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PREVENCIÓN Y
TRATAMIENTO DEL CÁNCER DE PRÓSTATA
Palabras clave: Cáncer de próstata, selenio, vitamina E, prevención y tratamiento.
Resumen
El cáncer de próstata ocupa en Costa Rica el segundo lugar en incidencia del cáncer en
hombres, después del de estómago, reportándose en el año 1997 un total de 398 casos nuevos
(1). Existe gran preocupación por el aumento en la mortalidad masculina por esta causa. En
1999 la tasa de mortalidad alcanzó un 13,53 por 100 mil habitantes, cifra más elevada a la que
se reportó en 1996, de 12,81.
Los factores de riesgo para cáncer de próstata son: la edad (superior a los 45 años), la raza
(más común en raza negra), la herencia (representa una alerta para aquellos hombres cuyo
padre padece o padeció este mal, pues tienen más posibilidades de sufrirla), el estilo de vida
(lo que implica una inadecuada alimentación, con dieta mal balanceada y poco variada, que
incluya muy pocas frutas y vegetales, mucha carne y mucha grasa saturada), el fumado y el
sobrepeso.
Introducción
En diferentes estudios realizados en los últimos años se ha podido detectar la importancia que
tienen el selenio y la vitamina E en la salud de los humanos. El selenio está involucrado en los
cambios del estado de ánimo, la disminución de la incidencia de enfermedades
cardiovasculares y en lo que se podría interpretar como la "prevención" de algunos tipos de
cáncer, en especial el de próstata y algunos del aparato digestivo como el de colon y el de
esófago. Por su parte, la vitamina E es de suma importancia para los sistemas neuromuscular,
vascular y reproductivo; a nivel celular la deficiencia de vitamina E está acompañada de un
aumento en la peroxidación de lípidos en la membrana celular, produciendo estrés oxidativo, lo
cual favorece la injuria y necrosis celular, por ello se le ha catalogado como una vitamina
antioxidante y, por lo tanto, protectora en diferentes tipos de cáncer, entre ellos el de próstata.
El selenio se encuentra naturalmente en el suelo, de donde es captado por los alimentos que
consume el hombre, como verduras, hortalizas y en alimentos de origen animal, como carnes,
mariscos y pescados. La recomendación diaria para hombres adultos dada por el Food and
Nutrition Board en 1989 en Estados Unidos (2) se ha estimado en 70 microgramos, sin
embargo se puede ver aumentada cuando se necesita su efecto antioxidante.
La vitamina E o tocoferol es solamente sintetizada por las plantas, por lo que se encuentra
exclusivamente en alimentos de origen vegetal, siendo las mayores fuentes los aceites y
grasas vegetales. Sus formas en los alimentos se han denominado tocoferol alfa ( ), beta ( ),
gama ( ) y delta ( ). La recomendación diaria para hombres adultos dada por el Food and
Nutrition Board en 1989 en Estados Unidos (2) se ha estimado en 10 mg de equivalentes de a
tocoferol (TE). Evidencia reciente sugiere que aumentos en la ingesta podrían ser benéficos
para reducir el riesgo de desarrollar enfermedades asociadas con estrés oxidativo como el
cáncer.
En Estados Unidos para el año 2.000 se estimaron 170.000 nuevos casos de cáncer de
próstata y 31.000 muertes por esta enfermedad.
El cáncer de próstata es un problema serio en Costa Rica con una incidencia de 19,7 en 1997
(1), con una tasa cruda de mortalidad en 1997 de 10,72 por 100.000 (1), en 1998 de 12,6, de
13,53 en 1999 y de 14,19 en el año 2000; y una prevalencia más alta en la población mayor de
50 años (1, 3).
La tasa de incidencia de cáncer de próstata en Costa Rica, para 1997, fue de 19,7/100.000 (1).
La incidencia aumenta con respecto a la edad, haciendo su aparición después de los 30 años
(0,7) y va aumentando significativamente a partir de los 50 años (10,5), teniendo su máxima
expresión en hombres mayores de 75 años (654,0). Esta evolución se mantiene constante a
través de los años 1994 a 1996.
Se mencionan como los principales factores de riesgo para el cáncer de próstata los siguientes:
la edad avanzada, origen racial afroamericano, antecedente familiar, tabaquismo, obesidad,
dieta con alto contenido de grasas totales y grasas saturadas.
