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Universidad Autonoma De Santo

Domingo
(UASD)

FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS

Asignatura:
Interpretacion Constitucional

Sección:
San Pedro

Tema :
Interprestacion Constitucional

Sustentado:
Lic. Leonardo Madera

Facilitadora:
Lic. Edward Moya

Santo Domingo, D. N.
3/02/2019

INTRODUCCION

La norma constitucional, si bien no parece exigir un método de


interpretación diferente del que se aplica al resto de las normas del
ordenamiento jurídico, sí muestra especiales características que la
singularizan y distinguen. De este modo, puede afirmarse que la
especificidad que ofrece la interpretación de la norma constitucional no está
en el método, sino en el objeto, y ello, tanto por su carácter abierto, lo que
se traduce en una mayor presencia en la misma de valores, principios y
conceptos jurídicos indeterminados como por su carácter eminentemente
político.

Por otro la este trabajo vamos a abordar ideas generales sobre interpretación
en el sentido amplio, así como su tres principales teorías, tomando como
punto de partida las ideas de Riccardo Guastini, posteriormente, donde
pueden ver los principales métodos de interpretación utilizados para
desentrañar el sentido de la norma, donde realizando algunas reflexiones en
torno a su aplicación, luego, con un análisis de los argumentos
interpretativos que se utilizan para resolver casos concretos, identificando la
forma del razonamiento perteneciente a cada uno de ellos; también algunas
ideas sobre la interpretación conforme, entendiéndola como una
consecuencia de la apertura del texto constitucional. 
LA INTERPRETACIÓN CONSTITUCIÓN

La interpretación de la Constitución y, con ella de las teorías de la


interpretación de la Constitución constituye hoy uno de los temas centrales
del Derecho, el Derecho Constitucional, hasta el punto que en las últimas
décadas ha alcanzado un notable éxito entre los “filósofos del Derecho con
vocación de constitucionalistas o de constitucionalistas con vocación de del
Derecho.

Para Riccardo Guastini, la interpretación se emplea para referirse a la


atribución  del significado a una formulación normativa en presencia de
dudas o controversias en torno a su campo de aplicación.

En la anterior definición nos lleva a considerar que únicamente puede


producirse una interpretación judicial cuando el texto de la norma que será
objeto de interpretación es oscuro, discutible o se tenga alguna duda sobre
su aplicación, siendo importante destacar que cuando el texto jurídico es
claro y no queda duda sobre su contenido no puede ocurrir la
interpretación, pues la oscuridad o controversia sobre la norma son
requisitos necesarios para poder atribuir significados mediante la
interpretación.

La interpretación se emplea para referirse a cualquier atribución de


significado a una formulación normativa, independientemente de dudas o
controversias. Desde esta concepción cualquier texto o norma jurídica
requiere una interpretación, sin importar si su contenido es claro u oscuro,
pues el significado de la norma fácil de interpretar, es el resultado del
proceso interpretativo, que se considera como un presupuesto necesario
para la aplicación del derecho.
 
En ese mismo sentido Riccardo Guastini distingue tres teorías sobre la
interpretación: una teoría “cognitiva” o formalista, una teoría “escéptica”
y una teoría intermedia. Estas teorías representan un particular modo de
entender a la interpretación, debido a sus diversas concepciones del
concepto.
 

 Teoría “cognitiva” o formalista.


 
Como su nombre lo indica, esta teoría sostiene que la interpretación es una
actividad cognoscitiva, por lo que interpretar es verificar de manera
empírica el significado de la norma jurídica y la intención de su autor; parte
de la idea de que el sistema jurídico de un Estado es completamente
coherente y no tiene lagunas o antinomias, por lo que no hay espacio para la
discrecionalidad judicial.
 

 Teoría escéptica.
 
