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Apariencia Personal o Física
Apariencia Personal o Física
El carisma es algo que se va trabajando cada día, con una actitud positiva y con
las ganas de mejorar a nivel individual. La actitud es muy importante, ya que si es
positiva, si es buena y la trabajamos ganaremos muchísimo a la hora de lograr lo
que queramos.
En cuanto al vestuario, también es importante para la imagen personal. Pero
tampoco tenemos que parecer alguien que no somos. Lo mejor es, si tenemos
cualquier duda en ese aspecto, contar con alguien que nos ayude, de su punto de
vista independiente, con ello.
Los estudios sobre marca personal hacen énfasis en identificar y comunicar las
características que nos hacen destacar, sobresalir y ser visibles en este mundo
competitivo.
Para ello es vital el cuidado de la imagen personal mediante tratamientos que
unifiquen mente-cuerpo-alma. El cuerpo debe estar en sincronía con la naturaleza
y la mente y emociones deben estar en armonía con la sociedad y el ambiente que
nos rodea.
se trabaja árduamente este concepto para que las clientas sientan, mediante un
servicio estético integrado y de calidad, como el cuidado facial y corporal influye
directamente en el bienestar físico y en la mejora de su imagen personal.
Afianzan su imagen de mujeres con alta autoestima, con control de su vida,
alineadas con su deseo y camino vital, y sobre todo, seguras de sí mismas. Una
mujer atenta a su cuidado personal transmite confianza y reacciones emocionales
positivas.
Podemos entender a la higiene como el proceso que hace que una persona cuide
su salud, su aspecto, su limpieza para evitar contraer enfermedades o virus, para
limpiar la suciedad, para conducirse de manera sana en la sociedad en la que
vive. La higiene es un complejo sistema de acciones más o menos simples que
cada individuo debe llevar a cabo por su cuenta, es decir que la higiene no es
una responsabilidad del Estado o de los profesionales (como sí lo puede ser
mantener una epidemia controlada) si no que es pura y exclusiva responsabilidad
de la persona. Los hábitos de higiene se ganan desde chicos y es ahí donde es
sumamente importante el rol que los padres o las autoridades tienen en enseñar a
los niños las formas de actuar ante determinadas situaciones, por ejemplo, lavarse
las manos antes de comer, luego de salir del baño, cepillarse los dientes luego de
cada comida, etc.
Se ha comprobado a lo largo del tiempo que las pequeñas acciones que
caracterizan a la higiene diaria y personal de cada individuo son, en suma,
importantísimas para asegurar a la persona un buen estado de salud, evitando
estar en contacto con virus o bacterias, limitando la exposición a enfermedades y
manteniendo en términos generales un buen estado de pulcritud del cuerpo.
La higiene personal se refiere al cuidado y aseo consciente de nuestro cuerpo y es
necesaria porque ayuda a prevenir el desarrollo de infecciones, enfermedades y
malos olores. Mantener altos estándares de limpieza implica atención a nivel
personal, pero también tomar decisiones saludables respecto a nuestra interacción
con los demás.
Nuestra Imagen personal
La manera en la que nos vemos a nosotros mismos y cómo nos perciben los,
impacta en nuestra autoestima y motivación. Quienes tienen un auto concepto
distorsionado o atraviesan por una etapa de depresión comúnmente descuidan su
aseo, lo que repercute de manera negativa en su imagen y esto a su vez en su
auto confianza, volviéndose un círculo vicioso.
Mantener un aspecto limpio y agradable nos hará sentirnos bien con nosotros
mismos y proyectarlo hacia los demás.
La importancia para la salud
La cocina:
Al ser el espacio donde preparamos nuestros alimentos, debemos garantizar las
condiciones de saneamiento necesarias para evitar contagiarnos de alguna
enfermedad. Hay ciertos elementos potencialmente riesgosos en esta zona, como
el fregadero, donde se llega a acumular mucha humedad, los utensilios de
limpieza como trapos y esponjas, la superficie donde se prepara la comida y los
sitios donde almacenamos los alimentos, tales como el refrigerador y la alacena.
El baño:
Es el espacio donde cuidamos nuestra higiene personal y atenemos nuestras
necesidades fisiológicas básicas. Aquí el calor y la humedad favorecen el
desarrollo de bacterias, por lo tanto, desinfectar constantemente y mantener una
buena ventilación que permita que la humedad se evapore y el aire se renueve es
imprescindible.
Todos merecemos gozar de condiciones de vida adecuadas y una salud óptima.
Procurar una buena higiene a nivel personal y social es una parte del derecho
fundamental a la dignidad humana, que todas las personas tienen.
