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RADIACIÓN ELECTROMAGNÉTICA

DEFINICIÓN (EJEMPLOS)
La radiación electromagnética está formada por campos eléctricos y magnéticos que
varían en el tiempo y están orientados perpendicularmente entre sí. Los medios físicos
que emiten energía en forma de radiación electromagnética comprenden distintas
formas de luz visible e invisible y radiación en el rango de onda corta y de microondas.
 Todos los organismos vivos están expuestos continuamente a radiación
electromagnética de origen natural, como el campo magnético terrestre y la
radiación ultravioleta (UV) solar.
 También estamos expuestos a radiación electromagnética artificial como
bombillas, electrodomésticos, ordenadores y líneas de alta tensión.
PROPIEDADES FÍSICAS DE LA RADIACIÓN ELECTROMAGNÉTICA
La radiación electromagnética se clasifica según su frecuencia y longitud de onda, que
son inversamente proporcionales entre sí.
La radiación electromagnética de menor frecuencia, como las ondas de frecuencia
extremadamente baja (FEB), la onda corta, las microondas, la radiación IR, la luz
visible y la UV, es no ionizante, no puede romper enlaces moleculares ni producir iones,
por lo que puede utilizarse para aplicaciones médicas terapéuticas. La radiación
electromagnética de mayor frecuencia, como los rayos X y los rayos gamma, es
ionizante y puede romper enlaces moleculares para formar iones. La radiación
electromagnética de mayor frecuencia, como los rayos X y los rayos gamma, es
ionizante y puede romper enlaces moleculares para formar iones. La intensidad de
cualquier tipo de radiación electromagnética que llega al paciente desde una fuente de
radiación es proporcional a la energía emitida desde la fuente, a la inversa del cuadrado
de la distancia desde la fuente al paciente y al coseno del ángulo de incidencia del haz
con el tejido. La intensidad de la energía que llega al cuerpo es máxima cuando la
energía emitida es alta, la fuente de radiación está próxima al paciente y el haz está
perpendicular a la superficie cutánea. Las frecuencias de la radiación electromagnética
emplea-da en la clínica pueden estar en el rango IR, de luz visible, UV, de onda corta o
de microondas. La radiación IR lejana, próxima al rango de microondas, produce
calentamiento superficial y puede usarse para los mismos fines que otros agentes de
calentamiento superficial. Tiene como ventaja sobre los agentes anteriores la falta de
necesidad de un contacto directo con el cuerpo. La radiación UV produce eritema y
bronceado de la piel, así como hiperplasia epidérmica, y es esencial para la síntesis de
vitamina D. Se usa principalmente para el tratamiento de la psoriasis y de otros
trastornos cutáneos. La energía de onda corta y de microondas puede usarse para
calentar tejidos profundos y, cuando se aplica con intensidad de promedio bajo usando
una señal pulsada, puede disminuir el dolor y el edema y facilitar la cicatrización tisular
por mecanismos no térmicos. Los láseres de baja intensidad y otras fuentes de luz en el
rango visible y casi IR se usan por lo general para favorecer la cicatrización tisular y
controlar el dolor y la inflamación por mecanismos no térmicos.
HISTORIA DE LA RADIACIÓN ELECTROMAGNÉTICA
Los agentes electromagnéticos han tenido distinta aceptación como medios terapéuticos
en diferentes épocas. Hasta hace poco, los fisioterapeutas usaban poco la mayoría de los
agentes electromagnéticos. No obstante, desde 2002, cuando la Foro and Drug
Administration (FDA) aprobó la utilización de un aparato de láser para el tratamiento
del síndrome del túnel carpiano, el uso de láseres y otros tipos de fototerapia ha ganado
en popularidad. La luz solar fue la primera terapia con energía electro-magnética. Como
ya hemos señalado, la luz solar contiene radiación electromagnética en el rango UV,
visible e IR del espectro. Los hombres prehistóricos creían que la luz solar ahuyentaba a
los espíritus malignos que causaban las enfermedades. Los griegos veneraban a Helios,
su dios de la luz, del sol y de la curación. De este dios deriva el término para el
tratamiento con luz solar, o helioterapia. Aunque resulta difícil juzgar el objetivo y la
eficacia real de la helioterapia, tal como recomendaban los griegos y los romanos en la
antigüedad, sus médicos más sobresalientes, Celso y Galeno, recomendaban baños de
sol para muchos trastornos, como convulsiones, artritis y asma, así como para prevenir
una amplia gama de problemas y enfermedades. La exposición a la luz solar, haciendo
un hincapié particular en la luz UV, recuperó su popularidad terapéutica en el siglo
XIX, cuando se reconoció su utilidad para prevenir el raquitismo (un trastorno óseo por
deficiencia de vitamina D) en personas con escasa exposición solar por vivir o trabajar
en regiones con poca luz y su eficacia en el tratamiento de la tuberculosis5. Aunque en
la actualidad el raquitismo y la tuberculosis son infrecuentes, la terapia UV sigue siendo
un tratamiento popular para la psoriasis y otros trastornos cutáneos, y los láseres y otros
tipos de luz similares, generalmente en el rango rojo e IR, se usan en la clínica, sobre
todo para mitigar el dolor y favorecer la cicatrización tisular. Otras formas de
tratamiento con radiación electromagnética adquirieron popularidad en el siglo XX
cuando se fabricaron aparatos eléctricos que podían emitir energía electromagnética con
longitud de onda e intensidad controladas, como los aparatos de diatermia que emiten
energía en el rango de onda corta o de microondas para producir calor en el paciente, y
las luces fluorescentes e incandescentes que emiten energía en el rango UV, visible e IR
del espectro. La diatermia era un aparato de calentamiento sumamente popular en todo
el mundo, aunque en Estados Unidos ha perdido aceptación desde la llegada de los
ultrasonidos, que es un aparato de calentamiento profundo más seguro, de menor
tamaño y más fácil de usar. La luz UV sigue utilizándose en el tratamiento de ciertos
trastornos cutáneos, si bien este campo de la práctica en la actualidad es de dominio de
los dermatólogos. Las lámparas IR eran dispositivos de calentamiento populares a
mediados del siglo XX. Aunque tienen la ventaja de que no requieren contacto con el
cuerpo, su seguridad está limitada por el hecho de que el grado de calor emitido en una
zona varía con la distancia entre el cuerpo y la lámpara, por lo que si se coloca muy
cerca puede producir un calentamiento excesivo y quemaduras, y si se coloca muy lejos
es posible que no resulte eficaz. Esto supone un reto particular al intentar calentar zonas
del cuerpo irregulares. Por esta razón, los aparatos de calentamiento conductivo como
las bolsas de calor han ido ganando aceptación como medios térmicos. En la actualidad,
el láser y otros aparatos de luz son probablemente el tipo más frecuente de terapia
electromagnética. El apartado sobre la historia de la terapia con luz y con láser en este
capítulo contiene detalles adicionales sobre la evolución de este medio físico.

