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Desde la antigüedad el ser humano se ha preguntado, ¿de qué estaba hecha la materia?

Unos
400 años antes de Cristo, el filósofo griego Demócrito considero que la materia estaba
constituida por pequeñísimas partículas que no podían ser divididas en otras más pequeñas.
Por ello, llamo a estas partículas átomos, que en griego quiere decir indivisibles. Demócrito
entre otras cosas atribuyo a los átomos las cualidades de ser eternos e inmutables y
diferenciable solo en forma y tamaño pero no en cualidades internas. En su teoría del
atomismo, Demócrito defendía que la materia está compuesta por dos elementos: lo que es,
representado por los átomos homogéneos e indivisibles; y lo que no es, el vacío, lo que
permite que esos átomos adquieran formas, tamaños, órdenes y posiciones, y constituyan así
la totalidad de la physis. Demócrito explicaba las percepciones sensibles tales como la audición
o la visión, con la interacción entre los átomos que emanan desde el objeto percibido hasta los
organismos receptores. Esto último es lo que prueba con fuerza la relatividad de las
sensaciones.

Sin embargo las ideas de Demócrito sobre la materia no fueron aceptadas por los filósofos de
su época y hubieron de transcurrir cerca de 2200 años para que la idea de los átomos fuera
tomada de nuevo en consideración. Debido a las controversia de la época y luego de un
tiempo algunos científicos investigaron aspectos relacionados con las reacciones químicas, por
esta razón para el s XVIII y XIX aparecieron las leyes clásicas de la química y con ellas un gran
científico llamado John Dalton el cual realizó el 1 modelo atómico con bases científicas
permitió aclarar por primera vez por qué las sustancias químicas reaccionaban en proporciones
estequiométricas fijas, y por qué cuando dos sustancias reaccionan para formar dos o más
compuestos diferentes, entonces las proporciones de estas relaciones son números enteros

Debemos notar que de este modelo atómico de una u otra manera surgieron algunas
insuficiencias tales como:

La hipótesis de John Dalton, que afirmaba que los elementos en estado gaseoso eran
monoatómicos y que los átomos de los elementos se combinaban en la menor proporción
posible para formar átomos de los compuestos, lo que hoy llamamos moléculas, generó
algunas dificultades. Hasta la segunda mitad del siglo XIX no aparecieron evidencias de que los
átomos fueran divisibles o estuvieran a su vez constituidos por partes más elementales. Por
esa razón el modelo de Dalton no fue cuestionado durante décadas, ya que explicaba
adecuadamente los hechos.

Para 1897 Joseph John Thomson demostró que dentro de los átomos hay unas partículas
diminutas con carga eléctrica negativa, a las que llamo electrones fue así como a través de su
teoría sobre la estructura atómica propuesta en 1904 por el mismo, explicaba que el átomo
estaba compuesto por electrones de carga negativa en un átomo positivo, como un pudin de
pasas. Postulaba que los electrones se distribuían uniformemente en el interior del átomo
suspendido en una nube de carga positiva. La herramienta principal con la que contó Thomson
para su modelo atómico fue la electricidad. Si bien el modelo atómico de Dalton daba debida
cuenta de la formación de los procesos químicos, postulando átomos indivisibles, la evidencia
adicional suministrada por los rayos catódicos sugería que esos átomos contenían partículas
eléctricas de carga negativa. El modelo de Dalton ignoraba la estructura interna, pero el
modelo de Thomson aunaba las virtudes del modelo de Dalton y simultáneamente podía
explicar los hechos de los rayos catódicos. Pero de alguna u otra forma tuvo insuficiencias tales
como predicciones incorrectas sobre la distribución de la carga positiva en el interior de los
átomos.

Debido al deseo de conocer el átomo y en su afán de saber más acerca de la composición del
mismo para 1902 aparece el modelo del atómico cubico el cual fue desarrollado por Gilbert N
Lewis y decía que los electrones del átomo estaban situados en los ocho vértices de un cubo.
Aunque el modelo del átomo cúbico se abandonó pronto en favor del modelo mecánico
cuántico basado en la ecuación de Schrödinger, y es por tanto sólo de interés histórico,
representó un paso importante hacia el entendimiento del enlace químico.