El selenio (Se) fue reconocido como micronutriente esencial a finales de la década de los años
50, cuando se identificó como un principio activo en el hígado que podía reemplazar a la
vitamina E en las dietas de algunos animales, también actuaba en la prevención de lesiones
vasculares, musculares y hepáticas. (4).
Hoy se reconocen varias seleno-enzimas: por lo menos 5 isoformas de GPX, 3 yodotironina 5'
-Deiodinasas (TDls), 3 tioredoxin reductasas (TRs) y selenofosfato sintetasa (1); además, otras
4 proteínas específicamente incorporan el Se, aunque su función metabólica aún no es clara: El
plasma seleno-proteína P, músculo seleno- proteína W y seleno-proteínas en próstata y
placenta (4). En cada una de estas proteínas, el Se es incorporado dentro del aminoácido
selenocisteína.
La función nutricional esencial del Se se debe a las funciones de las proteínas con
selenocisteína: protección antioxidante por las GPXs, el metabolismo energético afectado por
las TDIs y la regulación reductora de los factores transcripcionales y de expresión de los genes
por las TRs.
Néve en 1995 (5) revisó varios estudios en humanos y concluyó que la concentración mínima
de Se que se debe esperar en plasma bajo condiciones de una expresión máxima de GPX es
por lo menos 75 ng/ml. Esta concentración se logra con una ingesta dietaria de Se de 40
microgramos/día (4). Las recomendaciones dietarias actuales cumplen o exceden este nivel.
Por ejemplo, las RDA de Se para Estados Unidos (2) son 55 microgramos/día para las mujeres
y 70 microgramos/día para los hombres y la OMS en 1996 (2) recomendó un consumo
promedio de 40 microgramos/día para cubrir las necesidades del promedio de la población
adulta sana.
El Se en los alimentos:
El ciclo del selenio en el sistema alimentario se inicia en el momento en que la planta lo toma
del suelo y lo hace parte de sus proteínas tisulares. La cantidad de Se en los alimentos, por lo
tanto va a depender de la disponibilidad de este micronutriente en el suelo. Esto también es
válido para los animales. En los últimos 25 años se ha convertido en una práctica muy
difundida en Norte América y Europa el uso para animales de alimentos suplementados con
Se, lo que ha reducido la variación dependiente del contenido de los suelos en los productos
animales.
En la mayoría de las dietas, las fuentes principales de Se son los cereales, las carnes y los
pescados. Los productos lácteos y los huevos contribuyen con pequeñas cantidades de Se en
la dieta. Los vegetales y las frutas contienen muy pocas cantidades de Se (menos del 8% del
total de consumo). El análisis de dietas en la población de Estados Unidos (6), reveló que 5
alimentos (carne, pan blanco, cerdo, pollo y huevos) contribuían con el 50% del total de Se en
la dieta típica y el 80% del total del selenio dietario fue aportado por solamente 22 alimentos.
Las diferencias en los patrones de consumo de alimentos en los individuos pueden afectar
significativamente la cantidad y calidad de la ingesta de Se.
Respecto a la biodisponibilidad del Se, se puede afirmar que en general la absorción de los
compuestos orgánicos de Se presentes en los alimentos aparentemente es buena (70 - 95 % )
(7). Sin embargo, puede variar de acuerdo con la digestibilidad de las seleno-proteínas y otros
compuestos contenidos en los alimentos.
En Costa Rica no se han realizado estudios que evalúen los niveles de Se en plasma de la
población, ni las cantidades de selenio contenidos en los alimentos que conforman su patrón
dietético promedio, así como tampoco se han realizado determinaciones del contenido de
selenio en suelos.
La toxicidad del selenio varía con el estado de las valencias del compuesto y su
hidrosolubilidad, esto último puede afectar las tasas de absorción gastrointestinal. Estas tasas
varían de acuerdo con los compuestos y su rango es del 44 al 95 % de la ingesta. El selenio se
encuentra en todos los tejidos del cuerpo, pero se concentra especialmente en el hígado, bazo
y páncreas. Se excreta especialmente por la orina, pero puede encontrarse en el sudor,
materias fecales y aire expirado.
En los humanos, la intoxicación oral aguda puede manifestarse en excesiva salivación, aliento
a ajo, respiración superficial, diarrea, edema pulmonar y muerte. Otros signos y síntomas que
se han reportado incluyen taquicardia, náusea, vómito, dolor abdominal, función hepática
anormal, dolores musculares, escalofrío y temblor.
