Está en la página 1de 19

0

:
Dr: Rolando Lineras Prof. Tit.
Dra: Gisela Gómez J.T.P
Dra: Maria Soledad Gonzales Camargo J.T.P
Dr: Julio García J.T.P

La Constitución de 1853-1860, siguiendo las pautas de legitimidad política


propias de su época, no programó una democracia participativa, sino
representativa, Por ello, no enunciaba la totalidad de los derechos políticos
de los habitantes. Muchos eran implícitos, derivados del art. 33 del texto
constitucional, o fueron elaborados por el derecho consuetudinario
constitucional posterior. La reforma constitucional de 1994, adherida a una
visión más actualizada del concepto de democracia (en el sentido de
tornarla más participativa), enunció formalmente una serie de derechos en
los nuevos arts. 36 a 40, partiendo del supuesto de garantizar "el pleno
ejercicio de los derechos políticos, con arreglo al principio de la soberanía
popular y de las leyes que se dicten en consecuencia" (art. 37).

Son anexos a la participación en la vida estatal, como sufragar, elegir


diputados y senadores, presidente y vicepresidente y constituyentes,
formar partidos políticos y a la resistencia a la opresión, así como también
el derecho de iniciativa popular de leyes. Conviene alertar que hay derechos
que llamamos generales, que inciden en cualquier ámbito, como el gremial
y el político (así, el de peticionar a las autoridades, la libertad de expresión,
el de reunión, etcétera). A todo lo dicho corresponde agregar los derechos
emergentes de documentos internacionales con jerarquía constitucional, a
tenor del art. 75, inc. 22, de la Constitución.

1
Así El art. 23 del Pacto de San José de Costa Rica, bajo el título de
derechos políticos, indica: "Todos los ciudadanos deben gozar de los
siguientes derechos y oportunidades: a) de participar en la dirección
de los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes
libremente elegidos; b) de votar y ser elegidos en elecciones
periódicas auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por
voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los
electores, y c) de tener acceso, en condiciones generales de igualdad,
a las funciones públicas de su país". Añade el ine. 2 de este mismo
artículo: "La ley puede reglamentar el ejercicio de los derechos y
oportunidades a que se refiere el inciso anterior, exclusivamente por
razones de edad, nacionalidad, residencia, idioma, instrucción,
capacidad civil o mental, o condena, por juez competente, en proceso
penal".

Este derecho inferido del art. 33 de la Const. nacional (derecho no


enumerado). dentro del marco de la Constitución de 1949, fue negado a los
comunistas extranjeros que residían en el país, "pasibles de expulsión por
sus actividades disolventes", argumentando la Corte que aquel derecho
estaba pensado "para salvaguardia de las libertades argentinas y no para su
aniquilamiento".

La Constitución nacional no menciona expresamente al derecho de


reunión. No obstante, la Corte Suprema ha dicho de él que es un derecho
esencial y primario, tal vez el principal, "pues más que un derecho concreto
y aislado constituye la condición normal para el ejercicio de los demás
derechos en una sociedad organizada según el régimen democrático". La
Corte Suprema ha sostenido que ese derecho tiene su origen en la libertad
individual, de palabra y de asociación, y que nace de la soberanía del pueblo
y de la forma republicana de gobierno, hallándose implícitamente
comprendido en el art. 33, entre los derechos constitucionales no
enumerados. Por su parte, el Pacto de San José de Costa Rica (art. 15)
establece: "Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El
ejercicio de tal derecho sólo puede estar sujeto a las restricciones previstas

2
por la ley, que "sean necesarias en una sociedad democrática, en interés de
la seguridad nacional, de la seguridad o del orden públicos, o para proteger
la salud o la moral públicas o los derechos o libertades de los demás".

Según la Corte Suprema, el ejercicio del derecho de reunión requiere


indispensablemente una causa lícita para el encuentro, pero al respecto, no
pueden ser prohibidas las reuniones en razón de las ideas, opiniones o
doctrinas de sus promotores, sino de los fines por los cuales han sido
convocadas al contrario, pueden ser negadas las que contraríen normas de
la moralidad social, tiendan a suprimir las libertades individuales o
conspiren contra la libertad política.

