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ARNOLD TEJEDA VALENCIA*

RESUMEN

La pasión por la filosofía, como la pasión por la religión, considera Hume, está expuesta a
hacernos caer en la peligrosa contradicción de, por un lado, buscar la corrección de nuestro
comportamiento y la expulsión de los vicios, de hecho, y, de otra forma, emplearla impru-
dentemente para fomentar una inclinación predominante para empujar la mente, con resolu-
ción, hacia una posición a la que ya de por sí tiende por predisposición del temperamento
natural. Sin embargo, considera el mismo Hume, existe una clase de filosofía que parece
estar poco expuesta a este peligro, al no ser compatible con la pasión desordenada de la
mente humana, como tampoco mezclarse con emociones o propensión natural alguna. Se
refiere él a la filosofía de la Academia o filosofía escéptica, la que pregona que toda pasión,
salvo el amor a la verdad, jamás debe exagerarse. Y, en cierta medida, esto se convierte en
bastión para quienes la han criticado por no adular pasiones irregulares y al oponerse a
tantos vicios y locuras. Así, es tachada de libertina, profana e irreligiosa.

Palabras clave:
Filosofía, empirismo, epistemología, Estado, ideas, impresiones, conocimiento humano.

ABSTRACT

The passion for philosophy, as a passion for religion, Hume believes, that it is prone to get
into the dangerous contradiction on the one hand, seek to correct our behavior and removal
of faults, in fact, and, Otherwise, use it to promote a reckless predominant inclination to
push the mind to resolve, to a position that is already predisposed to the natural tempera-
ment. However, Hume believes the same, there is a kind of philosophy which seems to be
less exposed to this danger, not being compatible with the disordered passion of the human
mind, nor mixed with emotion or a natural propensity. He refers to the philosophy of the
Academy or skeptical philosophy, which preaches that all passion except love to the truth,
never be overstated. And, to some extent, this becomes a bastion for those who have criti-
cized him for not flatter and irregular in opposing so many vices and follies. So, is accused
of libertine, profane, and irreligious.

Keywords:
Philosophy, empiricism, epistemology, State, ideas, impressions, human knowledge.

*
Docente e investigador. Universidad del Atlántico.


 


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El empirismo, como corriente epis- bres no tendría, asimismo, sentido al-


temológica, surge cuando se plantea guno. De esta manera, todos los hom-
que el origen de nuestros conocimien- bres estarían identificados con las mis-
tos no se presenta en la razón, sino en mas verdades. Esto echa por tierra, al
la experiencia. Todo contenido del pen- no ser así, de que existan las verdades
samiento, afirma, tiene ineludible- innatas, ni los principios especulativos,
mente que pasar por los órganos sen- ni los principios prácticos.
soriales. Así, la mente es considerada
como un papel en blanco y que sólo al Como cuerpo teórico acerca del cono-
hacer contacto nuestros sentidos con cimiento, el empirismo, según lo plan-
las cosas existentes en el mundo, em- teado anteriormente, fundamenta que
pieza a grabar impresiones. Por ello todo el cúmulo de ideas que poseemos
Locke, uno de los representantes de en nuestras mentes tiene un doble ori-
esta corriente, ha manifestado: gen. Por una parte, los órganos senso-
riales externos nos ponen en contacto
Supongamos que la mente con las cosas, conduciéndolas, a ma-
es, como nosotros decimos, nera de percepciones, a la mente. Este
un papel en blanco, vacío de tipo de conocimiento ha sido denomi-
caracteres, sin ideas. ¿Cómo nado sensación.
se llena? ¿De dónde procede
el vasto acopio que la ilimi- Por otro lado, los sentidos internos
tada y activa imaginación del –que son los que suministran los esta-
hombre ha grabado en ella dos internos del individuo– se convier-
con una variedad casi infini- ten en los formadores de la autoper-
ta? A esto respondo con una cepción, recibiendo el nombre de re-
palabra: de la experiencia. flexión. Ahora bien: el conjunto de
En ella está fundado todo sensaciones internas como externas
nuestro conocimiento y de constituyen las ideas simples. Y, a su
ella se deriva todo en último vez, la combinación de las ideas sim-
término1 . ples, ya sea separando, juntando o
combinando las sensaciones, hacen
Para el empirismo, de acuerdo con lo surgir las ideas complejas.
señalado, la tesis de las ideas innatas
promulgada por el racionalismo es fal- Toda esta concepción de la filosofía
sa. Si nosotros naciéramos ya provis- empirista plantea la seguridad de la
tos de las ideas nuestras facultades sen- existencia del Yo, ya que la intuición o
sibles no tendrían ninguna razón de ser; reflexión nos proporciona la máxima
por lo tanto, el aprendizaje en los hom- certeza en la captación de nuestros pro-

