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Pese a lo que muchos creen, la logística empresarial no supone simplemente el proceso de entrega
de un producto al cliente final. Los productos y servicios pasan por toda una serie de procesos. Si
nos remontamos a las fases iniciales por las que pasa un producto, son muchas las plantas y
lugares por los que los elementos pasan. Y, normalmente, el primer lugar por el que deben ser
sometidos a un procesamiento o transformación es en las empresas productivas. En ellas, se da lo
que se conoce como logística de producción. Te contamos en qué consiste este tipo de logística.
La logística de producción es aquel proceso logístico que planifica, implementa y controla, de una
manera lo más eficaz y eficiente posible, la transformación de los productos entrantes (tales como
las materias primas, insumos e información) en salidas, es decir, productos o servicios terminados,
disponibles para su consumo y disfrute por parte de los usuarios finales.
Por tanto, un ejemplo de logística de producción sería el proceso por el que se trata y trabaja la
harina, levadura, sal y agua de la manera lo más óptima posible para que, al obtener finalmente
pan para vender, se haga empleando la menor cantidad posible de recursos y, sobretodo, en
plazos de tiempo cortos. De esta manera, aparte de obtener un producto mucho más barato,
pondremos a disposición del cliente el producto de manera más rápida y teniendo un mayor
margen de beneficio.
Analiza, planifica y gestiona el flujo de los productos, desde cuántas materias primas hay que
comprar para realizar los productos, así como su distribución a lo largo de todo el proceso
productivo.
Proveer el producto correcto, en la cantidad requerida, en las condiciones adecuadas, así como en
el lugar y tiempos exactos a un coste que sea razonable.
Sin embargo, la logística de producción presenta toda una serie de ventajas y desventajas. Te las
contamos a continuación.
Proceso productivo mucho más ligero y eficaz. Una buena organización y gestión implica una
mejor organización de los tiempos de los equipos de trabajo y, en definitiva, una mejor
coordinación.
Cliente más satisfecho. El tener una buena estrategia de logística de producción, se traduce en un
cliente más satisfecho. ¿Por qué? Tiene un producto de mayor calidad, a un precio más
competitivo, disponible en el lugar adecuado y en el tiempo exigido.
Necesidad de tener una estrategia muy bien definida y ser capaces de implantarla y cumplir el
objetivo que previamente nos marcamos. Hasta que demos con la manera más adecuada,
erraremos muchas veces y deberemos ir rediseñando las acciones implantadas.