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ACTIVIDAD 2 GRADO 8
en Santa Marta
R/ sinceramente les digo que las clases virtuales son muy malas. En
Colombia todavía no hay la tecnología adecuada para tener las clases
virtuales y menes tenemos la economía para tener estas herramientas
necesarias para las clases virtuales y menos en santa marta estamos
super atrasados.
NOTA:
Esa institución tiene 17.000 estudiantes. Más de 14.000 son jóvenes de estrato uno. La
medida de clases virtuales ha significado un reto para los que viven en los municipios y en
las zonas rurales. El Ministerio de Educación informó que el calendario virtual va hasta el
31 de mayo de este año.
“Hace unas semanas mi mamá me miró a la cara y solté el llanto. No era de tristeza, sino
de frustración, de no saber qué hacer, de no saber cómo se van a solucionar las cosas con
mi carrera”, cuenta Julio Pereira, estudiante de Acuicultura de la Universidad de
Córdoba, en Montería, a quien las clases virtuales se le han convertido en un problema.
Vive en el municipio de Tierralta donde no tiene acceso a internet ni a un computador. El
jóven es el reflejo de cientos de estudiantes de esa institución que han denunciado y
manifestado en redes sociales que la virtualidad les obstaculiza recibir clases; muchos
han pedido que se suspenda el semestre académico.
Lo cierto es que la ministra de Educación, María Victoria Angulo, dijo al país que la medida
de clases virtuales va hasta el 31 de mayo de este año. Julio Torres, rector de la
Universidad de Córdoba, explicó a El Espectador que la decisión de suspender o cancelar
clases “no depende de las universidades o de los rectores, depende de las directrices
nacionales, que se han aplicado para el aislamiento obligatorio”.
“Con los profesores hemos detectado casos de estudiantes que no tienen computador, ni
acceso a internet. Estamos trabajando a través de talleres, de guías y de capítulos de libros”,
explicó Torres. Adriana Vallejo es profesora de la Universidad de Córdoba y tiene dos
cursos a su cargo. Para ella la virtualidad una oportunidad de mejorar, pero a la vez un
obstáculo. “No estábamos preparados psicológicamente ni tecnológicamente para
esto”, sostuvo Vallejo, quien cuenta que la capacidad tecnológica que tienen los estudiantes
no es compatible con las exigencias de clases virtuales. Agrega que algunos docentes
también atraviesan por necesidades económicas y de herramientas tecnológicas.
La Universidad de Córdoba tiene 17.000 estudiantes registrados en pregrado. De los cuales
aproximadamente 14.620 (86%) pertenecen a estrato uno. Cristian Vergara, es
estudiante de Licenciatura en Informática, antes de que se declarara emergencia sanitaria
por el COVID-19, estaba en periodo de prácticas en un colegio de Montería, el cual
suspendió clases por la cuarentena.
“Los decanos nos dijeron que debíamos terminar las prácticas apoyando a los
docentes de la universidad con las plataformas virtuales y materiales didácticos”, dice
Vergara. En su caso, solo tiene un celular de gama media y la red wifi de un vecino. ¿Cómo
responde?
El coronavirus fue la gota que rebosó la copa para mostrar la realidad que enfrenta la
educación en Colombia. “Esta situación hace que se genere un aprendizaje sobre la
marcha, no solo para los docentes y los estudiantes; sino para el sistema educativo, pues
ya se veía venir la virtualización. Pero nuestro sistema de educación pública no le había
dado la importancia al tema”, explica Diana Padilla, Magíster en Educación y TIC e-
learning.
¿Suspender o cancelar el semestre?
Esa es la medida que han propuesto diferentes estudiantes. “A mí la moral no me deja
seguir con las clases porque la gente no tiene la economía, ni la tecnología para
cubrirlas”, dice el estudiante Pereira. Sin embargo, para los directivos de la Universidad
de Córdoba, “ante
la crisis se hace necesario ser creativos y asumir el problema como una oportunidad de
cambio para mirar otros escenarios, de cómo la universidad se tiene que transformar”,
explica Torres.
“Muchos profesores hemos pagado conexiones a internet de algunos estudiantes con
nuestros propios recursos para que puedan participar en las clases, pues se nota la ausencia
en los encuentros virtuales”, cuenta la docente Vallejo.
Otra de las razones por la que no se ha considerado cancelar o suspender clases se debe al
capital humano que se quedaría sin empleo. En UniCórdoba hay 800 docentes
catedráticos, 250 profesionales temporales y 150 empleados de servicios generales,
quienes quedarían en el aire si se cancela el periodo académico, según el rector del alma
mater
¿Qué está haciendo el Gobierno?
El MinTic informó que adelantan un programa denominado Última Milla, el cual
beneficiará con acceso a internet a más de 342.000 familias. La primera fase está en
proceso de instalación y cobija a cerca de 267.000 hogares, ubicados en 163 municipios de
24 departamentos, los cuales tendrán la posibilidad de adquirir el servicio de Internet fijo a
través de tarifas mensuales desde los $8.613 para estrato uno y $19.074 para estrato dos. En
Córdoba, solo aparece el municipio de Montería como beneficiario de esa iniciativa.
Las cosas así, las zonas rurales de Córdoba continuarán padeciendo por la falta de acceso a
internet y la poca posibilidad de acceder a equipos. Las familias de los estudiantes, en su
mayoría, son trabajadores independientes o informales; y costear una pensión en Montería
durante la cuarentena se vuelve complejo.