1
LOCKE, John. Ensayo sobre el entendimiento humano. Citado por BARRAGAN, Hernando. Epis-
temología. Universidad de Santo Tomás, Bogotá, 1983, p. 47.


 


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pios estados. Pero de Dios sólo pode- cia política y religiosa que manifesta-
mos hablar a través de la demostración ron en el siglo XVII. Los holandeses
y de la causalidad, puesto que todo lo habían obtenido su independencia de
que ha empezado exige de una causa España, después de un largo proceso
que la origine. Desde esta óptica, es de lucha que tuvo como fondo el im-
muy del empirismo su rechazo a la pacto de las contiendas religiosas, en
metafísica al no admitir que se dé nin- el año de 1609, lo que fe ratificado
guna realidad detrás del mundo de los posteriormente en 1648 con el tratado
fenómenos. Esto entra a explicar la de Westfalia.
posición de Hume, cuando afirmó:
En Inglaterra, a pesar de las grandes
Saquemos un libro cualquie- rivalidades entre católicos y protestan-
ra de las bibliotecas, digamos tes, no hubo intervención de ninguna
acerca de teología o de me- potencia extranjera desde el punto de
tafísica escolástica y pregun- vista militar. Pero al igual que en Ho-
témonos: ¿Acaso contiene landa se dieron procesos políticos, eco-
una secuencia de ideas sobre nómicos y religiosos muy cercanos,
magnitudes o números? ¡No! producto del espíritu capitalista que los
¿Acaso contiene una secuen- embargaba. Por eso debemos destacar
cia de ideas basadas en la ex- que lo que se dio en esos dos países
periencia sobre hechos y la estuvo “inspirado por la tolerancia re-
existencia? ¡No! Entonces, ligiosa y la libertad económica. Es lo
echadlo al fuego, porque no que históricamente se ha conocido con
contiene nada más que el nombre de liberalismo, doctrina que
mistificación y engaño2 . en la época en referencia sostenía que
cada hombre debe saldar sus cuentas
Como para el empirismo el saber es con Dios a su manera y el fanatismo
extraído básicamente de la experien- es mal consejero para los negocio3 .
cia sensible, el valor de la ciencia es
resaltado sólo en relación con la utili- El liberalismo también combatió los
dad que ella proporcione. En este sen- privilegios de la aristocracia y la mo-
tido, el empirismo y el utilitarismo se narquía. En igual forma menospreció,
acercan en sus bases conceptuales. por considerarlo ajeno a las propias
leyes de la naturaleza, el derecho divi-
Marco histórico-social del empirismo no de los reyes. Muchos autores han
sostenido que el surgimiento de esta
Inglaterra y Holanda constituyeron el nueva corriente del pensamiento libe-
escenario propicio para el desarrollo ró, a quienes la practicaron, de todas
de la filosofía empirista por la toleran- las tiranías políticas, religiosas, econó-

2
OROZCO CANTILLO, Álvaro. El saber filosófico. Ed. Colombia Nueva, Bogotá, 1984, p. 156.
3
Locus cit.


 


