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REBELDIA 

   Desde la perspectiva de nuestra legislación procesal debemos entender la rebeldía como la situación
especial en que se coloca el demandado, cuando no contesta la demanda dentro del plazo establecido
para cada vía procedimental, pese a haber sido debidamente

 Pero para que esto suceda, el demandado tiene que estar debidamente notificado y
de forma oportuna, caso contrario, no operará la figura de la rebeldía. 

Por consiguiente, una vez vencido el plazo para contestar la demanda, el demandado
habrá dejado pasar  una excelente oportunidad para hacer valer su derecho de
defensa, dejando de lado las excepciones que la ley le prevé y la posibilidad de
presentar argumentos que desbarate la posición del demandante, por lo tanto, el
próximo paso a seguir será el de notificar la declaración de rebeldía, ya sea por
cédula si éste contara con una dirección domiciliaria o en su defecto mediante edicto,
tal como lo prescribe el artículo 459° del CPC.

Teniendo en consideración lo expresado en el párrafo precedente, habría que


determinar en qué momento entra a operar la rebeldía ¿será de manera automática
una vez vencido el plazo de contestación de demanda?  Y digo esto porque qué
pasaría si vencido el plazo para contestar la demanda el demandado presenta su
escrito de contestación de demanda sin que haya una resolución que lo declare
como rebelde ¿ello sería procedente

Desde un punto de vista meramente formalista y procesalista, ello sería imposible, ya


que los plazos en nuestro ordenamiento procesal son preclusivos, es decir, una vez
transcurrido el plazo, se extingue el derecho que no se realizó. Por lo tanto, su
demanda deberá ser declarada inadmisible por extemporánea y decretarse
la rebeldía del demandado, teniendo en consideración lo establecido en los artículos
V y IX del Título Preliminar del CPC, en el cual se prescribe que “(…) La actividad
procesal se realiza diligentemente y dentro de los plazos establecidos”  y “Las
normas procesales contenidas en este Código son de carácter imperativo” .

Es así, que al decretarse la rebeldía,  el juez se pronunciará sobre el saneamiento del


proceso y pasará a expedir sentencia, salvo las excepciones del artículo 461° del CPC.
Es decir, el juez en esta etapa expectora todo aquello que pueda entorpecer el buen y
normal desarrollo del proceso, pues con el saneamiento del proceso se busca sanear,
limpiar y purificar el proceso de futuras nulidades o vicios procesales

En cuanto a las medidas cautelares que se hayan dictado durante la ausencia


del rebelde, porque así lo permite el artículo 463° del CPC, una vez apersonado al
proceso éste podrá solicitar al juez la variación de la medida cautelar por otra que no
afecte sus intereses, siempre y cuando satisfaga o asegure el derecho de la otra
parte.

 No olvidemos que una medida cautelar debe ser siempre proporcional y razonable, y
justificar el fin por el cual se solicitó y se concedió, caso contrario, se estaría
cometiendo un abuso del derecho, abuso del derecho que no es amparado por la
norma.
Por último, las costas y costos del proceso contemplados en los artículos 410° y 411°
del CPC respectivamente, en el cual se prescribe que “Las costas están constituidas
por las tasas judiciales, los honorarios de los órganos de auxilio judicial y de los
demás gastos judiciales realizados en el proceso , así mismo, “Son costos del proceso
el honorario del abogado de la parte vencedora, más un cinco por ciento destinados al
Colegio de Abogados del Distrito Judicial respectivo para su Fondo Mutual y para
cubrir los honorarios de los abogados en los casos de auxilio judicial” , estarán a cargo
delrebelde, tal como lo estipula el artículo 464° del CPC

en ningún caso genera una obligación o deber para el demandando, sino que es libre de personarse o no en el
proceso. Cuando el demandado opta por la no personación, su decisión genera una serie de consecuencias que se
inicia con la declaración de rebeldía

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