La Teoría escéptica de interpretación sostiene que la interpretación es una
actividad no de conocimiento, sino de valoración y de decisión. Esta teoría
se funda sobre la opinión de que no existe algo así como el significado
propio de las palabras, ya que toda palabra puede tener, o el significado que
le ha incorporado el eminente, o el que incorpora el que la usa, y la
coincidencia entre uno y otro no está garantizada.
 
Reconoce la existencia de lagunas y antinomias en el sistema jurídico, por lo
que los jueces tienen la función de crear “nuevo Derecho”, tal y como lo
hacen los legisladores.
 

 Teoría intermedia.
 
Esta teoría sostiene que la interpretación es una actividad de conocimiento y
una actividad DISCRECIONAL del que interpreta, esto dependerá del texto
normativo que es objeto de la interpretación, parte de la idea de que existen
“casos fáciles” en los que no existe duda o controversia sobre la norma, sin
embargo, también existen “casos difíciles”   entre los que se requiere una
decisión entre al menos dos soluciones alternativas.

 Métodos de Interpretación.
 
Los métodos de interpretación pueden definirse como formas de proceder
para realizar interpretación que permita llegar a una tesis razonable
partiendo de una vertiente específica, sin pretender agotar todo el campo,
diremos que comúnmente se utilizan los siguientes métodos.
     

 Método Gramatical.
 
Este método sigue el significado gramatical de las palabras del texto
normativo, consiste en entender sus expresiones en sentido natural y obvio
que ellas tienen en el lenguaje ordinario, o en el técnico usualmente
utilizado en la respectiva área del conocimiento.

Algunos autores también denominan al método gramatical como método


exegético, por que atribuyen el significado de la norma a partir de su
literalidad.
 
 Método Histórico.
 
En este método se concurre a la historia del texto que será objeto de la
interpretación acudiendo a referencias jurídicas (exposición de motivos,
etapas del proceso legislativo, entre otros) para dotarla de significado. Se
estudian los contextos que influyen para averiguar el sentido de la ley.
 

 Método Teleológico.
 
Para este método de interpretación, se busca de manera preponderante la
finalidad de la norma con la intención de establecer el sentido y alcance de
la misma. Para descubrir la finalidad de la norma, resulta importante
descubrir los objetivos que originaron la creación de la propia norma
jurídica.
 

 Método Sistemático.   
 
La interpretación sistemática es la que se le da a la norma en conjunto con
las demás que conforman el ordenamiento jurídico en el cual aquella está
inserta. Es decir, es aquella que considera a la norma como parte de un
todo, cuyo significado y alcance debe fijarse en función del sistema jurídico
al cual pertenece.
 
Para este método, el sentido de la norma, no sólo está determinado por los
términos en que se expresa, pues necesariamente debe atenderse a la
relación que se da con otras normas, para llegar a una interpretación válida.
 

 Argumentos interpretativos.
 
En el ámbito del Derecho, para motivar una decisión judicial es necesario
proporcionar argumentos y razonamientos que validen de manera certera la
decisión que se ha tomado, ante ello, surgen lo argumentos interpretativos
que buscan justificar la expresión del razonamiento que se ha utilizado para
tomar una decisión. Sin la intención de agotar el tema en estudio, diremos
que los argumentos interpretativos más utilizados son los siguientes:
 

 El argumento por analogía.


 
Para los juristas, este argumento justifica trasladar la solución legalmente
prevista para un caso, a otro caso distinto, no regulado por el ordenamiento
jurídico pero que es semejante al primero.
 
En este argumento los problemas de aplicación se fundamentan en la
existencia de lagunas que necesariamente tienen que ser llenadas por
criterios de semejanza e identidad de razón de los supuestos, comúnmente
se identifica bajo el principio “En donde existe la misma razón, debe existir
igual disposición”.
 

 El argumento a fortiori.
 
