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PREUNIVERSITARIO

GABRIELA MISTRAL

América Latina
América Latina abarca un conjunto de realidades muy variadas. La integran diversos pueblos, con
diferencias étnicas y culturales, que se organizan políticamente como Estados independientes,
colonias o Estados libres asociados. A causa de esta complejidad, en numerosas ocasiones el concepto de
América Latina ha sido cuestionado por considerarse demasiado impreciso. Se entiende por América
Latina el conjunto de países al Sur del río Bravo o Grande, cuyas lenguas provienen del latín, como el
español, el portugués y el francés. Este concepto fue acuñado en 1836 por el francés Michel Chevalier. Se
han establecido otros criterios para definir un universo común a nuestros países: el concepto de
Hispanoamérica hace referencia al conjunto de países de habla castellana. Este término excluye a Brasil,
país con el que constituimos una misma realidad física y poseemos una enorme similitud cultural. Por
esta razón, se utiliza el término Ibero América, el cual comprende los países que fueron conquistados por
España y Portugal. Por otra parte, el concepto de América Latina permite integrar a países de habla
francesa, como Haití, que también comparten territorios, condiciones culturales y económicas comunes
con pueblos hispanoamericanos. Sin embargo, territorios de habla inglesa como Belice, Surinam y
Guyanas, que participan de la misma realidad física con el resto de América Central y América del Sur,
quedan excluidos. Del mismo modo, resulta arbitrario no considerar islas angloparlantes, como Jamaica o
Trinidad y Tobago, si se han incluido otras como Martinica, de habla francesa, y las demás Antillas de
habla castellana. Por ello, en la actualidad se hace referencia a América Latina y el Caribe, para describir
un territorio que posee características comunes en su geografía física y humana- No obstante, siempre
habrá que tener en cuenta la diversidad política, cultural y étnica contenida en este concepto

América Latina abarca una extensión superior a los 20 millones de km2 –casi el 50% de la superficie
total del continente americano–, repartidos en América del Norte, América Central y el Caribe y América
del Sur. Parte importante de esta superficie la ocupan cordilleras que cruzan longitudinalmente su
vertiente occidental. Hacia el este de la región, el relieve pierde altitud, lo que permite la existencia de
tierras bajas de potencial agrícola; en América del Sur, estas llanuras son irrigadas por grandes sistemas
hidrológicos, como el río Amazonas, cuya cuenca, la más grande del planeta, ocupa la cuarta parte del
continente sudamericano.
La gran extensión latitudinal de América Latina –entre 32º latitud Norte y los 56º latitud Sur,
aproximadamente es uno de los factores que permiten explicar la variedad climática y, por tanto, de
paisajes de la región: parte importante de América Latina se encuentra entre los trópicos de Cáncer y
Capricornio (23º 30’ Norte y Sur, respectivamente), determinando un régimen climático de altas
temperaturas todo el año y precipitaciones abundantes. A medida que se avanza en latitud, los climas se
hacen templados, bajando las temperaturas hacia el extremo sur de la región. Las masas de agua que
rodean América Latina son un factor relevante para el clima, influyendo, por ejemplo, en la generación de
huracanes en la zona del Caribe o en las condiciones de extrema aridez en el norte de Chile.

PAÍSES INTEGRANTES:
Desde el punto de vista político, América se compone de tres regiones, América del Norte, América
Central y las Antillas y América del sur, formadas por los países que se señalan en el cuadro
correspondiente.
AMÉRICA DEL NORTE: comprende desde el Norte de Canadá hasta el istmo de Tehuantepec ( 17°
latitud N). En este subcontinente existe un solo país latinoamericano: México, el que además de ocupar
parte de América del Norte, se extiende por territorios de América Central. Canadá, Estados Unidos de
América, así como Groenlandia, colonia de Dinamarca
AMÉRICA DEL CENTRO Y LAS ANTILLAS: América Central es el territorio que abarca desde el
istmo de Tehuantepec en México, hasta el golfo del Darién en Panamá, mientras que las Antillas
comprenden el conjunto de islas ubicadas en el mar Caribe
América Central y las Antillas están situadas en una zona de gran inestabilidad geológica, por lo que,
frecuentemente ocurren fuertes erupciones volcánicas y terremotos. Esta conformado por: Antigua y
Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Costa Rica, Cuba, Dominica, El Salvador, Granada, Guatemala,
Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Panamá, República Dominicana, San Vicente y las Granadinas,
Santa Lucía, Trinidad y Tobago; son colonias Puerto Rico e Islas Vírgenes, de Estados Unidos;
Guadalupe y Martinica, de Francia; Antillas Neerlandesas, de Países Bajos; Anguilla, Bermudas, Islas
Caimán, Islas Vírgenes Británicas, Montserrat, Turcos y Caicos, del Reino Unido.
AMÉRICA DEL SUR Se denomina América del Sur a los territorios que van desde el golfo del Darién
y las islas Diego Ramírez en Chile Austral. Limita al Este con el océano Atlántico, al Oeste con el océano
Pacífico, al Norte con el mar Caribe y al Sur con el mar de Drake. América del Sur posee una gran
cordillera en su borde occidental: la Cordillera de Los Andes, en la cual se encuentran las mayores alturas
del continente. La Cordillera de Los Andes. Corresponde al cordón montañoso que va desde la Cordillera
de Mérida en Venezuela, hasta Chile Austral, y forma parte de la larga franja de montañas que nace en
Alaska y termina en la Antártica.
Esta conformada por : Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú,
Surinam, Uruguay y Venezuela; la Guayana Francesa, que es posesión de Francia; las Islas Georgias del
Sur y Sándwich del Sur, así como las Falkland, reclamadas por Argentina con el nombre de Malvinas,
pero en poder del Reino Unido.

