaci6n’ de Ja sociedad argentina. Pero el periodo de fa dic. Y sate emapresarios agrarios o inteveses vinculados a ta produc- don frente a las fracciones situadas en el campo dela cixcula- ) 2 peso mayoritario de los trabajadores mucins ha jar a una verdadera ceestructuracion sooial. La conceitss ‘Jon de poder, la multiplicidad de efectos que confocmazon tl proceso social regresivo, se expresaron en us estaieBM | Te notacion de la estructura social. Mas alld de la concien | cia de los protagonistas, se produjeron efectos le poder ) nS entes 2 fortalecer las bases de Iz dominaciOn de los cién, presentaban el cuadro de una heterogeneidad conflic- tenciaba con alianzas sectoriales que inclu‘an ‘nas. El marco de sectores populares que inglufa entre las bases sociales del peronismo a determina dos seotoras propietarios de la industria, conjugados con las A clases subaiternas y especialmente, con los obreros, se cons- grandes sectores propiotatios, homogenvizando su situaciéa titufa en el indice de un eje industrial-obrero desestabiliza- social y fragmentando las bases sociales de Jos grupos subal: dor, Maxime cuando la alianza presentaba el equilibrio ines- uSrnOes table entre unos propietarios industriales selativamente Er inubito de vnilioasida por aris se desarollS eave débiles y un movimiento obrero & rable fuerza ‘tiple ‘mavimiente de goncentracion, SEE oma ytepie § sented eS , econémica, politica miento obrero se aser \ factores que incluyen @ Ja historia de lucha, orga 2 en ia homogeneidad de las clases subalternas. encias fu 0 fue ta de capital, @ feoonversi6n del aparato productivo en aras del eficientistn Py “woperBooWe oraoety sins ap olwiE! Te ‘OISUaH OF ‘Dyusasayfoo an. "UOT ‘ganmindod sozoees sot 2p WOH guqueOsE geould ays0 ua saEeE Te tp soye;n05-a97UIGu0NS SAICHIPLOS asraney ured of ‘pod ap sossuz0 So; epsap a0z0le AOS TSC STTVIOOS SORE SOF pyIWEV TIA NVAE 208 JUAN VILLARREAL La principal de esas proposiciones afirma que el proceso | ge la dictadura militar contribuyé a que la sociedad argenti- | transitara un camino que va de a criss politica alos um- || brates de una crisis orgénica. Reestructuracion de la sociedad, criss de representacion, desplazamiento de las identidades politicas, no son térmi | nos idénticos, Se conjugan en determinadas condicione hhistéricas como las que signan a la Argentina actual. Un partido, una clase, una tendencia cultural, no consti- tuyen un todo orgénico y uniforme. Normalmente, su pun- to de partida es Ia desarticulacién de voluntade de articulacién se desarrolla en dilogo con el poder frag- _mentadog. Pero cuando la concentracién de poder es tal “como ta que verificd el proceso segresivo de la ult a dura, su capacidad desarticuladora se manifiesta en todos Jos niveles de la sociedad, excluyendo al bloque en el poder: iedad civil, parte la destru- ye y el resto es silenciado. Se el organizaciones poli- | ticas, formas de expresién de los intereses populares, enti- \idades sindicales y grupos culturales 0 fuerza la transformacién de los objeti expresion corporativa 0 pol to de los canalesde representaciéa, cn las identidades politicas tradicionales, les inesperados. El cuadro de situa aproxima 2 las condiciones de una “crisis orgénica” aunque no llega 2 constituirse como tal en un sentido pleno*.. ituaci6n de orisis y reestructuraci6n social ala que hincemos referencia, fue sefialada ya por autores como F. Felich y R. Zavale- ta fe el proceso argentino no llegé a constituir una “crisis or- ginica”, exptest tiertas tendencias en esa direccién, De pertinente citar Ja caracterizaciin de Gramsci al respect J forman estas situaciones de contraste entre ‘representados y 1e- LOS HILOS SOCIALES DEL PODER Es.en este marco que analizaremos los cambios produci- en Ja que se conjugaron multiples iniciativ porque el proceso social regresivo que dictadura conjugé diversas fuerzas institucionales, productivas, sociales. ‘Algunos grupos sociales se masificaron, otros perdieron peso en Ia sociedad, pero principalmente camb: formas de estructuracién de las rel biando, y la situacién de po hasta que se rearticule la sociedad civil. Més factores que explican su ocurrencia, las movilizaciones po pulares que acompafiaron los onstituyen en sintoma de esa situacién de ruptura de los sentacion. La percepcién difusa del fenémeno por parte del gobierno militar —percepcién que abarca Ia TTconsenso de las grandes masas (la guecra por ejemplo) 0 bien por. ‘eapecialmente de campesinos ¥ de pequefios bur- 2) pasazon de golpe de le pasividad politica a una Eigta actividad y plantearon reivindicaciones que en su caético con. * nfo covisituyen una Tevolucibn, Se habla de ‘crisis de autoridad”. © "a cxsis de hegemonia, o crisis del Estado en ju conjunto™. (Gramsci, 1975, pp. 76-77.) ‘ygarEd oN “sowOPETEA US wavy we “aoisty odwon ep PoRUyUIP vf ¥ eyuawayUaLELLIOd soyatns Teo! opvurenuo yep sopouornzesiay sopedse ap “u%G 59 ‘Selly souoToeTo. JS ano 3 Zopod fap Byron] e] Yod sopraseu Cpyse “UNTPMIDCISET j pp oumureo tn woxnooax anb sajes seavjo 9p UOPMITTOO ap ( Gsonoxd ontozorpeniion Jo 0 oFfe,TURUTOD OPHE: To WESaIAEe anb offsoad ap satiopezuo8aze0 soy ‘euEEpOD BPIA Fl SP jos exnonsis® Wf Ue SOIguIeD $0] TSN SIE ay "pRPAISOR AL GiB “eUUoKT0N0 TOP oaTUTAOL! 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LAKKEAL frecuentemente su.peso deterministico relativo o promueve el papel coyuntural de alguno de ellos. En el anilisis del proceso militar argentino reciente fatizan de tal modo el proceso de acumulacién caracteristicas peculiares de Ia politica finan- aspectos de este perfodo quedan en un cono de sombra, ‘Al menos en Ja tradicién marxista de pensamiento, en sus formas més generalizadas, todavia es lugar comin parti- cipar de las variantes més diversas del economicismo: sea 10 economicismo voluntarista que desar- ringido de la recurrencia de leyes econd- analizan los fendmenos del pod: los conllictos de clase en la ver de pensar no es patrimonio exclusivo de la perspectiva mar- 3. “En la forma de la supersticién economicista, que es la mds di- de caracter psicoldgico, se produce la forma mentis que considera la tanto Is historia, como un continuo marche de du- ) dizo terreno de la politica, en una coyuntura histori db iusionismo y de prestiigitaciones.” (Gramsci, 1978,. \/\@ xista, sing que se presenta en las més diversas corrientes de pensamiento. En el tratamiento de los cambios ocurridos en la socie~ ivos de una relacién histérica de agudizada, pero el centro dé, otras petspectivas de ex ‘expl , ni siquiera afirmaremos que la visién desde el poder contenga mayor fuerza deterministica. Simpl se tratard de rescatar una vision de la sociedad desde terminada y suponiendo algin grado de poder explicativo, por parte de esta perspectiva, para los cambios ocurridos recientemente en la sociedad argentina*. Es que pensamos que el proceso soci méltiples aristas, que convocd una compleja conjuncion de voluntades y que no se agota en los rasgos peculiares de sus protagonistas— que expres6 la dictadura militar del periodo sefialado, adquiere su principal significado en términos de poder. Toda la reaccidn histérica al avance contradictorio de las masas populares, que se consumma en la segunda mitad de la década de los setenta, aparece estrechamente asociada de ingobernabilidad de las clases subaiternas y de cre Vilizacién de las masas. Habia dificultades econdmicas, oh crisis mundial golpeaba las puertas del pass conmocionaba, pero todo ese conjunto de problemas adqui- rfa una dimensién concentrada en Ia figura del poder. En 4 La presentacién conjunta en este libro de dos textos que incor- poran la perspectiva econémica, sin caer en el reduccionismo, junto Al presente trabajo que enfatiza los aspectos socio-politicos, hacen posible aproximarse a un tratamiento mas amplio de la dictadura: CENTLY" aELL6T “awNOA) .-soTeI905 see x10) Bf ta “sapeyeyse SOVEIUCE FOT Uo masts UolowaSTIO 0 esaUe8 ofnarp Ono A ‘sean Busz0y eUOD Te mI ‘o9ja tmazo} sey anb ‘OumIN Jod ‘sedazEnse se SEO op Eun E TESTE ‘anb sottororpenjuoe se] ‘FoyuspunLI0D soi ‘oMERUCD Te ‘O “TUOISTS fo wuopro eun uouioy anb opow op ‘seno sey uo sun soy uenuono ‘ua e2iony 9p souotouyor sruptp onb soXode sot fousotaur se] “w2xoryo2 seumdo 10pod ep uorsenjuaoues ap souororputon sej A oomtigw 09 oyaXord un usiqurer oqni| ‘onrod wed un oqnEy “pupowos Bf op [elauall uproEMjoruasees op Osaoo2d im OT}OI -esap os anbsod ‘aquouspeyuameptny “A wgIoveres ep Sots | -wool SOSIAAIP @ Ofade 98 ‘TRIS OUISTBNPHAEPUT [2 ONTO ‘8 ‘waps0 Jop uO}SEMEISON sp ostIasOD ejquioarde un oF | -oua8 9s onbiod ‘eatjonporg “safemos sodnus soy A somprarpur | soy a1qos ezzony vf gonde os & pepatoos ey ap seszearp satuo1 \ -ezrufito wosesnnsap os anbsod “garsauday ‘OWSRU [op ..eAN “anposd,, owioo o3U¥) vawsardar uomeonde oj rAued sapod [ap eompioomne uoysexUsoUOD FT “sist oyDeN EIGEN] anb [er -monuyso o}UaRUTEUapIO mM Te"R|POUE Bred Jepod ap soqeDoe sasaq se] ap woraisodurosas ap soyoaye ofnposd ‘oorBprenss spur oprquas un ua ‘anb 19pod #p uoroenuBoUOD wyTe oN OZE 292 sose)qMu So] 10d opronpuos oawaxfas osanaad Jo ote uep.0 Jap wopeineysed yj worepHOsUOD A rons jue ‘sopeaosord ‘sopeiuatio ‘sexoHaQuR soue sol UE Sez Indod szoyos soy 9p uypny K uoroBzqeaEpeA ap Sa0UNeAL So] E loatsoidax ‘wpremdiostp ‘weyuoe. esondsex ep qeoual seooud un op gifasey “Saf ‘soonyfod ‘sosoysyox 5030) [ps soe torn soouon Bpgooet TT “saje1008 ony sojdtymnus ap suarrmorut sey ofnfoo anb oWsouBou moos oranaud un ap ugwe1dxe oulo9; sean endno BUN ‘ap eanyoxo taqo anb spur— soared’ 9gt- Ua wyorut 9s anb EVM OUIeIqOS ap oporsod ye ‘wamogdsxed visa opsoq 10h “soyuaqut -ezjdsop sonupuoo sns woo ‘sapog; op epepi9d 9 uoFoenUE “nov op seyuoueunzad soyustanAour soy 4 ‘Sodnua seqUnstp ap ‘apod ap sayeio0s soseq se| op uoropzraveBouroy-Up!oE URE “Bey ef ‘esopupuoroefonoiuy sesisarp seonoyy A smoqesse sit Wao 12d STTVIOOS SOTIE SOT uy ej euniouen se] soquessoUy SoIatWeUAUTET A sEYITY vy veer ‘ug}ezreas0 ns ap Sear ngEIsuoD wos sab & “usosofs Ss anb us opruop jopseidaud Xsaiwauewuy ezvany ap souorseTer Fe 2 eptottdnqau ef ‘oYaud ‘repuosdusoo anb Avy xapod 0d amb soared fq SeUI OS ERS :UOLEUAWOP FUN oP A 22908 Pf “S9TROTUS ap ojusumeznisanus Jo uezqensis as ynby *SeoTBoTOaPE serouapuoy A sapereise soyezede “soqeos sodnus ‘soprred “Souoronyrisurt se] vlajduioo par eun owoD opuotsi00e4 ‘S314 -anumysip sofaatu A soyund’ue zopod ap sauoraeyas $9} fp. wlowaysexooo Bf ap ‘Uotq spur “MEN BG “esxBIepode Yop ‘and anb Jop A sojpo o1rayxa se “soo ousoo ‘enb Jepod un gsopupindsrp sopred 0 sesajo ‘ser0}908 annua eyony un oP ‘Bye 9s ou fopowl aise ac] ‘TerEISe Jopod fp oUseTGOS CWO ayqeouuapl ound comm un ue BpyIs 9s OU. ‘sopeutego? “soqtteus0qo8 anuo uoprsodo apduns vy ua ayuduszEI2A 2000. > “ooo1 2s ot anb ugfoeurwop ap souoromas ap efepdizoo wo!” “eoniquit Bun op ‘Sosiaarp soypejo opuatonpard EDS PEPTT “mo} Fy atz0901 an vzsany ap souoTDETa2 ap aquseA pas FU ap mured e admynstioa ag “saday srs 0 sossmuosnsoud srs 2 ‘ouargo8 ap puLiof oun anb ofejdwoo & yoiaua® ‘osnfip SPu yoru o8;e sa dapod 17 jsoproridu sasexoyuy So ep USP oajap ef 8 aszmiualio ap £ septoayqeso soda ap odien9 [2 102 -yjeue op ‘Teyease UoNsed wy ap suystuoBerord so e WoWHUaP! ap Bis} ag?, ysaquotpal SouT sows ue eUHUERY. 