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micas e intelectuales que hicieron ca- ra fuente del derecho. Sin embargo, en
racterizar a la Edad Media. su espíritu de no entrar en contradic-
ción con la teología, hace la salvedad
La burguesía naciente, principalmen- de que aún, cuando el derecho puede
te la proveniente de los mercaderes de regir sin la existencia de un Dios, éste
la clase media, fue la que abrazó con existe de todos modos, convirtiéndose
mayor ahínco el nuevo espíritu libe- en el creador de todo lo real, en el
ral, ya que esto le permitía sentar unas originador del derecho divino. Pero los
bases más favorables en el camino ha- grandes méritos de este pensador ho-
cia el enriquecimiento. De ahí el avan- landés lo hallamos cuando conceptúa
ce de la expansión comercial y la con- sobre el Estado. De él se refiere, así:
solidación de la iniciativa privada.
Ellos miraban con desconfianza la in- El Estado es el resultado de
tervención del gobierno monárquico la acción consciente de los
por ir en contra de sus intereses. hombres y surgió como con-
secuencia de un contrato
Mediante esta manera de pensar, el (…) esta idea del carácter
hombre del momento se preocupó por contractual de formación del
conocer las leyes de la naturaleza para Estado fue, en general, típi-
contraponerlas a los postulados religio- ca de la escuela del derecho
sos y políticos de la actualidad, y, de natural. Por esa época des-
paso, para adecuarlas a su servicio, úni- empeñó un papel progresis-
ca garantía para alcanzar la libertad ta, por cuanto fue el arma
humana. Entre los intelectuales que lo- ideológica de la burguesía en
graron destacarse para esta época de- la lucha contra los feudales4 .
bemos mencionar, entre otros, a Hugo
Grocio (1583-1645), Benedicto Spino- Por otra parte, Hobbes, por sus con-
za (1632-1677) y Tomás Hobbes cepciones filosóficas, fue representan-
(1588-1679), quienes pregonaron unas te del materialismo mecanicista. Con-
inquietudes políticas y filosóficas que sideraba que lo fundamental en el mun-
en alguna medida sirvieron para ser do es la materia, el cuerpo. El mundo
analizadas y complementadas por los está compuesto por las partículas más
filósofos enteramente empiristas, como pequeñas que se puedan concebir: los
David Hume, tema central de este es- átomos. Además, materia y conciencia
crito. existen de manera independiente. La
materia no ha sido creada y tampoco
Para Grocio, por ejemplo, el derecho desaparecerá, lo que le da el carácter
no descansa en la voluntad de Dios, de ser eterna y sólo es conocida me-
sino en la naturaleza del hombre. De diante la acción de nuestros sentidos y
esta manera, la naturaleza es la prime- la razón de los hombres. El mérito de

4
POKROVSKI, V.S. y otros. Historia de las ideas políticas. Ed. Grijalbo, México, 1966, p. 171.


 


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este gran pensador ha radicado, lo mis- mente salieron de su pluma, lo que afir-
mo que en Grocio y en Spinoza, en ma sus inquietudes de filósofo prolífi-
haber analizado el Estado, lo mismo co: la Historia natural de la religión
que otros fenómenos de estricto con- (1757) y Diálogos sobre la religión
tenido social, bajo el método científi- natural (1779). Escribió, también, su
co-natural del conocimiento. Y en gran Autobiografía, la que compuso antes
medida esta concepción metodológica de morir, hecho que ocurrió cuando
fue de gran utilidad para el empirismo. gozaba de una vida reposada y sin pro-
Acerca de las investigaciones sobre blemas económicos, en Abril de 1776.
el conocimiento humano Sobre el origen de las ideas

David Hume, filósofo inglés, nació el Para Hume todo el mundo debe admi-
26 de Abril de 1711. Su gran obra filo- tir, sin reparos, que hay una considera-
sófica, según los historiadores de este ble diferencia entre las percepciones de
saber, ha sido Tratado sobre la natu- la mente cuando un hombre siente do-
raleza humana, la que escribió duran- lor al acercarse al calor excesivo; o el
te su permanencia en Francia, país al placer que proporciona un calor mo-
que se trasladó con la intención de pro- derado con respecto a la evocación de
seguir sus estudios jurídicos y filosó- esas sensaciones en nuestras mentes;
ficos, siendo publicada dicha obra en o la anticipación de ellas en la imagi-
el año de 1738. De regreso a Inglaterra, nación. Estas facultades del hombre
publicó sus Ensayos morales y políti- podrán imitar las impresiones de los
cos, en 1742, los que tuvieron una gran sentidos, pero nunca podrán equiparar-
acogida. Para el año de 1748 fue pu- se a la experiencia inicial. Lo que más
blicado su libro las Investigaciones podemos afirmar de estas facultades es
sobre el conocimiento humano 5 , que representan, por su manera tan vi-
donde reelabora en forma más sencilla vaz, casi lo mismo de lo que sentimos
la primera parte de su obra magna. realmente ante la acción del calor. Pero
de todos modos, a no ser que nuestra
En su ciudad natal, Edimburgo, debi- mente esté transformada por alguna
do a sus grandes dotes intelectuales, enfermedad o estado de locura, nunca
fue nombrado bibliotecario en el año pueden llegar a un grado tal de vivaci-
de 1752. Este cargo lo aprovechó para dad como para hacer estas percepcio-
escribir la Historia de Inglaterra. nes absolutamente indiscernibles de las
Para este mismo año salió a la luz las sensaciones. Y esto lo sentencia Hume
Investigaciones sobre los principios cuando expresa que, “incluso, el pen-
de la moral, reelaboración de la se- samiento más intenso es inferior a la
gunda parte del “Tratado”. Posterior- sensación más débil”6 .

