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El modo de producción capitalista divide esencialmente a la sociedad en dos clases.

En esta
sociedad las relaciones económicas están subordinadas a los intercambios entre mercancías. Pues
bien, la sociedad se divide entre quienes tienen medios para producir estas mercancías (burguesía) y
quienes no tienen estos medios, quienes están desposeídos de ellos y la única mercancía que poseen
para relacionarse en la sociedad es su capacidad para trabajar (proletariado). Esta capacidad para
trabajar la “compra” la clase capitalista para explotar al proletariado en el proceso de producción de
las mercancías, obteniendo así beneficios económicos y aumentando su poder. (1)

De todas formas, sería un error pensar que esta ley económica del capitalismo se aplica de
forma pura y exacta en la realidad. El capitalismo surge en el desarrollo histórico, en unas
condiciones determinadas, surge a través de la formación social feudal. De modo que la relación
económica Capital/Trabajo debe “adaptarse”, o más bien, desarrollarse, a partir de muchos factores
que impregnaban aquella caducada sociedad: leyes feudales, religión, formas patriarcales,
costumbres... Lo cual, por un lado “entorpecen” la aplicación directa y pura de las leyes económicas
del capitalismo; pero, al mismo tiempo la burguesía va tomando elementos que favorecen su
dominación y barre lo que le estorba mediante revoluciones. Pero, sería también un error decir que,
al no manifestarse de forma pura y exacta, estas leyes económicas del capitalismo no existen. Esto
es tan absurdo como decir que ya que un globo aerostático sube al cielo, la ley de la gravitación
universal no existe. Pese a no ver de forma clara y directa estas leyes económicas, son las que
determinan, las que en última instancia mandan, ya que tienen la extraordinaria virtud de explicar
cual es el origen del poder burgués.

¿Qué relación tiene todo esto con la clase media? Pues que como hemos dicho, aunque el
modo de producción capitalista se base en la relación entre la burguesía y el proletariado, dichas
clases no son homogéneas y existen entre sus filas diferentes estratos, capas intermedias entre las
dos polarizadas clases. El término clase media, no debemos entenderlo como algo estático. La clase
media no representa lo mismo en las diferentes etapas del desarrollo del capitalismo. Veamos
brevemente la forma en la que se ha interpretado dicho termino en diferentes épocas, antes de tratar
el tema en el contexto actual.

Marx analiza profundamente la época histórica en la que el capitalismo da enormes avances,


una época en la que se da un brutal proceso de proletarización mediante la masiva expropiación y
explotación a miles de hombres, mujeres, niños y niñas que trabajan hasta 18h al día en condiciones
infrahumanas. Una época en la que la burguesía, especialmente en Inglaterra, consigue un gran
poder y se abre paso a subordinar al mundo entero a su régimen de explotación. En esta época,
existe una pequeña burguesía, artesanos y campesinos propietarios mayormente, que mantienen su
producción y se libran de sufrir la brutal explotación por parte de la burguesía industrial, pero
tampoco gozan de sus sobradas ganancias y poder. Bajo el punto de vista de Marx, esta pequeña
burguesía tendía a desaparecer. Sin poder sobrevivir ante la implacable competencia capitalista, se
desintegraría en el proletariado. De todas formas, el propio Marx más adelante explicaría que esta
pequeña burguesía pierde un enorme peso en la sociedad, pero aparece una nueva clase intermedia
en la forma de funcionarios del Estado y en el ámbito de la producción en mandos intermedios:
gerentes, responsables específicos... Al mando de la burguesía, pero mandando sobre el
proletariado.