La libertad de asociación se diferencia de la libertad de reunión en la medida


en que las asociaciones tienen naturaleza permanente o al menos aspiran a
dicha permanencia, en contraste con el carácter accidental de las reuniones.
Las asociaciones generalmente adquieren además algún tipo de estructura
organizativa como nos define la Opinión Consultiva N° 5: “ la libertad de
asociación es el derecho del individuo de unirse con otros en forma
voluntaria y durable para la realización de un fin lícito. Las
asociaciones se caracterizan por su permanencia y estabilidad, el
carácter ideal o espiritual, por oposición al físico o materia, de la
unión, por la estructura más o menos compleja que se desarrolla en el
tiempo y por la tendencia a expandirse y a cobijar el mayor número de
miembros interesados en los fines.”

El art. 14 de la Const. nacional declara el derecho de "asociarse con fines


útiles". El Pacto de San José de Costa Rica, en su art. 16, establece que todas
las personas tienen derecho a asociarse libremente con fines ideológicos,
religiosos, políticos, económicos, laborales, sociales, culturales, deportivos
o de cualquiera otra índole. Añade el inc. 2 que tal derecho sólo puede estar
sujeto a las restricciones previstas por la ley que sean necesarias en una
sociedad democrática, en interés de la seguridad nacional, de la seguridad

3
o del orden público, o para proteger la salud o la moral públicas o los
derechos y libertades de los demás. Como nota particular, el inc. 3 del art.
16 del Pacto agrega que el derecho a asociarse "no impide la imposición de
restricciones legales, y aun la privación del ejercicio del derecho de
asociación, a los miembros de las fuerzas armadas y de la policía". El art. 14
de la Const. nacional, repetimos, señala el derecho de "asociarse con fines
útiles". Es un concepto de contenido general, que se puede plasmar en el
ámbito mercantil pero también en el cultural, religioso, deportivo, político,
etcétera. Lo "útil" es lo que satisfaga ciertos objetivos, y éstos varían de
sujeto a sujeto, por lo cual pueden existir sociedades o asociaciones de la
más diversa índole. El mensaje constitucional es impedir la asociación con
objetivo» contrarios a los principios y valores de la Constitución, o lesivos
a las pautas del art. 19 (es decir, si afectan la moral o el orden público, o
perjudican a terceros). La Corte Suprema de Justicia ha puntualizado que el
derecho de asociación es reglamentable como cualquiera, al no existir en la
Constitución derechos absolutos, Sin embargo, esas normas regulatorias no
pueden establecer requisitos irrazonables, ni la autoridad de aplicación
imponerlos. En "Asociación Lucha por la Identidad Travesti-Transexual"
(sentencia del 21/11/06), la Corte Suprema determinó que el "fin ulil"
requerido por el art. 14 de la Const. nacional se cumplía si la asociación del
caso adoptaba cualquier objetivo, sin recurrir a la violencia, ni ofender el y
la moral pública, ni perjudicar a terceros. Además, no debe propender a
destruir las "cláusulas inmutables" enunciadas en los arts. I° y 33 de la ley
suprema. Por lo demás, juzgó que la lucha contra la discriminación
importaba una empresa de bien común por parte de una asociación y
justificaba concederle personería jurídica. El derecho a constituir, a ingresar
y a retirarse de las asociaciones y sociedades, dentro de pautas razonables
de reglamentación, legitimadas por el mismo art. 14 de la Const. nacional,
cuando menciona las leyes que son aplicables al ejercicio de los derechos
constitucionales. Los tratados de derechos humanos constitucionalizados
por el art. 75, inc. 22, regulan los aspectos relacionados con la libertad de
asociación. Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre
(art. XXII), Declaración Universal de Derechos Humanos, Convención para
la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio (art.III), Pacto

4
Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 22), Convención
Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación
Racial (arts. 2°, 4° y 5°), Convención Americana sobre Derechos Humanos
(Pacto de San José de Costa Rica) (art. 16), Convención sobre la Eliminación
de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (arts. 7° y 14) y
Convención sobre los Derechos del Niño (art. 15).