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Pero las consecuencias def acoionar militar fueron més producto de las circunstancias, del juego, de conflictos sociales, de las contradicciones internas, que de esos planes, Es por ello que trataremos las mutaciones ocurridas en Ja estructura social considerindolas como efectos objerivos del poder —poder econdmico, ideolégico, social, pero principalmente politico— como resultado de miltiples iniciativas y producto de un proceso social restau- rador, Obviamente, los planes aludidos también integran el. . espectro.® % Acerca de los proyectos econémicas aplicados, son suficiente- mente Dustrativos los trabajos precedentes de Pedro Paz y Eduardo“ Jozami. Asimismo, en lo que hace al anilisis de las transformaciones, econémicas ocurridas antes y durante el gobierno militar 1, UNA CONFIGURACION SOCIAL Ahora bien, en este trabajo no se analizardn en detalle las condiciones generales del proceso politico-militar, ni siquie- ra las repercusiones econdmicas del mismo, sino fundamen- talmente los cambios en Ia estructura social que produjo vistos como bases de sustentaci6n de las relaciones de poder. Es asi que debemos considerar ante todo cuéles fueron los problemas que, en este nivel, enfrenté el proceso regresivo que expres6 la dictadura. En la historia argentina, industriales y agrarios, élite con“ servadora econdmicamente dominante sin partido de masas y partidos de masas, nacionalistas y liberales, civiles y mili- tares, expresan con sus pdrticularidades —que implican 1a/ constitucién de relaciones de fuerza que se manifiestan en puntos y niveles distintos, con sus propias inflexiones y su especifica temporalidad, la constancia de enfrentamientos politico-ideoldgicos, en condiciones de mutua exclusion y sin posibilidad de estructurar una estrategia de domind- cién hegemOnica duradera para asegurar reglas de podet socialmente aceptadas: La crisis permanente de la product cién, Ja sociedad y el poder en Ja Argentina, con sucesién de formas de dominacién diversas que se altemaban, con ex- plosiones sociales que hablaban de a ing. la sociedad, con proyectos econémico-politicos contradic- MA ar } aan “O96t “UOWEIACE =P TUOIEN weer IK mre oe ey pessoas oqeoipe EST aeuy smsiony seni rOpepUe © UNOS ant un su000 wateHty seein auuatsead =P peso oseq gns sodns8 soy onb #19 ix ugzooniposd aay vue sowserTe ni ARTES Sp [E103 [OP WLS 10 wo TODA =r ie i nn sourontoe_oueg—s0sengseaase rovzaensenpuy UQHE yordnso st] anus opensedaiae nioy anb sapere Seuo!oe]92 8p ap aud ‘souvorreureourry s05je8 SO] @P aypuodopuy-ofeqen ap wiouasaid esas ei reprouaBoreray ap SPoISEG SeUHO} Se : doxd ap s0yesis0 Saquasoyxp 9p 914 SF sprsuon Tes orod yo wouapiag “ayuauBANEseaoS C1 “y onpano jo us easasqo #8 and syed 19D soqevoroednoo sey! vr sano se] axjua sazopeaidixe ap ofeuzoi0d opeiind® TH sy eaued0 opesd je owsoyruni copxoyion [9 Ue ‘21U Fexquaeo wg “eqs 104 P' ap vun esardxg ‘Sone lt ‘wad TAM STIVIOOS SOTHSOL: =~ ep ajuatisferonuy weusoy 95 veaes wensny 1] £ 1 Soupend SOT “soremndod sai0}9@8 60] 9p PO jj sod eypny ap oseaaxd ofajdusoo naffeiy ‘seaupyoodse souo? ‘put sowoten 0] owoD Te ‘seusasTeqns resayaerye nb sesveaTp souopoejuowsery sre sarendod sazoyoes soy Ue “Fer ou anid ord ‘seuroueweeu pw Bj Yoo epgiedioo “Sous 4 “rage ugorpuce 8 A oP 5 BG DEATOO Fl jon wQHEZIeU sd ayuaureagioadse cpeynopaed seyse. ap 203008 00s VOLES & fin uo ‘sepronposd sauoeyue -eyttousier,] “9iUeIepe guoo ap Byanoes NS puexs somsjeaord ‘saiojonposd sovopejnoedse ‘seystendso-seywaruaeu} ‘soubiSe-soet “enpuy axjus seiauowaaesep ap Bjouentnoay (dings ey cology acd vaupSouoy << PALUD “dod “Daug8osz}ay 1908. panjonuisa san ap WoWSEMATOD wsjioad e wos 36h an ater ‘nb 12 ‘cayerased souoiuaidxe sezio TOpTPAU TU OBTIOSE “sepuorord tips “wuss gard fap O1TeASE Owe “ey TOWSTEUST SOT FAY “sesrantp je ua uejmgpsns 2 amb souer souozes ¥ soapago ‘odwon, AVERIVTTIA NVAL _ att 20 JUAN VILLARREAL tina no presentaban la cldsica fractura latinoamericana entre obreros y campesinos, asalariados y no asalariados, urbanos y turales. Sobre la inmensa mayorfa salarial, proyectaba su sombra el predominio obrero, Pero estas caracteristicas peculiares de la sociedad argen- ‘ina, venian transforméndose en un auténtico proceso de tinoamericanizacion” que se presenta ya en la década del 10. Se verificaba un triple mecanismo de centralizacién, independizacién y terciarizacién. La aceleracion de su rit- mo, el cambio de sus rasgos y, fundamentalmente, su ins- cripoién en una estrategia de poder reestructuradora y disci plinaria, indican el nuevo cardcter que asumen estos proce: sos en la época de la dictadura. De todos modos, el proceso de latinoamericanizacién seffalado, se observa cuando con- ramos Jos datos del cuadro IIT. Alli se presenta el pro- aumento del trabajo independiente y la pérdida de peso de los propietarios en la Argentina, Ain asi, la sociedad sigue presentando los rasgos diferen- ciadores que la distancian de la mayoria de los paises latino- americanos tanto como de las sociedades centrales. El predo- minio asalariado y la escasa centralizaci6n siguen definiendo a una estructura social singularizada. En América Latina, erfil de la sociedad evidencia homogeneidad en una cis- ide concentrada y fractura en la base por el escaso peso de la relacion salarial: en este sentido y segin los datos del cuadro, Ecuador y Honduras aparecen como casos paradig- miticos. En los centros capitalistas, ejemplificados por Gran Bretafia y Estados Unidos, se presenta una paridad de homogeneidad en ambos niveles de la sociedad. {Pero cudl es la significacion de este problema de la frag- mentacién de las clases en una sociedad? 8 tabajadores directos se excluyen os profesionales, téeni- gerentes y funcionarios jerarquizados. La produccién material comprende ago, minas, canteras, manufactures, construec6n, elec- tricidad, gas, agua, transporte, alm no todas son actividades de produce se caracterizan por guarar una relac ductivo y conforman en conjunto el productva. estrecha con el proceso pro” laboral de la clase obrera xB eae ee ene eee "3 Existe toda una LOS HILOS SOCIALES DEL PODER 2a 2. DUCTILIDAD DE Las CLASES Hagamos una digresién pertinente sobre el cardcter de ho- mogeneidad de las clases sociales, especialmente de las cla- ses subalternas’, En Hineas generales, las teorias de las clases sociales han participado de ciertos excesos de abstracci6n, homogeneiza- cién excesiva y sintesis apresurada, Cuando se habla del proletariado en general, suele pre- sentérselo como una clase altamente homogénea, con una fuerte tendencia a la conformacién de conciencia social unificada y con intereses econdmico-politicos comunes, independientemente de su diferenciacién interna en térmi- nos de historias nacionales o regionales, de sectores de acti- vidad laboral y de oficios distintos. Se parte necesariamente de una concepcién totalizadora que presenta al proletariado como una clase internacional homogénea, con inttereses si- silares, 0 como clase nacionalmente uniforme y con alta fe las clases sociales, hat tualmente tributaria , que las concibe tiendo del exclusiva nivel de produccién-acumulacién, en el que las clases se presentan en forma abstracta, simple y homogénea. Aqui 108 que las clases pueden definirse bésicamente a partir de 8 in, pero que es necesario vel de circulacién-reproduc- ion para dar cuenta de sus especificidades. Es en esto nivel quo se encadenan los fendmenos de produccién y poder, adquiriendo eit- Conces las clases un carécter dinémico, fragmentario y dictil. Su pe- fundamentales y la reorganiza contenidos o funciones, y en el form: como la productivic pone como centro del necesario concentrar el trabajo de invest ma economicista orientado a afinar Ja nocién de ‘producciéa: de plusvalor' como lugar exhaustive para la génesis y la morfologia de las relaciones entre clases”, (De Giovanni, 1984, p. 252.) y sobre el cual es mn, saliendo del esque- ! BST]? Bp wsMeyuLs mvs “auf ‘soeyomr] ousspunee tox “eusajqord 2352 a1qos “Epp "A “WAPI 5 JeBos UgNseno axjUe MODUNSD viol | ZeINoRIeAL CHTES=TeU | soul os IY “SaBUOIEN seLLOIsTY se] op sozuorpuedapuT uo Ou sepequeurepUTy sopetoos sodna# soy anb Spo} ayur sow -28iq j36pod ap souoroejar sey ua ordord osod un rosy v ues aq] anb sopprsos soyaiednsde op ugronynsuos ap oseoord ofayduioo je vornias as ouIgy? {seTeI0s sosyjo sey Uos gn)? SUTVIDOS SASVTO SVT“ sasepp Se] ap UoRTULAp eI YOO ugjogjer uo ‘oqund oyuamas jo uo searajqosd ap odn aysa oyatouos ue seul sourezoA “WopeIUoueN ey uequsndust soqueunwop sodnu8 soy ayueutayuetinoas anb yf we eAROM] -uoo THOIsty BUR ep oVNpoId so eUNUaBTY yf wa sazynd -04 59303908 So] op peplouafiowoy eanzjar vj ‘opRuas isa ua ‘sotdosd vorBojoapt 0 yetoywUt UorSayOo ep sowsTusSa seponsesop op pepmiqisod uy & wpeowrun zzaireus ap 22pod od. ep ovsanp ofont ja ue asresaidxe op peproedeo ns ‘voy euowsny eidoxd ns se upe oquouodum spur ‘sores sauojs}puco sey eyteasjar jaded un ueBanf ugwezrouddouoy [ Rnoronnuausies ep sosopoxd soaso uo vag w oreq “opnusise 4, eu say euoysry Bt enb opefarBstp £ opempogns ‘ousssqeans jaded Jo wo sepeuoprews’ exed asrezjoua$ouoy uaqap oF fanb seusoyfegns sosejaseun v ‘30101189 “SEZITEMpIATPUE‘30) ‘vaueyy “,uutar esed sspiap,, Je ‘ou o eyuatepeUo!oUaIUL aquasaid $389 eyueleyuanodl} SOvUEUTWOP 0103006 50] 2p pod ap wiBayenise e] ug ‘o.om|uOD ap op tm A wzian ap { souoroejex sey ep wzuvyeq Bj atop anb jeyueumpury jou [9 | ssapod ap ugfoepiongp ap ound un asjana 9s “erased ‘TeH03 293 ‘epezmfenpiaiput 0 elzepyos worse op peprovdeo ns ‘