En cuanto a la intoxicación crónica, se manifiesta con pérdida del cabello y uñas, acrofagia,
lesiones de piel: (enrojecimiento, ampollas y ulceraciones), daños dentales y alteraciones del
sistema nervioso atribuidas a polineuritis: anestesia periférica, acroparestesia, dolor en las
extremidades, hiperreflexia tendinosa, entumecimiento, convulsiones, parálisis, trastornos
motores y hemiplejía.
La dosis de referencia para la exposición oral crónica y sub-crónica es de 0,005 mg/kg/día para
el selenio y el ácido selénico (8).
Se han establecido como niveles superiores de ingesta saludable: U.L. (Tolerable Upper Intake
Levels), la cantidad más alta de un nutriente que probablemente no tenga efectos adversos ni
riesgos de toxicidad para casi todos los individuos de un grupo de edad y sexo. Para el selenio
se ha determinado el U.L de 400 microgramos/diarios, cantidad que podría servir para
promover la salud y prevenir enfermedades (2).
Recientes estudios explican el mecanismo por el cual el selenio actúa como anticancerígeno.
Según Jiang y colaboradores (9) la inducción de apoptosis puede ser el mecanismo de
mediación de la actividad anticáncer del Se. Sus experimentos sustentan el hecho de la
inducción específica del metil selenio en la apoptosis de las células humanas de cáncer de
próstata DU-145, que envuelve la separación celular como un pre-requisito (anoikis) y está
ejecutado principalmente a través de la activación de la caspasa 8 y su interferencia con
múltiples caspasas.
En otro estudio, Menter y colaboradores (10) evaluaron el efecto del selenito sódico y la
selenometionina en el crecimiento de células prostáticas normales (epiteliales, del estroma y
del músculo liso) y líneas de células de cáncer prostático. Sus hallazgos son relevantes en
cuanto demuestran los mecanismos de acción del Se en la carcinogénesis prostática y ayudan
a demostrar los efectos selectivos, dependientes de la dosis del Se, especialmente la seleno
metionina en la muerte de células cancerosas prostáticas y la inhibición de su crecimiento. El
crecimiento de las células prostáticas normales virtualmente no fue afectado por el Se.
Estudios epidemiológicos:
El primer estudio en el que se utilizó el Se fue el de Clark y colaboradores, entre 1983 y 1993
(13), usando la suplementación con 200 microgramos diarios de Se (obtenido de una levadura
utilizada en panadería, rica en selenio) como factor de prevención de cáncer de piel,
investigando un total de 1312 pacientes en un estudio randomizado con selenio y placebo. Las
conclusiones indicaron que el Se no protegía contra el desarrollo de cáncer baso - celular o
escamoso de la piel, pero los resultados de un punto de análisis secundario sustentaron la
hipótesis de que el suplemento de Se reducía la incidencia y la mortalidad de cáncer de
pulmón, de próstata, colon y recto. No ocurrieron casos de intoxicación por Se.
En China se han efectuado dos estudios para cáncer de hígado, en los que se demostró la
disminución en la mortalidad y la incidencia en este tipo de enfermedad, uno entre los
portadores de antígenos de superficie de hepatitis y sus parientes de primer grado y el otro en
una población general más amplia. (14)
Nelson y colaboradores en 1999 (16) mencionan el estudio realizado por Clark y colaboradores
y el trabajo de Yoshizawa y colaboradores, en los que investigaron la asociación entre riesgo
de cáncer de próstata y niveles de selenio en uña del pie (medición de ingesta de selenio a
largo plazo); ellos encontraron una alta asociación entre elevados niveles de selenio en uña del
pie y bajo riesgo de presentar cáncer avanzado. Se observa en ambos estudios una reducción
de más del 60% de la incidencia de cáncer de próstata entre grupos con altos y bajos niveles
de selenio.
Rayman en 1997 (17) menciona que el consumo de selenio en el Reino Unido ha venido
descendiendo hasta niveles tan bajos como 30 - 40 microgramos/día, lo cual se ha venido
relacionando con un sustancial aumento en la incidencia de casos de cáncer de próstata en
Inglaterra y Gales.
