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Por razones de método trataré en forma conjunta los agravios de los codemandados
quienes cuestionan que el Sr. Juez "a quo" haya hecho lugar a la demanda al considerar
que Xerox Argentina ICSA era la empleadora directa de la actora conforme lo dispuesto
en el art.29, 1er.párrafo "in fine" de la Ley de Contrato de Trabajo.
Me parece importante aclarar, en primer lugar, que el planteo efectuado por Xerox
Argentina ICSA en relación con el encuadre dispuesto en primera instancia en los
términos del art. 29 de la LCT resulta procedente. Digo esto porque a mi entender,
conforme las constancias de la causa y los términos del escrito de fs. 5/14, la misma
debía encuadrarse en el art.30, L.C.T., lo que si bien modifica el encuadre jurídico de la
relación con La Cava, no implica, en definitiva, liberarlo de responsabilidad, la que será
evaluada en los términos del citado artículo.
Por ello la actora suscribió un contrato de cesión de personal por el cual Xerox la cedía
a Cider S.A., reconociéndole su antigüedad (fs. 518/519).
Con posterioridad, en el año 2001 La Cava comenzó bajo las órdenes de Tiempo Real
Consultores S.A., empresa que se dedica a prestar el servicio de cobranza para la
empresa Xerox, reconociéndole la antigüedad desde el 1/11/82, habiéndosele abonado,
al momento de la extinción del vínculo, los créditos indemnizatorios en función de
dicha antigüedad.
Sin perjuicio de lo expuesto, queda claro que las tareas realizadas por La Cava forman
parte de la actividad propia y especifica de Xerox Argentina ICSA.En efecto, el objeto
de la empresa es la importación y comercialización de fotocopiadoras e impresoras, por
lo que entiendo que las tareas de cobranza desarrolladas en las oficinas de esta última no
pueden considerarse ajenas a su giro comercial específico, por lo que cabe concluir que
Xerox resulta solidariamente responsable en los términos del art. 30, LCT.
Trataré en forma conjunta el agravio de la parte actora y del codemandado Tiempo Real
Consultores S.A. respecto a la remuneración de $ 3.509,64 que se tomó en cuenta en la
sentencia de primera instancia, la que, en definitiva justificó la procedencia del reclamo
por diferencias salariales.
A tal efecto, cabe señalar que la remuneración allí dispuesta surge de la documentación
que Tiempo Real Consultores S.A. le exhibió oportunamente a la perito contadora, sin
que ese punto del informe haya sido impugnado por dicha codemandada (cfr. fs. 525 y
vta.).
Digo esto porque las declaraciones de fs. 391, fs. 395, fs. 462 no precisaron el monto de
la remuneración como así tampoco la modalidad de pago fuera de recibo, por lo que -a
mi entender- la aislada declaración del testigo Durando, resulta insuficiente ya que la
referencia efectuada a los viáticos se basó en comentarios efectuados por la propia
actora, sin que sus dichos hayan sido corroborados por otros medios de prueba (cfr. fs.
506). Por el contrario, de las constancias de fs. 242/361 no surge que se le haya abonado
dicha suma mensual a la actora.
El agravio de la parte actora en relación con la fecha de ingreso que se tuvo en cuenta en
la sentencia de primera instancia -noviembre de 1982- debe ser desestimado. En efecto,
conforme surge del intercambio telegráfico en las intimaciones que La Cava remitió a
su empleadora, denunció como fecha de ingreso el 1° de noviembre de 1982 -fs. 27, fs.
28, fs. 51, fs. 52 y fs. 53.
Sin perjuicio de lo expuesto cabe aclarar que de las constancias del ANSeS adjuntadas a
fs. 26/26vta, no surge -tal como lo pretende el recurrente- que haya ingresado a trabajar
para Xerox Argentina I.C.S.A. en abril de 1981. Por lo expuesto propongo confirmar lo
decidido en primera instancia.
Resulta asimismo improcedente la queja de la parte actora referida al reclamo por horas
extras, ya que la recurrente se limitó a disentir con la decisión judicial, sin que las
alusiones genéricas efectuadas en el escrito de agravios permitan apartarse de lo
decidido en primera instancia (art. 116 , L.O.).