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A2 1. EL PROCESO En estas condiciones se produjo el golpe militar de marzo de 1976; por todo lo dicho, los problemas que enfrentaba fran fundamentalmente politicos y quizds, en una de las formas mds claras en la historia argentina reciente, las medi das econdmicas, sociales, culturales, se subordinaron a los objetivos de una estrategia de poder regresiva impulsada por tas uerzas sociales dominantes. Huo una elaboracion estra tégica planeada por los duefios del poder, pero tambi efectos de poder que resultaron de un proceso social rei so frente alos avances econdmicos, culturales, organizativos, politicos, ocurridos en el trabajo, en la vida comunitarie yen todos los ambitos del poder y sociedad, que habfan. Experimentado los sectores populates en los affos anteriores. rranto la dureza mayor de los empleadores con sus asala- ados en cuanto a condiciones de trabajo, como las restric- Gones culturales abiertas o autoimpuestas, asi como le terri: ble represin descargada sobre las organizaciones populares veatre otros puntos y niveles en que se ejercié un poder qutontario y devastador, pero multiforme, expresan Ia tnultiplicdag de ejercicios de poder sistematico que enfren- taron’a figuras sociales y politicas como el peronismo, fos obreros, os guerrilleros, el sindicalismo, Jos intelectuales, sectores profesionales y otros grupos politicos y sociales. 229 -wuusoysuey sey 2 sen] opuep A sepod op serBoyes}s0 sv] UO. Ssopupfmone ‘pepaloos €] ep eytotoos uoRMEIyUOO vy] Uo OP “Tprour trey onb sewojqoud sounde xeiounue op sommarryen 0} “usuraydung “emruasiy v| ap vorwiguose emyanzs0 By ap UDI snjoxe ef op oansneyxe sqsypue un s20ey sowopuazaid ON, SVOINONODE SANOIOIGNOD SVT *Z, “ejuarpuadap epempzogns ugonposdo: v| ep peptregnoad yj £ vunueste enuouose 2} ep OysoruRoUEIse ap samEjnoes seuszjqosd so[ ‘ooRUgU -099 ofjaxzesap Jop SOpErnsai so] ‘opreBou opeooamba esas ‘ueoouosa! 95 UpIquie) [EOS EMYINNSE F[ 9p SoIqUIED so] ‘ug ‘opouytuo zepod un 9p 2390 se pepaysos Bua axmn0o anb oj opo} anb sestuad v angst onb oynjosqe opour un ap ‘jesneo UOOvJer v] ep SOURUNP] so] OPUETRAMT oUSIOTUIOU -o00 oqduys yo aquewayusysisuoa wiadns 9s oN “seonugUOD® sauorsturuzaap se] op joded Jo rnbe sefou onusfur wag “seonurguioga ‘seorysjod "saqeroos souovaewuszaxep ap Pfapditio> ‘ugfoemndiguos wun op ueypnsar onb £ ororpedns vy] wo asreys2y -ruret ap saiue odwan ns weaay[ as enb sepungosd saytiati0> 1uog -oonsjod ofenf ap seaantr sauompucs opueaio £ sez -sany ap sauororyax Sey optrerqures Jopod e uaSeu ns waKjan “ap anb oiod “peptseqnoeioadso us ‘omuaps uo uojousEsap 3s anb jepos emyoruysa vp Uo sorqetms woo Joa anb uot] aqvopsFEWo oye{ns un ap ego Fas ‘seuoyTUQnS sede so) ap uorsezrousBoraysy v| woo epesniuoa soURUTLLOD sa10}0%5 $0] ta pepreuefowoy 2] ap epanbsng vy enb ose woo ass199p axe ON “UoPENDa EI ep SOUTUAIPL so] OpUsTITTAUT peperoos yj ueremyonzsear anb Sepipews op elzos wun aszeyuawiold 1m Uesqop seouoyti9 “eurarqosd Je B19 [EI Ig “SeaRHOd UAT “enraurepumy & sopeanyyno ‘seoruzouoee serouraydu woo ‘er “juuafire peparoos vj ue ofege 10d pepreusfouoy & Equus 10d puprouaforayay op jemyonsase woHeuTquios ZeRMoed Bsa Uo Epeprpunyord uo soweyen ot snbe anb sazoyo% so140 2} “uo— dnquiuase os saremndod saz0y9es So] ap [e108 Zepod Jap soyuaurepuny $0°] apod ns ap vor Uaysns ap sapwpos ses Tez doa TAC SATVIOOS SOMH SOT -eq se] wa £ vonsjod ugpse ap peppedea ns ‘ofequs; ap sou “opypttoo sns ‘sosarur sns ‘prploqy| ns “epla ns ue sopeoeye uuosary soozue wiaqvunad e] ep soperfonand sasoyoe S07] “sareindod sa10yo2s soy :s08 -yuraua sns © pIAfp 0 Teadjo’ ‘amusep voo 104 anb woroTAny anb ‘—sepouroydun sns sepoy se08e wis rey OWTaIq0# J gsadxe onb onworfar pe1os oseoosd ye any ofeduzoa anbsod ‘ofe|duoo zepod ap soxoayo ap o1tm{uos un we w9q -rosu 96 oopuguooa wumeroud Jap sazuozzy sonne{go SOT “waa jar as oseoeyy ns yena-ej ofeq zn eau Bun LasomMbpe ‘os -zoey squared ns owoa Jee ‘soontouese soatyolqo somjenbe sepod ap [ewauMpury vaense euN ap vondy ul epsep S08 95 JNBY {estZOUOD w & EPEMPIOGns ony von od vj anb xeutrye opmpa sq? guoreayeyd as anb sopeueut -zpuny soanalqo so{ ejuouresopepzon were sosp ole? “ospari} opunzo! un us uoTEI0quiesep soanugtIODa sauDjd soj anb sap sowepod Aoy “—soxeitae A souaaTea sostanip sms ap ple sew £— vansodsied eso apsaq -sajqntodsip 30s, -angal op ost ja reznwpxew £ vnwouose vy TeZAUDY® “OOM gona ojjouresop [9 axowoad v soprStup soatialqo usosred ‘sopeayuejd Jsy "20H ap ZoUNIE] = BaptA ‘ooMMOUOSS of 8 Conyod o| asreupogns ezered onb opes8 yey v ‘sore sR soj 10d opeyussaida: sopod ap oyoadser ayqesaptstioo jwouoyne wun Zeus ofered onb ‘oonuquose vuresdo1d [BP sossayfmrw soaalgo so] uorong sows “opeand poyd yep ane jo zejnumsa £ yeosy !YPP 19 20ONIUCD ep UY ugpezjeaud op zjanoas ns uoo opeisg [ap pepanreipisqns 2] uorsusejo0ud anb o ‘oamuguoss oousesap yo roxowoud {ged oxofuenxe joydeo ap osaifur je souoroonyse1 se] wore puja onb ‘sozatoueuyy sosinoax So] ap 24 s9 vaed sopexideo op opvaxaut f2 UosezTTueqn anb ‘euserxXe uojoduzoo vj © OWOIUE OpEatou! Jo opuage UgPonpoId tf op niserdes vouswys vy reuoune exed syed je vorEe -fjeuasnpuysep onl anequico tied ojuowednige sofvar sonvpes soy uoseleg sazeyrmus So} aonb esstDap eyypOd _ ‘opeiuousey ‘opeundyosip ‘ope8ases any sarjndod se1ojoes soy sup -eunpiogns sast|> $2] 19 opol, AWaUVTTIA RV! oee 234 JUAN VILLARREAL capitalismo competitive adulto— y las formas funcionales comercial o financiera del capital se le subordinan. ~~~ Bajo esas condiciones, la producci6n industrial se consti tuye en ol tiicleo del proceso econdmico, Lo cual tiene que ver con el papel determinante que se le asigna a 1a produc- cién en relacién con las otras instancias de la e Pero en las economies perités Argentina) las cosas se rol de factor determninani nercial. Segundo; las especificas co rrente, frecuentes “revoluciones de valor” infla (y variable por sectores), determinan las condiciones favorables de operaciéa para aquellas formas de capital wersign més rentable a corto plazo, sin arriesgar en fiegocios productivos. Tercero y ultimo, la pre- sericia, articilada con ef proceso central de acumulacién de capital, de formas de produccién no salariales que se vincu- lan a través de la circulacién con el nticleo de la formacién capitalista, contribuye a dasle una relevancia adicional a los capitales dineratio y comercial. Es asi que este papel do: nante de la circulacién y el hecho de que se obtengan altas tasas de rentabilidad en las inversiones financieras —que se apropian del excedente econémico sin contribuir directa- mente ala formacién de trabajo productivo acumulado—, ‘in-drenaje de recursos que podrfan destinarse — - LOS HILOS SOCIALES DEL PODER . 235 4a teproduccién ampliada, a la ampliacién de la escala en que opera el capital productivo™. De tal manera, esta pecu- liar distorsi6n del ciclo del capital en el sentido de subordi- nacién del capital productivo, se constituye en un factor de desarticulacién entre la formacién de capital y la inversién reproductiva, particularmente en la Argentina reciente. ©):Dependencia externa de equipos: Otra de los factores principales que limita el ritmo de le reproduccién ampliade “el escato desarrollo interno de! sector de produccién de excedente formado que po productiva, se ve disminuido en su poder de compra al cam fase por equipos importados con precios desproporcions~ iente elevados. De tal modo que, efectivamente y aqui también, se produce una distancia entre ei excedente que se forma y el que se destina a Ia reproduccién en escala + ampliada. Tales son, erftoinces, los factores principales que limitan © Ja inversién reproductiva. Pero habjamos seflalada que-en— el andlisis del capitalismo clisico y alin en Jos capitalismas. ' tal actuales del ceritvo; eI excedente se descompone en ¢: 3 Ver Revista Economia de América Latina, No. 4, marzo 1980 (“La hegemonia del capital financiero"), CIDE, México. Para un ma- "Sor desarrollo téorico de las afzmaciones que se hacen en este punto, ‘vat: P. P. Rey, Lasalianzas de clases, 1976, Siglo XX1, México. A30 ‘seuoprpuoa se © ope Tepuaysuen so eprpou we uo CMieasntd ¥7.,senustpuodap seed s0] 9p o2ty2edse ‘eve ajuapeoxs ap oft [ep orsandts fo 2onponus cae ag roopegy us apioonposda: ej ep aoe amb SSHBWE IO 3 Sanonpoid peudes ja ue 29 BP OMOYEMDAD OO!S cmmaraRoT fo “araLieaysyig ‘oTor 7ap wowuorN (4 -SfeIpunW S07}020 so] Wa equaOITETADE —owenuos of opoy ols vaggas as ovodume; onb £ outs, -ayideo jop oolsy[o sistpuD Jo wo eqeyuaserd os ow oyuaWaTAyP “pur anb soyouy ‘eanjonpord vysoso ey ap, opoen dure e] ured ajqquodsip epanb onb owour yo & oquoureuzayuy operates Je “Taco jap prytuSeut vj ania ELneunse op zorse} Gn sonpora Sonxguode'aiuspedxs ap Gln 8189 “Opow Jambyeno ec “ofjoxresap wa sasyed soy ap owamtr9ax9 yp wuorse20 an sapeyinour sei ap A tweygosd yep wrouatia Ey ap equano uep ‘orgumensoyu! ap soup) soy U9 peprent ‘aep ayuorgato ef zejosytoo A sopepman ap wsewey W] Tey Top “zpnap Bj ap 59491930 So} 3ezOPOU! 9p PEPTSCOOE FI @P poleve seougytied souoroeU se] Ueayfear sefeuoreuserur S010} 0] uo anb sourejoas so] ‘opnas ays9 ug “SepenuaO sas7ed Sol “ppsery aqtapooxe op ofniy ye wrsaypuete os an, we, seuLay se] ap seunSye onb spus wos ow “TenSisop feIoI=t09 OFqUUTeOLeRU rep sana os arb aquapaoxe ap pres & & outorxa uallio 9p bjBojousay ap oan sod sose soy ‘seyoaryp stialueinKs Seto se] ap eynsax anb sopepryan ap esawtos P| “OxeqouRUy a0. op seysuorewoyur soureysqzd soy’ op "sesexequT 9p Gaed (q "eure vonpury op oynfuoo yo “eraUaE we ‘A vu ueBzy oy ered Jse se ons worouTnMMoT op TeIeUee os90010 TeP ojaruieuororpuos ap caret im wo “Soresqua0 sasted soy wioey aqudpaaxe ap ofnyy un ayitaureaqguoce weoydum erouspuad “op-ap'seomnguuise Sauoisefar se :#itapea% ap olny (© “ugouodosdsap bse op viuano tep anb sopedrourad saxovoey so] uos soygno soures A "eaRonpoxdos-uoysianit =f RURSEp 2S anb"e'so ~e3stféifdes oumsuco [9 © sorsendam soy ueyuaN yop seuororptoo sey U9 soueM Te Topemnonse ofa ns 3000001 1 cee wAqod Tad STIVLIOS SOTIH SOT OL op syuausawuspued opiy— sus auRTUE|gEsoprs ‘pneu exjo A ovwommeusoyin exoued es anb peySeS ep aquopaoxe Pp SkIRRUGD ¥f Reward NORA Coy) TPA “tar ugrasiipou OX faaidio ap uojonuuo] vy ae 2190 “oprsuos upRDOjiapmSp mun usompoad “viouepwedep v] ren “leoe¥ epitony enb soanyyod s0ysaKOxd Tod seppapordas sapod ap uujouise op souoreyer e oseq ue omsyende [ap offoiiesep ap seuororpuco se] ‘sayuotpuadep sejwouone se] wg eunuary vue oyeuremon red A FUP] COLPUTY U9 SOE -altiguay soj opous aysa ep uEyuasead os ou oF9g “ONS TEP ouisqeyideo Jo wo ‘savorrpuos sews ofeg ‘Ise $2 01ST. “seonugpt Ueajona a8 eperjdue woponpoxdar A ugwemnumnse oyweumonspid ‘oweurconyeue ‘enb Fe ‘29q ‘ugwoonposd ey ap weaso Fj ap uoroerdume ey wowramy ob sopemjonsyse’ souoweyUN ses}0 wNONIUe OU OpeNUNE ofeqen |e “spayjosresop FEnt29 eptuoUOSe BUM Uo ‘—soysond | uy ap o8ed yap o~ seyqeydeo so] op ownsuOD yep PIE , ‘spur 19g “eprumsuica war £ ophsoauer yerideo wo ayuap “oxo Jap UoPasoduicosep wou vy xod onb. spi soperna eymsar ou onb soumumg) we ‘zpeydure eyrose ue woroonp -oidar z] op aiuakngrst09 pepyear oMro ‘qeyIdeo ep wo! “euntoy ep JoaTU ope! 