5
Sobre esta obra de Hume es donde nos hemos basado para el desarrollo del presente trabajo. De ella
haremos un comentario de los Capítulos 2, 3, 4, 5 y 12.
6
HUME, David. Investigación sobre el conocimiento humano. Ed. Alianza, Madrid, 1981, p. 32.


 


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Con base en estas argumentaciones, tad de mezclar, transportar, aumentar


Hume hizo dividir las percepciones de o disminuir los materiales suministra-
la mente en dos clases, de acuerdo con dos por los sentidos y la experiencia.
sus diversos grados de vivacidad. Las Mediante unos ejemplos esboza este
menos fuertes las llamó pensamiento criterio:
o ideas; las más fuertes, carecen de un
término estrictamente filosófico para Cuando pensamos en una
denominarlas, pero, tomándose un montaña de oro, unimos dos
poco de libertad, logra calificarlas ideas compatibles: oro y
como impresiones. Por ejemplo, cuan- montaña, que conocíamos
do oímos, o vemos, o deseamos, etc. previamente. Podemos re-
presentarnos un caballo vir-
Según la clasificación anterior, para tuoso, pues de nuestra pro-
Hume nada puede parecer, a primera pia experiencia interna pode-
vista, que el pensamiento del hombre mos concebir la virtud, y ésta
pueda escapar de toda autoridad y po- la podemos unir a la forma y
der humanos, sino que ni siquiera está la figura de un caballo, que
encerrado dentro de los límites de la es un animal que nos es fa-
naturaleza y la realidad. Mientras, ar- miliar8 .
gumenta, el cuerpo está adscrito a un
planeta, donde se debate con dolor y Según lo anterior, tratando de resumir
dificultad, el pensamiento, en breve lo expuesto por Hume, todas las cosas
tiempo, puede transportarnos a los pun- contenidas en el pensar se derivan de
tos más recónditos del universo. Y no la percepción interna o externa. Pero
sólo eso. El pensamiento puede llevar- cuando hacemos una mezcla y compo-
nos, incluso, más allá del universo, al sición de esta percepción, sólo la mente
caos ilimitado, donde la naturaleza está es capaz de realizarla. O, como lo ex-
en una confusión total. Hume consi- presa el mismo filósofo, todas las ideas
dera que “nada está más allá del poder que poseemos son copias de las impre-
del pensamiento, salvo lo que implica siones o percepciones nuestras. Y esto
contradicción absoluta”7 . él trata de demostrarlo con los argu-
mentos siguientes:
Pero, a pesar que este filósofo hace
aparentar que el pensamiento tiene una Primero, cuando entramos a analizar
libertad ilimitada, seguidamente entra nuestros pensamientos o ideas, por
a plantear que, en realidad, éste está muy compuestos que sean, encontra-
reducido a límites verdaderamente es- mos siempre que se resuelven en ideas
trechos, pero que mediante el poder tan simples como las copiadas de un
creativo de la mente él logra la facul- sentimiento o estado de ánimo prece-

7
Ibíd., p. 34.
8
Locus cit.


 


