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Contenido

INTRODUCCIÓN......................................................................................................................................3
LA CONCIENCIA......................................................................................................................................4
ANTECEDENTES FILOSÓFICOS SOBRE LA CONCIENCIA.......................................................................4
DEFINICIÓN DE CONCIENCIA..............................................................................................................5
TIPOS DE CONCIENCIA........................................................................................................................5
Individual........................................................................................................................................5
Social..............................................................................................................................................5
Emocional.......................................................................................................................................6
Temporal........................................................................................................................................6
Psicológica......................................................................................................................................6
Moral..............................................................................................................................................8
CONCIENCIA MORAL Y PSICOLÓGICA...............................................................................................11
Semejanzas...................................................................................................................................11
Diferencias...................................................................................................................................11
ULTIMAS INVESTIGACIONES.............................................................................................................12
CONCLUSIONES....................................................................................................................................14
Referencias...........................................................................................................................................15
INTRODUCCIÓN

Muchas veces el lenguaje nos juega malas pasadas, pues con el tiempo las palabras han ido ganando
nuevos significados y perdiendo otros, por eso se hace necesario redefinir el significado de algunos
términos, para asegurar que todos hablamos de lo mismo y no de conceptos diferentes.

Este es el caso de la palabra “conciencia”, quizá uno de los conceptos que más significados tiene en
función del ámbito donde se utilice. Por eso se hace necesario revisar la gama de usos que tiene,
empezando por el etimológico, que suele, muchas veces, arrojar luz sobre el sentido de las palabras.

Conciencia viene del latín conscientia que significa literalmente "con conocimiento". Y según la RAE
tiene varias acepciones: por un lado puede ser el conocimiento interior del bien y del mal; el
conocimiento reflexivo de las cosas; la actividad mental a la que solo puede tener acceso el propio
sujeto; el acto psíquico por que un sujeto se percibe a sí mismo en el mundo, etc. Pero la definición
más aceptada viene a decir algo así como: capacidad o propiedad del ser humano (o espíritu
humano) de verse y reconocerse con todas sus características, así como las modificaciones que
experimenta y ser capaz de tener un juicio propio sobre todo ello. Podríamos entenderlo mejor si
buscamos su opuesto, que es el inconsciente (y el subconsciente), es decir, todo lo contrario de
conciencia: un perder el sentido, no darse cuenta, no estar presentes con nuestra atención, lo que
todos conocemos por inconsciencia, lo cual no significa que no afecte a nuestro comportamiento,
muy al contrario, al inconsciente van a parar los conflictos no resueltos.

La confusión de lo que es la conciencia surge cuando en vez de hacer un uso cognitivo de ella, lo
relacionamos con la moral y lo religioso, pues entonces pierde ese sentido de conocimiento de sí
mismo, y pasa a ser una influencia, ajena a nosotros, pero que condiciona nuestro comportamiento,
como por ejemplo: identificando conciencia con lo que nos dicta el corazón; también la premonición
y el “deja vu” podrían entrar en esta clasificación, así como el Espíritu Santo, la voz de la conciencia,
el espíritu navideño, etc. El concepto que vamos a ver no se refiere a esto, aunque, por supuesto,
está relacionado.

Llegado a este punto, ya nos podemos preguntar si cada uno de nosotros, personas normales,
tenemos o no conciencia, y si la tenemos, hasta qué punto, hasta dónde abarca ¿Necesitamos, como
aseguran algunos autores, despertar la conciencia? ¿Qué tipo de conciencia?

