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Autismo AAF Analisis Multivariado PDF
Autismo AAF Analisis Multivariado PDF
° 3, 223-238 223
Resumen Abstract
En este trabajo se estudiaron los perfiles de In this work the profiles of psychological
funcionamiento psicológico de un grupo de 30 functioning were studied within a group of 30
niños y adolescentes de relativo alto nivel de (relative) high-functioning children and adoles-
funcionamiento psicológico, diagnosticados de cents, diagnosed of Pervasive Developmental
autismo/TGD y otros trastornos psicopatológi- Disorders (PDD) and other psychopathological
cos de inicio en la infancia. A través de análisis severe disorders in childhood. Carrying out
multivariados (análisis discriminante) de las multivariate analysis (discriminant analysis) of
características conductuales, cognitivas y the behavioural, cognitive and communicative
comunicativas de este grupo (extraídas de la characteristics of this group (extracted from the
revisión de las historias clínicas y entrevistas a review of the clinical stories and from inter-
los padres y a los propios sujetos), se encontra- views to their parents and to the subjects them-
ron tres patrones de funcionamiento psicológi- selves), we obtained three different patterns of
co que discriminaban a los sujetos mejor que las psychological functioning, which discriminate
categorías establecidas en el sistema oficial the subjects better than the categories of the
DSM-IV-R. En la discusión, se abordan los pro- DSM-IV-R. Clinical topics are discussed on the
blemas de la clasificación diagnóstica de este diagnostic classification of these groups of sub-
tipo de sujetos, así como la escasa correspon- jects, as well as the lack of correspondence bet-
dencia existente entre las agrupaciones basadas ween groups derived from clinical versus func-
en criterios clínicos y funcionales. tional criteria.
Contactar con: Dpto. de Psicología Básica. Facultad de Psicología. Universidad Autónoma de Madrid.
Campus de Cantoblanco. 28049-Madrid. E-mail: mercedes.belinchon@uam.es.
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uno u otro diagnóstico. Así, Manjiviona y Prior berg y Lord (2002), a partir de los datos proce-
(1999) no encontraron diferencias significativas dentes de 120 niños con Trastorno autista y
en los perfiles neuropsicológicos de un grupo de TGD no especificado y C.I. superiores a 55, han
35 niños con SA y 21 niños con AUTNA, siendo confirmado que pueden darse tres perfiles neu-
la única diferencia entre ellos la mayor puntua- ropsicológicos en estos grupos: C.I.V > C.I.M,
ción global de C.I. en el grupo con SA (debida, C.IV = C.I.M. y C.IV <C.I.M. Además, han pues-
en su mayor parte, a la superior capacidad ver- to de manifiesto que las discrepancias entre
bal). Por su parte, Miller y Ozonoff (2000) y C.I.V. y C.I.M. varían sensiblemente con la edad
Ozonoff, South y Miller (2000) no encontraron y que, además, existe una correlación negativa
diferencias entre ambos trastornos ni en habili- entre las puntuaciones de C.I. y la severidad de
dades motoras, ni en el comienzo precoz del la sintomatología típica de los trastornos autis-
lenguaje, ni en funciones ejecutivas ni en habili- tas. Este último dato concuerda parcialmente
dades viso-espaciales, sugiriendo que la única con otros trabajos sobre subtipos que, combi-
forma de distinguir ambos trastornos se basa en nando análisis factoriales y de cluster sobre
la mayor capacidad intelectual de las personas medidas evolutivas, funcionales, clínicas y de
con SA con respecto a las personas con AUTNA. evolución, revelan la estrecha relación existente
entre la severidad de la sintomatología clínica,
Con anterioridad, Miller y Ozonoff (1997) la edad de inicio de los primeros síntomas, los
habían evaluado algunos de los casos del estu- niveles de C.I. y de desarrollo en habilidades del
dio original de Asperger (1944) con los criterios desarrollo social, lingüístico y comunicativo, y
del DSM-IV (APA, 1995) y concluido que todos la frecuencia y gravedad de las conductas este-
cumplían mejor los criterios diagnósticos para reotipadas (ver Beglinger y Smith, 2001 para
el Trastorno autista que los criterios de SA esta- una revisión).
blecidos en esta clasificación. Eisenmajer y cols.