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Lo que cabe agregar, como comple- mento a los puntos ya sefalados, es que ef consumo osten- toso ¢ inadecuado al-nivel de la acumulacién de capital en que se encuentra la periferia, acentiia el drenaje de ox: dente que (como consumo de empresarios) se sustrae a le reinversién, cerrando el cuadro de la desarticulaci6n entre acumulacién y reproducci6n. Asimismo, la ampliacion del Estatkoren SUS actividades “no productivas” es otro factor que drena excedente que podria canalizarse a la reproduc- cién’ ampliada. Este desatrollo limitado de la reproduccién ampliada de capital,’ que —en la economfa global— fre- cuentemente atraviesa por perfodos de reproducci6n sini- ple o restringida, determina un proceso de heterogeneidad estructural, de formacién de sectores econémicos informa- les que operan en un circuito de reproduccién simple y de crecimiento del trabajo independiente. Pero mésallé de esto, los limites de la reproduccién ampliada, en condiciones de desarrollo dé la” composicién orgdnica de capital, detertni- nan la tenidencia al estancamiento de Ia demanda de fuerza de trabajo productiva. Aqui es donde aparecen los proble- mas estitctifale® del marginamiento ocupacional y el estan- camiento de actividades de produccién material como la industria manufactuzera en paises como la Argentina on los iltimos afios. La reproduccién ampliada del capital produc- tivo encuentra limitaciones en la peculiar formacion det capitalismo dependiente, produciendo estancamiento o retroceso en las relaciones salariales y estimulando el creci- miento del trabajo independiente.*_En condiciones de cier- to desarrollo_tecnol6gico_que_la intemnacionalizacién de . capial"impone a toda economia para participar en un mer- 3. Estas son las condiciones que se p iodo dictatorial en la Argentina, en tant sometido a un proceso desindustrializads agudamente ‘cuerpo prod conjugan af determinaciones estructurs reestructuradoras, restauradoras. 10S HILOS SOCIALES DEL RODER, 237 cado_mundial_interrelacionado, bil reinversién en.) clelo productivo —y ain fases de desinversin y desacumula- cién industrial como las que vivié la Argentina en el perfodo dictatorial-, tiene como efecto, ya no s6lo el descenso rela- tivo, Sino la caida absoluta de la demanda de mano de obra ef fa industria, el crecimiento de la tasa abierta de desem- pleo_y la derivacién de trabajadores hacia actividades dé seqvicidg, Estos fendmenos contribuyen.a fragmentar alos sectores populares y se combinan con estrategias de poder dirigidas.a debilitarlos para reestructurar las condiciones de dapuinacion.- , Pero también en el campo de los sectores dominantes y su supuesta heterogeneidad basica, los aspectos econdmi- cos descriptos tienen su eficacia. J La dependencia econémica, el estancamiento relativo de la reproducci6a, la tendencia al predominio de las activi- dades de circulacién financiera y, en la especifica coyuntura del ministerio Martinez de Hoz, la implementacién de una politica monetarista concentradora de la riqueza, estimula- ron todos los resortes de concentracion de poder econémi- co que homogeneizaban a las clases dominantes alrededor desu cispide. Puede decirse que esa tendencia se manifestaba anterior- mente en la sociedad argentina, expresando determinacio- nes econdmicas o efectos de las luchas polfticas. Pero el ritmo, las caracteri , las peculiaridades que asumié durante el perfodo militar reciente, permiten visualizarla como parte de una verdadera reestructuracién social. 3. LA UNIFICACION Asi_como, hubo centralizacion de capital, tal” fidkiTGero; los sectOTEs tertatenientes Yel gran canital aarooud £ pagui ‘exoennsge reuideo op mutrog eyjonbe v oud sound ua oysand uvjgey ‘euuelre eswouode vy ua seper “apne souorseysayrnes sis A qeppunte sysuo vy ‘aquoueto “ipy “opvaydnyaw sapod un woo sowsayfeqns sos0j09s $0] F sejuaryti ejqisod wezey eruowa8ay A prproueBouroy ‘opass. “sayueunmop sator558 Sof ep ¥OIuIE wiaey UOToEZTO “GHoliog ap ovsv01d WH aei exed opeospuy Sput je owoo 9% Sossid se ‘oqunideo ap sxopezqesjioa Baieny vetoed ns od “fguowaBay ns seyosafo ered oouopy SPU ja owio owerede ‘sojonojeas sosalejly SOETOmED Fo] Jerun/u0a ved onde 30) nos aie UToDTAUG Tides Jap S9AEN e CHEyTONNsNP qwuaata ror sour orb DAsi3: Tees a7 JUSS SATO jo ‘Jo1o9s Un ap 10PE] sy semgiod_* @ anb -aflozayey ap OUawOUS} 4 aprdsyo Bj ap sodnuS 0 sor uesoad akoad Jap sajeioos saseq st “PE onpoad 94 ap Jopapasye sawuBuRWop s2x0)995 b vgeziattaBowoy a6 ‘sorouans sopesozdiuo sof ¥ opul gap 0 opusknysep ‘oorwoUos2 Yepod Je opueZTTENIGe puso) 9S0 oq ,|,svantreduioo sufviuen sns B outloyuoa upezuroadso A ofdusss syiw wnusouoos wun ap oxyuep (ses -afuesnxe A sapeuoioeu seood seungye) souany spur sesosdwo so] ugstarnangos soyemnyonsise asad sure seuvipaus & seyonboad ap po et YAOI TAM STTVIOOS SOTH SOT © Jorep exed ‘seroprayduss so] 9p osed orrose jo onb aquspys ss ajurypour tipestpur eiatreur zum op opaoosd erBares3s0 Tenia ‘y we onoy[du Jopentaoues ossn01d ‘g,, “ooMUOUODS 19p od Jop UgpEATEN}UID ap ossoord OpeNjUaNE UN GIyUAA a Lugyyseno U2 Soe so] Ua onb 2oueys0s we waptoutoo sooTLUpU -ooo sofeqen saqdrymnu ‘upioezryenua0 ¥] op orpams sod aprd -sn9 8] uo ugIoBzIouaBowoY ap oseooid je upaw exed sovEp sorse 9p Zopfyes BpEyWU] & op PITE SFU o1dg ,"oquaTpuod caput ofeqest [2 uo sopresarduso s0103098 ap upfed vj —aused io zeserdxa apand orb mdoxd vyuono sot op oaristoasa jp ua soxoedsoa soyse * UENISME AL OXPENO JOP SOUP SOT “ofireo v yeuosiod mis orvorpued -epur ofeqesy 19 uo aqueuresn¥es uoreAro soyenbod soxsend “aia sony “searemodsa o sopeprowco sepepranoe set asoyonpoxd soungyr & tore[ndwe seoruquod® sapeynourp preserduie ap paynymu & eq rex} opemanes ey of 1 psop opete[eoe 20p rrorves souonsono op estionep dred opedse uqepanb ov 4 sopezwuoue so0suayop 50} af e381g0 Ojoas sesozayU so} op HO}SRTTUN x] ered sejqu0ay) seu “ypueo opeats uxjqey anb sopesmaunoo seppuysunasto ue A sosmnoos ap rue’ enduse wun oBont uo opuartad oBaydsop quan 4od popoja0s Bj ap uo!aDz}aUaSOWOY ap OFNLaTN [ST a “oqeo opseagy exed Seon owen souopsrpuco sarofou se] sepep ueqersg “Hisjedouou 2 “qvaniV THA NvaL ger 240 beneficiarse de los meca alta, erritica y varia a Ia especulacion, que mas po nismos imprevisibles de una infla le por sectores. ae eye capitals y la dependencia fin fueron otros factores que res financieros, ligados 2 Ta gran expansion de la banca inter nacional privads ¥ * fos intereses de los centros smundiales de poder. Bi el predominio de la “patria financiera” entro en crs fue porque se vinculo a mecanismios especulativos que di Cuitaban el crecimiento productivo, Pm el desarrollo que present6 durante la dictadura dejo sus huellas en la Argent tas finanzas operan coro Un poder dentro del intento de unificaci6n, homogenc- sacidis, recomposicion de los interese® de la élite dominante, Fie el de la representacion. SU ‘omplejidad exige algunas aclaraciones: Tromos sefialado la existencia do grupss sociales “hor ontales” conto is lass, 108 partidos 'y las tendencias ideo- ogicas, que dan cuenta del ‘movimiento contradictorio de la rerredad. Bn sltima instancia, remit relaciones de pro- Lima fe poder. Hl nivel de [a reproduccign ‘en su proceso conflictivo, Pero también aparatos estatales.o pavados, cuyos ucittmayen grupos sociales vericales 20% re Gontradicciones sociales que se exPree® i y, de todas mane! Sespiritu de cuesp instituciones ‘pasicamente social {as articula existen. instituciones~ alrededor de ciertos-valores doctrinarios y 1a pre: se integra sencia en su seno d& sontradicciones estamentales, de clast jn en los reso! Se partido o tendenciales. Su Ubi jon de Ta banc \ IWAN VIELARREAL | LOS HILOS SOCIALES DEL PODER 241 damentales de poder les asigna un papel decis0 el sarrpento del orden, la jerarqui, la disciphins © to) ilo gue fue coherente con un suetio de restauracion del orden a papel represivo, dscipinario o indivi zador: en dos se ds, ya que se acento en el period militar» inte vigilancia individual y se buse® auebras os mecanis- nos de*solidaridad pera resaltar [8 individualidad de los seres controlables. : ‘Una historia ltinoamericana reciente de influencia no) teamericana con su doctrina de seguridad nacional, preparo | earnerjeones internas en. las fuerzas armadas PY cohie- we awe frente a la “subversion” ¥ los sectors, populares. Tondybversion fue la excuse y los verdaderos destinatarios | de una accion del poder represiva, ‘consensual, productiva, } fueron las clases subalternas en el marco més general de_} amplios grupos populares. co Es_aqui_donde-apareee- el tema-de-la representacion: EH problema de la heterogensidad social, de una. clase. con aeecoa hegeménica, se potencia cuande se combina. con weer mslacion politica, con su.dificultad para. conjugarse-- con partidos, con sus representaciones, sencia.da, ex presion politica legal, lesitima, consensual, parcce. ser. Brine dificultades principales dela élite productiva, finane~ ciera y comercial en Argent El gran capital concentrado: no tiene formas de representacion estables dentro del juego ne titucional, republicano, que establezcn, homogeneidad on su diversidad de intereses.” Al menos desde que el Pa «P Conserrador qued6 en la noche de los tiempos. Entonces, so Cendencia consste en presionar en favor de sus intereses S enagos partis, instituciones ¥ tendentias de pensamien- to. 0 en apelar recurrentemente quiebra dela legalidad cojstitueional, cuando