Es claro que los estudios para determinar el efecto de alguno de estos elementos en la
incidencia del cáncer, requieren de grandes inversiones de dinero, tiempo y esfuerzo, y por lo
tanto, no es muy factible su realización; sin embargo, si se analiza su efecto y los beneficios
que pudieran traer en la salud pública mundial, ninguno de estos factores debería ser
impedimento para realizar dichas investigaciones.
Inmediatamente después que se aislaron los tocoferoles, se descubrió que eran eficientes
antioxidantes y que protegían a los lípidos insaturados de la autooxidación. Las observaciones
realizadas en animales de experimentación condujeron a la hipótesis que la vitamina E
funcionaba también de esta forma en los tejidos, evitando la agresión oxidativa de los lípidos,
sobre todo a los ácidos grasos poliinsaturados de las membranas.
Cuando no hay vitamina E, los radicales libres catalizan la peroxidación de los ácidos grasos
poliinsaturados (PUFA) que constituyen los componentes estructurales de las membranas. La
destrucción subsecuente origina el desarrollo de una estructura celular anormal y alteraciones
de la función celular. La capacidad de la vitamina E para evitar esta destrucción ha llevado a
sugerir que tal vez sea de utilidad para prevenir alteraciones relacionadas con la destrucción de
radicales libres, como el envejecimiento, los efectos de toxinas ambientales y el
desencadenamiento de algunas formas de carcinogénesis.
La relación conocida desde hace mucho tiempo entre la vitamina E y el selenio al parecer
indica la presencia de otros sistemas antioxidantes, uno de los cuales contiene una enzima de
selenio, la glutation peroxidasa (24).
Evidencia reciente sugiere que ingestas mayores a 9 mg de TE/día podría tener un efecto
benéfico en la reducción del riesgo de una variedad de desórdenes asociados con estrés
oxidativo (22).
La actividad de la vitamina E en los alimentos depende de los tocoferoles (alfa, beta, gamma y
delta) y tocotrienoles. La característica química más importante es su propiedad antioxidante.
La vitamina E es muy estable al calor y a los ácidos e inestable a los álcalis, la luz ultra violeta y
el oxígeno. Se destruye cuando está en contacto con grasas rancias, plomo y hierro. Como los
componentes de la vitamina son insolubles en agua, no se pierde por extracción en el
cocimiento; sin embargo, la congelación y el freír en exceso con grasa los alimentos destruye la
mayor parte del tocoferol que contienen. Los ésteres de esta sustancia, como el acetato de
tocoferol, la forma más común en la naturaleza, no se destruyen de manera apreciable (22).
La vitamina E que se usa en los suplementos es alfa tocoferol y la que se encuentra en los
alimentos es gama tocoferol (25). En varios estudios en pacientes con enfermedades
cardíacas, se ha encontrado un riesgo más bajo de muerte por enfermedad cardíaca para
individuos que obtuvieron la vitamina E de los alimentos, comparados con aquellos que la
obtuvieron de suplemento (26, 27).
Los alimentos fuentes de vitamina E son: Aceite de germen de trigo (1 cucharada: 35 mg),
almendras y otras nueces (112 taza: 10 -15 mg), aceite de soya (1 cucharada: 10-15 mg),
aceite de girasol (1 cucharada: 8-9 mg), leche sin grasa (1 taza: 7,5 mg), alverjas (1 taza: 3,5
mg), aceite de oliva (1 cucharada: 2,0 mg), salmón (3 onzas: 1- 1,5 mg) (24).
La toxicidad de la vitamina E:
Es una de las vitaminas menos tóxicas. Los hombres, al igual que los animales, parecen tolerar
ingestas relativamente altas de vitamina E, hasta de 100 veces la RDA.
Una muy alta dosis puede actuar como antagónica de otras vitaminas liposolubles. En animales
la hipervitaminosis E ha mostrado mineralización ósea alterada, alteración en el
almacenamiento de vitamina A en el hígado y coagulación sanguínea prolongada. El efecto
tardío puede afectar a pacientes con terapia anticoagulante, ya que se ha encontrado que la
ingesta regular de 1200 UI de vitamina E aumenta el efecto del cumarín. Se ha encontrado que
la vitamina E aumenta el efecto de los anticoagulantes (warfarina, aspirina) produciendo
sangrado oral.