(1996), utilizando el análisis de regresión en un Tomados globalmente, los resultados recien-
estudio en el que analizaron las historias clíni- tes de las investigaciones sugieren que las dife-
cas de 69 niños y adolescentes con síndrome de rencias entre personas con SA y con Autismo de
Asperger y 48 con autismo de alto nivel de fun- nivel alto de funcionamiento (AUTNA) podrían
cionamiento para determinar qué variables pre- ser más bien de tipo cuantitativo (severidad de
decían mejor el diagnostico clínico posterior, las dificultades sociales y comunicativas, pun-
encontraron que las únicas diferencias entre tuaciones de C.I. o edad de desarrollo verbal,
ambos grupos fueron el comienzo del lenguaje etc.) que propiamente cualitativo (perfil distinto
más retrasado en el grupo autista y el C.I.V. de funcionamiento psicológico o naturaleza de
mayor en el SA. Sin embargo, en un estudio las funciones psicológicas afectadas y preserva-
posterior con 108 niños con trastornos del das). No obstante, frente a esta visión dimensio-
espectro autista, Eisenmajer y cols. (1998) cues- nal de ambos trastornos, que los considera
tionan incluso la posibilidad de discriminar como parte de un mismo continuo funcional de
entre subgrupos en base al retraso en la adquisi- alteración en el desarrollo, los sistemas de clasi-
ción del lenguaje. Mayes, Calhoun y Crites ficación oficiales actuales (DSM-IV-TR y CIE-
(2001), en un trabajo más reciente en el que uti- 10) mantienen el Trastorno Autista y el SA como
lizaron los criterios del DSM-IV para el trastor- categorías distintas de TGD, y postulan ciertas
no autista y SA y compararon retrospectiva- diferencias cualitativas entre ellos (por ejemplo,
mente los patrones de desarrollo de lenguaje de según estos sistemas, las personas con SA no
personas de ambos grupos, llegaron también a habrían presentado los retrasos en el desarrollo
la conclusión de que ambos trastornos resultarí- lingüístico característicos de los trastornos
an imposibles de diferenciar en base a esa única autistas, ni tampoco retrasos cognitivos signifi-
variable. Ramberg, Ehlers, Hyden y Gillberg cativos).
(1996) tampoco encontraron diferencias signifi-
cativas al comparar las habilidades pragmáticas Por lo que respecta a la delimitación diag-
y de comprensión del lenguaje de un grupo de nóstica de los TGD en personas con alto nivel de
11 niños con AUTNA y un grupo de 22 diagnos- funcionamiento respecto a otros trastornos de
ticados de SA. Finalmente, Joseph, Tager-Flus- inicio en la infancia, cabe señalar que, tras una
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primera etapa en la que se enfatizaron las dife- drome de Asperger y otros trastornos relaciona-
rencias clínicas, evolutivas, intelectuales, fami- dos, obtuvieron tan sólo tres subgrupos: subgru-
liares y médicas entre el «autismo infantil pre- po 1, formado por sujetos típicamente autistas;
coz» (cuyo inicio debe tener lugar en los 3 pri- subgrupo 2, formado por sujetos autistas de
meros años de vida) y las llamadas «psicosis nivel alto de funcionamiento y síndrome de
infantiles de inicio tardío» (posterior a los 5-6 Asperger; y subgrupo 3, de sujetos no especifica-
años) –víd., p. ej., Kolvin y cols., 1971–, distintos dos. En estos trabajos, se utilizó información
autores (p.ej., Frith y Frith, 1991; Konstantareas procedente de historias clínicas y entrevistas;
y Hewitt, 2001) han llamado recientemente la sin embargo, las variables de medida utilizadas
atención tanto sobre las importantes afinidades (clínicas y psicométricas) no muestrearon de
funcionales de las personas con trastornos del forma exhaustiva ni el conjunto de dimensiones
espectro autista y del espectro esquizofrénico de la «tríada de Wing» ni las áreas de funciona-
(que incluye las distintas formas clínicas de la miento psicológico en que se basan las defini-
Esquizofrenia y el llamado «Trastorno esquizo- ciones clínicas de los TGD y los «trastornos psi-
típico»), como sobre la comorbilidad de estos copatológicos de inicio en la infancia» en los
ambos grupos de trastornos. Por otro lado, las actuales sistemas de clasificación diagnóstica.