En ese sentido desarrollaré esta asignación de investigación sobre los tipo de conciencia que
podemos encontrar y que ha sido definidos desde los estudios y parámetros de diversas ramas.
LA CONCIENCIA

ANTECEDENTES FILOSÓFICOS SOBRE LA CONCIENCIA


Una de las cuestiones que siempre han inquietado al hombre ha sido el conocimiento de su propia
realidad, de aquello que le hace ser hombre y no otra cosa. Concretamente, la Filosofía se ha
caracterizado por ser una de las disciplinas que más se han preocupado por atender estas cuestiones,
de tal manera que daría paso al nacimiento de diferentes nuevas ciencias, entre ellas la Psicología.
De hecho, desde esta nueva disciplina se trataría de aportar algunas respuestas a esas mismas
interrogantes abiertas desde la filosofía, aunque eso sí, desde un planteamiento experimental. Por lo
tanto, desde la filosofía se han abordado temas que posteriormente han sido objeto de estudio de la
psicología, concretamente: “la sensación, la percepción, la inteligencia, la memoria, la voluntad, el
instinto, la conciencia, etc” (Mora, J.A. 1987, p. 12-13).

Del mismo modo, muchos de los tópicos incorporados bajo el rótulo alma- cuerpo del pasado, son de
hecho planteados, en la actualidad, como las relaciones mente-cerebro, lo que vendría a constituir el
estudio de la conciencia.

Este hecho se presenta como tema de investigación, no sólo desde un enfoque biologicista, sino
como también plantea Ortiz de Zárate (1999, p.209), “en la psicología, constituyéndose en un campo
de investigación que explora de forma mayoritaria la psicología cognitiva, pero también la psicología
clínica, la neuropsicología, la psicología social, o del desarrollo, así como la filosofía y la historia de la
psicología”.

Por lo tanto, la diferencia terminológica al hablar de mente en vez de alma y de cerebro en vez de
cuerpo, iría evolucionando desde la Filosofía hasta nuestros días en un esfuerzo por delimitar el
objeto de estudio del cual intentaría dar razón la Psicología Experimental. Por otro lado, el modo de
dar respuesta a este fascinante tema será evidentemente distinto entre ambas disciplinas. De todas
formas, esta diferencia metodológica no nos puede hacer olvidar que la filosofía no sólo ha
delimitado los temas de estudio de la Psicología, sino que ha fundamentado las principales teorías y
modelos psicológicos: “empirismo, asociacionismo, materialismo, etc” (Mora, J.A, 1987), bien
confesados o implícitos, siguen estando presentes en las diversas teorías psicológicas.

Así pues, y simplificando las cuestiones, podemos hablar de dos movimientos básicos de la Filosofía
que han determinado la evolución de la Psicología y por tanto su objeto de estudio:

 El Racionalismo, donde los aspectos conceptuales e innatistas juegan un papel


primordial, siendo en este caso una razón puramente matemática.
 El Empirismo, quien sostendría posiciones asociacionistas como primordiales en la
comprensión general del sujeto humano, como un modo radical de agrupar a las
Escuelas más importantes. (véase tabla 1)

Aristóteles Descartes
El alma es considerada como El alma pasa a ser pensamiento
principio biológico.
El cuerpo como órgano de la El pensamiento como substancia
sustancia del alma. independiente del cuerpo
Enfoque naturalista y biologicista Enfoque interaccionista de la
del estudio del alma. relación alma-cuerpo.

Tabla 1. Principales enfoques filosóficos en el estudio del alma y sus repercusiones sobre la
conciencia humana.
Así pues, podemos considerar que en la Psicología se cuentan con dos tradiciones nítidas de
investigación que van a incidir directamente, bien en los aspectos biologicistas del tema de la
conciencia, bien en los aspectos interaccionistas, según la tradición de investigación en la que nos
insertemos (Laudan, 1984).

DEFINICIÓN DE CONCIENCIA
La conciencia es un término bastante complejo, conforme al cual puede comprenderse diversos
aspectos, tal es el caso de que algunos lo ven como la predisposición del sujeto a actuar de
determinada forma, mientras que algunos lo aprecian como una forma de pensamiento o bien de
reflexión conforme a la cual actúa el hombre.

Un concepto más allá, define la conciencia como una forma de entendimiento, o el canal por
medio del cual el sujeto aprehende o conoce lo que se encuentra en el exterior, es decir, que se
conoce como la percepción de lo externo, mientras que, también puede apreciarse como la
concepción o bien el conocimiento de lo interno.