De las constancias de fs. 501 y fs. 520 se advierte que la actora estaba correctamente
registrada en los libros contables de Xerox Argentina ICSA y en los de Tiempo Real
Consultores S.A., por lo que no encuentro configurados, en el caso, los presupuestos
necesarios para la procedencia de dicho incremento. En ese sentido creo importante
destacar que la empresa a la que fue cedido el contrato de trabajo de la actora no puede
en sus registros consignar una fecha de ingreso anterior a la del efectivo inicio del
contrato a su favor. Pero está obligada a reconocer los efectos de la mayor antigüedad, y
esos efectos han sido debidamente respetados en autos, en tanto más allá del error de la
leyenda consignada en el recibo de haberes, lo cierto es que la indemnización abonada
en su momento tuvo como presupuesto la fecha de ingreso reconocida en autos como
originaria para Xerox Argentina.
Por ello, propongo hacer lugar en este punto al recurso interpuesto y excluir del capital
de condena la suma de $ 72.275,52, correspondiente a dicho rubro.
Conforme los términos del 2do. párrafo de la citada norma estimo prudente fijar dicho
incremento en el 50% del monto por el que procedieron las diferencias correspondientes
a los arts. 245 y 232 , L.C.T., por lo que dicho rubro prosperará por la suma de $
11.969,07 ($ 23.938,14 % 2).
Se agravian los codemandados porque el Sr. Juez "a quo" hizo lugar a la multa prevista
en el art. 80 , LCT (art. 45 de la ley 25.345) y condenó a su vez a Xerox Argentina
ICSA a entregar a La Cava el certificado previsto en el art. 80, L.C.T.Sin perjuicio de
que la actora haya intimado en los términos del decreto 146/01 (fs. 27), lo cierto es que
en la demanda se reconoció que Tiempo Real Consultores S.A. puso a su disposición -al
momento del despido- los certificados de trabajo y que los mismos fueron rechazados al
no figurar su real fecha de ingreso (cfr. fs. 7).
Por ello, y habiendo quedado probado que la actora estaba inscripta conforme su real
fecha de ingreso, y teniendo en cuenta que los certificados fueron adjuntados por
Tiempo Real Consultores S.A. y Xerox Argentina ICSA a fs. 48/49vta. y fs. 26/26vta.,
propongo desestimar la multa prevista en el art. 80, L.C.T.
En con secuencia, debe restarse del capital de condena la suma de $ 10.528,92 y dejar
sin efecto la condena a Xerox Argentina ICSA -dispuesta en primera instancia- de
entregar a la actora de los certificados de trabajo.
El reclamo por las vacaciones 2005/2006 no resulta procedente ya que conforme surge
expresamente del escrito de demanda dicho reclamo se refiere a las vacaciones que
fueron oportunamente gozadas pero no abonadas (cfr. fs. 6vta.).
Aun cuando el principio general en materia de costas es que las mismas deben estar a
cargo de la parte vencida, entiendo que en el subexamen corresponde tener en cuenta los
vencimientos recíprocos que existen entre las partes y que el capital de condena es
inferior al reclamado, por lo que resulta equitativa la distribución de costas dispuesta en
la instancia anterior.
Atento las cuestiones debatidas y resultados logrados, propongo que las costas de alzada
sean soportadas en el orden causado (conf. arts. 68 y 71 CPCCN). A ese efecto
estimo los honorarios de los letrados firmantes en un 25% de lo que les corresponda
percibir por su labor en la anterior etapa (conf. art. 14 Ley 21.839).
Adhiero al voto que antecede, con excepción de lo relativo al encuadre jurídico en que
se fundó la condena, así como respecto de la procedencia de las indemnizaciones
previstas en los arts.80 de la LCT y 1° de la ley 25.323.
Entiendo que los términos de los escritos en análisis no constituyen agravio (conf. art.
116 LO), toda vez que no se ha efectuado una crítica concreta y razonada de los
argumentos de hecho y derecho que ha considerado el Juez de grado para fundar el
decisorio.