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dente. Incluso, agrega, aquellas ideas ven para conectar ideas. Por ello se
que a primera vista parecen alejadas permitió ilustrar sus argumentaciones,
de este origen son el resultado, tras de la siguiente manera:
estudiárseles detenidamente, de ese
estado de ánimo. Así, la idea de Dios Una pintura conduce, natu-
–al representar un ser infinitamente in- ralmente, nuestros pensa-
teligente, sabio y bueno– surge al re- mientos al original (semejan-
flexionar sobre las operaciones de za). La mención de la habi-
nuestra propia mente y al aumentar tación de un edificio, natu-
indefinidamente aquellas cualidades de ralmente, introduce una pre-
bondad y sabiduría. gunta o comentario acerca de
las demás (contigüidad), y si
En segundo lugar, si se presenta el caso pensamos en una herida, di-
de que el hombre por presentar algún fícilmente nos abstendremos
defecto en sus órganos, no es capaz de de pensar en el dolor subsi-
alguna clase de sensación, encontrare- guiente (causa y efecto)9 .
mos siempre, por esto, que es igual-
mente incapaz de las ideas correspon- Pero, a pesar de las explicaciones an-
dientes. De esta manera nos explica- teriores, Hume considera que puede
mos cómo los ciegos de nacimiento no resultar difícil dejar satisfechos a los
pueden formarse idea alguna acerca de lectores, incluso a su propia satisfac-
los colores, ni los sordos de los diver- ción, cuando considera que esta enu-
sos sonidos. Pero si ciegos y sordos meración es completa, y que no pue-
logran adquirir sus respectivos senti- den existir más principios de asocia-
dos, se abre en ellos un nuevo cauce ción que éstos. En estos casos lo que
en sus conocimientos producidos por debemos hacer es recorrer varios ejem-
las nuevas sensaciones que están en plos y detallar meticulosamente el prin-
capacidad de emitir. cipio que une los distintos pensamien-
tos entre sí, sin detenernos hasta que
De la asociación de las ideas encontremos, de hecho, el principio tan
general como sea posible. Por ejem-
Hume considera que es evidente que plo, subraya, “contraste” o “contrarie-
existe un principio de relación entre los dad” presenta una conexión entre
diversos pensamientos o ideas de la ideas, pero, quizás, pueda considerar-
mente. Ellas están, desde su punto de se como una mezcla de “causa” y “se-
vista, conectadas de la siguiente ma- mejanza”. Pero cuando dos objetos son
nera: por semejanza, por contigüidad contrarios, el uno destruye al otro.
en el tiempo o en el espacio y, por últi- Entonces la destrucción es causa de la
mo, por causa o efecto. Muchos pon- aniquilación, y la idea que nos provo-
drán en duda que estos principios sir- ca la aniquilación de un objeto nos lle-

9
Ibíd., p. 40.


 


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va a la idea de su existencia anterior. Para responderse esta pregunta Hume


Cuantos más ejemplos consideremos afirmó, como proposición general que
y mayor cuidado tengamos, es mayor no admite excepción, que el conoci-
la seguridad que tendremos de que la miento de esta relación, en ningún
enumeración llevada a efecto a partir caso, se alcanza por razonamiento a
del conjunto, es efectivamente comple- priori, sino que surge enteramente de
ta y total. la experiencia, cuando hallamos que
objetos particulares cualesquiera están
Dudas escépticas acerca de las ope- constantemente unidos entre sí. Para
raciones del entendimiento un hombre bien dotado de razón y lu-
ces naturales ante un objeto para él
Todos los objetos de la razón e inves- desconocido, por ser enteramente nue-
tigación humana, afirma Hume, pue- vo, no puede descubrir causas o efec-
den, de manera natural, dividirse en tos de ese objeto, así haga el estudio
dos grupos, así: relaciones de ideas y más meticuloso del mismo. Luego, la
cuestiones de hecho. Al primer grupo proposición “las causas y los efectos
pertenecen las ciencias de la Geome- no pueden descubrirse por la razón,
tría, el Álgebra y la Aritmética y, en sino por la experiencia”, se admitirá,
resumen, toda afirmación intuitiva o sin ambages, con respecto a los obje-
demostrativamente cierta. Lo que no tos que alguna vez fueron desconoci-
sucede con las cuestiones de hecho, los dos por nosotros, pero que hoy día ya
segundos objetos de la razón humana. no lo son.