Giovanni Tarello explica el argumento a fortiori como un procedimiento
discursivo por el que dada una norma jurídica que predica una obligación u
otra calificación normativa de un sujeto o de una clase de sujetos que se
encuentran en situación tal, que merecen con mayor razón que el primer
sujeto o clase de sujetos, la calificación que la norma dada establece para el
primer sujeto o clase de sujetos.
 

 El argumento a contrario.
 
Este argumento se basa en la idea de que el legislador ha regulado de
manera expresa una hipótesis y sólo a ella, por lo que se rechaza de manera
categórica la aplicación a cualquier otro caso distinto que no fue
contemplado por el legislador.
 
El argumento a coharentia.
 
Este argumento supone la idea de que las disposiciones normativas no son
normas incompatibles entre sí, justificándose mediante la atribución de
significados compatibles que hagan los más coherente posible el precepto
jurídico con el ordenamiento.
 
El argumento psicológico.
 
Mediante este argumento se atribuye a una norma jurídica, el significado
que corresponda con la voluntad del emisor o autor de la misma, es decir,
del concreto legislador que históricamente la redactó.
 
El argumento de la no redundancia.
 
Parte de la idea de que cada norma jurídica es autónoma y tiene un
significado particular, por lo que se rechazan aquellos significados que sean
redundantes o repetitivos en relación a otra disposición normativa.
 
El argumento pragmático
 
Es un argumento consecuencialista que consiste en justificar un significado
a partir de las consecuencias favorables que de él se derivan, o la
inconveniencia de otro significado posible de un enunciado por las
consecuencias desfavorables que de él se derivan.
 

El método de ponderación
La ponderación podría ser considera como una técnica para resolver
conflictos de derechos fundamentales. Los jueces tendrían la facultad para
poder determinar en un caso concreto, cuál es el derecho fundamental que
debería prevalecer en una hipótesis de conflicto por intermedio de la
ponderación de principios. El método de ponderación permitiría avanzar en
la construcción de derechos fundamentales como principios. La ponderación
–señala Robert Alexy, que es objeto del tercer subprincipio del principio de
proporcionalidad -en sentido estricto- , que trata de la optimización relativa
a las posibilidades jurídicas. El objeto de los dos primeros subprincipios
(idoneidad y necesidad) –del principio de proporcionalidad-, es la
optimización relativa de las posibilidades fácticas. Lo que se trata de evitar
frente a una situación fáctica de conflicto, son los costos que pueden recaer
sobre los derechos fundamentales y los fines del legislador. La ponderación
se realiza por intermedio de la llamada “optimalidad de Pareto”. La ley de
ponderación –señala Robert Alex, puede sintetizarse en la siguiente regla:
“cuanto mayor sea el grado de no satisfacción o restricción de un principio,
tanto mayor tiene que ser la importancia de la satisfacción del otro”. La ley
de ponderación se divide en tres etapas: 1) determinar el grado de no
satisfacción o restricción de un principio, 2) determinar la importancia de la
satisfacción del principio contrario y 3) determinar si la importancia del
principio contrario, justifica la no satisfacción o restricción del otro
principio. Los tres etapas implicarían “juicios racionales”: primero la
intensidad, luego la importancia de las razones que justifican la
interferencia y tercero la relación entre ambas. Sin la realización de estos
juicios -señala Robert Alex, las críticas de Habermas y Schlink (autores
que consideran irracional el método de la ponderación) serían correctas. Lo
que trata de demostrar Robert Alex, es la posibilidad de efectuar juicios
racionales donde el juez pueda determinar el grado de importancia del
derecho fundamental que debe optimizarse. Robert Alex pone como ejemplo
un fallo del Tribunal Constitucional de la República Federal Alemana
(BVerfGE 95, 173) sobre advertencias a la salud. El Tribunal catalogó a la
obligación de los productores de tabaco de poner en sus productos
advertencias sobre el peligro para la salud que implica fumar, como
interferencia relativamente leve en la libertad de profesión. Por el contrario
una prohibición total de cualquier tipo de productos de tabaco debería
contar como una interferencia grave. En el medio de casos de esta índole,
leves y graves, pueden ser encontrados casos en los cuales la intensidad de
interferencia es media. De esta manera surge una escala con los grados
“leve”, “medio” y “grave””. El ejemplo –señala Robert Alex, que la muestra
que la intensidad de la interferencia puede ser determinada con la ayuda de
esta escala.