En ese estudio se encontró que los hombres con los niveles más altos de vitamina E en suero,
tenían los niveles más bajos de testosterona, que nos lleva a pensar en la posibilidad que la
vitamina E baje los andrógenos. Los hombres con mayor peso corporal tuvieron un aumento en
el riesgo del cáncer de próstata del 39%.
De otra parte, los hombres que recibieron beta caroteno tuvieron un aumento en la incidencia
de cáncer de próstata del 23% y de un 15% en la mortalidad. Así mismo se encontró que
cuando la persona tomaba simultáneamente aspirina y vitamina E aumentaba la posiblidad de
sangrado oral, comparando con aquellos que tomaban solo aspirina (28).
En un pequeño estudio llevado a cabo en Suiza (29), se encontró aumentado el riesgo de morir
de cáncer de próstata en aquellos pacientes fumadores con niveles séricos bajos de vitamina
E.
En el estudio Physicians Health Study se demostró una correlación similar, en la cual los
fumadores con unos niveles muy altos de alfa tocoferol sérico experimentaron una reducción
cercana al 50% en el riesgo de presentar cáncer de próstata agresivo, mientras que los no
fumadores no presentaron esta asociación (30). Más recientemente en el DS Health
Professional Follow-up Study (31) hicieron un análisis prospectivo de la ingesta de vitamina E y
el riesgo de cáncer de próstata. Se encontraron 1.896 casos de cáncer de próstata, 522 de los
cuales eran extra prostáticos y 232 metastásicos o fatales. No se encontró asociación entre la
suplementación con vitamina E y el carcinoma de próstata entre los no fumadores. Sin
embargo, entre los fumadores o aquellos que recientemente habían dejado de serio, los
hombres que tomaron más de 100 U.I. de vitamina E tenían una disminución en el riesgo de
cáncer avanzado o fatal, del 56%.
Estos cuatro estudios encontraron una correlación entre la ingesta de vitamina E y el cáncer de
próstata en fumadores.
De acuerdo con estudios de Gunawardena (12) se pudo observar que, en células de cáncer
prostático tratadas con antioxidantes, estos modularon la proliferación celular alterando la
apoptosis en las células en división y que esta apoptosis no fue tan efectiva en células
confluentes. En otro estudio, Israel (11) demostró
Según Fleshner (33), la suplementación con dosis de vitamina E hasta de 800 UI por día, ha
sido usada en ensayos clínicos sin efectos secundarios y se han demostrado efectos positivos
en su acción antioxidante.
El estudio SELECT recomienda una dosis suplementaria de 400 mg/día de vitamina E para
prevenir el cáncer de próstata (19, 34).
Los estudios realizados en los últimos años relacionan la dieta con la aparición de la gran
mayoría de los tipos de cáncer. Se ha estimado que entre un 30% y un 50% de los tumores
malignos pueden estar relacionados con factores dietarios (35).
Numerosos estudios han demostrado la relación entre cáncer de próstata y otros constituyentes
dietarios:
- Ingesta de energía: Se relaciona el cáncer de próstata con ingestas altas de energía en los
hombres al igual que con aumento en el índice de masa corporal (36- 38).
- Vitamina A y carotenoides: Varios estudios confirman que la vitamina A podría tener un efecto
protector (36, 43) y que los betacarotenos deberían ser más estudiados, pues los resultados de
las investigaciones son contradictorios (43).
- Licopenos: Este es el color rojo de frutas y vegetales. Se ha afirnado que particularmente los
tomates cocidos podrían contribuir a bajar el riesgo de cáncer de próstata (43, 46). El consumo
de salsa de tomate se ha identificado como un fuerte predictor de bajo riesgo de cáncer de
próstata (40).
Conclusión
Existe evidencia científica de la relación del selenio y la vitamina E con el desarrollo de cáncer
de próstata y de la importancia de estos micronutrientes en su prevención. Según se puede
identificar en la literatura científica, se han desarrollado y se están desarrollando estudios en
grupos de hombres utilizando suplementación con selenio y vitamina E para prevenir el cáncer
de próstata. No se recomiendan dosis de suplementación mayores a 200 microgramos diarios
de selenio y 400 mg de vitamina E.