RELIEVE DEL CONTINENTE AMERICANO


En el relieve del continente americano se distinguen las siguientes zonas.
Al Oeste, cordilleras de montaña jóvenes muy elevadas que bordean el Pacífico de N a S: Montes de
Alaska, Cadena Costera, Montañas Rocosas, Sierra Madre, en América del Norte; La Cordillera de los
Andes en América del Sur.
Al Este, cordilleras de montañas más viejas y más bajas: Meseta del Labrador y Montes Apalaches, al
Norte; Meseta de las Guayanas y Meseta Brasileña, al Sur.
En el centro, entre las alineaciones del E y del O, extensas llanuras: la del Mississippi, la del Orinoco, la
del Amazonas y la Pampa.
El relieve de América ofrece un panorama variado, constituido por grandes cadenas montañosas que
generalmente se extienden paralelamente a los litorales del Pacífico y del Atlántico, amplias llanuras que
ocupan la porción central del continente y mesetas, altas y bajas, limitadas por cordilleras.
América tiene costas hacia el oeste con el Océano Pacífico, lo que le proporciona comunicación con Asia
y Oceanía; al este con el Océano Atlántico, que le sirve de enlace con Europa y África.
América es un continente muy especial, inicialmente por su forma longitudinal característica, ya que
abarca tierras casi desde el Polo Norte, hasta casi hacer contacto con el territorio de la Antártica. Es
singular también por las características de los habitantes americanos.
Por su posición geográfica, América representa la mayor autonomía territorial de todas las tierras
continentales, individualizadas del resto de otros conjuntos continentales y separados de ellos por las dos
grandes masas oceánicas del Pacífico y del Atlántico.
Otro hecho notable de la geografía del continente americano, es el sentido y la orientación en el desarrollo
de sus tierras, alineadas de norte a sur, un huso horario continental continuo, con una alineación que
representa un hecho geográfico único, que no tienen los demás continentes.
Debido a que comprende con amplitud tierras de ambos hemisferios, América presenta todos los tipos de
clima conocidos sobre la superficie terrestre y de manera contrapuesta las diferentes estaciones del año,
con lo cual también tiene una multitud de los diferentes paisajes naturales del mundo, con la más grande
variedad de plantas y animales.