sus valores se YP crecientemente SFectados. Tal era la situacion descripta eo visperas del gol pe de 1976. zs alli donde confluyeron Jos mil defensores del arden social y los grandes detentadores de la Ja movilizaci jprevalecié el sueio oculto de los mi litares de conv Ffociedad en urvcuartel con sus jeras- “ofeqen) 2980 ap yedjound spaaqur yo sou | -anyis apuop #I[8 8q “sanyndod sezoy0as soz weusroyvoa anb eure Bap UofoTAzstOO ap soseq so] Op CIUOTUITTGED 12 ‘seuseyfeqns sasep> So] op woreIUeUTBeN F| ‘EpeuoU! Fl YIGOI TId STTVIOOS SOTH SOF JRoued vied uoAnguce onb ‘seomsouose sauoreurunarsp tuoo wopeBr{uoo ns epeiuesaid sapod ep wideyense ap soqesoue® seas}z0ja0se9 st TIEN ep 80 by “ropoe2 A womeonpasd ef op BeHaA se] Sp ents uopenijiia eBuaROH op edeie WU op UBUANTSS Hl NH “Goptad “(eCOTEDSp Opus’ Top WAUDAGT wei #1 2 sosaloii Bp WorouINatTE ap o1"as}O Jo wessaIO “UgTPETHOS aude A nysoureBay “UgreztauaBOWwoH“UOFOeUTLIOP Ft SP oquarunpereuos |e aruarpuas Jopod ‘9p _eBazanise_Rimn -OW10- epezieue_ 105 apand_anb oyjo 100 sq “SequeImWON s2501> se] eivd oan onb sopezieueBouloy_ 029812 Je 1 sefop voqunr od Sojuspins spi sauvoroessayrue SNS uo ‘oronuadns ws Us BRUGHAGKE e] AP TOU OSU [OH “seofSg]oapt 9 Seo -syqod ‘snonusquoae satotoarpesnuco ap owuoTeZTs® [2 1012 “uk ns ua spyues B UOTETUOULO SOEITUE SOT ‘—ousorqos [2 Uo “pquaurestoasd spi z2pod Jap o1Us0 Je ue enbiod “oseu! “Wye “svarey sajquuoumuty TeZTTPSE ‘gfyuued onbiod ‘zeoyo | ee oxeusyya any overt 1g Yopod K oronpoxdsi ‘uop onpoud ap Sopot so] ap saztBURIOP $9101098 SO] uoreinfuoo Fe anuauejeex soy “uoHAiteserdal ns wormsyUogUo $= Souruiop sesvp se] ‘ayuaureuorarpesitco spain ‘opoU 2389 qr “pepranonposd y] A eousraye ey ‘pepungas e| ep ‘aun op squaurromuguone a7n9 P| 8p se8atoztH sol 9p esUayap Doe eyprouioa Uapio Je FEZyUETEE o19q “UapIO [op S29 jojoept sero1uou,, S| ap WSURjap wf wosOFUMSE SOIT! 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Se conjuga, también, y de af que pueda confun- dirse su sentido en términos de poder, con determinaciones estructurales que vienen de la situacion de dependencia. “Pero no es acaso la dependencia también un mecanismo de poder, una relacién de fuerzas que se promueve desde dentro y fuera de nuestras sociedades? Si se trata de analizar la conformacién de los sectores populares (y especialmente de las clases subordinadas) des- de la Optica del poder, teniendo en cuenta el haz de relacio- nes de fuerza en que se inscribe y considerando los distintos hiveles en que se manifiestan los efectos de poder, conviene hacer algunas precisiones que enriquecen el tratamiento. Diferenciemos el poder social, del poder econdmico y el poder politico, Como se ve, el fendmeno del poder recorre fodos los niveles de la vida social adquiriendo un color peouliar en cada uno de ellos. “Al referimos al poder social de determinados grupos (sea clase socio-econémica, grupo primsrio, partido politico, grupo institucional o tendencia ideolbgica, y considerando 24s OPPOSE fv Ue enteeyen ze wad epouoysisr ef ap sopeynarps afe ua (EL6T-SS6I) BOP “duiasoxd ap sore soy Uo asopugAngpisu0o any “panyueBsy Fj we “onb sorejndod sespus $e] op vowsylo UOPEURAIFE ap sO “sopoussnpu 012190 80] 9p Osbo To xezqeue 10d sowssoodig souadugo SOT *Z -owets ef v soon yTeue soyuaw $0] sopor OO USP soda wap oT a TUOnAH ed upon esa EIS Touaeqgsisoo0y) “saan sowussepyp SO] ue Japod ts ap YOR sepruep wan K soareja sezapod sts ap OvUaTUEZTTESS WA quOwoo? -yanse ac] sO0TuIgIIOND S0102028 22758 sosaxSut So 9p WOFEDLE vgoremndod sax03225 80] 3 UOTE 22d op wprbied w| evuauserooed FIA “agyenise A ug}OeVUSUEBEAE sugqoertauaBoxotat] 9p 29008 opus roeaoep wxennyoejuets BART TL . ayense e| 20d Huoroexedmbe ap oveusguay e282 ‘uegeondxe igo us op SFU © ga! OHA Sepuonsed souoroezes0 Se] @P ryorsepodon op peproedeo Bs ser at A eystuoiod (2 owo> FOUIAIGO® oP youre vonisjod el “ty ror0es [2 “1 TE IOHEI Gyuroyumoox> ap ompetword Tener By pun zunuaday conande VL 2P enue) owed 1°? vps worsead &7 “Sopeail Tgosatamse ab Je PEPIAE OP enep wpgas— OAT 52203903 €P OD qeyor owrayw 094 joxoas yop aquauuart puadapurobrest 0 WOPCOUET oyu ojonpordye anb ua “7961-SL6T opopred Jo Ue enb souresapis |S 9P soaopefeqen Sol ep TEELS ugieredinba opefarde Joye 1? ‘uo uotoedtorsed ns ap 08 jun vunqusRTY Bf UO OPETRT MIATA, 9 ttetTEUO: or cagesgsmipis, someTES SOL 2P OUCH, rexcomnanp 012802 upaafp 5 ap worovauTsuaTu! eT AS Nod oyonposd 12 Ue uowoedmnsed ¥| ep wor sopeprussogrun ap PoBOIT, UOFPET ‘wun oreye amb OT sat arib o9musquone sepod 9p eprps9d _“pepanonpord rue 60 it nose 0s ‘opEOUFUT TTUCHS ‘un op sapeprmgrgard StL arexuazouy 10d souoroeogtiog 4 sopuard ouioa So3qnt SONS aL anpostco ws ‘A TB}OS PEPFoUsEONST ‘ns opuadnumustp | °P Tugqaedrored ep guusune A ‘ses © sopetusou ses0y 308 eared soxo1908 sano £ 804100 °°) yopos xapod soz | OE ures op oFad 1 OATUUSLC THEN ‘101098 [aP So “opesaunwal se] ap esmonaas? 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Pero en el perfodo de la dictadura reciente, ei dinamismo de las activi- dades financieras, el papel relevante del capital financiero en la articulaciOn de mecanismos concentradores de poder econémico y le consecuencia concomitante del favoreci- miento salarial de los trabajadores bancarios, hablan de la posibilidad de un desplazamiento en las condiciones de poder entre los sectores populares. Uno de los datos més incontrastables de todo este proce- so, que tiende a alterar la clisica homogeneidad de las clases subaltefnas en base al predominio asalariado y, dentro de éste, a Ia mayorfa obrera, es el descenso de la fuerza de tra- bajo industrial. Segin datos de FIDE, los trabajadores de la industria manufacturera —excluyendo al personal adminis- trativo, patrones, socios y familiares no remunerados—, que sumaban 1,165,000 en 1975, descendieron 2 740,000 en 1982, reduciéndose en:la misma proporcién su poder social como peso cuantitativo, su capacidad de negociacién, su posi- bilidad de alterar relaciones de fuerza dadas. En la estructura porcentual por sectores de la poblacién activa urbana tam- bién se manifiesta el retroceso del empleo industrial, como lo evidencia el Cuadro VI. Los datos expresan la disminucion global de los trabajadores del sector secundario (industria, electricidad, construccién y transporte), que pasan de repre- sentar en 1974 el 48% de la poblacion activa a dar cuenta en 1978 del 44%, Como se trata de informacién referida a actividades urbanas solamente no aparece ef sector prima- tio, si bien sabemos por otras fuentes que también descien- de, en tanto el empleo terciario (comercio, finanzas y servi- cios) sube en el mismo perfodo dei 52% al 56. Este proce- so de terciarizacién de la mano de obra én la sociedad argen- tina reconoce un origen lejano en el tiempo y dbedece a miltiples determinaciones, pero en el presente contexto se visualiza como una pérdida de poder social de los obreros industriales y como un elemento de fragmentacién de los sectores populares, producto de una estrategia de poder dis- gregadora que se combina con determinaciones econémicas. El cambio cualitativo de la-etapa consiste en que los emplea- A3% | tative que lleva a que —et LOS HILOS SOCIALES Yeu ruven dos desplazan a los obreros, como mayoria entre los asala- riados. 3. LOS EMPLEADOS Como se sabe, el proceso de ferciarizacién de la fuerza de trabajo global en la Argentina —en el sentido de una partici- pacién creciente del empleo en comercio, finanzas y servicios fn Ii estructura porcentual de la poblacién activa se re- mmonta a la década de los sesenta. Entre 1960 y 1970, estos seotores pasan de ocupar un 33% de la poblacién econémi- tamente activa a un 41%.5 Pero en los afios de la dictadura militar el proceso se acelera, produciendo un cambio cual principales éreas urbanas en. las que recogié informacién la Encuesta Permanente de Ho- gures incluyendo al transporte en el sector terciario hacia 978 la mayoria del personal ocupado sean empleados ter- Garios. Se produce una verdadera teestructuracién social de fos sectores populares, que avmenta su fragmentacion ¥ convierte en minoria a los obseros industxiales, debilitando su poder social y desgranando las bases de apoyo de su ac- Giowar sindical; es un fendmeno especifico que va més allé de las tendencias nommales a la terciarizacién social del ‘mundo capitalista. Pero mis claramerite se observa el efecto de reestructura- cién de los sectores populares, en el sentido de derivar per- Sonal de la industria alos servicios, aumentando los empl dos en detrimento de los abreros, cuando consideramos Variaciones absolutas de la ocupacién por sectores y la parth tiptci6n de éstos en It absorcién o expulsion de trabajador res. La brusta caida de la ocupacién en la industria manu- facturera, explica més del 90% de las expulsiones de perso- nal en el periodo 1974-1978. Por su parte, todas las activi § INDEC, Censos Nacionales de PoblaciOn de 1960 y 1970. So7],, "UNE “TROLIOATEA 484 oes bp seuuzoy se} & UgK>ENUIaTO oP pepsoiayip seat ove yop aiuapaoarue ye sowseyuousl sou ‘seiuame sor °F Copuaruodsrp on “saresipuls seUOIDETL sel 2B osed a ‘ayuatt -nysopour spur °K jooipias ugiopdsansed % &P OT ‘saxejndod Saioroes soy ap elouasNp oapsiod sep0d f9P opeumxarde Topeospus Uo, Safetsnpur s07230 SO] UO uoroeiedwios ua Queue “sopuatsd sorreyase) sopeadusa So] Ue Z0uaN PRON span eanod votosdionsed ap foamy un ze wp “RVI piowarouoooyne ap sousstueoau & pauigZowloy feorpUTs UOIOe ve uiog xepoursap aymuuzod arb) sopuedl somuaruToetarie we peuoated ap ugraeueouo9 Joust Fy “SePemUNAITP ST ae sopepinnae ap oau9#Oxa}0y ooFeSOU! 