semejanzas clínicas observadas entre los jóve-
nes descritos inicialmente por Asperger (1944) y Partiendo de estos y otros antecedentes, y
el «Trastorno esquizoide de personalidad en la dado nuestro interés por la búsqueda de corres-
infancia» (Wolff, 1964; Wolff y Barlow, 1978) pondencias entre las agrupaciones clínicas y las
han llevado también a sugerir recientemente agrupaciones funcionales de los trastornos de
que este último trastorno podría constituir una inicio en la infancia, nos planteamos como obje-
forma leve del SA (y, por tanto, de los trastornos tivo general para el presente estudio comprobar
del espectro autista), cuyos límites respecto a la la validez externa tanto de algunos de los sub-
variación normal de las características de perso- grupos de TGD establecidos por las actuales
nalidad serían más bien difusos (Wolff, 1998, propuestas de clasificación como de sus límites
2000). categoriales respecto a otros trastornos de ini-
cio en la infancia, mediante la realización de
La semejanza clínica y funcional de algunos análisis multivariados de medidas referidas al
de estos trastornos (como el SA, el AUTNA y el funcionamiento actual y pasado de los sujetos
«Trastorno esquizoide de la infancia»), entre sí y en los dominios psicológicos identificados por
respecto a algunos otros trastornos psicopatoló- la tríada de Wing –entre otros–.
gicos de inicio tardío en la infancia (como la
Esquizotipia o la Esquizofrenia), ha dado pie a En concreto, y sobre una muestra formada
la realización de trabajos en los que se han por personas con TGD y relativo alto nivel de
intentado derivar subclasificaciones empíricas funcionamiento, y por personas con trastornos
de grupos de personas diagnosticadas con TGD psicopatológicos de inicio en la infancia, se
y otros trastornos relacionados, utilizando téc- comparó la agrupación derivada de las actuales
nicas multivariadas como el análisis factorial y categorías diagnósticas del DSM-IV-R con una
el análisis de cluster. Así, Siegel y cols. (1986), agrupación alternativa, diseñada para este estu-
con una muestra de 46 sujetos con trastornos dio, y basada en evidencia aportada por los
del espectro autista y trastornos relacionados, estudios previos. Con las dos agrupaciones, se
obtuvieron cuatro subtipos mediante análisis de intentaron comprobar, entre otras cuestiones:
cluster: subtipo 1, típicamente autista con nive- (a) si existen o no diferencias cualitativas en el
les altos de funcionamiento cognitivo; subtipo 2, patrón de funcionamiento psicológico de las
más homogéneo y más severamente retrasado; personas con Autismo y relativo alto nivel de
subtipo 3, con rasgos esquizotípicos (incluía funcionamiento (AUTNA) y las personas con
algún sujeto que reunía los criterios para el Síndrome de Asperger (SA) de la muestra, que
diagnóstico de esquizofrenia), y subtipo 4, en el avalen la actual diferenciación diagnóstica de
que predominaban los rasgos de ansiedad y estos grupos en los actuales sistemas de clasifi-
negativismo. Por su parte, Prior y cols. (1998), cación; (b) si existen o no diferencias cualitati-
con una muestra de 135 niños con autismo, sín- vas en el funcionamiento psicológico de las per-
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*** A.B.C. Escala de Evaluación del Comportamiento Autista (Krug et al., 1980).
*** E.M.V. Edad Mental Verbal medida con el Test PEABODY (Dunn, 1985).
*** C.I. Cociente Intelectual medido con las Escalas Wechsler.
Lenguaje Relaciones
Comportamiento Cognición D.A.I.-R
y comunicación sociales
F A C T O R E S
Variables trastornos
Comunicación no-verbal Retraimiento social Habilidades autonomía Atención
no autistas
Pecul. leng. exprresivo Expresión emociones Conductas disruptivas Memoria Déficits pragmáticos
V A R I A B L E S
Figura 2. Diagrama de dispersión de todas las variables del D.A.I., utilizando los seis grupos diagnósticos
según el DSM-IV-TR.
Con los nuevos criterios de agrupación, por típico y los 6 con Esquizofrenia (ESZTIPICO +
tanto, se establecieron únicamente 3 subgrupos: ESFRENICO, en adelante); por su parte, el nue-
el nuevo subgrupo 1 quedó formado por 16 suje- vo subgrupo 3 quedó formado por 4 sujetos (3
tos, y agrupaba a los 4 sujetos con Autismo con con Trastorno Autista y 1 con TGDNE) con pun-
puntuaciones más bajas en sintomatología tuaciones superiores a 57 en la Escala A.B.C. y
autista y mejores niveles de funcionamiento, los niveles medios o menos altos de funcionamien-
8 sujetos con Síndrome de Asperger y los 4 con to intelectual (Autismo de Nivel Medio –A.N.M.,
Trastorno Esquizoide (AUTNA+ASP+ESZOIDE, en adelante).
en adelante); el nuevo subgrupo 2, quedó forma-
do por 10 sujetos, incluía los 4 sujetos de la Los tres subgrupos del GNUEV1 diferían de
muestra diagnosticados con Trastorno Esquizo- forma estadísticamente significativa en cuanto
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*** A.B.C. Escala de Evaluación del Comportamiento Autista (Krug et al., 1980).