La CIDH se ha referido en el caso “BAENA RICARDO. “Esta libertad supone


que casa persona pueda determinar sin coacción alguna si desea o no
formar parte de la asociación. Se trata pues del derecho fundamental de
agruparse para la realización común de un fin lícito sin precisiones o
intromisiones que puedan alterar o desnaturalizar su finalidad. -

El derecho al nombre es el derecho de cada persona a cotar con un nombre


que le atribuya identidad jurídica. En este sentido es un derecho
complementario al derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica.
Es importante señalar que por nombre debemos entender no solo el nombre
en sentido común, sino el conjunto de todos los elementos que conforman
normalmente el nombre en un sistema jurídico determinado, como los
apellidos.

El derecho al nombre se trata de una facultad constitucional


sobreentendida o tácita, emergente de los arts. 14 y 33 de la ley suprema. El
Pacto San José de Costa Rica, que puntualiza: "Toda persona tiene derecho
a un nombre propio y a los apellidos de sus padres o al de uno de ellos. La
ley reglamentará la forma de asegurar este derecho para todos, mediante
nombres supuestos, si fuere necesario" (art. 18). El derecho al nombre
presupone la existencia de un derecho constitucional a la identidad. La
CEDH no contiene una norma expresa sobre el derecho al nombre, se ha
referido a la importancia de los nombres a la luz del derecho a la vida
privada y familiar reconociendo al nombre como un medio para la
identificación personal y la vinculación de una familia”

5
La CIDH en el caso ALBARO J. ROBELO G. explica un concepto más bien
político o sociológico de nacionalidad, y lo define de la siguiente manera:
La nacionalidad está relacionada al concepto de nación. El Nacional de un
estado es el individuo que pertenece a un grupo particular y comparte
factores comunes como el origen, historia, idiomas, costumbres y la
conciencia de un destino común, aunque no necesariamente pertenezca al
Estado. La nacionalidad es una lazo cultural e histórico que una a individuo
con la Nación. Existe un elemento de solidaridad racial, política e
institucional que constituye a la Nación. Es el estado propio de la persona
nacida o naturalizada en una Nación.- La Corte Interamericana En Opinión
Consultiva N° 4 define a la nacionalidad, haciéndolo desde un concepto
jurídico del mismo término y lo define: “como el vínculo político que
liga a una persona con un estado determinado por medio del cual se
obliga con el relaciones de lealtad y fidelidad y se hace acreedor a su
protección diplomática… La nacionalidad conforme se acepta
mayoritariamente, sede ser considerada como un estado natural del
ser humano, Tal estado no solo el fundamento mismo de su
capacidad política sino también de parte de su capacidad civil”.

En el ámbito Nacional el Congreso debe regular la naturalización y la


nacionalidad "con sujeción al principio de la nacionalidad natural" (art. 75,
inc. 12), surge para los argentinos nativos el derecho a ser ciudadanos y
nacionales de la República. Otros artículos de la Constitución refieren a los
derechos de los ciudadanos (arts. 8°, 21, etcétera).

Dentro de los derechos Civiles y políticos, este derecho es el más abarcativo


y complejo, como los referentes derechos económicos, sociales y culturales.
En la CEDH solo aparece referencia expresa al derecho a contraer
matrimonio, más no en otros tratados, en la Comisión Europea de D.H lo
abordan desde la Óptica del derecho a la vida privada y familiar, dentro del
derecho autónomo a la protección de la familia.