Unos cuantos años más adelante, Lenin, con la ventaja de poder haber observado un mayor
desarrollo del capitalismo y sus consecuencias en la sociedad, nos habla de la aristocracia obrera,
basándose también en algunos escritos de Engels sobre la situación de la clase obrera en Inglaterra.
Teniendo en cuenta la rápida industrialización de este país, sumado a la expoliación de sus colonias,
hacen que tenga el monopolio del comercio internacional. Lo cual le asegura tener unas enormes
ganancias económicas, y esto a su vez le permite utilizar parte de las ganancias para sobornar a un
sector del movimiento obrero y conseguir una paz relativa para poder seguir acumulando riqueza.
La clase dominante tiene las manos echadas al cuello de la clase obrera, pero es consciente de que
una clase obrera sólida y fuertemente organizada con los objetivos claros de cortar las manos a
quién le ahoga, es un potencial muy peligroso. De esta forma, ofrece la ventaja a cierta capa del
movimiento obrero de ahogarle con menos fuerza, siempre y cuando ésta se olvide de cortarle las
manos. De esta forma consigue una escisión en el movimiento obrero, entre quienes se venden
egoístamente por unas mejores condiciones y quienes permanecen en las peores. Una escisión en el
movimiento obrero entre la aristocracia obrera y el proletariado.

Estas concesiones llevan a parte del movimiento obrero a poder negociar con cierto poder
con la burguesía en torno a las mejoras de sus condiciones. Estas mejoras también pueden
beneficiar al sector más golpeado de la clase obrera, pero respecto a las concesiones que hace la
burguesía a la clase obrera, lo que llega al proletariado es incomparable con lo que se queda la
aristocracia obrera. De esta forma nacen partidos políticos y sindicatos que traicionan al
proletariado, basados en la socialdemocracia, convencidos de que cuanto mejor le vaya a la
burguesía de su país, mejor les irá a ellos. Así, evitan un proceso revolucionario que dinamite la
esencia del poder burgués y limitan la lucha a lo que la burguesía permite mediante sus aparatos
estatales. Estos partidos y sindicatos vendidos, son una pieza más, junto a jueces, policía, medios de
comunicación, educación... en la estructura de dominación de la burguesía. Históricas figuras como
Lenin (3) o Rosa Luxemburgo (4) lucharon incansablemente con estas derivas reformistas y
oportunistas en el movimiento obrero. La socialdemocracia defendía poder llegar a un socialismo
mediante reformas pacíficas utilizando la herramienta del Estado burgués.

Esta socialdemocracia tiene dos características fundamentales a la hora de hacer política: el


reformismo y el oportunismo. Por un lado, el reformismo cree poder tomar el poder de ciertos
aparatos Estatales para realizar en ellos cambios y reformas hacia una sociedad sin explotación. De
este modo entran en el juego parlamentario burgués, en el que las reglas están totalmente trucadas
para que a la burguesía no se le vaya de las manos su propio Estado. Se caería en el reformismo si
se emprenden diferentes luchas sectarias, aisladas y separadas de un programa revolucionario que
tenga como objetivo llevar a la clase obrera al poder político (tomar el poder político no se reduce a
tomar el Estado burgués, sino a constituir un poder proletario). Por lo tanto, se puede conseguir una
mejora, por ejemplo emprendiendo una lucha en una fábrica y conseguir subir el sueldo a los
trabajadores. Se puede ganar esa lucha, pero sin un programa de acumulación de fuerzas para seguir
combatiendo a la burguesía cada vez en mayor escala, esa lucha se queda en unos trabajadores que
han conseguido que se les suba el sueldo, estén contentos por ello y dejen de luchar contra el
sistema, acomodándose en él. Por otro lado, el oportunismo, estrechamente relacionado al
reformismo, sería ir adaptándose a las situaciones que le vienen dadas y tomar en esas situaciones la
decisión que más conviene en el momento. Es la política de mirar al suelo, sin saber a dónde vas,
tomando el mejor camino en los cruces que te vas encontrando. En lugar de alzar la vista, definir el
destino y tomar los caminos en función del objetivo final. Suelen utilizar el argumento del mal
menor, dada una situación escoger lo menos malo, dadas las opciones que da el capitalismo, coger
la menos mala y no luchar por tratar de generar condiciones en las que se pueda confrontar su
poder.