Para este filósofo inglés, todos nues- Pero, para convencernos de que todas
tros razonamientos de las cuestiones las leyes de la naturaleza, como todas
de hecho parecen fundarse en la rela- las operaciones de los cuerpos sin ex-
ción de causa y efecto, porque median- cepción, son conocidas sólo por la ex-
te ella podemos ir más allá de la evi- periencia, las siguientes reflexiones,
dencia de nuestra memoria y sentidos. quizás, sean suficientes para ello: si
Por ejemplo, expresa, un hombre que tuviéramos que pronunciarnos acerca
encontrase un reloj en una isla desier- del efecto de un objeto desconocido
ta sacaría la conclusión de que en al- por nosotros, no dudamos que tendría-
gún tiempo hubo un hombre en esa isla. mos que inventarlo. Y esto es una ar-
Y esto es dado de esta manera porque bitrariedad. La mente nunca puede en-
todos nuestros razonamientos acerca contrar el efecto en la supuesta causa
de los hechos son de la misma natura- por el examen, así sea éste muy rigu-
leza, ellos presuponen constantemen- roso, ya que, pues, el efecto es total-
te que hay una conexión entre el he- mente distinto a la causa y, en conse-
cho presente y el que se infiere de él. cuencia, no puede ser descubierto en
Pero, se pregunta, ¿cómo llegamos al él. El movimiento en una segunda bola
conocimiento de la causa y del efec- de billar, a manera de ejemplo, es un
to? suceso totalmente distinto del movi-


 


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miento en la primera; como tampoco intentado mostrar la causa última de


hay nada en la una que pueda ser el cualquier operación natural, o exponer,
indicio, así sea mínimo, de la otra. con la claridad del caso, la acción de
la fuerza que produce cualquier efecto
Ahora, como la invención en todas las singular en el universo. Y es que el
operaciones de la naturaleza son arbi- mayor esfuerzo que puede realizar la
trarias –como ya lo habíamos hecho razón humana consiste en reducir los
notar– mientras no se consulte la ex- principios productivos de los fenóme-
periencia, de la misma manera también nos naturales a una mayor simplicidad,
podemos estimar el supuesto enlace o como los muchos efectos particulares
conexión entre causa y efecto, que los a unos pocos generales por medio de
une haciendo imposible que cualquier razonamientos apoyados en la analo-
otro efecto pueda resultar de la opera- gía, la experiencia y la observación.
ción de aquella causa. Cuando Hume Pero en lo que hace a las causas de es-
observa que una bola de billar se mue- tas causas generales, todavía no hemos
ve en línea recta hacia otra, él pudo quedado satisfechos con las explica-
concebir alrededor de cien aconteci- ciones que hasta hora nos han dado.
mientos, para citar un número, que bien Estas fuentes y principios últimos es-
han podido haber seguido igualmente tán totalmente vedados a la curiosidad
aquella causa (¿No podría la primera e investigación humanas.
bola volver a su lugar antes de tocar a
la otra? ¿No podrían haberse quedado Soluciones escépticas de estas dudas
quietas ambas bolas?).
La pasión por la filosofía, como la pa-
Estas suposiciones, como otras en el sión por la religión, considera Hume,
mismo sentido, son congruentes y pue- está expuesta a hacernos caer en la
den ser concebibles, pero ¿por qué, peligrosa contradicción de, por un
entonces, se pregunta, hemos de pre- lado, buscar la corrección de nuestro
ferir una, que no es más congruente y comportamiento y la expulsión de los
concebible que las demás? El mismo vicios, de hecho, y, de otra forma, em-
da respuesta a su interrogante manifes- plearla imprudentemente para fomen-
tando que ninguno de nuestros razo- tar una inclinación predominante para
namientos a priori nunca podrá mos- empujar la mente, con resolución, ha-
trar un fundamento consistente para cia una posición a la que ya de por sí
explicar esta preferencia. En una pala- tiende por predisposición del tempe-
bra, todo efecto es un suceso distinto ramento natural. Así se refiere, de ma-
de su causa, y su hallazgo inicial o re- nera textual:
presentación a priori, se basan en fun-
damentos enteramente arbitrarios. Es Mientras estudiamos con
por esto, en cierta forma, por lo que atención la vanidad de la
podemos descubrir la razón, según vida humana y encaminamos
Hume, del por qué ningún filósofo ha todos nuestros pensamientos



   


 