6
La definición de familia tiene un contenido propio, citando a la Corte
Europea, al misma ha dicho: “ es importante considera el alcance que tiene
el concepto de familia para radicar los deberes y facultades a los que
hacemos referencia. La corte europea de derechos Humanos ha sostenido
en diversas ocasiones que el concepto de vida familiar no esta reducido
únicamente al matrimonio y debe abarcar otros lazos familiares de hecho
done las partes tienen vida en común por fuera del matrimonio.

Con esto se hace referencia al obligación estatal de asegurar medidas que


posibiliten la convivencia entre los familiares, por un lado absteniéndose
de tomar medidas ilegitimas que imposibiliten su vida o dificulten esa
convivencia y por otro tomando medidas positivas para ese fin (crIDH-
OPINIÓN.CONSULTIVA N° 17).

El derecho del hombre y la mujer de formar una familia implica la potestad


inherente y privativa de los padres a decidir el número y esparcimiento de
sus hijos sin que el estado pueda impedírselo, en este sentido la Declaración
para el progreso y el Desarrollo Social establece en su art. 4: “ la familia
como unidad básica de la sociedad y el medio natural para el
desenvolvimiento y bienestar de sus miembros, especialmente los niños y
los jóvenes deben ser ayudada y protegida para que pueda asumir
plenamente sus responsabilidades en la comunidad.” Los padres tienen el
derecho exclusivo a determinar libre y responsablemente el número y
esparcimiento de sus hijos, incluso a fundar una familia y decidir el método
pro el cual desean tener a sus hijos de acuerdo a los avances de la genética
y la ginecología, siempre que estos métodos sean permitidos por la
legislación.-

La corte Europea ha sostenido que el derecho al matrimonio no incluye el


derecho al divorcio, sin embargo no podemos compartir esa posición
porque de acuerdo al principio por homine regla de hermenéutica regente
en el derecho internacional de los derechos humanos, los trabajos
preparatorios no pueden ser utilizados para hacer una interpretación
restrictiva de un derecho consagrado. Asimismo los textos de la CADH,
CEDH y PIDCP, se desprende la institución de una verdadera libertad de

7
matrimonio, por l que consideramos que al matrimonio se deben aplicar
reglas generales aplicables a las libertades fundamentales.

La CADH reconoce el derecho al matrimonio solo en parejas de sexos


opuestos, sin embargo la Carta de Derechos Fundamentales de la
comunidad Europea en su art. 9 omite hacer esa especificación,
probablemente como ha dicho al Corte Europea debe ser acorde a la
necesidades actuales. Con relación al reconocimiento del derecho al
matrimonio de personas transexuales con otras de su mismo sexo biológico
no hay disposición expresa en ninguno de los tratados de DIDH que diga
que parámetros deben evaluarse para considerar a una persona como
hombre o mujer, sin embargo el principio de desarrollo progresivo de los
derechos humanos plantea la duda de que si ante las condiciones actuales
deben ser evaluados otros tipos de elementos y no el natural. La Corte
Europea sostuvo por mucho tiempo que negar este tipo de matrimonio no
es violatorio de los derechos humanos, y recientemente se ha decidido
cambiar el sentido de sus jurisprudencias y determinar que es una
obligación estatal el conceder a las personas en esa situación el derecho al
matrimonio.

En cuanto a la edad mínima para contraer matrimonio, no se establece una,


la DUDH habla de edad núbil. Sin embargo al Recomendación sobre el
Consentimiento para el Matrimonio, la edad mínima para contraer
matrimonio y el Registro de los matrimonios si establece en su principio II
una edad mínima de años, antes de la cual nadie deberá contraer
matrimonio, salvo que la autoridad competente por causas justificadas y de
interés de los contrayentes dispense del requisito de la edad, ahora esto es
solo una recomendación , tocará a cada legislación interna de cada país
establecer el requisito tomando en cuenta que no sea una edad demasiado
temprana y siempre que se atienda al principio de interés superior del
menor.