Las investigaciones realizadas y los resultados obtenidos proporcionaron las bases para que en
1911 Ernest Rutherford demostrara que los átomos no eran macizos como se creía sino que
estaban vacíos en su mayor parte y en su centro y tenían un diminuto núcleo. Este modelo fue
el primer modelo atómico que consideró al átomo formado por dos partes: la "corteza",
constituida por todos sus electrones, girando a gran velocidad alrededor de un "núcleo" muy
pequeño; que concentra toda la carga eléctrica positiva y casi toda la masa del átomo. Según
Rutherford, las órbitas de los electrones no están muy bien definidas y forman una estructura
compleja alrededor del núcleo, dándole un tamaño y forma algo indefinidos. Los resultados de
su experimento le permitieron calcular que el radio atómico era diez mil veces mayor que el
núcleo mismo, y en consecuencia, que el interior de un átomo está prácticamente vacío.

El aporte de Rutherford tuvo una gran relevancia e hizo que la investigación diera grandes
pasos, fue así que para 1913 Niels Bohr fue el primer modelo atómico en el que se introduce
una cuantización a partir de ciertos postulados propuesto por el físico danés para explicar
cómo los electrones pueden tener órbitas estables alrededor del núcleo y por qué los átomos
presentaban espectros de emisión característicos (dos problemas que eran ignorados en el
modelo previo de Rutherford. Basándose en la constante de Planck consiguió cuantizar las
órbitas observando las líneas del espectro.

El modelo atómico de Bohr funcionaba muy bien para el átomo de hidrógeno, sin embargo, en
los espectros realizados para átomos de otros elementos se observaba que electrones de un
mismo nivel energético tenían distinta energía, mostrando que existía un error en el modelo.
Su conclusión fue que dentro de un mismo nivel energético existían subniveles, es decir,
energías ligeramente diferentes.

En 1916, Sommerfeld perfeccionó el modelo atómico de Bohr intentando paliar los dos
principales defectos de éste. Para eso introdujo dos modificaciones básicas: Órbitas casi-
elípticas para los electrones y velocidades relativistas. En el modelo de Bohr los electrones sólo
giraban en órbitas circulares. La excentricidad de la órbita dio lugar a un nuevo número: el
número cuántico azimutal, que determina la forma de los orbitales, se lo representa con la
letra l y toma valores que van desde 0 hasta n-1.

Lugo de, Sommerfeld realizara el perfeccionamiento del modelo de Bohr apareció, en 1924 El
modelo atómico de Schrödinger es un modelo cuántico no relativista. Se basa en la solución
de la ecuación de Schrödinger para un potencial electrostático con simetría esférica, llamado
también átomo hidrogenoide. En este modelo los electrones se contemplaban originalmente
como una onda estacionaria de materia cuya amplitud decaía rápidamente al sobrepasar el
radio atómico. El modelo atómico de Schrödinger concebía originalmente los electrones como
ondas de materia. Así la ecuación se interpretaba como la ecuación ondulatoria que describía
la evolución en el tiempo y el espacio de dicha onda material. Si bien el modelo de Schrödinger
describe adecuadamente la estructura electrónica de los átomos, resulta incompleto en otros
aspectos:

1 El modelo de Schrödinger en su formulación original no tiene en cuenta el espín de los


electrones, esta deficiencia es corregida por el modelo de Schrödinger-Pauli.

2 El modelo de Schrödinger ignora los efectos relativistas de los electrones rápidos, esta
deficiencia es corregida por la ecuación de Dirac que además incorpora la descripción del espín
electrónico.

3 El modelo de Schrödinger si bien predice razonablemente bien los niveles energéticos, por sí
mismo no explica por qué un electrón en un estado cuántico excitado decae hacia un nivel
inferior si existe alguno libre. Esto fue explicado por primera vez por la electrodinámica
cuántica y es un efecto de la energía del punto cero del vacío cuántico.

El modelo atómico actual se desarrolló en la década de 1920, como resultado del aporte de
conocimientos de muchos científicos, entre ellos Broglie, Einstein, Bohr, Schrödinger,
Heisenberg. Está basado en la mecánica cuántica ondulatoria, la cual está fundamentada en los
números cuánticos. Los números cuánticos son 4 : n, l, m, s. Sirven para describir cada uno de
los electrones de un átomo. Cabe destacar que, para los electrones de un mismo átomo, la
combinación de estos 4 números nunca es la misma.

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