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COMUNICACIÓN ESCRITA Y PROCESO LECTOR I

Resumen Juegos Olimpicos

Mena Bermúdez Liliana Andrea


Estudiante

Cancino Escobar Elvira


Docente

CORPORACION UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS


ADMINISTRACION EN SALUD OCUPACIONAL
SEMESTRE I
ID
389172

Guaduas, 7 de mayo de 2017


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Juegos Olímpicos y Copa del Mundo

Terrenos de juego de un neoliberalismo de choque

Resumen.

El Comité Olímpico Internacional (CIO) y la FIFA, son organizaciones encargadas


mundialmente de realizar y comercializar productos principalmente de
entretenimiento (juegos). Estas organizaciones se han convertido en legitimas
sociedades financieras, las cuales no cuentan con ningún control sobre su estados
y movimientos financieros.

De lo anterior se puede evidenciar y con sucesos verídicos, la corrupción y la


falta de optimización fiscal para estos entes del entretenimiento, de igual forma se
puede establecer que son organizaciones donde se ve reflejado la violación del
derecho laboral, el desplazamiento de poblaciones faltas de recursos para realizar
es esos sitios construcción de infraestructura los cuales a menudo son inútiles.
Todo esto con un solo propósito, la búsqueda principalmente del beneficio de
estas organizaciones financieras y de sus patrocinadores, entre los aplausos y
aclamaciones del público en los estadios.

No obstante, la FIFA ha estado implicada en varios escándalos de corrupción,


de falsedad y de malversación de fondos. Su presidente desde 1998, Sepp Blatter,
ha sido acusado por periodistas y ex colaboradores. Una investigación judicial
suiza sobre la empresa ISL, encargada del marketing de la FIFA, ha dado pie a
varias inculpaciones. También ha obligado al ex presidente de la organización,
João Havelange, y a su yerno, Ricardo Teixeira, presidente de la federación
brasileña y del comité organizador del Mundial 2014, a dimitir de sus funciones. La
atribución de la organización de las Copas del Mundo de 2018 y 2022 a Rusia y a
Catar, respectivamente, es objeto de acusaciones de corrupción y de conflictos
internos que han forzado la dimisión de varios miembros del comité ejecutivo. Pero
la FIFA ha podido lavar sus trapos sucios en familia: las autoridades suizas han
constatado que a raíz de los privilegios y del estatuto especial otorgado a la
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organización, ya no disponen de medios jurídicos para perseguir a sus dirigentes


acusados de corrupción y de tráfico de influencias. Jérôme Valcke, secretario
general de la FIFA, explicaba ingenuamente “voy a decir un dislate, pero a veces
es preferible un menor grado de democracia para organizar una Copa del Mundo.
Cuando se tiene a un hombre fuerte a la cabeza del Estado capaz de decidir (…),
resulta más fácil para nosotros los organizadores.”

El despilfarro y descontrol mediático que ha realizado la FIFA, ha llevado a que


se genere en la economía de muchos países un detrimento económico y un
resultado positivo como finales beneficiarios a esta organización y sus
patrocinadores.

Si los excesos presupuestarios que ha supuesto la organización de los JO de


Sotchi, que suscitan fuertes sospechas de corrupción, están hoy en boca de todos,
los desbordamientos masivos de los presupuestos son de hecho la norma en los
grandes eventos deportivos. Así, el presupuesto de la Copa del Mundo en
Sudáfrica pasó de 240 a 4100 millones de euros, lo que equivale a un aumento del
¡1709 %! Al mismo tiempo, la FIFA ha podido repatriar tranquilamente a Suiza
varios millones de beneficios libres de impuestos. El incumplimiento del
presupuesto de los JO de Atenas en 2004 contribuyó a la crisis financiera que
experimentó después Grecia/2.

En cuanto a los frutos económicos para los países anfitriones, nunca se


evalúan realmente de forma precisa. Un economista ha cifrado en 24 000 millones
de euros –tres veces más de lo previsto inicialmente– el presupuesto de los JO de
Londres (incluidas las infraestructuras no deportivas), y en tan solo 6 o 7 mil
millones los efectos positivos (el gobierno británico avanza por su parte la cifra de
17 000 millones), todo ello en un periodo de draconiana austeridad presupuestaria.
Para el Mundial de 2014 en Brasil, la inversión total asciende al parecer a 18 000
millones de dólares, en un 95 % de fuentes públicas, a cambio de unos ingresos
fiscales del orden de 6 000 millones. Para los JO de invierno en Sotchi, Rusia
habrá gastado, según estimaciones, entre ¡17 y 36 mil millones de euros! Es cierto
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que los grandes eventos deportivos comportan aparentemente toda una serie de
ventajas económicas indirectas e intangibles, pero parecen bastante dudosas a la
vista de las sumas invertidas.

¿Por qué, en estas condiciones, los dirigentes políticos están ansiosos de presidir
la organización de grandes eventos deportivos? Por razones de prestigio, de
cohesión nacional y de legitimación de su poder, sin duda. El “producto” es
atractivo y popular. Pero también lo hacen en nombre de una determinada
concepción del desarrollo. A veces, los representantes elegidos parecen no tener
otra visión económica que la esperanza de atraer la atención de las fuerzas
inmateriales de la globalización (a los inversores, los capitales, los turistas, el
“talento” …) en el marco de la competencia entre ciudades de “categoría mundial”.
Los eventos deportivos sirven entonces de pretexto para vastas operaciones de
renovación y de construcción de infraestructuras que a menudo se asemejan a
una verdadera limpieza urbana, de la que invariablemente son víctimas las capas
más pobres de la población.

La “renovación” de las ciudades implica sobre todo un proceso de privatización


y de segregación espacial destinada a perdurar mucho más allá del evento en sí.
Proliferan los grandes proyectos inútiles: equipamientos que dejan de utilizarse
después del evento o que permanecen crónicamente subutilizados, tanto si se
trata de equipamientos deportivos como de infraestructuras de transporte, como el
aeropuerto de Durban o el tren de alta velocidad de Johanesburgo, construidos
con ocasión del Mundial de 2010. Por supuesto, los países anfitriones prometen
ahora organizar los eventos deportivos más “verdes” de la historia. Una pretensión
que a veces ha podido traducirse en la concepción de determinados
equipamientos “ejemplares” desde el punto de vista ecológico, pero que parecen
poco convincentes teniendo en cuenta su impacto global y las modalidades de
consumo.

De lo anterior y a mi modo de ver las cosas, pienso que todo es una mafia si se
puede llamar así, ya que todos buscan un bien propio, es decir, la FIFA y sus
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patrocinadores como McDonald’s, Coca-Cola un enriquecimiento a costilla del


sufrimiento y escases de los más desamparados y los gobiernos un
reconocimiento de su poder y fuerza para impulsar este tipo de actividades
mundiales, sin detenerse a pasar que detrás de todos esos “cambios” y
festividades deportivas hay unos intereses lucrativos no compartidos con los más
necesitados y se obtiene como resultado de toda esta conmoción mundial de
deportes, muertes, desplazamientos, desempleo y hasta felicidad momentánea
pero que después se convierte en una cruel realidad.
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Referencias

Aulas Virtuales Uniminuto. Recuperado de:


http://aulas.uniminuto.edu/distancia/pregrado/course/view.php?id=3729

Bastamag.net. recuperado de: https://www.bastamag.net/Derriere-les-Jeux-


olympiques-et

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