*** E.M.V. Edad Mental Verbal medida con el Tets PEABODY (Dunn, 1985).
*** C.I. Cociente Intelectual medido con las Escalas Wechsler.
Figura 3. Diagrama de dispersión de todas las variables del D.A.I., utilizando los tres grupos, según el
GNUEV1.
infancia y adolescencia de nuestra muestra se con los tres subgrupos del GNUEV1 y las varia-
pueden agrupar nítidamente en sólo tres cate- bles correspondientes a las distintas áreas del
gorías, tratamos de identificar las variables más D.A.I.: el área cognitiva, el área del comporta-
eficaces para dicha subagrupación, centrándo- miento, el área de las relaciones sociales y el
nos, sobre todo, en explorar la posibilidad de área del lenguaje y comunicación.
que, como han sugerido algunos autores, las
En el análisis discriminante realizado con
alteraciones del lenguaje y la comunicación)
las variables del área cognitiva, se obtuvo una
puedan poseer quizá un mayor valor informati-
sola función discriminante significativa que
vo que el resto.
explica el 89.60% de la varianza intergrupos
Para dar respuesta a esta pregunta, efectua- (p=0.0001). La combinación lineal de cuatro
mos diversos análisis discriminantes parciales variables de las 20 que forman este área (pensa-
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miento mágico, memoria mecánica, preferencia ASP+ ESZOIDE), pero no diferencia al subgrupo
por ciertas clases de objetos físicos y pobre 1 del subgrupo 2. Esto significa que las variables
retención de significados), dota de sentido a del D.A.I. relativas a las características y peculiari-
esta función, que es la preponderante. Esta fun- dades en el ámbito de las relaciones sociales dis-
ción sirve para clasificar y diferenciar correcta- criminan peor a estos dos conjuntos de grupos
mente a los sujetos en los tres subgrupos y dife- diagnósticos (o no establecen suficiente diferen-
rencia al subgrupo 2 (ESZTIPICO+ESFRENI- ciación entre los grupos) que las variables del
CO) del subgrupo 1 (AUTNA+ASP+ESZOIDE) y área cognitiva o las del área del comportamiento,
del subgrupo 3 (A.N.M.), pero no diferencia al lo que implica que los sujetos de la muestra com-
subgrupo 1 del subgrupo 3. parten muchos de los déficits en esta área.
Figura 4. Diagrama de dispersión de las variables de lenguaje y comunicación del D.A.I., utilizando los
tres grupos del GNUEV1.
formas de TGD que afectan a personas con alto namiento actual y pasado de los sujetos en
nivel de funcionamiento intelectual y los grupos diversos dominios psicológicos, con 30 sujetos
diagnósticos que configuran la categoría de diagnosticados clínicamente de TGD y otros
trastornos severos de la infancia y adolescencia trastornos psicopatológicos de inicio en la
de inicio tardío incluidos en el presente estudio. infancia relacionados con los trastornos del
espectro o continuo autista, y (relativo) alto
Discusión y conclusiones nivel de funcionamiento intelectual (puntuacio-
nes de C.I. > 55). Los resultados obtenidos han
En el presente trabajo, se realizaron análisis puesto de manifiesto la escasa validez externa
discriminantes con medidas relativas al funcio- de algunas de las categorías establecidas en el
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sistema de clasificación diagnóstica DSM-IV-R dos por Eisenmajer y cols. (1996, 1998), Manji-
para esta clase de trastornos, así como la posibi- viona y Prior (1999) y otros autores, que no
lidad de reagrupar las seis categorías diagnósti- encontraron diferencias significativas en la his-
cas en las que el DSM-IV-R incluía a los sujetos toria clínica y los perfiles neuropsicológicos de
de la muestra analizada en sólo tres grupos o niños con AUTNA y niños con SA, y también
patrones funcionales diferenciados: un subgru- aportan evidencia favorable a la equiparación
po 1, que incluye a las personas de la muestra diagnóstica del SA y el «trastorno esquizoide de
diagnosticadas de Trastorno Autista y mejor la infancia», tal como ha aceptado la propia
nivel de funcionamiento cognitivo y verbal Sula Wolff (Wolff, 1998, 2000) y aparece refleja-
(AUTNA), las personas diagnosticadas de Sín- do en el sistema CIE-10 (OMS, 1992).
