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CONFÍA

En el caminar de nuestra vida todos nos hemos encontrado con situaciones


bastantes difíciles, circunstancias que no todos pueden entender y tal vez, ni
siquiera nosotros mismos lo lleguemos hacer; en estos tiempos lo único que
alcanzamos a ver es un panorama nublado, nos dejamos llenar por la
inseguridad, la incertidumbre y la ansiedad, la cual nos lleva querer tomar
decisiones conforme a la situación que se presente tomando el control de
“todo” creyendo que sólo así esto abstracto que se nos presenta tomará forma;
pero resulta que no es así, Dios constantemente nos enseña en su palabra que
debemos confiar plenamente en Él, darle el total control de nuestra vida.
“Confía en el SEÑOR con todo tu corazón,
no dependas de tu propio entendimiento.
Busca su voluntad en todo lo que hagas,
y él te mostrará cuál camino tomar”.
Proverbios 3:5-6
Dios anhela profundamente que confiemos en Él, no por ratos sino en todo
tiempo, “todo tiempo” requiere en momentos de alegría y risas pero también en
momentos de dificultad y llanto, en donde lo pongamos a Él como única fuente
de esperanza y paz; también el Señor es específico en el decir “no dependas
de tu propio entendimiento” ¿Por qué? Nosotros solo tenemos una vista
terrenal, tan solo alcanzamos a ver lo que está al frente de nosotros pero Dios
tiene una vista desde lo alto y ve más allá, ve tu circunstancia y también ve la
salida, sabe el camino por el cual guiarte y obtener la victoria, pero para
obtener esto hay que buscar su voluntad y PONERLA POR OBRA.
Ahora, satanás siempre pondrá pensamientos de destrucción, de incredulidad,
de temor, entre otros pensamientos malos para que nosotros no caminemos
conforme a lo que Dios ya ha diseñado, pero es ahí, en ese momento donde
nosotros somos los que decidimos si confiar plenamente en Dios y caminar
sobre las aguas o dudar de Dios y creerle a satanás, mirando y hundiéndonos
en la tormenta.
Bueno, creo que todos hemos decidido confiar en Dios, pero también creo que
todos nos hemos hundido en un mar de angustia y desconfianza donde
empezamos a tener muchas dudas acerca de Dios y su plenitud, acerca de su
amor, cumplimiento de su palabra, su respaldo, y de más; pero no todo está
perdido, resulta que tenemos un Dios que se preocupa profundamente por
nosotros y está pendiente de que no nos ahoguemos.
“Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti
sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba
sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y
comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento
Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué
dudaste?”
Mateo 14:28-31
Jesús estaba pendiente de que Pedro no se ahogara, pero ¡atención! se
alcanzó a hundir, pueda que seamos ese Pedro que miro la tormenta que tuvo
miedo y dudo de aquel que estaba al frente cuidándolo, Jesús, pero Dios en su
infinito amor y fidelidad extiende su mano y nos saca de aquellas aguas que
nos querían ahogar. Hay algo muy triste en este capítulo y es cuando Jesús le
pregunta “¿Por qué dudaste?” Él no quería que Pedro dudara y se hundiera,
así mismo Jesús no quiere que dudemos y desconfiemos de Él, Él anhela que
caminemos sobre las aguas creyendo que el que está al frente en pleno
cuidado es Él mismo que nos ha llamado y ha dicho “Ven”.
Ahora Jesús te dice: “¿Por qué dudaste?” Estoy al frente tuyo, ¿No me ves?
Bueno, es por qué solo has estado viendo la tormenta pero estoy aquí,
cuidándote, amándote; Yo te llame, Yo mismo te respaldaré, nos estás solo
estoy contigo, solo has los fácil que es caminar y yo haré los difícil que es
mantenerte sobre las aguas calmando toda tormenta.
CONFÍA…
Everlasting Love

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