REGIONES DE AMÉRICA LATINA


- Meseta Central Mexicana: Originada por aglomeración de materiales volcánicos y con una altura
promedio de 2.000 m., ocupa cerca de la cuarta parte del territorio mexicano, y en ella habita la mayoría
de la población de ese país. Hace millones de años, esta forma de relieve estuvo cubierta por grandes
lagos.
- Istmo de Panamá: Corresponde al territorio ubicado desde el istmo de Tehuantepec (Sur de México)
hasta el golfo del Darién (Panamá). Es una zona de gran inestabilidad geológica. En él, se ubican
prácticamente todos los Estados de América Central, con la excepción de Guatemala.
- Caribe: Comprende las islas de las Antillas Mayores (Cuba, Jamaica, Haití, República Dominicana,
Puerto Rico y las Islas Vírgenes), las Antillas Menores, que son las islas que se ubican desde Barbuda a
Grenada, así como a las Antillas Continentales (Barbados y Trinidad y Tobago).
Cuenca del Orinoco: Se extiende por Venezuela y en menor parte por Colombia, siendo una de las más
grandes del mundo y en gran parte es navegable.
Cuenca del Amazonas: Es la más grande cuenca fluvial del mundo. Ocupa una cuarta parte del territorio
sudamericano. Está ubicada principalmente en Brasil, aunque comprende pequeñas áreas de los países
limítrofes.
Gran Chaco: región geográfica de Sudamérica. Llanura boscosa y de parque (Argentina, Bolivia, Brasil
y Paraguay)
Cuenca del Plata: Es la que posee una mayor potencialidad económica, principalmente por su riqueza
hídrica, y la posesión de una importante red fluvial navegable. Su superficie abarca territorios de
Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Escudo Guayano- Brasilero: Se compone de dos macizos montañosos, mucho más antiguos que los
Andes, el Guayanés y el Brasilero, los que dan origen a las cuencas ya mencionadas. Poseen importantes
riquezas minerales, como hierro, bauxita, manganeso y piedras preciosas.
Cordillera de Los Andes: Corresponde al cordón montañoso que se extiende desde la Cordillera de
Mérida, en Venezuela, hasta el extremo austral de Chile. Tiene la particularidad de dividir al territorio
sudamericano en dos grandes sectores, conocidos como vertiente oriental y vertiente occidental. En ella
se pueden distinguir tres grandes tramos: Andes Septentrionales (Venezuela, Colombia y Ecuador),
Andes Centrales (Perú, Bolivia, Norte de Chile y Argentina) y Andes Meridionales, es decir, el cordón
que separa a Chile y Argentina.
Altiplano Andino: Meseta ubicada a una altitud que oscila entre los 3.000 y 4.000 m. Se asienta en los
Andes Centrales entre dos cordones montañosos, ocupando todo el occidente boliviano y la zona
suroriental de Perú.
La Pampa: Ubicada en el centro de Argentina, entre el Chaco y la Patagonia. Constituye una gran
planicie que abarca desde el Atlántico hasta Los Andes. En esta zona, se desarrolla una importante
actividad agropecuaria.
Patagonia: Se encuentra localizada en la zona sur de Argentina y Chile y constituye una meseta antigua y
escalonada, desde los Andes hasta el Atlántico. Es cruzada por gran cantidad de ríos y en ella también se
ubican algunos lagos de importancia, como el General Carrera y el O’Higgins.
AMÉRICA: CLIMA
El desarrollo en latitud, la disposición de las grandes unidades del relieve, y
especialmente del sistema andino, la influencia de las corrientes marinas y de
fenómenos atmosféricos constantes como el papel de las altas presiones y de los
vientos alisios o transitorios como los ciclones, determinan
una notoria diversidad de climas en América Latina.
Sin embargo, como la mayor extensión de las
tierras queda en la zona intertropical, en gran parte
del subcontinente predominan los climas cálidos
con promedio anual superior a los 18°C y con
diferentes niveles de pluviosidad, según presenten o
no una estación seca más o menos definida. Esta
característica marca una gran diferencia con
América anglosajona, donde predominan los climas
templados. Al estudiar la población mundial hemos
analizado las dificultades específicas que plantea el medio ambiente tropical, al
poblamiento permanente y los elementos de fragilidad ligados al clima que afectan la existencia cotidiana
de los hombres en las regiones cálidas y lluviosas. El relieve andino es un factor importante en la
diversidad de los climas meso y sudamericanos, actuando como una gran divisoria climática, separa las
influencias determinadas por la circulación general y condiciona fenómenos tan impresionantes como la
diagonal árida que individualiza climas deficitarios de humedad en latitudes muy distintas. En el mismo
medio tropical, la altitud de los Andes facilita la clasificación de medios climáticos que tienen una
importancia fundamental para la biogeografía y actividades humanas y económicas en los países
transandinos. Las influencias generales de la circulación atmosférica de baja altitud y de las corrientes
marinas de distintas características térmicas, contribuyen, igualmente, a reforzar o atenuar los rasgos
propios de los climas derivados de la latitud. La correlación entre la corriente de Humboldt y el desierto
chileno-peruano es probablemente el ejemplo más significativo. La gama de climas templados prevalece
en el Cono Sur latinoamericano y condiciona un medio tradicionalmente favorable a los hechos de
ocupación humana. Pero sin duda, los ecosistemas templados y las actividades controladas en forma
estrecha por el clima, como la agricultura, la ganadería y la forestación son notablemente
complementarios de aquellas que ocurren en América Latina tropical. En nuestro subcontinente se
diferencian esquemáticamente las siguientes gamas climáticas: los climas, tropicales, los climas áridos y
semiáridos, los climas templados y los climas
El continente americano se extiende desde las altas latitudes del hemisferio norte a las del hemisferio sur,
pasando por las zonas climáticas frías, templadas, tropicales y ecuatoriales. A esto hay que unir el potente
cinturón montañoso que desde Alaska a la Tierra del Fuego recorre todo el continente. Como
consecuencia presenta una gran variedad de climas con sus correspondientes formaciones vegetales
características dispuestas en franjas paralelas al ecuador.
El clima frío polar se da alrededor del Círculo Polar Ártico y en el extremo meridional de América del
Sur. Las condiciones de temperaturas extremas solo permiten el crecimiento de la tundra.
El clima de alta montaña es característico de las cumbres más elevadas y de los altos valles andinos. La
vegetación, de arbustos y gramíneas, se dispone en pisos altitudinales y tiende a escasear con la altura
para dejar paso a las nieves perpetuas.
Los climas templados predominan en América del Norte y en los países del Cono Sur. El tipo
continental con fríos invernales muy extremos predomina en las Grandes Llanuras norteamericanas y
Canadá. En estas regiones septentrionales crece el bosque de coníferas o paisaje de taiga. En la costa

atlántica y pacífica de América del Norte, así como en el sur de Chile el clima es más lluvioso, lo que
permite el desarrollo del bosque caducifolio, con robles y hayas; son zonas de clima oceánico. En cambio,
en el centro de EE UU y nordeste de México, hay estaciones secas más marcadas, por lo que las
formaciones predominantes son las praderas y, al aproximarse a los desiertos, las estepas. Lo mismo
ocurre en América del Sur con las praderas de la Pampa, que son más húmedas, y las vegetaciones de
sabana o estepa que surgen al avanzar hacia la Patagonia o en Los Llanos venezolanos.
El clima mediterráneo que se extiende por California y Chile, presenta sequías veraniegas que originan
un paisaje de encinas, arbustos y matorrales.
Los climas cálidos se suceden en las latitudes más bajas, en torno al ecuador, destacando las típicas
formaciones de selva y bosque tropical.
Por su parte los desiertos casi sin vegetación, se dan en los lugares de extrema aridez como en la Baja
California y Sonora (México), el sureste de EE UU, norte de Chile y sur de Perú, y la Patagonia.

RÍOS DEL CONTINENTE AMERICANO


Nueve de los veinticinco ríos más largos del mundo se encuentran en América. Las cuencas del Orinoco,
Amazonas y Paraná-Paraguay ocupan más de la mitad del continente. Lo que quiere decir que el Nuevo
Mundo posee las mayores reservas de agua de la Tierra. Todos los grandes ríos desembocan en el océano
Atlántico.
EN AMÉRICA DEL NORTE: el Mackenzie, que desemboca en el océano Glacial Ártico; el San
Lorenzo, formado por el desagüe de los Grandes Lagos Superior, Michigan, Hurón, Erie y Ontario, y el
Mississippi (6.262 Km.), con sus afluentes el Missouri, el Ohio, y el río Bravo del Norte. Todos
desembocan en el océano Atlántico.
El Río Bravo o Grande del Norte (3.034 Km. de curso) es un río norteamericano que nace en los
montes de San Juan, en el suroeste del estado de Colorado (Montañas Rocosas). Discurre a través de
Nuevo México, forma la frontera entre Texas y México y desemboca en el golfo de México por
Brownsville, Texas, y por Matamoros, estado de Tamaulipas (México). Este río constituyó la base para el
establecimiento del límite internacional entre México y los Estados Unidos desde el año de 1848, después
de la desastrosa guerra en la que México perdió más de dos millones de km2 de su territorio. El río Bravo
es uno de los ríos más largos de Norteamérica pero no es lo bastante profundo para ser una vía apta para
la navegación comercial.
En México y América Central, el relieve impide la formación de grandes corrientes fluviales. Dejando a
un lado el Río Bravo del Norte, que forma la frontera de México con los EE UU, los ríos más notables
son: el Coco y el San Juan en Centroamérica, y el Pánuco, Papaloapán, Coatzalcoalcos, Grijalva,
Usumacinta, Yaqui, San Pedro, Lerma y Balsas en México.