Si nos acercamos un poco más a nuestros tiempos vemos como a partir de la segunda guerra
mundial en Europa ha podido establecerse este fenómeno de la clase media, a través el famoso
Estado de Bienestar. Este fenómeno ha podido darse, por un lado, cómo ya hemos comentado,
gracias a las enormes ganancias económicas de las que goza la burguesía europea, basadas en el
imperialismo y el saqueo del llamado “Tercer Mundo”. Por otro lado, por la presión de la Unión
Soviética, que garantizaba ciertos derechos que la clase obrera europea ansiaba. De este modo, se
daban las condiciones económicas para mantener una capa significante de la aristocracia obrera y,
además, existía una importante motivación política de que la clase obrera europea no tomase a la
Unión Soviética como referente, ni intentase nada parecido a una revolución. Si nos fijamos, hoy en
día ni estamos en un contexto en el que la burguesía europea tiene enormes ganancias económicas,
ni está el factor político de la Unión Soviética, pero dejaremos este tema para el final. Sigamos.

El Estado de Bienestar, significa fundamentalmente un pacto social entre la burguesía y la


clase media para tratar, una vez más, de frenar los procesos revolucionarios del proletariado. Esto
no significa, desde luego, que no hayan existido intentos revolucionarios en Europa a partir de la
segunda guerra mundial, pero el elemento del Estado de Bienestar ha supuesto un factor importante
en la derrota de todos ellos. La clase media emplea los términos de “democracia”, “paz social”,
“ciudadanía”, “la izquierda”, “estado de bienestar”, “el interés general”... para descafeinar la lucha
de clases e incluso combatir a las expresiones revolucionarias del movimiento obrero. Partidos
políticos y sindicatos compuestos por trepas bien pagados y acomodados, con condiciones de vida
cada vez mas alejadas de las del proletariado al que dicen representar. Se disfrazan de progresistas,
demócratas, feministas, socialistas... cuando más les conviene según sus cálculos políticos, sobre
todo en elecciones (oportunismo). Son parte del Estado, parte de la estructura del capitalismo que
negocian con la burguesía las condiciones de la vida de la aristocracia obrera y rascan alguna
mejora para el proletariado para que no moleste. De esta forma, se da el reparto del motín: la mayor
parte, obviamente, para la burguesía (por ejemplo, para invertir en acciones y poder ganar más
pasta); otra parte para que la aristocracia obrera mantenga su posición privilegiada (por ejemplo,
subiendo el sueldo a los funcionarios); y una última parte para el proletariado, para que siga
confiando en sus representantes políticos y sindicales (por ejemplo, unas cuantas viviendas de
alquiler social).

Pero, ¿quién compone la clase media y quién el proletariado hoy en día? No es cuestión de
hacer una lista de características y si las cumples eres clase media, y sino eres proletariado. No hay
que tomar los términos de forma tajante y cerrada. El fenómeno de la clase media es sobre todo un
fenómeno político, un sector que apuesta políticamente por sostener el Estado de Bienestar, porque
se beneficia de él. De todas formas y en términos generales, podemos identificar a la clase media en
la mayoría con trabajadores con puesto fijo y un buen sueldo (comparado con el del proletariado) y
pequeños propietarios de negocios que son estables y sacan un buen beneficio. Por otro lado, el
proletariado se caracteriza por la inestabilidad laboral, deambulando entre el paro y diferentes
trabajos, cuando los tienen. Esto no significa que por tener un bar seas directamente de la clase
media. Es posible que en tu bar lo justo saques para pagar un a camarero y salir adelante, lo cual
hace que lleves una vida que se puede identificar más con la del proletariado que con la clase
media, aunque poseas una pequeña propiedad. Eso sí, puede que en tu bar te puedas permitir
contratar a gente pagándoles su sueldo y tú sacar una buena tajada, esto hace que no tengas mucho
interés por cambiar la sociedad y se te pueda identificar con la clase media.