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Selenio en los pacientes críticos con
Respuesta Inflamatoria Sistémica
W. Manzanares Castro
RESUMEN
ABSTRACT
Objetivo
El objetivo del presente artículo de revisión es analizar el rol biológico del Selenio
(Se) con especial énfasis en los siguientes aspectos:
Metodología
En el área de la nutrición clínica, el Selenio está ubicado dentro del grupo de los
micronutrientes constituyendo un elemento traza o micronutriente esencial para
todos los mamíferos5-13. Este hallazgo fue realizado y publicado en 1957 por
Schwarz & Foltz14 en su artículo titulado: "Selenium as an integral part of factor 3
against dietary liver degeneration". Este hecho significó el inicio de una nueva fase
hasta entonces no explorada en la estrategia de búsqueda de nuevos nutrientes
esenciales y en especial de oligoelementos inorgánicos14-15. Dentro de los
micronutrientes, el Se es definido como un micromineral no volátil, que cumple con
numerosas funciones biológicas, las cuáles han sido ampliamente reconocidas y
estudiadas5. La importancia de la ingesta de Selenio en humanos fue descrita en
1973, con el descubrimiento de la denominada Miocardiopatía de Keshan como una
entidad secundaria a deficiencia endémica de Selenio en ciertasáreas geográficas
de la China2-3. Actualmente es ampliamente conocido que el Selenio es un elemento
esencial en pequeñas cantidades, comportándose como tóxico cuando el mismo es
administrado en altas dosis16-18.
Los niveles corporales de Selenio dependen del aporte dietético del mismo, el cual
deriva de productos de origen vegetal (Selenometionina, Se-met y
metilselenocisteína) tales como granos, cereales, frutas, brócolis, ajos, cebollas y
repollos; por su parte el Selenio de origen animal (Selenocisteína, Se-cis) es
aportado por carnes, mariscos, huevos y lácteos3,5,9.
Durante los estados de hipercatabolismo, tales como la sepsis severa, trauma grave
o pancreatitis severa, se asiste a una redistribución del Selenio entre los
compartimentos extracelular e intracelular con desvío intracelular del Selenio; por
otra parte se produce un aumento de la selenuria, la cual puede superar los
150μg/L3,4,21,23,24. Ambos fenómenos y en particular el mecanismo de redistribución
o traslocación intracelular explican el descenso de los niveles plasmáticos de
Selenio y de la actividad GPx-3, características distintivas en los estados de SRIS-
DOM26-42. Estos eventos conducen a un estado de deficiencia del estado nutricional
de Selenio endógeno, el que no es posible replecionar con el aporte de Selenio
habitualmente utilizado en el soporte nutricional enteral o parenteral estándar, el
que no supera los 50-100 μg/día.
Selenoproteína P (SePP)
"Stricto sensu" un Radical Libre (RL) es una especie química (átomo o molécula)
que contiene uno o más electrones no apareados, siendo esta inestabilidad
transitoria por lo que pueden ceder o captar electrones reestableciendo la paridad y
por consiguiente la estabilidad47-50. Las Especies Activas de Oxígeno (EAO) son RL
que se producen en presencia de metabolismo aeróbico; por su parte las EAN son
RL derivados del metabolismo delÓxido Nítrico (NO) siendo un producto normal del
metabolismo de las células endoteliales. El SRIS se caracteriza por la activación de
determinadas rutas metabólicas, incluyendo las vías de la cicloxigenasa,
lipoxigenasa y xantino oxidasa. Esto conlleva a la generación de EAO, tales como el
Peróxido de Hidrógeno (H2O2) y los radicales Superóxido (O2) e Hidroxilo (OH-)4,46-
58
.
Sin embargo múltiples preguntas están aun planteadas; interrogantes tales como la
dosis óptima y el tiempo de administración quedan aún por ser definitivamente
respondidas.
El Selenio puede ser suplementado por vía enteral o parenteral, bajo forma de
Selenio orgánico (Se-met) o inorgánico: Selenito (SeO3-2) y ácido selenioso
(H2SeO3). Existen diferencias fundamentales en el metabolismo de la Se-met y del
Selenito; el conocimiento de las mismas tiene implicancias terapéuticas por lo que
su conocimiento resulta de particular interés. El Selenio inorgánico puede ser
utilizado para la síntesis de las selenoproteínas pero solamente la Se-met puede ser
incorporada en las proteínas corporales. El Selenio inorgánico aportado es
rápidamente reducido por el GSH a Selenio-Glutatión (GS-Se-GS) e incorporado al
pool de Selenio bajo forma de Selenosulfuro o Selénido de Hidrógeno (H2Se); este
compuesto es de importancia fundamental, puesto que el mismo aporta el Selenio
necesario para la síntesis de las selenoenzimas. Sin embargo, la administración de
Se-met debe ser convertida inicialmente en Se-cis la cual es degradada a nivel
hepático en serina y H2Se33,70 (fig. 1). Esto demuestra que el Selenio inorgánico está
más fácil y rápidamente disponible para la síntesis de selenoenzimas, siendo éste
un hecho de relevancia terapéutica.
