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CLASE MEDIADA No 1

TEMA: Fundamentos de Autoestima


Generalidades:
¿Quién dirías que es tu peor enemigo?
En 2014, el profesor Hal Hershfield, un reputado psicólogo de la Universidad de Ucla, hizo
esta pregunta a un millar de personas. La mitad de ellas coincidió en la respuesta: “yo mismo”.
Si tú también crees que nuestros propios miedos y prejuicios son el mayor obstáculo de
nuestra vida, sigue leyendo. Porque al final de este artículo habrás aprendido cómo
derrotarlos a todos.
Sin autoestima, nuestros temores nos encierran en la zona de confort, nos castigan y nos
impiden luchar por lo que realmente queremos. Los medios de comunicación y redes sociales
tampoco ayudan, situándonos en comparaciones constantes con los demás. Como
consecuencia, la autoayuda se ha convertido en un negocio que mueve millones de dólares al
año.

¿Qué es la autoestima en realidad?


La definición de la autoestima es la manera en que nos juzgamos y evaluamos. Dicho de otra
forma, la autoestima es cómo nos sentimos con nosotros mismos.
Consiste en todo el conjunto de creencias, valoraciones y pensamientos que tenemos sobre
nosotros, y que hemos ido creando a partir de nuestras experiencias. Además, la autoestima
tiene varias funciones psicológicas aunque a veces provoque justo lo contrario:

 Satisfacer tu necesidad de sentirte bien contigo mismo


 Reducir el impacto de los rechazos que sufres en tu vida
 Protegerte del miedo y la incerteza
 Motivarte a luchar por tus metas

Todos podríamos ser más listos, más guapos y más ricos, pero se ha demostrado que la
autoestima no depende de lo que tienes, de lo que sabes o de lo que eres. Depende de cómo
te aceptas.
Aunque hace relativamente poco se asoció las personas con alta autoestima con el
narcicismo, la evidencia científica lo niega. Tener una autoestima sólida no implica ser
prepotente, sino ser capaz de aceptar nuestras fortalezas y debilidades para reconocer
nuestro propio valor.
Tampoco se nace con baja u alta autoestima: evoluciona a medida que vivimos nuevas
experiencias. Los eventos que tienen mayor influencia suelen ser aquellos que marcaron
nuestra infancia, como la manera en que nos trataron nuestros padres, profesores o amigos.
Por eso ciertas situaciones pueden causar un profundo impacto sobre tu autoestima:

 Si ignoraban tus ideas en lugar de escucharlas


 Si abusaban física o psicológicamente de ti en vez de respetarte
 Si recibiste indiferencia, y no afecto
 Si te exigieron todavía más en lugar de reconocer tu esfuerzo
 Si te culpabilizaron por tus fracasos en vez de aceptarlos

Durante nuestra infancia recibimos multitud de opiniones sobre nosotros, tanto positivas como
negativas. Pero por una razón que descubrirás en este artículo, las malas son las que
prevalecen por encima de todas.

Autoestima baja: ¿cómo te afecta?


Es como una profecía: si no te sientes valioso, tarde o temprano vas a terminar
comportándote de esa misma forma. Una baja autoestima puede cambiar la conducta de las
personas para confirmar sus sospechas sobre su propio valor, creándose un círculo vicioso
del que es muy difícil escapar.
No estar a gusto siendo quien eres o no confiar en tus capacidades tiene unas consecuencias
terribles. Probablemente dejes de atender encuentros sociales, probar cosas nuevas y
enfrentarte a retos que darían riqueza a tu vida. Sabrás que sufres baja autoestima si te suele
ocurrir lo siguiente:

 Te sientes inferior a los demás


 Te desmotivas con facilidad y no terminas lo que empiezas
 Evitas cualquier situación en la que puedas fracasar
 Te sigues culpando de tus errores del pasado
 No crees que haya nada especial en ti
 No te sientes atractivo
 Evitas relacionarte con los demás

 No expresas tus ideas u opiniones


 Habitualmente sientes ansiedad y una profunda tristeza
 Eres muy perfeccionista y no valoras lo que consigues
 Te cuesta mucho tomar decisiones
 Te corroe la envidia cuando los demás consiguen algo

Encontrarás multitud de libros, artículos, vídeos y cursos sobre cómo mejorar tu autoestima.
Desafortunadamente la mayoría de ellos están basados en ideas que no han demostrado
ninguna eficacia real. Es más, ¡algunas son incluso perjudiciales para tu autoestima!
Por eso primero romperemos esos falsos mitos para que no vuelvas a caer nunca más en los
errores del pasado, y luego aprenderás los métodos científicos con los que podrás dejar atrás
tus miedos e inseguridades de una vez por todas.