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UN 101008 Jo wo adnpout aeeree ayer we sepiun SeHOPEN wzeuorouredo A SO} sr onb— eupouuoroeag se ey equarexd on wey qous Jo Ose “euoreus ou ugponposd 2p oduseo Je. ou? ‘eqepanb of ibaar fat -Souorounstp sey Wose!Tt 2s “pEplAnioe OBE We oo jgjounes osaxBoud yop 30}99380 eA uesORIERes ‘anb oumnsuoo ap sopepisaoau se] & “uege32ue8 as amb soyanpasd ap od yp uoroueye ug "tuefozey A esrepunoes ‘enreurud uoxpednao Bp souruiigi Uo sezaymunts souo}eoutse[> uoreymd 98 9 FR anon eve HUI 986. {STIPE To wo SULTS O1R, puis gnb A seers sapeplanoe sey HOS gn oad? sofeqent ap wazeny vaqiosge —upUNsUOR eT SFU SUHRIDA SEPEP qvaWUV TIA NVOE 9st, 256 JUAN VILLARREAL 1970. En ol cuadso VII se observa el peso dominante que te: nian los sindicatos de. empleados en la afiliacién de los gre- ios més grandes de la Argentina: de éstos, ms de la mitad tran afiliados en 4reas ligadas al sector terciario. Docentes, Inercantiles, bancarios, estatales y otros sindicatos menores, daban cuenta de la mayér parte de la pertenencia sindical dde los mayores gremios del pais, Si se considera que los atios posteriores a 1970 y fundamentalmente los de la dic- fadura reciente, fueron afios de terciarizacién de Ia fuerza de trabajo, entonces es probable que actualmente se haya modificado mé$ aun la correlacién de fuerzas sindicales en favor de los empleados y en perjuicio de los obreros. "Pero el sector de trabajadores terciarios no es homogé- neo, Mas alla de la presencia de ramas de actividad diversas con procesos de trabajo y nivelessalarales distintos, en este conjunto se manifiesta con particular intensidad la presen- cia de formas de organizacion del trabajo disimiles: la acti- Sidad estatal, el sector formal y el sector informal. Este alt who alude a las actividades en que'se concontran los trabaja- dores ocasionales, cuenta propia, de bajos ingresos y com condiciones precatias de trabajo, El sector formal resulta de Jos requerimientos dindmicos de la produccién material y de Ia propia inversién de capital en servicios que responde ‘una demanda incrementada. Pero tanto los servicios esta- tales como la actividad informal, operan como dreas de refugio ocasional y con niveles de remuneraci6n bajos. Aho- ta bien, una gran parte del crecimiento reciente del sector ferciario tuvo que ver con la difusién del trabajo indepen diente. Pero éste requiere un tratamiento por separado. 4, LOSINDEPENDIENTES —~ EL aspecto del proceso de heterogeneizacion de las clases subordinadas més evidente, porque nos habla de trabajado- res que se excluyen de le relaciom salaral, es el del creck iniento del rabajo independiente; segGn los datos del cuadso TV, en las eiudades argentinas. los trabajadores por cuents LOS HILOS SOCIALES DEL PODER 257 | 21 de Ja poblacién activa propia pasaron de representa eeore al 24~ en 1981, Jo cual habla de un ritmo acelera- de ecimiento, Sabemos por los datos de fos cuadros | 4 Tit, que la Argentina presentaba tradiconalmente uno de J ensbles mis altos de difusion del trabajo asalariado en 10s frica Latina. Nila economia campesina, ni el trabajo sttesanal us otras formas de empleo auténomo, tenfan wha | presencia sigificativa en la sociedad argentina, 19 ave daba al mundo de los asalariados un peso social considerable y, arto de ellos, a Jos obreros industriales. Actualmente los rabajadores independientes tienen una presencia mumérica + Squivaloste ala de fos obreros dela industria manufacture, | faljcleo bisico de la clase obrera, En este desurollo inci +e rts mecanismos de Ja reproduccién subordinada, la | Gass econémica de estos dltimos afios y también, funda- crontelmente, una estrategia de poder dirigida —a través de mniltiptes efectos moleculares— a heterogeneizar,estratificas y fragmentar a los sectores populares. Se puede supone Que 1 Bor parte de la expansion del empleo independiente : Proving del ceve de asalariados industries y o drei las eridades terciarias, al menos en el periodo 1974-1978. | Como se ha mencionado en un trabajo reciente, “los sec- tores que més absorbiezon el empleo autonomo fueron los servicios (unas, 60.000 personas), construccién (44,000), simreio (37,000) y transporte (6.000). Ellos fueron Tos responsables de que el empleo total se mantuviera constan- te, pero también do su recomposicion interna por categoria } ocupacional”. PacMformacion del cuadro VIN, restringida a las més grandes cludades argentinas, nos presenta una imagen de aarsrrfento del empieo cuenta propia que llega al 24% en {980. en el mismo sentido indicado. Pero nos peste visuz tear 21 ritmo mayor de aumento de la autonomizaciom del | trabajo en ciudades como Cordoba, Rosario y Mendo7a, en ns ques a la éxiss productiva general, se agrega los efectos | | a Argentino,.., Ministerio det Trabajo, 8 El mercado de trabajo en Programas Laborales, ps 43, 1980, Direccién Nacional de Politicas y Buenos Aires. AON tN soup ¥ seuBrew vjqap oquourelesaeu ‘yeytdeo dp uoIDEZ -qqeniue9 ap osoooud opexa]a0e un os epeunquuco & zemdod uo}setoutiexy vy v vpeyuoLo “eiopezirensnpuisep repod ap eidayenso vup) “youorondn90 ojuaqumuSamu ap-souuos sel ap etua|goad |2 uoo oyoeyt09 ue auod som ‘eiquise opuejese [ap soy ® sesoVasur osaxBur op sojaart: too A Teydio wis owOIr one oajdura owios soumgpziaqoesee onb ‘sojvarpuadapur saiopelegen souar ap epertmajosd uopenys B[ o1ag . seutiay eqns saseyo se] e reyuowey ¥ opuasngiuc f opts9ye1 uorsezenprarput ap osaoord ja opuetouepina ‘sopeepese selopeleqen sol 2p ¥ ap BIUNSIP feos ug!oIsod wun Ua enyts 6 stuatpusdepur ropefeqen [2 ‘ayveunoueyye ope 3 soUiol] OOD ‘voT}ffod wzIaNy NS UBJsvIOU}Od enb SoTeo {pits sepepianoe e eiuourTUIOos Opes] ou ‘peplanonposd efeq ap sauo!siptios sns rod opeynMmy oowgUoss sapod lun wog ‘erowasaid ns wpronpar om ‘orsejordoxd oyenbad so anb aquorpuadepun 1g “feuBsew ‘ouvoerd ‘opezmrajo1d Jysod ns sod asteztroyoere9 t oIpusr vpLID!P BaP 0899 oid Jo opuesoue8 any anb oquarpuadeptr sopeleqen |e ‘sau [puoo $e1S9 UZ “epvAsfe opwiseusap uorsednoosap wn ap Sayeroos so8se1s So seuss ayfittiad onb oduion owstus Je ‘esofeyu9A ousoo aoazede Jesoqey wovapuadapun B ‘POrpuIs pepranoe 2] & ugrooinses ap souotorpuos ug "wdord myuano uowednoo vy ap epanbsng ze emumyse anb wiouepuadep op _uoioejai uo ofeqen 9p sauotorpuoo se] ap o1verumRSaInpLO tin £ opersepese ofeqen fa vqustfesap anb sontseus sopeLseyes sajaant So] ap epleo BUN ‘ug!oaNpord v{ ep-oduea yap sax0p foqen eyndxe anb wiopezireusnputsep eonsfod wun’ :9p eoytoadse wious8iaxuoo Bf ap vynsas EInperDIp P] ofeq UOID ecrpuadaput ap oseooid ja nb sisaodiy ep onaya v asic orauaw apand ‘oprytas ayse Uy “sorargo A sopeuErest ap ugfoesofau ap 1epod ja onpar e vprBsiq “os0sqo opunus ya seamigap © A sofeurefes souorocqas so] ap osed Jo sionpor ajuaspuas ‘seusaypqné seseyo se] op txopsuauZey sopod wfarenise wiin Ua aguasuy os anb se “zeTU opofsad 9 par uaBay Pf Uo [OU ous zun ap 6s ¥A0g Td $ATVIDOS SOTH SOT “enifesquso eaysesSoad ap ‘ajueysuoo efeose va ug}sonpordas ap seuLIoy sej Uejnumse onb oslyomposd yexdvo jop epend sue woLsonpordel Bf e souorseyTuM ap fesaUe® orxoTUOD UM tuo voign eg “vjUanowID Jap Epe9p e[ B vIUOUIO! 5 “OAPELL -njj oxad oyuay aquaurannyjax OWL UN oD “eUTRUABTY Ty UO oF { uorpuadapur ofeqen jap ozuanursaxo Je anb sowages o19d “sarejndod se30}085 So] ep LOPEZTTAOW OajonU [2 souFENuOSUO seUNYN seyso ug -(soprafduss ‘soxaigo ‘sayuarpuedapur) seurafeqns sasefp se] ap ovunuoo Jo vsBayur oj operojdxa sos ap ajqised opetmpaogns jaded ns orad *(soureyajoxd ‘s12ep s2 ‘sopeajduza A soraiqo) asvq ap sopeuepese so| ap ¥] UOD aiquinonse 3 -VaUmTIoRy OU [eIOos UOTDUNAS Eun euasaad opEjstE sopefeqes wos oporain jo Ua UorIsod ng ‘pephues ns ap eqta}o~ID erpos osed [2 pepatoos Fj r tavayyo nied auon ojos 2]Uap -uedopur sopefeqen Jo ‘oontjod xepod ns uesserouajod anb sojeorpUIs Sapepranov v aytouNvorupas0 opesy ou ‘UoIETMOTD © gpap w1aysa v] we opeurprogns jaded ns.o pepranonpord efeq ap seuoroipuos sns tod opeymus corpus 1apod osvose tun woo “TerD0s pupranoe vf ap sesod soy uo openyis “oanoa[0o oxpurs seuoroe ye sesuedoud oood 4 seystenpiarput yer00s eptiarou0o ap seULLO§ P FIAOUTA so] anb Of ‘sOoRUDpY sosingas sosease uoo £ vfvose euanbad ue “epemeroos ow peroquy Peplayoe wun JepoLEsep ap CYoay, Je UNIO U9 UaUET OPIN! -uoo wa ‘ofjo ap Pye SPU O14 “soquerpuedapur sezopefeqen so] 9p PWOIN UoToRaTHENISD B OISerTUNM ap suod sAuOIT -IMyIs 9p OofUEgR ais “eIeosa vussM Bj Ue asopusronpordar aquapeoxe vidosde ou anb yeydeo ap sossnoe sondixe ap ouejardord oyanbad jep expaunioqur ugroenys v] se tie9z0) vim A ‘ojqise opeueyese zopefegeny je sazoHayus sosaxdut aquatueyuendesy uequoseud anb ounSye yeydes us sowou gine sazopefegen ap eyez} 85 opuend eyuasaid as B30 ‘ayu9p sox se(doude ayuutod anb yeyideo ap eqqemosde pryusour win woo asteyjouresap apand anb 2] s2 o81e2 v youosiad us ofeqen ap ugroenyts BUN :soUaIu saUo}avIOUAIfIp 10091 twougyne peplanae vj aab sg ‘onvoeid ‘yeunoyu oopduse op opeoreut spu Joqopv9 un azambpe ayuvorpued -epur ofeqea: ja ‘cunustie ouow yop seazg sey we onb zouodns aigep sq ‘sofeuoyfer sejuiouode sty uo sopeztpnsie sisio ap IVaMAVTTIA NVAL 8st 260 JUAN VILLARREAL, sectores de la poblacién. A pesar de la expulsion de trabaja dores de paises limitrofes, de la emigracién de mano de obra argentina (fundamentalmente profesionales, técnicos y obreros calificados) que por razones diversas salieron al exterior, de la disminucién observeda de las horas trabaja~ das on la industria, el retroceso del empleo productivo deter mind el ctecimiento de las formas marginales de trabajo cuen- ta. propia, el crecimiento de los servicios informales y, a pat- tir de 1980, el aumento del desempleo y el subempleo. Co- mo se puede observar en los datos del cuadro TX, la tasa abierta de desempleo en las principales ciudades argentinas vuelve a manifestar la tendencia hacia una situacién de des- ‘ocupacién estructural. Segiin informacion de FIDE, referida a las mismas ciudades del. cuadro mencionado, las tasas de subempleo (ccupados que trabajaron menos de 35 horas semanales y deseaban trabajar més tiempo) oscilaban en 1981 entre 5% (Gran Buenos Aires) y 13% (Mendoza), mientras que en 1982 se ubicaban ‘entre 9% (Gran Buenos ‘Aites) y. 12% (Mendoza), indicando una incidencia conside- rablemente alta —en relacién con los niveles hist6ricos del subempleo visible— de esta forma de marginamiento ocupa- tional. Es as{ que el agravamiento de la presencia de secto- res marginales como los mencionados, habla de otro aspecto de la fragmentaci6n y el debilitamiento de las capas subor- dinadas que se produjo durante el perfodo dictatorial re- gresivo. 143 . CONCLUSIONES i 4 \ |_ 1: tospe apaso Tratemos ahora de extraer alg tn lento proceso de transformacién como efecto de la ten- dencia a la latinoamericanizacin de a sociedad argentina ‘que hemos analizado en otra parte, pero que mantenta | sus coordenadas fundamentales cuando se produjo la histo- ria de avances populares previa al golpe de 1976. 