De modo tal, que conforme al concepto anterior, la conciencia puede ser vista como una
predisposición mental o bien como una forma de actuar con total intencionalidad, en todo caso,
para comprender mejor de que trata ello, veremos los tipos de conciencia a continuación.

TIPOS DE CONCIENCIA
La conciencia se clasifica en individual, social, emocional, temporal, psicológica y moral.

Individual
Es considerada por muchos la conciencia primaria, conforme a la cual, el sujeto actúa y responde,
es decir, conforme a la cual el individuo actuará en la vida, ante la dualidad o bien presentación de
las circunstancias y debe de reaccionar o bien debe de actuar, distinguiendo así entre lo bueno y lo
malo.

Bajo tal concepción, se entiende que el sujeto debe de responder o bien de presentar una serie de
conclusiones a las distintas situaciones que se le presentan en la realidad, y actuar conforme a las
mismas, es por ello, que puede considerarse que la misma, es una forma de actuar y de
comportarse ante los dilemas y problemas que se le pueden plantear un individuo, dependiendo
en gran medida ello de su capacidad de resistir y cambiar las circunstancias a su favor.

Social
Si la conciencia individual alude al sujeto, esta debe de considerarse como aquella que pertenece a
una colectividad o bien a un grupo en general, conforme a la cual este reacciona y actúa, debiendo
en todo caso presentarse como una influencia directa hacia el sujeto.

Es decir, que la conciencia social se constituye como la forma de pensar de un determinado grupo,
o bien como la forma de pensar en colectivo, es decir, que la misma va indicada hacia el modo de
actuar, reaccionar, juzgar o bien clasificar un conjunto sin igual de personas.
De una forma más concreta, puede decirse que la conciencia social, es el mecanismo de control de
un grupo, acorde al cual, este coacciona indirectamente a un individuo a actuar de determinada
forma.

Entendiendo así, que la misma conciencia social, dicta normas, establece reglas e incluso
parámetros de acción para que la persona deba de reacciones y actuar de determinado modo,
siguiendo así la línea del grupo y logrando la aprobación absoluta del mismo.

Emocional
Algunos tienden a confundirla con la conciencia individual, ya que esta es la que permite por igual
conocer o disuadir entre lo bueno y lo malo, es decir, pudiendo distinguir entre lo correcto y lo
incorrecto.

Es por esta razón que muchos tienden a identificarlo con la inteligencia emocional, esta puede
hallarse presente tanto en un nivel individual como social, es decir, puede presentarse tanto en la
persona como un mecanismo de distinción entre las circunstancias que se le presentan.

Y como una forma de actuar del grupo, para persuadir al sujeto a reaccionar o bien a comportarse
de determinada forma, para lograr así la aprobación del grupo y su admisión en sus patrones de
conducta.

Temporal
Se conoce como conciencia temporal, aquella conforme la cual, el sujeto reacciona ante
determinada situación en un lapso de tiempo en específico.

La percepción de esta como conciencia se corresponde con el hecho de que la persona pueda
reaccionar de una forma común en un determinado momento o bien pueda presentarse como una
modalidad de actuar influenciado ante un acto en específico.

Psicológica
Aquella que se conforma en la mentalidad del individuo y que puede en ocasiones presentarse con
ciertas restricciones, dependiendo de la personalidad del sujeto, es decir, que puede este
compartir su pensar o bien reservárselo y proceder a su actuar simplemente.

De igual forma, esta se haya constituida por una reflexión que la persona hace tanto de su propia
realidad, como de sus actuaciones conforme a las circunstancias que le suceden, pudiendo este
autocriticarse o bien señalar las condiciones que pueden resultar negativas para su vida si sigue
comportándose bajo el mismo patrón.

Tipos de Conciencia Psicológica


La psicología distingue varios tipos de conciencia, veamos:
Conciencia individual: Es la conciencia de uno mismo pero en relación al entorno y
como este lo puede perjudicar o favorecer, estableciéndose criterios de lo que es bueno o
malo en este sentido. Da origen al instinto de supervivencia.