4 mitos que no funcionan para conseguir una


autoestima alta
1. Buscar siempre el lado positivo
Este sería un buen consejo si no fuera porque tu mente en realidad no está programada para
hacerlo.
Siento ser yo quien te diga esto, pero estás destinado a sufrir. Por ejemplo, ¿qué ocurre si
después de presentar tu proyecto a cuatro personas, tres de ellas te felicitan pero una te dice
que estaba lleno de errores? ¿Qué opinión crees que va a pesar más sobre tu estado
emocional?
Exactamente. Tal y como demostró el doctor Cacioppo, los humanos estamos diseñados para
valorar más lo negativo que lo positivo. Nos obsesionamos con lo malo y olvidamos lo bueno
con mayor rapidez. Nuestra mente, si me permites decirlo así, desea ser infeliz.
A esto se le conoce en psicología como el sesgo de negatividad, un fenómeno habitual en
gente que sufre ansiedad o depresión. Así que la negatividad no es una elección consciente,
sino algo que está profundamente grabado en nuestro interior. Esto nos convierte
en máquinas de detectar amenazas, incluso cuando no existen en realidad.
¿Pero de dónde proviene todo este pesimismo innato?
La respuesta está en tus ancestros.
Para mantener a nuestros antepasados con vida, la naturaleza les programó para priorizar las
malas noticias y detectar amenazas en fracciones de segundo. Porque en mitad de la sabana
africana, ser capaz de detectar un movimiento entre la maleza e identificarlo como un peligro
podía suponer la diferencia entre vivir o morir.
Aunque hoy en día ya la mayoría de nosotros no tenemos que defendernos de depredadores
o tribus enemigas, nuestra mente sigue sin poder distinguir entre esas antiguas amenazas y
los retos psicológicos a los que debemos hacer frente en la actualidad.
Este legado es el culpable de que desconfiemos de los extraños (fuente), de que a menudo
tengamos la sensación de que la gente nos está mirando (estudio) e incluso la explicación
científica de los prejuicios raciales (estudio).
Recomendación
En lugar de buscar siempre el lado positivo, asume que tu mente está programada para
presentártelo todo como una amenaza. Te sorprenderá menos.

2. Luchar por ser feliz


Probablemente creas que serías más feliz con una autoestima alta, ¿me equivoco?
No me extraña. Vivimos sumidos en la cultura de la felicidad. Corrientes como la psicología
positiva, libros de autoayuda como El secreto o frases populares como “al mal tiempo buena
cara” se empeñan en recordarnos que deberíamos estar siempre alegres.
Sin embargo, cuanto más te esfuerces por ser feliz, más infeliz terminarás siendo.
El motivo es que la felicidad es efímera. Podemos estar muy contentos durante una etapa de
nuestra vida, pero eso va a durar poco. Porque los seres humanos siempre terminamos
adaptándonos a las nuevas circunstancias. Prueba de ello es el estudio que demostró que
incluso algo tan soñado como ganar la lotería no supone ningún incremento de la felicidad a
largo plazo.
Cuanta mayor importancia des a tu felicidad, peor te sentíras. ¿Por qué? Porque se ha
comprobado que querer ser feliz y ser consciente de que no lo estás consiguiendo te hará
todavía más desdichado.
Preocuparte tanto por tu bienestar también termina afectando tu vida social. Un estudio del
año 2012 relacionó la búsqueda de la felicidad con la soledad: cuanto más se esforzaron los
participantes en ser felices, más solos se sintieron. Y no fue solo una percepción: sus niveles
de progesterona disminuyeron como respuesta hormonal asociada a la soledad.
Recomendación
Olvídate de ser feliz. Hay cosas mejores.

3. Marcarse grandes objetivos


Un consejo clásico de la autoayuda es que te marques objetivos, ¿verdad?
Pues los objetivos ambiciosos tienen un lado muy oscuro. Pueden llegar a obsesionarnos
tanto que nos resulte imposible imaginarnos sin ellos, sacrificando aspectos de nuestra vida
que, en realidad, son más importantes.
Esto es lo que ocurrió en mayo del año 1996, en la que probablemente sea la mayor tragedia
alpinista de la historia. En tan solo dos días murieron 12 personas de tres expediciones
distintas mientras intentaban coronar la cima de del Everest.
Los alpinistas se habían vinculado tanto con su objetivo de coronar la montaña que perdieron
de vista todo lo demás. Incluso ignoraron los partes meteorológicos que anunciaban la
fortísima tormenta de nieve que acabó con sus vidas.
A pesar de que todas las previsiones desaconsejaban que iniciaran la expedición, lo
hicieron. Su objetivo había pasado a formar parte de su propia identidad. ¿Cómo no podían ni
siquiera intentarlo después de tantos meses de extenuante entrenamiento?
Marcarte objetivos es un grave problema si no eres capaz de reconocer que puedes fracasar.
Entonces se transforman en algo que te define, y por ellos serás capaces de sacrificar tu
salud, amistades o familia.
Recomendación
Ponte objetivos más pequeños pero alcanzables, y asume que fallar no significa el fin del
mundo. Puedes volver a intentarlo las veces que quieras.

4. Reprogramar la mente con autoafirmaciones positivas


Existe una corriente de pensamiento positivo según la cual tu mente crea lo que le dices.
Supuestamente, si te repites mantras como “Soy una persona extraordinaria y merezco que
me amen”, tu mente lo interiorizará y empezarás a actuar como alguien extraordinario.
A los seres humanos nos gusta imaginar que existen formas místicas de recuperar el control
de nuestro destino. Pero por suerte, los libros que popularizaron este tipo de teorías han ido
desapareciendo de las estanterías.
En un estudio publicado el año 2009 en Psychological Science se quiso comprobar la eficacia
de este tipo de reprogramación. El resultado fue que los participantes que emplearon estas
afirmaciones positivas no solo no mejoraron, sino que terminaron sintiéndose peor.
La razón es que cuando te repites a ti mismo que eres excepcional o maravilloso tu cerebro de
inmediato se plantea una pregunta: ¿por qué?
Tu cerebro no es ingenuo. Si no es capaz de encontrar la respuesta no se va a creer lo que le
estás diciendo. Rechazará la afirmación y en consecuencia tú te sentirás peor. Las
autoafirmaciones positivas solo funcionan cuando entran dentro del rango de lo que es creíble.
Recomendación
No te repitas a ti mismo lo bueno que eres si no estás seguro de que puedes acompañarlo con
una razón. Tranquilo, en este artículo te ayudaré a encontrarla 🙂

Te invito a ver el siguiente video: https://www.youtube.com/watch?v=jZx6F9oZcUA

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