En oposición a la ponderación, está la teoría de las normas que construye


sobre reglas y desde la cual la aplicación de los derechos fundamentales
como reglas no requiere ponderación. El rechazo de la ponderación de
principios puede ser interpretado desde una posición positivista y no
positivista. Desde la posición positivista Enrst Forsthoff (1976), considera
que toda pregunta relacionada con los derechos fundamentales debe ser
solucionada a través de los cánones tradicionales de la interpretación (letra,
voluntad legislativa y relación sistemática). Desde la postura no positivista
se encuentra Ronald Dworkin, quien sostiene que la aplicación de los
derechos fundamentales, no se trata de la ponderación, sino de las
diferentes cuestiones que exige la moral. Sería una especie de construcción
de tipo especial de regla. Algunas de las críticas efectuadas hacia el método
de ponderación, están dirigidos a sostener que es “irracional” por la falta de
criterios racionales y objetivos que puedan determinar órdenes jerárquicos.
En definitiva es el juzgador quien efectúa la ponderación. Sin embargo
Robert Alex, sostiene, que si la ponderación fuera necesariamente
irracional, debería ser rechazada junto con los principios que rigen las
normas por adolecer de la misma irracionalidad.

El argumento por el absurdo.


 
Este argumento consiste en rechazar el significado de una interpretación
por las consecuencias absurdas a las que conduce estableciendo un
parámetro que permite explicar el por qué son absurdas las consecuencias
del significado que es rechazado.
 
La interpretación conforme.
 
La Reforma Constitucional de junio de dos mil once en materia de Derechos
Humanos y juicio de amparo, incorporó a nuestro texto fundamental, lo que
autores como José Luis Caballero Ochoa, han denominado la “ Cláusula de
Interpretación Conforme”, de la cual se desprende que las normas relativas a
los Derechos Humanos se interpretarán de conformidad con la Constitución
Federal y con los Tratados Internacionales. Esto no es nada menor, pues la
trascendencia e implicaciones que conlleva la interpretación conforme,
implican el establecimiento de un parámetro de control  que tenga sustento
en los Principios contenidos en la Constitución y en los Tratados
Internacionales.
 
La interpretación conforme establecida en la Constitución, se ve reforzada
con el denominado Principio Pro Persona, el cual debe considerarse como
otro principio hermenéutico de interpretación, que es propio del Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, cuya función es ajustar la
dirección en el resultado de la interpretación, es decir, preferir la
interpretación que más favorezca a la persona y que menos perjuicios le
cause.
 
Conviene señalar en este apartado, que la Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, en la Tesis: determinó que el principio de
interpretación conforme, se ve reforzado por el principio Pro Persona,
contenido en el artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, el cual obliga a maximizar la interpretación conforme en
aquellos escenarios en los cuales, dicha interpretación permita la efectividad
de los derechos fundamentales de las personas.
En ese sentido, la cláusula de interpretación conforme, reconoce la
relevancia constitucional de los tratados sobre Derechos Humanos, y al
mismo tiempo, una integración que posibilite la conformación del contenido
de las normas constitucionales en la materia, partiendo de la base de que
todos los derechos ostentan un contenido constitucional mínimo,
susceptible de protección judicial.
 
La jurisprudencia internacional como interpretación del derecho.
 
La Jurisprudencia puede definirse como una fuente del derecho derivada de
la interpretación constitucional y legal que, con fuerza obligatoria, crean
determinados órganos jurisdiccionales al resolver los asuntos sometidos a
su conocimiento, con el propósito de fijar el correcto sentido y alcance de las
normas jurídicas, y adecuar su contenido a la dinámica de la vida en
sociedad.
 