EN AMÉRICA DEL SUR: el Orinoco, el Amazonas (6.275 Km.), que es el río más caudaloso del
mundo, el Paraná, el Paraguay y el Uruguay, todos ellos desembocan en el océano Atlántico.
El Amazonas es el río más caudaloso del planeta y con sus 6.400 Km. de longitud es el segundo río más
largo del mundo, después del Nilo. Con sus cientos de afluentes, el Amazonas recoge las aguas de una
cuenca que supera los 6.100.000 km2, la mitad perteneciente a Brasil y el resto repartida entre Perú,
Ecuador, Bolivia y Venezuela. Los aportes anuales del río suman una quinta parte del agua dulce que
desemboca en los océanos en todo el mundo. El Amazonas nace en los Andes, en el Nevado de Yarupá,
y cruza el continente suramericano de O a E, en su mayor parte por Brasil, recibiendo durante su trayecto
varios afluentes: el Ucayali, el Madeira, el Tapajoz y el Xingú por el sur; el Putumayo, el Caquetá y el
Negro por el norte. Antes de unirse al Ucayali, el Amazonas recibe el nombre de río Marañón, después
Solimóes y finalmente Amazonas. El Ucayali y el Marañón nacen en las nieves perpetuas y glaciares de
los Andes peruanos. Debido a su enorme extensión, a las inundaciones anuales y a su navegabilidad, al
Amazonas se le suele llamar el ‘río océano’.
El Plata-Paraná (4.700 Km. de curso). El Río de la Plata se forma a partir de los ríos Uruguay y Paraná
que, a su vez, recibe las aguas del Paraguay (2.660 Km. de curso). Este río es navegable hasta la ciudad
argentina de Rosario.
El Río de la Plata, estuario que se forma de la unión de los ríos Paraná y Uruguay, en el sureste de
Sudamérica, en su desembocadura en el océano Atlántico. Estos caudalosos ríos, que constituyen la
segunda mayor cuenca de drenaje de América del Sur después de la del Amazonas. El Río de la Plata
forma un brazo de mar que separa los países de Uruguay y Argentina. El mejor puerto natural del estuario
se encuentra en Montevideo, Uruguay.
El Río Uruguay nace en la cadena montañosa del litoral meridional de Brasil. Fluye en dirección oeste,
sirviendo como límite entre los estados brasileños de Santa Catarina y Rió Grande do Sul, más adelante
entre Brasil y Argentina y entre Argentina y Uruguay y desemboca en el Río de la Plata. Tiene una
longitud de unos 1.600 km.
El Río Paraguay (2.415 Km.) nace en la meseta del Mato Grosso, en Brasil, a unos 300 m de altitud, en
el área conocida como Sete Lagoas. Durante los primeros 50 Km. es conocido con el nombre de
Diamantino.

Tras recibir los aportes del curso fluvial del Apa, se inicia el tramo inferior del Paraguay, que discurre por
territorio. A continuación, constituye parte de la frontera entre Paraguay y Argentina hasta desembocar en
el río Paraná, del que es su principal afluente.
El Río Paraná (3.940 Km., de los cuales unos 1.610 Km. son navegables) nace en el sur de Brasil, en la
confluencia de los ríos Grande y Paranaíba. En su tramo inicial fluye en dirección suroeste atravesando el
borde oriental del estado de Mato Grosso do Sul, tras lo cual sirve de frontera entre Brasil y Paraguay. El
río se desvía hacia el oeste, constituyendo la frontera entre Paraguay y Argentina hasta su confluencia con
el río Paraguay. A continuación, fluye hacia el sur y el este a través de Argentina hasta el Río de la Plata,
por donde desemboca en el océano Atlántico. El Paraná, junto con los ríos que desembocan en él,
conforma la cuenca del Plata, uno de los principales sistemas hidrográficos de América del Sur, con una
superficie de 3,1 millones de km2, sólo superada por la cuenca del Amazonas. En su cauce superior se
encuentra la gigantesca presa de Itaipú, capaz de generar 12.600 MW de electricidad, y la de Yaciretá con
4.050 MW instalados.
El Orinoco (3.000 Km. de curso) hace puente con el Amazonas a través del Casiquiare y recoge las aguas
de los ríos Vichada, Apure y Caura, entre otros. Es el mayor río de Venezuela, limítrofe con Colombia, y
uno de los más largos de Sudamérica, con una longitud aproximada de 2.140 km. El Orinoco tiene un
promedio de 6 Km. de ancho, que aumenta en el sur con el aporte de numerosos ríos, incluyendo el
Caroní
y el Caura. El delta del río conforma un área de aproximadamente 20.700 km2, que comienza a unos 190
Km. del Atlántico. El Orinoco es navegable por barcos de gran calado al estar dragado el tramo entre
Boca Grande y Ciudad Guayana durante 404 kilómetros.
El San Francisco (2.900 Km. de curso), surge de una de las cabeceras del Paraná. Río del Noroeste
argentino nace, con el nombre de río Grande de Jujuy, al norte de la ciudad de Humahuaca, en las
proximidades de la localidad jujeña de Tres Cruces, y recorre, de norte a sur, la quebrada de Humahuaca
pasando cerca de algunas de sus más importantes poblaciones, tales como Tilcara y Tumbaya.
El Magdalena nace en el sur de Colombia, en el sector de la cordillera de los Andes comprendido en el
departamento de Huila. Atraviesa el país de sur a norte, discurriendo a lo largo de unos 1.540 Km., y
desemboca en el mar Caribe, cerca de la ciudad de Barranquilla. Su afluente principal es el Cauca.

