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Opinión

La pandemia, en tiempo de Semana Santa, es un desafío para muchos de nosotros ya


que este problema de mucha gravedad porque afecta muestra salud Ante la alarma por
el coronavirus, la otra Cuaresma, el Papa ha hecho un llamamiento a los obispos de todo
el mundo para que "alienten a los fieles a vivir este momento difícil con la fuerza de la
fe, la certeza de la esperanza y el fervor de la caridad".

El coronavirus también se ha convertido en una cuestión religiosa, espiritual. Dolor,


pena, duda, ira. Como creyente hay que soportar que algo así sea posible incluso como
parte de la creación de Dios.

Esta situación ha generado un temor creciente en la población; no obstante, hay que


pensar que estos resguardos son excepcionales, pues nos enfrentamos a una pandemia
que nos invita a ser solidarios y conectarnos con el mundo, acatando con
responsabilidad y de buena fe las recomendaciones de las autoridades civiles.

Estas medidas influyen directamente a los sacerdotes y fieles, pero se ha indicado


que la aceptación de estas indicaciones tiene como objetivo contribuir a la protección
de la salud pública, siendo un bien superior para la comunidad toda, estando cerca la
celebración de Semana Santa que este año probablemente se vivirá de una forma
diferente, pero sin perder su valor e importancia de salvación y salud para los
cristianos en comunidad.

Conclusión:

Debemos llevar esta cuarentena con fe y esperanza en dios y de nuestra familia "La
Cuaresma recuerda los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto, sometido a las
tentaciones. En el fondo, la epidemia del coronavirus nos ha llevado a todos al
desierto"

“Este periodo nos invita a saber compartir con el otro, como lo es un familiar, y el
poder entrar en su corazón y abrir mi corazón. Comunicarnos es algo tan esencial para
la realización trascendente del hombre que, sin esta apertura y relación abiertas a la
comunicación, nos estábamos encerrando, esclavizando en lo inmediato, en lo más
ordinario y superficial, en lo no trascendente, en lo puramente material, en el solo
hacer, pero no en el ser y, tristemente, en muchos casos de familias hasta hedonista y
viciadas”.

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