drome de Asperger (SA) y las personas diagnos-
ticadas de Trastorno Esquizoide de la infancia; La elevada significación estadística de las
un subgrupo 2, que incluye a las personas con funciones discriminantes obtenidas en los aná-
Trastorno Esquizotípico y con Esquizofrenia de lisis realizados en el presente trabajo ha confir-
inicio en la infancia, y un subgrupo 3, que inclu- mado la utilidad del empleo de las variables psi-
ye a las personas con trastornos del espectro cológicas derivadas, entre otros, de la «tríada de
autista (concretamente, Trastorno Autista y Wing» para subagrupar los TGD y diferenciar-
TGDNE), con puntuaciones más altas en la los de otros trastornos psicopatológicos de ini-
Escala de sintomatología autista A.B.C. y nive- cio en la infancia que han sido relacionados his-
les más bajos de C.I. y E.M.V. tóricamente con el autismo (como los trastor-
nos del espectro esquizofrénico); también, ha
Nuestros resultados ponen así de manifiesto confirmado la superioridad discriminativa de
que las personas con AUTNA, SA y «Trastorno algunas de estas variables (como las del ámbito
esquizoide de la infancia» (que el CIE-10 asimi- del lenguaje y la comunicación) respecto a las
la al SA) presentan un patrón de funcionamien- variables clínicas en que se basan las distincio-
to psicológico prácticamente indistinguible nes diagnósticas de sistemas de clasificación
entre sí, pero que es significativamente distinto como el DSM-IV-R.
al de las personas con autismo con niveles más
altos de sintomatología y niveles menos altos de Por otro lado, nuestros datos han confirma-
funcionamiento intelectual. Nuestros resulta- do empíricamente que los grupos de sujetos con
dos confirman también que pese a presentar TGD muestreados en el presente estudio no pre-
también alteraciones en capacidades socioemo- sentan patrones cualitativamente diferentes de
cionales y comunicativas que característica- funcionamiento psicológico, lo que confirma
mente definen la llamada «tríada autista de las dudas de otros autores (p. ej., Miller y Ozo-
Wing», las personas con diagnósticos de «Esqui- noff, 2000) sobre la validez externa de algunas
zofrenia» y de «Trastorno esquizotípico» pre- de las categorías de las actuales clasificaciones
sentan un perfil de funcionamiento psicológico diagnósticas (como el SA), refuerza una concep-
claramente diferenciado de los grupos con TGD ción dimensional (y no categorial) de estos tras-
(con niveles más altos y menos altos de funcio- tornos, y va en contra de la consideración de
namiento intelectual). que los subtipos de TGD, tal como están defini-
dos en los actuales sistemas de clasificación
Los resultados obtenidos en este estudio diagnóstica, constituyen trastornos o condicio-
concuerdan, a grandes rasgos, con los obtenidos nes psicopatológicas y/o funcionales diferencia-
en trabajos de investigación previos que han das. La evidencia empírica obtenida en relación
derivado subclasificaciones empíricas utilizan- con los perfiles funcionales de las personas con
do información procedente de historias clínicas TGD y niveles altos y menos altos de sintomato-
y de entrevistas de niños y adolescentes con logía autista (y también de C.I.), por último,
trastornos autista y trastornos relacionados, resulta congruente también con la impresión
empleando otras técnicas multivariadas como (manifestada, entre otros, por Gillberg, 1992, y
el análisis factorial y el análisis de cluster (p. ej., Wing, 1998) de que en la heterogeneidad clínica
Siegel y cols., 1986; Prior y cols., 1998). Asimis- observada en algunas de las actuales categorías
mo, nuestros datos concuerdan con los obteni- diagnósticas (p. ej. «Trastorno autista») pueden
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jugar un importante papel las diferencias indivi- representa no sólo una condición esencial para
duales en nivel cognitivo y/o lingüístico, y que el diseño de programas de intervención de utili-
serían estas diferencias, más que los criterios dad para las personas afectadas, sino también
propiamente clínicos, las que deberían funda- para la comprensión de la propia naturaleza
mentar en el futuro el establecimiento de los sub- humana.
tipos de TGD o trastornos del espectro autista.
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