Conciencia social: Es como la anterior pero referida a los miembros de la comunidad,


da como resultado el instinto de protección. Surge en el hombre la cooperación y la
Inteligencia social.

Conciencia temporal o competente: Es una combinación de la conciencia


individual y la social pero proyectada en el tiempo, mirando por el futuro. Es la llamada
Inteligencia racional.

Conciencia emocional o empatía: Aquí entra en juego el deseo de no querer hacer


daño emocional, con lo que se conjuga la conciencia de cómo el entorno, y la forma de
actuar de uno mismo, puede afectar al estado emocional de la comunidad.

Esto da nacimiento a la inteligencia emocional.

Las tres primeras no serían exclusivas del hombre, la cuarta sí, pero no con la misma facilidad y
asiduidad de las otras, es decir, no es una conciencia que todos los hombres tengan bien
despierta. Y si ese tipo de conciencia no lo tenemos todos bien desarrollada ¿qué ven o saben los
que sí la han desarrollado? Es más ¿por qué pensar que esta clasificación es la única posible? ¿Y si
hay un quinto y un sexto tipo de conciencia? Todo esto apunta a la existencia de un conocimiento
sólo propio de los que han despertado a un espacio más amplio de conciencia.

Como expone Ignacio Gómez de Liaño en una entrevista (con motivo de la publicación de su libro
Viajeros hacia la Utopía), ya la Biblia dice que “el que aumenta el conocimiento, aumenta también
el sufrimiento”, no sólo por el esfuerzo que requiere el conocimiento, sino porque el que sabe algo
más que los demás y es consciente de ello, sufre porque los demás no se dan cuenta y ni siquiera
están interesados en ello. Es la soledad a la que apuntaba también Jung en su libro Recuerdos,
sueños, pensamientos, cuando dice “(...) las cosas que a uno le parecen importantes no puede
comunicarlas a los demás (...)”

Pero soledades a parte, parece que esta nueva conciencia toma unos derroteros muy concretos,
coincidiendo con lo que Eckhart Tolle expuso hace pocos meses en el Foro de la Excelencia de
Barcelona, bajo el lema El despertar de la Conciencia. Él habló de la transformación de la
conciencia humana como algo nuevo que ha ocurrido a muy pocas personas en el pasado, y que
ahora se dan las circunstancias favorables para que eso suceda en mucha gente. Exponer sus ideas
sobre esto sería tema para otro artículo, pero si resulta interesante apuntar que la conciencia de la
que él habla se desmarca del acto de pensar, no la identifica con la mente, liberándola de los
condicionamientos del pasado con su carga de recuerdos, y de las fantasías que proyectamos en el
futuro buscando una felicidad que no llega, pues todo ello nos arrebata el momento presente,
único lugar donde puede expresarse esta nueva conciencia libre y creativa.
Moral
Es una norma conforme a la cual, se puede considerar que la persona actúa de una forma
determinada, o bien, esta se abstiene de reaccionar, pensándose con ello, que es un mecanismo
de acuerdo al cual, el sujeto puede pensar que está comportándose de la forma adecuada o bien
incorrecta.

Definición
La Ley es la norma objetiva de la moralidad de los actos. Se llama “ley” a los mandamientos de la
ley de Dios, de la santa madre la Iglesia…, son esas normas externas a nosotros, determinadas por
Dios y concretadas por la Iglesia que nos dicen si un acto es bueno o malo en sí mismo. El hombre
ha de conocer la ley de Dios para así poder juzgar objetivamente la moralidad de sus actos.

Conciencia moral es la norma subjetiva de la moralidad de los actos. Se define la conciencia moral
como: “el juicio de la razón por el que la persona reconoce la cualidad moral de un acto concreto
que piensa hacer, está haciendo o ha hecho”.