Mishra y cols.76 evaluaron los efectos del uso de Selenio sobre los parámetros de
estrés oxidativo y la mortalidad en una población de pacientes sépticos con APACHE
II > 15. Los pacientes enrolados fueron randomizados para recibir dosis
decrecientes y consecutivas de Selenio intravenoso (grupo terapéutico, n = 18; 6,4
y 2 μmol/día) vs dosis estándar de 0,4 μmol/día (grupo control, n = 22). Los
niveles de Selenio y GPx sérica aumentaron significativamente el día 3 y 7 en el
grupo terapéutico; sin embargo no existieron diferencias entre ambos grupos en los
niveles de F2 isoprostanos al día 14 ni en la mortalidad a los 28 días (Se+ 44% y
Se- 50%, NS).
Ozturk y cols.79 reportaron el rol protectivo del tratamiento previo con Selenio sobre
la lipoperoxidación del epitelio de la mucosa intestinal y sobre el fenómeno de la
traslocación bacteriana en ratas sometidas a isquemia reperfusión. En efecto, este
grupo demostró la ausencia de injuria ileal y de traslocación bacteriana asociada a
injuria oxidativa por isquemia reperfusión en ratas pretratadas con Selenato de
sodio intraperitoneal79.
Berger & Shenkin80 en el año 2001, sugirieron un aporte de Selenio de 100 μg/día
en pacientes críticos, en tanto que en los pacientes grandes quemados dicho aporte
debería ser superior (375 μg/día).
En el año 2003, las Guías Canadienses81 sobre soporte nutricional en pacientes
críticos en ventilación mecánica destacaron la ausencia de evidencia suficiente para
recomendar el uso intravenoso de Selenio solo o asociado a otros AOX en pacientes
críticos81. Posteriormente, en el año 2005, el mismo grupo canadiense de Dhaliwal
& Heyland82 mantiene idéntica recomendación.
El riesgo del uso de altas dosis de un AOX es el efecto prooxidante del mismo. En
efecto, Terada y cols.87estudiaron el efecto prooxidante del Selenio en cultivos de
células endoteliales tratadas con selenito, selenato y selenometionina; este trabajo
experimental reveló que el Selenito es capaz de generar EAO provocando daño
celular endotelial en presencia de grupos sulfhidrilos tales como el GSH. En
términos teóricos, el daño citotóxico causado por el excesivo aporte de Selenio es
secundario a la injuria oxidativa del H2Se cuya molécula se oxida no pudiendo ser
excretada o exhalada post-metilación.
Conclusiones
Agradecimientos
Financiado por:
Referencias
3. Dodig S. & Cepelak I: The facts and controversies about selenium. Acta Pharm
2004; 54:261-76. [ Links ]
Efecto del selenio sobre la mortalidad
en la sepsis
Introducción
Resumen
Comentario
Aunque a primera vista parece que el selenio puede disminuir la mortalidad de los
pacientes con sepsis, hay que analizar el problema con más profundidad. Los
ensayos incluidos en la revisión utilizaron dosis diferentes de selenio y diferentes
modos de administración.
Parece que el selenio puede tener efectos diferentes si se administra en bolo o en
perfusión continua y que el efecto también depende de la dosis. Los autores de
este estudio asumen que el efecto del selenio ha sido el de una suplementación
con efecto antioxidante, pero si las dosis en bolo tienen una actividad
farmacológica distinta, no deberían mezclarse en el metanálisis estudios que
emplearon bolos con los que no los emplearon.
Además, la mayor parte del efecto sobre la mortalidad se debe a los ensayos con
menor calidad metodológica. Si se agrupan los dos ensayos con menor riesgo de
sesgo, no se encuentran diferencias significativas.
Casi al mismo tiempo se ha publicado otra revisión [2] que incluye 5 de los
ensayos estudiados en ésta. En ella no se encuentran diferencias significativas
para la mortalidad con el tratamiento con selenio.