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Universidad del Valle.

Instituto de educación y pedagogía.


Estudios políticos y resolución de conflictos.
Asignatura: Políticas públicas.
Docente: Rafael Vergara.
Alumno: Juan José Martínez Rodríguez. 1842016.

Aportes de la perspectiva constructivista para el estudio de las políticas públicas.

El texto “Agenda política y el ciclo de las políticas públicas” del economista Edgar
Ortegón Quiñones, aborda las fases en las que se constituyen las políticas públicas,
analizando detenidamente la fase de diseño y contenido, mediante la explicación de las
categorías agenda pública y política, y problema social. Por otro lado, cabe destacar la
influencia del autor por parte del método constructivista para dilucidar las categorías
anteriormente mencionadas.

Ahora bien, el ciclo de las políticas públicas se divide en seis etapas, a saber: Diseño y
contenido, formulación, negociación, toma de decisión, ejecución y evaluación. Sin
embargo, la naturaleza de lo público es de conflicto y ambigüedad, es decir las políticas
públicas son un proceso de reflexión y construcción humana, por ende no es posible
esclarecer límites precisos entre las fases. Esto ocurre debido que las fases de la política
pública interactúan entre ellas, mediante su resignificación y actualización para incluir
externalidades que se presentan en la sociedad. En este sentido, el ciclo de la misma no se
define como una estrategia o guía establecida sino como una serie de etapas, sin el
imperativo de orden en el que el comienzo de una equivale el termino de otra. En otras
palabras “las fases de la política pública no pueden ser interpretadas como el camino a
seguir que conducirá inexorablemente a un escenario ideal. Tienen su valor en la secuencia
desagregadas de tareas y transformaciones de propuestas, sobre las cuales hay que ir
avanzando, adaptando y retroalimentando” (Ortegón, 2011:78).

En relación a la fase de diseño y contenido, primero que todo se hace necesario la


definición, por parte de los actores, del problema público. Esta radica tanto en la
interpretación de hechos concretos de insuficiencia como en la percepción de algo que
funciona mal o que perjudique a la sociedad. Es decir, impera un proceso dialectico entre la
realidad y la percepción del deber ser por parte de la sociedad en su totalidad o un grupo de
esta, esto conlleva a la organización y movilización de los actores que buscan una solución
al flagelo. Por lo tanto, son hechos materiales cargados de subjetividad, sometidos a
suposiciones, prejuicios y procedimientos metodológicos. Por otro lado, para la definición
del problema social se hace necesario la identificación de sus causas y efectos,
reconociendo así las variables del problema. Existen tres tipos de variables, a saber:
Variable independiente que se reconoce como la causa del fenómeno central. Variable
dependiente la cual es producto de la variable independiente. Finalmente, se encuentra la
variable interviniente la cual es una circunstancia que interactúa con las anteriores variables
y está presente durante el desarrollo del problema.

Una vez definido el problema social, los actores prosiguen en establecer la agenda. Cabe
aclarar, que esta se divide en dos: pública y política. La primera hace referencia al proceso
en el que los miembros de una comunidad política seleccionan un conjunto de
problemáticas que consideran como merecedoras de acción gubernamental. Mientras, la
segunda corresponde al conjunto de flagelos que son aceptados por parte de la autoridad
pública para ser atendidos. Lo anterior evidencia la relación de contraste existente entre la
agenda pública y política, en efecto imperan obstáculos, como la limitada capacidad de
acción burocrática y las restricciones presupuestarias, que impiden que problemas de la
sociedad se conviertan en asuntos de atención política. Esto suscita un conflicto entre
grupos de presión (coaliciones de militancia) por imponer los temas de la agenda. Un
recurso fundamental aplicado por las coaliciones de militancia son los medios de
comunicación, ya que estos poseen el potencial de influir y movilizar a gran escala a la
opinión pública en pro de sus intereses. Por consiguiente, el discurso o sistema de creencias
que caracteriza a los grupos de presión permite identificar la construcción colectiva de la
realidad vigente en el campo de lo público.

A modo de conclusión, se afirma que el marco cognitivo advocacy coalitions y su


respectivo paradigma teórico constructivista, brinda aportes metodológicos y conceptuales
que permiten una adecuada comprensión de las políticas públicas. Por ende, se debe
promover su uso en la academia y en la administración pública. Como asevera André-Noel
Roth “El análisis de las políticas a partir de los enfoques de redes o advocavy coalitions
parece permitir un mejor entendimiento de la realidad” (2007:55).

Bibliografía:

Cuervo, J. Noel, A. Velez, G. Salazar, C. Tournier, C. Jolly, J. Ensayos sobre políticas


públicas. Universidad Externado de Colombia. 2007. P 55.

Ortegón, Edgar. Fundamentos de planificación y política pública. 2011. P 2-25.

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