Como digo, debemos entender las clases sociales como tendencias, no podemos caer en el
simplismo de que si un propietario de un pequeño negocio, pertenece a la clase media entonces es
un vendido. Es importante entender la realidad en términos políticos, no a qué clase social
perteneces jurídica o económicamente, sino por los intereses de que clase social luchas (o dejas de
luchar). No se puede marcar una línea roja, si estas a un lado eres proletario y si estas al otro eres
clase media. Es posible que miembros de la clase media se solidaricen y luchen junto al proletariado
por sus intereses, o que pertenezcas al proletariado y te metas a ejército, traicionando a tus
compañeros de clase. Pero, si que podemos observar tendencias generales de una clase media
acomodada que lucha por mantener el Estado de Bienestar, o no lucha y simplemente goza de sus
privilegios basados en el saqueo imperialista. Y también podemos deducir que el proletariado es el
único sujeto que tiene todas las de ganar en la lucha de clases y una necesidad de llevar la
revolución hasta sus últimas consecuencias. No porque las personas que pertenecen al proletariado
son mejores personas, más majas, sino porque su situación material establece el punto de partida
para arrebatar a la burguesía todo lo que le ha robado.
De todas formas, el sueño húmedo de la clase media no es eterno, como hemos visto la gran
burguesía es capaz de mantener estas condiciones en épocas de enormes ganancias económicas. Por
lo que, debemos preguntarnos, ¿es capaz la burguesía de mantener constantemente estas enormes
ganancias económicas? La respuesta es que no. Marx demuestra cómo el propio funcionamiento del
capitalismo esta destinado, sin escapatoria, a sufrir diferentes crisis. Esto no es así simplemente
porque lo diga Marx, si echamos la vista atrás podemos ver que esto es un hecho. Hoy en día
vivimos en una situación en la que el capitalismo tiene dificultades serias para poder seguir
acumulando riqueza, para poder seguir obteniendo grandes ganancias. Esto implica, que si la
burguesía de cierto territorio necesita mantener ciertos beneficios económicos, podemos prever que
cortará el grifo a la clase media, no “derrochara” el dinero en sobornar a la clase media, sino en
tratar de salir del apuro. Esto no solo es una previsión, vemos como los últimos años las
condiciones laborales han empeorado drásticamente, pudiendo observar que la clase media se
desinfla y muchas de sus familias pasan a vivir en condiciones más proletarizadas. A esto debemos
sumar que la Unión Europea está perdiendo fuerza a nivel geopolítico. Se encuentra cada vez más
débil en la pugna interimperialista por llevarse la mayor parte posible del reparto del pastel de la
plusvalía absorbida en diferentes partes del mundo.

Este escenario tiene importantes consecuencias en el movimiento obrero, la quiebra del


Estado de Bienestar y la paulatina proletarización de la clase media, abre un escenario histórico para
plantar cara seriamente a la burguesía. La socialdemocracia no es capaz de mantener su proyecto
político, de gestionar el capitalismo de forma amable para la clase trabajadora, no se dan las
condiciones económicas para que la burguesía acepte políticas de bienestar social. La crisis que se
da en diferentes aspectos de la sociedad (enormemente acelerada con el tema del Covid-19)
demuestra que el modo de producción capitalista está entrando en una barbarie absoluta. Esta
situación pone en evidencia la necesidad de la lucha, de la lucha de clases, ya que la organización y
lucha de la clase obrera es la única garantía no solo de destruir el capitalismo, sino de salvar a la
humanidad del camino sin salida al que lo dirige esta forma de organizar la sociedad. Es
fundamental organizarse y luchar, no para conseguir un nuevo equilibrio entre la burguesía y la
clase obrera, ya es hora de que la clase media deje de utilizar la lucha de toda la clase obrera,
incluida la del proletariado, para que ésta consiga competencias y mantenga sus privilegios. Para
que esto no ocurra, es fundamental la construcción de la organización del proletariado con
independencia política con respecto al resto de los estratos de clase (5). Ésta es la única garantía
para que la lucha se desarrolle hasta terminar con el último resquicio del poder burgués y que la
lucha no sea canalizada hacia un nuevo pacto social con la burguesía, alargando la agonía del
proletariado. Que la clase media no nos engañe.

(1) (explicar un poco de que va)


https://borrokagaraia.wordpress.com/2016/02/19/colectivismo-y-lucha-de-clases-un-analisis-desde-
euskal-herria/

(2) (explicar un poco de que va)


https://gedar.eus/ikuspuntuartxiboak/20190722_AdamRadomski_Organizaci
%C3%B3n_defensiva_de_las_condiciones_de_vida_del_proletariado-
El_caso_ingles_II_La_aristocracia_obrera.pdf

(3) por ejemplo, Estado y revolución

(4) por ejempl, Reforma o revolución

(5) Marx circular del comité central

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