Ríos más largos del continente americano


Río Longitud en km Principales países atravesados
Amazonas 6.440 Colombia, Perú, Brasil
Mississippi-Missouri 6.019 Estados Unidos
Mackenzie 4.240 Canadá
Paraná-Plata 4.200 Paraguay, Argentina, Uruguay
São Francisco 3.199 Brasil
Yukón 3.185 Estados Unidos
Bravo o Grande 3.033 Estados Unidos, México
Saskatchewan 2.575 Canadá
Colorado 2.333 Estados Unidos, México
Orinoco 2.150 Venezuela, Colombia
Columbia 1.953 Estados Unidos
Magdalena 1.543 Colombia
San Lorenzo 1.223 Canadá

POBLACIÓN Y TERRITORIO
América Latina está conformada por 20 países que en conjunto tienen una población de aproximadamente
seiscientos millones de habitantes con culturas similares. De esta población, casi dos tercios habla el
idioma español, un tercio habla el portugués (Brasil) y en Haití de 8,5 millones de habitantes hablan el
francés y el creole. Sin embargo, estas poblaciones, por estar ubicadas en la región de América Latina,
hablan y usan el español, sobre todo para sus relaciones comerciales. América Latina ocupa un territorio
de aproximadamente veinte millones de kilómetros cuadrados.
La población es predominantemente joven. Alrededor del 65% de la población es menor de 30 años
En la actualidad, la población latinoamericana se encuentra en un proceso de transición demográfica y su
porcentaje de población urbana sigue aumentando, lo que origina grandes transformaciones en la
capacidad de producción y de consumo, así como la orientación de los gastos de los Estados, ya que se
precisará más capacitación en los sectores adultos, una mayor cantidad de puestos de trabajos para los
ancianos, más instalaciones de salud, etc. A esto se suma la concentración espacial de la población en las
ciudades, que en América Latina bordea el 75%, y los problemas asociados, tales como hacinamiento,
marginalidad, pobreza y contaminación, entre otros, todo lo que repercute en la calidad de vida de las
personas.
La transición demográfica consiste en un proceso de cambio del comportamiento de la población,
pasando de altas a bajas tasas de natalidad y mortalidad. En este entendido, en el caso latinoamericano, se
distinguen claramente tres grupos de países:

1. Países de transición incipiente o moderada: Bolivia, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua y


Paraguay.
2. Países de transición media o plena: Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Panamá,
México, Perú, República Dominicana, Venezuela.
Países de Transición Avanzada: Argentina, Chile, Cuba, Jamaica y Uruguay.
Una de las consecuencias más claras de esta transición es el envejecimiento de la población, el que se
origina en el aumento de la esperanza de vida, y por tanto de la proporción de personas mayores, mientras
que, por otra parte, disminuye la proporción de población joven.
Se espera que los países con transición media comiencen a experimentar el descenso de la población
joven a contar del 2020, mientras que los de transición incipiente lo harán a partir del 2030.
Población predominantemente urbana
La población de América Latina es mayoritariamente urbana. Dos tercios de la población se concentran
en las ciudades. Las ciudades con mayor población en América Latina son:

• Ciudad de México : 18,3 Millones de habitantes São Paulo : 17,5 Millones de habitantes
• Buenos Aires : 13,0 Millones de habitantes • Lima : 7,2 Millones de habitantes
• Santiago : 5,4 Millones de habitantes • Bogotá : 3,9 Millones de habitantes
• Caracas : 3,7 Millones de habitantes