EFECTOS FISIOLÓGICOS DE LA RADIACIÓN ELECTROMAGNÉTICA


 Cuando la radiación electromagnética es absorbida por los tejidos puede
afectarlos por mecanismos térmicos y no térmicos.
 Se cree que la radiación IR y la diatermia continua con onda corta o microondas
emitida con una intensidad suficiente puede elevar la temperatura tisular, ya que
parece que estos agentes afectan a los tejidos principalmente por mecanismos
térmicos.
 Las lámparas IR pueden utilizarse para calentar tejidos superficiales, mientras
que la diatermia continua con onda corta y microondas calienta los tejidos
profundos y superficiales.
 La radiación UV y un grado bajo de diatermia o luz pulsada no elevan la
temperatura tisular, por lo que se cree que afectan a los tejidos por mecanismos
no térmicos. Se ha propuesto que estos tipos de energía electromagnética causan
cambios a nivel celular mediante alteración de la función y la permeabilidad de
la membrana celular y de la función de los orgánulos intracelulares.
 Los medios electromagnéticos no térmicos pueden favorecer también la unión de
sustancias químicas a la membrana celular para activar secuencias complejas de
reacciones celulares.
 La energía electromagnética también puede afectar a los tejidos mediante
cambios de conformación de las proteínas que promueven el transporte activo a
través de las membranas celulares y aceleran la síntesis y la utilización del
trifosfato de adenosina (ATP).
 Un grado bajo de estrés mecánico en la infancia promueve un crecimiento
normal del hueso, mientras que si es excesivo o insuficiente puede provocar
fracturas o un crecimiento anormal.
 Algunos tipos de radiación electromagnética, como la diatermia o la luz láser,
aunque una dosis muy baja no produce efecto, la dosis óptima para lograr un
efecto fisiológico deseado puede ser menor que la que produce calor. Una dosis
excesiva puede dañar el tejido.

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