El Sr Juez Sergio García Ramirez en relación a protección que ofrece el art


17 de la CADH ha dicho que no es privativa a los matrimonios civiles de
carácter contractual, sinó que incluye a las uniones de hecho” es evidente
que el matrimonio como contrato o institución de derecho civil no

8
constituye y menos aún en muchos países americanos la única forma de
formar una Familia, El derechos familiar moderno ha girado
apreciablemente en el sentido que la libertad, la equidad, y la realidad
imponen. Estas otras formas de integrar la unión doméstica producto de la
libre decisión de las personas merecen el respeto y la salvaguarda la ley y
de las instituciones como acredita el derecho comparado. Así en el numeral
3 del art. 17de la CADH establece eel libre y pleno consentimiento de los
cónyuges como conditio sine qua non para la celebración del matrimonio
el cual también es contemplado aso en la DUDH y e PICDP. La Convención
sobre el consentimiento para el matrimonio la edad mínima para contraer
matrimonio y el registro de los matrimonios establece en su art. 1.1: No
podrán contraerse legalmente matrimonio sin el pleno y libre
consentimiento de ambos contrayentes, expresado por estos en persona,
después de la debida publicidad, ante la autoridad competente para
formalizar el matrimonio y testigos de acuerdo con la ley. Y el art 1.2. “ sin
perjuicio d ellos dispuesto en el párrafo 1, no será necesario que una de las
partes esté presente cuando la autoridad competente este convencido de
que las circunstancias son excepcionales y de que tal parte ante la autoridad
competente uy de modo prescripto por la ley, ha expresado su
consentimiento de modo prescripto pro la ley, ha expresado su
consentimiento sin haber restirado posteriormente” (Consentimiento por
poder).- y en este sentido también lo expresa en el principio I la
Recomendación sobre el consentimiento para el matrimonio y la edad
mínima para contraer matrimonio: “solo permitirá el matrimonio por poder
cuando las autoridades competentes estén convencido de que cada una de
las partes ha expresado su pleno y libre consentimiento ante una autoridad
competente en presencia de testigos y del modo prescripto por la ley sin
haberlo retirado posteriormente.”

La Corte Europea ha mantenido que las obligaciones estatales relativas al


acceso a la institución y a la protección de las mismas son solo dentro de
su jurisdicción, pues el reconocimiento de los matrimonios contraídos fuera
de su jurisdicción estatal es un tema que compete únicamente al derecho
internacional privado.-

9
La CrIDH puntualiza 4 premisas fundamentales:

1. Que toda persona tiene derecho al uso y goce de sus bienes.-

2. Que tales usos y goces se pueden subordinar por mandato de una ley,
al interés social.-

3. Que se puede privar a una persona de sus bienes por razones de


utilidad púbica o de interés social y en los casos y según las formas
establecidas por ley.-

4. Y que dicha privación se hará mediante el pago de una justa


indemnización

De acuerdo con la CIDH el concepto de propiedad privada se refiere al


“derecho de disponer de algo de cualquier manera legal, de poseerlo, usarlo
e impedir que cualquier otra persona interfiera en el goce de ese derecho”,
considera la CIDH que la propiedad, “es el dominio o derecho indefinido de
usar, controlar y disponer que se pueda ejercer lícitamente sobre la cosa u
objetos determinados”, es una definición de un derecho Civil y no
abarcativa por el derecho internacional de los derechos humanos, y este
abarca todo el rango de los derechos patrimoniales ciertos. En este sentido
el Juez Sergio Ramirez ha comentado. “ no es posible desconocer, por el
contrario es necesario reconocer que heterogénea integración de ese
patrimonio individual que no solo se compone con el derecho real de
propiedad sobre los bienes legalmente susceptibles de ella y titulados en
con secuencia, sino también por lo que alguna vez denominó
desprendimientos de la propiedad, uso, usufructo, habitación y por otras
manifestaciones de tenencia legítima que la ley común protege de manera
semejante a la propiedad” En este sentido la Corte Europea ha reconocido
que las meras expectativas de derecho en principio no son objetos de su
protección pero si podrías serlo las expectativas de propiedad de alcanzar
cierto grado de certeza y exigibilidad. Por Ej: la expectativa de recibir ciertas
sumas de dinero por la venta de un bien cuando esta todavía no ha sido
pactada no forma parte del derecho humano de propiedad sin embargo su

10
expectativa de recibir una suma de dinero producto de una venta cuando la
obligación de pagar al comprador se fundamente en un titulo ejecutable por
sentencia judicial, si lo es., porque son certezas de recibir el pago de un
salario, y se consideran dentro del ámbito de protección que se
fundamenten en el reconocimiento judicial de un derecho patrimonial y la
que se fundamentan en títulos ejecutables.