1 "Tos comienzos del retroceso de las fuerzas progresivas ue pueden situarse en el contradictotio periodo de go- emo de Isabel Martinez de Perén— hicieron entrar en escena todo el juego de conflictos cruzados de fuerzas socia- ingobernabies, partidos politicos enfrentados, tendencias ideologicas exacerbadas y grupos institucionales contesta- tatios, All? comenz6 el proceso social regresivo, enfrentan- 1 clases subaltemas y sectores populares en general. Se ‘cid en un arco de contradicciones sociales que se expre- saba como conflicto intemo en el movimiento peronista y sigui6 trégicamente como un juego militar ropresivo de “guerra sucia”, con desapariciones, muertes, cércel y gr 261 “ aan uoreztuegin wife ep “TeRISMPUT omezseisjoxd 9yu919819 9p peprreas wun uo sopewiase ‘sovaugo SO © [eyUAUNEPUn TOS Panne o1i0g treqewuesesd equowlowuanoaxy soodome sesyed, Sof uo opesed ops fap TeII0s oxquse> ap sovseAord sor] “sapess0s SeUON| sei ap eomugio vj ue oUlod sv ‘wardgqorsos eanvese¥ vl NP sojtasaud ayuraurojwansary A seoupdarez0y a7uaUte|qesePyssoo suundg vos ‘seyeuimow ‘sousedurco ‘seyverpuedepus ‘SOP vtotdula ‘s0ro1q) v7TEp Wo saeII0s SOLOIE SOI LOS $98 ‘ginb ozeg? “oarysod souotooe [ep seuoragpucD sel ‘eoxrrpow! ‘anb ‘oust Jap seomguods sasuq sel FIGUE ‘anb ‘sopod fap sopesoos soquang se] ayuauuteogpes exeTe ‘nib sodnu3 @p 03 “raruAotu osapeplon Un ‘sopea|diue so] woreZUTEAT K so1a190 Soruorospaooniat sopetmeyest so} ap onvop ‘soyeurBrew 4 52) usrpuadapur ap aoueae fe JeBn] opuerrey SPIE ‘osed un woz “app sopetterese so} ‘Jopod yap wsyexBoaz09 w| 20d soperuay “ianss fap soa1syod saz0yoe So] ap exopesoutr peproedno ay 8 orgesap un eAnIRstOD “TIUVSEP A vpejnorresep ‘epee srigaforaiet zejndod ypra Fun ap oruousnsea unp ‘sayeurszous soy & sayuarpuadapin sot 'souzeore) sopeaysu sol Owosso, “oioas ap optarUrfooso [2 “UgFORTATEISTIPUISEP Pl "EEIAO ugt pounnansa ey “oatsadiau 21908 o8220ed 2189 lap an [PU2ML -opunj njouasay 7) $2 35 42ndod uoiomsusussouf 0) Oded “saxopeoy gun soroyea & seuutou 'seynbresol sowodwones ep O}uOsUT Ue i ‘sopupfos sot ‘seusTe se] ‘sejaueno Soj :sopod ep setven} seiapeptoa sns ap jouvwoo Jo TexniBase © oi! 2 ‘A-euepn syed eimpnsoa ns QuOPITEge 224! odtud ja ‘oruetTPUCINN “four aslauiodwooar 2p operisaoen ‘@srtuovousep Y o7ueN cae souraqe se, ap ofposida sisi yo optana oowjoodse Sratjo ns Ua sopapsad gymnsed ‘Tio PrpetsoE BP SBUGEP cpevoo sofdfyrgul se, 20d opesaaene 275 ‘Zepod tap ormuse yp ve opeaiqn “seyubunutop sast sv] 2p zopeourun 4 Veet yep easel ‘sopearastoo Uva opmued,, (2¢ fuans fo Woo gumNa0 ‘anes seus os0d “TELUS ofty euaige gpyse & aafana ugHsano e] AOU K rey wired, B] B2IH09 romogprun 9s soaronpord s2x01038 SO] nugy 30x99 {9 “AND yoHep any uroygoud Te uputaday vOroRuTjap PI O1ag ‘sarzindod sowexord 3p £90 adod ad s71vI908 SOTA SOT ysiza Ua QNUA 04019 | ofode op’ aseq [ruoyTpeEN ue1e ond SOUTIPeUs A. svuviwe sorresorduza sazorges sosozeunt ap yeIOOs Jepod Jo guuoq & apidsno x] uo coftugtions sepod ja gnuaotio) epm9]aar ugpseziesjuao vj anbsod ‘sopeyjnsar souer> orp pypeyo0s Py 1p pquto 40d snziouaBowoy 2p) OjuayUy fo “ewuoWOVepIAA “osed ordoad ns 10d apa “oanany 2 POR ojjosresop ap uateuit eum zr00Koad ou fe ‘sted [9p so[UID vos k sooruiuooa sewe]qoxd saaesl so] ¥ seiopezmunep sou “oranjos 1200ij0 ou [e ‘4 opesed e.tyanA sp o3myY oa! 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Las rebeliones campesines europeas en siglos anteriores, asi como las guerras de liberaci6n en socie- dades colonizadas, expresan el hilo conductor que da cuen- ta de Ja imupcién campesina (como !a figura més notable entre las distintas formas de trabajo independiente) en las luchas sociales, con su preocupacién por la tierra en econo- mias fundamentalmente agrfcolas y sus formas de accit explosiva. La marginalidad se asocia a la miseria campesina en América Latina, pero en la Argentina del proceso militar comienza a manifestarse como fenémeno principalmente urbano, como desocupacién industrial, como subempleo en servicios, como formas precatias de actividad independiente de la circulacién; los marginales no parecen haber sido en la historia sujeto social protagGnico de procesos de cambio, sino fuerza social de apoyo tanto de proyectos progresivos ‘como regresivos. Pero los empleados terciarios son, quizés, el grupo popular menos estudiado, menos conocido y los que se han convertido en mayoria absoluta entre los secto- res populares argentinos. Hoy la Argentina no es predomi- nantemente una sociedad agricola, niuna sociedad industrial, sino que se han wuelto predominantes las actividades de servicios y esto da como consecuencia el crecimiento del poder social de los empleados. La actividad de trabajo alre- Gedor de a cual giran la economia y la sociedad ~controla- das desde, méltiples puntos por la mirada del poder— trabajo mecenizado de produccién material de la industria, sino el trabajo de produccién de servicios inmateriales en el que se utilizan simbolos para la produccién de simbolos. investigadores, médicos, funcionarios, vendedo- jonistas, mozos, lustrabotas, cajeros, payasos, etc., ito de trabajadores que ya son mayoria en la sociedad. Representan un mosaico fragmentario de actividades diversamente ligadas 2 la circu- , a Ia reproduccién ideolégica del sistema y al-ejercicio de las funciones menores del poder. Ligados a formas de organizaciOn del trabajo terciario distintas, Ads ‘LOS HiLOS SOCIALES DEL PODER 265 como el t formal est: le en los nticleos dindmicos de vicios, y los empleos actividades callejeras inestables o en servicios marginales, los empleados terciarios presentan su fragmentacion real oculta bajo la méscara ilu- soria de una pertenencia mayoritaria a la categoria de asala- riados. Pero —tal como observamos en los datos que eviden- cian la fuerte afiliaciGn sindical de gremios como docentes, mercantiles, bancarios, estatales y otros~ su creciente sindi- calizaci6n, asi como los bajos niveles salariales que registran y la amenaza del fantasma de la desocupacién, han ido con- virtiendo a los empleados de la Argentina en una figura social postergada y a considerable distancia de Jo que se llama “nueva pequefia burguesi En los tiempos actual caracterizacién de los emplea- rvicios, como una capa privi- 2. REPRODUCCION DE LOS EMPLEADOS Mas que nueva pequefla burguesia, trabajadores privilegia- dos de cuello blanco, capa media asalariada, la gran masa de Jos empleados terciarios en la Argentina (y otros paises lat americanos) se ha ido convirtiendo en una nueva fraccién del proletariado. Si bien no ligados a la produccién material como los obreros, Jos empleados se han ido conformando como sector social cada vez més postergado, sometido a condiciones severas de explotaci6n, con bajos salarios, des- calificados en el proceso de trabajo, considerable incidencia de la desocupacién y desarrollo de,formas de accién sindical tradicionalmente vinculadas a la clase obresa industrial. Pero la especificidad de la tucha grernial de los trabajadores terciarios es que inmediatamente se sitia en el campo de Ias relaciones de poder, en la medida en que suactividad laboral tema, ver Poulantzas, clases sociales en et Siglo XXI, Mé SaTEIDOs SoquapUHoU $0] UP soprodize soy op earUgBROid ; ugnediopsred % elaepoy tyrum arb o] send ‘yemjonnse | uotolsod--ns' ap aseq v] a1qos ‘iopod jap quip je ue vy | -“OLIESAp a8 JELDOS OYe{NS OABNIE 9959 9p TEUOIDDN jo 1S O1g + envjopense,, ns sod “ugroeurpiogns ap mauydso ns rod osreqrum ajens ‘oruowruojorpentio ‘upiquiey anbuny “eonyjod eyo] ayueweyerpouut axjon 2s & aapod jap o1pisiafa op owas) [2 uo auauEaNp aq -tr9sun 95 onb outs “ooryyjod 0] toD oapurQuoee o| eBnfuoo Wt ‘onwmouoss eon] r] ap oduieo ye eyrumy es ou JeoRpUNS Pepin “How ns ‘ootijpod aquautyediound 10: v apuen anb souower “MIAOW. sns ep reWoIOIe [ap sIEIINSA OVDaje Lin seIEURE © BUTON, 0} [EROS upKoNpardes wap o9jonu je ua tigRdy Bse A peparoos ee 2epod jop uoisnyrp op odures ja ue auauresoqe] tnyis a5 “Souera1a1 sopentejese soy ‘soppajdiia so] ‘euuaBry tf ua dtttoloar wotoRaIp SUM UeAT BUN ap x} ~sivo8ey ox yerD0s Oyafns Jo o1ag “eanFTod & vrusouodd ‘sepod Pp saseq sty A'sattarq op ugonguisrp wy odwop ows un ® uvjuaszud “oarsodxe £ onuMUOOsIp 1o10Bre9 Ns uOD ‘seu isadeo saudyfaqar sey arb iowa [ey ap ‘eueiSe popoid ord ap eutiog Bf aiqos sopeshjontse r9pod Jap 9410503 $0] 2p o1aNtp oworweuoNIsand ye Woo opeuisedwreo fap vpIA ap svaruIouose seUOIo{pUOD sb] eBNfu0s énb oyenuTAow 2190p un ue ‘aonsfoid 07 tos: Gonuotoas of uenonse anb sowsm -eoaw vordiur “ean ‘e[ ap viowautay e] ap eulaiqord jap sop -oparpe uen anib ‘seaise]o seutoy sné to mursadwano wen} E] ‘oued exo tog “[ta1d peparsos vj ap sorerede onto adnjour so] anb opendiiy’ opeisa une aiuaurvunyeined uorBojut a sojeuasnpur soyeonpurs saptes8 sof an rye op :pepa|o0s vf 29 npoidas as'anb sep ofeq seonsyreisere9 sey ‘odouud ua ‘1 je ou wepend onb vonurotiose epia ap sovorsrpuos sarofeur vind entmuos vy e pepraueuodse ns vo. epeuopueqe sas Jap UOLNgISIP ep O so[euDTes soUoFovOIpUTALIL se] 10d epeytiouo “soorurouode awaupeyuawepuny: Sapte. sod asranjoattasap apand nrago wont v] otouenjraey, 110d Jono 9p souistuBOaU so} 20 (00 HBB 3s ‘9seq Bp sopeafdttra sor ap ISeUt | wOIQN 9s ofno ua seuopezmbieiol sod syuoureusoyin ic WIMOd 13d STTVIOOS SOTIH SOT (96¢-6¢ “4 “9467 “vosaeID) ,-TrUsWEpURy aUEUIWOp odniz Jp seon}jod sopeprseaou sy] 10d upise 0] snbune “ug]sanpord BL op sapeiaos Sopeprsooau st] 10d sepsausnf sepo) ol ‘saiuouodun seseu ‘opziogeye vy sensing ooipessouap [HIS0s uaYSIs 13 “epIpUsiUa Ise Saqemioaysquy $0] 9p eho8are0 zy OMpmeur opow un ap opendwe ey 9s owrapow opunu aug, “* couRuodss owarumuDsUOd fo dtp ‘95 sopena Soy ua uoraoamp @ ap HsUS Bp A OpAEW ap ss149 9p sStuau “out so] ap uotstsasd. us ‘pepa!o0s { Epo} eiuan9 us opuatUsY oAn -suod 05 o1ninds Jo oled Joteweaised Yu oyaumeaNoe Tu onustusUDE oo, ns uep ov anb sodnu$ so} 9p BuNdionn wf .uousFo), vandost ereise uororo0o ap ozerede yop (z ‘vo!oonposd Fj ap opumis jo us uproung ns ap £ uowisod ns ap susngo syuReurwOp odnsf Jo onb (ez “afmtuo9 & ap ‘oie; 20 ‘4) or8ysard yop jasuauteargisty, abu anb oierumussuos.fausuEpuny aueuOp odnd Ja 10d PIo0s Upla wy P vsord uofoeygod vy ap sseu sapuend se1 10d nos 0 Moon tyod ourgiqok (ouny $0] 9p oisioiel9 fo th SO, Tap 4 etoos eruowsdsay wy ap spusoyteqns tind ojueutuiop odd jap ,s9103898, sof uos sapentoo sepuiooa: ‘sepod jap orsiausfe ap souopminsut seisa ug : om sopwuoTUny uo ‘ayuEupUOp se8ny Jo uednoo oF 2 Uowonpasdar Eun 9p sasopessuel us ‘sono ered 19pod 2p setojonpord we uayrariuos.os asnq ap seuopelequny sng “uofsonpoadaz 4 jonuoa ‘sapod ap seuoiouns ep opeur “RMI OoH|POUT MUL UN, OpuadnyTAsOD ‘seo A pnTes ‘Uo!D -onnisox ceardat “eoueén,“uppensinnupe ‘ugpeestsoat ‘vorovonpa, ‘orovorunuoo :sortaies ep sapupianioe sependwe sep opeur -1ojsen wey es anb ue pepetdos Ff ep oqun{uod fo eIaRY wOH “Hod , uorspusuen ap seaxi03,, st te eyoeNRp vUMIO) Ua arues sad ardwiass ysa.sepod Jo. ‘ajnoayour A osnyEp ‘oumopTsINyy sepod [ep sazozanpardas saysoser soy uoo-sowucsUe $01 sommersrey soppajduio.sod ‘sepruadwosap svaxe) ap atte 203 Uo “pupajaos wf op eatBoqo0pr ugwonpordar ap sororasas |B ofeqen opeeziary B ap uopIsoduiosal ‘0, upmEUNO} 2 © sopra sofoiaias ep sopepanor su; v ‘TesauaS oanenstU srupe ojuonuvug 7EIOOS BUIAISIS fap TEINGAD oWvaN TD @P SOPRDEAR: uOrOUNy [9 Wau A soqeryee ssuopefal sey ap uoLodnpardar e] v axe) 99% ‘TWawavTHA NVOE 2 ue sojermase sopeajduue soy 9p jodd * jeded je sourpusye anb veg "uo ° »“onposdas v] ep soonsjod souistueoour soj vyo9ge ugloezAEA 268 JUAN VILLARREAL de nuestro tiempo. Sabemos que la cre Jos trabajadores terciarios en la vida politica general, en las rebeliones urbanas, en los procesos de movilizacién popular; ero todo ello no impide que el verdadero protagonismo social de estos sectores masificados, en términos de un ac-” cionar auténomo y hegemonizador, brille por su ausencia. 