Santo Tomás de Aquino define la verdad como “La adecuación del intelecto con la cosa conocida”.
Se dice que una conciencia es recta o está en la verdad cuando lo que su razón le dice está en
consonancia con la ley objetiva dictada por Dios. Dicho con otras palabras más sencillas, se dice
que una conciencia es recta o verdadera cuando lo que ella considera como bueno o como malo,
es considerado como tal por la ley de Dios.

La conciencia moral y ley de Dios


Debido a que el hombre está dotado de inteligencia y libertad y a que hay una ley objetiva dictada
por Dios al hombre, éste tiene la posibilidad y la obligación de conocer la moralidad de sus actos.
La conciencia personal no es la única voz que debe guiar la moralidad de las acciones del hombre,
ya que la voz de la conciencia no es siempre infalible, ni objetivamente es lo supremo; por encima
de la conciencia está la ley de Dios.

Las normas están ahí y el hombre las ve o renuncia a verlas, pero no puede crearlas. Tratar de
convertir la propia conciencia en norma última de moralidad es tanto como querer colocarse en
lugar de Dios. El libro del Génesis nos lo dice claramente: “De cualquier árbol del jardín puedes
comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él,
morirás sin remedio” (Gen 2: 16-17). Así pues, la Sagrada Escritura nos enseña que el hombre no
tiene el poder de determinar lo que es bueno o malo, sino sólo Dios.

El hombre es ciertamente libre, desde el momento que puede comprender y acoger los
mandamientos de Dios, pero esta libertad no es ilimitada. En realidad, la libertad del hombre
encuentra su verdadera y plena realización en la aceptación de la ley de Dios. Dios conoce
perfectamente lo que es bueno para el hombre, y en virtud de su mismo amor se lo propone en
los mandamientos». En consecuencia, no hay una autonomía del hombre frente a Dios. El hombre
descubre dentro de sí una ley que él no se dicta a sí mismo, pero a la cual debe obedecer.
Tipos de Conciencia Moral

 Por razón de su conformidad con la ley de Dios


o Conciencia verdadera: Está en sintonía con el sentido común asumido por el
colectivo social o las normas convincentes. es aquella que convencionalmente es
asumida y aceptada por todos.
o conciencia recta: autenticidad: Es decir con lo que ella cree que es correcto.
o Conciencia recta verdadera: es la verdad personal (rectitud) unida con la verdad
objetiva (sentido común).
o Conciencia recta falsa errónea: No coincide la verdad personal con la verdad
objetiva.
o Conciencia errónea: persona que no coincide la verdad personal con el sentido
común. Lo que cree que es correcto es erróneo.
o Errónea de ignorancia vencible: error superado. cuando lo que hace ver la persona
es la verdad objetiva y la ignorancia se hace visible.
o Errónea de ignorancia invencible: error no superado o descubierto. es cuando no
se le puede hacer ver a la persona el error moral, por tanto cae en conciencia
recta pero errónea.
o Conciencia Viciosa: Persona no sincera consigo misma. Es cociente que lo hace o
va hacer es correcto o incorrecto pero igual comete el acto.
o Conciencia rígida: cumple con todas las reglas de forma rígida por tanto es una
conciencia errónea invencible y correcta (pero falsa).
o Conciencia laxa: Acomoda todo según convenga con sus intereses personales.
o Conciencia Escrupulosa: Es igual a la rígida, concibe el mas mínimo error para
valorarlo por pecaminoso, incorrecto o inmoral, es una conciencia recta (falsa).
Nada puede corregirlo.