Este derecho tiene por sí una proyección además de individual, colectiva.


Es un derecho de la persona en tanto miembro de una colectividad socio –
económica lo que implica connotaciones importantes a la hora de consagrar
el alcance de este derecho.

Es común que el ejercicio del derecho de propiedad no solo sea realizado


por los individuos de manera directa, sino además de manera indirecta,
mediante la participación que una persona tiene sobre un patrimonio
colectivo, y que constituye un derecho individual, pues también son bienes
que conllevan efectos de protección Internacional.

a. En este sentido un individuo aún conservando íntegramente su título


de participación puede verse afectado en su patrimonio de verse
menoscabado o afectado el patrimonio colectivo por injerencias
estatales tales como la expropiación. En esos casos el Protocolo N °1
de la CEDH en su artículo 1 reconoce expresamente el derecho de
propiedad de las personas jurídicas. En este sentido la CrIDH se
refirío a la forma en que una persona puede ser legítimamente
privada de su uso y goce de sus bienes y reiteró que la privación de
los bienes de una persona debe fundarse en razones de utilidad
pública o de interés social, sujetarse al pago de una justa
indemnización, limitarse a los casos y practicarse según las formas
establecidas por ley.- Determina además que el término Interés
´público debe ser entendido en sentido amplio, no se puede entender
que la única causa legitima para que un estado prive a una persona
de sus bienes sea la necesidad de utilizar los mismos para uso de la
población en general, pues existen otras causas que podrían
entenderse como de interés social como el desarrollo económico /ej
expropiación para la instalación de una fábrica privada que va a

11
generar empleos (o la necesidad de mantener el imperio de los
derechos (asegurar el cumplimiento de obligaciones civiles o fiscales.
En cuando al requisito de cumplir las formas establecidas en la ley,
salvo en los casos en que la privación de la propiedad se de por causas
de naturaleza penal no es necesario de un proceso previo pero si de
que hayan medios de impugnación disponibles para controlar la
legalidad y la nacionalidad de las medidas tomadas. En cuanto a la
justa indemnización no hay reglas imperativas sobre como
calcularlas y en principio corresponde a casa estado determinarlo, sin
embargo hay ciertos elementos que necesariamente deben ser
evaluados como:

a. La indemnización no puede entenderse en el sentido de que libere


al estado de realizar la indemnización pecuniaria correspondiente
si la propiedad donde ha sido recolocado es e menor valor, o hay
gasto emergente de la recolocación.-

b. Es aceptable descontar de la indemnización el valor de los


beneficios que la expropiación puede tener para el propietario
como el aumento del valor de otras propiedad que tenga
adyacente a la expropiada, pero deben existir recursos para que el
afectado impugne la existencia y el valor de dichos beneficios, úes
es especialmente peligroso el presumir sin posibilidad de prueba
en contrario la existencia de beneficios y el desconsiderar las
condiciones personales del afectado a la hora de valorarlos.

c. Es aplicable calcular la depreciación entre el valor de la propiedad


al momento de su adquisición por parte del propietario y el valor
al momento de la expropiación.

d. La inflación debe ser tomada en cuenta para determinar el monto


de la indemnización, así como la depreciación monetaria.

e. Una indemnización justa debe contener los intereses desde el


momento de la expropiación hasta que se fija el monto
indemnizatorio, asi como desde que se fija este hasta que esté
pagado.