A mediados del año 2006, la población de América Latina alcanzaba los 566 millones de habitantes, algo
menos del 9% de la población mundial. La mayor parte de esa población es joven, vive en zonas urbanas
y pertenece a alguno de los grupos étnicos que componen nuestras sociedades. Un alto porcentaje de la
población latinoamericana ha mejorado sus condiciones de vida; muchos de los niños de América Latina
podrán crecer en países con mejores condiciones sanitarias y económicas que sus padres. Sin embargo,
todavía muchos de sus habitantes viven en la pobreza y tienen un acceso deficiente a servicios
fundamentales como la salud, la educación o el agua potable.
En la actualidad el crecimiento de la población mundial alcanza el 1,2% anual, lo que equivale a cerca de
77 millones de personas por año. En el caso de América Latina, el crecimiento promedio es cercano al
1,5%, fluctuando entre 1% y 3%; estas tasas están por sobre las de los países desarrollados –con
excepción de Estados Unidos aunque muy por debajo de las de varias zonas de África o Asia.
El mejoramiento de los sistemas de salud pública, la introducción de vacunas y de nuevos medicamentos
y las mejoras en las condiciones de vivienda y alimentación permitieron un descenso en las tasas de
mortalidad y un aumento en la esperanza de vida. Especialmente relevante en este sentido fue el descenso
de la mortalidad infantil, que ha disminuido considerablemente en los países de la región, gracias a las
mejores condiciones de salubridad y a la extensión de los cuidados para la madre y el recién nacido en los
servicios de salud. Por otro lado, muchas mujeres mejoraron sus niveles de instrucción y han contado con
mayor información y servicios relacionados con la planificación de la reproducción familiar. Esto, junto
con la creciente incorporación de las mujeres al mercado laboral, repercutió en el descenso de la natalidad
y de la fecundidad.
Los países de América Latina se encuentran en diferentes etapas del proceso de transición demográfica,
es decir, pasando de una situación caracterizada por altas tasas de mortalidad y natalidad, a otra con bajas
tasas de mortalidad y natalidad. La tendencia a la disminución de la natalidad ha influido en el descenso
del ritmo de crecimiento de la población latinoamericana. Entre 1950 y 1955, por ejemplo, la tasa de
crecimiento de la población era de 2,7% anual; en la actualidad es de un 1,5% anual.
En el año 2000 el promedio de edad en la región fue de 24 años. El aumento de la esperanza de vida y la
baja de la fecundidad están revirtiendo lentamente esta situación, por lo que América Latina se encamina
hacia un creciente envejecimiento, es decir, al aumento de la población adulta y adulta mayor por sobre el
total de población menor de 15 años. Se estima que en las próximas dos décadas la población adulta
mayor se duplicará, pasando de 40 a 80 millones. El envejecimiento de la población representa una serie
de desafíos para los Estados, especialmente en aquellos países como Uruguay, Cuba, Argentina o Chile,
cuya población adulta es más numerosa. Este aspecto es fundamental al momento de planificar, por
ejemplo, cuántas escuelas se necesitarán en los próximos años, qué cantidad de personas pueden
demandar empleo, qué cambios deberán tener los sistemas de salud o previsionales para atender a la
población mayor de 60 años o qué alternativas se ofrecerán a los adultos mayores tras su jubilación, en
términos de cultura, de recreación y de espacios de participación social.
América Latina presenta una de las densidades de población más bajas del mundo y sus habitantes se
distribuyen en el espacio de manera desigual. En Sudamérica existen grandes zonas que, por sus
condiciones físicas y climáticas, dificultan el asentamiento permanente de personas. Es el caso de la
Amazonia; de las zonas de extrema aridez, como el desierto de Atacama; de la zona andina de mayor
altitud, donde predominan hielos eternos; de las islas del extremo sur de Chile; y de la fría meseta
patagónica chileno-argentina. Las mayores concentraciones de población se encuentran en el centro de

México, en la llanura del Río de la Plata, en los valles y regiones costeras de Centroamérica, Colombia y
Venezuela, en las islas del Caribe y en la costa sur atlántica de Brasil.
La región presenta altos índices de urbanización, ya que la población latinoamericana tiende cada vez más
a concentrarse en las grandes ciudades: tres de cada cuatro latinoamericanos y caribeños residen en
localidades urbanas y la mayoría lo hace en ciudades de más de un millón de habitantes, especialmente en
las capitales, que concentran no solo la población, sino también las actividades económicas. La
concentración de la población en una o dos ciudades primadas –que pueden concentrar hasta el 50% de la
población del país, ha llevado al desarrollo de grandes megalópolis, como Ciudad de México o Sao Paulo.
El crecimiento de las ciudades en América Latina se puede explicar, fundamentalmente, por la migración
campo-ciudad, que fue muy significativa entre las décadas de 1930 y 1980. A partir de la década del 80
las tasas de crecimiento urbano disminuyeron, aunque el desplazamiento desde las zonas rurales a las
urbanas se mantiene hasta hoy. El acelerado crecimiento de las ciudades latinoamericanas se relaciona
con problemas como la congestión vehicular, la contaminación, la marginalidad urbana, el deficiente
acceso a servicios y las viviendas precarias o instaladas en zonas de riesgo ambiental.

DIVERSIDAD DE RECURSOS NATURALES


América Latina posee una gran variedad de recursos naturales, por lo que la economía de la mayor parte
de sus países se ha basado, desde hace cientos de años, en su explotación y comercialización, ya
sea exportando materias primas o productos elaborados. El subsuelo latinoamericano concentra reservas
considerables de metales como cobre, hierro, zinc y estaño, entre otros, que constituyen materias
primas fundamentales para la actividad industrial. Además de estos minerales, existen importantes
reservas de recursos energéticos, como gas natural y petróleo. El recurso suelo sirve de sustento para la
generación de múltiples productos agrícolas, ganaderos y silvícolas, mientras que la riqueza de los
océanos que rodean la región ha permitido la extracción y procesamiento de recursos marinos.