 Por razón del Asentimiento o firmeza del juicio que prestamos a lo que la conciencia nos
dicta ésta se divide en:

o Cierta, probable y dudosa, según el grado de seguridad subjetiva que se tenga. Se


dice que una conciencia es cierta cuando juzga con firmeza y sin temor a
equivocarse. Ahora bien, uno puede estar cierto de que algo es pecado o que no lo
es y luego estar objetivamente equivocado. Más abajo explicamos con más detalle
este concepto.
o Perpleja: Se dice que una persona tiene conciencia perpleja cuando en un acto
concreto piensa que comete pecado tanto si actúa como si no actúa. San Alfonso
María de Ligorio nos dice que estos casos se ha de proceder así: “Si puede
suspender la acción, que pregunte; si no, que elija el mal menor. En el caso que no
pueda discernir cuál es el menor mal, elija la parte que quiera, en lo cual no habrá
pecado, pues en tales circunstancias falta la libertad para que haya pecado
formal”.
o Se debe seguir la conciencia cierta; en algunos casos la probable, pero nunca la
dudosa. Cuando uno tiene una seria duda sobre la moralidad de un acto, antes de
obrar hay que salir de la duda. Ejemplo: Si uno tuviera una seria duda de si es
obligatorio ir a Misa el día de la Asunción de la Virgen (15 de agosto), no podría
quedarse tranquilamente en casa y pensar: como no estoy seguro, me quedo
viendo la televisión y no peco. Tendría que salir de la duda preguntando en su
parroquia…, y en el supuesto de no poder salir de la duda, entonces tendría que
hacer lo que considerara más virtuoso.

Formación de la conciencia Moral


Dado que está en juego la propia salvación, el hombre tiene la obligación grave de formar su
conciencia. El Catecismo de la Iglesia católica nos dice que «hay que formar la conciencia y
esclarecer el juicio moral. Una conciencia bien formada es recta y veraz; formula sus juicios según
la razón, conforme al bien verdadero querido por la sabiduría del Creador. La educación de la
conciencia es indispensable a seres humanos sometidos a influencias negativas y tentados por el
pecado a preferir su propio juicio y a rechazar las enseñanzas autorizadas» (Catecismo de la Iglesia
Católica, 1783).

Decía Pío XII, la moral cristiana hay que buscarla «en la ley del Creador impresa en el corazón de
cada uno y en la Revelación, es decir, en el conjunto de las verdades y de los preceptos enseñados
por el Divino Maestro. Todo esto lo ha dejado Jesús Redentor como tesoro moral a la humanidad,
en manos de su Iglesia, de suerte que ésta lo predique a todas las criaturas, lo explique y lo
transmita, de generación en generación, intacto y libre de toda contaminación y error»( Pío XII,
Alocución, 23-III-1952).

Difícilmente podría hablarse de rectitud moral de una persona que desoiga o desprecie el
Magisterio eclesiástico: «el que a vosotros oye, a Mí me oye, y el que a vosotros desprecia, a Mí
me desprecia; y el que me desprecia, desprecia al que me envió» (Lc 10,16). Por tanto, para un
cristiano, sí no hay unión con la Jerarquía -con el Papa y con el Colegio Episcopal en comunión con
el Papa-, no hay posibilidad de unión con Cristo.

Si deseamos formar rectamente nuestra conciencia necesitaremos pues: buscar seriamente a Dios
y pedir la ayuda del Espíritu Santo, ser humildes y sinceros con nosotros mismos, buscar ayuda de
un buen director espiritual, estudiar las enseñanzas que la Iglesia nos brinda a través de sus libros
de moral y reflexionar antes de actuar.

Buscar a Dios seriamente y pedir la ayuda del Espíritu Santo: Él es el camino, la verdad y la vida. Si
le seguimos, podemos estar seguros de no equivocarnos y de encontrar la verdad. Quien intenta
vivir y practicar las virtudes cristianas, Dios le ayuda a formar una conciencia recta.

Ser humildes y sinceros con uno mismo. El que es humilde y sincero no tiene miedo a la verdad y a
reconocer su error. Es la falta de humildad la que intenta justificar una conducta que es de suyo
inmoral; en cambio, el que es humilde reconoce su falta y acude a Dios para pedirle perdón y que
le enseñe el buen camino.
Dado que nosotros no lo podemos saber todo, es bueno buscar la ayuda de aquellos que en
materia de moral se supone han de ser unos “expertos”, dígase de los sacerdotes. Se supone que
ellos han estudiado la Sagrada Escritura y conocen la Tradición y el Magisterio de la Iglesia, lo cual
es necesario para poder tener un conocimiento verdadero de las leyes de Dios.

