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Mira más de cerca: anatomía de la

libertad y la imperfección.
En 1999, el director de teatro de origen inglés Sam Mendes, debuta fuertemente al séptimo
arte con American Beauty (Belleza Americana), explorando las peripecias de la vida de una
familia distanciada que reside en los suburbios de Chicago y el desarrollo del último año de
vida que el protagonista Lester Burnham (interpretado magistralmente por Kevin Spacey)
nos anuncia justo al inicio de la película.

La obra se centra en la vida de los Burnham. Los cónyuges Lester y Carolyn, han perdido su
vida marital desde hace años, apresados cada uno por sus propias inseguridades. Ella, una
agente independiente de bienes raíces, siendo materialista y autoritaria, parece haber
tomado las riendas de la familia, volviéndolo un matriarcado, dejando a Lester a un lado y
dejándolo como un perdedor. Él a sus 47 años se encuentra en una crisis de mediana edad
que explota cuando le anuncian un recorte de personal en la empresa de publicidad donde
labora como ejecutivo, un trabajo tedioso y mecánico que evidentemente lo tiene aburrido.
Finalmente, en lugar de salvar su empleo, chantajea a sus superiores y renuncia con un año
de beneficios a cambio de su silencio respecto a malos comportamientos que han tenido sus
jefes y que Lester conoce bien.

Por otra parte, Jane, su única hija, tiene un evidente problema de autoestima. Se considera
poco atractiva y desea fervientemente hacerse una cirugía para aumentarse el busto. Su
amiga Angela Hayes, por otro lado, muestra una total seguridad y enarbola todo el tiempo
su vida sexual.

Los vecinos juegan un papel importante en esta trama, ya que al final de la película sus
historias y personalidades se mezclan inevitablemente. Los Fitts, compuesto por el coronel
Frank y su esposa Barbara, forman un matrimonio totalmente decaído por el evidentemente
excesivo control que ejerce Frank sobre éste, dejando a su esposa emocionalmente vacante.
Ricky, su único hijo, resulta ser el más equilibrado de todos los personajes, emocionalmente.
Él es básicamente narcomenudista, pues vende marihuana a escondidas de su padre.
Gracias a su negocio, se ha hecho de contactos que de una u otra manera ayudan a
mantenerse cubierto de cualquier situación que pudiera tener con su violento y autoritario
padre.

El aspecto visual de la película hace más inteligible la historia. Las actuaciones son lo
suficientemente convincentes y cuidadas, dándole sentido y vida a un guion que no funciona
leído. Conforme avanza la película, vemos que Lester pasa de ser un perdedor, como él
mismo se describe, a tener un control absoluto de su vida, ignorando a su esposa aún
cuando le engaña en su cara. Su obsesión por acostarse con Angela, siendo menor de edad,
lo conduce a las drogas que Ricky le proporciona y al ejercicio, a volver a vivir su juventud
empleándose en un restaurante de hamburguesas y comprándose el coche que siempre
quiso de joven.

Descubrimos que Jane se siente atraída por el extraño Ricky y comienza por primera vez a
ignorar a Angela, lo que al final de la película desemboca una discusión real entre ellas.
Vemos que la vida de su amiga se centra en no ser ordinaria, y buscar a toda costa la
atención del evidentemente obsesionado padre de Jane. Al ser personajes aprisionados por
sus propias inseguridades, a excepción de Ricky, los cambios que experimentan son
realmente creíbles y magistralmente manejados.

Por ejemplo, vemos que el aspecto de Angela pasa de ser cargado (con respecto a su
maquillaje) a una muchacha más natural, sucediendo lo contrario con Jane, quien de
prácticamente no usar maquillaje comienza a verse más arreglada.

Carolyn, sin embargo, por su tendencia a no soportar la frustración, tiene un affaire con
Buddy, “el rey de los bienes inmuebles” y su competencia, pero al ser descubierta
accidentalmente por Lester y Buddy al tener que atender su divorcio, se queda sola
nuevamente. Probablemente, es el personaje que, si evoluciona, lo hace hasta el final,
cuando todo está perdido.

No menos importante es el coronel Fitts, quien también tiene una fuerte obsesión, pero en
este caso, en que Ricky no “se vuelva homosexual”. Bien, se trata de un hombre homofóbico
quien resulta ser un homosexual reprimido. Esto lo entendemos después de que le propina
una golpiza a su hijo por un malentendido generado por espiar el cuarto de Ricky, donde ve
una filmación en la que se aprecia a Lester haciendo ejercicio totalmente desnudo y luego

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por la ventana ve a su hijo con el vecino en una posición incómoda y fácil de
malinterpretarse.