La higiene se puede llevar a cabo en pequeñas acciones como lavarse las manos
varias veces por día y en momentos específicos, bañarse de manera seguida,
utilizar ropa cómoda y fresca, cepillarse los dientes luego de cada comida y,
también, mantener los ambientes frescos, ventilados y limpios. Todos estos
pequeños actos y muchos otros contribuyen a elevar la calidad de vida de las
personas e influyen directamente en el mantenimiento de un buen estado de
salud que limita mucho más la presencia de posibles enfermedades o problemas
de salud.
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Definitivamente, es necesario hablarles y contestarles a los niños cuando buscan
respuesta de cómo se ven. Un último estudio realizado en Inglaterra y que contó
con la participación de 17.000 niños muestra que dos tercios de las niñas entre 10
y 11 años se sienten gordas.
Otras investigaciones también indican que una de cada cuatro niñas de 7 años ya
han ensayado una dieta para adelgazar.
Estos datos son alarmantes, pues se demuestra que la apariencia física es motivo
de gran preocupación entre niños y adolescentes. Parece ser normal que no les
guste como se ven, en vez de estar contentos con su cuerpo y su apariencia. La
investigación científica muestra claramente la relación entre una imagen corporal
negativa y una baja autoestima en los niños.
Por esta razón, los padres deben enfrentar esta problemática hablando y
comentando de frente con sus hijos las preocupaciones que ellos tengan sobre su
apariencia física.
Es básico no decirles mentiras sobre cómo se ven y, más bien, preguntarles: ¿qué
significa para ti estar gordo o con sobrepeso? Dependiendo de su respuesta,
explíqueles que se habla mucho de la silueta y la gordura en la televisión y redes
sociales, pero que esto no es lo relevante, sino estar sanos por dentro y por fuera,
es decir, sin sobrepeso ni obesidad.
Un cuerpo sano
Celebren con sus niños y niñas todo lo que puedan hacer con su cuerpo en lugar
de cómo lucen. Aquí se puede hacer énfasis en el ejercicio físico, los deportes y
los juegos al aire libre. Los padres tampoco deben hablar excesivamente sobre su
peso y sus dietas, al igual que sobre sus preocupaciones respecto a la ropa
porque, inmediatamente, el niño va intentar imitar lo que dice y hace el adulto.
Un niño que vive inmerso en una casa donde el tema del peso y la apariencia
personal es lo que predomina, también se va a preocupar mucho por esos
aspectos y le dará una importancia mayor a la que merece.
Las niñas entre 9 y 11 años son más propensas a sentirse gordas, ya que en este
periodo, antes y durante la pubertad, les puede salir barriguita.
El contrapeso se hace mostrándoles cómo están cambiando y cómo seguirá
cambiando su cuerpo, y lo emocionante de la aventura de convertirse en
pequeñas mujercitas.
Aquí les aconsejo que motiven a sus niñas a que practiquen una actividad como,
por ejemplo, una manualidad, para que no estén pegadas al internet, pues
sabemos que en las redes sociales estarán expuestas a cuerpos perfectos que
harán que cada día se sientan más inseguras sobre su propia apariencia.
De igual manera, no hable en exceso de lo linda y bella que es su hija.
Concéntrese más bien en sus destrezas, habilidades, talentos, buenos hábitos y
su personalidad. Alabe su apariencia física solo cuando la vea bien arreglada,
gracias a que se esmeró mucho en su aspecto personal.
Desde corta edad
Lo mejor es no esperar a que los niños sean adolescentes para que hablen de lo
físico. Este debe ser un tema para tratar de manera natural siempre.
A los adolescentes se les debe hablar sobre los modelos, quienes se ven
perfectos en las propagandas, pero en la realidad esto es producto del photoshop
y otros arreglos que se pueden hacer con herramientas tecnológicas.
Lo que no debe permitirse es la burla de su físico, ni que se pongan apodos como
gordo, flaquis, llantica, pues estas palabras son dolorosas y le hacen mucho daño
a la autoestima.
En la adolescencia, la tendencia es a exagerar cualquier defecto físico, así sea un
simple grano pequeño en la barbilla. Con ellos debemos hacer el ejercicio de
buscar lo que tienen bonito, por ejemplo: ‘mira tus ojos, son de un color precioso’,
‘tus manos son finas y muy delgadas’. Hay que enseñarles a agradecer lo que
tienen positivo y bello en su cuerpo para no dejarlos caer en la tentación de
agrandar cualquier defecto, por pequeño que este sea.