4Por qué se encuentran rezagados en relacién con el nivel de lucha, organizacion y conciencia de los obreros? Aqui por el momento, sélo estamos en condiciones de adelantar algunas hipétesis para un camino de investigaci6n que deberd recorrerse. En primer lugar, el distinto nivel de concentracién de capital al que hemos aludido hace que los trabajadores terciarios privados se encuentren diseminados en’ pequefios establecimientos en los que la formacién de tuna autoconciencia diferenciada se desarrolla con dificultad, en tanto el nicleo dindmico de los obreros industriales se concentra en grandes establecimientos que suponen el tra- bajo colectivo, la abstractificacién de la relacién patronel y el crecimiento de formas de conciencia sociales. La evi dencia empirica de los datos recientes de Censos Econémi- cos sobre tamafio de las plantas segin sector de actividad en la Argentina, avala estas afirmaciones, En segundo lugar, aludiendo @ un problema del que es més dificil proporcionar informaciéa que lo corrobore, un complejo de factores ideol6gicos explican el peculiar retra- so de sus formas autonomas de lucha; en la conciencia del empleado es. habitual encontrar un espectro de nociones en estado difuso que van de una percepcién de su situacién social como. capa relativamente privilegiada, con relacién a otros grupos como los obreros (que las estadisticas tien- den a desmentir progresivamente), a una escasa memoria de tradiciones propizs de lucha y organizacion, que oscurecen su papel especifico en la historia. Este problema se vincula asimismo con la ubicacién de los empleados en aparatos de Teproduccién y ejercicio del poder, situacién ambivalente ya. que, si por un jado politiza inmediatamente sus acciones, por el otro Jos sitia en una posicion de poder relativamente privilegiada, respecto a otros sectores y como objeto de un rigido control jerdrquico burocratizado. ‘LOS HILOS SOCIALES DEL PODER 268 Pero cualesquiera que sean las limitaciones que impiden cl desenvolvimiento del protagonismo de los empleados ter- ciarios, su peso social crecientemente mayoritario es proba- ble que los conduzca a ocupar un lugar cada vez mas destacado en la vida politica. En el complejo proceso de desarrollo, urbanizacién y terciarizacién (que en el perfodo militar se conjug6 con una estrategia desindustrializadora) a Ja orden del dia en la Argentina, el nuevo proletariado ter- ciario de empleados, 2 media distancia entre el trabajo inte- lectual y las labores manuales, situado en el dilema de optar entre el protagonismo o la manipulacién, iri generando sus propias formas de pensamiento y accionar ocupando como actor un papel que todavia no ha definido con claridad en la escena. Hemos seffalado estos elementos que enriquecen la carac- terizacion de los empleados, en raz6n de la importancia masiva que adquirieron en estos iltimos afios en la Argenti- na reestructurada como producto de una estrategia regresiva de poder que fragmenté a las capas subalternas. Empleados, independientes y marginales, se imponen sobre el trasfondo de un mosaico popular heterogéneo, fragmentario y heterd- nomo que deberd generar, sobre nuevas bases sociales de poder, una perspectiva renovada de expresién politica. Pero podria decirse que la terciarizaciOn general de la mano de obra en algunas sociedades latinoamericanas, al igual que el lento proceso de crecimiento del trabajo de servicios que comienza a manifestarse en la Argentina en los sesenta, no son mds que un mismo fenémeno identificable (con las mismas causas, condiciones y consecuencias) con el que presenta este altimo pais bajo la dictadura reciente, minimizando el papel de una estrategia de poder multiforme como la que hhemos identificado. Hacen posible rechazar la hipétesis de identificacién un conjunto de elementos que expondremos montadora que se desplegs en la Argentina se bas en ceso de desindustrializacién que a mente los mecanismos de terciasiz mismos tuvieron uno de sus anclaj lo de los servicios como com jento dindmico de una OyV tee ¥ _TANptl oxo [2 ‘PEPSEOS eI -epomsous x] souseponb v32q9P O19s opesed yop Awqony ap seussoy sero op stadia 51 ‘59 sousEs}H00%2 Sou anb yse sq ~.zunins op msds? 1? prwOD IUOIOeAL ‘ud peppreden ms sod =pep #152 Saryjndod soyaenaAow so] ap ‘sopryed so] 9p PEPHETH yy onbsog -eonyjod wopse ‘ap SEyEppUy SEUIOS ‘opwesaus8 “Tziony 2p SOUODELAE oP. yergae Gupena jo wo sepeozea sored SeAoT SHA wo |sodiwooa! ‘yj ames exogap ‘ofS: [2P ‘uopermomBexy “hunap “sorenoraecs ‘sareyidod saz07206 $0 6 ‘eonyjod wort aut | © O}SPS9P “nromp opopiad Jo u9 sepezado serine souorse}t sry vorupiio spo wan OP souoepuooard sep & ‘ap pepmnqeasaqogur ti 2? “ygpezTfaot EL OP “porsod SSED rep bs onbouureo tn opeTisuel8 FH 28 “goroeyuasasdal 9p soqeuororpeyy soz soy UoNsen] 1 wonod ‘Temos odren 12 ‘opoy ta savORETes SHI 9P ‘uofaemyanuyse ey 19 OfgTUED Te “soa ore geopspiayaee wo? sofepos sons 2P NP ose PT are pap ovGarareyTaap wn op "SEARZTUEATO/S2PO" ap stu -nSje ap 2" ap wywdusooe os suurenTegns seve? SL ap ugpoeqwamneyy WT “SUPEIONTeseE ‘quaubeadns UOmees seigor ap seussoy sns wor “epezaTaBOwO ‘epemuaauoo ‘ep “panbgue ryndna wan op PEPA!OS FP ‘opewerjus fe U9 TP sand vy "s00003U9‘ELap EPLZITET [eID ‘mgpesons901 FL svuaasia SVT" oust fap SaOS caseq so ap o4pnoo ayuutuaroats Oder US ‘ua OMsTuAS® Sepavonial sopaqy outs oxpod Ou ‘apod jap ousiqe OUAED qe uo sosazgo 80] & ‘adios fe anb ossoard “esnperoyp yy uo Dpesaidss osaooud yo ofnpord an ower ugpeZseze) FL gp seayjoadse svons}s0.e100 57 seysondxe wepanb SY e peayduso soy ap uorsompordes #1

TvEWaV THA NVOE oe “. ANEXOS “a CUADROL Poblacién activa segtin categoria ocupacional en algunos paises hacia 1960. (%) Emplea- Asalaria- Indepen- dores dos dientes._—_‘Total ‘Axgentina (1960) 13 n 15 100 Chile (1960) 2 16 22 100 Uruguay (1963) 9 14 7 100 Gran Botan (1966) 2 93 5 100 Venezuela (1961) 3 6 36 100 Brasil (1960) 2 48 50 100 México (1960) 1 64 35 100 Ecuador (1962) 2 49 49 100 FUENTE: Censos Nacionales de Poblacién. in especificaciOn y se han unifi- familiares” en la categoria “inde- salariales. El shis- “uopperqog 9p sefeuo}eN S081 :ALNANS, oor SE 7° € — (OL6T) seMPUOH 7 oor a eL 6 (e961) Aonfrip, or oor r 28 .& (x61) sopmin soptiea oo ool 0€ 19 € — (0x61) enzeua,, On oor oF or z (z961) 20pEROR OT oor we 2. 9 (oL61) OWL or ool s 6+ t (9961) pueyarg UID) cn ee nn oot Ie eh 9 (ox6t) Punuakry oe Tmo, sajuap —-sop=——«S340P suadapuy -runjesy ~Dayduugy ee EE (%) “OL61 1204 sasted sound} rmuojndnoo vj4082309 unos vane 49170) oxavn set ‘yadod Tad SETVIOOS SOTIH SOT “6161 “eIpUNA ODE =ALNANS — roe EE ool ob 9F oz vuuetry Se piel sojjaeg masnpur Oddy aren, sommes PMT OY (%) “096r viony sasind sounS}p ua popiausn ap se4 ‘109s unSes paison uorongod Bj ap ugIonquag TL O8AYAD WEY TTA NYA vue 276 JUAN VILLARREAL CUADRO IV. Poblaciin activa segin categoria ocupacional en las éreas urbanas de la Argentina. (‘») LO$ HILOS SOCIALES DEL PODER GuADRO V. Byolucién sectorial del PBI en la Argentina. (%) oe a SAAS 1970. 1975 +1980 is7amamn to 7o men ota i ee ee eee Empleadores 53 6.1 59 ypu mt Min: 22 2A 25 Asalarindos 39 18 703 Minas y canteras 9 Asters OE ; Industria Cuenta propia 29 «21288 rmanufacturera 0 ©2865 manufactwera iirc anaes een Total 1000 1000 «1000 Conmiuesin—O# SB TB Pe : Servicios, comercio FUENTE: Encuesta Permanente de Hogares INDEC, octubre. y finanzas 50.4 50.6 517 Notes Ea este unr, aderencia don cadre Mglx mts | propia se toman separadamente y se incluye a los familiares Total 100.0 100.0 100.0 tros”. ‘cumdn y Mendoza. Neo. IE, en base @ datos del BCRA, mayo de 1981. as ~en estos datos si . Pero al no contar con otros da- fos a respecto, de todas maneras los incluimos aquf a titulo ilustrativo. "190 ADMANI *ALNINS oor = PrOOIST SOCYITEY 3d TV.LOL 0% = 6000 sooruQ]9FeL sopesjdiag £ sommigg woRePAL LT st LST RE ppepireg m ap £010 -efeqery op emguairy uores=ped 9 9% 00007 Tojowoyay aHodsuasL PP sougy & soonuRooH 2P OEOFDUES ST gt ODE. souiyy £ opasa, TOP EEISNPUT ‘yap reuo1sen wea1gO WOLDEIAPEA FT © COTS BORN HTP HAD rauossag PP LATER ET SE —-987'ES ‘eanong A 2077 0P soiopefequas ap “Sry BopeHPad ZT LE OUST9S —_-souIguoNsED sotopefonedL WORE TT SE BIS ‘epaUnTPAY °P sorediorunyy sopeajdury £ 8019390 OT ey 000°S9 repay Teadep op sareds -ranyy sopeaqduig 4 5072390 OREN 6 9° COOOL -—_«PFISG [op satopelegery UOIPHDOSY 8 Sr — 000'SL ugtsonnsuog wap aFq0 UREA L TS OTH LL ‘ereoueg UOHDEDOSY 9 gL O00'sTT ag]. tua190 YOPEDOSY S TIT (BERIT ‘weiaomeg WOHUA ¥ “ETT O00'ILT cjotauiaa 9p sopearduey ap jeiauag woroesapayteg ¢ GIT, 000'08T vorsimmay B1S29O VOM 7 Sr dOD'O uworseonpa #1 P sauopefeqeiy ap Uorsesapay¥oD T a * “ON “Qué ua sopopuis sopnipfo ap poppiury WA. O8dVTD et ‘wad Tad SITVIIOS SOTIH SOT ser ost BLT opzauro) Feat cee cen eee ee 9 | 69 ot ‘sauoTDeortmwsoo ‘Aepodsuery, ee eae eae 6L vl #9 ‘udwonnsto) _ 8b Pg ot wt zt sono A peppeyorg ey 4 Le Ste wamypesnucut ‘waysnpuy geet. 9L6T ror seers OT OE (1) “saioyo9s 4od vussual

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