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El Romanticismo y su contexto social

Aunque se ha solido estudiar en su ámbito artístico, la sociedad


también recibe influencias de este nuevo movimiento.

De esta forma, la individualidad que propugna se une a la


aparición de nuevos conceptos subjetivos que van a cambiar
incluso la geografía de Europa.

Se empiezan a desarrollar ideas nacionalistas basadas en la idea


del “espíritu del pueblo”, especialmente en el centro de Europa.

Este nacionalismo bebe de fuentes casi mitológicas, de un


pasado glorioso. Por ejemplo, Alemania se unifica en un solo
estado, apelando en ocasiones a la mitología nórdica.

Una gran muestra de ello se encuentra en las obras de Richard


Wagner, con sus referencias a nibelungos o dioses del norte.

Italia también se unifica, con constantes apelaciones a lo que


fue el Imperio romano. Las revoluciones y movimiento de 1848
ya no solo se basan en las ideas liberales de la Revolución
francesa, sino también en esos rasgos románticos.

Además, aparece un sentido de lo trágico que no existía


anteriormente. La muerte no solo se ve desde un punto de vista
cristiano, sino que se le dota de un halo oscuro y atrayente del
que antes carecía. Poetas como Lord Byron o escritores como
Poe así lo demuestran.
El Romanticismo busca la exaltación de la naturaleza
como vía del hombre para evadirse de la realidad, en
una época que coincide con la expansión de la
revolución industrial (1750-Reino Unido), causa también
de este retorno a la naturaleza.
Las 10 ideas que definen el Romanticismo y que
pueden ayudarnos a reflexionar sobre nuestro actual
modelo de vida, son las siguientes:

1. Retorno a la Naturaleza,
encontrarse a uno mismo frente al
gran paisaje natural.
2. Defensa del liberalismo frente al
despotismo ilustrado.
3. Valoración de la Edad Media, como
fuente religiosa y mística.
4. Reivindicación del nacionalismo,
recuperar la identidad de un país.
5. Defensa de la fuerza instintiva del
genio, frente a los convencionalismos
artísticos.
6. Creencia en lo sublime, aquello que
trasciende nuestros sentidos y que
está en la naturaleza.
7. Capacidad de observación para el
aprendizaje de cada uno.
8. Valoración de la persona tranquila y
reflexiva.
9. Reivindicación de la consciencia del
“yo”, el que nos aporta la propia
fantasía y sentimiento, frente a lo
universal.
10. Defensa de la creación frente a la
imitación.

El artista más representativo del Romanticismo, y por


ende, de las 10 características mencionadas más
arriba, fue Caspar David Friedrich. Nació en 1774 en
Alemania, y fue pintor de paisajes principalmente.
Maduró en una época en la que crecía la desilusión
religiosa y social en toda la clase media europea, dando
lugar a una nueva apreciación de la espiritualidad.
Este cambio en los ideales se expresa a través de la
revaluación de la naturaleza, y se observa en artistas
como Friedrich, William Turner y John Constable, que
trataron de representar la naturaleza como
una creación divina, que debe aflorar contra el
artificio de la civilización humana.
Las obras de Friedrich tienen una fuerte simbología, por
ejemplo, la gran roca sobre la que se asientan,
frecuentemente, los humanos de sus obras. Según
Friedrich esto representa la fe, imperturbable y firme.
Uno de los elementos característicos de los cuadros de
Friederich es la nieve. A diferencia de la pintura rococó
y de la pintura de los siglos XVI y XVII, la nieve no
representa un fenómeno metereológico (consecuencia
de una helada temporal), sino que es símbolo de algo
cercano a la muerte. En el Romanticismo el invierno,
como estación precedera al renacimiento de la
naturaleza, simboliza la idea cristiana de la
resurrección.

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