Del análisis de la prueba rendida en autos, se desprende que la actora siempre cumplió
su labor inserta en la organización empresaria de la demandada Xerox, en su
establecimiento y con el fin de cumplir con su objeto social, por lo entiendo que la
conducta observada por dicha demandada, que llevó adelante una cesión de personal a
favor de Cider S.A. (conf. fs. 518/519) así como sucesivas interposiciones de personas,
entre ellas la de Tiempo Real Consultores S.A., constituyó un fraude a la ley tendiente a
ocultar su calidad de real y único empleador desde su ingreso en el año 1982 hasta el
distracto acaecido con fecha 30/03/2006 (conf. art. 14 y 29 LCT).
Por último, también cabe confirmar la condena a abonar la multa establecida en el art.
80 de la LCT, toda vez que las certificaciones obrantes a fs. 48/49vta. y fs. 26/26vta., no
se corresponden con los datos reales de la relación por lo que no puede tenerse en
cuenta la puesta disposición de una certificación irregular.
II. Las costas de Alzada propongo que se impongan a las demandadas vencidas (art. 68
C.P.C.C.N.), a cuyo efecto estimo los honorarios de los letrados de la parte actora y
demandada, en el 25% de lo que les corresponda por su actuación en la etapa anterior
(art. 14 ley 21.839 mod. por ley 24432 ).
Los honorarios regulados a los letrados y peritos actuantes los encuentro equitativos,
teniendo en consideración la naturaleza, mérito y extensión de las labores cumplidas en
autos, y el valor económico del litigio, por lo que propongo que sean confirmados (art.
38 L.O.; ley 21.839 mod. por ley 24.432).
En tal contexto adhiero al voto de mi colega preopinante, el Dr. Juan Carlos Fernández
Madrid.
En este aspecto, creo conveniente señalar que nos encontramos frente a la existencia de
un supuesto de "intermediación sobreviniente", sin desconocer que el art. 29 primer
párrafo de la LCT alude a que la maniobra se verifique desde el momento de la
contratación, considero que dicha circunstancia no sería óbice para interpretar que el
presupuesto fáctico al que refiere la norma en cuestión también podría hacerse extensivo
a eventos como el que se verifica en autos, en donde, la operación de fraude se llevó a
cabo con posterioridad a la contratación, sobre la base de un contrato laboral
inicialmente transparente y regular, para luego transformarlo y adecuarlo a una situación
absolutamente anormal en franca violación a las normas que regulan las relaciones
laborales, mediante el ocultamiento de la realidad de lo acontecido.
Asimismo, también adhiero a lo concluido por el Dr. Juan Carlos Fernández Madrid en
relación a la procedencia de la indemnización prevista en el art.1 de la ley 25.323,
porque entiendo que de las constancias de autos se ha verificado una registración
deficiente del contrato de trabajo de la actora, ya que -según lo anteriormente expuesto-
la trabajadora debió estar registrada por Xerox.
En lo que concierne a la condena a entregar el certificado de trabajo y aportes
previsionales, tal como se expuso precedentemente, la relación laboral mantenida con la
actora, ha quedado enmarcada en las previsiones del art. 29 de la LCT, lo que supone
que ha sido Xerox Argentina su verdadera empleadora desde el año 1982 y quien se ha
valido de la interposición fraudulenta de terceras personas para intentar eludir sus
responsabilidades.
Asimismo, el art. 7 del dec. 342/92 dispone que serán agentes de retención los
empleadores que ocupen trabajadores a través de empre sas de servicios eventuales y el
art. 13 de dicho cuerpo normativo ordena a las empresas usuarias llevar una sección
particular del libro especial del art. 52 LCT, que debe contener todos los datos
relativos al trabajador que preste tareas a través de una empresa de servicios eventuales,
entre los que se encuentra la categoría profesional, fecha de ingreso y egreso y la
remuneración, todo lo cual pone de manifiesto que la quejosa debe disponer los
elementos contables para la confección de los certificados previstos por el art. 80 LCT
(en sentido análogo, SD. Nro. 95.655 del 3.04.08 in re "Schonfeld, Andrea Verónica c/
Citibank N.A. y otro s/ despido", del registro de la Sala II).
Por todo lo anteriormente expuesto, adhiero al voto del Dr. Juan Carlos Fernández
Madrid, en todas sus partes.
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