RASGOS ECONÓMICOS
Las naciones de América Latina tienen diferentes características económicas. En lo que respecta a
América Central, el turismo es una de sus principales fuentes de ingreso. Las naciones más visitadas son
República Dominicana, Cuba, Puerto Rico, Guatemala, Jamaica y Bahamas. En su economía también
destacan los cultivos de frutas, tabaco, hortalizas, café, arroz y azúcar. En esta región se encuentra una de
las naciones más pobres del mundo: Haití, en la cual cerca del 70% de sus habitantes vive en extrema
pobreza. Por su parte, la economía de América del Sur se basa principalmente en la exportación de
materias primas de tipo agrícola y minero. Por ejemplo, Chile es el país que produce más cobre a nivel
mundial. Entre sus mercados más importantes se encuentran Asia y Europa. Por su parte, en México
resaltan las industrias de alimentos, bebidas, tabaco, productos químicos y textiles, el trabajo agrícola y
las exportaciones de petróleo y plata.
En cuanto a América anglosajona, de las naciones de América del Norte destaca Estados Unidos, ya que
tiene una de las economías más desarrolladas del mundo. Sus principales industrias trabajan el petróleo,
los vehículos, las telecomunicaciones, entre otros. También destaca su trabajo agrícola y la actividad
minera, con yacimientos de oro, petróleo, carbón y uranio. A su vez, Canadá, también país del norte, es
uno de los diez países más industrializados del mundo. En esta nación destaca la industria de alimentos,
madera y papel. Ambos países son los principales productores de gas natural.
Principales productos de exportación (selección de países)
Argentina: Tortas y harinas de semillas oleaginosas y otros residuos de aceite vegetal; petróleo crudo;
productos derivados del petróleo; aceite de soya; soya, carne.
Bolivia: Gas natural; tortas y harinas de semillas; oleaginosas y aceite vegetal; mineral de zinc; aceite de
soya; petróleo crudo.
Chile: Cobre refinado; mineral y concentrados de cobre; pescados; pulpa de madera; uvas frescas.
Brasil: Soya; mineral de hierro; productos derivados del petróleo; tortas y harinas de semillas oleaginosas
y aceite vegetal; vehículos automotores.
Guatemala: Café; plátano; azúcar; petróleo crudo; medicamentos.
Perú: Oro; cobre refinado; cobre; harina de carne y de pescado; zinc.
Honduras: Café; plátano; aceite de palma; crustáceos y moluscos; minerales y concentrados de plata y de
platino.
Panamá: Pescado; plátano; crustáceos y moluscos; frutas frescas; pescado salado, seco o ahumado.
Datos: Comercio exterior de bienes y servicios, CEPAL, Anuario estadístico, 2006

El continente americano presenta un claro desequilibro económico entre América del norte y
Latinoamérica. Esta diferencia hace que el nivel de vida en América del norte sea unas ocho veces
superior al de Latinoamérica. En 1958 con poblaciones muy parecidas América del norte representaba el
50por ciento del producto económico mundial, mientras que Latinoamérica representaba tan sólo el 7 por
ciento.

En una perspectiva dinámica, esta situación muestra que, mientras en el período de la segunda Guerra
Mundial y su posguerra, a causa de la gran demanda existente de materias primas, el ritmo del
crecimiento de la economía Latinoamericana era superior al de la economía mundial y de América del
norte, con posterioridad a 1958 esta tendencia ha sido invertida. De esta forma en los últimos años se ha
producido un retroceso económico de Latinoamérica respecto al desarrollo mundial y al de América del
Norte.
RECURSOS NATURALES Y DESARROLLO REGIONAL
Las condiciones geográficas y la existencia de recursos naturales influyen en la distribución de la
población. La agricultura y la ganadería son actividades que sustentan en dos recursos naturales: agua y
suelos fértiles. Estas actividades se realizan de manera contrastante en los países americanos. En Estados
Unidos y Canadá la agricultura y la ganadería están altamente tecnificadas, en cambio en el resto de
América es reducido el uso de la tecnología en tales actividades, por lo cual su producción es deficiente.
En América del Sur destacan Argentina, Uruguay y Brasil como grandes productores de ganado. Debido
a los bajos rendimientos obtenidos en el campo, gran número de campesinos abandona sus tierras y
emigran a las ciudades de su país y a Estados Unidos y Canadá.
La pesca está relacionada con la existencia de corrientes marinas. Las principales regiones pesqueras son
el Labrador y Terranova, con bacalao y arenque; el Pacífico Norte, de Alaska a California, con salmón y
atún; el Golfo de México; y el Pacífico Sur, Perú y Chile, con anchoveta.
Se explotan dos regiones naturales que son la selva y los bosques tropicales, así como los bosques
templados y de coníferas.
Minería e industria
El mayor desarrollo industrial corresponde a Estados Unidos y a Canadá y se basa en sus abundantes
recursos mineros y fuentes de energía.
La principal zona industrial de América se localiza alrededor de los Grandes Lagos, mientras que en el
resto del continente hay un menor desarrollo industrial. En América Central y el Caribe hay industrias
alimentarias y textiles. Los países de estas zonas son los de menor desarrollo industrial.
Estados Unidos y Canadá son países desarrollados con un alto nivel de vida ya que tienen alto desarrollo
científico y tecnológico, una gran industria, alto ingreso per cápita, bajo crecimiento demográfico,
infraestructura adecuada, así como bajo índice de analfabetismo y alta escolaridad.
En Latinoamérica, México, Brasil, Argentina, Uruguay, Chile y Venezuela, aun cuando están dentro del
grupo de países subdesarrollados, ha alcanzado cierto grado de desarrollo industrial y en general sus
condiciones de vida son mejores que los demás países latinoamericanos.
Los países que presentan mayor atraso socioeconómico son Haití, Bolivia, Nicaragua y Honduras. A
pesar de estas diferencias, todos los países de Latinoamérica y el Caribe manifiestan las características del
Subdesarrollo.

