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Carta de
Carta de
incursiones de las hordas que infestan las márgenes del Eufrates y Avisada tan á tiempo la escuadra de Mehemet-Al- í, se ha hecho
del Tigris; y estos dos hermosos rios que fertilizan con sus aguas
al- á la vela y ha logrado entrar en el puerto de Alejandría.
gunas dé las mas bellas comarcas del mundo, se poblarían con
esta-
blecimientos mercantiles.
También á los israelitas les cabria su parte en el tratado, Nos La Gaceta de Leipsick dice que el Rey de Prusia ha tratado
parece que no nos equivocamos, ni es efecto de una ilusión vana si con la mayor distinción al conde Felipe de Segur. Cuando salió para
aseguramos que los israelitas, obedeciendo á una ilusión sobrenatural, Potsdam donde estaba convidado á comer como también el conde de
volverán simultáneamente á su país natal. El afecto que conservan á Bresson, ocurrió un incidente en el locomotriz, por lo cual se retar- - j
nor duda de que una multitud de ellos irá á establecerse á la Judea, Rey íes respondió riendo: "Los representantes de ia Francia nunca i
y contribuirán á hacer de ella un país comerciante como fue en otro llegan tarde en Alemania."
tiempo. ,
Si se llegase a verificar una solución definitiva y perentoria de
la cuestión suscitada entre Mehemet y el Sultán, la Rusia no tendrá
ningún pretexto para intervenir, y la Puerta Otomana, después de
haber recibido de nosotros una prueba tan evidente de amistad,
bus- i'-
cara, en lo sucesivo su apoyo en la Gran Bretaña, y no en la Rusia. D. Joaquín Zuazo, caballero de las Reales órdenes americana de Isa- -
Para llevar a cabo el proyecto de hacer de la Siria el núcleo sabel la Católica y de la militar de S. Üermenegildo, teniente de
del comercio, convendría enviar á la corte de Persia un embajador Navio de la Real Armada, Ayudante militar de Marina y Matrícu- - j
para negociar un tratado con la misma Potencia, Por medio de un las de esta Provincia y fiscal en la causa de Piratería, formada con-- 1
tratado con la Persia, y otro con la Siria nuestro comercio podría tra Francisco Denis (a) David, Juan Romero, Juan de Armas, Ma- - j
extenderse desde el Mediterráneo á la China, y restablecer tas anti- miel José Martínez, Francisco Suarez Lorenzo Fernández y A-- 1
guas líneas de comunicación antes de descubrirse el camino á la
In- gustin López ó San-mart-
in; y contra José Quevedo (a) Carrasco,
dia por el cabo de Buena Esperanza. Francisco González (a) Pancho el Zapatero, Antonio Pitaluga,
Entonces tendremos tres caminos para la India: uno por el mar Francisco Pitaluga, Miguel Mayóla, Esteban Reyes y Juan No-- 1
Rojo para fecundar por un lado á Adem y por otro á Massovvals, guer (a) el Sastre, indiciados de auxiliadores de los primeros.
llave de la Abisinia; el segundo por la Siria y el Eufrates; el terce-
ro por la Siria, la Persia y el Belonhistan; el cuarto, en fin,
el que Certifico: que desde fojas ciento cuarenta y nueve á ciento cincuen- - ,
délas circunstancias en que la Francia acaba de colocarse; martin, Lorenzo Fernandez y Juan de Armas á la pena de garrote
que se advertía fácilmente en la actitud de la población parisiense Condena igualmente al práctico José Quevedo (a) Carrasco, a que
su-
el balcón de
Cuando el Rey cercado de su familia se presento en
las mas es- pescadores Francisco González (a) Pancho el Zapatero y Antnntf
las Tuilerias al empezarse el concierto, fue recibido con
en que Pitaluga sufran la pena de 2 años cada uno en los mismos buque.
trepitosas aclamaciones, las cuales redoblaron en el momento
la orquesta tocó el himno celebre, de un efecto siempre tan poderoso guerra, y los Francisco Pitaluga, Miguei Mayóla, Esteban Re)e:? c
y siempre nuevo. Nunca se han dado de 10 auos a esta parte
sena es Juan Noguer (a) el Sastre, sufran la pena de un ano de campan
-
los repetidos buques de guerra. Todo por unanimidad de votos.---
tan positivas y maniGestas de los vínculos tan estrechos y sagrados lar
que unen al Rey y la nación. quin Santolaya. Francisco Nuüez Gaona. José Lozano. ,