Es entonces cuando la opera prima de Mendes se vuelve interesante. Es cuando vemos que
cada gesto, cada expresión, ademán y línea tiene toda la razón de ser. Con la escena en la
que Frank Fitts golpea a su hijo, vemos en la expresión de Wes Bentley, quien interpreta a
Ricky, entiende de qué se trata finalmente todo el maltrato supuestamente disciplinario de
su padre, quien expulsa de su casa a Ricky, despidiéndose de su madre con una muy
conmovedora línea: “desearía que las circunstancias hubieran sido mejores para ti”. Tratan
Ricky y Jane de escapar, mientras Angela trata de coquetear con Lester.

Parte de la crítica que ha recibido la película, que no resulta muy atinada, es el hecho de que
veamos a un adulto a finales de sus cuarentas fantaseando y coqueteando con una
adolescente menor de edad. Sin embargo, en la coda de la película vemos que parte de la
liberación personal de Lester se basa en querer revivir su juventud (y plenitud), gracias a que
ha tenido la total atención de una bella mujer, aunque muy joven.

Es en la coda precisamente cuando el coronel Fitts, en medio de una tormenta, busca a


Lester. Éste le pregunta por Carolyn, quien se encuentra en camino a casa, gravemente
afectada y con una pistola en mano. El coronel malinterpreta al protagonista, pues éste le
dice que sabe que está con su amante y que no le importa. En un acto de simple bondad,
Lester le pide que se quite la ropa empapada, pero Frank abraza a Lester, quien por cierto se
encuentra con el torso desnudo. Frank le roba un beso a Lester quien, con suma delicadeza,
le dice que entendió mal, dejando totalmente clara la realidad de su vecino.

Mendes nos confunde respecto a la muerte de Lester. Si en conjunto se ve la película


completa, habrá quienes culpen a un personaje o a otro por la muerte de Lester. Sin
embargo, vemos claramente que Carolyn, quien había estado escuchando una cinta de
autosuperación, salió pistola en mano en medio de la lluvia, ensayando lo que le diría a su
marido. Por fin, cuando Angela se retira, vemos a un Lester Burnham realmente feliz, quien
se acerca a ver una hermosa y vieja fotografía familiar. La cámara se mueve suavemente
hacia la pared, y antes de que la cabeza de Lester se salga del cuadro, vemos un arma de
fuego que apunta hacia él, la cual es detonada y vemos la sangre de Lester regada en la
pared.

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“Mira más de cerca” es el punto medular de la película. El uso del tipo de rosa denominado
“Belleza Americana”, y las rosas rojas en general, nos hacen recordar a aquel dicho que reza
“si amas la rosa, debes de amar sus espinas”. El director nos obliga a acercarnos a la belleza
que cada quien posee, sin importar qué tan malo, aprisionado o reprimido pueda resultar o
que solía ser.

Vemos que el Lester libidinoso se convierte en un padre más para Angela, quien le hace ver
que su hija está enamorada, lo cual transforma a Lester en un hombre pleno y feliz,
olvidándose de todo lo ocurrido por un segundo. Angela es ahora una muchacha más fresca,
Jane comienza a aceptarse a sí misma y Carolyn, muy tarde, termina sufriendo por la muerte
de su esposo, a quien en el fondo siempre amó. El coronel, evidentemente, no logra salir de
su prisión, menos ahora que sabemos es el autor de tan horrenda acción cometida en
contra del vecino de la puerta roja.

En el monólogo con el que cierra la película, que deja pensando al espectador


permanentemente, nos habla de la enorme belleza que circunda a nuestro mundo, por muy
insignificante que uno se pueda sentir, que a veces es demasiado y sientes que explotarás,
cerrando con esta impecable y cierta línea: “Yo sé que no saben de lo que hablo, pero
descuiden, un día lo harán”.

Así se termina una controversial obra. Magnánima en muchos aspectos, altamente filosófica
y que abrió las puertas a quien ahora es un cineasta afamado y multipremiado. Nos enseña
a ver la vida en su máximo esplendor, escarbando en lo más profundo de la gente,
criticando la vida engañosa de los suburbios estadounidenses y lo que significa buscar la
libertad de uno mismo.

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