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13635
Entregado por:
Martha Liliana Hernández
Presentado a:
JORGE ALBERTO BERNATE LÓPEZ
Docente
Todos los niños, niñas y adolescentes tienen el derecho de crecer en medio de afecto
y cuidados, tiene derecho pertenecer a una familia, a ser reconocidos por tener no solo
vínculos biológicos sino también afectivos los cuales se derivan del parentesco.
La Sentencia C-071 de 2015 (M.P. Jorge Iván Palacio Palacio): estructuró los
razonamientos con base en los cuales la Corte Constitucional dio vía libre a la
adopción consentida de hijo biológico. En este fallo la Corte precisó que la
adopción conjunta ha sido concebida y diseñada “para suplir las relaciones de
paternidad y maternidad” razón por la cual solo parejas 151 heterosexuales pueden
acudir a esta figura, pues así lo ha expresado el legislador respaldado plenamente
por la Constitución (artículo 42), por lo cual no transgrede los artículos 13 y 42
superiores. En razón a ello, la Corte sostiene que los artículos 64 numeral 1º y 68
numeral 3º de la Ley 1098 de 2006, así como el artículo 1º (parcial) de la Ley 54 de
1990 deben ser declarados exequibles de manera pura y simple. Sobre la adopción
complementaria o por consentimiento, la Sala sustentó su aprobación en aras de
proteger el derecho de los menores de edad a no ser separados de su familia
(artículo 44 C.P.), derecho que podría resultar vulnerado si la Corte se abstuviera de
reconocer las relaciones familiares que se entablan entre niños(as) con única
filiación y el compañero(a) permanente del mismo sexo de su progenitor, siendo
que ambos comparten el cuidado, la crianza y la manutención del menor. Con este
argumento la Corte Constitucional declaró la exequibilidad condicional de los
apartes demandados de los artículos 64 numeral 5º, 66 y 68 numeral 5º del Código
de Infancia y Adolescencia, “en el entendido que dentro de su ámbito de aplicación
también están comprendidas las parejas del mismo sexo cuando la solicitud de
adopción recaiga en el hijo biológico de su compañero o compañera permanente”.
Mediante Sentencia C-683 de 2015 (M.P. Jorge Iván Palacio Palacio), la Corte
Constitucional da vía libre a la adopción por parejas de igual sexo sin
condicionamientos, es decir, que esta destacada decisión permite que aquellas
familias conformadas por lesbianas o gays tengan la facultad de iniciar un proceso
de adopción ante el ICBF, o que el/la compañero(a) permanente de la pareja que
haya adoptado individualmente a un menor solicite la adopción del mismo. Los
argumentos de la Sala se han fundamentado en: i. Que según las pruebas aportadas,
entre las cuales se incluyeron estudios científicos, demostraban preponderantemente
que no está acreditada la existencia de afectaciones al desarrollo integral de los
niños(as), ni siquiera en aquellos(as) que viven con parejas del mismo sexo. 152 ii.
Que ni la orientación sexual ni el sexo per sé de una persona pueden ser indicadores
de “falta de idoneidad moral, física o mental para adoptar”, tomar ello como
lineamiento para evaluar la aptitud de adoptantes obstaculiza el acceso de los
niños(as) a una familia, de tal manera que se restringe sus derechos y vulnera
ostensiblemente su interés superior de protección constitucional. iii. En lo
concerniente a la omisión relativa del legislador, la Corte reafirma y justifica su
competencia para resolver este asunto en cumplimiento de su función de control
constitucional (artículo 241 C.P.) a la actividad del parlamentario, en aras de
“garantizar los derechos de grupos vulnerables y sin representación democrática
específica” como ocurre en el caso de estudio. iv. Que todos los procesos de
adopción están dirigidos a garantizar enteramente el interés superior de los menores
de edad y el restablecimiento de sus derechos cercenados, y que permanecerá la
obligación del Estado colombiano de verificar a través del ICBF el cumplimiento de
los requisitos establecidos en el ordenamiento jurídico y actuar conforme la
Constitución y el contenido de esta sentencia.
Con lo anterior se evidencia que la comunidad LGBTI ha optado por hacer valer sus
derechos, ante un juez constitucional venciendo resistencias y prejuicios, en donde lo que
se busca es el restableciendo a las vulneraciones de los involucrados, creando vínculos
afectivos permanentes y estables entre un menor que carece de familia y cuidados y unos
padres sin importar su identidad de género, pero que están dispuestos a prodigar los
cuidados y atención, presentando una nueva oportunidad de vida para aquellos seres que
desean y/o necesitan compartir su existencia con construir una vida familiar.