Región polimetálica
América Latina se caracteriza por ser una región polimetálica. Cada país produce lo siguiente:
Argentina: plomo, cinc, estaño, cobre, hierro, manganeso, petróleo y uranio.
Bolivia: estaño, gas natural, petróleo, cinc, tungsteno, antimonio, plata, hierro, plomo, oro, litio.
Brasil: hierro, manganeso, bauxita, níquel, uranio, fosfatos, estaño, oro, platino, petróleo.
Colombia: petróleo, gas natural, carbón, mineral de hierro, níquel, oro, cobre, esmeraldas.
Costa Rica: energía hidroeléctrica.
Cuba: cobalto, níquel, hierro, cobre, manganeso, sal, sílice, petróleo.
Chile: cobre (principal productor en el mundo), hierro, nitratos, metales preciosos.
El Salvador: energía hidroeléctrica, energía geotérmica, petróleo.
Ecuador: petróleo, gas natural, oro.
Guatemala: petróleo, níquel, antimonio, plomo, hierro, tungsteno.
Haití: mármol, caliza, arcillas calcáreas, sin explotar: cobre y oro.
Honduras: oro, plata, cobre, plomo, cinc, hierro.
México: hierro, azufre, fosfatos, fluorita, cinc, petróleo, cobre, bismuto, plomo. manganeso, gas natural,
grafito, plata, antimonio, reservas de uranio.
Nicaragua: oro, plata, cobre, plomo, cinc, hierro.
Panamá: cobre, carbón, caoba.
Paraguay: potencial productor de energía hidroeléctrica.
Perú: cobre, petróleo, plomo, cinc, plata, oro, hierro, carbón, fosfatos, potasa.
República Dominicana: níquel, bauxita, oro y plata.
Uruguay: potencial productor de energía hidroeléctrica.
Venezuela: petróleo (OPEP), gas natural, hierro, oro, bauxita, carbón, cinc, cobre, plomo, plata, fosfato,
manganeso, titanio, diamantes, potencial productor de energía eléctrica.
Desde un punto de vista económico, la integración latinoamericana es una aspiración que se manifiesta

desde la década de 1960 y que, en la actualidad, se expresa a través de diversas iniciativas que van desde
la conformación de zonas de libre comercio hasta la idea e conformar un mercado común.
Una zona de libre comercio implica la eliminación de barreras arancelarias para que los productos
circulen libremente. En cambio, el establecimiento de un mercado común contempla la liberación del
comercio en forma conjunta al establecimiento de políticas económicas, laborales y tributarias afines en
los países integrantes, de manera de asegurar en forma justa el libre comercio, el flujo de capitales y de
personas.
Zona de libre comercio es aquella en que no existen barreras arancelarias, por lo que los productos
circulan libremente. Mercado Común, en cambio, además de la libertad arancelaria, implica políticas
económicas, laborales y tributarias.
Actualmente existen las siguientes zonas o regiones económicas latinoamericanas:
-Comunidad del Caribe (CARICOM): Se fundó en 1973 y comprende la mayor parte de las islas del
Caribe, Belice, Guyana y Surinam. Los países que participan en calidad de observadores son México,
Venezuela, Colombia, Antillas Holandesas, Bermudas, República Dominicana y Puerto Rico, entre otros.
Sus objetivos se orientan a lograr la integración económica, la coordinación y cooperación en áreas como
política exterior, salud, educación, cultura y comunicaciones.
- Comunidad Andina de Naciones (CAN): Funciona como acuerdo desde 1993, pero sus orígenes se
remontan a 1969, cuando se suscribió el Pacto Andino. En la actualidad la asociación reúne a Venezuela,
Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, y constituye una zona económica de más de 113 millones de
personas. Ha logrado incrementar y mejorar el intercambio interno y acuerdos comerciales preferenciales
a nivel internacional.
- Mercado Común Centroamericano (MCCA): Esta iniciativa surgió en 1962 de un grupo de pequeños
Estados insulares del Caribe. La integran 15 países que buscan lograr un mayor intercambio al interior del
pacto y contribuir a mejorar la situación de los países más pobres del grupo y establecer acuerdos
-comerciales con las potencias del norte. En 1997 fue admitido Haití, el país más pobre del continente.
- Grupo de Río: El Grupo de Río es un mecanismo de diálogo, en cuyo marco se abordan temas de
interés común para América Latina y el Caribe.
Fue creado en 1986, cuando los gobiernos de Argentina, Brasil, Colombia, Panamá, Perú, Uruguay y
Venezuela adoptaron la Declaración de Río de Janeiro. A estos países se han integrado, además, Bolivia,
Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, República
Dominicana y representantes de la Comunidad del Caribe, que asisten de forma rotativa. Entre sus
objetivos se encuentran la ampliación de la cooperación entre los gobiernos, la promoción del desarrollo y
la búsqueda de soluciones a conflictos regionales.
-Mercado Común del Sur (MERCOSUR): Se implementó a partir de la firma del Tratado de Asunción,
en 1991, entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Reúne a las dos mayores economías de
Sudamérica y su objetivo es crear un mercado común entre los países participantes, que vaya más allá de
una zona de libre comercio. Chile y Bolivia tienen la categoría de países asociados al MERCOSUR, a
partir de 1996 y 1997, respectivamente.
- Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA)
Se inició en la Cumbre de las Américas, celebrada en diciembre de 1994 en Miami.
Incluye a los 20 países de América Latina más 14 naciones no latinoamericanas del Caribe.
Acordaron establecer un “área de libre comercio de las Américas” (ALCA) y concluir las negociaciones
para el acuerdo antes del año 2005.
Su principal impulsor es los Estados Unidos de Norteamérica que presionó por su vigencia en la reunión
celebrada en Canadá en abril del 2001.
- Organización de Estados Americanos (OEA): Se constituyó en 1948 y depende de Naciones Unidas
(ONU). Comparten los mismos objetivos: asegurar la solución pacífica de los conflictos entre los Estados
miembros; consolidar la democracia; erradicar la pobreza y promover el desarrollo, entre otros.
La integran: Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile,
Colombia, Costa Rica, Dominica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Granada, Guatemala, Guyana,
Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Santa
Lucía, San Vicente y las Granadinas, St. Kits y Neis, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay, Venezuela.

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