En ese sentido, la Jurisprudencia sustentada por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos constituyen verdaderas fuentes de interpretación del
derecho, las cuales podemos invocar y utilizar en los sistemas internos como
consecuencia de la expansión de contenido de las normas de Derechos
Humanos, aunado a ello, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha
reconocido que la fuerza vinculante de la jurisprudencia interamericana se
desprende del propio mandato establecido en el artículo 1o. constitucional,
pues el principio pro persona obliga a los jueces nacionales a resolver cada
caso atendiendo a la interpretación más favorable a la persona.
 
La propia Corte Interamericana de Derechos Humanos ha sostenido en
reiteradas ocasiones que ésta es la última intérprete de la Convención
Americana de Derechos Humanos, realizando un especial énfasis en que
debe existir una armonización entre las normas internas y la Convención
Americana, tales consideraciones las podemos observar en el párrafo 193 de
la sentencia deducida del Caso Gelman contra Uruguay, el cual, para un
mejor entendimiento, resulta conveniente transcribir:
 
Cuando un Estado es Parte de un tratado internacional como la
Convención Americana, todos sus órganos, incluidos sus jueces, están
sometidos a aquél, lo cual les obliga a velar por que los efectos de las
disposiciones de la Convención no se vean mermados por la aplicación
de normas contrarias a su objeto y fin, por lo que los jueces y órganos
vinculados a la administración de justicia en todos los niveles están en
la obligación de ejercer ex officio un "control de convencionalidad" entre
las normas internas y la Convención Americana, evidentemente en el
marco de sus respectivas competencias y de las regulaciones
procesales correspondientes y en esta tarea, deben tener en cuenta no
solamente el tratado, sino también la interpretación que del
mismo ha hecho la Corte Interamericana, intérprete última de la
Convención Americana.
 
En ese sentido, la jurisprudencia sustentada por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos constituye verdaderos estándares internacionales para
dotar de efectividad y eficacia el sistema jurídico en que se aplica, siendo
imprescindible su conocimiento y constante actualización.  
 
La interpretación de los Tratados Internacionales.

Así también, es necesario reconocer la importancia cada vez mayor de los


Tratados Internacionales como fuente del derecho interno, como
consecuencia de la apertura hacia un nuevo modelo constitucional en el que
se otorga un mayor privilegio a la protección a los Derechos Humanos, es
por esa razón, que resulta imprescindible, el conocer de qué manera se
interpretan los tratados internacionales, para dotarlos de efectividad.

En ese orden de ideas, y para entender la manera en que se deben


interpretar los Tratados Internacionales, resulta necesario tomar en
consideración la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados,
llevada a cabo en la ciudad de Viena el tres de mayo de mil novecientos
sesenta y nueve, cuyo objetivo principal fue el crear las condiciones
necesarias para mantener el respeto y cumplimiento a las obligaciones
emanadas de los tratados internacionales, estableciendo reglas específicas
sobre la celebración, aplicación, observación, interpretación, modificación,
nulidad y suspensión de los tratados internacionales.

En relación a la interpretación de los tratados, la Convención de Viena sobre


el Derecho de los Tratados, en la parte III denominada OBSERVANCIA,
APLICACIÓN E INTERPRETACIÓN DE LOS TRATADOS, establece en su
artículo 31 la regla general de interpretación de los tratados la cual consiste
en que un tratado deberá interpretarse de buena fe conforme al sentido
corriente que haya de atribuirse a los términos del tratado en el contexto de
éstos y teniendo en cuenta su objeto y fin; además del texto, también se
debe atender al contexto del tratado, debiéndose tomar en cuenta su
preámbulo y sus anexos, así como los acuerdos que se refieran al tratado,
que hayan sido concertados por las partes con motivo de la celebración del
tratado, así como los acuerdos y prácticas ulteriores entre las partes en
relación a la interpretación del tratado.