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al carácter vacío y transito- quier razonamiento abstracto. Ya en el


rio de las riquezas y de los segmento anterior hemos anotado
honores, quizá estemos tan como Hume considera que todos los
sólo adulando nuestra indo- razonamientos que parten de la expe-
lencia natural que, odiando riencia de la mente dan un paso que no
el ajetreo del mundo y la se justifica por ningún argumento o
monotonía de los negocios, proceso de comprensión alguno, lo que
busca una apariencia de ra- hace explicar el por qué cuando un
zón para permitirse una li- hombre que ha adquirido la experien-
cencia total e incontrolada1 0. cia suficiente como para haber obser-
vado qué objetos o acontecimientos
Sin embargo, considera el mismo están constantemente unidos, inmedia-
Hume, existe una clase de filosofía que tamente infiera la existencia de un ob-
parece estar poco expuesta a este peli- jeto de la aparición de otro. Pero, a
gro, al no ser compatible con la pasión pesar de la experiencia que tiene al
desordenada de la mente humana, respecto, todavía no ha adquirido idea
como tampoco mezclarse con emocio- o conocimiento alguno acerca del se-
nes o propensión natural alguna. Se creto poder por el que un objeto pro-
refiere él a la filosofía de la Academia duce el otro, lo que lo obliga, en este
o filosofía escéptica, la que pregona caso, a realizar dicha operación.
que toda pasión, salvo el amor a la ver-
dad, jamás debe exagerarse. Y, en cierta Pero esta operación sólo es posible de
medida, esto se convierte en bastión conseguirla mediante el principio de
para quienes la han criticado por no la costumbre o el hábito. En la medida
adular pasiones irregulares y al opo- que el hombre ejecute la repetición de
nerse a tantos vicios y locuras. Así, es un acto u operación particular
tachada de libertina, profana e irreli- propende a renovar el mismo acto u
giosa. operación, sin que ningún razonamien-
to lo impulse a ser un efecto de la cos-
Pero Hume no se inmuta ante tales ca- tumbre. Cuando Hume utiliza este tér-
lificativos. Confirma que no debe mino no pretende dar la razón última
temérsele a esta clase de filosofía por de tal propensión. Sólo indica un prin-
intentar limitar nuestras investigacio- cipio de la naturaleza humana, univer-
nes a lo de la vida común, la que nun- salmente admitido y bien conocido por
ca podrá ser socavada al llevar tan le- sus efectos. De esta forma, recalca una
jos sus dudas como para destruir toda vez más, que todas las inferencias rea-
acción, incluyéndose la especulación. lizadas a partir de la experiencia son
La naturaleza siempre mantendrá sus efectos, por tanto, de la costumbre y
derechos, prevaleciendo sobre cual- no del razonamiento.

10
Ibíd., p. 63-64.


 


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De la filosofía académica o escéptica engañoso. A este escepticismo, sin


embargo, Hume no le da el suficiente
Según Hume el mayor número de ra- crédito filosófico porque, según él, la
zonamientos filosóficos desarrollados duda cartesiana, por muchos razona-
hasta su época tienen como tema la mientos que establezca, no nos lleva-
demostración de la existencia de una ría jamás a un estado de seguridad y
deidad para refutar los falsos argumen- convicción sobre tema alguno, pero sin
tos de los ateos, pero, sin embargo, los dejar de reconocerle que cuando se da
filósofos más religiosos discuten aún de una manera más moderada puede
si cualquier hombre puede estar tan comprenderse en un sentido muy ra-
ciego como para especular con el ateís- zonable, convirtiéndose en un prepa-
mo. Para ello se pregunta, ¿cómo po- rativo necesario para el estudio de la
dríamos reconciliar estas contradiccio- filosofía al mantenerse la imparciali-
nes? Sarcásticamente entra a plantear dad de nuestros juicios y rescatar nues-
que “los caballeros andantes, que erra- tra mente de los prejuicios que hemos
ban por el mundo para librarlo de dra- podido absorber, de pronto, por edu-
gones y gigantes, nunca abrigaron la cación u opinión temeraria.
menor duda con respecto a la existen-
cia de estos monstruos”1 1. Con esto nos Pero para Hume hay otra clase de es-
hace introducir en el escepticismo de cepticismo, aquel que se da como con-
la filosofía. secuencia de la ciencia y la investiga-
ción. Este es manifestado cuando se
Considera que el escéptico es otro ene- supone que los hombres han descubier-
migo de la religión, provocando la fu- to lo engañoso de la naturaleza de sus
ria de todos los teólogos y filósofos facultades mentales o la incapacidad
más solemnes. Pero esto da para una de éstas para determinar fijamente una
pregunta, ¿qué se entiende por escép- posición en estos temas tan delicados
tico? Para responder, se remonta a desde el punto de vista especulativo.
Descartes. Según el citado filósofo, Este filósofo no insiste sobre los tópi-
dice Hume, hay un escepticismo pre- cos manejados por los escépticos con-
vio a todo estudio y filosofía, el que se tra la evidencia de la sensación, tales
convierte en una salvaguardia excelen- como los que se derivan de la imper-
te contra el error y el juicio precipita- fección y naturaleza engañosa de nues-
do, aconsejando siempre una duda uni- tros órganos sensoriales, por ejemplo:
versal no sólo de nuestras opiniones y cuando observamos la imagen quebra-
principios anteriores, sino también de da de un remo cuando es sumergido
nuestras facultades de veracidad para en el agua; las dobles imágenes que se
asegurarnos de una cadena de razona- producen cuando miramos con un ojo,
mientos deducidos a partir de algún al tener el otro cerrado; y la diversidad
principio original, el que no puede ser de apariencia de los objetos, según la

