Está en la página 1de 3

5/5/2019 PHILIPPINE REPORTS ANNOTATED VOLUME 072

[No. 47101. Abril 25, 1941]

GODOFREDO BUCCAT, demandante y apelante, contra


LUIDA MANGONON DE BUCCAT, demandada y apelada.

MATRIMONIO; VALIDEZ.—El matrimonio es una


institución sacratísima: es el cimiento en que descansa la
sociedad. Para anularlo, son menester pruebas claras y
fehacientes. En este asunto no existen tales pruebas.

APELACIÓN contra una sentencia del Juzgado de Primera


Instancia de Baguio. Carlos, J.
Los hechos aparecen relacionados en la decisión del
Tribunal.
D. Feliciano Leviste, D. Tomás P. Pañganiban y Doña
Sotera N. Megia en representación del apelante.
Doña Luida Mangonon de Buccat en su propia
representación.

HORRILLENO, M.:

Este asunto se ha elevado a esta Superioridad por el


Juzgado de Primera Instancia de Baguio, ya que sólo
suscita una cuestión puramente de derecho.
El 20 de marzo de 1939 el demandante inició la presente
causa, en la que no compareció la demandada, no obstante
haber sido debidamente emplazada. Por lo que, permitido
el demandante a presentar sus pruebas, el Juzgado inferior
falló el asunto a favor de la demandada. De ahí esta
apelación.
20

20 PHILIPPINE REPORTS ANNOTATED


Buccat vs. Buccat

El demandante pide la anulación de su matrimonio habido


con la demandada Luida Mangonon de Buccat el 26 de
noviembre de 1938, en la Ciudad de Baguio, fundándose en
que, al consentir en dicho matrimonio, lo hizo porque la
demandada le había asegurado que ella era virgen.

www.central.com.ph/sfsreader/session/0000016a8bb93628cede9f92003600fb002c009e/t/?o=False 1/3
5/5/2019 PHILIPPINE REPORTS ANNOTATED VOLUME 072

De la decisión del Juzgado inferior se desprenden los


siguientes hechos:
El demandante conoció a la demandada el mes de marzo
de 1938. Después de varias entrevistas, ambos quedaron
comprometidos el 19 de septiembre del mismo año. El 26 de
noviembre de igual año, el demandante contrajo
matrimonio con la demandada en la catedral católica de la
Ciudad de Baguio. Después de convivir maritalmente por
espacio de ochenta y nueve días, la demandada dió a luz un
niño de nueve meses, el 23 de febrero de 1939. De resultas
de este acontecimiento, el demandante abandonó a la
demandada y no volvió a hacer vida marital con ella.
No vemos razón alguna para revocar la sentencia
apelada. En efecto, es inverosímil la alegación del
demandante y apelante que él ni siquiera había sospechado
el estado grávido de la demandada, estando ésta, como
queda probado, en condición preñada muy avanzada. Por lo
que no ha lugar a estimar el fraude de que habla el
apelante. Lo alegado por este en el sentido de que no es
raro hallar a personas de abdomen desarrollado, nos parece
pueril para merecer nuestra consideración, tanto más
cuanto que el demandante era estudiante de primer año de
derecho.
El matrimonio es una institución sacratísima: es el
cimiento en que descansa la sociedad. Para anularlo, son
menester pruebas claras y fehacientes. En este asunto no
existen tales pruebas.
Hallando la sentencia apelada ajustada a derecho, debe
ser confirmada, como por la presente la confirmamos, en
todas sus partes, con las costas al apelante. Así se ordena.

Avanceña, Pres., Imperial, Díaz, y Laurel, MM., están


conformes.

Se confirma, la sentencia.

_______________

21

VOL. 72, APRIL 25,1941 21


Padilla vs. Meer

www.central.com.ph/sfsreader/session/0000016a8bb93628cede9f92003600fb002c009e/t/?o=False 2/3
5/5/2019 PHILIPPINE REPORTS ANNOTATED VOLUME 072

© Copyright 2019 Central Book Supply, Inc. All rights reserved.

www.central.com.ph/sfsreader/session/0000016a8bb93628cede9f92003600fb002c009e/t/?o=False 3/3

También podría gustarte