Por la importancia del tema antes mencionado, se considera relevante citar


el contenido del artículo 31 de la Convención de Viena sobre el Derecho de
los Tratados, el cual, dispone:
 
“31. Regla general de interpretación.
 
I. Un tratado deberá interpretarse de buena fe conforme al sentido
corriente que haya de atribuirse a los términos del tratado en el
contexto de estos y teniendo en cuenta su objeto y fin.
 
2. Para los efectos de la interpretación de un tratado. El contexto
comprenderá, además del texto, incluidos su preámbulo y anexos:
 
a)     todo acuerdo que se refiera al tratado y haya sido
concertado entre todas las partes con motivo de la celebración
del tratado:
 
b)     todo instrumento formulado por una o más partes con
motivo de la celebración del tratado y aceptado por las demás
como instrumento referente al tratado;
 
3. Juntamente con el contexto, habrá de tenerse en cuenta:
 
a)     todo acuerdo ulterior entre las partes acerca de la
interpretación del tratado o de la aplicación de sus
disposiciones:
 
b)     toda práctica ulteriormente seguida en la aplicación del
tratado por la cual conste el acuerdo de las partes acerca de
la interpretación del tratado:
 
c)     toda forma pertinente de derecho internacional
aplicable en las relaciones entre las partes.
 
4. Se dará a un término un sentido especial si consta que tal fue la
intención de las partes”
 
Conviene precisar en este apartado, que la propia Convención de Viena
sobre el Derecho de los Tratados, establece medios de interpretación
complementarios para determinar el sentido del Tratado, cuando la
interpretación realizada deje ambiguo u oscuro el sentido del texto o
conduzca a un resultado manifiestamente absurdo e irrazonable.
 
Las opiniones consultivas de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos como medios de interpretación.

Por otra parte, la Corte Interamericana de Derechos Humanos es un


organismo internacional con una doble función,  por un lado tiene una
función jurisdiccional, cuyo objetivo radica en someter a su jurisdicción
casos contenciosos, y por otro lado, tiene una función consultiva, mediante
la cual, los Estados miembros de la Organización de Estados Americanos,
pueden consultar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos acerca
de la interpretación de la Convención Americana sobre Derechos Humanos o
de otros tratados concernientes a la protección de los Derechos Humanos en
los Estados Americanos.

La mencionada función consultiva de la Corte Interamericana de Derechos


Humanos se encuentra prevista en el artículo 64 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José, Costa Rica), así
como los artículos 70, 71 y 72 del Reglamento de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, en los cuales se establece inclusive la posibilidad de
realizar interpretaciones de leyes internas de los estados miembros de la
Organización de Estados Americanos, para determinar su compatibilidad
con los tratados internacionales.

 
CONCLUSIÓN

De lo anterior podemos advertir que la interpretación judicial resulta un


tema de actualidad que debe ser de interés primordial, resultando útil y
relevante estar actualizados constantemente en este amplio margen de
criterios interpretativos que podemos utilizar para el eficiente desarrollo de
nuestro campo profesional o académico.
 
Así también, se debe colocar en un lugar privilegiado a la interpretación
conforme, pues al estar ubicada a nivel constitucional, se convierte en una
pieza clave para la interpretación de la Constitución y de los Tratados
Internacionales en materia de Derechos Humanos, pues es con base a ella,
que se realizará la identificación del parámetro sobre el cual se definirá la
validez o invalidez de un precepto jurídico, estableciéndose así, un sistema
interpretativo desde una perspectiva de Derechos Humanos.
 
Se recuerda que el objeto de este texto es ofrecer un esquema general para
crear interés sobre temas específicos de interpretación judicial, siendo
pertinente mencionar que cada uno de los temas aludidos en este texto
merece un estudio particular y complejo.
 

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