11
Ibíd., p. 176.


 


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variación de la distancia que nos sepa- la mente misma ni por la sugestión de


ran de ellos. Así, como éstos, pueden algún espíritu invisible y desconocido,
darse muchos fenómenos de naturale- o por alguna otra causa que no sea aún
za semejante. más desconocida? Ante esta pregunta
que se plantea, Hume reconoce, de
Para Hume los anteriores argumentos hecho, que en el caso de los sueños, la
escépticos nos llevan a la demostración locura y otras enfermedades, muchas
de no depender, implícitamente, de los de las percepciones no surgen de nada
meros sentidos, sino que debemos co- externo. Pero si las percepciones de los
rregir su evidencia con el uso de la ra- sentidos pueden producirse por obje-
zón y por consideraciones derivadas de tos externos que se asemejan a ellas,
la naturaleza del medio, la distancia del ¿cómo se resuelve esta cuestión? Hume
objeto y la disposición del órgano, para acude nuevamente a la experiencia,
que se haga, así, de estos sentidos los pero no a cualquier experiencia, sino
criterios adecuados sobre la verdad y a una “experiencia silenciosa”. En este
la falsedad. Según lo expuesto, cuan- sentido, para él, la mente nunca tiene
do los hombres siguen ese ciego ins- nada presente, sólo las percepciones,
tinto de la naturaleza suponen siempre no pudiendo alcanzar experiencia al-
que las imágenes presentadas por los guna de su conexión con los objetos.
sentidos son los objetos externos, no Suponer semejante conexión, carece de
sospechándose que las unas no son más fundamento en el razonamiento.
que representaciones de las otras. Nada
puede estar en la mente de los hom- Otro tópico de la filosofía escéptica
bres si no son imágenes o percepcio- tratado por Hume se refiere a las cua-
nes. Los sentidos sólo son conductos lidades sensibles de los objetos, como
por los que se trasmiten esas imáge- la dureza, el calor, la blancura, la ne-
nes, sin que se dé un contacto inme- grura, las cuales son estrictamente se-
diato entre la mente y el objeto. La cundarias. Ellas no existen en los ob-
mesa que vemos, como un ejemplo, jetos en sí, sino que son percepciones
parece disminuir de tamaño cuando sin arquetipo o modelo externo que
nos alejamos de ella, pero la verdade- representar. De llegar a aceptarse se-
ra mesa, la que existe independiente- mejante postura filosófica, con respec-
mente de nosotros, no sufre ninguna to a lo de las cualidades secundarias,
alteración. Y es que no se trata más que también, por supuesto, ha de ser váli-
de su imagen, la que está presente en do para las supuestas cualidades pri-
la mente. marias de extensión y solidez, argu-
menta Hume. Las ideas de extensión y
Ahora, ¿con qué argumento puede de- solidez son adquiridas, en su totalidad,
mostrarse que las percepciones de la por los sentidos de la vista o de la sen-
mente son causadas por los objetos sación. Las ideas de estas cualidades
externos, totalmente distintos de ellas, primarias no son alcanzadas por abs-
y no pueden surgir ni por la energía de tracción, lo que este pensador consi-


 


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dera como absurdo, porque no puede HUME, David. Investigación sobre el


concebirse una extensión que no sea conocimiento humano. Ed. Alianza,
tangible ni visible. Madrid, 1981.

BIBLIOGRAFÍA OROZCO CANTILLO, Álvaro. El sa-


ber filosófico. Ed. Colombia Nueva,
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