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Posición de La CAR Bucaramanga
Posición de La CAR Bucaramanga
La empresa Canadiense GreyStar ha pedido una licencia para explotar a cielo abierto en el
páramo de Santurbán, localizado en Santander y Norte de Santander, el resultado de ello
sería el impacto ambiental en la zona, ocasionando que la reserva hídrica de estos
departamentos se vea amenazada y por consiguiente las poblaciones aledañas que se
surten de sus aguas. La CAR Bucaramanga está en contra de este proyecto debido a 2
factores clave: los antecedentes negativos de Greystar y el impacto al ecosistema.
La CAR Bucaramanga en Mayo de 2010 impuso una multa por 60 salarios mínimos debido
a las malas prácticas que ejecutó la empresa Greystar, actualmente Eco Oro al infringir
normas ambientales, al no tener permiso de descargas de agua, tampoco contar con el
personal seleccionado ya que no tenían un ingeniero experto en estabilidad de taludes y
desviaron un curso de agua sin permiso. Además, se evidenció que la empresa no está
comprometida con la protección de entorno en el que trabajan.
Con respecto a la demanda de Eco Oro hacia el gobierno Colombiano, Carlos Lozano
Acosta, abogado de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA) dijo:
“Desde el comienzo de Angostura era claro que la Constitución y normas aplicables
protegen los páramos, que el proyecto podría afectar Santurbán y que por ende podría no
ser autorizado. Los Estados no deben ser sancionados por proteger sus fuentes de agua,
cumpliendo las obligaciones nacionales e internacionales.”. Los páramos son fuente del
70% del agua dulce que se consume en Colombia y esenciales para mitigación del cambio
climático.
Por otro lado, según la Asociación Ecológica Costarricense, los autores (Vaughan, Salinas,
Elizondo (1994) dicen que los impactos ambientales causados por la minería a cielo abierto
sólo en su fase de explotación son: Afectación de la superficie terrestre dejando al
descubierto material estéril que puede alterar cursos de aguas, afectación del entorno
general, como la atracción escénica y el ruido; contaminación del aire con vapores o gases
de cianuro, mercurio y dióxido de azufre; afectación de las aguas superficiales por un
inadecuado manejo, almacenamiento o transporte de insumos; afectación de las aguas
subterráneas al ser contaminadas con productos residuales de la obra así como el
descenso de éstas aguas; afectación a los suelos debido al resecamiento, a la inhabilitación
y hundimientos del mismo; impacto sobre la flora al destruir y eliminar la vegetación;
impacto sobre la fauna debido a la contaminación de los recursos como el agua, el aire y el
suelo. En el estudio del ambientalista Orlando Beltrán, se menciona que en Colombia
existen 68 especies de frailejones y 37 de estos están amenazados, afectando la población
con disminución en pesca y agricultura por envenenamiento de aguas. Por último, el
impacto en el microclima y sus cambios, lo que podría provocar una multiplicación de
agentes patógenos en aguas estancadas.
En cuanto a efectos a largo plazo en la salud, al explotar la mina del páramo se liberan
también otros metales pesados que estaban condensados en la montaña, y luego pasarán
a ser absorbidos en el agua que guarda el subsuelo del páramo, lo que cambiará su
comportamiento y le será más difícil la formación y acumulación de materia orgánica, así
como el intercambio de gases con la atmósfera. Por esto cambiarán también los
componentes del agua que llega a Bucaramanga. El acueducto de esta ciudad garantiza la
calidad del agua en la planta de Bosconia, pero si el consumo aumenta, y también el
número de químicos en el agua, el acueducto ya está anunciando que ni el páramo ni la
planta darán abasto con lo que respecta la futura salud de quienes consumen el agua
originaria del páramo.