12
f. Una indemnización justa puede ser inferior al valor de mercado
de la propiedad, porque el valor de mercado constituye una
expectativa de derecho en el casi de venta de la propiedad y no un
derecho adquirido.-

Art 22 de la CADH juntamente con el Comité de Derechos Humanos de la


ONU consideran que “ el derecho de circulación se trata del derecho de
toda persona de trasladarse libremente de un lugar a otro y a
establecerse libremente en el lugar de su elección . El disfrute de este
derecho no debe depender de ningún objetivo o motivo particular de la
persona que desea circular o permanecer en un lugar. Se trata de una
condición indispensable para el libre desarrollo de la persona.”

Para el ejercicio de este derecho la mayoría de los sistemas jurídicos


requieren de ciertas documentaciones por ejemplo licencias de conducir,
pasaportes, y los procedimientos para la obtención de tales deben ser
accesibles a toda la población y libres de todo tipo de discriminación y
cuando se vay a aprivar a una persona de alguno de estos documentos se
debe atender siempre al principio de legalidad ya que la CrEDH ha
encontrado violatoria del derecho de libertad de circulación la confiscación
arbitraria de documentos de esta naturaleza.

Además no solo implica que una persona no pueda ser desplazada y


trasladada contra su voluntad de un lugar a otro del territorio del estado,
sinó que no se le impida por cualquier medio hacerlo cuando así lo desee,
sobre todo cuando sea desplazada de su lugar de residencia o se impida
regresar al mismo, esto corresponde tanto a nacionales como extranjeros
que se encuentren en dicho territorio.

La DIDH reserva este derecho para las personas que se encuentran


legalemnte en el territorio del estado donde estén al respecto el comité de
derechos humanos de la INU ha señalado: “ el tema respecto a si un
extranjero se encuentra legalmente en el territorio de un estado es un asunto

13
regulado pro el derecho interno en el cual puede someter la entrada de u
extranjero al territorio estatal a restricciones siempre y cuando esas sean
compatibles con las obligaciones internacionales del estado . En este sentido el
comité ha sostenido que un extranjero que ha entrado ilegalmente a un país,
pero cuyo estado ha sido regularizado debe considerarse como que se
encuentra legalmente en el territorio para los efectos del artículo 12”.-

Los derechos políticos no son concedidos a todas las personas en general,


sinó que su ejercicio está reservados solo para los ciudadanos, quedando
dentro del margen de apreciación estatal definir quienes serán considerados
ciudadanos, sin ser arbitraria o discriminatoria esa definición. Distinguimos
los derechos políticos de los derechos civiles especialmente del punto de
vista de su naturaleza misma. Los derechos políticos son aquellos que
vinculan a la nacionalidad, la ciudadanía y sus derivaciones como ser el
sufragio, y la participación política, así como también la conducción de los
asuntos públicos. En su análisis revisten especial interés los principios de
igualdad y no discriminación tal cual veremos. Con respecto a la
nacionalidad y la ciudadanía por lo general hay consenso en señalar que la
primera refiere a lo natural, real o sociológico, al vínculo fáctico que une a
las personas con un lugar o país ya sea por el nacimiento o por la voluntad
de pertenecer o formar parte del lugar. La ciudadanía tendría una
connotación jurídica que se pauta en relación a lo formal y a los requisitos
que debe revestir la persona para adquirir la categoría de ciudadano. En
ambos casos se incluyen no solo derechos sino también deberes. La
regulación relativa a la nacionalidad y la ciudadanía emerge de las
constituciones de los estados y se vinculan directamente con la Teoría del
Estado y la forma en la cual se aproximarán los individuos a un sistema de
gobierno que legitime la autoridad y el poder. Por cierto se verifica un
estrecho nexo entre la nacionalidad y la ciudadanía. Los propios Estados lo
establecen para alejar dudas en relación al ejercicio concretos de derecho y
deberes. Se regula entonces el derecho a participar de los asuntos públicos,
directa o indirectamente; el derecho a votar con todas las garantías que