Es obvio que si la Iglesia es la depositaria e intérprete auténtica de la verdad revelada, un medio


muy importante de nuestra formación será el estudio de los documentos del Magisterio, y de
otros libros con buena doctrina, avalados por la autoridad eclesiástica competente.

Ayuda también a formar la conciencia adquirir el hábito de reflexionar antes de actuar.

Deformación de la conciencia Moral


Del mismo modo que tenemos que buscar la recta formación de la conciencia, debemos también
evitar la deformación de esta.

La deformación de la conciencia se puede producir por:

 Causas personales como por ejemplo la falta de formación, la justificación de los propios
pecados, la falta de lucha.
 Causas sociales, como por ejemplo el relativismo moral que hay en la actualidad.

Ahora bien, en la raíz y en el desarrollo de una conciencia deforme siempre hay una voluntad
torcida.

CONCIENCIA MORAL Y PSICOLÓGICA

Semejanzas:
Desde el punto de vista objetivo los dos tipos de conciencia hacen referencia a que es la manera
en que la persona capta o se da cuenta de lo que le rodea, es decir, que el sujeto percibe lo que
está a su alrededor y en base a esto decide actuar de la manera más acorde a lo que cree que sería
lo correcto.

Los dos tipos de conciencia estudian el comportamiento de la persona, a la vez ambas tienen
como origen los aspectos del ser, y el objeto principal de estos tipos de conciencia es el bien y la
verdad.

Diferencias:
Una de las diferencias es que en la conciencia psicológica, la persona solo es consciente de lo que
está a su alrededor, mientras que la conciencia moral valora cada una de las acciones que la
persona decide llevar a cabo, ya sea estos lícitos e ilícitos y es capaz de reconocer personalmente
la responsabilidad de la acción a tomar.

La conciencia psicológica es un conocimiento, que se forma por medio de las enseñanzas y/o
experiencias vividas, en cambio la conciencia moral es un juicio de valor, al que podemos llegar en
base a los conocimientos que tenemos, y esto nos permite distinguir entre lo bueno y lo malo.
La conciencia moral tiene una definición muy antigua y que es usada en forma muy general. "Es el
juicio inmediato y práctico sobre el carácter moral de nuestras acciones". Este hecho de ser un
juicio inmediato de la experiencia es lo que constituye la médula de la Etica.

ULTIMAS INVESTIGACIONES

Últimamente ha sido estudiada la Ketamina, anestésico disociador que separa la mente del cuerpo
y produce un estado de conciencia alterado.

Este anestésico fue usado en la 2 da. Guerra Mundial y los pacientes referían haber estado fuera
del cuerpo en el caso operatorio. La ketamina produce imágenes del túnel y el encuentro con
seres superiores o familiares ya muertos. En el cerebro se ha descubierto un equivalente natural
de la ketamina que se libera en momentos de stress límites, cercanos a la muerte, esto aun se
mantiene en investigación. Los detractores explican que esto contradice la experiencia
transpersonal. Los transpersonales explican que la falta de oxigeno cerebral del anestésico, iguala
la experiencia de muerte y abre la puerta transdimencional para que la transición sea menos
traumática.

El Dr. Persinger en Canadá, en investigaciones recientes ha encontrado, con una cámara acústica
que explora los hemisferios cerebrales, que al estimular ciertas zonas del hemisferio derecho con
electrodos especiales, la persona percibía vibraciones, túneles, una luz blanca mucha paz y
serenidad, algunas percibían seres superiores y familiares ya muertos, presentes.

Sus primeros deducciones fueron, que el hemisferio derecho es un cerebro sensibilizado para Dios
y en otras investigaciones del mismo grupo encontraron que el 80% de sujetos investigados habían
tenido alguna suerte de experiencia sensorial. EL D. Jorge Carbajal de Colombia ha precisado el
mismo porcentaje de 80 %.

El conocimiento del mundo espiritual es algo que hay que entender del mismo modo que un
concepto de geometría o matemáticas puras, cuya verdad no es compatible sino en el papel. Un
ejemplo es la existencia de la 4ta. Dimensión, comprobada en el mundo matemático pero no en el
mundo físico. Conocimientos que ya forman parte del curriculum en las Universidades peruanas,
en el área de Matemáticas puras, Ingeniería electrónica, físico teórico, etc.

Todo descansa sobre la conciencia, es el primer fundamento de nuestro espíritu que permite
“darse cuenta” y prestar atención.

James Austin, neurólogo Norteamericano, después de experiencias místicas, exploro el


apuntalamiento neurológico de la experiencia espiritual y mística.

Se llamó la neuroteologia, logró localizar en investigaciones de imágenes de Spect y fotografiar


experiencias de carácter místico, el exploro el apuntalamiento neurológico de la experiencia
espiritual.
En neuroteologia, los sociólogos y neuro siquiatras tratan de indicar con precisión que regiones se
encienden y cuales se apagan durante experiencias que parecen existir fuera de tiempo y del
espacio. Las experiencias espirituales son tan consistentes a través de las culturas, através del
tiempo y através de la fé que sugieren un núcleo común que es probablemente un reflejo de
estructuras de procesos en el cerebro humano.

Las imágenes de SPCT es lo más cercano que los científicos han llegado para tomar una foto de
una experiencia trascendental. Las encuestas Gallup en la década de los años 90 encontraron que
el 50% de los adultos norteamericanos manifestaron haber tenido un momento repentino de
despertar religioso. En las experiencias místicas el contenido de la mente se desvanece la
conciencia sensorial cae de una manera tal que uno solo queda con pura conciencia.

La ciencia claro está, no trata con lo material, a pesar que algunos aspectos de la física moderna se
acercan bastante. Lo máximo que los neuro teólogos pueden hacer es correlacionar algunas
experiencias con cierta actividad del cerebro incluso así mismo; que son sólo sus circuitos
cerebrales actuando.

Un simil del hombre “dormido” de Gurjieff es el vestido burka que usan las mujeres musulanas,
perciben un mundo de sombras, se dan muchos casos de estas mujeres atropelladas y muertas por
este limite de la visión. Terminaré con un pensamiento de oriente al que siempre me refiero en lo
referente a la conciencia:

La conciencia duerme en la piedra Sueña en la planta

Despierta en el animal

Y sabe que esta despierta en el hombre


CONCLUSIONES

 La conciencia es una parte fundamental en la vida de una persona, ya que permite


comprender Qué clase de persona se es. Entonces, la conciencia moral tiene un punto de
vista interno y otro externo que depende de aquel.
 En el sentido interior, es la posibilidad de elegir con base en un código ético el camino o
acción a seguir. Esa elección se basa también en conocer que cada acción tiene su
consecuencia y que, como tal, el ser humano es responsable.
 Esa interioridad también permite evaluar los pensamientos, los actos, los hábitos y el
modo de vida; por supuesto que en esta evaluación aparecen los juicios de valor.
 La conciencia, para ser norma válida del actuar humano tiene que ser recta y cierta, y no
dudosa ni culpablemente errónea.
 Una persona que actúe contra su conciencia, peca; pero también peca por no ajustar
deliberadamente sus dictámenes a la ley de Dios, que es la norma suprema de actuación.
 No se puede apelar a la conciencia para eludir la norma, que quizá por falta de formación
o incluso por mala fe, se desconoce.
 Es cierto que hemos de decidir con nuestra propia conciencia, y también que nadie nos
puede forzar a actuar contra ella, pero no es menos cierto que tenemos el grave deber de
que los dictados de esa conciencia se ajusten a lo que Dios quiera, moralmente hablando,
que es tanto como decir que esté bien formada.
Referencias
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33, Issue 124, in Philosophy. Cambridge University Press. Original: The Royal
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