14
implica este acto como ser la universalidad y la intimidad; el derecho a
acceder a la administración pública sin distinciones de ninguna naturaleza.
Un elemento interesante radica en analizar quien detenta la titularidad del
derecho político. A modo de ejemplo podrán sufragar en determinado país
al igual que postularse a los cargos aquellos que reúnan determinadas
condiciones previstas por lo general en los textos constitucionales. Por
ejemplo: la edad (los menores no votan); el lugar de nacimiento o
avecinamiento; el tiempo en el cual se permanece en un lugar; etc. Por otro
lado del punto de vista del Derecho Internacional la regulación de la
nacionalidad no es un tema menor. La vinculación del hombre con su
origen ha sido objeto de tratamientos jurídicos a lo largo de la historia
variando los elementos según la voluntad de cada estado: ius soli (relativo
al suelo donde se nace); ius sanguini (según sea hijo de nacionales mas allá
del lugar donde nace).Estos elementos pueden verse juntos o separados. Por
último ius labori (atiende al lugar donde se trabaja).

En cuanto a su naturaleza la CDHONMU ha dicho que son derechos


individuales distintos del derecho general que tienen los pueblos a su
autodeterminación, por lo que pueden ser objeto de peticiones individuales,
puesto que se hayan contemplados en la CADH, pues son de competencia
de los organismos internacionales de derechos humanos.

La CIDH estableció en base a los instrumentos normativos que la regulan


que “ está facultada para examinar y evaluar en que medida la legislación
interna de los estados partes garantiza o protege los derechos estipulados
en la Convención y si adecuado ejercicio y naturalmente entre estos, los
derechos políticos. Igualmente la Comisión Interamericana de derechos
humanos está facultad para verificar con relación a estos , si la realización
de elecciones periódicas, auténticas, con sufragio Universal, igual y secreto
se producen en un marco de garantías necesarias para que los resultados
representen la voluntad popular, incluida la posibilidad de que los electores
puedan si fuere el caso, recurrir efectivamente contra un procesos electoral
que consideren viciado, defectuoso o irregular o que desconoce o queden
desconocer el derecho de tener acceso, en condiciones generales de
igualdad, a las funciones públicas de su país”. Aún la CIDH reconoce que

15
los poderes de supervisión no son absolutos. Así lo dijo: “reconocer el grado
de deferencia que corresponde otorgar a los estados en la organización de
sus instituciones políticas para dar efecto al derecho al voto y a participar
en el gobierno. La comisión solo debe interferir en los casos en que e estado
ha restringido la esencia y la eficacia del derecho de las personas a
participar en su gobierno”. El Pacto de Derechos Civiles y Políticos
consagra en el artículo 25 el derecho a participar en la dirección de asuntos
políticos en forma directa o indirecta; votar y ser electos; acceder en
condiciones de igualdad a funciones públicas. En relación al ejercicio del
voto se prevé que el sufragio universal y el voto secreto como formas de
asegurar la igualdad y la libertad en la expresión de voluntadde los
electores. En el ámbito regional, la Convención Americana sobre Derechos
Humanos estableció en el artículo 23 los derechos políticos sin perjuicio de
la remisión a otros artículos que deben observarse para su pleno ejercicio
como la igualdad y no discriminación: Inciso 1: “Todos los ciudadanos deben
gozar de los siguientes derechos y responsabilidades: a) participar en la
dirección de los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes
libremente elegidos; b) votar y ser elegidos en elecciones periódicas, realizadas
por el sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la libre
expresión de la voluntad de los electores y c) de tener acceso en condiciones de
igualdad a las funciones públicas del país.” El inciso 2 del artículo 23 establece
que: “La ley puede reglamentar el ejercicio de los derechos y oportunidades a
que se refiere el inciso anterior, exclusivamente por razones de edad,
nacionalidad, residencia, idioma, instrucción, capacidad civil o mental,
condena por juez competente en proceso penal”.

16
17
18

También podría gustarte